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REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2023 AÑO 13, n.º 15, ISSN 2078-0664, ISSNE 2307-3942, ISNI 0000 0001 2113 0101
Fúnez, Rubén Antonio. Althusser: ideología y aparatos ideológicos del Estado
(la ideología como constitución de sujetos). p. 46-64
Reproducción de las condiciones de producción
Lo primero que va a intentar nuestro autor es encontrar aquellas condiciones
que permitan la reproducción de la producción, partamos de un ejemplo, para
que este punto de partida nos quede más claro: es evidente que cualquier
empresa, en principio, quiere mantenerse, quiere ser competitiva, quiere ser
sostenible y, por lo tanto, tendrá que garantizar determinadas condiciones
de producción; pero no son las condiciones de producción en tanto que
condiciones de producción las que preocupan, ¿por qué razón? porque es
evidentísimo que si, por ejemplo, quiero mantenerme como carpintero tendré
que estar cuidando maquinarias, proveyendo madera, materiales etc. Entonces,
no son las condiciones de producción las que realmente importa indagar, sino
algo que es fundamentalmente anterior a esas condiciones y que tiene que
ver con las posibilidades para que se aseguren dichas condiciones, por eso la
pregunta que hay que responder es ¿cómo se reproducen esas condiciones?,
¿cuál es el mecanismo al que hay que recurrir para reproducir las condiciones
de trabajo? porque solo si se reproducen las condiciones de producción
se garantiza la posibilidad de poder tener una empresa sostenible, por eso
Althusser (1988, p. 8) arma, que “la condición nal de la producción es la
reproducción de las condiciones de producción”. Pero aquí nos encontramos
con un dato que tiene que forzarnos a pensar, y es lo siguiente, no necesitamos
ser muy listos para entender lo que nuestro lósofo está proponiendo; de
hecho, citando a Marx, apunta que eso hasta un niño lo sabe. Pero esta brutal
claridad, paradójicamente, podría estar ocultándonos algo, de tal modo que
desde la introducción misma de su trabajo, el lósofo francés, nos pone en
guardia respecto a la actitud que hay que adoptar ante lo supuestamente claro
2
;
porque lo que la claridad oculta son los mecanismos de la reproducción.
Desde esta perspectiva, Althusser observa que “las tenaces evidencias”, es
decir, aquellas evidencias que son insistentes, evidencias que, incluso, tienen
el propósito de presentarse como tal; cuando decimos que algo es obvio,
lo que queremos decir es que tenemos el propósito, tenemos la intención de
que aquellos que nos escuchan estén persuadidos de que lo es; esto implicará
un determinado interés: estoy deseoso de que acepten por evidente algo; esta
insistencia maniesta o, el propio interés o, el interés del grupo del que formo
parte
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de convencer de que eso es evidente, entonces hay un compromiso, una
2 La claridad, es, en mucho de los casos, la mejor manera de dar las cosas por buenas, cuando
las cosas son claras, no tenemos necesidad de cuestionarlas, sino que las damos, incluso,
como normales, pero es posible que sea la claridad la que no nos permite ver, que la claridad
misma se nos vuelva un obstáculo.
3 ¿Con qué criterios contamos para discernir si el propósito de un determinado discurso
ideológico maniesta intereses individuales o intereses de grupo? ¿en qué medida el
individuo es un abstracto y el grupo al que pertenece es lo concreto? ¿pretende un discurso
ideológico deformar conscientemente? ¿es posible hablar del interés de un individuo de
convencer a la sociedad en su totalidad, de que su manera de entender la realidad es la más
“conveniente”, es la más “correcta”, es la más beneciosa para la sociedad? Y si este fuese
el caso, ¿cuál es el papel del grupo, o clase a la que dicho individuo pertenece?