No 23 (2002): Número 23 - Marzo 2002
Descripción de la publicación
Las noticias de la prensa eran claras: las autoridades migratorias de Suecia habÃan tomado la decisión de deportar a su paÃs de origen a más de 600 salvadoreños que, supuestamente engañados por unas agencias de viajes, decidieron enrumbar hacia ese lejano paÃs en el pasado año 2001, en busca de la esperanza.
Un supusto programa de inmigración y residencia legal fue el anzuelo para inducir a muchos a correr la aventura; vendieron sus pocas pertenencias: casas, automóviles, muebles y enseres domésticos para financiar el sueño; al final la cruda realidad en las palabras del señor Hans Magnusson, encargado de negocios de la Embajada de Suecia en Guatemala: "No van a recibir permiso de residencia, ni permiso de trabajo, van a tener que regresar.
En los dÃas posteriores a las primeras noticias, y luego de las declaraciones de funcionarios de CancillerÃa, especialmente la Ministra de Relaciones Exteriores, de que se iban a buscar fórmulas para evitar la deportación, la respuesta de la CancillerÃa sueca era contunden: los salvadoreños todos serÃan deportados. No habÃa ninguna alternativa, ninguna posibilidad.