“El éxito de un museo no se mide por el número de
visitantes que recibe, sino por el número de visitantes
a los que ha enseñado algunas cosas, no se mide por
el número de objetos que expone, sino por el número
de objetos que los visitantes han logrado aprender en
su entorno humano, no se mide por su extensión sino
por la cantidad de espacio que el público puede de
manera razonable recorrer en aras de un verdadero
aprovechamiento. Eso es el museo.”
Georges Henri Riviére
Revista de museología
Museo Universitario de Antropología, MUA
Revista anual. Año 10, enero de 2020, n.º 11
ISSN 2078-0664
ISSNE 2378-0664
Autoridades universitarias
Dr. José Mauricio Loucel
Presidente Utec y Rector Honorario Vitalicio
Lic. Carlos Reynaldo López Nuila
Vicepresidente Utec
Ing. Nelson Zárate
Rector
Lic. José Modesto Ventura
Vicerrector Académico
Revista de museología Kóot
ISSN 2078-0664
ISSNE 2307-3942
Editor:
Dr. Ramón D. Rivas
Antropólogo social y cultural
Consejo editorial:
Dr. Héctor Samour
Universidad Centroamericana, UCA
Dr. José Edgardo Cal Montoya
Universidad San Carlos de Guatemala
Dr. David Hernández
Universidad de Hanover, Alemania
Dr. Jaime Alberto López Nuila
Investigador asociado,
Universidad Tecnológica de El Salvador
Arq. Rafael Alas
Museo de Arte de El Salvador
Antropóloga Carmen Molina Tamacas
Periodista cultural
Dr. Rafael Guido Béjar
Académico-consultor
Msc. Laura Zavaleta
Universidad de Barcelona, España
Equipo de apoyo:
Diagramación: Evelyn Reyes de Osorio
Revisión: Noel Castro
Correcciones: Aracely de Hernández
Traducción de textos: Mercedes Carolina Pinto
Ilustración portada: Miguel Ángel Hernández Vásquez
Ilustración separadores: Salvador Marroquín
Revista indexada en Latindex
Enero, 2020
Tels. (503) 2275-8836, 2275-8837
E-mail: museo_utec@yahoo.com
La revista Kóot es una publicación de la Universidad
Tecnológica de El Salvador, editada por el Museo
Universitario de Antropología. Es la primera revista en
su generó, cuyo contenido se centra en la investigación
museológica y en otras ramas relacionadas de la ciencia
desde el punto de vista antropológico. Se abordan temas
referentes a la arqueología, la historia y las artes en
general. Otro objetivo de esta publicación es fomentar el
intercambio académico con universidades e institucio-
nes afines. Los conceptos vertidos en la publicación son
exclusivamente la opinión de sus autores.
Impreso en El Salvador por Tecnoimpresos, S.A. de C.V.
19ª Av. Norte, Nº 125, San Salvador.
Tel. (503) 2275-8861
E-mail: gcomercial@ utec.edu.sv
Licda. Noris López Guevara
Vicerrectora de Investigación y Proyección Social
Ing. Lorena Duque de Rodríguez
Directora de Operaciones
Dr. Ramón D. Rivas
Director
Dirección de Cultura
Contenido
Prólogo
Dr. José Mauricio Loucel ........................................................... i
Presentación
............................................................................ 5
Dr. Ramón D. Rivas
En un mundo de lunares innitos
Exhibición de Yayoi Kusama
Alejandra Flamenco ................................................................ 9
El ferrocarril en El Salvador: de la ilusión
al abandono en una breve cronología (1872-2018)
Oscar Flores Guzmán ...............................................................18
Breve sumario de las investigaciones realizadas
en el Área Arqueológica de El Trapiche, Chalchuapa
1953-2019
Carlos Flores Manzano .............................................................37
Instrumentos musicales y objetos sonoros
tradicionales en El Salvador
Salvador Marroquín ............................................................... 53
Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas:
universo simbólico de nahuales y contra nahuales
Miguel Angel Hernández ........................................................ 93
Por una fundamentación de la dignidad de la persona.
Una perspectiva desde la losofía
Reynaldo Antonio Rivas ........................................................ 117
“Otros” mundos en la vitrina. Los catálogos
de las exposiciones universales
y la reproducción del discurso colonialista
occidental del siglo XIX.
Guillermo Cubero Barrantes ................................................. 131
Museo Universitario de Antropología, MUA ......................170
Catálogos de las exposiciones ..............................................173
Colaboradores .....................................................................180
Pieza del mes .......................................................................182
i
Prólogo
El presente año, 2020, que recién comienza, ha sorprendido con
sucesos locales y mundiales que conrman que “lo más seguro es el
cambio”, ya sea positiva o negativamente. Esto afecta a la academia
y, como consecuencia, a la Universidad Tecnológica de El Salvador
(Utec); a las áreas cientícas, culturales y artísticas, sociopolíticas
y económicas, y por supuesto a todo el país y el mundo.
Por ejemplo, al escribir coronavirus en Google aparece “Cerca
de 2.600.000.000 resultados (0.37 segundos)”: es la tecnología
informática de internet que ha cambiado nuestras vidas ‘para
siempre’, como otros inventos geniales, en la que la gente busca
información y las respuestas correctas —como quisieran— a todas
sus dudas. Algunos expertos dicen que esta enfermedad, convertida
en pandemia, es solo otro virus de la gripe.
¿A qué vienen estos breves y ‘raros’ comentarios en la introducción
de nuestra revista de museología, Kóot 11? A destacar dos cosas:
1. El impacto causado por esta enfermedad —sobre todo en la
República Popular China— en el quehacer del día a día, la
productividad y el intercambio nanciero y comercial: han
cerrado industrias, comercios y lugares culturales y de diversión;
hasta algunos becarios universitarios han sido repatriados. Esa es
la realidad.
Entonces, la Universidad ha tomado medidas preventivas, prácticas
y de comunicación, tanto para su personal administrativo y docente
como para la población estudiantil, siguiendo las directrices del
Ministerio de Salud.
2. Que, aunque estamos a la expectativa de este suceso y de cómo
afectaría a nuestro país, y de otros, tenemos que seguir en nuestra
labor académica y de fomento a la cultura y la investigación cientíca.
Dr. José Mauricio Loucel
Presidente Utec
Rector Honorario Vitalicio
Por eso presentamos con satisfacción en esta edición temas de
mucho interés. Solo mencionaré a algunos autores, como muestra,
pues son siete: Alejandra Flamenco describe la exhibición “Todos
los días rezo por el amor” de la escultora, pintora y escritora
japonesa Yayoi Kusama, montada en la galería David Zwirner
de la ciudad de Nueva York; Oscar Flores Guzmán presenta
comentarios sobre El ferrocarril en El Salvador: de la ilusión al
abandono en una breve cronología y Salvador Marroquín nos habla
de los Instrumentos musicales y objetos sonoros tradicionales en
El Salvador.
Sirvan estos ejemplos para que a los estimados lectores se les ‘abra
el apetito’ y ‘degusten’ todos los artículos. Estaremos siempre
agradecidos por el aprecio que muestren por la ardua labor que se
tiene que llevar a término para que obtengan un ejemplar de Kóot
lo mejor cuidada posible por todo el equipo que la realiza.
5
REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
A manera de presentación
En nuestra edición anterior de la Revista de Museología Kóot, destacamos una
serie de artículos que son de interés público. Entre esos temas destacan: Las
heliconias; la Biblioteca Nacional y custodia del patrimonio; La historia de las
Indias; Los niños autistas; el Tazumal después de la erupción del volcán de
Ilopango; un poco de historia de Santa María Ostuma; el humanismo y sus
desafíos actuales; un ensayo sobre el vuelo de la alondra de Mario Bencastro; El
retrato de Dorian Grey, una reseña de sobre la vida de un detenido en Mariona
y algo sobre los 500 años de español en Estados Unidos, entre otros temas no
menos importantes.
En la edición número 11 de Kóot, encontrará nuevos ensayos y artículos de
opinión, que han sido elaborados por investigadores sociales y académicos
para ampliar o actualizar nuestro conocimiento sobre las ciencias sociales, la
museología y la antropología, razón de ser de esta revista.
Durante siete años continuos hemos enfatizado que la lectura de cada artículo
o ensayo que producimos, tiene como objetivo ampliar sus conocimientos
para ayudarle a actuar o interpretar de manera más objetiva el ayer y hoy de la
sociedad en la cual nos movemos e interactuamos. No basta solo con leerlos,
también creemos que deben servir como documentos de análisis con estudiantes
universitarios, en foros de discusión y en todo tipo de espacio de análisis y
reexión del conocimiento humano.
Un buen debate académico, con crítica constructiva y buenos análisis, ayudan
a mejorar el pensamiento y conocimiento. De ahí la importancia de esta revista
de la Universidad Tecnológica de El Salvador, la cual está concebida como
medio de difusión desde el 2010, cuando se publicó la edición N°1, para
exponer públicamente, no solo ideas y los aconteceres de la museología, sino
que también, nuevos elementos que la ciencia e investigaciones nos aportan
para ampliar la cosmovisión de nuestra realidad salvadoreña.
Nos esforzamos para llevar temas novedosos y de interés académico, por ello
estamos invitando a nuevos investigadores, expertos y profesionales en las
diversas ciencias, a proponer nuevos temas y escribir para nuestra revista, ya
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
que, por su carácter indexada de distribución electrónica y en papel, llega a más
personas en El Salvador y fuera de sus fronteras, conscientes de que no somos
depositarios de la verdad; mucho menos creernos que la tenemos, sino un medio
de exposición del pensamiento humano.
Con esa visión, los nuevos temas que se publican en esta edición 11 de la revista
Kóot, están diseñados desde una visión más histórica y antropológica para volver
a un ciclo que iniciamos en el 2010. Partimos con un artículo de la diseñadora
de interiores, Alejandra Flamenco, quien hace una magistral interpretación de
“Exhibición de Yayoi Kusama”, una artista japonesa que presenta sus obras a
través del color en pintura y esculturas con formas muy diversas que atrapan a
los visitantes.
Un segundo tema de la revista es el artículo de Óscar Flores titulado “El
ferrocarril en El Salvador: de la ilusión al abandono en una breve cronología
(1872-2018), escrito por un postulante a antropólogo y que, en su paso por la
Biblioteca Nacional de El Salvador, recogió toda la información ahí existente
sobre este tema muy importante en nuestros días.
En esa misma línea tenemos el tema de Carlos Flores-Manzano, Arqueólogo
salvadoreño, quien nos muestra un “Breve Sumario de las Investigaciones
Realizadas en el Área Arqueológica de El Trapiche, Chalchuapa 1953-2019”,
con el cual busca dar a conocer los avances que han tenido las investigaciones
en materia arqueológica en esta región del país.
A manera de resumen se incluye “Los instrumentos musicales y objetos
sonoros tradicionales en El Salvador”, del maestro Salvador Marroquín, el cual
fue presentado en las instalaciones del Mua junto a una breve exposición de
instrumentos musicales. ”Así también, el fascinante análisis de nuestras señas
de identidad en el trabajo, “Mitología en las cosmovisiones izalqueñas: universo
simbólico de nahuales y contra nahuales”, de Miguel Ángel Hernández y la
“Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales”, del antropólogo y docente investigador de la Universidad
Tecnológica de El Salvador.
Pero también Kóot ofrece el ensayo teológico-losóco del P. Reynaldo Rivas,
Licenciado en Filosofía por la Regina Apostolorum, de Roma, intitulado,
“Por una dignidad de la persona. Una perspectiva desde la losofía”. Una
visión losóca donde, desde la perspectiva aristotélica tomista, se busca
una fundamentación de la dignidad de la persona humana en cuanto “ente
hilemórco”, con participación en el ser y la apertura a la trascendencia, entre
la materia y la forma, en su sentido escolático.
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Del maestro, Guillermo Cubero Barrantes, se ofrece el interesante artículo
titulado, “Otros” mundos en la vitrina. Los catálogos de las exposiciones
universales y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX”.
Como lo hemos dicho en presentaciones anteriores: cada artículo está redactado
con las técnicas académicas y los instrumentos que permitan la vericación de
los datos, la solidez de sus argumentos y la argumentación con base en la ciencia
misma. Lo importante al momento de leer cada artículo es poner a prueba su
conocimiento; como dijo Aristóteles: “Los grandes conocimientos engendran
las grandes dudas”. Pongamos entonces en duda lo que hoy leerán en esta
revista de la Universidad Tecnológica de El Salvador para que surjan nuevas
investigaciones y nuevos aportes académicos, a n de tener una interpretación
más cercana a la realidad expuesta.
Dr. Ramón D. Rivas
Director de Cultura
MUA
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Universidad Tecnológica de El Salvador
Museo Universitario de Antropología, MUA
Universidad Tecnológica de El Salvador
Museo Universitario de Antropología, MUA
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flamenco, Alejandra. En un mundo de lunares innitos. Exhibición de Yayoi Kusama. Págs. 9-16.
En un mundo de lunares innitos
Exhibición de Yayoi Kusama
In a world of inite dots. An exhibition by Yayoi Kusama
Alejandra Flamenco
Diseñadora de interiores
ale.amenco29@gmail.com
Fecha de aceptación: noviembre 2019
DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i11.10731
URI: http://hdl.handle.net/11298/1187
Resumen
En galería David Zwirner, de la ciudad de Nueva York, tuvo lugar durante
diciembre de 2019 la exhibición “Everyday I Pray for Love” (Todos los días rezo
por el amor) de la escultora, pintora y escritora japonesa Yayoi Kusama. Una
artista reconocida a nivel mundial por sus obras ─ usualmente una repetición de
formas, comúnmente lunares en una diversidad de colores y composiciones─ al
igual que por sus cuartos de innitos reejados los cuales son inspirados en el
universo, tema recurrente en su trabajo.
Palabras clave: Arte moderno. Escultura moderna. Pintura moderna. Estética.
Crítica de arte.
Abstract
The David Zwirner Gallery in New York City exhibited “Every day I Pray
for Love” last December, a work of art by internationally reknown Japanese
sculptor, writer and painter Yayoi Kusama. Her work is usually a repetition of
forms, generally dots—in a variety of colors and compositions. In like manner,
she is also known by the innite reections she uses: an inspiration on the
universe; a recurring theme in her works.
Key words: Modern art. Modern sculpture. Modern painting. Esthetic. Art critic.
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flamenco, Alejandra. En un mundo de lunares innitos. Exhibición de Yayoi Kusama. Págs. 9-16.
En galería David Zwirner, de la ciudad de Nueva York, tuvo lugar durante
diciembre la exhibición “Everyday I Pray for Love” (Todos los días rezo por el
amor) de la escultora, pintora y escritora japonesa Yayoi Kusama. Una artista
reconocida a nivel mundial por sus obras usualmente una repetición de
formas, comúnmente lunares en una diversidad de colores y composiciones─ al
igual que por sus cuartos de innitos reejados los cuales son inspirados en el
universo, tema recurrente en su trabajo.
Se considera que Yayoi Kusama nació en Matsumoto, Japón en 1929. Presentó
sus obras por primera vez en Japón en 1952.
Durante la mitad de la década de 1960 se estableció en Nueva York como
una artista de vanguardia importante escenicando acontecimientos
innovadores e inuyentes. Su trabajo ganó amplio reconocimiento a nales
de la década de 1980 siguiendo un número de exhibiciones internacionales
en solitario incluyendo presentaciones en el Center for International
Contemporary Arts en Nueva York y el Museum of Modern Art en Oxford,
ambas llevadas a cabo en 1989. A partir de ellas su trabajo ha sido exhibido y
galardonado en diferentes ciudades en Europa, América del Norte, América
del Sur, Oceanía y Asia. En 2017 un museo en honor a la artista abrió sus
puertas en Tokio, ahora con su quinta exhibición titulada “Espíritus de
Agregación” que termina el 31 de enero de 2020. A sus 90 años Kusama
vive y trabaja desde Tokio, Japón. (Zwirner, 2019).
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flamenco, Alejandra. En un mundo de lunares innitos. Exhibición de Yayoi Kusama. Págs. 9-16.
Tuve la oportunidad de visitar su exhibición en Nueva York que reúne alguna de
las obras más recientes de Kusama, entre pinturas y esculturas. Para comenzar,
visité el más reciente Innity Mirrored Room o ‛Cuarto de innito reejado’
titulado “Dancing Lights that Flew Up to the Universe” (‛Luces danzantes que
volaron hacia el universo’). Es una experiencia inmersiva en la que durante 60
segundos (tiempo escogido por la artista), luces LED suspendidas y en forma
de esferas mantienen una secuencia intermitente entre encendido y apagado
hasta llegar a un color rojo intenso que inunda la habitación volviendo a los
espectadores parte de la obra en la que me sentí dentro de una constelación
singular de estrellas en donde mi percepción de espacio cambió con los reejos
en los espejos que hacían que lo que estaba a mi alrededor se multiplicara
decenas de veces hasta desintegrarse en el fondo de la habitación. Esta pieza
es una muestra de la determinación de la artista a transmitir a través de sus
piezas un “universo eterno ilimitado [y] la eternidad de las interrelaciones”.
(The Broad, 2017).
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flamenco, Alejandra. En un mundo de lunares innitos. Exhibición de Yayoi Kusama. Págs. 9-16.
En la galería adjunta se exhibieron sus más recientes pinturas, parte de la
serie My Eternal Soul (Mi alma eterna), que son una exploración de líneas y
formas abstractas detalladas en una variedad de colores y patrones las cuales
se complementan con una instalación de piso compuesta por formas orgánicas
como nubes o gotas derramadas en acero inoxidable cuyos reejos refuerzan
la idea de innito.
Alejandra Flamenco
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flamenco, Alejandra. En un mundo de lunares innitos. Exhibición de Yayoi Kusama. Págs. 9-16.
Como espectadora navegar a través de estos elementos me generó una sensación
de asombro y descubrimiento al observar cómo cada forma es diferente de la
otra pero que en conjunto generaban una composición homogénea.
La exhibición continuaba en el segundo piso en donde aislada en un cuarto
oscuro se encontraba la pieza de instalación de luz titulada Ladder to Heaven
(Escalera al cielo) construida en aluminio y tubos LED colocada en posición
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Flamenco, Alejandra. En un mundo de lunares innitos. Exhibición de Yayoi Kusama. Págs. 9-16.
vertical entre dos espejos circulares, uno en el piso y otro en el techo. La escalera
cambiaba de color entre tonos cálidos y fríos y al acercarse y mirar hacia arriba
ó abajo se podía ver como la escalera se volvía innita siguiendo con la temática
de su obra. Uno se pregunta si la intención de Kusama al titular su pieza es en
realidad unir cielo y tierra continuamente sin n.
Finalmente, en otra área se exhibía un conjunto de esculturas hechas de tela
rellena con espuma y pintadas en su característico estilo de lunares, en donde
juega con la repetición de formas y colores —creando estructuras parecidas
a plantas— que están colocadas en forma dispersa para poder apreciarlas a
corta distancia.
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Flamenco, Alejandra. En un mundo de lunares innitos. Exhibición de Yayoi Kusama. Págs. 9-16.
En la pared una serie de trabajos en aluminio fundido en colores y formas
diversas cerraba la exhibición, al menos en el recorrido que decidí realizar. Los
asistentes tenían la libertad de escoger por dónde empezar si preferían o no
hacer la la de espera de más de una hora para poder entrar a la instalación
de cuarto de innito reejado, uno de los trabajos más populares de la artista,
existiendo alrededor de 19 hasta ahora y una de las tendencias en redes sociales
como Instagram. Esta popularidad se debe a que la artista ha logrado recrear en
estos espacios la inmensidad de un universo único y nos da la oportunidad de
visualizarnos en él.
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flamenco, Alejandra. En un mundo de lunares innitos. Exhibición de Yayoi Kusama. Págs. 9-16.
Y es que Yayoi Kusama ha evolucionado a través del tiempo a un arte de estilo
inimitable que ha encontrado resonancia en nuestro tiempo ya que su trabajo
busca resaltar los sentimientos más puros en el ser humano como el amor y la
espiritualidad creando obras que subliman a la naturaleza y el cuál gracias a los
medios de comunicación social ha llegado a una audiencia global.
Referencias bibliográcas
Miro, V. (2019). Yayoi Kusama. Recuperado de https://www.victoria-miro.com/
exhibitions/382/works/96443c0e42e4f0/
The Broad. (2017, octubre 24). Assistant Curator Sarah Loyer discusses Yayoi
Kusama’s “Off-cut of Innity Net” painting, a 33-foot work from 1960,
and “Phalli’s Field,” her rst Innity Mirror Room, created in 1965.
[Archivo de video]. Recuperado de https://fb.watch/2SSpEjhzkJ/
Zwirner, D. (2019). Yayoi Kusama [versión de Adobe Acrobat Reader].
Recuperado de https://www.davidzwirner.com/artists/yayoi-kusama/-/
media/A351444E009749C9B77DCC9F6481A919.ashx
Mandolina
Salvador Marroquín
18
REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flores-Guzmán, Oscar. El ferrocarril en El Salvador: de la ilusión al abandono en una breve cronología
(1872-2018) Págs. 18-35.
El ferrocarril en El Salvador: de la ilusión al
abandono en una breve cronología (1872-2018)
The railroad in El Salvador: from illusion to abandonment.
A brief chronology (1872 – 2018).
Oscar Flores-Guzmán
Pasante de la Biblioteca Nacional de El Salvador
ooscarguzman@gmail.com
Fecha de aceptación: noviembre 2019
DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i11.10733
URI: http://hdl.handle.net/11298/1189
Resumen:
El sistema ferroviario surgió en el salvador como uno de los proyectos más
ambiciosos en siglo XIX. Impulsado por el estado salvadoreño y por comerciantes
de la época. El primer tramo de vías férreas en el país signicó la apertura de
la producción agrícola nacional a los mercados regionales, de Europa y EE.
UU. Generó grandes transformaciones en todas las esferas de la vida social del
país, pero a su vez este fue cohibido por las mismas fuerzas que lo impulsaban.
A nal de cuentas, terminó con más pena y con la añoranza de “lo que una vez
fue”, pero que no resta ni lo más mínimo a su relevancia histórica.
Palabras clave: Transporte ferroviario - historia - El Salvador. Ferrocarriles
- historia - El Salvador - aspectos socioeconómicos. Trenes - historia - El
Salvador. Locomotoras. Vías férreas.
Abstract
The railroad system began as one of the most ambitious projects in El Salvador
during the XIX century. It was launched by the Salvadorean government and
the businessmen of the period. The rst section of the railway in the country
meant the opening of the national agricultural production to regional markets
in Europe and the U.S. It generated great transformations in different spheres
of the social life of the country; however, it was held back by the same forces
that drove it at the beginning. In the end, it ended up in sorrow and the longing
of what “it once used to be;”notwithstanding, this does not take away any of its
historical relevance.
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Flores-Guzmán, Oscar. El ferrocarril en El Salvador: de la ilusión al abandono en una breve cronología
(1872-2018) Págs. 18-35.
Key words:
Rail transport - history - El Salvador. Railways - history - El
Salvador - socioeconomic aspects. Trains - history - El Salvador. Locomotives.
Railways.
Introducción
El sistema ferroviario, cuyo ciclo de expansión-declive abarca los siglos XIX,
XX y XXI de la historia nacional, surgió como uno de los proyectos más
ambiciosos y fue impulsado por un estado salvadoreño “enamorado” de lo
novedoso e imponente que resultaba y de los benecios económicos, políticos
e indirectamente culturales que este acarrearía a la nación, apoyado por
comerciantes de la época que contemplaban en él, un medio de transporte que
favorecería sus intereses particulares como productores agrícolas y comerciantes.
Irónicamente, el germen temprano de aquel proyecto se hallaría en la tragedia
sísmica de 1854 que destruyó la capital “obligando” a su traslado a la Hacienda
Santa Tecla, y que -posteriormente- propició el cultivo de lo que sería el eje
central de las exportaciones agrícolas venideras, focalizadas en gran parte en el
cultivo del café, cuya movilidad se encarecía por la inexistencia de un medio de
transporte adecuado para este n, siendo el ferrocarril aquella solución.
Las inuencias externas a favor del ferrocarril- llegarían con la anexión de
California a la Unión Americana y la ebre del oro de 1848, engranada con
el proyecto férreo de Panamá de 1855 que conguró un caldo regional que,
exacerbado por la dinámica política, social y económica interna -por, sobre
todo-, se declinó por la devoción al proyecto ferroviario a pesar de la escasa
experiencia en planicación y gestión en este rubro. Devoción que desbordaría
el ámbito económico propiamente dicho y que coexistió paralela e íntimamente
relacionado con todas las esferas sociales a escala nacional, pero en esta ocasión
la atención se centra en fechas concretas de gran relevancia para el desarrollo
del ferrocarril en el país, como se verá más adelante.
El aspecto que dio un giro denitivo en pro de aquel sistema de transporte fue
el cultivo y exportación del café a los mercados de EE. UU y Europa, con
tendencia al alza a inicio de la década de 1860 a causa del declive paulatino
en la producción y exportación de otros productos agrícolas como el añil. Por
tanto, Entender el desarrollo del ferrocarril en El Salvador, requiere hacer
énfasis en aspectos relevantes de esta empresa, como las contratas, tramos a
explotar y demás. Pero que, en esta ocasión, se condensa en una cronología que
acontecimientos históricos que proporciona luz sobre la importancia del gran
sistema ferroviario nacional.
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flores-Guzmán, Oscar. El ferrocarril en El Salvador: de la ilusión al abandono en una breve cronología
(1872-2018) Págs. 18-35.
6ª calle, frente al Mercado Central, antes de pavimentar. Antiguo tranvías de mulas.
Fotos extraídas del libro: La obra de gobierno del doctor Quiñónez-Molina 1923-1927, tomo I.
El Contexto social y el germen del sistema ferroviario como proyecto
de nación.
El terremoto del 16 de abril de 1854, que dejó en ruinas gran parte de la
infraestructura de San Salvador, llevó el coronel José María San Martin
-presidente de El Salvador para ese momento- a dictar una serie de decretos
para que la capital se trasladara a Cojutepeque, “mientras se edicaba la nueva
capital en los terrenos de la Hacienda Santa Tecla” (Martínez, 2017, p. 78).
Según Chicas Molina (2015) el traslado de la capital se dio a un nivel legal más
no en términos funcionales, ya que no se llevó a cabo un traslado formal de
esta hacia Santa Tecla, ubicada a 15 kilómetros al poniente de S.S. En tanto las
consecuencias del terremoto, fueron publicadas en el diario ocial La Gaceta
núm. 55 del 19 de mayo de 1854, impreso en la ciudad de Cojutepeque -de
forma inmediata luego del terremoto de abril de aquel año (p. 70). El gobierno
lamentaba aquella tragedia y el desconcierto en el despacho de los negocios
públicos […que generó] la falta de antecedentes, de ocinas, de empleados, de
localidades aparentes […] que facilitan la expedición del trabajo gubernamental.
Dejando claro que esta fue la razón que llevó a su traslado, pero a raíz de
aquella tragedia.
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Flores-Guzmán, Oscar. El ferrocarril en El Salvador: de la ilusión al abandono en una breve cronología
(1872-2018) Págs. 18-35.
Era necesario pública y simbólicamente que el corazón de la república retornara
a su sitio. Aquel importante evento llegaría el 28 de julio de 1858, por acuerdo
ejecutivo número 5, se mandó a que el Gobierno del estado salvadoreño -con el
General Barrios a la cabeza- se trasladara a la antigua ciudad de San Salvador y
delegaba a Cayetano Bosque -ministro general de Gobierno- de lo “conveniente
para la conducción de todos los enseres que pertenezcan a la Administración, así
como los archivos [relativos al quehacer de la gobernanza estatal…]” (García,
1954, p. 10). Sin embargo, lo relevante del traslado y posterior retorno de la
capital fue que estableció un hito territorial, aumentó la plusvalía de las ncas
de café aledañas -cuyo grano se presentaba como eje central en el desarrollo
urbano venidero de San Salvador- (Chicas Molina, 2015, p. 70) y dio un impulso
cualitativo al cultivo extensivo del café mismo.
En este sentido, resultaría trascendental la gura de Rafael Campo quien en
1856 -como presidente de El salvador- considera que los terrenos de la Hacienda
Santa Tecla debían ser destinadas a la agricultura -con énfasis en el cultivo del
café- y cuya supercie debía ser repartida en solares de seis y veinte manzanas
para aquel n, pero expropiados en caso de que los poseedores de aquellos
terrenos no los utilizaran para el cultivo del cafeto (Leistenschneider, 1980).
A pesar de la intuición de Rafel Campo, el cultivo del café -para ese momento
no se había posicionado por sobre la producción de añil, aunque este último
ya estaba en un proceso de recesión -parcialmente- a causa de la incapacidad
para competir con los precios a que se comercializaban los tintes sintéticos que
surgieron luego de la Revolución francesa de nales del siglo XVIII.
A partir de la década de 1860 las exportaciones de añil empezaron a decaer ante
el nuevo cultivo de importación, a saber: el café, que se posicionaba con fuerza.
Sin embargo, las características propias del “grano de oro” -con énfasis en su
peso- encarecían los etes de transporte a causa de las dicultades que tenía su
movilidad. Hasta ese momento las cargas se transportaban a “lomo de bestia”,
donde la carga de añil se favorecía por su escaso peso en relación a su masa pero
que, a diferencia con el café, lo dicultaba y encarecía sus costos de movilidad
hacia los principales puertos nacionales y regionales para su comercialización
dado su mayor peso en relación con la cantidad en masa, lo cual “creó” -en
parte- la necesidad de buscar un medio de transporte que facilitara aquella
tarea que, después de satisfecha, daría un impulso incuestionable al comercio
nacional con vista a la región centroamericana y sociedad global con énfasis en
el marcado estadounidense y europeo (Lindo Fuentes, 2002).
En respuesta, el ferrocarril se sugería como una opción novedosa, pero impulsado
en buena medida por inuencias externas. Con la anexión de California a los EE.
UU. y la “ebre del oro” que arranca por un hito de casualidad ese mismo año en
los terrenos anexos a la Unión Americana, la cual se encontraba en plena expansión
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en todos sus frentes, generó un aumento en el ujo de personas y de comercio hacia
su costa del Atlántico -por encontrarse allá, aquellas minas-, abonado por la puesta
del ferrocarril en Panamá para 1855 y su servicio de vapor -proporcionado por
la Pacic Mail Steamship Company, popularmente identicada en el país como
“las malas del Pacico”- evocó un aumento y una estabilidad en la diligencia de
los puertos de La Unión, La Libertad y Acajutla, lo cual regularizó el servicio de
estos y facilitó el ingreso de las importaciones, mientras que las exportaciones
agilizaban la partida a sus destinos, consolidando, a su vez, nuevas rutas de
transporte (Ministerio de Educación [MINED], 2009, p. 28).
Vista del antiguo medio de transporte en El Salvador.
Fotos extraídas del libro: La obra de gobierno del doctor Quiñónez-Molina 1923-1927, tomo I.
El ferrocarril: de la expansión al declive, 1872-2018
Las nuevas rutas comerciales necesitan un sistema de trasporte coherente a
las nuevas exigencias de los mercados y sus productores y el ferrocarril iría
encaminado a este n. Según Morrison (2009), en alusión a los antecedentes
más tempranos de este medio de transporte a escala nacional, se hayan en
la administración del mariscal de campo Santiago González Portillo, quien
para “1872 otorgó a Jean-Louis Bueron (o Juan Büron)” -de nacionalidad
francesa pero nacido en Prusia- la contrata para construir las líneas férreas que
conectarían los Puerto de Acajutla, La Unión y La Libertad y propuso que el
primer tramo, conectaría San Salvador y Santa Tecla, el 24 de junio de 1873.
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Oscar Flores Guzmán
Al respecto de esta contrata, el Boletín Ocial del 25 de septiembre de
1872 incluyó tres publicaciones íntimamente relacionadas. En una de ellas
el presidente González Portillo manifestaba su gratitud al Sr. Bueron -dado
que este sería el encargado de ejecutar el primer proyecto ferroviario en el
territorio salvadoreño y por las dadivas que este entregó -luego de ingresar
al país procedente de Europa- una “na” espada, una bomba apaga incendios
y un báculo que fueron entregadas al Sr. presidente, a la municipalidad
capitalina y al arzobispo Miguel Pineda i Saldaña, respectivamente-. El jefe
de estado consideraba que el proyecto que sería ejecutado por el Sr. Bueron
signicaría la apertura al progreso nacional (Comisión Ejecutiva Portuaria
Autónoma, s. f.).
En el mismo tiraje, el señor Álvaro Contreras -redactor del Boletín Ocial de El
Salvador en aquel momento, aunque de origen hondureño- señalaba que: aquellos
trabajos signicaban la lucha del capital contra la naturaleza. Consideraba
también, que el proyecto ferroviario generaría cuantiosas ganancias y que, sus
líneas, serían favorecidas dada su ubicación geográca pues permitiría que estas
fueran beneciadas por las líneas interoceánica establecida en los países vecinos.
La ilusión que proponía aquel proyecto sufriría lapsos de abandono y recelo,
resultado de la inexperiencia en gestión y planicación de este tipo, sin
embargo y a pesar de esto, los gobernantes de la época se veían ilusionados
por lo atractivo y novedoso de aquella iniciativa. Por otro lado, el mismo
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Bueron no previó las dicultades que este podía tener en sí. Ejemplo de esto
fue el sismo de marzo de 1873 que causó severos daños a la ciudad, generó un
clima de incertidumbre por parte de los inversionistas, y lo llevó a solicitar la
modicación del contrato original, “trastocando los plazos de entrega (a seis
años) y el porcentaje (8%) que le correspondía en forma de garantía a favor
del empresario por sobre el costo de las vías tras su explotación, quedando
nulo este punto en caso de que estas dejasen de funcionar por algún motivo
(Trujillo, 2015, p. 69).
Tres años serían necesarios para que el tramo inicial se concluyera, Según
García (1954), el magno evento tuvo lugar el 27 de julio de 1876 a las 8:30
a.m., hora a la que arribó el primer tren -o tranvía- proveniente de Santa Tecla
recorrido de ida y vuelta que tenía un costo de tres reales o se podía adquirir
billetes de abono de 10 colones (hoy $1.15), válidos para cincuenta viajes-.
Aquel vagón conducía al alcalde, gobernador civil y al comandante general
militar mientras que el Dr. Zaldívar y su gabinete aguardaba para recibirlos, el
vagón era empujado a fuerza animal -o de sangre- pero guiado por el infatigable
Sr. Bueron. (pp. 461-462).
La misma fuente sugiere que el nanciamiento para consumar aquella obra
provenía -en parte- del sector gubernamental y de comerciantes, como el Sr.
Miguel Lagos, que motivados por la necesidad de ver terminados aquellos
trabajos, facilitaron los fondos que fuesen necesarios para tal n (p. 461). Por
su parte, el acreedor de aquella explotación -y antes de su inicio- debió realizar
un viaje a Francia para concretar una compañía que lo respaldara y para lo cual
el gobierno le facilitó buenas garantías para entregar tras concluir dichas vías
-garantías que servirían de motivación a posibles inversores en apoyo a Bueron-
(Trujillo, 2015).
Sin embargo, la contrata inicial impedía realizar nuevos pactos para próximas
explotaciones a raíz de cláusulas que favorecían al Sr. Bueron, que impedían
la competencia y daban el beneplácito para la explotación de los bosques
circundantes a las vías férreas (Martin, 1985), pero el aumento en el tráco de
personas y comercio, vinculado a la incapacidad para satisfacer aquella alza,
llevó a gobierno a cabildear nuevas concesiones para tal n (Solorzano, 1977).
Así, el 29 de noviembre de 1881, según FENADESAL (2016), el gobierno
salvadoreño y la compañía Ferrocarriles de Acajutla suscribieron un contrato
para la explotación del tramo que iría del Puerto de Acajutla a la Ciudad de
Sonsonate -aunque el acuerdo se hizo ocial hasta marzo de 1882.
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Avenida Independencia, antes de la pavimentación. Un cambio de tranvía.
Fotos extraídas del libro: La obra de gobierno del doctor Quiñónez-Molina 1923-1927, tomo I.
Otras fuentes (Martin, 1985), sugieren que en este mismo periodo se realizaron
otras contratas que dieron paso a que el sistema ferroviario, en el Occidente
del país, se desarrollara de la siguiente manera: el primer tramo fue el de
Sonsonate-Armenia, con una distancia de 26 km., posteriormente se sumarían
6.5 km, agregándose 3 km, llegando a Ateos. De este punto se extendió otros
22 kilómetros, hasta llegar a la ciudad de Santa Ana -este último segmento
inaugurado en noviembre de 1896-, acumulando una distancia de 51 km. Siendo
esta última ciudad la terminal donde el ferrocarril recibía “su apreciable carga
consistente en productos agrícolas, tales como café, azúcar, tabaco y varias
clases de granos” (p. 202).
La compañía: Central American Public Works Company Limited -propiedad
de Mr. Scherzer- sería la encargada de completar el tramo de Ateos a Santa
Ana, continuando así los trabajos ferroviarios al Oriente del país, corría el año
de 1884 cuando se acordó con dicha compañía aquellos trabajos (Solorzano,
1977). Sin embrago, lo relevante de este contrato es que abrió camino para que
la compañía británica The Salvador Railway Company Limited -posteriormente
conocida como Ferrocarril de El Salvador (FES)- se asentara en el país, bajo la
gura legal de “concesión” que la American Central se guardaba en el apartado
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(1872-2018) Págs. 18-35.
de 28 de su contrato y en acuerdo con el supremo gobierno se llevó a cabo
aquella licencia rmada en Londres, Inglaterra en 1897 por The Salvador
Railway (pp.42).
Según Martin (1985), el compromiso con la compañía The Salvador Railway
Company Limited, fue que poseería un período de legalidad de 80 años. Luego
de vencer este ciclo el ferrocarril y sus accesorios pasarían a ser propiedad del
Estado. Este último, por su parte, se reservaba el derecho de adquisición de
aquel sistema en 1940 a un precio jado luego de una evaluación y a merced de
cualquier eventualidad que llevase a niquitar el pacto entre la compañía y el
Estado salvadoreño antes del plazo consignado.
Aesta “altura”, resulta incluso necesario cuestionar cómo el estado proporcionaría
los terrenos que necesitaría el proyecto ferroviario. En parte queda resuelto con
la publicación del Diario Ocial del 13 diciembre de 1895, donde se anunció un
decreto rmado por Rafael Gutiérrez -presidente de la República- y Prudencio
Alfaro -secretario de Estado en el despacho de gobernación-, el cual brevemente
reza de la siguiente manera:
Tomando en consideración que es de utilidad pública la continuación de la
línea férrea hasta el puerto viejo, y que para ellos se necesita ocupar algunos
terrenos de particulares en jurisdicción de Acajutla […]. Decreta: Declárese
de utilidad pública la ocupación de los referidos terrenos y procédase á su
expropiación en la forma legal [sic] (p. 1917).
En esta ocasión, no se halló evidencia que sugiriera las indemnizaciones que
-posiblemente- otorgaría el mismo gobierno a aquellos particulares afectos por
el decreto publicado en esta fecha.
El 16 del mismo mes y año, pero publicado el 30 de diciembre en el Diario Ocial
-núm. 306-, tuvo lugar la inauguración de los trabajos para la construcción del
tramo que uniría La Unión -ubicado al oriente del país- con la capital y que,
según esta publicación, estaría a cargo de un cuerpo respetable de ingenieros
cuya comisión llegaba de Londres, aunque sin más detalles del currículo del
equipo de ingenieros. Por su parte el presidente Gutiérrez, señaló en aquella
ocasión que, ya que el occidente y el centro del país pronto, para aquel año,
estarán interconectados por ramales de vías férreas, resulta de vital importancia
que el oriente se incorpore al concierto del desarrollo nacional que traerá
consigo el proyecto ferroviario.
Entre los asistentes que disfrutaron de un espacio para su alocución estaba Rafael
S. López -representante del gobierno-, quien consideraba: que el complejo
proceso de interacción entre factores materiales, morales e intelectuales
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(1872-2018) Págs. 18-35.
daría como resultado el progreso nacional y que el abandono de uno de ellos
vuelve incompleta y defectuosa la obra. El Dr. Antonio Rosales -representante
departamental de San Miguel- aseguraba que: los trabajos inaugurados aquel
día, facilitaría la comunicación del puerto de Cutuco -en La Unión- con los
principales centros comerciales de la república, para el engrandecimiento de la
sección Oriente y de toda la Nación (p. 1969).
Importantísima obra que necesitaría una ‛buena dosis’ de mano de obra que
permitiera consumarla de buena manera. El telegrama enviado al señor
presidente Rafael Gutiérrez- por G. Quiróz el 31 de diciembre de 1895
-publicado en el Diario Ocial de aquella fecha- dejaba entrever que para
realizar los trabajos recién inaugurados trabajaron 400 operarios de sexo
masculino que -según el remitente- en su mayoría eran voluntarios, pero a
causa de cambios administrativos a nivel local se generó una disminución en el
número de trabajadores, aunque -para ese momento- ya se había concluido una
milla para su enrielado.
Según Martin (1985) en 1908 tiene lugar una nueva concesión -conocida como
contrata Avalos-Keilhauer- para construir el tramo que conectaría desde La
Unión hasta la frontera con Guatemala. Este último ramal pasaría a ser el vínculo
entre las ciudades de Usulután, San Vicente y Cojutepeque e interconectaría,
también, con el tramo que iba de San Salvador hacia Santa Ana, desembocando
con el ferrocarril del Atlántico. La importancia de este último tramo es que
abarcaría la sección de la línea Panamericana al interior del territorio nacional.
La contrata de 1895, para construir la línea férrea de La Unión a San Miguel
tendría su fruto para el año de 1912. El 6 de julio de ese año, el Diario Ocial
realizó la publicación alusiva a la inauguración de aquel tramo -inaugurado por
el entonces presidente Manuel Enrique Araujo- quien pronunció un elocuente
discurso -publicado en este número- donde aseguraba que dicha obra abría: “[…]
aquella rica sección de la patria salvadoreña, [a] una nueva era de prosperidad
[…y] progreso. San Miguel, la metrópoli de Oriente, […] renace á nueva vida,
y la savia de nuevas energías, hará que allá orezcan la agricultura, el comercio
y las industrias (sic)” y dejaba entrever el deseo de continuar los trabajos hasta
las riberas del río Lempa (p. 1517).
En 1912, con el ingreso de la compañía Ferrocarriles Internacionales de
Centroamérica, y luego de varias dicultades económicas, se logró iniciar
operaciones en el tramo que comprendía entre el Puerto de Cutuco (La Unión)-
San Miguel- y luego a San Salvador para 1920 (CEPA, 2014, p.43). Cabe la
aclaración, de que los derechos y obligaciones contraídos por el IRCA tenían su
antecedente en la contrata Avalos-Keilhauer pero que su concesionario -René
Keilhauer- cedió los derechos de la contrata original a la compañía Guatemala
Railway Company conocida después como International Railway of Central
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America -conocida como IRCA por sus siglas en inglés- con domicilio en el
estado de Nueva Jersey, EE. UU. (Solorzano, 1977).
Para 1927, aproximadamente, esta compañía cruzaba
casi todo el territorio salvadoreño. Actualmente [para el mismo año] está
en explotación desde el puerto de Cutuco (La Unión) hasta la capital: 252
kilómetros. El tren pasa por los departamentos de San Salvador, Cuscatlán,
San Vicente, La Paz, Usulután, San Miguel y La Unión [dejando entrever
las nuevas rutas en explotación, por ejemplo:] la línea de Soyapango a
Texistepeque [… y] los ramales de Santa Ana a la frontera de Guatemala
(Andino, 1927, p. 24).
En 1962, a causa de incumplimiento de contrato por parte de la The Salvador
Railway Company Limited -compañía que había hecho saber al estado
salvadoreño su incapacidad para administrar el sistema ferroviario a su cargo-
esta había acordado hacer el traspaso de forma legal de todos los bienes muebles
e inmuebles del ferrocarril a su cargo en favor del gobierno nacional (Solorzano,
1977). Por tal razón, y
tomando en cuenta el abandono total que había hecho del aludido servicio
público [la compañía en cuestión], […] se llegó a la resolución de solicitar
al Poder Legislativo la declaratoria de la caducidad de la concesión otorgada
a la The Central America Public Works Limited y cedida por esta a The
Salvador Railway Company Limited. (pp.48-49).
A raíz de lo anterior, se promulgó el decreto legislativo núm. 181 del 22 de
octubre de 1962, mediante el que se constituye el Consejo de Administración
del Ferrocarril de El Salvador y para 1971 el IRCA se declara en quiebra y pasa
a ser administrada por el estado (CEPA, 2020, p. 6). El 3 de octubre de 1974 el
gobierno declaraba caduca la contrata Avalos-Keilhauer y demás modicaciones
que sobre esta se habían realizado a causa de incumplimientos en las cláusulas
contractuales. Fue a partir de 1974 que se delegó a la Comisión Ejecutiva
Portuaria Autónoma (CEPA) la dirección, operación y administración tanto
del sistema ferroviario como del portuario, conociéndose desde ese momento
como: Ferrocarriles Nacionales de El Salvador (FENASAL) (Solorzano, 1977).
El año siguiente, por Decreto Legislativo núm. 269, publicado en el Diario
Ocial del 22 de mayo de 1975, las compañías: Ferrocarriles de El Salvador
(FES) y FENASAL se fusionan y nace Ferrocarriles Nacionales de El Salvador
-FENADESAL-. Aquel decreto contemplaba que, en vista de que las empresas
a cargo del ferrocarril y del puerto de Cutuco -cuyas concesiones yacían nulas-
pasarían al pleno dominio del estado sus propiedades y dependencias. Al
Fusionarlas se buscaba prestar un servicio coordinado entre el ferrocarril y el
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puerto de Cutuco, lo que permitiría ejecutar una política coherente y encaminada
a armonizar el comercio terrestre y marítimo, respondiendo solo a los intereses
propios de la nación y para efecto de todos los trámites administrativos, siempre
estaría subordinada a CEPA.
Por tanto, rezaba el artículo 1°: “fusiónanse (sic) las empresas ferrocarrileras
estatales identicadas como Ferrocarriles de El Salvador (FES) y Ferrocarril
Nacional de El Salvador (FENASAL), incluido en esta última el Puerto de
Cutuco. Las empresas que se fusionan integrarán el sistema nacional de
ferrocarriles de El salvador en una solo empresa, cuya denominación será
Ferrocarriles Nacionales de El Salvador o abreviadamente FENADESAL”
(p. 5727).
Hotel Hispanoamericano, en la esquina de la 4ª Calle poniente y 2ª avenida sur, hoy en toda esta
manzana se encuentra el Banco Hipotecario Central.
Fotos extraídas del libro: Paseo del recuerdo. San Salvador 1900-1925.
Luego de la fusión de las compañías ferroviarias, según CEPA (2014), las
operaciones no se detuvieron, registrando una leve mejora en el rubro de carga
-en términos de peso transportado- para 1976 (460, 897 t., comparada con el
año base: 1951 en esta referencia), superando para 1979 en 15 % (589,497
t. / 2,010,574 pasajeros) a las estadísticas en este rubro de 1951 (516,000 t. /
3,431,000 pasajeros), pero por otra parte el transporte ferroviario decaía ante
la preferencia de la población por el transporte terrestre. Particularmente, al
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nalizar el conicto político-militar -tras la rma de los Acuerdos de Paz el 16
de enero de 1992, en el Castillo de Chapultepec, México- inició un período de
reconstrucción.
La empresa cargaba con dos enormes lastres: el daño físico, incluyendo el
deterioro de infraestructura por la falta de mantenimiento y renovación de
sus equipos, más el descenso secular en el uso del ferrocarril como medio
de transporte de pasajeros y carga debido a la competencia [con el] tráco
vehicular (p.50).
Aldana (1997) se reere a que, aproximadamente al año de su publicación
y durante la administración presidencial de Armando Calderón Sol (1994-
1999) se generaba una gota de conanza porque -el ejecutivo- revitalizara
FENADESAL, retomando los ofrecimientos de colaboración por parte de países
como Japón, Francia, Inglaterra, Italia y otros con el ánimo de colaborar con la
modernización del sistema ferroviario nacional, pero que habían sido ignorados
hasta ese momento.
Según este autor, para aquel año las vías coincidían con las que una vez
inauguraron (The Salvador Railway Company Limited - IRCA) a nales
del siglo XIX e inicio del XX. La rehabilitación sería un largo y complejo
proceso y que necesitaría del soporte de gobiernos “amigos” que apoyen
aquella iniciativa.
Japón se perló en este sentido -por el apoyo que venía siendo ofrecido desde
1962 a 1967- y aunque hubo intercambio de ideas no se llegó a acciones
concretas a raíz de intereses obscuros que lo imposibilitaron. Señalaba en
parte -con una buena dosis ideológica de post-Gguerra Fría- las décadas
de agonía del ferrocarril nacional -antes, durante y después del conicto
político-militar- a raíz del terror que causó aquel trance bélico que envolvió
al país desde -al menos- 1980. Pero que, su rehabilitación a nales del siglo
XX resultaba necesaria “no porque [.] signique una de las mejores obras
que dejaría el actual gobierno, [de Calderón Sol] sino por lo que representaría
para la posteridad” (p.25-26).
A pesar de las “buenas intenciones” encaminadas a la reactivación del ferrocarril
en el país, ninguna alcanzaría la “gloria” que -primitivamente- gozó el sistema
ferroviario. En el 2002, el que una vez fue proyecto símbolo de modernidad y
progreso para la nación, dejó de prestar servicio, indemnizó a sus empleados y
redujo su personal únicamente al necesario para su administración y seguridad.
Sin embargo -y a pesar del trágico 2002- en el año 2007, desde CEPA se tomó
una importante decisión en un intento de revivirlo, pero con una estrategia
diferente y ambiciosa: se descartó la revitalización del viejo sistema de trenes
-disponible para FENADESAL en ese momento- y se buscaría la construcción
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de un nuevo sistema de vías -para carga y pasajero- que permitiera, luego de
estandarizar la ota de trenes, anexarlo al sistema ferroviario de Guatemala y
posteriormente interconectarlo con el sistema ferroviario de Norteamérica en
el contexto del CAFTA -rmado por El Salvador en 05 de agosto de 2004 y
raticado el 17 de diciembre del mismo año- y del Plan Puebla Panamá -al que
El Salvador se incorporó en el 2004- (CEPA, 2014, p. 53).
Finalmente, se registró un breve periodo en el que funcionó el ferrocarril -del
impulso de 2007 hasta agosto de 2012- año en el que tuvo lugar su último
recorrido. Este lapso se vio opacado por los altos índices de inseguridad social
a escala nacional, aspecto que en parte fue responsable del rápido declive
de aquel intento, posteriormente, en 2015 -bajo la administración como
director de CEPA del Ing. Nelson Vanegas- se fundó el Museo del Ferrocarril
y el Parque Temático que actualmente presta servicio en las instalaciones de
FENADESAL, ubicados sobre la Avenida Peralta Núm. 903 -en las cercanías
de la exterminal de Oriente en San Salvador (CEPA, 2016).
En esta línea, se han abierto otros espacios para la difusión de la historia del
ferrocarril -como el Museo del Ferrocarril en Sonsonate, la Casa de la Cultura
y Convivencia dentro de las instalaciones del Museo del Ferrocarril en san
salvador que busca propiciar “un espacio para la promoción del arte, la
cultura y la participación ciudadana a los habitantes de las comunidades de la
zona” (CEPA, 2018, p. 71), Dichas iniciativas, están lejos de aquellas ilusiones
con las que inició el vaivén de uno de los proyectos más importantes de la
historia salvadoreña, por transcender ampliamente su función de “transporte
de carga y de pasajeros”.
A manera de conclusión
A casi 147 años de la contrata para construir el primer tramo de vías férreas,
en El Salvador, este signicó, coordinadamente con el sistema portuario, la
apertura de la producción agrícola nacional a los mercados regionales, EE. UU.
y Europa. Generó grandes transformaciones en todas las esferas de la vida social,
pero a su vez este fue cohibido por las mismas fuerzas que lo impulsaba y el
milieu de su desarrollo jugaría su papel en el devenir de este ambicioso proyecto
que, a nal de cuenta, terminó con más pena que gloria y con la añoranza de
“lo que una vez fue”, pero que no le resta ni lo más mínimo a su relevancia
histórica. Relevancia que se debe alejar de las idealizaciones románticas, para
develar las contradicciones que aquel proyecto podía y puede contener en sí,
todo con el único objetivo de tomar las medidas necesarias para una verdadera
revitalización del sistema ferroviario nacional y - aunque no es punto para tratar
en esta ocasión- aunque estas “cruzan” trasversalmente toda su historia.
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Hotel Nuevo Mundo 50 del Sr. Porth. Este lugar lo ocupó después el Hotel Astoria, y luego
el almacén Vaciana; actualmente hay muchas tiendas comerciales. Esta vista tomada desde el
parque Bolívar, es la esquina de 4.ª calle Oriente y la 2.ª avenida Sur.
Fotos extraídas del libro: Paseo del recuerdo. San Salvador 1900-1925.
La paradoja resulta por demás interesante: aquel proyecto que ilusionó a toda
la sociedad terminó convertido en piezas de museo que únicamente evocan la
gloria que una vez contempló, pero -como se dijo más arriba- no le resta en
lo más mínimo la importancia que este ejerció para el desarrollo del país. Un
párrafo que, a pesar de lo extenso, resulta concluyente asegura que
[…] la red misma no se amplió desde el momento en que se completaron
los planes originales allá por 1930. […] el ferrocarril quedó congelado en
el tiempo y no pudo adaptarse a los requerimientos de los usuarios y a los
cambios en el tamaño y la distribución de la población del país. […] “Era
obvio que la modernización de la red ferrocarrilera pasaba por una importante
inversión en compra de equipo rodante, rieles y sistemas de comunicación,
además del mantenimiento de la infraestructura aprovechable (tales como
puentes, viaductos y estaciones). De lo contrario, sería imposible competir
con la opción del transporte automotor” (CEPA, 2014, p. 52).
Aún hoy el ferrocarril aguarda, quizá, a un nuevo tiempo, una nueva reinvención
que le permita imponer la importancia que una vez tuvo.
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Flores-Guzmán, Oscar. El ferrocarril en El Salvador: de la ilusión al abandono en una breve cronología
(1872-2018) Págs. 18-35.
Atrás de la iglesia El Calvario, entre Calle Gerardo Barrios y la 5.ª avenida Sur, se encontraba la
estación de Santa Tecla. Hoy se encuentra aquí el mercado central.
Fotos extraídas del libro: Paseo del recuerdo. San Salvador 1900-1925.
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Tambor pequeño o atahualné
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Flores-Manzano, Carlos. Breve Sumario de las Investigaciones Realizadas en el Área Arqueológica
de El Trapiche, Chalchuapa 1953-2019. Págs. 37-51.
Breve sumario de las investigaciones
realizadas en el área arqueológica
de El Trapiche, Chalchuapa, 1953-2019
A brief summary of the research conducted at El Trapiche
archaelogical site in Chalchuapa, 1953 - 2019
Carlos Flores-Manzano
Arqueólogo
Universidad Tecnológica de El Salvador
coresmanzano@gmail.com
Fecha de aceptación: noviembre 2019
DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i11.10734
URI: http://hdl.handle.net/11298/1190
Resumen
Las investigaciones en El Trapiche han sido fundamentales para comprender una
de las dinámicas culturales más tempranas en Chalchuapa y en El Salvador, por
lo tanto, es fundamental determinar los factores que llevaron al desarrollo de las
investigaciones arqueológicas en este grupo de estructuras, así también cómo
estas se han desarrollado en los últimos años y los resultados e interpretaciones
que han sido propuestas.
Palabras clave: Arqueología - Historia - 1953-2019 - El Trapiche, Chalchuapa,
El Salvador. Excavaciones arqueológicas - El Trapiche, Chalchuapa, El
Salvador. Restos arqueológicos - El Trapiche, Chalchuapa, El Salvador.
Abstract
Archaeological studies in El Trapiche have been fundamental in order to
understand one of the earliest cultural dynamics in Chalchuapa and El
Salvador, hence the need to determine which factors led to the development
of archaeological research in the group of structures at El Trapiche, as well as
how these have been conducted in recent years in addition to the results and
interpretations that have been proposed.
Key words: Archaeology - History - 1953-2019 - El Trapiche, Chalchuapa, El
Salvador. Archaeological excavations - El Trapiche, Chalchuapa, El Salvador.
Archaeological remains - El Trapiche, Chalchuapa, El Salvador.
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de El Trapiche, Chalchuapa 1953-2019. Págs. 37-51.
Introducción
Desde la identicación del área arqueológica de El Trapiche en 1953 por Alfred
V. Kidder y su asociación con el periodo preclásico temprano, el interés en
el estudio de este sitio arqueológico ha sido fundamental para el desarrollo
de las investigaciones arqueológicas en Chalchuapa. Y para la creación
del conocimiento sobre la Arqueología en El Salvador, a continuación, se
propondrá un breve sumario sobre todas las exploraciones realizadas en El
Trapiche y su impacto en las investigaciones arqueológicas, tanto nacionales
como internacionales.
Figura 1. Yacimientos arqueológicos identicados en Chalchuapa
(Sharer et al., 1974, p. 167)
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de El Trapiche, Chalchuapa 1953-2019. Págs. 37-51.
Figura 2.- Estructuras relacionadas con el grupo El Trapiche
(Fowler, 1984, p. 605)
Investigaciones realizadas por la Universidad de Pensilvania 1953-1970
William R. Coe, tenía interés en el horizonte preclásico en Honduras y
Guatemala, pero sabía poco sobre El Salvador, solo se tenía conocimiento
por las investigaciones de Stanley H. Boggs en “San Andrés y Tazumal
sobre los períodos clásico y postclásico”. (Casasola, 1975, p. 715).
Se eligió el sitio Arqueológico El Trapiche, para ser excavado, debido a una
colección superficial realizada en 1953 por el Dr. Alfred V. Kidder, quién
visitó el sitio con el señor Percy C. Madeira Jr.; y basados en una colección
superficial de cerámica, se dedujo que la ocupación del sitio era del período
preclásico (Coe, 1955, p. 14-15).
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En estas excavaciones participó el señor Arthur Stitzinger, miembro del Museo
Universitario de Pensilvania, y la señora Coe (Coe, 1955, p. 16). Coe, identica
ocho montículos relacionados con El Trapiche y discute que el octavo, por su
distancia, podría ser considerado parte de la zona denominada Casa Blanca
(Coe, 1955, p. 17).
En las investigaciones realizadas en 1954, se excavaron los montículos 3 (E3-
3) y 6 (E3-6), mientras en los montículos 1 (E3-1), 2 (E3-2) y 8 (E3-8) solo se
realizaron pozos de sondeo (Coe, 1955, p. 17).
El montículo 3 presentó una extraña estructura construida con canales hechos
con paredes de barro ‛azul’ quemado, cuyo relleno eran tiestos, vasijas
quebradas, obsidiana y partes de gurillas; mientras que el montículo 6 difería
en su arquitectura al ser construido con una secuencia de pisos de adobe suaves,
sobre una plataforma de adobe muy profunda sin presencia del uso de barro
como en el montículo anterior. Ambos montículos poseían el mismo tipo de
cerámica y artefactos, pero no se encontraron entierros (Coe, 1955, pp. 19-20).
Figura 3. Remoción de tierra entre las partes de la estructura hechas de barro cocido,
Monticulo E3-3 (Coe, 1955, p. 14). Un contexto similar se encontró al sur de la Estructura 6
de Casa Blanca
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de El Trapiche, Chalchuapa 1953-2019. Págs. 37-51.
Carlos Flores Manzano
Posterior a las investigaciones realizadas en 1954 por William R. Coe, todo el
material arqueológico fue conscado por el gobierno, dado que Coe trató de
sacar del país todos los materiales para analizarlos, cuyas investigaciones se
mantuvieron en suspenso hasta 1966 cuando Coe animó a Robert J. Sharer a
analizar este material, el cual se localizaba en las bodegas del Museo Nacional
“David J. Guzmán” (Sharer, 1978, p. 5).
Es basado en este análisis de las colecciones recolectadas por Coe, que
Sharer decide realizar excavaciones adicionales en El Trapiche en 1967. Estas
excavaciones incluyeron (Sharer, 1978, p. 5) “...una trinchera axial en la parte
inferior de la parte sur del montículo más grande de Chalchuapa, la estructura
E3-1...” (Sharer, 1978, p. 5). Asimismo, se hicieron pozos de prueba tanto en
otras áreas de El Trapiche como en la Laguna Cuzcachapa (Sharer, 1978, p.
5), por estos estudios se identicó la primera evidencia de material del periodo
preclásico temprano (1200-900 a. C.). También fueron identicadas cuatro
esculturas de piedra en el eje arquitectónico del montículo E3-1, las cuales
estaban relacionadas con el periodo preclásico tardío (Sharer, 1978, p. 5).
Además, sobre estas esculturas se identicó por primera vez una capa de ceniza
volcánica relacionada con el nal del periodo preclásico (Sharer, 1978, p. 5), la
cual ahora se conoce como Tefra Tierra Blanca Joven o TBJ, siendo parte de la
erupción del volcán Ilopango; de esta Dull propone que ocurrió en el 535 d. C.
(Dull et al, 2010, p. 1), mientras que Kitamura es más prudente y proporciona
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un período en el que pudo ocurrir “…entre 393 y 561 años [cal AD] (2sigmas)
y entre 335 y 540 años [cal AD] (2sigmas) …” (Kitamura, 2009; en Shione,
Shigeru y Akira, 2010, p. 828), por lo tanto, con seguridad esta erupción ocurrió
entre el 393 y el 561 d. C.
Basado en las investigaciones realizadas entre 1954, 1966 y 1967, en El
Trapiche, fue que Robert J. Sharer realizó su disertación de doctorado en 1968
(Shione, 1978, p. 5).
Las exploraciones determinaron que era necesario profundizar las investigaciones
para documentar la ocupación del periodo preclásico en Chalchuapa, así como
también para conocer la secuencia cultural total de esta ciudad, por eso se crea
el Chalchuapa Archaeological Project en 1967, cuyo director del proyecto sería
William R. Coe, y el director de campo, Robert J. Sharer, nanciado por el
University Museum de Pensilvania (Sharer, 1978, p. 5).
Figura 4. Fragmento de cabeza de jaguar tallada en piedra encontrada por Robert J. Sharer en
El Trapiche (Sheets, 2008, p. 415)
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Luego de realizar la colección supercial y pozos de prueba en 1968, se iniciaron
las excavaciones en 1969 durante cinco meses en El Trapiche y Casa Blanca,
así como también en la laguna Cuzcachapa y la nca Las Victorias (Sharer,
1978, p. 5). Es en esta misma temporada que se retoman las excavaciones de
1967 en El Trapiche, continuando la trinchera axial o eje arquitectónico “C” en
la estructura E3-1 (Sharer, 1978, p. 5).
Figura 5. Monumento 1, El Trapiche, estela con un gobernante e inscripciones mayas se
logra identicar el glifo uinal, traducido como un período calendarizado de 20 días, Maya
(Sharer, 1978, p. 168)
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En resumen, se realizaron seis investigaciones o temporadas en El Trapiche por
el equipo de la Universidad de Pensilvania en 1953, 1954, de 1966-1967, de
1968, 1969 y 1970 (Sharer, 1978, p. 6-7).
Rescate Arqueológico en la estructura E3-7, 1977-1978
Entre 1977 y 1978 se realizó el salvamento arqueológico en la estructura
E3-7 de El Trapiche por el Dr. William R. Fowler Jr. En esta investigación se
determinó que esta estructura fue construida en el periodo preclásico tardío;
también Fowler propone que esta estructura fue creada como un montículo
funerario de múltiples episodios y que contenía los cuerpos de 33 individuos o
entierros en el relleno constructivo, interpretados por el autor como evidencia
de sacricios humanos (Fowler, 1984, p. 603), aunque la teoría del montículo
funerario es discutible.
Fig. 6. Entierros 19 y 20, estructura E3-7, El Trapiche (Fowler, 1984, p. 608)
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de El Trapiche, Chalchuapa 1953-2019. Págs. 37-51.
Investigaciones realizadas por la Universidad de Nagoya, 2012-2019
Figura 7. Mapa topográco de El Trapiche (Nobuyuki et al., 2015, p. 755)
Las investigaciones en El Trapiche, dirigidas por el Dr. Nobuyuki Ito, en
conjunto con la Universidad de Nagoya, Universidad de Estudios Extranjeros
de Kyoto, Universidad Hirosaki Gakuin, Universidad de Toyama y Universidad
Tecnológica de El Salvador, iniciaron en marzo de 2012, en su primera
temporada con base en la hipótesis de que la disposición espacial de las esculturas
vinculadas con las culturas olmeca y maya temprana siempre se encontrarían
al frente de las estructuras y en las plazas rodeando los edicios. En ciertos
momentos estas presentaban alineamientos paralelos al eje arquitectónico de
las estructuras. Así también, esta disposición de las esculturas es la misma
que la encontrada en los sitios arqueológicos Izapa, San Lorenzo, La Venta,
Kaminaljuyu y Tak´Alik Ab´aj; y se ha mantenido en los diversos hallazgos
tanto en Casa Blanca, como en El Trapiche (Nobuyuki et al., 2015, p. 749).
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de El Trapiche, Chalchuapa 1953-2019. Págs. 37-51.
Basado en esta hipótesis de trabajo, se diseñó la investigación auxiliados por un
sondeo geofísico realizado por la Tanaka Geological Corporation para identicar
anomalías en el subsuelo, las cuales serían traducidas como posibles estructuras
arqueológicas y posibles esculturas (Nobuyuki et al., 2015, pp. 749-750).
En estos ocho años de investigación, se han realizado dos etapas del proyecto, en
las cuales se llevaron a cabo cinco temporadas de campo en la etapa 2012- 2014
(Nobuyuki et al., 2015, pp. 749-750) y siete temporadas de campo en las etapas
2015-2018. En la actualidad de lleva a cabo la octava temporada (Febrero-
Abril 2019) y se ha hecho un gran trabajo; también se han identicado grandes
descubrimientos en estas temporadas, entre los cuales están el levantamiento
topográco con estación total del área arqueológica y el hallazgo de diferentes
rasgos arquitectónicos relacionados con piedras alineadas, y principalmente el
hallazgo de diversas esculturas in situ, como dos cabezas de jaguar estilizados
(Nobuyuki et al., 2015, pp. 751-752), las cuales suman cinco encontradas en
El Trapiche, dado que el equipo de la Universidad de Pensilvania registro otras
tres cabezas de jaguar; también se encontró un fragmento de estela esculpida y
un altar liso (Nobuyuki et al., 2015, p. 751); esto durante la etapa 2012-2014.
Mientras que en la etapa de investigaciones 2015-2018 se identicaron rasgos
arquitectónicos de piedras alineadas, que Nobuyuki Ito identica como la
división de un recinto sagrado, y diversas fomaciones troncocónicas, a la vez se
identicó una estela cuya fecha estaba relacionada con el 7 Baktún de calendario
de cuenta larga maya (Nobuyuki y Stuart, 2019).
Figura 8. Estela de 7 Baktun de El Trapiche (Nobuyuki y Stuart, 2019)
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Figura 9. Analisis comparativo de la Estela de 7 Baktún de El Trapiche (Nobuyuki y Stuart, 2019)
Nuevas interpretaciones sobre las Cabezas de Jaguar Estilizadas
El concepto de cabezas de jaguar estilizadas, fue planteado y discutido en un
artículo que se publicó en 1940 por Francis D. Richardson, titulado “Non-Maya
Monumental Sculpture of Central America”; y tienen como características,
pertenecer al preclásico tardío, además de localizarse en un área de 3.000 km2
al este del rio Paz, y se denen como esculturas de caras estilizadas, las cuales
eran talladas en basalto, andesita y escoria volcánica (Paredes Umaña, 2012, p.
7). Durante las investigaciones realizadas por Nobuyuki Ito entre 2012 y 2019
se dieron nuevas interpretaciones relacionadas con las dos cabezas de jaguar
estilizadas, especícamente en el contexto de las cabezas identicadas in situ, al
sur de la estructura E3-1 en El Trapiche, donde describe, en su interpretación, que:
Se encuentra el ojo izquierdo o este de la Cabeza 2 en el extremo
oriente. Y el ojo derecho u oeste de la Cabeza 1 se ubica en el poniente
extremo de los cuatro ojos de las dos Cabezas de Jaguar Estilizadas.
Así el ojo izquierdo de la Cabeza 2 se ubica más cerca del sol naciente,
o en donde nace el sol, mientras el ojo derecho de la Cabeza 1 más
cerca del sol poniente en donde el sol entra al inframundo. Por esta
razón, el ojo izquierdo de la Cabeza 2 está vivo y el derecho de la
Cabeza 1 muerto, correspondiendo al sentido de la actividad del sol…
(Nobuyuki et al., 2015, p. 752).
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Figura 10. Esculturas de Cabezas de Jaguar estilizadas encontradas al sur de la estructura E3-1;
a) contexto; b) detalle; por Nobuyuki Ito (Nobuyuki et al., 2015, p. 758)
Este estilo escultórico ha sido estudiado por Federico Paredes, el cual propone
como el núcleo de las cabezas de jaguar a la zona ubicada en el sureste de
Mesoamérica, del cual determina que esta permite la exploración de los
símbolos locales y las dinámicas regionales como procesos complementarios en
la formación de las sociedades complejas tempranas, al examinar cómo diversas
tradiciones escultóricas pueden ayudar a iluminar las dinámicas de la vida social
durante el periodo preclásico tardío (Paredes Umaña, 2012. p. vi); y se plantea
como una representación de un comportamiento mágico-religioso relacionado
con el chamanismo que está vinculado con la centralización del poder político
en dicho período en el contexto de la construcción de estados tempranos. En
este sentido, los cultos de los gobiernos tempranos utilizaron los símbolos
representados en las cabezas de jaguar como estrategias para legitimar su poder,
además, el estudio de esta perspectiva de las cabezas de jaguar se plantea como
una oportunidad para comprender el cambio social (Paredes Umaña, 2012. p.
vi), y por qué no decirlo, el cambio cultural regional en ese mismo período.
a)
b)
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Figura 11. Cabezas de Jaguar Estilizadas (Nobuyuki y Stuart, 2019)
Sobre las Cabezas de Jaguar estilizadas, Ito propone que la denominación de
Cabezas de Jaguar estilizado es inexacta para el estilo escultórico, dado que no
es posible denir a un solo animal como el referente tallado en cada una de estas
esculturas estilizadas, pues es necesario considerar distintos aspectos de cada
elemento representado en las esculturas, mediante un estudio comparativo con
los animales representados en el arte prehispánico en Mesoamérica (Nobuyuki,
2017, p. 7). Romero Sandoval (Nobuyuki, 2017, p. 18); propone que el culto al
murciélago surge paralelamente en Mesoamérica y en Sudamérica; y basado en
las investigaciones de Eguiarte (Nobuyuki, 2017, p. 18-19) se han identicado
características morfológicas en piezas prehispánicas de murciélagos de las
familias Phyllostomidae Centurio senex y Vampirum spectrum (Nobuyuki,
2017, p. 19); la característica principal representada es el apéndice nasal, u
hoja nasal, la cual se identica en algunas cabezas de jaguar como una cresta
sobre su nariz, denominada cresta sagital, además presentan hendiduras en la
parte superior de la boca similares al murciélago Centurio senex (Nobuyuki,
2017, p. 19).
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flores-Manzano, Carlos. Breve Sumario de las Investigaciones Realizadas en el Área Arqueológica
de El Trapiche, Chalchuapa 1953-2019. Págs. 37-51.
Comentarios nales
De esta forma, durante las investigaciones realizadas en la zona arqueológica
de Chalchuapa han sido identicadas alrededor de 58 estructuras grandes y 87
pequeñas (Sharer, 1978, p. 3). También en estas se dieron diversos hallazgos:
…se encontraron esculturas en varios estilos culturales y regionales,
como olmeca, maya, tolteca y azteca… …En las áreas de El Trapiche,
Casa Blanca y Tazumal, se han encontrado unas estructuras (más) altas
en las que se hallaron más de 30 esculturas monumentales. La mayoría
de las esculturas no tienen datos arqueológicos mediante excavaciones
cientícas; sin embargo, según investigaciones anteriores, algunas de
ellas fueron colocadas al frente de la estructura o en la plaza rodeada
por las estructuras. Por los pocos datos arqueológicos, es muy difícil
reconocer su posición cronológica y cultural… (Nobuyuki et al., 2015,
p. 749).
Además, se ha encontrado una gran cantidad de gurillas, algunas analizadas
por Bruce Dahlin (Sharer, 1978) en la década de los 70 y muchas más por
analizar, como también se ha identicado mucha cerámica que todavía está en
proceso de análisis debido a que las investigaciones continúan en la actualidad.
Conclusiones
Las investigaciones arqueológicas en El Trapiche, en sus distintas etapas, han sido
fundamentales para despertar el interés de arqueólogos e investigadores en los
yacimientos arqueológicos de Chalchuapa, y han sido fundamentales para crear
el conocimiento que se posee actualmente de la región, por lo tanto, restauración
y conservación del grupo arqueológico de El Trapiche es imprescindible para
el interés tanto nacional como de la humanidad misma, dado que nos ayuda
a comprender las dinámicas culturales regionales e interregionales que nos
ayudan a construir la historia de las culturas prehispánicas, para comprenderla
mediante el hallazgo y análisis de sus restos materiales. Actualmente las
investigaciones en El Trapiche siguen dando sorpresas, y esperamos que en
el futuro las investigaciones sigan y se puedan socializar con el público en
general para ayudar a cimentar la identidad salvadoreña.
51
REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Flores-Manzano, Carlos. Breve Sumario de las Investigaciones Realizadas en el Área Arqueológica
de El Trapiche, Chalchuapa 1953-2019. Págs. 37-51.
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Ayacaxtle o sonaja
Salvador Marroquín
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Marroquín, Salvador. Los instrumentos musicales y objetos sonoros tradicionales en El Salvador.
Págs. 53-91.
Los instrumentos musicales y objetos sonoros
tradicionales en El Salvador
Traditional musical instruments and resounding objects
in El Salvador
Lic. Salvador Marroquín
Etnomusicólogo
Director coral e investigador de la música
tradicional, académica y popular.
salvador.marroquin@utec.edu.sv
Fecha de aceptación: noviembre 2019
DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i11.10736
URI: http://hdl.handle.net/11298/1192
Resumen
A través del tiempo, nuestro pueblo ha sabido salir adelante ante las
adversidades naturales, sociales y política, buscando su propia identidad. En
el reino de Cuscatlán, también conocido como precolombino (¿-1524 d. C.),
se utilizó lo que el medio le proveía. En ese período, también hizo uso del
barro y de la metalurgia para elaborar instrumentos musicales que jugaron un
papel importante en los rituales de la medicina, a la naturaleza y, por supuesto,
en su contacto con los dioses del inframundo. En el Mestizaje cultural (1524-
1950) amalgamó lo útil conocido con todo lo que venía de las otras culturas
(europeas, asiáticas y africanas), e insertó en los rituales católicos instrumentos
que les servirían en sus propias celebraciones. En el capitalismo industrial se
fortaleció su identidad con los materiales naturales y los productos de desecho
y, por supuesto, con los instrumentos musicales que se incorporaron en lo
cultural, social y en los rituales católicos.
Palabras clave: Instrumentos musicales indígenas - El Salvador. Música
afroamericana. Identidad cultural - El Salvador. Música folclórica salvadoreña.
Música - aspectos sociales. Etnomusicología - El Salvador.
Abstract
Through time, our people has been able to move forward in the face of natural,
social and political adversity, and in the pursuit of their identity. In the kingdom
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Págs. 53-91.
of Cuscatlán, also known as the Pre-Columbian kingdom (?? 1524), people
used what their environment was able to provide. During that same period,
metalurgy and clay were also used to manufacture musical instruments which
played a relevant role in the different rituals of nature and medicine as well as
to establish contact with the gods of the Underworld. In relation to the cultural
blend (1524 1950), it melted their own known products with those coming
from other cultures (European, Asian and African); it also incorporated useful
instruments for their own catholic rituals and celebrations. Within the industrial
capitalism, their identity was strengthened by means of the use of natural
materials and the elaboration of waste products in addition to the musical
instruments that were incorporated in culture, society and catholic rituals.
Key words: Indigenous musical instruments - El Salvador. African American
music. Cultural identity - El Salvador. Salvadoran folk music. Music - social
aspects. Ethnomusicology - El Salvador.
Iniciando del año 1976, comenzamos a investigar lo relativo a la literatura
oral-tradicional, con especial énfasis en la música. Nuestro acercamiento a los
estudios realizados sobre este tema nos enfrentó a una limitación: la falta de
información sobre nuestra cultura, en especial, la tradicional. El reto era grande
y había que comenzar desde el principio, desde las entrevistas personales. En
esa época no contábamos con internet ni con los avances tecnológicos que
ahora conocemos, solo había información oral. Los costos en aparatos, cintas,
casetes, baterías y largas horas de grabación eran cada vez más altos y el trabajo
implicaría cientos de horas, prácticamente incosteables.
El objetivo principal de nuestro estudio es que el conocimiento cientíco
sobre los instrumentos musicales tradicionales, contribuya a rescatar, divulgar,
proyectar y aplicar estos elementos de nuestra cultura, que, sin duda, contribuirán
a denir y reforzar nuestra salvadoreñidad. En el presente trabajo tratamos
de ubicar una cronología panorámica de los instrumentos musicales desde el
periodo pre-colombino; y hemos integrado aquellos de otras culturas con las
que históricamente hemos tenido contacto, especialmente aquellos instrumentos
que han permanecido vigentes.
Para el presente estudio, nos hemos basado en los criterios taxonómicos de Erich
von Hornbostel y Curt Sachs, quienes han sistematizado una clasicación donde
todos los instrumentos del mundo tienen un lugar. Según dicha clasicación,
los instrumentos musicales se dividen en: idiófonos
1
, membranófonos
2,
,
1
(1)
Instrumentos cuya materia sólida para sonar y ser audible no requiere tensión una vez
puesta en vibración. Esta El sonido puede lograrse a través de un golpe directo o indirecto,
frotación, entrechoque, y otros.
2
(2)
Instrumentos musicales que necesitan de una supercie elástica y tensa, requiere de
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Págs. 53-91.
cordófonos
3,
, aerófonos
4
y electrófonos
5
. Este último lo excluimos por no
concordar con los criterios arqueo-antropológicos. Las secciones de instrumentos
se han ordenado alfabéticamente.
Los primeros instrumentos musicales en El Salvador datan de varios miles
de años. Gracias a los estudios realizados por la Arqueología, la Historia y la
Etnomusicología, hemos podido recabar datos acerca de los modos de vida
de nuestros antepasados y por la técnica de la estratigrafía
6
y del carbono 14
se les ha ubicado en el tiempo. Asimismo, la Antropología ha hecho valiosos
aportes y ha sentado bases para estudios posteriores. En esa línea, esperamos
que este trabajo sea un aporte para la comprensión y estudio del tema que aquí
nos compete.
Es importante, por tanto, denir nuestro concepto de cultura, entendida esta
categoría como el cultivo de la realidad. Al enfrentar el mundo y la vida, el
hombre creó cultura, porque llenó todo tipo de necesidades —materiales,
sociales y espirituales —, y también construyó, paso a paso, en ese devenir, un
mundo vitalmente equilibrado e interactuante dentro del universo, del cual él (el
hombre) era una parte importante, pero solo eso: una parte.
Las expresiones plasmadas en un sinfín de materiales recrean valoraciones
del mundo y de la vida que identican a cada grupo social en el tiempo y
el espacio. Por ello, los hechos de cultura son clasicados por algunos
especialistas latinoamericanos como cultura material o ergológica, que
estudia el objeto en sí; cultura social, que estudia el hecho folklórico como
elemento compartido por un entorno colectivo; y cultura espiritual-mental,
que trata las expresiones más profundas, como esa conciencia e inconsciencia
colectivas de las que surgen los ritos, los mitos y las leyendas y formas de
pensamiento milenario heredado por generaciones a una colectividad, en cuyo
crisol se ha fundido el “sentido común” y el “buen sentido”. Un artefacto, por
ejemplo, podrá clasicarse como material o ergológico, y, por su uso, si forma
parte de un ritual, en espiritual-mental.
El papel que ha jugado la música en el transcurso del tiempo es valioso. Muchos
de los materiales, usualmente orgánicos, que se han utilizado desde el principio
de los tiempos en la confección de los instrumentos musicales han sido
tensión externa, usualmente de material distinto al cuerpo del instrumento. Se excita a través
de golpes, frotamiento, etc.
3
(3)
Instrumentos que tienen cuerdas o piezas longitudinales propias o de otro material elástico
que requieren de tensión externa. Son excitados a través de golpes, frotamiento, punteado,
rasgado y otros.
4
(4)
Instrumentos que, para sonar, requieren de la vibración de materia gaseosa.
5
(5)
Instrumentos que suenan por medio de la energía eléctrica.
6 Técnica que estudia los estratos terrestres para relacionarla con la presencia de posibles
grupos humanos.
56
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Marroquín, Salvador. Los instrumentos musicales y objetos sonoros tradicionales en El Salvador.
Págs. 53-91.
corruptibles; y solamente a través de los grabados plasmados en recipientes,
códices, bajorrelieves, reseñas hechas por los cronistas, etc., sabemos de la
existencia de la música en esas épocas.
Según el resultado del estudio del hombre, se ha determinado que la música,
la danza y la poesía, en las más remotas civilizaciones, han sido expresiones
indivisibles, no se daban por separado, eran una sola expresión. Mesoamérica
no fue la excepción. El baile, el canto y la poesía eran formas que permitían
una comunicación directa con los dioses, eran alabanza colectiva sin tiempo y
espacio, era un canto cósmico del que —todavía— todos seguimos siendo parte.
Los criterios que hemos utilizado para calcular la duración de cada etapa
histórica han sido los mismos que registran la Antropología,
(7)
Arqueología,
(8)
la
Historia,
7(9)
la Etnomusicología
8(10)
y la Organología
9(11)
Las etapas históricas a estudiar en el presente trabajo son:
I. Período precolombino
Este período se dene desde el primer indicio de la presencia del primer hombre en
el actual territorio salvadoreño, desde (?)-1200 a. C. hasta 1524 d. C., que llega el
primer contingente de españoles a territorio salvadoreño a este. Aquí asumiremos
los criterios del arqueólogo Rafael Cobos sobre el período precerámico como
equivalente a los períodos lítico y arcaico de la historia salvadoreña.
El presente período lo subdividiremos de la siguiente manera:
1.1 Precerámico ([?]-1200 a.C.)
1.1.1 Lítico o paleoindio
1.1.2 Arcaico
1.2 Preclásico (1200 a.C. - 250 d.C.)
1.3 Clásico (200/250 d.C. - 1200 d.C.) y
1.4 Postclásico (1200 d.C. - 1524 d.C.)
II. Período del mestizaje cultural
Incluye Conquista, Colonia y República (1524-1950). Durante estos años los
instrumentos musicales han cobrado importancia, cada uno en su momento
7
(7)
Ciencia que estudia al hombre.
(8)
Ciencia que estudia las artes y los monumentos de la antigüedad.
(9)
Ciencia que estudia el pasado social del hombre. Los datos pueden recabarse en sus
formas oral y escrita.
8
(10)
Ciencia que estudia la música de tradición oral.
9
(11)
Ciencia que estudia los instrumentos musicales.
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Marroquín, Salvador. Los instrumentos musicales y objetos sonoros tradicionales en El Salvador.
Págs. 53-91.
Salvador Marroquín
histórico, aunque posteriormente han compartido coetaneidad con instrumentos
anteriores y posteriores a ellos. Esto es un ejemplo de la riqueza sincrética de
las culturas protagonistas: la memoria colectiva siguió utilizando lo que conocía
desde el período pre-colombino e incorporó lo que le era útil de las culturas
europea y africana.
III. Período del capitalismo industrial
Abarca desde 1950 hasta nuestros días. La principal característica de esta etapa
es la conformación del capitalismo industrial y su aporte indirecto en la cultura,
y, muy especialmente, en la manufactura de artefactos musicales con productos
industriales de desecho.
Primera parte
Período precolombino:
Período precerámico ([?]--1200 a.C.)
Según las investigaciones realizadas, los primeros datos sobre la presencia del
hombre en El Salvador —de manera organizada— nos los da Rafael Cobos; en
su publicación Síntesis de la arqueología de El Salvador (1850-1991) reere las
únicas muestras de este período que se han encontrado en Chalchuapa (Sharer,
1978): varios desechos de navajas de obsidiana y materiales cerámicos. Luego,
prosigue el mismo autor: “Por otra parte, Sheets (1991) observó en colecciones
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particulares puntas de proyectil (puntas Folsom) elaboradas de obsidiana y
cuyas formas se asemejan a las reportadas en períodos más tempranos en otros
puntos del continente” (Cobos, 1994, p. 49).
Período lítico o paleo-indio
La arqueología salvadoreña —por el momento— no nos da mayores datos
respecto este período, puesto que falta intensicar dicho estudio. Recordemos
que nuestra patria es todavía un terreno virgen en materia de investigaciones de
orden cultural. Ahora bien, al tomar en consideración los datos aportados por los
estudios cientícos realizados en el resto de Mesoamérica, sabemos que durante
este período los grupos culturales eran comunidades de cazadores y recolectores
que practicaban actividades no especializadas, con lo cual no lograron mayor
eciencia en la utilización de los recursos de un lugar determinado (Ministerio
de Educación, 1994, p. 10). Con el transcurso del tiempo, los paleoindios fueron
comprendiendo los diversos usos de las plantas y animales (alimentación, cestería,
tintes y medicinas) y las épocas en que podrían ser aprovechables y de mayor
duración. Para ello, los líderes de la comunidad llevaban registro de las estaciones
apoyándose en calendarios sencillos (Ministerio de Educación, 1994, p. 11).
Musicalmente hablando, el conocimiento acumulado ayudó a los chamanes a que
le dieran mayor preponderancia a la voz y al cuerpo humano. Los cantos de alguna
manera tuvieron que ver con el ciclo de vida, la naturaleza y el universo. Por esa
razón los cantos también se utilizaron en rituales, curaciones y otras expresiones
que se recreaban en la repetición constante hasta llegar a una monotonía casi
hipnótica.
Se sabe que en el transcurso de este período aparecieron los primeros idiófonos:
los raspadores de piedra y hueso, el carapacho de tortuga, los sartales de
caracoles y entre los aerófonos: las autas sin agujeros y el palo zumbador.
Estos principios sonoros se comienzan a aplicar a diversos materiales existentes
en el hábitat. Los antecesores del güiro, el carapacho de tortuga y las autas
tapadas dan origen desde este período a prácticas musicales que se comparten con
otras de períodos siguientes hasta llegar a nuestros días.
Período arcaico
Durante este período, las comunidades eran cazadoras y recolectoras de recursos
silvestres con “evidencia de división en rangos sociales, chamanismo y otras
especializaciones dentro de comunidades permanentes o semipermanentes”
(Ministerio de Educación, 1994: 13). Desde hacía mucho tiempo en Mesoamérica
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se venía domesticando cultivos como el maíz, el ayote y el frijol, y hasta 1600
a.C. aproximadamente aparecen las primeras comunidades agrícolas. Desde
este momento, la agricultura se vuelve la principal fuente de alimentación.
La caracterización de este período se debe a que los materiales sonoros del
medio ambiente son incorporados a la práctica ritual y vital. Para entonces,
los árboles huecos de la montaña, o troncos ahuecados, fueron musicalmente
experimentados y posiblemente de ahí se originó el prototeponahuaste, idiófono
que, al principio de este período en América, se usó en tamaños de hasta 7
metros (Brasil y Colombia), antecesor del teponahuaste mesoamericano; y el
modelo para construir el tambor simple de un parche (membranófono), similar
al huehuetl mexicano; y posiblemente, también, el cuero de venado haya sido
preferido dada su elasticidad y sonoridad.
Otro idiófono de este período es el bastón rítmico similar al cayado, que creemos
fue utilizado por los curanderos para sacar los malos espíritus. Los aerófonos son
representados por las autas con perforación, la concha de caracol. Respecto a
la caramba, cordófono —arco de cacería, con aditamento resonador, utilizado
como instrumento musical— algunos especialistas como la folklorista Baratta
(1952), sostienen que fue utilizado por los pueblos mesoamericano, la caramba
puede aplicarse dos técnicas de ejecución: una rítmica, y otra, melódica, lo que
podría dar la posibilidad de una combinación sincrética. Como resultado de
muchos años de estudios etnomusicológicos, sostenemos que, hasta el momento,
no hemos encontrado indicador alguno, en códices, reseñas, documentos, etc.,
de que el arco de cacería haya sido utilizado en nuestro territorio de esa forma.
La evidencia apunta más hacia su origen afro, dada su amplia dispersión en todo
el continente africano, y por su variedad de tamaños y técnicas.
Al parecer, expresiones musicales de esta época, son: arrullos, cantos rítmicos,
cantos de trabajo colectivos, cantos infantiles y de amor.
Cuadro 1.
Los instrumentos musicales del precerámico
Clasicación Instrumentos musicales
Idiófonos: Carapacho de tortuga, raspadores, bastón rítmico,
cuerpo humano
Membranófonos: Tambor simple, voz humana
Aerófonos:
Concha de caracol, autas con perforación,
autas sin agujeros.
Vaina
Salvador Marroquín
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Período preclásico (1200 a. C.-250 d. C.)
Poco a poco, por la necesidad de subsistencia, los grupos humanos nómadas
se establecieron en esta tierra donde las condiciones les fueron más favorables.
Al parecer, los primeros pobladores se instalaron en la planicie costera porque
ahí podían enriquecer su dieta alimentaria con animales y frutas silvestres de la
montaña y los recursos marinos de la costa (Ministerio de Educación, 1994, 23).
El gran descubrimiento de este período es la cerámica. La experimentación
sonora toma gran auge porque la cerámica no frena el uso de otros materiales.
Los nuevos instrumentos se construyeron de cerámica y en muchos casos
se reprodujeron los modelos anteriores con ese mismo material: sonajas,
raspadores y sartales de barro. También, se elaboraron los timbales de parche
simple en forma de olla (fondo cóncavo) o de vaso y luego los de parche doble
con tabique intermedio, de diversos tamaños.
Con la utilización del barro orece una cantidad descomunal de aerófonos,
como: autas de lo en u (con embocadura similar a las quenas) sin aeroducto;
autas dobles rectas o globulares con un solo canal de soplo o con dos
independientes; autas globulares de una (ocarinas), dos o tres cámaras
de resonancia interconectadas; silbatos simples y dobles; vasos silbadores
(Boggs, 1974).
Cuadro 2.
Los Instrumentos musicales del período preclásico
Clasicación Instrumentos musicales
Idiófono: Sonaja
Aerófonos: Flauta de lo, autas dobles, pitos (ocarinas)
Silbatos, vasos silbadores.
Período clásico (250-900 d.C.)
Lo que caracteriza al período clásico, es la excelencia organológica que resulta
de la fusión de la estética con lo empírico. Esta fusión se traduce en términos de
una asombrosa variedad y multiplicidad de artefactos sonoros reelaborados en
diversos materiales ya conocidos, que se adicionan coetáneamente a aquellos
que se elaboraron sobre una acústica posterior bastante experimentada.
Durante este período, quedan constituidos, entre los idiófonos, el cántaro, que
se ana con agua; fue usado musicalmente como instrumento rítmico, como
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idiófono de golpe directo; entre los aerófonos, una gran cantidad y variedad
de autas de barro de hasta de seis agujeros, autas rectas sin agujeros con
émbolo de bola interno, que nos hace concluir que ya se conocía en esa
época el microtonalismo y las trompetas de madera de unos 2.5 metros,
aproximadamente. Estas grandes trompetas, de madera y con extremo terminal
en forma de campana, fueron grabadas en una vasija precolombina encontrada
en el territorio nacional. En dicha vasija, se puede observar un grupo de
ejecutantes cuyas trompetas se encuentran apoyadas contra el suelo en un
ángulo aproximado de sesenta grados (ver gura). El único membranófono
que se tiene registrado es el timbal de agua, de los mayas. Vicente Mendoza,
citado por Castellanos, nos hace una interesante observación sobre la presencia
de “tresillos y dosillos, mezclados con valores de un tiempo, de manera
que ningún instrumento ni la voz coinciden, obteniéndose una gran riqueza
polirrítmica” (Castellanos, 1970, p. 44). La expresión del tiempo plasmado en
la música indígena actual corresponde a la concepción del tiempo cultural que,
sin duda, es precolombino.
Cuadro 3.
Los Instrumentos musicales del período clásico
Clasicación Instrumentos musicales
Idiófonos: Cántaro
Aerófonos: Flautas de seis agujeros, autas de émbolo interno,
trompetas de madera
Membranófonos: Timbal de agua
Período post-clásico (900 d. C.-1524 d. C.)
Según Castellanos, el teponahuaste fue inventado en este período. También, en
este período, la metalurgia fue aprendida por los nahuas hacia 800 d.C. de los
pueblos que existieron en ese entonces, ubicados en los territorios de los actuales
países de Perú y Colombia. El campanólogo español Cieza de León, arma que
—en este período y en los territorios antes mencionados— existieron campanas
precolombinas de oro que eran sonadas durante los ritos religiosos y sacricios
humanos (Casanova de Párraga, 1969, p. 6), que formaban parte de una visión
del mundo y de la vida de una estructura teocrática socialmente establecida.
Según datos registrados, regionalmente, resulta interesante comparar la
similitud de términos que identican instrumentos sonoros, metálicos, más o
menos cercanos. En El Salvador, por ejemplo, se han encontrado cencerros y
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Marroquín, Salvador. Los instrumentos musicales y objetos sonoros tradicionales en El Salvador.
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cascabeles de metal que en muchos lugares son identicados como chinchines.
Posiblemente el chinchín (sonaja) de hojalata, de los pueblos de Sonsonate, sea
un reminiscente de ese original metálico. En Perú —según Castellanos—, le
llaman chilchil a algunos instrumentos metálicos precolombinos. En Nicaragua
recibe ese nombre una pequeña campana, y en México, una sonaja de metal
(Castellanos, 1970, p. 44).
Cuadro 4.
Los Instrumentos musicales del período postclásico
Clasicación Instrumentos musicales
Idiófonos: Teponahuaste, cascabeles, chinchín, cencerros.
A continuación, veremos cuáles instrumentos musicales fueron de uso corriente
durante el período del mestizaje cultural, cuyo uso ha perdurado hasta el nal
del siglo xx.
II Etapa del mestizaje cultural (1524 - 1950)
La cultura popular salvadoreña está fundamentada en la cultura de varias
etnias mesoamericanas, cuyo acervo llega hasta nosotros a través de prácticas
tradicionales; en la cultura europea, que comienza a enraizar desde hace 500
años durante la Conquista y Colonia; y, posteriormente, en el aporte africano
que se logra absorber totalmente, quedando estas tres corrientes originales
engranadas en una unidad sincrética.
Resulta un dato curioso la siguiente armación que hace Contreras Arias cuando
habla de lo sucedido a los instrumentos precortesianos en el México colonial:
1. Muchos de los instrumentos precortesianos que sobrevivieron en la colonia
fueron construidos con otros materiales distintos a los usados originalmente,
algunos porque trabajar la piedra, el metal y la cerámica requería de un
tiempo con el que ya no contaban los pueblos sometidos, además de varios
de estos materiales formaron parte del tributo que debían entregar a los
conquistadores.
2. Posible táctica de resistencia cultural fue la construcción de una gran cantidad
de instrumentos como autas y tambores, que originalmente se hacían de
cerámica, con materiales como el carrizo y la madera que, asumiendo
algunos elementos constructivos como los tensores de corredera y el lo
interno, semejaban a los de los españoles; además de la consigna dada por
Cuauhtémoc de ocultar y destruir todo conocimiento a los conquistadores,
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ya que materiales como el carrizo, la cera, y las plumas, entre otros,
representan materia prima efímera. Esto último tiene concordancia con la
tendencia en las culturas indígenas de ahora, de conservar determinados
instrumentos bajo estricta custodia, o destruirlos inmediatamente después
de cumplidas sus funciones rituales junto a atuendos y decoraciones.
Usualmente, las modicaciones en los instrumentos musicales; como en los
materiales, las decoraciones, y otros, se dan hasta en la actualidad. Este dato
resulta interesante porque hasta el momento, reriéndose, entre otros, a la auta
de carrizo, los estudiosos, al no encontrar en los sitios arqueológicos una auta
de carrizo precolombina, aducen, como única explicación, que los materiales
son corruptibles y con el tiempo y la humedad se hayan deteriorado (Contreras
Arias, 1988, p. 68).
El mestizaje cultural es la etapa histórica más compleja que se ha vivido. Las
diversas corrientes culturales que conuyeron desde muchas partes del mundo
a nuestro país incidieron en el enriquecimiento de nuestra cultura y, en especial,
en los instrumentos musicales.
Durante dicho contacto –prosigue Contreras Arias– muchos instrumentos
musicales que vinieron a nuestra tierra,
1. Lograron mezclarse tanto entre sí como con los nuestros mesoamericanos
2. Sustituyeron a otros existentes.
3. Los que no lograron encajar con las nuevas prácticas culturales o que se
utilizaban en ceremonias que ya no se iban a efectuar, decayeron.
4. Otros, han permanecido o,
5. Han dado origen a otros.
Haciendo un recuento histórico, recordemos que los instrumentos musicales
conocidos en el sur de Europa para la Edad Media procedían del Asia a través de
Bizancio o del imperio islámico. España se sacudió ocho siglos de dominación
militar árabe en su territorio, pero quedó marcada por la cultura mora. Esta
conagración conmocionó tanto al mundo conocido, que puso en íntimo contacto
a Europa con Asia y África. “Lo prolongado del período de dominación islámica
permitió no sólo la extensión de una homogeneidad cultural entre estos pueblos,
sino que por los constantes intercambios, también se incorporaron rasgos culturales
de nuevas poblaciones dominadas, las cuales poseían características peculiares y
en algunos casos desarrollo avanzado en áreas de conocimiento respecto al grupo
dominante, así lo evidencian los rasgos de estas culturas maniestos aún en la
actualidad en España y en América Latina” (Centro para las Culturas Populares y
Tradicionales, 1988, p. 10). Recién salida de esa experiencia, España descubre el
Nuevo Mundo. Para entonces, muere el siglo XV y nace el XVI.
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Los españoles que se embarcaron con los conquistadores fueron los que no
tenían nada que perder: los aventureros, los soñadores, los ambiciosos y los
que tenían cuentas pendientes con la justicia española. Casi todos traídos de las
capas sociales inferiores, aunque también hubo excepciones. Ya en América, “los
disímiles patrones culturales de conducta entre militares, frailes y aristocracia,
ocasionaron que su inuencia en las culturas mesoamericanas fuera diferente
entre sí, debido al variado repertorio e instrumentos utilizado por cada estrato”
(Contreras Arias, 1988, pp. 68-69).
Durante la colonia –prosigue Contreras Arias–, hubo dos corrientes que
determinaron el destino de los instrumentos musicales:
1. “La clase aristocrática que comprendía algunos comerciantes mayores y
las autoridades militares, religiosas y civiles” (Contreras Arias, 1988, p.
88). Algunos miembros de esta clase mantenían un constante interés por
traer lo musicalmente nuevo en Europa. Como consecuencia hubo un ujo
constante de instrumentos musicales, músicos y constructores europeos en
nuestra tierra.
2. La otra corriente, “la popular, [que] estaba integrada por los soldados,
misioneros, pequeños comerciantes y estratos que irían incorporándose
poco a poco en el mestizaje” (Contreras Arias, 1988, p. 88), poseía un
espíritu independiente y conservador, involucró poco a poco, a elementos
musicales europeos con recursos de este territorio y elementos de otras
culturas que lo habitaban –indios y negros–, de manera que, aunque sus
manifestaciones estaban ligadas con las europeas, se caracterizaban de
manera singular paulatinamente.
Los instrumentos musicales usados por los militares españoles fueron utilizados
en los despliegues militares y los que éstos ejecutaban en momentos de descanso.
Algunos de los artefactos –idiófonos– utilizados en las danzas por los soldados
españoles: palos, machetes, espadas, etc., poco a poco fueron incorporados por
los indígenas a sus bailes.
Como podemos apreciar, los idiófonos que había en Mesoamérica eran
tan numerosos que el aporte hispano fue mínimo. Los cascabeles, como lo
hemos visto anteriormente, ya eran utilizados por los indígenas. Entre los
membranófonos traídos por los soldados guraban los atabales o timbales (de
fondo cóncavo) en conjunto con trompetas, cornetas o con sacabuches (se trata
de los trombones antecesores de aquéllos y no los sacabuches tradicionales). En
las acciones militares y para acompañar y dar realce a las ceremonias cívicas y
religiosas, fueron sustituidos –los atabales o timbales– por bimembranófonos, de
manera que aún en la actualidad, en las bandas de pueblo se los puede observar.
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Otro de los instrumentos musicales europeos, que se utilizó muy temprano,
durante la conquista es la espada de cazoleta. Este idiófono fue utilizado en la
“Historia de moros y cristianos” cuya práctica se remonta al siglo xii durante
las Cruzadas. Esta representación logró aceptación entre la soldadesca medieval
porque lograban mayor conanza en el combate ya que siempre –con la ayuda
de Santiago apóstol– salían airosos contra los árabes de aquella época.
En América, la “historia” según Bernal Díaz del Castillo, nos relata que entre
nales de 1524 y principios de 1525, Hernán Cortés hizo su expedición a las
Hibueras (Honduras) y al pasar por Coatzacoalcos se le recibió con arcos
triunfales y presenció “ciertas emboscadas de cristianos y moros”.
El tambor militar europeo contaba con dos aros que servían para sujetar el
amarre con forma de “w” y de esta manera templar los parches o membranas
y con un rústico “zarcillo” consistente en dos cuerdas ubicadas diametral y
exteriormente a la membrana inferior, de tal manera que, al golpear el tambor,
ésta, a su vez, golpeaba la membrana por resonancia redoblando dicho golpe.
El tambor campesino actual cuenta con los aros, los amarres, dos membranas,
el zarcillo, más la cuerda de tensión que circunda el instrumento retorciendo
los amarres en w. Las bandas de tensión permiten anar y balancear directa
y manualmente el temple en cada parte de la membrana, tal como se hace
actualmente con sistemas mecánicos y pernos.
También es digna de mención la técnica de ejecutar simultáneamente por un
solo ejecutante, tal como se ejecuta el txistu del país vasco, una auta de carrizo,
de pico de dos agujeros dactilares llamada calambo y un tambor mucho más
pequeño que el atahualné (que actualmente en Cacaopera llaman tamborcito).
Entre los pueblos precolombinos, dicha técnica fue ampliamente utilizada en
los pueblos suramericanos, según lo registra Von Hagen en su libro Los incas, y,
asimismo, nos dice Contreras Arias que “quizá tenía una connotación especial
en las culturas mesoamericanas como puede observarse en los códices donde
un solo personaje ejecuta un membranófono junto a otro instrumento, como
maraca o caracol. Esta dotación permaneció en las danzas y festejos de carácter
religioso” (Contreras Arias, 1988, p. 70).
Los cordófonos fueron el mayor aporte que recibimos de las culturas no
americanas. De éstos se quedaron: la guitarra de órdenes simples (seis cuerdas)
y de órdenes dobles (doce cuerdas); la guitarrilla de cuatro cuerdas que proviene
de las guitarrillas antiguas medievales de fondo plano, de origen latino; la
mandolina: tanto la de fondo plano (latina) como la oriental de fondo cóncavo.
Otros cordófonos que tienen tanta importancia como los ya mencionados
son el violín y el contrabajo. Las cuerdas han ocupado principal importancia
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desde el inicio del período colonial en ritos religiosos tales como misas, rezos,
matrimonios, etc. No hay que olvidar que cuando diseñaron las construcciones
monumentales de las iglesias coloniales, el “coro” ocupaba un lugar especial
—en alto— y en contacto directo con el altar mayor. En este caso, el término
“coro” es un espacio dedicado a los músicos con sus respectivos instrumentos
musicales y a los cantores, los cuales han sido elementos importantes dentro de
la liturgia. Recién iniciado el período colonial reere Delgado—, la Iglesia
diseñó un cuerpo de auxiliares que ayudarían a su labor pastoral, como se
muestra a continuación:
1. Los scales, que eran los hombres de conanza de los sacerdotes, curas y
doctrineros. Prácticamente ellos aseguraban el culto y mantenían la piedad
en pueblos en donde no residía sacerdote alguno.
2. Los alguaciles, eran indios adultos pagados por sus encomenderos y
puestos a la entera disposición del doctrinero, para convocar a todos los
indios a la doctrina —previamente se elaboraba un censo—, contaba con
un libro para controlar la asistencia a la misa y para mantener el orden y
la disciplina durante el desarrollo de la doctrina, contaba con una varita
—símbolo de autoridad— que utilizaba a discreción para castigar a los
revoltosos y a los que no asistían a la doctrina.
3. Un grupo de tres o cuatro muchachos que siempre asistían al doctrinero y
eran los que estaban mayormente preparados para sustituirlo en los lugares
donde aquél nunca iba. Junto a los alguaciles, los muchachos aseguraban
la enseñanza de la doctrina y mantenían el fervor y la devoción de los
feligreses. A veces, —continúa Delgado—, organizaban los rezos de las
horas del Breviario, cantándolas y acompañándolas con instrumentos
musicales (Delgado, 1991, pp. 94-95).
Los misioneros comenzaron utilizando los instrumentos militares. También
tenían para uso especíco dentro de la liturgia: las campanas monumentales que
instalaban en el campanario, lugar alto y abierto cuyo sonido podía escucharse
a grandes distancias. Una de las variantes conocidas, son es las campanas
volteadoras, especie de noria rústica, que se gira durante la consagración. Un
ejemplo de estas norias se encuentra en la iglesia de Panchimalco, lateralmente,
en el altar mayor. Otros idiófonos son la matraca y la carraca, ambas de origen
árabe, se usaron durante la Europa medieval y por razones de uso práctico
sustituyeron a la campana en los ritos religiosos católicos que requerían de la
movilidad de los feligreses tal y como se da en las procesiones. Las cadenas
azotadas contra las calles empedradas durante la procesión del Jueves Santo
también tienen origen medieval. El peine es un membranófono, mirlitón
europeo, con una dispersión geográca prácticamente mundial. El órgano, fue
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Morritos o Guacalitos
Salvador Marroquín
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otro de los instrumentos que sobrevivieron por adaptarse totalmente a la liturgia
católica. Una muestra es el órgano tubular colonial, aerófono, que se encuentra
en el coro de la iglesia de Metapán.
De las violas –cordófono de frotación–, se origina el violín. En Cacaopera, en
el departamento de Morazán, utilizan un violín rústico que se ejecuta de manera
similar que dicha viola. El violín se apoya en el antebrazo del ejecutante y para
sujetarlo utilizan una cuerda que se aanza en el brazo.
La aristocracia por tener interés en traer lo nuevo de España, trajo especialmente
instrumentos de cuerdas: versiones de las antiguas violas, violines, violas,
violoncelos y contrabajos; así, también, versiones de las antiguas guitarras,
guitarrillas y vihuelas.
El desarrollo que tuvo la provincia de San Salvador durante la Colonia, posibilitó
condiciones que mostraran una mayor apertura a formas y expresiones más
sosticadas en el arte musical e instrumental. A mediados del siglo xviii en la
Alcaldía Mayor de La Trinidad de Sonsonate (Escalante Arce, 1992, p. 25) se
organizaban bailes de contradanza y zarabandas, con música de violines, vihuelas
y trompetas y muchos otros instrumentos que amenizaron las Plausibles Fiestas
Reales, y la Recordación Florida, que coinciden con el período de construcción
de las iglesias monumentales en territorio salvadoreño.
El respaldo que en ese momento se le dio a la música vocal e instrumental da
cuenta de los numerosos talleres de ebanistería donde, entre otros, se construía
y arreglaban instrumentos de cuerda.
Son muchos los instrumentos registrados en nuestro país que vinieron en esa
época. Por ejemplo, tenemos: el serrucho que vino de Europa utiliza dos técnicas
de ejecución: de golpe y frotada; las monedas o bambas idiófono, de origen
oriental, que suenan por entrechoque durante el baile; las polainas, idiófono
de sacudimiento, europeo; el acial instrumento de posible origen oriental que
imita el sonido del látigo, y el cayado del Asia menor que se usa en los “Autos
sacramentales” y nacimientos en “vivo”.
“Desde el siglo xvi —según Contreras Arias— los frailes dominicos llevaron
esclavos negros hacia áreas que hoy conforman Chiapas, Tabasco y Guatemala
(posiblemente se extendieron hasta nuestro país, dado el intercambio
comercial que existía ya en ese entonces y porque algunos propietarios de
grandes haciendas en nuestro territorio radicaban en Guatemala), para que
trabajaran sus ncas, lo que seguramente provocó la inuencia de la marimba
desde entonces en esa región —en sus dos versiones: criolla y de arco—,
que es donde mayor arraigo tiene en la actualidad este instrumento. El
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término, marimba, remite a una palabra de origen bantú, relacionada con este
instrumento en diferentes partes del África como: Mozambique, Camerún,
Nigeria y Senegal, entre otros” (Contreras Arias, 1988, p. 81), de donde
se trajeron, según estudios del Dr. Aguirre Beltrán —citado por Contreras
Arias— la mayor cantidad de esclavos negros de la costa de Guinea y del
Congo, a México en el período colonial.
Otros instrumentos africanos son: la quijada de burro o charrasga constituido
por el maxiliar inferior de un burro (caballo o mula) que, estando completamente
limpio, se le ejecuta tomándolo del vértice y se golpea lateralmente con el puño
cerrado. La otra forma es ludiendo las muelas con algún otro objeto como
alambre, cuerno de venado o un trozo de madera. Otros instrumentos de diversa
clasicación, de origen afro, son: las claves, idiófono, palos de entrechoque, el
cacho, idiófono de ludimiento que consiste en un cuerno de res con incisiones
de uso similar al güiro; el güiro que llega a nosotros por la vía afro-americana,
el sacabuche y la sambumbia que son instrumentos que se remontan al neolítico
africano aplicado en ritos de iniciación y fertilidad. El cajón que es una forma
camuada del teponahuaste o préstamo-variante del cajón africano. La caramba
es un cordófono descendiente del arco africano de cacería. Según estudios
realizados en el arco africano, éste se registra desde el neolítico africano y
tiene técnica de ejecución melódica. La caramba, descendiente directo del arco
rítmico africano, en nuestro país, está vigente.
La necesidad de mantener permanentemente las paradas militares, los actos
civiles y ritos católicos no sólo ha dado origen a una práctica vocal e instrumental,
sino que ha sido el medio de subsistencia de grupos vocales y bandas pueblerinas
que se han potenciado paulatinamente desde la época colonial hasta nuestros
días. La necesidad de atender la religiosidad de los pueblos de indios obligó a
algunos clérigos a iniciar a los indígenas como “maestros de coro”, que no eran
más que los “asistentes” que sostenían el trabajo pastoral.
Transcurre el tiempo, y los instrumentos musicales fueron combinándose hacia
nuevos usos, técnicas de ejecución, ceremonias y reuniones de esparcimiento.
Lo mismo sucedió con el canto, de los que se pueden clasicar los siguientes:
1. Las canciones totalmente españolas como los villancicos, las pastorelas,
las canciones de cuna, las marchas, los cantos infantiles, los pregones, las
tonadillas y un buen repertorio de coplas. Así mismo, algunos cantos y
danzas (“Fandangos” y “Cuadrillas” del siglo xvi y principios del siglo
xvii) los recordaban los ancianos al norte de nuestro país y se estaba en
proceso de reconstruir dichos bailes, hasta antes de iniciarse la guerra civil
que terminó en 1992.
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2. Como resultado del mestizaje surge el rito popular –las posadas–, la
canción criolla de descripción del medio ambiente, las costumbres de la
época y la canción patriótica de los encuentros bélicos, en las que se
encuentra plasmada la visión de la nueva patria.
3. Los cantos académicos que traen de Europa a América, la cual en su
mayoría son música polifónica de los siglos xv, xvi y xvii. Creemos que
en los archivos eclesiásticos todavía pueden encontrarse algunas partituras
de música colonial salvadoreña, tal como se han encontrado en Guatemala
y Costa Rica. También es sabido que, en algunas iglesias y conventos de
algunas congregaciones, para “actualizar” sus archivos y anaqueles hicieron
una pira con todos los papeles viejos y obras del Gregoriano, caídos en
desuso luego del Concilio Vaticano ii.
4. Los cantos de origen africano. Siempre se ha armado que en nuestro país
no hubo negros. Posiblemente hayamos estado más cerca de ellos de lo que
se cree. El arrorró o arru-rrú de los arrullos para adormecer a los niños es
de origen africano y, posiblemente, lo sea también, el “Jeu jeu” de Izalco,
por su diseño ritual. No podemos adelantar nada ni hacer armaciones
sin someter previamente a estudio y analizar todas nuestras expresiones
tradicionales. Lo cierto es, que el registro de instrumentos musicales de
origen afro en el presente estudio es ya una muestra de la convivencia
cercana que hemos tenido con esa cultura.
A mediados del siglo xix (1841), se organiza la primera banda militar. Desde
entonces, la milicia ha contado con personal profesional que ha formado
musicalmente a nuevos miembros y los ha integrado a las bandas militares de los
diferentes destacamentos durante su servicio militar. Al respecto observa Clará
de Guevara: “Todo esto hace suponer también que antes del siglo xix predominó
la música oral (vocal) y que, tanto la música religiosa como las pequeñas bandas
de pueblo, fueron las exponentes tempranas de lo que luego sería la música
nacional” (Guevara. Documento inédito).
Uno de los ritmos de la música popular que llegaron a nuestro país a mediados del
siglo xix fue el habanero cubano que inuenció durante esa época a los pueblos
en el interior de nuestro país. Como ejemplo de ello, podemos citar: “Me levanto
de mañanita” pieza registrada en pueblos como Panchimalco, Ataco, Nahuizalco
y otros de las diferentes zonas de nuestro país.
A nales del siglo xix vienen como el último grito de la moda tecnológica las
victrolas y los fonógrafos que funcionaban a cuerda. En los cascos de hacienda
y las casas veraniegas, comienzan a sonar las piezas de moda europeas,
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americanas, mexicanas y algunas suramericanas. Dichas piezas comenzaron a
ser interpretadas por las marimbas criollas y las bandas pueblerinas.
Los altos estratos sociales salvadoreños, siempre fueron sensibles a los
cambios políticos europeos. Cuando España enfrentaba serias dicultades
para sostener el imperio en América, a través de la música la cultura italiana
ya permeaba al Nuevo Mundo. Hubo mayor inuencia italiana durante el
siglo xix y principios del xx las ideas de la Revolución francesa vinieron
casi simultáneamente. El cultivo de la práctica del violín y el piano eran
tan importantes, que se arma que había, por lo menos, “un piano en cada
casa”. La educación francesa y la cultura italiana fueron muy apreciadas en
los colegios y escuelas privadas, a tal grado que el gobierno salvadoreño
estableció –desde entonces– en todo el territorio, el currículo y la enseñanza
del idioma francés hasta que se realizó la primera Reforma Educativa a nales
de los años 60.
Entre los años 1900 a 1930 hubo muchas piezas que grabó la marimba
“Centroamericana” con las cuales logró popularidad internacional, realizando
giras artísticas en las salas de teatros importantes y, también, ante las cortes
de los reyes europeos. Los sellos discográcos que hicieron posible dicha
fama fueron: Víctor, Columbia y Brunswick. De estos discos las bandas
regimentales hicieron sus propias versiones y las tocaban durante los
conciertos en el kiosco de la plaza central de ciudades y pueblos.
Cuadro 5.
Los Instrumentos musicales del período del mestizaje cultural
Origen Clasicación Instrumentos musicales
Europeos: Idiófonos: Cadenas, campana, espada.
norias, bambas, polainas,
serrucho
Membranófonos: Tambor, peine
Cordófonos: Contrabajo, guitarra, violín,
guitarrilla, mandolina
Aerófono: Calambo
Asiáticos: Idiófonos: Acial, carraca,
cayado, matraca
Africanos: Idiófonos: Cacho, claves, güiro, quijada de burro.
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Págs. 53-91.
Membranófonos: Sambumba, sacabuche
Cordófono: Caramba
Aerófonos: Butute
Mesoamericano-europeo:
Membranófonos: Atahualné
Mesoamericano-africano:
Membranófonos: Cajón, tamborcito
Afro-mesoamericano:
Idiófono: Marimba de arco
Afro-criollo:
Idiófono: Marimba criolla
III Período del capitalismo industrial: (1950 hasta nuestros días)
Según el acuerdo entre los historiadores, el capitalismo industrial en El
Salvador inicia desde mediados del siglo xx, en 1950. En sí, el capitalismo nos
interesa en cuanto al aporte indirecto que en la cultura popular ha realizado,
en tanto, que, los materiales de desecho han servido de materia prima para los
hacedores de la cultura popular. Los instrumentos musicales enriquecieron su
contexto histórico. Estos instrumentos no se caracterizan por comprarse en el
comercio internacional especializado, sino porque son elaborados por artesanos
o por los propios usuarios. Nuestro criterio de selección de estos instrumentos
musicales y objetos sonoros es arqueológico –por la herencia precolombina–,
y, antropológico porque es un aspecto cultural importante en el estudio del
hombre salvadoreño.
La primera fábrica de gaseosas (bebidas carbonatadas) se fundó en Santa Ana
en 1906. En esa época, la fábrica comenzó funcionando artesanalmente y en ese
proceso pasaron varios decenios antes de que se colocara la primera corcholata
a la “chibola”. Se le daba ese nombre porque originalmente, esta se sellaba
con una pelotita de vidrio. Para beber el refresco, se empujaba dicha chibola
al interior de la botella. La corcholata y la inventiva popular, dieron como
resultado el pito de corcholata (nombre puesto por el autor), que sonaban los
niños y adultos de ese entonces, en la ciudad de Santa Ana.
Una ley que emitió el Ministerio de Trabajo de El Salvador iniciando los años
sesenta, del siglo pasado, obligaba a los talleres —cualesquiera que fuese
el ocio— a pagar el salario mínimo a sus aprendices. Esto provocó —en
general— la disminución del personal y el cierre de muchos talleres que suplían
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informalmente a las escuelas que necesitaba la población. En dichos talleres, la
juventud que no podía o no quería seguir estudiando, aprendía un ocio.
Actualmente, existen algunos talleres donde se fabrican instrumentos musicales,
especialmente guitarras, mandolinas, violines, etc. Paralelamente a la labor que
realizan dichos talleres, funcionan como tales, los existentes en las penitenciarías
o centros penales distribuidos en todo el país.
Otro de los objetos sonoros es la anona (nombre puesto por el autor). Éste es
producto de la inventiva espontánea de unos niños santanecos. En un momento
de creatividad, un niño abrió una semilla de anona, le sacó la almendra y
comenzó a frotarla sacándole sonidos mordentes. Esta invención se llevó a cabo
hace unos cuarenta años o más aproximadamente.
Hay algunos instrumentos que sufrieron un proceso sin el cual no podrían haber
llegado a cumplir su actual función. Un ejemplo de esto es la pajilla que, desde su
origen, en México —el popote— se ha utilizado para succionar líquidos. Su origen
es muy popular, un tubo vegetal natural, luego, al industrializarse se confeccionó
con una tira de papel encerado y, por último, de plástico. Esta última versión no
data de más de treinta años. La pajilla vino comercialmente a El Salvador como
objeto de succión. El aporte salvadoreño consiste en hacerlo objeto sonoro.
El decenio de los setenta, se caracterizó por la unicación de la identidad
latinoamericana generada por los grupos musicales del Cono Sur que irradiaban
su cultura y rebeldía hacia el resto de los países. Éstos encontraron en los
instrumentos tradicionales sus propias formas sonoras de expresión. La juventud
salvadoreña, afín al movimiento, sintió la necesidad de crear sus propios medios
sonoros y la vaina del árbol de fuego llena –en parte– ese vacío. Este árbol es
originario de Madagascar.
Durante los ochenta, la vaina del árbol de fuego (Delonix regia) llega a los
escenarios —dentro y fuera del país— como parte del instrumental de los grupos
musicales juveniles de música latinoamericana. Dada su popularidad, la vaina
del árbol de fuego se puede conseguir en el campo, en el suelo o suspendido de
los árboles, en parques y/o lugares diseñados para el solaz del turista.
El ronrón es un objeto sonoro que lo elaboran los artesanos salvadoreños o
de Guatemala. Éste se confecciona con papel de desecho, plumas coloreadas,
pegamento, un palo, pita y brea, o pueden comprarse ocasionalmente a bajo
costo, en mercados o en las estas patronales. Los niños lo hacen sonar
girándolo sobre sus cabezas y el sonido que produce es característico de la
frotación. Cuando se imprime mayor velocidad al ronrón, el sonido se hace
intenso y agudo.
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El pito de lata es un mirlitón que se construye con latas de desecho o de aceite
automotriz y con tiras plásticas muy delgadas. El marco o cuerpo del instrumento
se manufactura en lata, y la banda que vibra, en plástico. Con este instrumento los
niños pueden tocar algunas melodías de moda, así como imitar giros melódicos
de pájaros propios de nuestra fauna.
Por la inuencia de la música ranchera, tríos y mariachis, en nuestro país, la
vihuela de fondo cóncavo, se ha incorporado últimamente como parte de su
instrumental. El nombre vihuela no corresponde al instrumento genérico, que
es de cuerda frotada. Esta vihuela, de cuerda rasgada, con función estrictamente
acompañante, se relaciona más con la guitarra tiple y ha tomado en “préstamo”
dicho nombre.
Según información recibida, durante el conicto civil, en uno de los ex
batallones de reacción inmediata, se construyó con un pedazo de manguera
de jardín y el alma plástica de un cono de hilo industrial, un instrumento con
sonido similar al de la corneta. También en el mismo período antes apuntado,
en las las guerrilleras se formó un grupo musical que interpretaba su música
con instrumentos musicales construidos con desechos bélicos. No tenemos
información, en ambos casos, sobre su forma, si han tenido continuidad o no, si
se les nombró de alguna manera, etc. Estos hechos en sí, obligan al investigador
a registrar esas invenciones realizadas por salvadoreños en un período que causó
mucho dolor a la familia de nuestro país.
La cultura oral-tradicional como toda expresión humana necesita de sus
auentes. Las pastorelas, los rezos, las posadas, los velorios, etc., han sido desde
siempre las vertientes que posibilitan los auentes de una parte de la cultura. El
surgimiento y proliferación de las iglesias protestantes en los pueblos y cantones,
ha afectado la cultura tradicional porque a muchos líderes de la zona, que tenían
a su cargo la música y/o los bailes tradicionales, no se les es permitido que sigan
con dichas prácticas. Otro factor que afecta la tradición es la modalidad de velar
a los difuntos en las casas mortuorias profesionales. Ya no se reúnen las familias
materna y paterna del difunto para ayudar en las necesidades y confección
de comida y golosinas para el velorio. Tampoco en las ciudades, durante los
velorios, las personas hacen uso de la literatura oral tradicional como: cuentos,
chistes, leyendas y juegos que hacían indistintamente los adultos y la “cipotada”
en el transcurso de la noche, que les entretenía y les servía para “disimular” el
sueño. La dualidad que siempre se ha manifestado en nuestra cultura, dolor-
alegría, se debe, a la tristeza por la pérdida de un ser querido y por otra parte, a
la suerte de tener un ángel que desde el cielo va a velar por los que se quedan.
Otro caso que traemos a colación, en un suceso durante la guerra civil. El
ensayador del baile de “los negritos” de Cacaopera tuvo que irse como refugiado
Acial, arcial o látigo
Salvador Marroquín
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a Mesa Grande, Honduras. Como estaba muy anciano, murió. Nadie más sabía
tocar el calambo y mucho menos la música del baile de los negritos. Gracias
a una grabación –no profesional, en casete– realizada antes del conicto se
pudo recuperar dicha música. Sin esa grabación, el baile se hubiera perdido
para siempre.
Cuadro 6.
Los Instrumentos musicales del período del Capitalismo industrial
Origen Clasicación Instrumentos musicales
Salvadoreños: Idiófonos: Anona, vaina.
Afro-americano: Cordófono: Ron-rón
Aerófono: Pito de lata.
Salvadoreños: Aerófonos: Pajilla, pito de corcholata
La tecnología llega a El Salvador desde nales del siglo antepasado cuando
llegan las primeras victrolas y fonógrafos.
Los compositores enviaban sus partituras por medio de una casa local a Nueva
York y las compañías disqueras las hacían grabar con sus orquestas y reconocían
una modesta cantidad al autor. Este es el inicio de la canción popular comercial
salvadoreña que coincide con la introducción de la energía eléctrica y la radio
en la capital del país.
En 1926, el Gobierno de la República instala la primera estación de radiodifusión
(en El Salvador y Centroamérica), en el último piso del Teatro Nacional con
las iniciales del nombre del mandatario: A.Q.M. transmitiendo únicamente dos
horas diarias (6:00 - 8:00 p.m.). La música que se transmitía era de marimba,
bandas regimentales en cuyo repertorio estaban valses, fox-trots, sones
(cubanos), tangos, rancheras, etc.
Entre 1930 y 1960 varios compositores como: Felipe Soto, Wenceslao
Rodríguez, David Granadino y José Napoleón Rodríguez graban para el sello
Columbia. Al inicio de los años 40, se instala la primera radio comercial Y.S.P.,
en la Dirección General de Policía. En 1942, la compañía de alumbrado eléctrico
instala contadores en las viviendas. La transmisión se amplía a siete horas
diarias. Luego iniciaron sus actividades las radios Y.S.O., Y.S.I., Y.S.U., Y.S.C.,
aquí comienzan los programas de entretenimiento con música salvadoreña. En
1940-1950 las marimbas (Cuscatlán, Nima Quiché, Sonora, Nuevo Mundo,
Royal y Atlacatl) popularizan el swing, el mambo, el cha-cha-cha, el bolero
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y la música country. La marimba “Atlacatl” dio conciertos en varios países de
América y Europa. Desde 1945 surgen las grandes orquestas de baile las cuales
se mantienen en su apogeo hasta 1960 que comienza a tomar fuerza el rock and
roll. En 1960 vienen los primeros televisores en blanco y negro y los concursos
juveniles imitando los ya existentes en E.U.A. y México. Desde este momento
el disc-jockey y sus programas se orientan hacia el público juvenil. La única
compañía disquera en el país (DICESA) comenzó en esta época y desapareció
en la primera mitad de los años ochenta. Posteriormente, con el avance de la
televisión llega el computador, el betamax, los juegos de video, los video-clips.
El resto es otra historia.
Fuera del mundanal ruido, la cultura popular musical sigue su curso de la mano
con la historia, innovando, recreando y enriqueciéndose con los recursos que
están a su alcance buscando su auténtica y genuina expresión.
Glosario (Libro de instrumentos musicales)
A
Acial, arcial o látigo: Idiófono de golpe indirecto, por sacudimiento. Entre los
instrumentos rítmicos de la orquesta sinfónica se conoce como látigo.
Advocación: Título que se da a una capilla o imagen.
Aerófono: Instrumentos musicales que suenan por la vibración del aire o por
medio del soplo.
Agrícola: Cultivo del campo.
Aguacate: (Percea americana). Árbol de la familia de las lauráceas, de madera
suave. Originalmente el cuerpo de los tambores se hacía de los troncos
huecos de montaña.
Alvéolos dentarios: Son los agujeros que tienen los maxilares, donde se alojan
las raíces dentarias. El ganado equino, por ser herbívoro, no tiene caninos,
solo incisivos y molares. Los incisivos, siendo delanteros, al desaparecer
la encía, fácilmente se caen. En los molares en cambio, las raíces están
orientadas hacia los lados. Esto no permite que los molares se caigan de
una mandíbula descarnada.
Anona: Idiófono de frotamiento. Objeto sonoro que da sonidos mordentes.
Invención salvadoreña. Se elabora de la semilla del fruto de la Annona
reticulata L.
Arcaico: Similar a antiguo.
Autos sacramentales: Conjunto de actuaciones sobre temas bíblicos.
Ayacaxtle: Sonaja indígena de la zona de Cacaopera, departamento de Morazán.
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B
Bambú: Bambusa vulgaris. Gramínea de caña leñosa originaria de la India.
Bejuco: nombre genérico con que se nombran diversas plantas trepadoras,
tropicales, de la familia de las bignoniáceas. Voz caribe.
Bolillos: Son varitas de madera, que poseen en uno de sus extremos la “cabeza
percutora”. Dicha cabeza se forma enrollando en un extremo de dicha
varita, una banda de hule crudo. Usualmente, los bolillos se utilizan para
tocar la marimba.
Brea: Savia del pino. A simple vista, en estado natural, esta savia es gomosa,
amarillo brillante. Para homogeneizarla, se calienta, volviéndose líquida,
oscura y aromática. Al enfriarse, se vuelve más oscura y su aspecto de
consistencia dura y vítrea.
Breviario: Libro que contiene el rezo eclesiástico.
Butute: Aerófono elaborado con un cuerno de res, sin boquilla, con agujero de
soplo lateral.
C
Cacho: Idiófono de raspadura, elaborado con un cuerno de res.
Cadenas: Idiófono de golpe indirecto, elaborado con una cadena metálica.
Caja de resonancia: Recipiente hueco, natural o articial, que amplica el
sonido de un instrumento musical.
Cajón: Idiófono de golpe directo, consistente en una caja (baúl) de madera, que
acompaña el baile del cajón.
Calambo: Aerófono, auta de pico, de carrizo, con canal de insuación. Posee
únicamente dos agujeros dactilares. Su técnica de ejecución (simultánea
con un tamborcito), se asemeja a la del txistu vasco.
Campanas: Idiófono de golpe directo, de sacudimiento, cuya vibración va del
centro hacia fuera.
Campanas volteadoras: Idiófono de golpe indirecto, norias. Instrumento de
origen colonial.
Canal de insuación: Canal de soplo, interno, en los aerófonos.
Cántaro: Idiófono de golpe directo. Se anaba con agua. De origen
precolombino.
Caracol: Aerófono, trompeta natural, con agujero de soplo en el vértice, de
origen precolombino.
Caramba: Arco musical tradicional salvadoreño, de origen africano.
Carapacho de tortuga: Idiófono, vaso de percusión y/o de frotación. De origen
precolombino.
Carbono 14: Técnica que trata de medir la cantidad de radiocarbono en los
materiales arqueológicos, para calcular su posible edad, en miles de años.
Carraca: Idiófono de sacudimiento, de origen turco-árabe.
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Cartucho: Cono que se elabora con cualquier material, papel, por ejemplo, que
sirve para depositar y/o envolver cualquier objeto.
Carrizo: Especie cercana al bambú, de la que se elaboran los pitos o autas
tradicionales.
Cayado: Idiófono, bastón rítmico.
Cazoleta: Pieza de hierro u otro metal, ancha y curva adosada a la empuñadura
de la espada. Esta sirve para resguardar la mano.
Chamanes: Curanderos.
Chapetones”, “los: Baile burlesco, tradicional salvadoreño, que inicia durante
la Colonia. En él se ridiculizan las costumbres de los españoles de esa
época.
Chicharra o ronrón: Cordófono de fricción. Consiste en un objeto sonoro
compuesto por una cuerda en uno de cuyos extremos forma una laza
no apretada, que rodea el cuello de un taco de madera que está cubierto
de brea. Al girarlo, en círculos, emite un sonido propio de la fricción.
En el otro extremo está sujeta a un cilindro de cartón, cerrado con una
membrana elaborada por varias capas de papel pegado con engrudo. La
cuerda queda sujeta al centro de esa membrana, funcionando ese cilindro
como un resonador o amplicador de sonido.
Chinchín: Sonaja de vaso, metal. Sonaja de hojalata que acompañaba el baile
de “los pastores” de Nahuizalco.
Chumelo: Panal o colmena de una abeja pequeña y sin aguijón que produce una
miel agridulce. El Chumelo usualmente se ubica dentro de los troncos,
muros y paredones.
Cedro: (Cedrela odorata). Árbol muy apreciado por la calidad de su madera.
Cera negra: Cera producida por la abeja del chumelo.
Cerámica: Arte de fabricar vasijas y objetos de barro cocido.
Ciclo de vida: Comprende desde el nacimiento hasta la muerte.
Claves: Idiófonos, palos de entrechoque. Instrumentos populares de origen
africano.
Códice: Libro precolombino elaborado en hojas de papel del amate.
Coetaneidad: Condición en la que objetos de diferentes épocas comparten
funcionalmente el mismo período de tiempo.
Cofradía: Organización religiosa campesina, que funciona independientemente
de la Iglesia católica. Celebran las estas tradicionales bajo la advocación
del santo patrono. En dicha celebración pueden o no unir esfuerzos con
la iglesia del lugar.
Contrabajo, violón o bajo: Cordófono de cuerda punteada y/o frotada, similar
a un violín de gran tamaño.
Corcholata: Tapa hermética hecha de lámina con empaque de corcho, que sirve
para tapar las bebidas gaseosas.
Coro: Espacio físico construido y ubicado sobre la entrada principal de las
iglesias coloniales. Por su excelente visibilidad, este lugar fue diseñado
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para ubicar a los grupos musicales e instrumentales que amenizaban los
ritos religiosos católicos y pudieran tener contacto visual directo con el
sacerdote ociante.
Cronología: Orden correlativo establecido en el tiempo.
Cuñas: Clavijas o clavos de madera que suspenden por medio de cuerdas, las
teclas de la marimba.
Cuauhtémoc: Último emperador azteca (¿1495?-1525) que defendió
heroicamente a México, fue vencido y capturado. Sometido a tortura
por negarse a dar información sobre el tesoro real, soportó admirable
y serenamente el suplicio del fuego. Fue ahorcado por orden de Cortés.
Cultura: Cultivo o accionar sobre una realidad social de la que emana un
conjunto de manifestaciones de las cuales, algunas expresan la vida
tradicional de un pueblo.
D
Dactilar: Relativo a los dedos.
Dios fálico: Deicación de la autoridad y del poder, la fuerza y la dominación,
representada por el cetro real, simbolizada por el órgano sexual masculino.
Rito ancestral de origen oriental.
E
Émbolo: Pieza interna de un aerófono (auta) con forma de esférica o cilíndrica
con que se puede extender o acortar la columna de aire interna, provocando
con ello, sonidos agudos o graves, si el espacio de la columna de aire es
corto o más largo, respectivamente.
Empírico: Práctico.
Engrudo: Masa de almidón acuoso y cocido que sirve para pegar papeles u
otros objetos.
Ensarta: Manera compacta y segura de sujetar por medio del amarre las
mercancías. Como ejemplos, la ensarta de cangrejos para su venta.
Escala cromática: Escala musical dividida en doce medios tonos.
Escotadura: Nombre que se da al agujero frontal, superior, extremo, no dactilar,
donde naliza el canal de soplo de las autas de carrizo. Sinónimo de
boca en la auta dulce.
Espadas o machetes: Idiófonos de golpe directo, de entrechoque de placas. Estas
espadas o machetes son utilizados en el baile de “moros y cristianos”.
Estratigrafía: Parte de la Geología que estudia las rocas en las capas terrestres.
Esta técnica es útil para ubicar en el tiempo artefactos que fueron
elaborados por los grupos humanos.
Etnia: Grupo humano en el cual todos sus miembros se identican entre sí,
con base en una real o presunta genealogía común, en lazos históricos,
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prácticas comunes sean estas lingüísticas o religiosas y que reclaman
para sí una estructura social, un territorio, pero no necesariamente tienen
un Estado político que lo represente.
Etnomusicología: Ciencia que estudia la música oral-tradicional.
F
Flautas globulares: Flautas precolombinas formadas por cámaras internas,
ovaladas e interconectadas.
Folsom: Pueblo norteamericano donde primeramente se registró ese especíco
tipo de puntas de echa elaboradas de obsidiana.
Fuerza Centrífuga: es cuando el objeto al que se le aplica la fuerza en un
giro curvilíneo, se aleja del centro generando un radio que se prolonga a
medida que la fuerza aumenta.
Fuerza centrípeta: Es la fuerza o al componente de la fuerza que actúa sobre
un objeto en movimiento sobre una trayectoria curvilínea y que está
dirigida hacia el centro de curvatura de la trayectoria.
Fulminantes tradicionales: Artefactos que estallan al chocar por contacto
contra una supercie. Los fulminantes tradicionales se elaboraban con
arenilla y una gotita de nitrato de plata dentro de un cartuchito de papel
de china y luego con los dedos untados de engrudo, unían y retorcían
las esquinas superiores del papel hasta dejarlo compacto en una pieza.
El nitrato de plata lo obtenían deshaciendo una moneda de plata en
ácido nítrico.
G
Guara: Guacamaya.
Güiro: Idiófono de raspadura de palillos o tubos. Se ejecutan con una pieza
doble de alambre con mango de madera.
Guitarra: Cordófono de origen latino, muy difundido por su popularidad en el
mundo entero. Las hay en sus versiones de seis y doce cuerdas, siendo la
primera la más popular.
Guitarrilla: Guitarra de menor tamaño, de cuatro cuerdas, procedente de las
guitarrillas europeas antiguas.
H
Habanera: Ritmo del baile originado de La Habana, Cuba.
Herodes, los: Baile inspirado en el Evangelio sobre el rey de Judea del año 40
al 4 a.C. que según la historia católica, mandó a asesinar, en Belén, a
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todos los niños menores de dos años ante el anuncio del advenimiento de
un rey que habría de dominar sobre los demás.
Hojalata: Lámina de hierro, estañada por ambos lados.
Hormigo: Madera muy apreciada por su dureza y buen sonido. Se usa para
elaborar las teclas de las marimbas.
Huehuetl: Tambor de un solo parche que usaron los aztecas. Se le adjudica
origen sagrado.
Huestes: Ejércitos en campaña.
Hule: Del nahuat ulli, caucho. Goma elástica, de la savia del árbol de hule
(Olguahuitl).
I
Idiófono: Instrumento que suena por la vibración del material propio del
instrumento musical.
Idioglota: lengüeta que es prolongación del marco del instrumento musical, en
una sola pieza.
Idolatrías: Es todo culto divino dado a falsos dioses. Usualmente en muchos
países, la religión ocial señala como idólatra cualquier culto ajeno.
Incisiones: Cortaduras que se hacen con un instrumento cortante.
Insuación, canal de: Canal de soplo, interno, ubicado en la boquilla.
Intervalo: Distancia entre dos notas. Éstos pueden ser ascendentes, descendentes,
conjuntos o disjuntos.
J
Juque o sacabuche: Membranófono de fricción muy antiguo, utilizado en los ritos
de iniciación africanos desde hace unos 25,000 años. Ampliamente difundido
en Europa. En El Salvador se corta por el medio de la parte superior de
la calabaza, (conocida también como botella de peregrino o tecomate
(Cucurbita vinatera). Luego se le coloca un pedazo de cuero crudo sobre el
epicarpio –limpio y de boca amplia, provocada por el corte– del tecomate y
se le amarra jamente a la cintura de la corteza del fruto. En el centro del
cuero se introduce una vara de cohete cubierta de brea, el cuero envuelve un
extremo de la vara y se le amarra para que la fricción sea efectiva. El sonido
es característico de la fricción. El nombre juque es onomatopéyico.
L
Lianas: Vea: Bejucos.
Claves
Salvador Marroquín
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Literatura oral-tradicional: Literatura no escrita que es transmitida por medio
de la palabra, de padres a hijos, de generación en generación, por medios
no académicos, etc.
Lítico: Relativo a la piedra.
Luthiers: Maestros artesanos que fabrican instrumentos musicales.
M
Macaco: Moneda de plata, troquelada, que circuló durante la Colonia.
Mango: Maneral, asidero.
Mandolina: Cordófono de origen oriental en su versión de fondo convexo.
Tiene cuatro órdenes dobles de cuerdas.
Manufactura: Obraecha a mano.
Maracas: Voz caribe, de sonajas que se ejecutan en pareja.
Marimba criolla: Instrumento de origen africano que se modicó en México
y América Central el siglo pasado, adquiriendo patas, escala cromática y
mayor tamaño. Se diferencia del xilófono, porque ésta tiene un mirlitón
en la caja de resonancia, el cual le da su timbre característico.
Marimba de arco: Instrumento que toma su nombre por un arco que los separa
del ejecutante. Casi no ha sufrido alteración de su original africano que
incluye un mirlitón en su caja de resonancia.
Materiales corruptibles: De corta duración.
Matraca: Idiófono, de golpe indirecto, de sacudimiento, de marco, de péndulo.
Origen árabe.
Medio tapadillo: Se utiliza para señalar en las autas de carrizo la característica de
que en su extremo terminal (en el nudo del carrizo) no está completamente
abierto, ni cerrado, sino perforado por un agujero reducido.
Memoria colectiva: Es el recuerdo guardado por la práctica de una colectividad,
en un contexto económico social.
Mesoamérica: Cultura indígena que se extendió desde el norte de México hasta
la mitad de Costa Rica.
Microtonalismo: Técnica de composición que puede emplear cuartas u octavas
partes de tono, de un intervalo de segunda mayor. Actualmente se le
encuentra en la música oriental.
Mirlitón: Supercie elástica adherida a un cuerpo sonoro que vibra por simpatía
y modica el timbre del sonido. Todo instrumento que modica el timbre
del sonido por medio de una membrana, se conoce como mirlitón.
Monedas o bambas: Idiófonos, de golpe directo, de entrechoque, de placas.
Monedas que van chocando entre en los tocados de los moros en el
baile de “moros y cristianos”.
Monotonía casi hipnótica: Acto repetitivo, constante y monótono, que causa sueño
o aletargamiento. Efecto que causan los arrullos en los niños, por ejemplo.
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Moro: Antiguamente se le llamaba de esa manera al habitante de Mauritania.
Morro: Vasija pequeña hecha del fruto del árbol de morro (Cresentia cujete, C.
Alata, C. Ayete).
Morritos o guacalitos: (Cresentia Alata). Idiófono de golpe directo, de
entrechoque de vasos. Usualmente, ambas mitades de este fruto, limpio,
se utilizan en los jardines de infantes.
N
Nitsuga: Inversión de Agustín.
Nómada: Errante, sin domicilio jo. Grupo humano que se movilizaba con sus
haberes, de un lugar a otro, en búsqueda de alimento.
O
Obsidiana: Roca volcánica vítrea de color oscuro (gris o verde), conocida
popularmente como “piedra del rayo” de la que los indígenas elaboraban
cuchillos, echas y otros utensilios.
Oquedad: Supercie curva, en un cuerpo sólido, cuyo centro está más hundido.
Orejas de conacaste: Fruto del Enterolobium cyclocarpum.
Orfebrería tradicional: Artesanía que labra el oro y la plata para elaborar
objetos de uso personal, tales como anillos, aretes, pulseras, cadenas, etc.
Organología: Ciencia que estudia los instrumentos musicales.
P
Paleoindio: Sociedad cazadora y recolectora.
Palo zumbador: Paleta de madera, sujeta por uno de sus extremos, que, al ser
girada sobre la cabeza del ejecutante, corta el aire, haciendo un sonido
intermitente.
Parche: Sinónimo de membrana o supercie templada, similar al cuero o
pergamino del tambor.
Pedúnculo: punto de unión entre el fruto y el tronco o la rama de la planta.
Pita: Cuerda hecha de la bra del henequén.
Pito: En El Salvador, se le llama pito a todo lo que emite un sonido (por medio
del aire, al soplarlos o por medios electrónicos): el pito del carro (Claxon),
autas de carrizo, ocarinas, mirlitones, cubiertas de chicle desechables
forrados de papel celofán, de hojas vegetales, etc.
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Pito de corcholata: Aerófono de soplo verdadero, de lo.
Pito (auta de carrizo): Aerófono, auta vertical de pico que posee seis
agujeros dactilares.
Pito de lata: Membranófono, mirlitón, de vaso.
Pito de pajilla: Aerófono de lo, sin canal de insuación, longitudinal, aislada,
sin agujeros.
Pito (ocarina): Aerófono de lo, con canal de insuación interno, aislada,
vasculares con agujeros.
Polainas: Idiófono de golpe indirecto, de sacudimiento de vasos de metal. Se
usan en el baile de “los negritos”, de Cacaopera.
Polifónico: Varias voces (instrumental o vocal) que interactúan simultáneamente,
cada una con su propia dinámica y libertad melódica.
Post-clásico: Según la arqueología salvadoreña, es posterior al período clásico
(1200 d.C. - 1524 d.C.)
Pre-clásico: Según la arqueología salvadoreña, corresponde al tiempo anterior
al del período clásico (1200 a.C. - 250 d.C.)
Pre-colombino: Antes de la venida de Cristóbal Colón en 1492.
Preponderancia: Superioridad de crédito, mayor inuencia o autoridad.
Productos industriales de desecho: Materia prima reciclable de la industria
que se utiliza para la elaboración de objetos sonoros y artesanías.
Protagonistas: Personas que en un suceso cualquiera tienen la parte principal.
Proto-teponahuaste: Idiófono de golpe directo, antecesor del teponahuaste.
Q
Quijada de burro: Tiene doble clasicación: 1. Idiófono, de sacudimiento, de
percusión. 2. Idiófono de raspadura.
R
Ramada: Construcción consistente en postes de madera o bambú, sembrados
en cuadro y unidos en su parte superior por varas. Sobre estas últimas,
se colocan ramas y especialmente ramas del cocotero, ciprés o también
para hacer almácigos. Las ramadas, tradicionalmente, sirven durante el
día, para proteger del sol a los celebrantes de las estas patronales de los
pueblos, así también, en reuniones sociales, casamientos. Por la noche,
protegen del sereno a los asistentes a los velorios.
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S
Sacabuche: Membranófono de fricción que fue utilizado por los africanos en sus
ritos de fertilidad desde hace unos 25,000 años. Probablemente, éste haya
dado origen al sack-but
aerófono medieval similar al trombón de vara.
Sartales: Conjunto de objetos amarrados y pendientes de una cuerda. Por
ejemplo, los indígenas usaban en los bailes rituales, caracoles amarrados
y colgantes en tobillos y muñecas, en cuyo movimiento permitían el
entrechoque de éstos.
Sereno: Frío nocturnal al aire libre. Vigilante nocturno.
Sincrético: Mezcla de dos o más religiones, culturas, formas de pensamiento.
T
Talapo o torogoz: Exceptuando al quetzal, el talapo (Eumomota superciliosa)
es el ave más hermosa del país. Se caracteriza por tener colores vivos en
la cabeza, el pecho y dorso. El resto es azul tornasolado y su cola está
formada por dos plumas que se interrumpen por el medio prosiguiendo
su vena central y en la parte terminal, las plumas vuelven a ensancharse.
Fue declarado ave nacional mediante decreto legislativo.
Tela: Membrana sacada de la panza del cerdo, que se usa como mirlitón en los
resonadores de la marimba.
Temporada, la: Período que comprende la época de la corta del café, desde
octubre en los terrenos bajos, hasta febrero en las zonas más frías.
Teponahuaste: Tronco hueco que ostenta unos cortes en forma de H en su
supercie superior, exponiendo dos lengüetas de diferente tamaño. Se le
adjudica origen sagrado.
Timbal de agua: Membranófono de fondo redondeado y cóncavo, que se ana
con agua.
Timbre: La voz característica del sonido que identica a un instrumento
musical.
Tiple: Llaman de esa manera en la zona de Izalco, a la baqueta o bolillo de
doble cabeza percutora, que usan en la marimba de arco.
Trompetas de madera: Trompetas de 2.00 mts. aproximadamente, que
formaban parte de grupos instrumentales precolombinos.
Troncos ahuecados: Troncos de árboles de montaña que naturalmente han
perdido su centro leñoso. Cuando han pasado su período de madurez, los
árboles comienzan a deteriorarse para servir de alimento y protección a
otros seres vivos, y, en ese proceso, caen y llegan a descomponerse sobre
la supercie montañosa.
Txistu: Aerófono tradicional vasco.
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Marroquín, Salvador. Los instrumentos musicales y objetos sonoros tradicionales en El Salvador.
Págs. 53-91.
V
Vasco: Pueblo europeo de origen milenario, con historia, costumbres e idioma
propio: el euskera. Dicho pueblo, ubicado originalmente entre Francia y
España, actualmente forma parte de España,
Vaso: Es toda oquedad que pueda servir como caja de resonancia.
Vasos silbadores: Invención maya del pre-clásico. Consiste en dos recipientes
interconectados por su base. Uno de ellos, abierto por arriba y de boca
ancha. El otro, cerrado, con un mínimo oricio. Se le echa agua al primero
y al ir llenándose éste, forma un vacío a presión en el segundo recipiente.
Al aumentar la presión, el aire, al salir por el agujerito, emite un silbido.
Vigente: Funcional en un lugar y tiempo determinado.
Voladores. Danza ritual que se efectúa en el Estado de Chiapas, en el sur de
México.
Z
Zarcillo: Consiste en cuerdas o juego de resortes que van sujetos diametralmente
en el marco inferior externo del redoblante y al ajustarse quedan en
contacto con el pergamino o membrana inferior. La función de este
aditamento es, que, al golpear la membrana superior, por “simpatía”,
la vibración se reproduce en la membrana inferior y por el contacto
directo de ésta, con el zarcillo, se multiplican los golpes. De esta manera
redoblan y resuenan los golpes en el instrumento.
Zoomorfo: Que tiene forma o apariencia de a
nimal.
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas:
universo simbólico de nahuales
y contra nahuales
Mythology in the Izalco cosmovisions:
A symbolic universe of nahuales and contra nahuales*
(*those who do not follow the traditions of nahuales)
Lic. Miguel Ángel Hernández Vásquez
Antropólogo y docente investigador
Universidad Tecnológica de El Salvador
miguelangeles79@gmail.com
Fecha de aceptación: noviembre 2019
DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i11.10739
URI: http://hdl.handle.net/11298/1195
Resumen
La mitología es parte fundamental en las cosmovisiones de la especie humana,
en donde se ubican la fundación de los pueblos originarios y su desarrollo
evolutivo, en el universo simbólico que condensa sus paradigmas. En ese
sentido, el presente artículo es parte de los acápites de los hallazgos del trabajo
de tesis titulado “Cosmovisiones locales: tradiciones, costumbres y oralitura
en las cofradías izalqueñas” para optar al grado de Licenciado en Antropología
por la Universidad Tecnológica de El Salvador. Por lo consiguiente, uno de los
objetivos especícos fue inferir, a través de la oralitura izalqueña, la presencia
de mitos fundacionales y de creación presentes en las cofradías indígenas de
Izalco en torno al relativismo lingüístico.
Dicho proceso de tesis de grado se realizó en el periodo comprendido de marzo a
noviembre de 2018, en el casco urbano de la ciudad de Izalco, en donde, a través
de las siguientes técnicas del método etnográco el rapport, la entrevista guiada
y no dirigida, se realizó el levantamiento de datos cualitativos en sesiones de
trabajo con los mayordomos Alonso García, de la cofradía “Padre Eterno”, y
don Lipe Pilia Chile, de la cofradía de San Francisco de Asís, así como con
Miguel Ángel Palma Gómez, touroperador izalqueño.
Palabras clave: Izalco, Sonsonate, El Salvador - Religión y mitología. Mitología
indígena - Izalco, Sonsonate, El Salvador. Izalco, Sonsonate, El Salvador - Vida
social y costumbres. Antropología social - Izalco, Sonsonate, El Salvador.
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Abstrac
Mythology is an essential part in the worldview of the human race. It is here
where the basis of the original peoples and their evolutionary development are
found: in the symbolic universe that concentrates its paradigms. In this sense,
this article is part of the ndings of the thesis work entitled: “Local worldviews:
traditions, customs and oral literature in the cofradias (brotherhoods) from
Izalco”, to obtain the Bachelor´s degree in Anthropology from Universidad
Tecnológica de El Salvador. One of the specic objectives was to infer the
presence of the foundational myths on human creation through the oral literature
from Izalco around linguistic relativism, as found in the indigenous cofradías in
this city. This thesis work was conducted between march and November 2018,
in the urban area of the city of Izalco. In order to collect qualitative data, the
following techniques from the ethnographic method were used: the rapport,
interviews--both guided and not guided--. These instruments were used with the
mayordomos (religious administrator) Alonso García, from the “Padre Eterno”
cofradía (“Eternal Father brotherhood), and Don Lipe Pilia Chile, from the San
Francisco de Asís cofradía (Saint Francis of Assisi brotherhood); they were also
used to interview Miguel Ángel Palma Gómez, tour operator in Izalco.
Key words: Izalco, Sonsonate, El Salvador - Religion and mythology.
Indigenous mythology - Izalco, Sonsonate, El Salvador. Izalco, Sonsonate, El
Salvador - Social life and customs. Social Anthropology - Izalco, Sonsonate,
El Salvador.
Introducción
Cada sociedad congura, a partir de sus prácticas cotidianas de manera
colectiva, los pensamientos que dan soporte al sistema de creencias que une y
distingue a una sociedad de otra cercana con la que comparte el universal de la
religión, llevándolo asimismo a la generalidad y particularidad en la ritualidad
y religiosidad que fundamentan dicho sistema.
Dentro de las características del mito, Mircea Eliade1 (1991) expresa lo
siguiente: “cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido
lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos. Es siempre
el relato de una creación, se narra cómo algo ha sido producido, ha comenzado a
ser. En suma, los mitos describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones
de lo sagrado (o de lo sobrenatural) en el Mundo” (p. 6).
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y contra nahuales. Págs. 93-115.
Miguel Ángel Hernández Vásquez
Para la Antropología, es importante analizar los mitos fundacionales y de
creación para descodicar los signicados que guardan en la cosmovisión local
de una determinada etnia en estudio. En ese sentido, Mircea Eliade
1
2
(1991)
dene: “El mito sólo es tardío en cuanto formula: pero el contenido es arcaico y
se reere a sacramentos, es decir, a actos que presuponen una realidad absoluta,
extrahumana...Mito del eterno retorno” (p. 7).
Desarrollo
La Cuyancúa: nahual de Izalco
Dos épocas de vida, entre la resequedad de la tierra y la fertilidad de la tierra
en la época lluviosa, han marcado desde nuestros ancestros una serie de
interpretaciones del cosmos, de lo que es intrínseco en el universo del ser
humano, y lo extrínseco, que en la vida sociedad adquiere matices que conguran
lo tangible e intangible de sus pensamientos en la cultura material e inmaterial,
denotando su patrimonio natural y cultural, estrechamente ligado a la vida física
y espiritual. En ese sentido, uno de los seres mitológicos que anuncian la época
de preñez de la tierra es la Cuyancúa, que es para los izalqueños su patrimonio
cultural, asociado también al natural, el cual se expresa a continuación:
1 Fuente: Elíade, M. (1991). Mitoy Realidad. Barcelona: Labor. p. 6.
2 Ibid. p. 7.
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y contra nahuales. Págs. 93-115.
La historia que más nos contaban era que cuando se acercaba
el invierno, que ya empezaba a llover, la gente escuchaba en la
zona de Atecozol, que es una zona muy boscosa y que está en un
lugar bastante como alto de la zona de Izalco, entonces, cuando se
escuchaba como un chillido de siembra, que era como un zumbido;
y la gente decía que ya había chillado la Siguanaba, y que ya iba a
empezar el invierno. Entonces, una semana después, empezaba a
llover. Igual cuando estaba lloviendo bastante fuerte y se escuchaba
el chillido de la Cuyancúa, que era porque iba a ver temporal. Bien
la gente decía “hoy está chillando la Cuyancúa, es porque va a
ver un temporal”, decían, y cabal, se extendía el invierno en ese
tiempo... También cuando ya llegaba la hora de determinarse el
invierno. Unos días antes que se terminará el invierno, la época
del invierno, este ser que aparecía en las quebradas en los ríos, que
no solo era una, sino que se juntaban varias, también chillaban y
eso daba. La gente ya sabía que con ese chillido ya terminaba el
invierno. Como te mencionaba, Atecozol está en un área bien alta
y tiene bastantes árboles; genera un eco, bastante eco. Entonces, la
gente cabal escuchaba en todo el mundo; el centro del municipio
escuchaba el chillido de la Cuyancúa.
Figura 1. Reinterpretación de la Cuyancúa, por parte del arqueólogo salvadoreño Federico
Paredes, retomada de: https://federicostories.blogspot.com/2017/11/the-cuyancua.html
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Figura 2. Mural de la “Fertilidad” en donde se retoma la iconografía del Xipetotec, mural
elaborado por el Antropólogo Álvaro Sermeño, ubicado en una pared externa de su vivienda.
Fotografía tomada por el investigador.
Por analogía, este ser mitológico puede trasladar al lector a la imagen del señor
de la primavera, el Xipetotec, considerado una deidad en el mundo Occidental
por su morfología antropomorfa. Sin embargo, al analizar dicha deidad se puede
observar, como muy bien lo ha analizado el antropólogo Alvaro Sermeño, la
forma de cántaro en su cabeza, las azas que denen las orejas de la cabeza del
Xipe, el cual está invertido, como vaciando o proporcionando al ser humano
el vital líquido. Finalmente, el cuerpo, en su tronco y extremidades superiores
e inferiores, representan la semilla fertilizada del maíz, ya que dichas partes
forman el grano y el olote, en su morfología.
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y contra nahuales. Págs. 93-115.
Figura 3. Reinterpretación del Xipetotec, por parte del Antropólogo Álvaro Sermeño;
en donde se aprecia la escama del olote, símbolo de fertilidad como parte del ritual
de la fecundidad o preñez de la Madre Tierra. Mural ubicado en una pared externa
de la casa de habitación de Sermeño. Fotografía tomada por el investigador.
Ambos la Cuyancúa y el Xipetotec, son los que anuncian el inicio de la época
seca, en donde el alimento es más escaso, y la llegada del invierno que anuncia
la preñez de la tierra, y por ende la abundancia del alimento.
Sin embargo, la era digital, dichos elementos místicos pasan desapercibidos
entre las nuevas generaciones, debido al impacto psicológico, de las redes
sociales en el ciberespacio, quienes pasan sumergidas en su mayor parte del
tiempo en temas coyunturales; colocando una venda en la interpretación que
hacen de las realidades presentes. Todo esto en detrimento del equilibrio que se
mantuvo en el pasado ancestral entre el ser humano y su medio ambiente.
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y contra nahuales. Págs. 93-115.
Siguiendo con el análisis de la mitología nahua pipil, Guzmán Palma, comparte
el análisis de la serpiente en la morfología de la Cuyancúa:
La serpiente está bien representada desde la cultura maya, con
Quetzalcóatl toda esa parte de la cultura como una divinidad,
relacionada con la productividad con la tierra, y también con la
parte como, por decirlo así éste de un animal que no se puede
ver, animal que es rápido, que no se puede agarrar…entonces
la parte de la serpiente la gente lo ha relacionado con eso,
porque muchas veces la gente escuchaba el sonido, pero nunca
lograban ver, escuchaban que la Cuyancúa hacia el sonido, pero
nunca lograban ver, pero sólo escuchamos el chapoteo en la el
agua decían, ya porque la de la Cuyancúa, había pasado, donde
había escarbado, pero no lo lograban ver, entonces esa parte de
la serpiente relacionado con ese sentido, con un animal arisco.
Es importante recalcar que la Cuyancúa es el nahual de los Izalcos, dentro de su
mitología nahua pipil, por lo que es importante destacar que signica el termino:
Nahualli es un término náhuatl que originalmente se usó para
designar dos conceptos principales: En primer lugar, este se
reere a una suerte de doble o alter ego animal que se encuentra
tan estrechamente unido al destino humano que su muerte
tiende a implicar la destrucción de la persona. En segundo,
nahualli alude a cierta clase de especialista ritual caracterizado
por su capacidad de cambiar de forma a voluntad (Martínez
González, 2007, p. 189).
Por su parte, fray Alonso de Molina registra la voz náhuatl nantli como ‘madre’,
y fray Bernardino de Sahagún reere que los nahuas llamaban Tonantzin (es
decir, ‘Nuestra madrecita’) a la ‘madre de los dioses’ (Montemayor, 2007), esto
haciendo alusión al sincretismo entre lo indígena y lo español, en la imagen
de la Virgen de Guadalupe en México; por lo cual, el autor inere que seguían
adorando a la antigua Tonantzin. Sahagún registra nantlalli como ‘tierra madre’,
de tlalli, ‘tierra’, y nantli, ‘madre’. Molina incluye nanyotl como ‘matriz’
(también signica ‘maternidad’, agregó Rémi Siméon citado en Montemayor,
2007). Sin embargo, el elemento dual o hermafrodita se ve reejado también en
el nahual. Según Montemayor (2007), al igual que con tahtli, se forma el familiar
tatahtli, de cuyo acortamiento proviene ‘tata’; del familiar de nantli, nanahtli,
se forma ‘nana’; y sigue nantli, que signica, primordialmente, ‘madre’, por
extensión ‘abuela’, y, en ciertos estratos sociales, ‘nodriza’ (p. 1).
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y contra nahuales. Págs. 93-115.
Figura 4. Quetzalcóatl o serpiente emplumada. — También se le llama «estrella de la
mañana» y dios de los vientos (Codex Magliabecchiano XIH. 3), retomada de María
de Baratta (1951) en su libro Cuzcatlán típico : ensayo sobre etnofonía de El Salvador :
folklore, folkwisa y folkway. Primera parte.
Hablar del nahualismo es hablar de seres protectores que conducen al ser humano
a lo largo de su vida a una serie de emociones, sensaciones, sentimientos de
arraigo, de etnicidad en los que esta implícito los siguientes elementos:
Para el ser humano, la realidad material es conceptualmente
inalcanzable; sólo tenemos acceso a los objetos y acontecimientos
a través de las representaciones que de ellos nos hacemos, pues la
representación “no es el reejo en el espíritu de una realidad
externa perfectamente acabada, sino una remodelación, una
verdadera construcción mental del objeto, concebido como
inseparable de la actividad simbólica del sujeto” (Herzlich:
1972, 306, citado en Martínez González, R., 2016, p.11).
Sin embargo, existe una dualidad en los nahuales, que según María de Baratta
(1951), lo destaca a continuación:
Una de las costumbres más arraigadas, a pesar de la vigilancia
de las autoridades, es el «Nahualismo», la brujería, hechizos,
malecios, curanderismo y muchas otras prácticas de lo más
absurdo, que se hallan aún ahora en pleno siglo XX muy
extendidas en todo el territorio de Cuzcatlán y también en todos
los países de Indo-América. Pero de todas las supersticiones
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de nuestros indios, sin duda la más curiosa y más fuerte en su
tradición era y es el «Nahualismo» (p.263).
En el fragmento anterior es notable el nivel de etnocentrismo, propio de la
primera mitad del siglo XX en las elites criollas y ladinas, en la cual estuvo
inmersa María de Baratta; por tal razón cuando la investigadora del folklor
salvadoreño, utiliza el peyorativo de “absurdo” expone la realidad que la
rodeaba, y por ende no es de extrañarse del porqué de su aseveración y postura
frente al nahualismo. Desde la antropología se puede interpretar desde el
dualismo simbólico y desde lo arbitrario del signo, visto asi en la lingüística
estructural de Saussure (1916), quien lo ha codicado como algo arbitrario y
convencional; lo cual le atribuye múltiples signicados al ser observado desde
diversas aristas. Esto signica que, desde el punto de vista cientíco, ninguna
practica o manifestación sociocultural se le debe calicar utilizando cualquier
clase de peyorativo, ya que el cientíco se debe a sus informantes claves.
Los Tepéuas: los muchachos de la lluvia y del conocimiento
Dentro de las cosmovisiones izalqueñas, la época de la cosecha está regida
por una serie de entidades míticas, que inciden en la productividad de la
tierra, que ha de germinar, siempre y cuando el ser humano este en equilibrio
con la madre naturaleza; así como la Cuyancúa anuncia la llegada de la
lluvia, para que inicie el proceso interno de germinación para los diferentes
organismos activen el ciclo de vida. Dicho ciclo de vida está gobernado bajo
la cosmovisión de la población náhuat-pipil por otros entes; se hace referencia
a los Tepehuas, estudiados ampliamente por el antropólogo alemán Leonhard
Schultze Jena en 1934, en el contexto del etnocidio en el occidente del actual
territorio salvadoreño.
Schultze Jena
3
destaca el signicado de tepéua “El nombre dado de “Muchachos
de la Lluvia”, así los tepéua en Pipil, cuyo correcto plural y sustantivo es
textepeuámet, lo derivo del verbo ni-k-tepéua-a que signica “arrojar”,
“esparcir”. Este es la principal actividad de estas criaturas, esparcir la lluvia
sobre la tierra (p.49).
“Sahagún nos informa que también las deidades de la montaña, que de
argamasa eran moldeados en miniatura, el tepictoton de los Aztecas, se
contaban entre los Dioses de la Lluvia” (Schultze Jena, 1977: p.49). Así
mismo la relación entre el volcán de Izalco, y el elemento del agua, se destaca
en el siguiente fragmento:
3 Schultze Jena, L. (1977). Mitos y leyendas de los pipiles de Izalco. San Salvador: Cuscatlán.
Pág.49
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Una relación de ideas con tépet = cerro, en cuya cima recogen
copos de nubes de lluvia, tendría en las acepciones del Quiché su
relación colateral. En raíces se impide una relación de contraste
así: tepeu (gramaticalmente, verbo intransitivo tepeu-i = bajar
en cantidades) que es la raíz para esparcir (en comparación),
opuesto a tepe que es la raíz para “cerro”. Yo no encuentro que
este examen resista del todo una relación de ideas entre “cerro
— duro — pequeño”. (Schultze Jena, 1977: p.49)
Por su parte Alonso García (2018), hace referencia a como dichos personajes,
previenen o anuncian los días aciagos haciendo alusión a las cosmovisiones
mayas, o de malecios, cuando la relación entre el ser humano y el medio
ambiente, no ha resultado muy equilibrada. Lo anterior, se contextualiza,
cuando en las cosechas, sobre todo en el máiz, aparecen unos granos negros; tal
como se decribe Alonso García (2018), a continuación:
Hace 60 años, nosotros teníamos una ritualidad de los Tepéuas,
más que todo en este mes de julio, cuando aquí eran ranchos
metidos en las montañas, todo esto eran montañas, aquí estaba
un rancho donde vivió mi abuelita Anita Putun, aquí les dejo a
los hijos, y yo compre… entonces, no es lo mismo habitar en
un territorio, que vivir en un patio… porque en el mes de julio,
había la creencia, que ya se cabo eso, la madre naturaleza y la
madre tierra ha venido a cobrar justicia, porque, en este mes
que decimos el mes del Jilote…algunos arman que los han
visto, mi mamá armaba que había visto el mito del Tepéua…
entonces qué es lo que pasaba, que se veía que venía una
tormenta la haz de los árboles, y una nublazón negra, y que los
palos zumbaban… y como era una creencia, una realidad le da
ritualidad que ella hacía es sacar el Tol y sonarlo (el caracol)
que la creencia esta exacta que, se iba de paso.
Por los apuntes de un Franciscano del tiempo de la Conquista, sabemos que el
Dios de la Lluvia había creado muchos pequeños ayudantes -”para llover crió
muchos ministros pequeños de cuerpo” en donde la funcionalidad que ejecutaba
según Schultze Jena (1977) los análisis, que hizo de estos seres mitológicos en
los pipiles de Izalcos era “sacar el agua de los cubetes que estaban en el patio de
su casa, para que se esparciera como lluvia sobre la tierra” (p.49).
103
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Figura 5. Entrevista guiada con Alonso García, mayordomo de la cofradía de Padre Eterno y
María Asunción. Fotografía tomada por Miguel Ángel Najo Latin, el día 9 de julio de 2018.
Sigue Alonso García (2018), con el relato mitológico de los Tepéuas:
Pero como ahora no llueve, antes llovía, eran unas
tormentas… vamos hablar de nuestro propio medio, ¡tene
cuidado noy, porque los Tepéuas ya van a venir!! Entonces,
lo que se estableció fue que solo se cultivaba el maíz, solo se
cultivaba el uno pilse y el capulín, entonces aquellas milpas
estaban en pleno jilote en este tiempo; entrando el elote,
entonces era cuando los Tepéuas venían, a llevar los granos de
maíz, a alimentarse con el maíz, entonces para mayor creencia,
que no había abono, ni cosa que se le parezca, los dones así
de tamaño, así de grandotes, entonces decían aquí pasaron los
nanahuas o los Tepéuas…y la palabra común es, ¡aquí se cago
un Tepéuas! Porque en la punta de aquella mazorca le salían
búas negras (García, 2018).
Según Leonhard Schultze-Jena
4
(1975), los Tepéuas, o “muchachos de la lluvia”
son aquellos seres que afectan intencionalmente las cosechas, incrementando el
caudal de los ríos, generando la impermeabilidad en el suelo, afectando por ende
las cosechas del maíz. Dando como resultado, la aparición de las búas negras
a las que hace referencia Alonso García (2018), en las puntas de las mazorcas.
Por analogía en la cultura Maya se denominan “días aciagos o de mala fortuna”;
describiendo dicho proceso metereologico de la siguiente manera:
4 Ibid.
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
“Los Tepéuas producen truenos y granizos que dañan las
cosechas.En tiempo mitico, con hachas de pedernal-machi_
abren la montaña para extraer el maíz. Al presente, el acto
primigenio se reitera desde las nubes al golpear piedras con
esas mismas hachas. Sus fragmentos que “raja[n] árboles”, los
hacen “arder” y “se esparcen” destructivos como “granizo”
(Schultze Jena, 1977)
Figura 6. Las búas u hongos del huitlacoche, similar al relato de las búas descrito por
Alonso García en la entrevista guiada. Imagen retomada de http://www.sobreestoyaquello.
com/2017/03/huitlacoche-el-horroroso-manjar-de-los.html
Figura 7. El sonido del Tol (caracol), en ritual Celebración del Día Internacional de los Pueblos
Indígenas en Izalco. Registro fotográco propio
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Mientras, que en la cosmovisión izalqueña, se tiene una percepción muy
diferente de los Tepéuas, considerados seres sobrenaturales, relacionados con el
ciclo de la vida: la lluvia para hacer germinar la semilla del maíz, y alimentar el
conocimiento, en palabras de Alonso García (2018), se dene:
Entonces la gente decía ¡aquí se cago el Tepéua! ese elote no
servía, ese cortaba, se iba a buscar después de la tormenta, a los
ocho días, aquí se cago el Tepéua…era una comida que se creía
para adquirir sabiduría y conocimiento, venían los tatas, los
abuelos, sacaban el elote, y ese grano que ahora le dicen búa, lo
hacían en pupusas, y se lo daban a los jóvenes para la fertilidad,
para el conocimiento y la sabiduría, por eso es que el tepehua,
es un mito, lo que ahora en la actualidad se llama extraterrestre,
mucha gente cree y considera que los extraterrestres bajaron,
lo que en la náhuat son Tepéuas, y, creen que dejaron genes
por todos lados… porque aquí lamentablemente dicen que sus
raíces son de Tepéuas, y el señor ya se está muriendo, ayer me
contaron que ya no responde.
Figura 8. Los hongos del huitlacoche preparados en la típica quesadilla mexicana.
Imagen retomada de http://www.sobreestoyaquello.com/2017/03/huitlacoche-el-horroroso-
manjar-de-los.html
Estos seres mitológicos, considerados no humanos o extraterrestres, se quedaron
a convivir con los izalqueños, mezclándose con ellos, para generar descendencia
y fortalecer la sabiduría en las nuevas generaciones, como muy bien lo describe
Alonso García (2018), en el siguiente fragmento:
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Vamos a juzgar la vida ajena, el señor, el rostro, no es de
humano, se le ve… aquí teníamos una persona que si usted le
tomaba una foto, no le volvía hablar y era su peor enemigo,
ya falleció, esos eran hijos de Tepéuas…al grano le llamaban
nanahuas, ahora le dicen búaspero eso se le llama nanahuas,
y era el excremento del tepehua… se consumía para que el
hombre o la mujer, tuviera una buena fertilidad y adquiría el
conocimiento… y tener una buena descendencia… pero Lara
Martínez, él no sabe ni lo que está escribiendo… yo soy amigo
de un alemán, vino a participar en las estas tradicionales del
sincretismo, y le tomo fotos a esas persona (él es el que está
falleciendo y el otro señor), a los ocho meses me escribió y
me dijo que era conrmado que, eran hijos de los Tepéuas…
pero ya no me escribió el señor… pero me conrmo que tenían
esa diferencia en el rostro, y eran pequeños… entonces me
conrmo eso.
La presencia alienígena, considerados “alienígenas ancestrales” por la ufología
o pseudociencia; coincide con los relatos de los antiguos pobladores izalqueños,
que describen a estos seres, o entidades, como los encargados de anunciar el
proceso cíclico de vida en la primavera, durante la época lluviosa, que, ya
germinada la tierra, los jilotes, comunicaban a nivel visual, el alimento que
pronto han de alimentar el cuerpo y el alma, al compensar las jornadas laborales
de sus agricultores.
Estos seres contaban con mucho misticismo en el imaginario colectivo de
los náhuat-pipiles, quienes, les otorgaban a las búas el medio para transmitir
sabiduría a las nuevas generaciones de hombres y mujeres dentro de la
cosmovisión izalqueña; el alimento espiritual que se obtiene de las búas negras
o huitlacoche representa la gnosis para los izalqueños y por ende el mundo físico
que los rodea, permiten que los nahuales cada año interactúen entre sí para que
la Cuyancúa anuncie la llegada de las tormentas, y es ahí donde el Xipetotec
hace su trabajo para preñar la tierra (tal en náhuat – tlalli en náhuatl mexicano),
con la llegada del invierno. Frente a este escenario los Tepéuas (muchachos
de la lluvia) se encargan de generar el movimiento cósmico para que el Sol
(tunaltunatiu), acelere la depresión atmosférica, produciendo los truenos y
granizos en la montaña, para que después de terminada la tormenta se revitalice
la vida en su entorno natural. Obteniéndose como resultado el alimento físico
que nutre la vida del ser humano.
.
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Figura 10. Cromática e hibridación de la semilla natural del maíz en los pueblos indígenas,
tomada de https://www.animalgourmet.com/2014/09/30/glass-gem-corn-el-maiz-de-los-mil-y-
un-colores/
El Guashake una entidad nocturna; como un contra Nahual.
En el imaginario colectivo salvadoreño, es normal escuchar la frase “Ya te llevó
la que no te trajo”, asi como el dicho “el que anda entre la miel algo se le pega”;
frases claras que describen la naturaleza del ser humano, cuando se trata de
desaar las normas establecidas en la sociedad a la cual pertenece como sujeto,
y que, como individuo desafía constantemente, hasta lograr lo que muy bien
sustenta el dicho: “tanto va el cántaro al río que termina quebrándose”. En ese
sentido se retoman los recuerdos de adultez de Don Lipe Pilia Chile (2018),
quien recuerda muy bien su periodo de consumo desmedido de alcohol; el cual
le generó una serie de vivencias paranormales, o de sustos, como se dice en el
lenguaje popular salvadoreño; una de esas vivencias se presenta a continuación:
El Guashake es un animal.... plumudo como una chumpa... si
no es suyo, para usted, solo lo mira y ay se va...pero si lo torella,
compóngase...y esa vez, a nunca me han asustado, cosas
así, pasé mi juventud...yo cuando chupaba, salía a las doce de
la noche, de la cantina, solo me envainaba mi corbo aquí, y la
lámpara, eso andaba cargando... lo que sí, que yo antes ya había
comprado, dos crucijos así, en San Antonio, dos Cristos...y
allá me los bendijo el cura, yo lo compré en la puerta así del
atrio, y cuando yo chupaba que salía medianoche, lo agarraba,
lo ponía uno adelante y otro atrás...el corbo y lámpara.
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Existe un dicho popular que dice: “andando bueno y sano a uno le pasa
cualquier cosa, por el contrario, andando bolo, no pasa nada”; sin embargo,
hay excepciones, tal como le sucedió a Don Lipe Pilia (2018), quien compartió
dicha experiencia de vida:
Cuando yo chupaba, yo salía a las once y media, o a las doce,
sólo un amigo que vivía ahí, se llamaba Antonio Velado, tocaba
marimba, él era el único alero que tenía, y yo le iba a hablar…
ohhhh, vamos! a vamos, él sin pisto, él atenido que yo, a mí me
aban y me vendían... fuimos a las 11 y media de la mañana,
y la señora allá abajo le había pagado, tres pesos de chicha,
eran doce botellas, porque 25 la botella… nos bebimos seis,
la mitad, a la una y media, eran ...achís, vamos a andar arriba,
me dijo él, las casas, están solas, ah!!! vamos pues!!! cuando
uno patudo, ehhhh le vale verga!!!.ahí un familiar, la señora se
había levantado, con una su candelita así, chas baje yo... y aquel
se jue.…este solar, aquí era solo, eso era solo, unas parvas de
adobe habían ahí, un charral así de ese porte... (un metro y
medio) cuando llegue ahí... ya está amaneciendo, me dijo...que
andas haciendo vooooos!!!!, me dijo, si es noche!!! ¡Ja!! que
veo tenes la luz prendida... ahhh las pulgas!, me dijo: ¡estoy
matando pulgas! me dijo la señora, como el tahuipante así, en
toldo de vara, se miraba... anda acóstate!!!, me dijo...ya me voy
pues ay nos vemos, salí ay, allá iba ve, donde está la puerta de
la casa... pero la calle ésta!! mire llena de piedras, no eran ni
calles, sino que callejones...y quizás lo más que eran de ancho,
el poste y una carreta, es lo más que cabían, como antes solo
carretas y bestia, era el transporte cuando yo iba, no habían las
luces o piedras jas, vaya madre!! a ver quién está cagando por
ahí...echeeee por todo pajo, poh,poh,... tetuntes.
Siguiendo con el relato de Don Lipe, el primer escenario a enfrentar ante una
situación como la anterior, es la incertidumbre, luego el escepticismo, seguido
de un cuestionamiento del porque suceden las cosas en momentos determinados,
como, por ejemplo: alguien que viene de departir con sus cheros alcohólicos,
y piensa que nada le pasará en el camino de regreso a casa, y que todo se
mantendrá en la “normalidad de siempre”, muy a pesar de las advertencias que
hacen los abuelitos y abuelitas, en el hecho de andar trasnochando, que todo
puede pasar, hasta lo imaginable.
Retomando los registros históricos y etnológicos sobre este personaje mítico en
la población náhuat-pipil se hace referencia al fragmento de oralitura que Roque
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
(2004; 46), registro en náhuat y luego ha sido traducido en español por Lara
Martínez & McCallister (2012), a continuación:
Texto en náhuat Texto en español
Mujtiluía úhti ta Tsuntsúnat
tíkne pága úshtu ta San Pedro
kualguía se guasháke
guen tejémet tikuígat shúmpe
uan máchet pálti chajchalúa ne guasháke.
Ne ueshkininu ne shúmpe ten gátik
uan guísat ne guasháke kutujtúgat
ga ne kójtan.
Por el antiguo camino de Sonsonate
En la cima de la barranca de San Pedro
salía un guashaque;
pero nosotros llevábamos sombrero
y machete para golpear al guashaque.
Al aletazo cayó el sombrero boca arriba
y salió el guashaque despavorido por la montaña.
Figura 11. Cuadro de elaboración propia y retomado de Lara Martínez & McCallister
(2012), El legado náhuat-pipil de María de Baratta.
Por su parte María de Baratta
5
(1951), en su libro Cuzcatlán típico: ensayo
sobre etnofonía de El Salvador: folklore, folkwisa y folkway, menciona la
gura de otro ser mitologico denominado el Guashaco, quien describe en el
siguiente registro de oralitura, que la folklorista registró, el cual se presenta a
continuación:
Los indios de Izalco, Nahuizalco, San Julián y Juayúa, tienen
la creencia de un personaje de leyenda en gura de mono,
que llaman: el “Guashaco”. A lo mejor se ve a un grupo de
indios, apostados alrededor de un rancho armados de sendos
garrotes y machetes, para deshacer a leñazos, como ellos dicen,
al “Guashaco”. Una vez, Pedro, marido de una pobre india, la
abandono, y ella decía que el “Guashaco” se lo había llevado.
Tenían un hijito y este se enfermó; la pobre salía a dar voces al
monte llamando a su Pegru”. Desesperada cogió a su hijo y
se fue al pueblo; al atravesar la montaña le salió un mono, y la
india encolerizada le grito: “!desgraciadu, no sos ‘Guashaco’,
lu sos Pegru que me lo querés quitar lo cría, no sos ‘Guashaco’,
sos lo maridu, ya te lu conozco, sos Pegru!”; y la pobre india
salió corriendo (p. 272).
Asi mismo Don Lipe Musto (2018), menciona la gura del mono, como parte
del quehacer de los brujos en Izalco, el cual se describe en el siguiente fragmento
de entrevista guiada:
5 Baratta, M. d. (1951). Cuzcatlán típico: ensayo sobre etnofonía de El Salvador. San Salva-
dor: Publicaciones del Ministerio de Cultura.
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Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Aquí pasaba un animal, un mico. Como antes todo eso era
monte... pasaba la vereda a salir hasta allá por la ceiba, hasta el
kínder... Ay pasaba de nuevo hasta salir allí, a la barranca... Una
vez, sí, en el ranchito de nosotros... Estábamos cenando con la
nada y mis hijos... como a las siete, siete y treinta. Oí, yo, que
me le pegaron una patada a la puerta. Salí, yo, a ver. Cuando voy
viendo que el mico era.... Allí iba. Cuando lo alcancé a ver, que
se atravesó el cerco, “¡Jayyy —le dije yo—, te conocí quién sos
vos”, sin saber quién era. Y otro día encontré al chero... “¡Puta!
—me dijo—. Tenés tu valor —me dijo—. Tenés tu valorcito...”.
Y le dije: “¿Y eso porque vos?”. “Te pasé fregando anoche. ¡Le di
una patada a la puerta y ligerito salistes!” —me dijo—. “A pues
—le dije yo—. Uno no hay que ser atenido”. “¡Yo soy, hombre!,
no tengas pena. Cuando oigas cualquier cosa, no salgás. Yo soy.
Por ahí me mantengo mientras se me llega la hora... a las doce...
Me estoy arriba de tu casa. Yo te conozco a vos. ¡Somos amigos,
hombre! No tengas pena. Yo, para vos no..., no te busco”. Pero si
me dijo “¡no salgas!”... “Ese día me aigiste, porque salistes con
el corvo. Me hubieras jodido, pero yo era el culpable...”. Y eso
fue temprano, como a las 7:30 a 8:00.
Figura 12. Proceso de entrevista guiada con Don Felipe Musto en la cofradía de Santa
Lucía. Fotografía tomada el día 8 de julio del año 2018 por Francisco Santos Alvarenga,
estudiante de Antropología Utec.
Este ser mitológico del Guashaco, al parecer ha servido de inspiración para
los brujos de Izalco, tanto así que la gura del mono es un elemento simbólico
de las transformaciones que han caracterizado a dichos sujetos encargados del
manejo de conjuros, sortilegios, adivinaciones o encomiendas para hacerle
un daño a otra persona considerada rival o enemigo, por quienes acuden a los
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y contra nahuales. Págs. 93-115.
servicios de los brujos y brujas izalqueños. Siguiendo con el relato de Don Lipe
Musto (2018), el comentó:
Ay tengo la vereda; ahí paso. Y si no, se estaba ahí arriba de la
lámina donde vive la otra hija... Ahí estaba rascando, tirándole
arena... Una vez nos preocupamos. Me curaron tres tiros,
quizás me veló el sueño. Como son picaros, sentí sueño. Me
fui acostar, me dormí. Cuando al ratito paso ahí el animal...
Golpetazo. Me dice la nada: “¿No sentiste el mico que pasó?”.
“Mirá —le dije yo—, quizás me durmió”. “Al ratito que vos
te entraste, pasó. Sintió el tufoso a Jacinto. Allí pasaba, al otro
lado, el gran tufaso...”. Deje ir un tiro cuando salió otro vecino
y me dice: “¿Qué te pasa? Oyí que tiraste”. “Ay pasó un animal
y me velo el sueño. ¡Busquémoslo!” —me dice—. Y él tenía su
pistola allí. Ay, cuando íbamos allá, le tiramos. ¡Qué lo íbamos
andar encontrando!... Pasó el terremoto, y un día lo encontré
allí acostado. Como esta casa era de tejas; por allá estaba el
comedor. Allí, bien dormido, arriba de la casa por el corredor,
como a las 5:30, ya podía más la noche. Bien dormido estaba
en la mera esquina. “¡Ay, jodido, te dormiste! Cuando ay salió,
el jodido, en carrera para allá. ¡Tamaño animal!
Figura 13. Proceso de entrevista guiada con Don Felipe Musto en la cofradía de Santa
Lucía. Fotografía tomada el día 8 de julio del año 2018 por Francisco Santos Alvarenga,
estudiante de Antropología Utec.
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En el fragmento anterior se puede apreciar el simbolismo del mono retomado por
los brujos de Izalco, para hacer alguna especie de daño o malecio a la persona
que es su objetivo por encargo de un tercero. Es un universo paralelo al relato
que María de Baratta registro en los años 50 al hacer referencia al ser mítico del
“Guashaco” dentro del imaginario colectivo náhuat-pipil del departamento de
Sonsonate, el cual pervive hasta la actualidad, en pleno siglo XXI.
Retomando la gura del Guashake, Lara Martínez & McCallister (2012),
quienes describen a este ser mitologico de la siguiente forma:
El guashaque —un ave nocturna de la magnitud de un pavo
común— se complace en salir a los caminos. Quien la ve queda
paralizado, cae, y el animal goza al agitar las alas sobre su
víctima, produciendo en ella un sueño letárgico que puede durar
largo tiempo (Biblioteca virtual: Universidad de El Salvador).
Kutujtukak parece provenir de ku- “herir, lastimar, dañar” +
tutul “ave”. Baratta asienta que, en Izalco, Nahuizalco, San
Julián y Juayúa existe la creencia en un personaje en forma de
mono que se llama el Guashako, cuya semejanza lo emparienta
a los Managuas, “hombres monos” (Baratta, 1951: 272).
A la media noche, emergen entre el mundo de los vivos, los entes espirituales,
algunos de ellos oscuros; dichas energías espirituales pueden ocasionar
situaciones adversas, al que anda en la calle parrandeando a altas horas de la
noche, tal como se presenta en el siguiente fragmento de la memoria de Don
Lipe Pilia (2018):
!!! quiero ver este hijueputa!!! como uno de bolo es abusivo,
se dispone a cualquier cosa, saque mi corbo y con la lámpara
en la lengua, ahí llegue!!!! yo que pego el achonazo!! y me
quemó el poh!! y se levante el animal ahí ve, ehhhhh como
que era chumpe, el hijueputa!!!yo no lo vi, pero el bolillero
ordinal, habían más palos, estaba cerrado... yo venía de media
rienda, poderoso el hijueputa!!!! porque cuando yo me levanté
de goma!!!!! Ahhhh, me quito la goma el hijueputa!!! y salgo a
ver el chero!!... oy cusuco!! asi le decía yo!! .... oyyyy, ya venís
ya! ya, ¡púrate y nos vamos para bajo!!, ¡¡¡Puta luego!!!, jaa!!!
nombre me acaban de asustar!!! para que putas te quedas pues!!
me dijo él... ¿Quién te asustó vos? ¡creo que “El Guachaque!!
me quitó la fuma!!! le digo, que si me agarra de goma me gana
ese hijueputa!!! así jue....No porque, ¡otro como antes, que
aquí había brujos no, nunca me asustaron!
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y contra nahuales. Págs. 93-115.
Ante el escenario adverso, las reexiones son importantes analizar, tal como
Don Pília arma, que posterior al susto del Guachaque, él se encomendó a
“Chico”, el milagroso San Francisco de Asís, para lograr superar esa etapa del
alcoholismo, y de esta manera cerrar esa parte de su vida; ya que gradualmente
Pília arma que dejo el vicio del alcohol, por todas las circunstancias no tan
agradables que vivió en su etapa de alcohólico.
Figura 14. Proceso de entrevista guiada con Don Felipe Pilia Chile
en la cofradía de San Francisco de Asís. Fotografía tomada el día 8 de julio del año 2018
por Francisco Santos Alvarenga, estudiante de Antropología Utec.
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y contra nahuales. Págs. 93-115.
Conclusiones
Dentro de la oralitura resaltan los mitos etiológicos como lo son los Tepe-
huas, la Nanahuatzin, la Cuyancúa entre otros; los cuales están asociados a
fenómenos naturales, en donde el ser humano es vulnerable, ante la adver-
sidad de los diferentes cambios climáticos. Sin embrago, como bien dice el
dicho; después de la tormenta viene la calma, y ante esa calma, el fruto de
dichos eventos naturales, queda siempre una huella, la cual ayuda a seguir
adelante a los Izalqueños. Se hace referencia en este caso particular a la
bula, la cual codica una dualidad entre los augurios de días de malecio
y la sabiduría del conocimiento en el alimento que se obtendrá al consumir
dichos granos de maíz.
Los elementos simbólicos indígenas están presentes en el ritual de la co-
secha, cuando los mayordomos y cofrades Izalqueños, les rinden culto a
las imágenes en cada festividad; esto como agradecimiento por los favores
obtenidos durante el año. Cabe destacar que el elemento sacricial, está
presente en el mantenimiento de la mesa altar, en el cuido y resguardo de
la imagen, para que la feligresía y cofrades puedan estar en comunicación
constante con sus deidades; muy a pesar de las criticas destructivas y el des-
prestigio al cual son objetos los mayordomos y mayordomas de Izalco, esto
no es ningún obstáculo para mantener viva la tradición y “el costumbre”,
éste último un elemento muy particular en la cotidianidad de los Izalqueños.
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Juque o sacabuche
Salvador Marroquín
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Rivas, Reynaldo Antonio. Por una fundamentación de la dignidad de la persona.
Una perspectiva desde la losofía. Págs. 117-129.
Por una fundamentación de la dignidad de la
persona. Una perspectiva desde la losofía
On the basis for a foundation of the dignity of the person.
A Philosophical perspective.
Reynaldo Antonio Rivas
Catedrático de Ética y Filosofía
Universidad Tecnológica de El Salvador
rivasreynaldo@gmail.com
Fecha de aceptación: noviembre 2019
DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i11.10742
URI: http://hdl.handle.net/11298/1197
Resumen
El presente artículo es una reexión desde las categorías losócas sobre el
concepto y contenido de la dignidad de la persona humana. Se pretende hacer
una fundamentación teorética que razón de la excelencia substancial que
le pertenece a la persona en cuanto persona. La razón de estas reexiones
tienen sentido, hoy más que nunca, de frente a una concepción generalizada de
la cultura del descarte que preconiza lo desechable por encima de la dignidad
absoluta, inviolable e insustituible de la persona, con las consecuencias que de
ello se derivan.
Palabras clave: Antropología losóca. Humanismo. Hombres - Aspectos
sociales. Sociología.
Abstract
This article is a reection on the concept and content of the dignity of the
human person as viewed from different philosophical categories. It intends to
make a theoretical foundation to explain the substantial excellence belonging
to a person, as a person. The reason behind said reections make sense today
more than ever. This, in the face of a generalized conception of a culture that
sees people as disposable items, as opposed to the absolute, inviolable and
irreplaceable dignity a person, and its consequences therein.
Key words: Philosophical anthropology. Humanism. Men - Social aspects.
Sociology.
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Una perspectiva desde la losofía. Págs. 117-129.
A modo de introducción
El tema de la Dignidad de la persona humana es un tópico siempre presente en
las discusiones y, al mismo tiempo, factualmente olvidado en las decisiones.
En pro de la dignidad, se apela a la reivindicación de grandes derechos, pero
se olvida con facilidad el reconocimiento de los mismos a aquellos segmentos
poblacionales más vulnerables y excluidos.
En el presente artículo se pretende dar razón, desde la losofía, de las categorías
que han forjado el concepto y contenido de la dignidad de la persona humana.
Partimos de una perspectiva histórica desde el Humanismo Renacentista, que
reclamó la centralidad del ser humano, de frente al Teocentrismo medieval.
Sintetizamos la visión del materialismo propuesto por la izquierda hegeliana
para, después, examinar el drama del humanismo propuesto por Nietzsche que
va a impregnar no sólo el pensamiento, si no, sobre todo, la cultura moderna y
posmoderna.
Habiendo dado cuenta de las aproximaciones histórico sistemáticas, intentaremos
una denición tanto del concepto de persona como el de dignidad. Luego, a n
de ofrecer un esbozo del dualismo y del hilemorsmo, daremos una mirada
sintética a la postura platónica y aristotélica-tomista sobre la fundación de la
dignidad de la persona. En consecuencia, describiremos las notas características
que brotan de la dignidad para, nalmente, ofrecer algunas consideraciones que
creemos consecuentes del hecho fundamental de considerar a la persona con un
valor de dignidad inalienable.
Es de notar que el presente no pretende ser exhaustivo. En efecto, responde
sólo a algunas ideas de las corrientes losócas y deja fuera tantas otras (la
fenomenología, la hermenéutica, el personalismo, por ejemplo). El criterio de
elección responde a un interés personal por la losofía clásica.
1.
Una mirada en contexto: del humanismo renacentista a la crisis del humanismo
El giro antropocéntrico que marcó la llegada del Renacimiento, como período
de transición entre la Edad Media y sus ideales de una Civilización Cristiana y
la Edad Moderna con la exaltación de la razón y la promulgación de la verdad
cientíca como único canon de verdad, que desplazaría las cosmovisiones
geocéntrica y teocéntrica para dar paso al heliocentrismo y, más tarde, al
tecnocentrismo, fue preconizado segun Pico della Mirandola (2010),
que da razón de un nuevo modo de concebir a la persona humana:
No te he dado, oh Adán, un lugar determinado, ni un aspecto propio, ni una
prerrogativa especíca, para que de acuerdo con tu deseo y opinión obtengas
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y conserves el lugar, el aspecto y las prerrogativas que preeras. La limitada
naturaleza de los astros se haya contenida dentro de las leyes prescritas por
mí. determinarás tu naturaleza sin verte constreñido por ninguna barrera,
según tu arbitrio, a cuya potestad te he entregado. Te coloqué en el medio
del mundo para que, desde allí, pudieses elegir mejor todo lo que hay en
él. No te he hecho ni celestial ni terreno, ni mortal ni inmortal, para que,
por ti mismo, como libre y soberano artíce, te plasmes y te esculpas de
la forma que elijas. Podrás degenerar en aquellas cosas inferiores, que son
irracionales; podrás, de acuerdo con tu voluntad, regenerarte en las cosas
superiores, que son divinas. (p. 82).
Los altos ideales renacentistas pretendían poner al ser humano al centro de
todo. En consecuencia, gracias a esa exaltación del mismo, esa época vio el
orecimiento de un movimiento artístico, cultural, losóco y cientíco que da
cuenta de que algo ha cambiado en la concepción de la historia respecto al ser
del hombre: no es más una simple creatura dejada a la suerte de la Providencia
Divina ni al devenir del cosmos, sino que se convierte en dueño y señor, artíce
de su propio destino.
Más tarde, con los postulados del racionalismo y, más aún, con los del idealismo,
la exaltación de las capacidades humanas de tipo trascendente – especialmente
la razón alcanzarán sus límites y evidenciarán que no se puede llevar al ser
humano al absolutismo idealista sin degradarlo. En consecuencia, la izquierda
hegeliana zanjará la disyuntiva imponiendo una visión materialista que
determinará la concepción de la persona cerrada a la trascendencia y encerrada
en la inmanencia material. Para Hegel, la única realidad era el Espíritu Absoluto,
que se realiza en la historia. La persona individual era algo irreal, cuya existencia
tenía como n realizar los proyectos del Absoluto. Karl Marx da un vuelco a este
idealismo, sustituye el Espíritu con la Materia, y dene la esencia del hombre
como praxis. Si la materia es el principio absoluto, la esencia del hombre es
la transformación de la materia por medio del trabajo. Queda, por tanto, el ser
del hombre encerrado en unos postulados que miran sólo en la materialidad la
realización y en la trascendencia una alienación de la cual debe emanciparse.
Esa idea emancipadora llevará a Nietzsche en La Gaya Ciencia a proclamar la
muerte de Dios para que el hombre viva. Postulará las tres transformaciones que
buscarán crear al superhombre, emancipado de todo valor, cultura, tradición; en
último término, emancipado de Dios, de la trascendencia. Nietzsche pone en
evidencia que, aquella idea de hombre que había transcurrido a lo largo de los
siglos como una idea brillante en cuanto lo hacía pender de una fuerza mayor,
se convierte en un yugo del cual hay que liberarse. El mismo Dios, en el cual el
hombre había aprendido a reconocer el sello de su propia grandeza, comienza a
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parecerle como un antagonista, un enemigo de su dignidad. Por tanto, tiene que
liberarse de Él para crecer como superhombre, siempre más alto.
Las sentencias nietzscheanas darán un vuelco al humanismo renacentista para
fundar un humanismo dramático, sin apertura a la trascendencia; más aún, un
humanismo que, como lo arma el mismo Nietzsche al inicio de Ecce Homo,
debe su carácter único a la fatalidad. Tal idea de fatalidad, recorrerá las losofías
existencialistas de tipo fatalista de J.P Sartre, como se evidencia en La Náusea
o en su clásica obra El Ser y la Nada. El mismo Heidegger no escapa de ver en
la muerte, la realización trágica e ineludible del sentido de la vida de la persona,
cual proyecto tirado a la existencia para ser realizado. En consecuencia, el
concepto de angustia será lo que mejor dene la existencia y la vida misma de
la persona.
Las visiones materialistas de tipo ateo de Nietzsche o del materialismo histórico
cienticista de Marx, dieron como resultado unas consecuencias que podríamos
juzgar como positivas, y otras como negativas. Por una parte, se propició el
crecimiento de la técnica y de la ciencia, se avanzó con pasos agigantados en
los grandes descubrimientos tecnológicos; la realidad objetiva en cuanto natural
que había sido comprendida como universo creado se convierte ahora en objeto
de estudio. El ser humano mismo es puesto en el tubo de ensayo y analizado
en sus múltiples dimensiones, desde su corredor genético originario hasta las
condiciones de posibilidad de mutación in vitro, que permiten nuevos escenarios
no sólo para la reproducción de la especie humana manipulada, sino también
para intentar la perpetuación de mejores condiciones de vida y de salud.
Pero, por otra parte, y en concomitancia al crecimiento cientíco, advertimos
que el desarrollo tecnológico del cual los últimos decenios son testigos, no ha
estado acompañado de un auténtico desarrollo humano. En consecuencia, junto
a los grandes avances tecnológicos, nuestra época y la historia, da razón de
una degradación humana y social que ha generado una cultura del descarte.
Asistimos, pues, a lo que G. Vattimo denominó la crisis del humanismo y
que Z. Bauman en su obra Vida Líquida no escatimó en describirla como una
sociedad en la que nada puede declararse exento de la norma universal de la
«desechabilidad» y nada puede permitirse perdurar más de lo debido.
En este nuevo escenario, el tema de la dignidad de la persona humana, ha pasado
a ser un valor relativo, un discurso de conveniencia, un debate ideológico. Por
tanto, a n de ofrecer algunas consideraciones de tipo racional, trataremos de
dilucidar, desde las categorías losócas, este tema, a sabiendas que la vastedad
del mismo, supera la intención aquí pretendida.
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2. Por una denición: persona y dignidad
A lo largo de la historia se ha pretendido siempre categorizar y conceptualizar,
a partir de la experiencia, a la persona y su dignidad. Tal pretensión es una
tarea que comporta dicultades tanto de tipo ontológico como epistemológico.
En efecto, ontológicamente hablando, la persona siempre es un misterio que
escapa a categorías y conceptos nitos, limitados, pues no abarcan toda su
amplitud y plenitud. Desde el punto de vista epistemológico, la dicultad radica
en que, tal como lo manda la lógica formal, la denición no debe contener al
denido, sino explicitarlo. En efecto, en la denición de persona y su dignidad,
la persona es tanto el sujeto denitorio como también objeto de denición.
Sin embargo, pese a estas dicultades, hemos de armar que, desde que el ser
humano es autoconsciente, autoreexivo, autorreferencial y ha pasado del mito
al logos, ha buscado fundamentar la dimensión que lo trasciende en cuanto ser
mundano, arrojado en la existencia y abierto a una trascendencia. Ha sido la
búsqueda por la fundamentación de la dignidad de la persona humana que – en
sus inicios reexivos – intenta responder al porqué del valor de la persona. Por
tanto, creemos que podemos acercarnos con los conceptos de la losofía a una
denición descriptiva del ser de la persona humana y su dignidad.
Probablemente, la mejor denición de persona de la losofía clásica occidental
es la que formuló Boecio (480-524 d.C), a quien la tradición conoce como el
último de los romanos. En su Liber de persona, la dene en los siguientes
términos: «persona est rationalis naturae individua substantia» subsatancia
individual de naturaleza racional). Si bien es cierto, esta denición puede
parecer insuciente, por prescindir de características fundamentales de la
persona humana como la existencia, la relación, la corporalidad, la historicidad,
la condición sexuada, la capacidad de amor, etc., gracias a su precisión lógica
y a la exactitud de sus contenidos, la denición boeciana se hizo canónica y
permaneció vigente durante siglos. El mismo Tomás de Aquino la retoma en
el contexto de su denición de la Persona Divina. Los elementos, tanto en
género como en diferencia especíca que aporta esta denición, nos ayudan
a comprender mejor el ser de la persona. En efecto, la persona es substancia
en cuanto que permanece, subsiste en los cambios, tiene consistencia, es por
y no en otro. Es decir, posee la densidad óntica propia de las substancias.
Gracias a esta densidad óntica, se predica el término «persona» del ser
humano en todas sus facetas: desde la concepción hasta su muerte. Por su
parte, la individualidad reere a la persona con el trascendental metafísico
del unum que la hace única, determinada, distinta y diferente, no sólo de las
otras especies, sino, también de sus semejantes. Finalmente, la diferencia
especíca por la cual la persona es persona, le viene dada de su naturaleza
racional que la especica dentro del amplio mundo de las substancias como
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un ser poseyente de inteligencia y voluntad; siendo estas las facultades que
maniestan la dimensión espiritual de la persona.
Habiendo establecido el concepto de persona, desde la losofía clásica, toca
ahora denir el concepto de dignidad. Para comprender a qué nos referimos
cuando hablamos de dignidad, es preciso una aclaración terminológica. A
menudo solemos hablar de «valor» y «dignidad» de la persona humana casi
de modo indistinto. Sin embargo, sabemos que el término valor da lugar a
diferentes interpretaciones, incluso aquellas de tipo mercantilistas donde valor
tiene sentido sólo en cuanto condición de posibilidad de intercambio comercial
o, subjetivamente hablando, valor reere la apreciación subjetiva y, en muchos
casos, relativa de las cosas. En cambio, cuando nos referimos a la persona,
debemos hablar de dignidad, según la etimología latina de dignitas, cual forma
abstracta del adjetivo dignos o decnus, que tiene la raíz sánscrita dec, al igual
que el verbo decet y sus derivados decor, decus, decorare, que signican decoro,
que es una cualidad superior, que reere la excelencia. “Digno” es aquello por
lo que algo destaca entre otros seres, en razón del valor que le es propio. Por
tanto, la singular calidad o valía del ser personal reclama una estimación y
una consideración tales que no permiten que la valía de la persona pueda ser
comparada con nada, pues la dignidad excede lo evaluable. Esa prerrogativa del
ser humano lo coloca aparte, innitamente por encima de todo precio. De tal
manera que no se puede colocar en una balanza ni hacerlo entrar en comparación,
con no importa qué precio, sin atentar, de algún modo, a su sacralidad.
Entendemos pues, por dignidad de la persona humana, el presupuesto sine qua
non la persona es entendida como tal; indica la excelencia de la persona, su ser
en sí y su naturaleza misma que, en cuanto racional, se abre a la trascendencia
(al mundo, al otro y a Dios). Tal presupuesto se reeja en la autonomía,
incomunicabilidad del ser, unicidad e irrepetibilidad de la persona; pero,
además, la dignidad también reere el ser participado, la dimensión creatural
por la que la persona participa del ser de su Creador según la medida de su
esencia (el alma humana creada como única y distinta de la vida vegetativa y
sensitiva; y, también distinta en cuanto intransferible entre iguales).
¿De dónde surge esa singularidad que conere a la persona humana una
dignidad tal que es inviolable? La losofía – clásica especialmente – ha tratado
de fundamentar una respuesta.
3. Del dualismo platónico al hilemorsmo aristotélico-tomista
Partimos aclarando que, la losofía griega, no tuvo propiamente una noción
de persona porque la noción fundamental que dirigió su pensamiento fue la de
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naturaleza (physis). Tanto en la Grecia como en la Roma clásicas existía una
indigencia signicativa en su concepción de la persona: las personas eran sólo
los ciudadanos libres, sujetos de plenos derechos y deberes (sui iuris esse), y
se contraponía –negando que fueran personas– tanto a las mujeres, como a los
esclavos y a los niños, que no poseían plenamente tales derechos. El concepto
de persona como tal se lo debemos en gran manera al cristianismo. Sin embargo,
tanto Platón como Aristóteles, tendrán como eje de reexión entre otros el
ser del hombre.
Platón hace pender la dignidad de la persona humana en cuanto que su alma
participa del ser en el mundo inteligible, el mundo de las ideas, en el cual el
alma es plena y vive en la contemplación de las ideas y que, por desgracia,
se vio caída y encarcelada en el cuerpo. Esta visión platónica que, de algún
modo va a asumir San Agustín, puricándola con la perspectiva teológica, va
a fundar el dualismo que recorre la historia del cristianismo y que, en muchos
casos, se ha convertido en una visión que rechaza la dignidad de la corporeidad
y exalta la sola espiritualidad de la persona. Cuerpo y alma serían dos polos
opuestos y en eterno litigio. En efecto, en el Mito del Mito del carro alado,
que pertenece a uno de los Diálogos platónicos de la madurez, Platon (246
a-d), Platón compara el alma humana a un carro alado o fuerza en la cual van
unidos una auriga y un par de caballos alados. El auriga conduce un carro
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tirado por una pareja de caballos, uno de los cuales es blanco, bello y bueno;
el otro, negro, feo y malo. El caballo blanco (parte irascible), simboliza las
tendencias positivas del hombre, las pasiones como el coraje o valor, la ira, la
esperanza y está localizada en el pecho. El caballo negro (parte concupiscible),
simboliza las tendencias negativas del hombre, los deseos más bajos, el instinto
de conservación, la sexualidad y está localizado en el vientre. El Auriga (parte
racional), simboliza la capacidad intelectual del hombre o pensamiento y está
localizada en la cabeza.
El alma simbolizada en el carro alado, vive y se mueve en el mundo de las
ideas; este es su sitio y su casa. Si el auriga controla la pareja de caballos, le
será posible, gracias al poder de las alas, elevarse y gozar de la contemplación
de las ideas. Si, por el contrario, los caballos se le rebelan y no sabe elevarlos,
una falta de dominio de la pareja de caballos hace perder el equilibrio y el
alma, perdiendo también las alas, cae al mundo de las cosas. Ahí se acoge a
algo sólido, donde se establece, y toma un cuerpo terrestre. Esta alma caída,
sin alas y aprisionada en un cuerpo terrestre, se encuentra extraña y fuera de
su elemento. El retorno del alma a su mundo original, requiere hacer nacer las
alas para poder elevarse de nuevo y el amor o eros, es lo único que puede hace
renacer las alas.
Ante esta visión del dualismo platónico, debemos armar que la dignidad de la
persona humana nace de la completa comunión de los dos coprincipios que nos
aporta la doctrina hilemórca, iniciada por Aristóteles. Esta, establece que la
sustancia es un compuesto de materia (el principio indeterminado) y forma (la
esencia de la sustancia, que determina que sea lo que es). Esta teoría la aplicará
Aristóteles a la antropología, sosteniendo que todo cuerpo está constituido
por materia y forma, que componen un todo único. Así, el ser humano es
un compuesto de alma con forma de cuerpo, cuya principal característica es
la razón.
La teoría hilemórca fue asumida, elevada y perfeccionada por Tomás de
Aquino. En efecto, según el Aquinate, en la unión substancial de cuerpo y alma
en la persona, no puede insertarse una dicotomía, ni paralelismo ni dualidad
sin ir en detrimento de la unidad organizada y compleja del ser mismo de la
persona humana, que goza de una riqueza estructural, un dinamismo funcional
con mecanismos que exigen la coparticipación los dos principios (materia y
forma) que le dan sentido al ser persona. La forma la constituye el alma racional
y la materia el cuerpo humano.
Para Tomás de Aquino, la dignidad de la persona humana es inseparable de la
noción de actus essendi participado. Todo cuanto existe, existe en tanto que ha
recibido el ser por parte de Aquél que es el Ipsum Esse Subsistens. Los entes
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la persona participan del Esse divino. Y justamente porque se trata de
participación, los entes no poseen el ser según toda su amplitud, sino que lo
reciben según la medida que les es propia. La medida según la cual el ser es
recibido por un ente es la esencia, también conocida como naturaleza.
Ya hemos mencionado más arriba que la naturaleza propia de la persona
consiste en ser racional. Y, como dice Ugarte (2006) “el individuo o
supuesto de naturaleza racional se llama persona para connotar la dignidad
especialísima que le conere la naturaleza racional, al permitirle poseerse
a mismo por el conocimiento intelectual y el amor” (p. 74). Por tanto, a
continuación, vamos a intentar una caracterización que se deriva del hecho
de poseer tal naturaleza.
4. Características de la persona que maniestan su dignidad
La dignidad de la persona humana se hace presente en unos rasgos
característicos que evidencian la excelencia de su ser: la intimidad e
interioridad, la libertad y la capacidad de apertura a la trascendencia, la
perfección ontológica en el orden del ser y las distintas expresiones que
nacen de las facultades especícas la inteligencia y la voluntad –, entre
otras, maniestan la excelencia (dignitas) de la persona huma, su dignidad.
Más especícamente, los actos que maniestan la excelencia de la persona
humana son los siguientes según Yepes Stork (2003).
- Experiencia de la libertad: La experiencia de ser origen y dueño de los
propios actos comporta la experiencia íntima de la libertad: yo soy origen
de mis actos, pero de tal manera que puedo originar un acto determinado o
no originarlo, según mi voluntad.
- Autonomía operativa: la originalidad operativa, que le permite ser fuente de
sus actos permite también que, normalmente, sea dueño de los mismos. Y
esta capacidad de “dominio” sobre los propios actos, de ser “dueño de sí”,
de “poseerse”, de “pertenecerse”, es lo más relevante del ser persona.
- La intimidad: indica un dentro que sólo conoce uno mismo. De ahí que tener
interioridad, un mundo interior abierto para mí y oculto para los demás, es
intimidad, una apertura hacia adentro. La intimidad es el grado máximo de
inmanencia de la persona. La intimidad tiene capacidad creativa. Por eso,
la persona es una intimidad de la que brotan novedades.
- La corporalidad: es la manifestación de la intimidad de la persona. El cuerpo
no se identica con la intimidad de la persona, pero al mismo tiempo no es
un añadido que se le pone al alma, como si fuera un apéndice: forma parte
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de nosotros mismos, yo soy también mi cuerpo. La máxima expresión del
cuerpo es el rostro, que es una singular abreviatura de la realidad personal
en su integridad.
- La intersubjetividad: somos seres constitutivamente dialogantes. No hay yo
sin tú. El conocimiento de la propia identidad, la conciencia de uno mismo,
sólo se alcanza mediante la intersubjetividad.
- El dar: la efusión, el salir de uno mismo, es lo más propio de la persona.
Al ser sujetos dialogantes, siempre estamos en la reciprocidad del dar. (pp.
62-69)
5. Algunas conclusiones consecuentes a la dignidad de la persona humana
Tomás de Aquino “sostiene que el concepto persona signica lo que es
perfectísimo en toda la naturaleza”. Tal perfección es lo que concebimos como
dignidad, que es una perfección intrínseca y constitutiva y le conere a la
persona un valor en misma y no puede ser instrumentalizada. Razón de esta
sublime dignidad con el imperativo categórico nos la ofrece Kant (1996):
El ser humano y, en general, todo ser racional, existe como n en
mismo, no meramente como medio para uso caprichoso de esta o aquella
voluntad, sino que debe ser considerado siempre al mismo tiempo como
n en todas las acciones, tanto las dirigidas hacia sí mismo como hacia
otro ser racional (…).
Los seres cuya existencia no depende de nuestra voluntad, sino de la
naturaleza, tienen un valor relativo cuando se trata de seres irracionales,
y por eso se llaman cosas; pero los seres racionales se denominan
personas, porque su naturaleza ya los señala como nes en mismos,
es decir, como algo que no puede ser usado como medio. (pp. 50-51).
Por tanto, debemos sostener que la dignidad de la persona es de valor absoluto.
Esto quiere decir que es superior a cualquier otro valor que podamos encontrar en
nuestro entorno, es un valor no intercambiable, manipulable o sustituible por nada.
Por otra parte, la dignidad de la persona humana es el fundamento de los derechos
humanos. En efecto, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, rmada
el 10 de diciembre de 1948, proclama en primer término: «todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y dotados como están de razón
y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros». Los
derechos reconocidos a la persona en función de su dignidad, no son concesiones
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que el Estado hace, sino exigencias interiores que resultan del ser personal y que
el Estado, si obra correctamente, no puede menos que reconocer.
Estas consideraciones tienen unas implicaciones que van más allá de un
mero legalismo normativo. En efecto, considerada la persona en su dignidad,
se le respeta en su integridad aun cuando hubiere características físicas que
imposibilitaren reconocerlo en su ser y obrar. Esto implica el respeto por la vida
en su dimensión unitaria e integral, implica reconocer a la persona como tal en
las distintas facetas de su existencia, implica, además, el ejercicio y tutela de los
derechos relativos a ella que nacen no del positivismo, sino de la naturalidad
de la dignidad que no es algo convencional, sino connatural, intrínseco y
consubstancial al ser persona.
A modo de conclusión
Este exiguo intento de reexión, desde algunas categorías losócas, permite
un acercamiento a este tema tan discutido y siempre inacabado. La dignidad de
la persona es un presupuesto que no siempre ha sido sucientemente valorado ni
evidenciado a lo largo de la historia. De hecho, la cultura grecorromana antigua
da razón de una indigencia conceptual, pero, sobre todo, factual. Carecen no
sólo de una auténtica denición de persona y su dignidad, sino que, además,
abundan en justicar la segmentación social que reconoce a unos como personas
y otros no.
Esa visión reductivista se impuso en el mundo occidental y se ha perpetuado
como categorías de pensamiento y, en consecuencia, como modus operandi
en los sistemas económicos y políticos que han polarizado y segmentado la
sociedad, dignicando a unos como habientes de valor y a otros como objeto
de desecho de los cuales se puede prescindir con total facilidad y completa
normalidad. Es el caso de los planteamientos en políticas de control demográco
o las políticas sanitarias que no reconocen como sujetos de derechos a aquellos
que no son capaces de valerse por mismos o que –en la visión mercantilista–
ya no representan mano de obra en los mecanismos de producción.
Reconocer a la persona como digna, implica replantear las categorías de
pensamiento que forjan los procesos de aquellos que toman decisiones y de la
sociedad en general, de modo que la exclusión no sea más una práctica cotidiana
y la persona sea reconocida como tal, independientemente de su condición
social, raza, lengua o religión. Hoy más que nunca, el imperativo kantiano se
vuelve más vigente y obligatorio: ¡la persona es un n, nunca un medio! Por
tanto, es un deber desterrar las concepciones utilitaristas, consecuencialistas, y
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
“Otros” mundos en la vitrina.
Los catálogos de las exposiciones universales
y la reproducción del discurso colonialista
occidental del siglo XIX
“Other” worlds in the showcase.
The catalogs of universal exhibitions and the reproduction of the
Western Colonialist discourse during the XIX century
Guillermo Cubero Barrantes
Museólogo
Museo de Cultura Popular (MCP), UNA, Costa Rica.
guillermo.cubero.barrantes@una.cr
Fecha de aceptación: noviembre 2019
DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i11.10743
URI: http://hdl.handle.net/11298/1199
Resumen
En el presente artículo se estudia la reproducción del discurso colonialista
occidental en las exposiciones universales de nales del siglo XIX. Para esto,
el autor recurre al estudio crítico del discurso de los Catálogos preparados para
dichas exposiciones por los países participantes. En los cuales encuentra una
serie de tendencias sintomáticas en el discurso occidental, tanto conceptuales
como semánticas, que evidencian contextualmente el carácter etnocentrista
del discurso dominante en occidente, así como la apropiación de un discurso
eurocentrado por parte de Estados Unidos como potencia emergente.
Palabras clave: América - Descubrimiento y exploraciones - Catálogos.
América - Historia - Colonización - Catálogos. Exposiciones en museos.
Museografía.
Abstract
This article aims to study the reproduction of Western colonialist discourse in
the universal exhibitions in the late nineteenth century. In order to achieve this,
the author resorts to the critical study of the discourse used in the Catalogues that
the participating countries prepared for said exhibitions. A series of symptomatic
tendencies in Western discourse can be found there-- both conceptual and
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
Introducción
Las grandes exposiciones internacionales de nales del siglo XIX y principios
del siglo XX, no fueron otra cosa que el contacto comercial entre potencias
emergentes y proto-naciones que apenas se encontraban en lo que se podría
considerar su infancia. Más allá de la particularidad de los grandes eventos,
estos formaron parte de un proceso inicial de grandes transacciones económicas,
que dieron lugar a las profundas inequidades que han tenido lugar más de un
siglo después. Para ese momento había grandes diferencias culturales, pero los
países denominados “de ultramar” poseían inimaginables riquezas naturales que
debían ser conocidas e inventariadas. La estrategia de las grandes exhibiciones
fue la de intercambiar literalmente “oro por cuentas de vidrio”, y se centró
en deslumbrar a los países no europeos con la idea de que el modo de vida
capitalista europeo era un ideal al que debía aspirarse. Ellos compartirían con
el resto del mundo ese magníco “nivel de vida” y el resto del mundo pagaría a
cambio con sus riquezas naturales.
Es casi inevitable mencionar la expansión colonialista europea que tuvo lugar
en el contexto de las exposiciones universales del siglo XIX, sin mencionar la
conquista de América, ya que, si se tiene en cuenta el proceso expansionista de
la episteme occidental, como un todo, podría éste ser dividida en tres grandes
momentos, a su vez, considerados como una reproducción y exacerbación cada
uno de su precedente: el descubrimiento y conquista de América en el siglo
XVI, las grandes exposiciones universales en el siglo XIX y el momento actual,
con la estandarización -y empobrecimiento- de una cultura global promovida
por la revolución tecnológica.
Teniendo en cuenta lo anterior, es preciso llamar la atención sobre el poder
de exterminio, de estos procesos de expansión occidental, y su efecto sobre
las epistemologías y los saberes localizados a lo largo de todo el planeta. Si
la conquista de América signicó la más ambiciosa empresa de dominación y
subordinación colonial que haya conocido la humanidad (Maldonado Torres,
2007), es preciso tener en cuenta que ésta se vericó de una manera tan gradual
que todavía seguimos sintiendo sus efectos. El impacto producido por las
semantic--; they are contextually evidenced in the ethnocentric nature of the
dominating discourse in the West, as well as the appropriation of a Eurocentric
discourse by the United States as an emerging power.
Key words: America - Discovery and explorations - Catalogs. America -
History - Colonization - Catalogs. Museum exhibitions. Museography.
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
exposiciones universales en el siglo XIX, por el contrario, fue tan sincrónico,
global y drástico, que sus efectos han sido devastadores para los recursos
naturales del planeta, explotados hasta su agotamiento total, para los modos de
vida y saberes locales que han sido arrasados por el establecimiento de normas,
la lógica de mercado y la obsesión con el paradigma cartesiano.
Esta reproducción discursiva que tiene lugar en el contexto de las grandes
exposiciones universales deja clara la diferencia entre colonialidad y
colonialismo: mientras el colonialismo es el proceso que surge del descubrimiento
de América, la colonialidad es la forma de dominación “ideológica” que ha
sobrevivido hasta la actualidad. Es una forma de dominación que se ampara, ya
no tanto en el poder de la espada -ego conquiro- sino en el poder sugestivo de
la ideología de “raza” que, apoyada en los paradigmas de la ciencia cartesiana
-ego cogito-, utiliza una lógica maniquea basada en razonamientos biológicos
para colocar a la humanidad en dos posiciones: una de superioridad y otra de
inferioridad (Maldonado Torres, 2007). Dicho de otra manera, el proceso de
expansión de Occidente no es otra cosa que la profundización, reactualización y
reproducción de la lógica del colonialismo y el racismo como sus ideas básicas
de dominación, proceso de expansión que ha sido identicado en Occidente con
la idea de modernidad.
Para el análisis de lo anterior, se ha recurrido especialmente al estudio de las
tensiones que se derivan del estudio crítico del discurso (ECD) de los catálogos
preparados para dichas exposiciones. En cuanto al corpus documental base para
este estudio, se trata de los catálogos de las exposiciones universales en las que
participaron los países centroamericanos a nales del siglo XIX, es decir, los
textos museológicos generados tanto en Centroamérica como en Europa, que
hacen referencia de una u otra forma, a descripciones y autodescripciones sobre
el istmo, sobre Europa y Estados Unidos, estudiados desde su paratextualidad
—introducciones, prólogos, prefacios, entre otros—. La selección del corpus
obedece a una serie de criterios que permiten tanto la comparatividad como
establecer correlatividad en términos históricos y sociales. Entre los aspectos
a tener en cuenta, son importantes aquellos que están articulados desde las
potencias europeas y Estados Unidos en el siglo XIX y que muestran relación
con catálogos articulados desde Centroamérica en la misma época.
Los documentos considerados son básicamente de “autodescripción” del “yo
europeo” y muy poco sobre “el otro centroamericano”, de tal manera que se
recurre a la transtextualidad, es decir, que se incluyen algunos documentos
escritos en el contexto espacio-temporal-cultural de las grandes exposiciones
universales, para buscar en ellos una ampliación sobre las descripciones del
“otro centroamericano” que ayuden a completar la imagen.
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Uno de los ejes terminales centrales se encuentra en las tendencias encontradas
en dichos documentos. La noción de tendencia la encuentra Jorge Chen como
una relación entre los contenidos del texto analizado y la realidad sociohistórica
que los circunda (Chen Sham, 1999), lo cual aporta un nivel de profundización
mayor en la lectura de textos, sobre todo aquellos que presentan relación
problemática o contradictoria con esa realidad sociohistórica, como es el caso
de los catálogos de las exhibiciones universales.
La exposición del IV centenario del descubrimiento de América en Madrid
de 1892
A pesar de su carácter universal la exposición de Madrid no generó tanta
discursividad escrita como sus homólogas de París. Es importante para este
estudio, sin embargo, porque uno de los catálogos analizados en Costa Rica
para el siglo XIX fue preparado especialmente para esta exposición.
Los documentos preparados para esta exposición fueron:
Catálogo General de la Exposición Histórico Americana de Madrid. 1892.
Tomos I, II y III.
Discurso pronunciado en Madrid en el Palacio de la exposición universal
de bellas artes por acontecimiento del Cuarto Centenario de Colón. Por
el distinguido pintor Brasileño don Eugenio Texeira. Imprenta Universal.
Madrid.15 de diciembre de 1892.
El segundo documento tiene pertinencia en este estudio debido a su carácter
paratextual, es decir, forma parte de las actividades de la exposición del Cuarto
Centenario, además, contiene la discursividad retórica, para ser analizada como
macroestructura semántica y pragmática. No está demás, aclarar que encontrar un
balance en las informaciones suministradas por los textos no es fácil, debido a su
carácter retórico ipidíctico, es decir, de alabanza, pues los discursos generalmente
esconden su verdadera naturaleza e intención, y se requiere de un ejercicio arduo
de análisis para desentrañar las intenciones verdaderas del texto.
Por esta razón, resulta interesante dar inicio a esta discursividad relacionada con
la arqueología americana exhibida en Europa, con un comentario aparecido en la
Revista 168 de 1893, en el artículo titulado La Ilustración Española y Americana
sobre las piezas arqueológicas de la exposición preparada por Peralta y Alfaro
para la Exposición del IV Centenario en Madrid, al armar que …su conjunto
escapa a toda clasicación, pues solo da cuenta de lo que el indio inculto puede
hacer por sí, aislado, sin inuencia extraña... (S.A.).
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Con esta frase descalicadora, el comentarista deja resuelto en un ciento por
ciento, la diferencia entre el mundo civilizado europeo y el no civilizado o no
europeo. Este comentario despectivo y propio del racismo etnocentrista que
prevalecía en el ambiente cientíco europeo del XIX, merece ser contrastado
con las palabras atribuidas al artista alemán Alberto Durero, al referirse a una
exposición sobre objetos precolombinos enviados por Hernán Cortés a Carlos
V de España, cuatro siglos antes: armas maravillosas, vestidos extraños,
cubiertas de cama y toda clase de cosas maravillosas hechas para el uso de
la gente. Y eran tan hermosas que sería maravilla ver algo mejor (…) Y nada
he visto a todo lo largo de mi vida que haya alegrado tanto mi corazón como
estas cosas. En ellas he encontrado objetos maravillosamente artísticos y me he
admirado de los sutiles ingenios de los hombres de estas tierras extrañas.
Lo que causa realmente “admiración” es el hecho que ante la presencia de
objetos de idéntica naturaleza puedan suscitarse comentarios tan contrapuestos
¿Cuáles intenciones están detrás del texto y cuál era la realidad sociohistórica
que los justicaba? Tal vez, de una manera un poco simplista se podría resumir
de la siguiente manera: detrás de las palabras de Durero, estaba la visión de un
humanista acostumbrado al contacto con la producción artística, que no vio en
los objetos más que lo que aquellos inspiraron a su curiosidad intelectual.
Para el comentarista español del XIX, muy por el contrario, aparte de la carga
etnocentrista ya señalada, se agrega la frustración y el dolorde la pérdida
de todas y cada una de las posesiones de ultramar que otrora poseyera el
Imperio Español y que ahora, estaban cayendo en manos de un nuevo modelo
de dominación, el imperialismo informal, liderado por una nueva potencia
emergente: los Estados Unidos. Tal era el contexto, un poco amargo, en medio
del cual España intentaba resucitar de entre sus cenizas el ideario de sus glorias
pasadas a través de las celebraciones del IV Centenario del Descubrimiento de
América. Y, con este contrapunteo introductorio damos inicio al análisis de las
obras asociadas a la Exposición universal de Madrid.
Catálogo General de la Exposición Histórico Americana de Madrid
El catálogo de Exposición del IV centenario había sido impreso en 3 tomos.
Sin embargo, sobreviven los tomos I (el más voluminoso) y el III (de menor
tamaño), encontrados en la Ibero- Amerikanisches Institut Biblioteck de Berlín.
El primero contiene el inventario de los objetos de los Estados Unidos, lo cual
explica su gran extensión, pues la mitad del mismo lo ocupa este país. Llama
la atención, el carácter heteróclito de los objetos exhibidos, que van desde
un peine, pinturas al óleo y objetos etnológicos. La participación de España,
como era de esperarse, ocupa prácticamente todo el tomo III pues es muy
extensa en comparación con los otros participantes, solamente comparable a la
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participación de los Estados Unidos en el tomo I. Este dato, aunado a las dos
exposiciones universales para conmemorar el IV centenario del descubrimiento
de América: en 1892 en Madrid y en 1893 en Chicago, ilustran, por solos,
la tensión entre las dos potencias imperiales, una en franco declive, España,
y otra en ascenso, Estados Unidos, una a expensas de la otra, con formas de
imperialismo distintas, decadencia del imperialismo formal de España y su
glorioso pasado colonial en América, y el auge del imperialismo informal de los
Estados Unidos y sus ambiciones de hegemonía mundial.
Por otro lado, los catálogos de los países restantes debieron recortarse muchísimo
para dar espacio a España y Estados Unidos. El de Costa Rica, por ejemplo, cuyo
texto original contenía alrededor de 50 páginas, solo presenta un resumen muy
reducido. Este tipo de discursividad, no necesariamente verbal, también cuenta
en la retórica del dominio simbólico, dado que el nivel de la participación de la
delegación de Estados Unidos deja patente su poderío y su dominio sobre los
restantes países participantes.
El catálogo da inicio con una introducción-discurso, que revela las tensiones
producidas por la acalorada discusión intelectual, y por las presiones del
contexto sociohistórico tanto europeo como mundial. Un pequeño discurso,
atribuido a Juan de Dios Rada y Delgado, presumiblemente el comisario de
exposición, tiene lugar al inicio del catálogo, y se centra, como es de esperarse,
en la gura de Cristóbal Colón.
Es interesante que al referirse a los países participantes, el expositor hace noticia
a aquella parte del mundo que descubrió Colón y los españoles, junto a algunas
naciones del norte de Europa (Catálogo Exposición Histórico Americana de
Madrid, 1892). En esta parte del texto, como en muchas otras, se pueden notar
ciertas tensiones derivadas de las discusiones intelectuales en torno al tema del
descubrimiento, en este caso el autor parece otorgar crédito a los españoles
junto al ya reconocido Cristóbal Colón, no español.
La preocupación por el carácter cientíco se vislumbra como una de las
primeras tensiones en el texto, pues para la presentación de los distintos trabajos
de exposición hay que formar grupos, como para la clasicación de los seres
naturales, pues sin esto la más espantosa y estéril confusión sucedería al grato y
fecundo encadenamiento de los hechos, racional y cientícamente ordenados. Y
prosigue aduciendo, que el orden de los objetos debe seguir un orden temporal
que muestre la historia de América de manera gradual y para la presentación
de dichos objetos, los diversos expositores debieron haberse remitido al
aparato, es decir, que debieron sujetarse a un esquema rígido preestablecido
que permitiera conocer la historia de aquellos pueblos desde esos obscuros
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periodos, (…) que llaman prehistóricos hasta los monumentos y objetos de
civilizaciones adelantadas en los tiempos conocidamente históricos (Catálogo
Exposición Histórico Americana de Madrid, 1892). La clasicación general
dividió a los objetos en tres grandes series: Todos los monumentos y objetos de
la protohistoria americana, otra… que comprenda los tiempos conocidamente
históricos hasta el trascendental descubrimiento de América por Colón y los
españoles, y nalmente, la del descubrimiento y de la conquista, y por lo tanto,
de las inuencias españolas y europeas hasta mediados del siglo XVII, época
jada por el Real decreto a que hemos de ajustar nuestros trabajos.
Esta compleja clasicación revela detrás de sí, fuertes tensiones en torno al tema
de la Colonia y la Independencia, pues no solo llama la atención la reiteración
de lo descubierto por Colón y los españoles, sino el hecho de que se evita a toda
costa enunciación de lo colonial, lo cual es rebuscadamente sustituido por la
época de las inuencias. Finalmente, y de manera sintomática, el real decreto
exige omitir toda información sobre el periodo posterior a la Independencia.
Luego el autor recomienda el uso de precolombino y postcolombino, categorías
que justicó mediante su comparación con la España romana, visigoda o árabe
que tomaron su nombre de la dominación a la que se ha visto sometida en
diversos momentos de su historia. Y termina justicando al omnipresente tema
de Colón, con la idea de que la historia está enlazada y en inmensa cadena une
a los hombres, los pueblos y los tiempos. Habiendo perdido sus posesiones de
ultramar, lo único que le quedaba a España era las nomenclaturas y los nombres,
espacio simbólico por el que estaba dispuesta a luchar desde esta última trinchera
que representó la Exposición del IV centenario.
El discurso continúa haciendo evidentes sus tensiones internas, reexionando
sobre la naturaleza de los pueblos americanos que tenían su civilización propia
y de los elementos extraños al mismo y llevados allí por los conquistadores,
además que destaca el hecho de que nadie puede poner en duda que el
descubrimiento de América sea uno de los hechos más grandes de la historia
de la humanidad y para la humanidad y no destacarlo en el contexto de esta
exposición española es una especie de ojeriza.
Por otro lado, al referirse a todos estos hechos relacionados a la conquista y
ocupación por los europeos “hay que ser justos y razonar con serena calma” pues
“Colón fue y será siempre el descubridor de América”, además “cualesquiera
otros viajeros que pudieran haber llegado a aquellas regiones antes que Colón,
no lo hicieron como este con el propósito de descubrirlas… y sus visitas
quedaron obscurecidas, olvidadas y sin consecuencias para la historia y para
la humanidad”, y nalmente “si Colón fue el descubridor, si auxiliado por los
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
españoles levantó de las aguas islas y continentes,(…) natural es que esos dos
grandes periodos lleven su nombre.” (Catálogo Exposición Histórico Americana
de Madrid, 1892, p. VIII).
Además de las fuertes tensiones evidenciadas, precedidas seguramente de las
más agrias discusiones en torno al tema político, provocadas por el imperialismo
de facto de las distintas potencias metropolitanas, incluido los Estados Unidos,
que se abalanzaban de manera voraz sobre las antiguas posesiones españolas, se
unieron las tensiones en torno al tema cientíco: si Europa evolucionó a partir de
una Edad de piedra, hierro, bronce, etc. ¿Cómo abordar “esta primera rudimentaria
infancia” americana?, ¿cómo enlazarla con “el periodo de los adelantos, del
progreso humano, de la civilización, con sus artes y sus industrias”? .
Países convocados
La lista de los países participantes dio inicio con España, seguida de manera
arbitraria por los demás participantes que, sin embargo, no se ubicaron en una
categoría aparte como la de “países extranjeros” típica de las exposiciones
parisinas. Los países mencionados en el Tomo I son: Dinamarca, Bolivia, Perú,
Costa Rica, España, Uruguay, República Argentina, República Dominicana,
Guatemala, Ecuador, Nicaragua y Estados Unidos.
Estados Unidos
Como ya ha sido señalado, la participación de Estados Unidos fue sumamente
amplia si la comparamos con la de otros países. También la nomenclatura
utilizada para organizar su exposición no fue menos interesante. Por ejemplo:
“objetos de la América Rusa (Alaska), recuerdos de la dominación española en
América, colección etnológica del Museo de los Estados Unidos, del Instituto
Smithsoniano, catálogo del salón Hemenway [sic]”. (Catálogo Exposición
Histórico Americana de Madrid, 1892).
Aparte de los comentarios que pudo suscitar la amplia participación de
Estados Unidos, también acompañó a esta presentación un interesante ensayo
cientíco sobre las razas. Es notable la importancia de este tema en todas las
exposiciones universales, tema sino central, al menos de gran trascendencia en
ese momento, pues después de todo se debe tener en cuenta que sobre la idea
de la raza, o mejor dicho, de la supremacía de la raza blanca sobre otras, se
consolidó la colonización ideológica del imperialismo-capitalista posterior al
siglo XIX.
El discurso sobre “la raza americana”, da inicio con la explicación de su edad de
piedra, que había desaparecido sumergida “bajo el cascajo…de lavado glacial”;
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por otro lado, “parece forzoso admitir la siguiente variedad de razas de indios
norteamericanos” que son clasicados en: “autochtonous, los esquimales con
cabezas largas, la raza dolichocephalica de las regiones del norte y de la costa, la
raza brachicephalica del sudeste y en América del Sur, la raza dolichocephalica
andeana”.Este ensayo sobre “las razas” se hizo acompañar por la colección:
“Crania Étnica Americana”, una descripción de cráneos de diferentes tribus de
América, obra reciente del profesor Rudolf Virchow.
La presentación de los Estados Unidos admite los siguientes comentarios: la
presentación de objetos de la “América rusa” era un preámbulo de las intenciones
“americanas” de poseer ese territorio extremadamente rico en minerales. Los
“recuerdos de la dominación española” dejan entrever la diferente perspectiva
“americana” de esta época, una clasicación descalicadora que justicaba la
disputa de muchos de sus territorios al norte de México. Los objetos del Instituto
Smithsoniano y la participación de la Universidad de Pensilvania dan cuenta del
respaldo que “las instituciones cientícas” mediante su discurso legitimador,
otorgan al proceso de auge de la hegemonía mundial de Estados Unidos.
Por otra parte, el catálogo de sección Hemenway, muestra otra característica
de la sociedad “americana”: su apoyo total al coleccionismo privado, el cual se
encuentra en consonancia con la protección que otorga el Estado a la propiedad
privada en detrimento de las legislaciones y protecciones relacionadas con el
patrimonio cultural de otros pueblos y culturas lejanas. Finalmente, su discurso
sobre la “raza americana” da énfasis a una nomenclatura que intencionalmente
identica lo estadounidense con “lo americano”, imagen que quedará grabada
en adelante en el imaginario mundial, hasta nuestros días.
Las consecuencias del discurso de que “lo americano” era estadounidense en
cuanto al derecho natural de su posesión, tuvo eco en su futura dominación
del continente, y nalmente, el discurso cientíco racista, que identicaba
diversos grupos humanos, no blancos, con categorías biológicas distintas al
humano occidental, tenían un objetivo pragmático bien conocido: justicar
su dominación y exterminio (Catálogo Exposición Histórico Americana de
Madrid, 1892). El uso de mediciones craneales para diferenciar las razas, fue
uno de los atractivos principales de la Exposición Universal de París de 1889
y la exhibición en museos, circos y cabarets de personas “de otras razas” fue
moda en Europa y los Estados Unidos hasta la primera mitad del siglo XX.
España en la Exposición Histórico Americana
España aparece en varios apartados distintos, lo cual termina confundiendo
un poco el “orden” y las “clasicaciones”. Primero se distingue lo presentado
por “la nación española”, luego se presenta Cuba como parte de los territorios
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españoles, y en otro apartado aparece todo lo relacionado con la categoría de lo
“precolombino” de México, de Perú, Bolivia, etc. Finalmente, España se presentó
también con lo relacionado a lo “postcolombino”: una cantidad considerable de
documentos en papel, códices y otras riquezas de tipo documental formaban
esta última colección presentada por el país antrión. Esta preponderancia en la
exposición solo fue superada por los Estados Unidos, que como ya se ha señalado,
ocupó prácticamente la mitad del amplio primer volumen del catálogo general.
España además presentó una sección denominada “geológico minera”, en la que
se presentaron objetos de los nuevos Estados en los cuales se había dividido el
“vasto territorio que perteneció a España” en especial México, Bolivia, Perú
y Chile. La colección mineralógica, geológica y paleontológica de Cuba y los
objetos de Filipinas, se presentaron aparte para dar énfasis a la posesión de España
sobre estas tierras. Esta sección no sólo se compuso de “objetos minerales” sino
también de mapas y “los tanteos geológicos” realizados en Cuba, Puerto Rico y
Santo Domingo.
Imagen 1. Sección del montaje presentado por España.
Fuente: Biblioteca Nacional de España.https://www.ickr.com/photos
bibliotecabne/7830097664/in/album-72157631174049584/
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Cubero Barrantes, Guillermo. “Otros” mundos en la vitrina. Los catálogos de las exposiciones universales
y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
Esta sección en particular, presentaba objetos relacionados con la historia de
España, más no aquellos vinculados con la época “precolombina”y colonial, los
cuales ocuparon un sitio especial del que no quedaron constancias fotográcas.
La presentación española sobre objetos “precolombinos” fue extensa, tanto que
ocupó la primera mitad del III tomo del catálogo (más mil páginas). No sólo
presentó la colección del Museo Arqueológico Nacional, sino también objetos
de “Las Antillas”, México, Ecuador, Perú, “Nueva Granada” y otros “idolillos”,
códices, instrumentos musicales, exvotos, agoreros o adivinos, paleografía,
objetos de culto, amuletos y una serie extraordinariamente amplia de objetos
que hicieron su aparición mostrando el esplendor de un vasto territorio de
antigua dominación española.
A las anteriores “nomenclaturas” se añaden otras, como: “Vasos representando
cabezas humanas que demuestran las diferentes razas o variedades étnicas de
los antiguos habitantes de Perú”, o “vasos representando dos cabezas con la
cara animada y por una risa burlona” (Sucesores de Rivadeneyra, 1893). La
razón por la cual son presentados por España es presumiblemente, porque se
encontraban en la colección del Museo Arqueológico Nacional (de España) o al
menos bajo la custodia española, es decir, estos objetos se mostraban de manera
independiente de los que presentaron las nuevas repúblicas latinoamericanas en
el contexto de la exposición.
Sobre la presencia de Centroamérica en esta parte de la “colección española”,
hicieron su aparición dos categorías: “objetos indeterminados de Centro
América” y “Códice maya”, denominado Cortesiano, ejemplar rarísimo, así
como su compañero el llamado Códice Troano, que con el de Dresde, son los
únicos completos que se conocen de esta originalísima escritura de la América
Central. El Cortesiano y el Troano se cree con fundamento que forman uno
solo, divididos hace mucho tiempo (Sucesores de Rivadeneyra, 1893). La
participación española también mostró objetos de la época “postcolombina”:
“Cuarenta y una cajas con medicamentos que el botánico don Hipólito Ruiz
trajo de América en la expedición cientíca del reinado de Carlos III, así
como un catálogo especial sobre los documentos históricos de indias del
archivo de Simancas que contenían partidas referentes a Colón, cartas del
Rey y la reina a Colón.
Desde el punto de vista de Centroamérica, llama la atención la presencia de un
documento relacionado con el canal interoceánico, en el que se hace mención
de la relación de Diego de Mercado, expedicionario vecino de Guatemala, quien
indagó sobre la comunicación de los mares norte y sur por la laguna de Nicaragua
y el golfo de Papagayo. Sobre el tema de las rutas comerciales, se presentó
la concesión hecha a la compañía electoral Brandemburgo de América para
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
realizar estudios de factibilidad para posibilitar el comercio con los españoles
y los naturales del mar del Sur. La cantidad de documentos presentados en esta
sección es amplísima, sin embargo, vale la pena destacar dos en relación al
interés español por las riquezas de sus antiguas posesiones y lo relacionado al
antiguo sueño español de encontrar “el dorado”: la primera, Relación sobre oro
y esmeraldas, además de Relación del descubrimiento del dorado, hecho por el
gobernador d. Antonio Berrio (Sucesores de Rivadeneyra, 1893).
El catálogo que presenta la nación española también incluye una sección
dedicada a presentar algunos objetos remitidos por el Capitán General de
Filipinas, y que contiene entre otras cosas: una imagen de Nuestra Señora de
Santa Clara, rosarios, monedas lipinas de plata y una antigua moneda árabe
hispana del año 1492, “el año en que se descubrió América”. También se
presentaron documentos relacionados con las expresiones del cristianismo en
la antigua civilización tagalog de Filipinas, así como de las labores de grupos
religiosos como la Compañía de Jesús. La participación de Cuba, se hizo
de manera especial, con el nombre de “El excelentísimo ayuntamiento de la
Habana” el cual presentaba: en una magnica caja de maderas nas del país,
con el escudo de la ciudad en una de las tapas, y forrada interiormente de raso y
peluche, los dos libros siguientes: “Documentos relativos a la traslación de los
restos de Cristóbal Colón de la Catedral de Santo Domingo a la de la Habana,
1796” y “Álbum fotográco, en folio apaisado, encuadernado en piel de Rusia
con cantos de oro y cierres de plata, contienen las vistas siguientes: Castillo
del morro, Entrada del puerto, vista panorámica de La Habana… panorama de
Guillermo Cubero Barrantes
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
La Habana tomada desde el castillo del príncipe… catedral de La Habana…
altar mayor de la catedral donde se conservan los restos de Colón…..lápida
en el sepulcro de Colón…el templete y busto de Colón… retrato de Cristóbal
Colón…estatua de Colón…portada del cementerio de Colón…vista del
cementerio de Colón…capilla del cementerio de Colón… Mercado de Colón…
estatua de Colón en Cárdenas. Madrid 21 de octubre de 1892.
En el discurso articulado por España en el contexto de esta exposición, se
pueden identicar varias particularidades. La primera tiene relación con su
esfuerzo por presentarse con una colección tanto amplia como signicativa,
frente a los otros participantes, principalmente frente a Estados Unidos con el
cual compite en el número de objetos. También llama la atención en cuanto a su
tesón por presentar objetos “precolombinos”, con lo cual buscaba rememorar
su antiguo dominio sobre los territorios ahora independientes de América. Sus
documentos también citan de manera sintomática todo lo relativo a “provanzas”
y “testimonios” legitimadores de su dominio sobre estos territorios perdidos.
También hacen su aparición numerosos documentos sobre La Luisiana, La
Florida y Carolina del Sur con lo cual pone en evidencia otra tensión latente
en su discurso de disputa de territorios con Estados Unidos. Los documentos
relacionados con “el oro y las esmeraldas” y “El Dorado” revelan una antiguo
interés por las riquezas americanas, ahora perdidas. Finalmente, es posible
percibir una tensión en relación a Cuba y Filipinas, sus últimas dos posesiones
importantes en ultramar. En relación con el “El excelentísimo ayuntamiento de
la Habana” la tensión principal se nota en la manera en que se coloniza la isla,
es decir, la forma en que de manera un poco arbitraria se le asocia con la persona
de Cristóbal Colón.
Esta última tensión se hizo más evidente por el recurso retórico y la excesiva
referencia al descubridor. Así como “coloniza” a Cuba, también “catoliza”
a Filipinas. Dado el contexto histórico que vivía la España imperial de ese
momento, son claras todas estas tensiones, en este momento la moral española
estaba tan baja que sólo podía ser menor cuando terminara perdiendo a Cuba y
Filipinas unos años más tarde.
“Otros países”
Por razones evidentemente retóricas, la participación de Colombia es presentada
dentro del contexto de celebración de la gura de Cristóbal Colón, como una
participación importante. Sin embargo, su presentación no mostró ningún aporte
importante en relación a las otras participaciones, mostrando especialmente:
“objetos etnológicos y arqueológicos, principalmente cerámica y relacionados
con la cultura chibcha”. Seguido de Colombia hizo su presentación el “Reino
de Portugal”.
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
Los países “nórdicos” tienen una participación dispar. Los países escandinavos
que se presentaron fueron: Suecia, Noruega y Dinamarca. También participó
Alemania. El “Excmo. Sr Barón A. E. Nordenskiold” presentó los objetos
de Suecia sin “introducción”: mapas antiguos y fotos de buques y palacios
de Estocolmo, también objetos etnográcos recabados por Carlos Bovallius,
profesor agregado de la Universidad de Upsala.
Suecia también presenta objetos etnográcos procedentes de América, tal fue
el caso de piezas de los indios de Talamanca en Costa Rica, colección hecha
por Carlos Bovallius en 1882; de las islas de Zapatera y Ometepe, objetos de
los Indios Mansos de Nicaragua; también artículos de la isla de Puerto Rico,
así como una “reproducción hipotética de un templo azteca” y nalmente, un
“modelo exacto de una galera marina sueca del siglo XVII, exhibida por el
director de ingenieros de la Marina Real Sueca.”
La participación de Noruega se limitó a presentar una reproducción exacta de
un buque de los vikingos de época cercana al año 900 d. C presentado por D.
Gustavo Storm, profesor de la Universidad de Christiania. La participación de
Dinamarca fue un poco más extensa pues “ilustra la vida de los esquimales,
habitantes de Groenlandia, tierra septentrional de América, perteneciente a
Dinamarca” así como el grado de “civilización” alcanzado por las poblaciones
de este país en la edad media. Islandia forma parte del Reino de Dinamarca,
mostrando también “publicaciones de la sociedad real de anticuarios del norte
sobre el descubrimiento de Groenlandia” muestra objetos tanto de esta región
(trajes de piel de foca), como de Islandia (ejemplares de algunos manuscritos
antiguos islandeses y vaciado de una piedra con una inscripción en caracteres
rúnicos).
La participación de los países escandinavos no deja de mostrar tensiones en
cuanto a su discurso. La presentación de Carlos Bovalius de la Universidad
de Upsala con objetos de Nicaragua y Costa Rica, deja entrever una nueva era
en materia de imperialismo informal. Éste, con la investidura de la ciencia,
adquirió derecho sobre los objetos de interés “antropológico” de cualquier parte
del mundo. Sin embargo, las mayores tensiones se observan en la participación
de Dinamarca, tanto por sus posesiones de Groenlandia como de Islandia, de
las cuales presentó objetos en la exposición como suyas propias. También hay
tensión discursiva en el contexto de la exposición en la frase “los habitantes de
la isla de Islandia, que fueron los primeros exploradores del nuevo continente”
y “sobre el descubrimiento de Groenlandia”, pues ambos comentarios ponen en
entredicho el mérito de Cristóbal Colón como descubridor de América.
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
La participación de Alemania tuvo lugar con la colección del Dr. Edward Seler,
subdirector del Real Museo Etnológico de Berlín con objetos arqueológicos
de México, Guatemala, Perú, y Brasil, material que fue acompañado por
publicaciones cientícas sobre arqueología, etnología y temas anes a la cultura
precolombina. Al igual que en el caso de Suecia, el enfoque cientíco permite
una nueva forma de colonización, el interés cientíco permite el “acceso”
a objetos de interés antropológico al que solamente se accedía en el pasado
mediante el poder de la administración colonial.
Es realmente llamativa la manera en la que el discurso cientíco contribuye a
articular una nueva forma de dominación mucho más sutil, pero sobre todo es
importante cómo España quedó relegada ante este nuevo paradigma con el cual
Alemania, Estados Unidos y Suecia, por citar tres ejemplos, controlaron una
nueva forma de dominación colonial, con el aporte de las nuevas ciencias de la
antropología y la arqueología.
Centroamérica en la exposición del cuarto centenario
Por Centroamérica participaron únicamente Guatemala, Nicaragua y Costa
Rica. A pesar que el catálogo-inventario se encuentra destinado principalmente
a desarrollar los temas de las exposiciones “americana” y la “española”,
el espacio cedido a las tres provincias centroamericanas no fue poco si se le
compara con la participación de otras naciones. El esfuerzo de esta región por
presentarse con lo mejor de sus colecciones y con un trabajo “teórico” que
acompañara las mismas es destacable, pues sus presentaciones eran las más
disciplinadas en cuanto al “rigor cientíco” exigido por los organizadores,
un rigor que nalmente ni la misma delegación española respetó de manera
el. Las presentaciones daban inicio con datos geográcos y estadísticos de
los países, seguidos por datos historiográcos y cultura; para luego adentrarse
en cuestiones más pragmáticas como el clima y la disponibilidad de recursos
agrícolas, minerales y de diversa índole.
Guatemala destacó de manera particular su situación entre los océanos Pacíco
y Atlántico y su istmo de Tehuantepec, así como su independencia de España
en el año de 1821 (Imagen 2). La producción minera es importante, igual que
la industria, la ganadería, la producción de cultivos como el café, la caña de
azúcar, el banano y la vainilla, por mencionar algunos, tanto como la explotación
maderera de especies endémicas como la caoba, el cedro, el ébano y el roble. La
infraestructura del país es descrita con detalle, mencionando carreteras, puentes,
canales, el ferrocarril y muelles (Sucesores de Rivadeneyra, 1893).
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
Imagen 2. Instalación de Guatemala para la Exposición Histórico- Americana de Madrid 1892.
Fuente: Biblioteca Nacional de España.
El texto evoluciona sin sobresaltos importantes hasta que se hizo referencia al
tema indígena. El componente indígena de su población - dos terceras partes
más una tercera parte de ladinos se constituye en un elemento de tensión en
el marco de una cultura neocolonial europea fuertemente racista del siglo XIX.
En el catálogo de Guatemala, el pasado precolombino se encuentra asociado al
reino náhuatl de los Cachiqueles el cual le dio nombre al país (quauhtemalan).
Al hacer referencia al idioma se percibe una serie de tensiones importantes,
pues en ningún momento se indica cual es la lengua más hablada, solo se señala
que el idioma nacional es el castellano, y por otro lado “los indios, aunque casi
todos hablan el español, conservan entre el uso de sus lenguas primitivas,
como son el maya, el quiché, cachiquel, zathil, etc, etc” [sic] (Sucesores de
Rivadeneyra, 1893, p. 13).
Se agrega que también se han generalizado mucho el conocimiento del inglés y
el francés. Una tensión puede percibirse en el adjetivo primitivas para referirse
a las lenguas originarias, y por otro lado, el uso de etc, etc, que sugiere la
invisibilización de algunas lenguas, por su desconocimiento o porque no son
consideradas importantes o por cualquier otro motivo. En cuanto a lo generalizado
del inglés y el francés, el autor no explica si se reere a toda la población o si
se reere únicamente a la población ladina, excluyendo con esto a los grupos
indígenas. También llama la atención la desaparición de la categoría blancos
puros, hijos de españoles que hacían su aparición en descripciones anteriores.
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
La religión se suma a las tensiones raciales, pues se indica que la Constitución
guatemalteca permite el ejercicio libre de culto religioso, sin embargo, este libre
ejercicio no podrá extenderse hasta ejecutar actos subversivos o prácticas
incompatibles con la paz y el orden público, ni da derecho para oponerse al
cumplimiento de las obligaciones civiles o políticas. Por otro lado la religión
dominante entre los naturales es la católica, pero entre los extranjeros residentes
hay muchos protestantes de diversas sectas y algunos judíos.
También destaca la presencia de la masonería pues hay logias escocesas en
Quetzaltenango, Guatemala y Retalhuleu y en la capital reside el gobierno de la
Masonería del Centro de América. En conclusión, el libre ejercicio de la religión
solo aplica para las religiones europeas, en tanto que las prácticas religiosas
de los naturales se encuentran obligadamente circunscritas al dominio de la
religión católica, cualquier desviación de esta norma podría ser interpretada
como acto subversivo.
El inventario continúa proporcionando datos sobre la civilidad del país, su
régimen “democrático, republicano y representativo”, con división de poderes
legislativo, el ejecutivo y el judicial, así como la instrucción pública, las
bibliotecas, los teatros, alumbrado, hipódromos, policía, hospitales para atender
diversas enfermedades y poblaciones (el hospital militar, el de venéreos,
el de la prisión de mujeres, el asilo de dementes, el asilo de elefanciacios,
entre otros). Poseen además periódicos y sistema de medidas y monedas. La
delegación de Guatemala presentó manuscritos históricos como el Isagoge
apologético general de las indias, Historia de la provincia de San Vicente Ferrer
de Guatemala y Chiapa [sic] y fotografías de las actas del cabildo de la primera
ciudad de Guatemala.
Nicaragua es mostrada por una delegación de tres comisionados, que presentan
el catálogo, destacando a Rubén Darío como comisionado literato. El documento
subraya la civilidad nicaragüense, reejada en su gobierno republicano y su
religión católica, apostólica y romana con un obispado en la ciudad de León.
Tierra feraz de lagos y volcanes, se caracteriza por la riqueza no solo agrícola
y ganadera, sino también minera de su suelo, la población blanca, mestiza e
indígena. Con respecto a la colección exhibida, un total de 1201 objetos, todos
precolombinos, se arma que casi todo es barro cocido además se utiliza la
caracterización de policromos para referirse a la pintura de muchos platos, así
como las cazuelas, ollas y otros productos.
Después de proporcionar información geográca, estadística y del clima,
como preámbulo, el texto se dirige a describir lo relacionado con el tránsito
interoceánico:
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Nicaragua tiene dos puertos que dan a ambos océanos, 300 millas de al lado del
atlántico y 200 del pacico. Hay ríos caudalosos, el más importante es el del río
San Juan, que desemboca en el Atlántico y une este océano con el gran lago de
Nicaragua (…) el ferrocarril de Nicaragua es uno de los mejores de la América
Central, el viajero puede pasar de un océano a otro por medio de la vía férrea (...)
el canal interoceánico está en vías de llevarse a cabo, y es de esperar su realización,
tomando en cuenta que está en tal obra interesada una importante compañía
norteamericana.
En relación a la participación de Nicaragua, la tensión evidente se encuentra en su
interés por el canal interocéanico, así que esta tensión estará presente en casi todas
las exposiciones internacionales cuando se menciona el tema centroamericano,
siendo en el caso de Nicaragua en el que se evidencia una tensión mayor al
presentarse como un territorio apto para el gran proyecto del canal. Llama la
atención que al mencionar el Río San Juan, en ningún momento señala que sea
limítrofe con Costa Rica, lo cual añade, por ocultación cierta tensión al texto.
Como ya se ha señalado antes, las presentaciones centroamericanas se rigen
cuidadosamente por un esquema preestablecido que detalla la ubicación del país,
supercie, clima, tipo de gobierno, las principales ciudades, la agricultura, el
comercio, la economía y las vías de comunicación. En el caso de Costa Rica, este
preámbulo es seguido por una reseña histórica que cuenta de la llegada de Colón
para continuar con la vida colonial y nalmente describir a los pueblos indígenas
que ocuparon el territorio.
El título del inventario, Catálogo general de las antigüedades indígenas de
la República de Costa Rica, llama la atención por la omisión del calicativo
precolombino, sugerido por las autoridades españolas. La colección está
compuesta por guras de oro, jades (o piedras verdes) y piezas cerámicas,
pertenecientes a las colecciones del Obispo Thiel, a doña Dolores Troyo, a
Juan Matarrita y a don Julio Orellano quien exhibe “un muñequito pequeño,
oxidado, y un cascabel, también carcomido”. (Sucesores de Rivadeneyra,
1893, p. 34).
La poca atención que se pone al valor de los objetos presentados queda en
evidencia por el siguiente comentario: también exhibe Costa Rica cerca de
1.000 objetos extraídos a nes del año pasado del cementerio del Guayabo,
(…) pero omitimos su especicación por ser todos los objetos más o menos
semejantes a los anteriormente citados, de oro, cobre, piedra y arcilla quemada.
Esta falta de especicación es un indicador de manejo poco cuidadoso de la
colección, y el peligro de su desaparición por falta de controles de inventario.
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No está demás señalar que la reacción del público europeo ante estos objetos
ha sido señalada como ambivalent, pues se muestran tanto despectivos como
fascinados por las otras culturas, su gente y su producción material. En este
contexto es posible que muchos de estos objetos sin especicar terminaran en
manos de terceros.
Además de las colecciones arqueológicas, hay en la sección costarriqueña
una gran cantidad de ejemplares etnológicos como arcos y echas, bastones,
cerbatanas, tejidos, plumeros, collares de dientes, redes, hamacas, cuerdas de
pescar, tambores, etc. Todo procedente de las actuales tribus de indios que
en pequeñas agrupaciones, se hallan esparcidos al Norte y Sur de aquella
República, así como una vista general del cementerio de Turrialba, que tanta
luz ha traído a la historia precolombina de aquella parte de América Central.
El texto referido a la sección costarriqueña no da muestras de grandes
tensiones, y es posible que éstas no se encuentren en lo dicho, sino más bien
en lo no dicho. El Canal Interoceánico afectaba los intereses del país tanto
por el norte como por el sur y la presión internacional era considerable, sin
embargo, sobre este particular, el texto no dejó entrever nada. Las tensiones
raciales, podían ser, sino iguales, por lo menos similares a las que se verían en
Guatemala y a otros países centroamericanos, al igual que la invisibilización
de los grupos indígenas y la imposición de un modelo liberal eurocéntrico era
tan intolerante, o más, que en los otros escenarios del istmo. Las tensiones
entre Iglesia y Estado se encontraban también en el horizonte, sin embargo,
ante todos estos fantasmas, la legendaria postura costarricense del alejamiento
diplomático de las tensiones, no dejaban entrever ninguna en el texto, esta es
quizás la mayor tensión.
Discurso de Eugenio Texeira en el “Cuarto Centenario del descubrimiento
de América”
Además del catálogo-inventario de la exposición del IV Centenario, el único
documento, localizado en la Ibero- Amerikanisches Institut Bibliotek de Berlín,
es el El discurso de Eugenio Texeira (1892), pronunciado en la inauguración
de la exposición universal de Bellas Artes en el IV Centenario. Aunque ningún
país centroamericano tuvo participación en esta sección, es importante tener
en cuenta, al menos en lo general, la visión de Texeira como participante en
la actividad fungiendo de delegado de un país americano Brasil - en dicha
exposición universal.
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Imagen 3. Portada del Discurso de Eugenio Texeira.
Fuente: Ibero Americkanisches Bibliotek.
El boletín consultado, cuya fecha de impresión es del 15 de diciembre de 1892,
es un pequeño documento lujosamente impreso (Imagen 3), que es prologado,
compuesto de una carátula barroca, con la egie del pintor a la manera de una
moneda y su rma, así como una magníca reproducción litográca de la pintura
presentada por el autor en la Exposición del Cuarto Centenario llamada “La
primera comunión en América” (Imagen 4). La pintura requeriría un análisis
semiótico por aparte, pero en resumen, presenta una escena eucarística a la
orilla del mar en medio de un oscuro y frondoso bosque tropical cuya gura
principal es el comulgante Colón, detrás del cual aparece toda la comitiva de
conquistadores reclinada en posición devota.
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El texto es muy complaciente e insiste en rendirle pleitesía a la audiencia,
sobre todo porque esta audiencia incluye al Rey de España. El texto construye
discursivamente una serie de retratos o descripciones que apuntalan vasallaje,
rebeldía, capitulaciones y acuerdos. El autor se denía a sí mismo como
haciendo fuerzas de mis aquezas, débil, disminuido (…) hijo allende del mar,
mientras declaraba que hablaba en nombre de los americanos. Colón es retratado
entre tanto como astro sublime, inmortal, intrépido Genovés, amparado por la
Corona de España. En este punto se hace presente una pequeña tensión en el
intrépido Genovés, pues una de las discusiones candentes en el contexto de
las celebraciones es la nacionalidad no española de Colón y por lo tanto la
deslegitimación del reclamo español del descubrimiento.
Imagen 4. Reproducción de la pintura La Primera Comunión en América.
Fuente: Discurso de Eugenio Texeira. Ibero Americkanisches Bibliotek.
El texto avanza, por momentos, con una retórica casi ilegible debido a la extrema
estilización: el cuerpo es cautivo; pero acionando [sic] en la forma pasiva, es
su instrumento en el mundo físico. La cultura eurocéntrica se condensa en la
gura de sus genios: un Colón, un Franklin, un Gutenberg, un Newton, un
Murillo, un Mozart o un Verdi, como tantos faros en las generaciones en el
mar de la existencia en ondas sucesivas en la popularidad envoltoria de los
cosmos innitos.
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La cultura europea se ve no sólo caracterizada sino también legitimada en
cuanto a su acción colonialista: atraviesan los mares, unen los continentes por
los hilos eléctricos transmitiendo los pensamientos. Desvían los ríos, estancan
los pantanos, rasgan los ismos [sic], sondean y roban de las entrañas oceánicas
sus más recónditos tesoros de perlas y corales. Este estilo empalagoso,
esconde y revela, sin embargo, pequeñas tensiones, pues la acción colonialista
eurocéntrica desvía, rasga y roba.
América es descrita como el Edén soñado, la América del presente y la
América del porvenir, mientras el descubrimiento no se trata solamente de un
acontecimiento geográco sino y sobre todo de la introducción benéca del
Cristianismo en un continente salvaje que trajo para la falange de eles millares
de paganos por el agua bautismal al seno de la civilización. En este parte del
texto, el autor utiliza en el mismo párrafo dos importantes elementos presentes
en la tensión del discurso colonialista: salvaje y civilización.
La noción de salvaje asimilado a la gura de un monstruo, hace de nuevo
su aparición por oposición a la cultura eurocéntrica: quien no se sentirá
orgulloso admirando las notabilísimas telas de Murillo, Rubens o Velásquez?
(...) solo un monstruo o un salvaje, permanecerá indiferente ante esas divinas
manifestaciones, en presencia de las cuales se desprenden sentimientos
inspirados en las emociones de la naturaleza, sin embargo, el autor tiene
dicultades para posicionar a la naturaleza del lado del salvaje, esta tensión
textual es uno de los aspectos más llamativos del discurso de Texeira.
El cristianismo, es para Texeira, la principal fuente civilizadora del mundo
salvaje de América, pues en el inventario de la humanidad hay dos grandes
legados: el Calvario y la América, pero también la estética de occidente inspirada
en Grecia cuyo fondo se nivela con la forma, mientras en Oriente el fondo se
impone a la forma.
Cristianismo y naturaleza, encuentran en el discurso de Texeira una extraña
combinación, que también aparece en su cuadro de la exposición: Una eucaristía
en medio de la selva. La naturaleza hace su aparición en un párrafo y en otro,
siempre en su versión de lo sublime: en la selva transformando nuestras delicias
en armónicos oleages [sic], llevan consigo el fastuoso cortejo de todos los
murmullos de la naturaleza (...) en n es el Señor de la naturaleza entera la cual
es sólo por él comprendida e interpretada. La inusitada relación que encuentra
Texeira entre Cristianismo y naturaleza, pero no entre selva y salvaje es una de
las más interesantes tensiones del texto, una señal de clara contradicción y de
ambivalencia producida por el alejamiento de un hijo allende del mar.
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Cubero Barrantes, Guillermo. “Otros” mundos en la vitrina. Los catálogos de las exposiciones universales
y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
El texto termina, haciendo referencia a Colón quien apunta hacia América, y dice
lo siguiente: de aquel que apuntando para el Occidente, dice a la humanidad,
para después morir: ¡HE AHÍ UN NUEVO MUNDO, YO TE LO OFREZCO!
Y concluye con una tensión interesante: declara en forma directa y visual la
ubicación de Occidente, el cual geográcamente se ubica no en Europa sino en
América
Es posible, y no hay razón para no imaginarlo, que la extrema oscuridad
retórica del texto de Texeira, que lo hace a veces casi incomprensible, no se
deba solamente a una cuestión de estilo, sino pragmática. En el contexto de las
celebraciones del IV Centenario las polémicas y las discusiones van y vienen,
la presencia del Rey de España entre otras guras importantes, agregan tensión
al evento y a sus discursos. El texto de Texeira se atreve a ir más allá en más de
una ocasión, es un texto laudatorio pero también crítico, en ocasiones pareciera
mostrarse temeroso, contradictorio.
Sin embargo, lo más destacable de este texto es su validez en cuanto a la presencia
de las oposiciones semióticas propuestas por Soussa Santos en relación a lógica
discursiva colonialista. Las oposiciones: salvaje-civilizado, occidente-oriente,
y naturaleza-cultura hacen su aparición de manera clarísima, como si el texto
hubiera sido redactado tratando de seguir la lógica de dichas oposiciones. Por
otro lado, llama la atención la ambivalenciadel texto, pues el sujeto que articuló
el discurso se identicaba como americano, pero también como eurocentrado,
lo cual evidencia una tensión.
Occidente y no occidente se presentan de manera compleja. La línea divisoria
se rompe y se evidencia tanto la ambivalencia como la tensión. La naturaleza
y la cultura no muestran para el autor ninguna oposición, pues aparecen
extrañamente fusionadas por su espíritu religioso. Es como si el discurso
colonialista se encontrara prudentemente matizado, alabando la gura de Colón,
y la preeminencia de la cultura europea, pero señalando veladamente los abusos
coloniales. En n, el discurso se podría sintetizar como una tensión particular
entre lo salvaje, la civilización occidental y la admiración por la exuberancia de
la naturaleza.
La feria colombiana de Chicago de 1893
En la visita realizada a la Exposición de París de 1889, los círculos industriales
estadounidenses pudieron constatar el éxito logrado por Francia en la
dinamización de su economía a partir de estos eventos, y decidieron realizar su
propia versión americana de exposición universal. Para este n se sacó partido
de la celebración del IV centenario del descubrimiento de América que tendría
lugar tres años después. Sin embargo, debido a que España celebraría su propia
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
exposición universal de cuarto centenario en 1892, Estados Unidos esperaría
estratégicamente al siguiente año, 1893, para la celebración de su magno
evento al cual se le llamaría Feria Mundial Colombina en honor a la gura de
Cristóbal Colón.
Antes de esta exposición mundial, los Estados Unidos ya había celebrado
importantes exposiciones de carácter nacional como la de Nueva York en 1883,
la de Manchester en 1867 y la Centennial exhibition en Filadela en 1876, en
conmemoración de la Independencia de las 13 colonias y en el contexto de la
cual Francia dona a la ciudad de Nueva York, la Estatua de la Libertad.
El éxito logrado por París en sus exposiciones universales fue decisivo para
lanzarse a la tarea de realizar una versión en América. Se había observado que, a
pesar del décit económico mostrado en algunas, Francia experimentó con cada
una de ellas una gran prosperidad económica debido a los acuerdos comerciales
originados en el contexto de las mismas. Es por esta razón, que la exposición
de 1889 en París se estudió cuidadosamente, teniendo en cuenta sus gastos, su
emplazamiento, sus estrategias y su visitación, para sacar el mayor provecho
posible en la nueva versión americana.
La escogencia de la ciudad antriona para esta feria mundial, fue una preocupación
inmediata y después de una pugna entre Nueva York, Chicago, Washington y
Saint Louis, Chicago tomó la delantera al aportar los cinco millones de dólares
que se necesitaban para ganar el puesto, en una votación nacional en la que fue
elegida por 157 votos. En 1890, se presentó el proyecto para su organización de
la exposición, se aprobó en las dos Cámaras de representantes y el presidente
de la República publicó la proclamación, invitando a touts les nations de la
terre para la participación en el evento que ocuparía la premiere place dans
l’histoire du monde.Cabe destacar que una de las mayores diferencias con sus
antecesoras europeas, es que la Feria Mundial de Chicago fue nanciada, no
por la participación de la industria y la empresa privada, sino directamente
por el Gobierno de los Estados Unidos. En su nanciamiento participaron
el Departamento del Tesoro, el Instituto Smithsoniano y el Departamento
del Interior.
Entre los documentos que se conservan sobre la exposición, los más signicativos
son: World’s Columbian Exposition, Chicago, 1893(denominada en adelante,
World’s) una especie de memoria, que en la práctica funcionó como catálogo
razonado de la exposición, editado por la Congress Library; el otro documento
es la llamada Guide General de 1893, editada por la Societé des Publications
Françaises, de Montreal.
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Cubero Barrantes, Guillermo. “Otros” mundos en la vitrina. Los catálogos de las exposiciones universales
y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
Por estar escrito en inglés y editado directamente por el Gobierno Federal de
los Estados Unidos, World’s puede ser considerado como el documento más
representativo de la exposición, y se destaca por ofrecer abundante información
sobre los apartados de la exposición, los países participantes, la participación
hispanoamericana, el interés por destacar la hegemonía mundial de los Estados
Unidos, la importancia de su arquitectura y de manera singular, la gura de la
mujer en el nuevo modelo de mundo que aspira al progreso y la civilización.
La Guide, por su lado, dedicó buena parte de su discurso a la historia de la
ciudad de Chicago, y a la explicación de todo el proceso de realización de la
exposición, desde su conceptualización durante la visita a París en 1889, hasta
la construcción de la ciudad jardín a la orilla del Lago Chicago. Este documento
puso énfasis en su gusto por lo europeo en la feria y en toda la extensión de su
texto no aparece ninguna referencia a Centroamérica, a pesar de su entusiasta
participación. Sobre este documento, uno de los poquísimos que se conservan
de la Exposición Colombina de Chicago de 1893, llama la atención que esté
escrito en francés y no en inglés, el idioma ocial de la feria.
A imagen y semejanza de Europa
La exposición de Chicago no dirió mucho en cuanto a procesos de clasicación,
caracterización, desarrollo de nomenclaturas y ordenamiento de los temas, en
relación a sus predecesoras europeas, de hecho, se había tenido en cuenta una
minuciosa observación de la de 1889 en París, para garantizar el éxito de la
versión americana. Las industrias aparecieron con un protagonismo central y
se desglosaron en sus diversas ramas, como la industria de la guerra, la textil,
la imprenta y la manufactura en hierro y madera entre muchas otras. Artículos
como las estufas, la relojería, las máquinas de escribir y el papel tapiz, contaban
cada una de ellas con su propio pabellón nacional.
A diferencia de las exposiciones europeas, en las cuales la empresa privada
patrocinó los gastos de las exposiciones, en Chicago todo corrió por cuenta del
gobierno, mientras que las industrias y las empresas tuvieron la oportunidad
de expandir sus negocios completamente bajo el patrocinio del Estado. Esta
característica se constituyó en una de las más notables diferencias entre los
catálogos europeos y el de Chicago: la total ausencia de publicidad de parte de
los empresas patrocinadoras; otra variante interesante la constituyó el hecho de
que las empresas construyeron sus propios edicios dentro de la exposición,
tal es el caso de compañías como Anderson Piano Company o la Standard
Furniture Company.
Por detrás de la industria, la minería y la horticultura compartieron su lugar de
privilegio en la muestra, luego le siguieron los temas relacionados con la historia
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Cubero Barrantes, Guillermo. “Otros” mundos en la vitrina. Los catálogos de las exposiciones universales
y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
natural, como la ornitología y nalmente, “las plantas de trópico americano”
bajo un domo de cristal, como elemento exótico. Como era costumbre en este
tipo de eventos, los organizadores hicieron un esfuerzo por mostrar adelanto en
la técnica, esta era la razón por la cual en el catálogo se utilizó de manera profusa
la fotografía, la cual sustituyó casi en su totalidad a la ilustración impresa, usada
en los catálogos europeos; la fotografía trasladada a la imprenta, se dedicó sobre
todo a retratar los edicios construidos de manera expresa para la exposición, de
tal manera que arquitectura y técnica fotográca se presentaron como algunos
de los grandes adelantos exhibidos en la muestra. Por primera vez, se presentó
a cada Estado del país antrión por aparte: Pensilvania Exhibition y Ohio
Exhibition, Michigan section, Iowa exhibit, States United Section. El tamaño
de Estados Unidos es tal, que requirió mucho espacio en la exhibición: hubo un
salón para cada estado y uno para los Estados Unidos en su conjunto.
El documento además de estar escrito en francés, mostraba una predilección por
mostrar la imitación de que fue objeto la exposición universal de París de 1889
en la Feria Mundial de Chicago; según Guide, la exposición americana ocupó,
de manera similar a la de París, una supercie de 200 acres, mostró 55,000
objetos y fue visitada por 22, 149, 353 personas en los 185 días que permaneció
abierta (1893). El documento abunda en la descripción de los hoteles, transporte,
hospedaje, ópera, teatro, diversiones y facilidades en general. Aunque la
cantidad de teatros y otros espectáculos era impresionante, difería a la de París
en la naturaleza de los entretenimientos, mucho más dirigidos a la familia que
a “les plaisirs”, tan característicos de la capital francesa. De manera similar a
la exposición parisina, Chicago pasó a la historia por su elemento central, en
la de París: la Torre Eiffel, en Chicago: su famosa “Chicago Wheel”, que se
convirtió en el centro de las ferias de juegos mecánicos alrededor de todo el
mundo (Imagen 4).
La visita a la exposición contaba con un itinerario jo, lo cual sugiere que el
tránsito por la exhibición estaba fuertemente regulado. Los principales espacios
eran: el corazón central, el peristilo, una sala de música, el muelle, el Convento
de la Rábida y la lechería entre otros. Más que en las exhibiciones anteriores,
la de Chicago se caracterizó por un excesivo control, la sistematicidad y el
adoctrinamiento en materia de comportamiento socialmente ajustado a las
normas, las leyes y la moral, los entretenimientos son de sana diversión, en
contraposición a París de 1889, mucho más relajado.
Un espacio interesante fue la lechería modelo, la cual daba una idea bastante
clara de la evolución conceptual que experimentaron las exhibiciones universales
a lo largo del siglo XIX, las cuales pasaron desde sus primeras versiones
puramente artísticas, hasta irse adaptando cada vez más a las necesidades del
comercio y del mercado, tanto que la exposición de Chicago fue presentada
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
en sus documentos ociales como fair en lugar de Exposición. La lechería
modelo de Chicago, por ejemplo, en una exposición nanciada y gestionada
enteramente por el Estado, mostrando una actividad productiva, con todos sus
procesos, refrigeradoras, cámaras frigorícas para conservar los productos y la
oportunidad de su degustación por parte de los visitantes.
Cabe destacar que, de manera curiosa, la Exposición de Guatemala de 1897
regalaba barquillos de helado y champagne, para la degustación de los visitantes,
en una clara emulación de las anteriores exhibiciones universales.
De manera similar en la que la exposición de París de 1889 presentó a la cuidad
como el centro de la vida cultural del mundo, la exposición de Chicago buscó
posicionar al país antrión como la primera potencia mundial en los ámbitos
de la política y de la economía. En algunos apartados se insistía en la intención
hegemónica del país y especialmente de su ciudad, que a partir de la exposición
tuvieron un lugar de honor en l’histoire du commerce universal debido a la
importancia de Chicago por sa merveilleuse richesse comercial.
Otro aspecto que llamó la atención del mundo en su visita a la exposición de
Chicago, fue su inuencia en la arquitectura mundial del siglo XX. La invitación
a importantes arquitectos de todo el país permitió la creación de un estilo elitista
y clásico típico de las les villes américaines, especialmente inspirado en la
arquitectura típica de la costa este del país. Para la exposición se construyeron
de exprofeso bancos, bibliotecas, iglesias, hospitales, morgue y cementerio. Por
otro lado, la creación de múltiples parques, paseos, plazas y bulevares, cuya
abundancia de vegetación, sombra, ores, y enzacatados le dio a la ciudad el
apodo de la ciudad jardín. Llama la atención que a pesar de la importancia que
tuvo la participación extranjera en la creación de edicios para la exposición
colombina, como fue el caso de México o China, que luego inspiraría a
arquitectos americanos para sus innovaciones en el siglo XX, el documento de
la Guide
no hace ninguna referencia a esta participación y su aporte.
La guía general editada en francés, presentaba a la ciudad de Chicago como
la “Reine de l’ Ouest”, mientras se destacaban todos los atributos por los
cuales fue la elegida para la Feria Mundial, entre otros, por el dinamismo de su
crecimiento, su posición geográca central en el norte del país, lo que favorecía
el intercambio entre el este y el oeste, su clima templado y sus condiciones de
salubridad,
1
sistema público higiénico, administración con un aparato fuerte de
represión policial, para mantener un nivel bajo de delincuencia y un bajo nivel
de mortalidad.
1 Estudios antropológicos de la época señalan como “clima sano” alrededor del mundo el clima
del norte de USA y Europa por oposición a los climas “insalubres” de las regiones tropicales.
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
Esta ciudad considerada en el catálogo como la plus fameuses de l’ancien et
du nouveau monde con una población riche et orgueilleuse, se levanta a orillas
del Lago Chicago, posición que fue aprovechada por los diseñadores de la
exposición para dar un aire veneciano a la muestra, de tal manera que el efecto
general, del paisaje y la arquitectura debían dar la sensación de encontrarse
en una especie de Europa renovada y actualizada, es decir, el nuevo centro
de Occidente. Parte de los atractivos de la Feria, eran los viajes en góndola,
guiadas por sesenta gondoliers ataviados con sus atuendos de colores brillantes
al estilo del siglo XIV, traídos expresamente desde Venecia, para darle un toque
de romance a las tardes de la exposición.
En materia de arte y cultura, el eurocentrismo no dejaba duda, en todas las
formas de expresión artística, denominadas en los documentos como artes
liberales y que concentraron la música, piano, órgano, fotografía, exhibición
de educación católica la música mencionada como preferente era la coral e
instrumental y podían apreciarse en la Sección alemana y sección francesa. En
cuanto a las artes plásticas, se mostró una afanosa imitación de las tendencias
europeas más conservadoras, generalmente realismo y naturalismo y algunos
guiños con el impresionismo francés. Algunos eran prácticamente réplicas de
obras famosas en Europa con algunos cambios en la perspectiva o la ejecución.
El proyecto de la exposición encargó de manera especial la elaboración
de estatuas de personajes célebres para adornar sus abundantes parques y
jardines. Debido a la celebración colombina, esculturas de Cristóbal Colón
fueron colocadas en compañía de guras de Linneo, Frederick von Shiller y
La Salle, con lo que se establece mediante una retórica artística a la estética,
religión y ciencia instrumental europeas como modelo ideal de lo civilizado.
Así mismo, se decoró la ciudad con réplicas estatuarias del César Augusto
del Vaticano, de Mozart niño, entre otras. Estatuaria no retratística como la
ciencia elaborada en un estilo idéntico a la estatua de la Libertad en Nueva
York.
La manera en que fueron citados los países participantes en The World’s
Columbian Exposition, Chicago revela una fuerte estrategia diplomática,
mientras se advierte un trato preferente en el discurso hacia los países
europeos, los cuales fueron mencionados uno por uno, haciendo una breve
referencia, siempre aduladora, sobre su condición de país y su participación:
the unapproachable beauty in the Athens of Pericles. De oriente se menciona
a Turquía (se hace énfasis en su Mohamedan religion), mientras que la cultura
japonesa es presentada con un trato especial de manera similar a los países
europeos. Un caso notorio, es la participación China, la cual se encontraba en
medio de un conicto en relación a su participación en la Feria, sin embargo,
se destaca the enchantment…of the oriental tales. El texto se caracterizó por
el énfasis que puso en la condición de universalidad del evento, al destacar la
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
participación casi absoluta de todos los países del orbe: from Dan to Beersheva,
from New York to París, from Iceland to Egipt.
Racismo y eurocentrismo en el Chicago de 1893
La Guide proporciona información abundante sobre las particularidades,
curiosidades y los antecedentes de la exposición de Chicago, no sin dejar de
entrever el etno-eurocentrismo característico de las exposiciones universales
del siglo XIX, pues da inicio, haciendo un recuento de nacionalidades que
conformaban el amplio abanico de la población propia de Chicago. La lista
de tipos de habitantes se presenta a nivel descendente de acuerdo al número,
así les americains, que son el mayor número, encabeza la lista, es seguida por
múltiples nacionalidades europeas: allemands, bohemiens o polonais, estos se
citan en orden descendente de acuerdo a su número en la comunidad.
Sin embargo la citación de habitantes de origen no europeo crea muchas dudas,
pues, además de ser citados en una posición inferior, después de los europeos,
se confunden las nociones de nacionalidad con el de raza y etnia. La primera
confusión se suscita en relación al grupo de les indiens que aparecen en número
inusitadamente bajo y no hay manera de saber si se reere a hindúes o indígenas
americanos; el segundo grupo que llama la atención son les mongols, igualmente,
es difícil suponer si en realidad se reere a personas originarias de Mongolia
o es una manera de designar de manera genérica a personas provenientes de
Asia o que comparten rasgos similares con esa población. El siguiente grupo
está relacionado con los provenientes des Antilles, que hace suponer que se
reere a habitantes de la América Central insular, pero tampoco es claro, dada
la variedad de poblaciones de esta región del continente; y nalmente, pero no
menos importante, es la citación de les negres que en número superan al resto
de los inmigrantes citados en la tabla pero son, sintomáticamente citados al
extremo inferior de la misma.
Además del racismo y etnocentrismo implícitos en la conceptualización y
la sintaxis de esta tabla, se suma una lógica eurocéntrica en la ubicación de
Chicago en el mundo, pues se elabora una tabla de distancias de Chicago con el
resto del mundo. Este resto del mundo lo componen en primer lugar, ciudades
estadounidenses como Boston, Nueva York, Washington o San Francisco.
Seguidas de las ciudades de la unión aparecen ciudades centroeuropeas como
Liverpool, La Havre, Edimburgo o San Petersburgo; pasando, obviamente por
París, Roma, Berlín y Madrid, y con estas últimas, se completa la ubicación
de Chicago en el mundo el cual pareciera resumirse a un mundo estrictamente
Atlántico norte y el resto del mundo no aparece, con lo cual se convierten en
como si fueran inexistentes.
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
Llama la atención el énfasis que el documento pone en el control social, pues se
cita en diversos apartados la importancia de las prisiones y del control policial,
entre otras instituciones represivas. El documento hace alarde de la capacidad
de represión de la policía, mientras hace referencia a las 70,550 arrestations que
tuvieron lugar en 1891. También llama la atención el imaginario invocado, pues
se le da gran relevancia a la gura policial la cual se encuentra representada
en una escultura conmemorativa de una represión policial, citada como hecho
histórico, y se realiza una escultura de un policía como imagen icónica de
la ciudad.
Occidente se desplaza hacia el occidente
Occidente, más que un lugar geográco es un lugar simbólico (Said, 2002)
identicado principalmente con Europa del oeste, sin embargo, el centro de
este lugar simbólico experimentó un notable desplazamiento desde Europa
occidental hacia la nueva potencia del siglo XX, los Estados Unidos y es
básicamente ésta la imagen que intentó posicionar la exposición de Chicago
de 1893. Si las exposiciones europeas eran conceptualizadas como una gran
estrategia comercial global, la feria colombina de Chicago se caracterizó por ser
una gran estrategia de propaganda geopolítica, en la que los Estados Unidos se
presentó como el referente de un nuevo orden mundial.
Junto a la celebración de esta exposición, tuvo lugar un Congrèss auxilière
intellectual llamado a crear una legislación para regularizar leyes generales
como: inmigración, naturalización, privilegios internacionales para gobiernos
extranjeros y sus ciudadanos, legislación para empleadores para disminuir la
pobreza, la locura y el crimen, leyes sobre la habilidad productiva y también
para el fomento de la prosperidad y la virtud, en n, leyes para el Etablissement
des principes de justice para el mundo.
Es importante llamar la atención que Guatemala, en un intento por capitalizar
el poder generado por las llamadas exposiciones universales organizó su propia
versión en 1897, durante la cual realizó de manera idéntica a la exposición
de Chicago, un congreso jurídico, que buscaba unicar las legislaciones
centroamericanas para estandarizar las variantes.
Por otro lado, el discurso introductorio del catálogo ocial, abunda en
descripciones de encomio a la ciudad y a su exposición: No one can appreciate
fully the magnitude and the signicance of the microcosm at Chicago in 1893,
la ciudad es presentada como un fenómeno so gigantic, so young, so rich,
strong and powerful.
2
El cuarto centenario del descubrimiento de América dio
2 Nadie puede apreciar plenamente la magnitud y la importancia del microcosmos en Chicago
en 1893. Tan gigante, tan joven, tan rico, tan fuerte y poderoso.
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lugar para la celebración de cuatro siglos de ejemplar prosperidad del pueblo
americano, que se da cita a orillas del Lago Chicago, y con ello, ofrecer al
mundo la más grandiosa exhibición que se ha producido hasta ese momento.
La ciudad y su exhibición se convierten así en la esencia misma del espíritu
de progreso americano y en el centro de atracción del momento, robando con
ello el protagonismo que tuviera París cuatro años antes y ensombreciendo la
exposición universal de Madrid del año anterior. Millones de dólares y un plan
de exposición con innitos detalles en su ejecución, se proponían una de las
mayores empresas de los tiempos modernos.
El entusiasmo por la exposición fue tal, que su catálogo ocial arma que,
después de la misma, el mundo entero estará dividido en dos grandes clases: los
que vinieron a la feria y los que no asistieron.
Imagen 5. La Rueda de Chicago en el centro del centro ferial, en la exposición mundial de 1893.
Fuente: Explore PAHistory.com
Vista panorámica de la Feria Universal de Chicago, con la famosa rueda en
el centro de la exposición. El tamaño y presencia de la estrucutra, pretendía
competir con la magnicencia con la que fue diseñada la Torre Eiffel en
París 1889.
El mayor propósito de la exposición sería convertirse en el nuevo centro del
mundo, tanto a nivel de la educación y la cultura, proponiendo una nueva visión
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de la participación femenina, con la que el patriarcado capitalista norteamericano
se proyecta como un ejemplo ético, hasta en la arquitectura con la cual impone
nuevas formas de construcción y un estilo elitista clásico a todo el mundo
civilizado Así como la exposición de París de 1889 tiene como centro la Torre
Eiffel, la Fair tiene como centro The ferris wheel (Imagen 5). Esta maquinaria
de diversión pública logra desplazar el sentido de la torre parisina, estática
y representativa del arte y la técnica industrial, hacia el sentido de diversión
masiva, propio de la Rueda de Chicago, que a partir de la fair se logra difundir
de manera auténticamente global y se convierte en el centro de las ferias de
juegos mecánicos a lo largo y ancho de todo el orbe.
La rueda girante, la mayor estructura giratoria metálica hecha hasta ese
momento, con un peso de 56 toneladas, con seis carros arrastrados al mismo
tiempo y con un tiempo de giro de 20 minutos y un motor de dos mil caballos
de fuerza, fue ubicada en la céntrica avenida de la exposición llamada themid
way plaisance, la cual simulaba un recorrido por las más exóticas ciudades
del mundo.
La encantada White City –the city of Aladdins palaces, asumió un rol importante
a nivel mundial en materia de vanguardia arquitectónica, la intención de los
organizadores era que inuenciara no sólo la arquitectura de todo Estados Unidos
sino a todo mundo, de manera indenida. La gigantesca empresa constructiva y
la intrincada maquinaria ejecutiva de la feria, dictarían las pautas a nivel mundial,
con lo cual se ejercía una hegemonía estética en materia arquitectónica. Para
lograr este objetivo se invitaron a los más importantes arquitectos conocidos
en la época, diseñadores de estructuras, los más expertos artesanos para
ejecutar los diseños, artistas famosos que realizaron las ornamentaciones y un
gigantesco ejército de trabajadores peones de la construcción. Algunos de los
mayores edicios construidos expresamente para la exposición son el Women’s
temple, el edicio de transporte y Logia Masónica. El estilo aristocrático del
Este americano se ve enriquecido por el exotismo de la arquitectura asiática de
Siam y China, y las pirámides mexicanas, las cuales inuirían en la arquitectura
de vanguardia de los Estados Unidos y en el mundo del siglo XX.
La exposición colombina fue la primera en la que se incluyó como un tema
particular a la mujer, tanto es así que se construyó un edicio, uno de los
principales de la exposición, The Women’s Temple, en el interior del cual se
desarrollaba el tema de la mujer en la historia, así como sus virtudes: Sacrice,
Charity, Maternity and Love y fue dedicado de manera especial a la Reina Isabel
de España. Dentro del edicio se construyó uno de menor tamaño destinado al
tema: Childrens. El cuerpo encargado de la organización de la participación
femenina, The Board of Lady Managers, fue liderado por Mrs. Potter Palmer,
nuera del presidente Cleveland. La invitación fue extendida al resto de los países
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participantes: Dinamarca se niega a participar, Italia y Francia, lo hacen junto a
México, cuya encargada es pariente del presidente Porrio Díaz.
A diferencia de París en 1889, en el que la mujer era vista como un potencial
consumidor, por lo cual se presentaron apartados dirigidos especialmente a
productos femeninos. En Chicago se rescató la gura de la mujer como un
sujeto social vinculado al poder, esto coincide con lo armado por Hobsbawm
en el sentido de que la mujer que adquirió protagonismo a nales del XIX en el
contexto imperialista, fue la mujer de la clase dirigente.
Se advierte en la presentación del tema en los catálogos de Chicago, una
intención de presentar a los países extranjeros como no civilizados en
relación al Chicago civilizado, pues se arma que acá la mujer tiene un lugar
protagónico que no tendría en sus países de origen tal y como se observa en
este texto: Foreign
women
have
been
placed
in
absolute
control
at
Jackson Park, in positions where the sex would not be given an opportunity
abroad.
La tensión entre el viejo y el nuevo mundo
La exposición de Chicago dejó entrever una tensión entre los viejos imperios
europeos y la emergente hegemonía estadounidense. La delegación de Inglaterra,
por ejemplo, reclamó la importancia de su país como primera potencia industrial
y con ello, su legítimo derecho de ejercer su dominio como Imperio informal. Se
debe tener en cuenta que a pesar de su anidad cultural con los EEUU, Inglaterra
era la única potencia europea que continuaba ejerciendo presión por la conquista
de territorios americanos, como sus enclaves en el Caribe, y la intrusión que
en 1892 se encontraba realizando en Venezuela, país que acudió al Presidente
Cleveland por ayuda, quien invocando la doctrina Monroe, consigue expulsar
a Inglaterra. Sobre este particular, llama la atención que el único país que se
presenta en un lugar destacado en la exposición es Venezuela comprobándose
con ello la vocación pragmática de este tipo de eventos culturales.
Por otra parte, la relación con España no puede ser más compleja. En primer
lugar, se tenía en cuenta que años antes Estados Unidos le disputó amplios
territorios y en segundo lugar, pocos años después le disputó sus últimos
reductos de posesión en ultramar: Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Así mismo, en
términos simbólicos y retóricos, el conicto no era menor, ya que se celebraba
el cuarto centenario un año después que lo hizo España, y se revivió la amarga
polémica del año anterior, en donde se puso en entredicho la validez de Cristóbal
Colón como descubridor del continente y su origen español, en el contexto de
la exposición de Madrid de 1892. Como anécdota sintomática de este conicto,
cabe señalar la ceremonia de inauguración en la que The President of the United
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Cubero Barrantes, Guillermo. “Otros” mundos en la vitrina. Los catálogos de las exposiciones universales
y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
States and the Duke of Veragua, the lineal descendant of Columbus, were the
guests of honor on this occasion
3
y la llegada de la Infanta Eulalia de España,
quien arribó a la exposición por el lago a la ciudad de Chicago, acompañada de
las tres carabelas: la Niña, la Pinta y la Santa María y un enorme barco vikingo
lo cual revelaba una compleja operación de legitimación-deslegitimación
simbólica hacia lo poco que quedaba del antiguo imperio español.
Por otro lado, uno de los más importantes espacios de la exposición fue el
Convento de la Rábida, una réplica parfaitement authentique del monasterio
de los padres franciscanos que dieron abrigo a Cristóbal Colón en las calles de
España. Fue el lugar que concentró toda la temática relacionada con España y
con el mundo hispano, reduciendo de manera arbitraria un área geográca muy
amplia y compleja (toda Iberoamérica), es reducida en términos simbólicos a una
cultura homogénea. Cabe destacar el hecho que, mientras las otras delegaciones
europeas ocupaban un edicio para sus exposiciones, España y sus antiguas
colonias ocupaban el espacio destinado al tema etnológico, en donde las piezas
fundamentales serían las reliquias de Colón y de la Reina Isabel, así como el
mapa del Ducado de Veragua ubicado en el Isthmus de Panamá en tiempos
de la colonia. También se encontraban: Original papers relating to Columbus;
Loaned by the Duke of Veragua y by the Duchess of Berwick and Alba, la
cristianización del continente y la exhibición del Vaticano, entre muchas otras
secciones representativas de la colonia española.
El tema etnológico desarrollado en la Rábida abarcó Ancient
religions,
games and folklore, an attractive feature in ethnology is the study of folklore,
including the religious faiths and ceremonies, the household tales, traditions and
myths, and the evolution of games and toys
4
. Este tema también se desarrolló
en otros espacios de la exposición de Chicago en relación a los antepasados
norteamericanos como los enterramientos de Ohio y otros pueblos de los
Estados Unidos.
El texto hace mención sobre Mexico and the Central and Southamerica
Republics a las cuales considera our Foster children, y destaca su importancia
por Their wealth of cereals, precious metals and priceless gems.
5
Por otro
lado, estos países son importantes como tema arqueológico, tal es el caso de
las Ruinas de Yucatán, o las momias de Perú. Centroamérica se menciona de
manera muy marginal, solamente hacen su aparición Guatemala que llama la
atención por su edicio neoclásico con pórtico de orden dórico. Costa Rica
3 El Presidente de los Estados Unidos y el Duque de Veragua, descendiente lineal de Cristóbal
Colón, fueron los invitados de honor en esta ocasión
4 Las religiones antiguas, juegos y folclore, una característica atractiva en la etnología es el
estudio del folklore, incluyendo las creencias religiosas y las ceremonias, los cuentos, las
tradiciones y mitos, y la evolución de los juegos y los juguetes.
5 Su riqueza en cereales, metales preciosos e inestimables gemas.
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Cubero Barrantes, Guillermo. “Otros” mundos en la vitrina. Los catálogos de las exposiciones universales
y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
con una arquitectura de estilo español enmarcado en un jardín tropical de
aves, ores, café y banano, principalmente. Las colecciones sobre material
arqueológico centroamericano, se mencionan como propiedad de museos como
el Peabody que hace investigaciones en la región y el museo de Berlín, y se
encuentran exhibidos no en los apartados de Centroamérica sino como parte de
las posesiones de estas potencias imperiales.
Las repúblicas de El Salvador, Nicaragua y Honduras no son mencionadas, sí se
hace marcada referencia al Ducado de Veragua (hoy Panamá) aunque a la fecha
no había sido constituido como República. Tampoco se hace ninguna mención
a la vía del tránsito en Nicaragua ni al proyecto de construcción de un canal
interoceánico, a pesar de que había sido tema importante en la exposición de
1889 en París (Cubero Barrantes, 2016, p. 162-203).
Conclusiones
La exposición de Madrid de 1892 presenta una doble tensión con América,
la primera con sus antiguas colonias y la segunda con los Estados Unidos.
Estas dos tensiones quedan claramente dibujadas en la sintaxis de los tres
tomos de su amplísimo catálogo, el primero de los cuales está dedicado a los
Estados Unidos, éste contiene no sólo informaciones sus Estados sino también
sobre los tesoros arqueológicos procedentes de las antiguas posesiones
españolas en América, ahora estudio en las universidades norteamericanas.
El segundo tomo está dedicado al resto del mundo, mientras que el tercero
está dedicado a España, el país antrión. Este último tomo, no sólo presenta
los tesoros propiamente españoles, sino que abunda en descripciones, cartas,
capitulaciones, y un sinnúmero de documentos entre los cuales destacan algunos
de La Luisiana, Las Carolinas, La Florida y otras muchas extensas posesiones
españolas ahora en manos de los Estados Unidos. También muestra especial
énfasis en los tesoros arqueológicos de sus antiguas posesiones coloniales
como México y Perú, asimismo presenta reliquias históricas provenientes de
Filipinas y Cuba, sus últimas posesiones en ultramar, también en disputa con
los Estados Unidos.
De manera sintomática, en el contexto de la exposición madrileña, tienen
lugar agrias discusiones en torno a la legitimidad española y en particular la
de Cristóbal Colón como descubridor de América. Por otro lado, se destaca
su nacionalidad genovesa y la llegada de los vikingos a las costas americanas
mucho antes que las expediciones españolas. A pesar de que España deseaba
presentarse ante el mundo como una monarquía ilustrada, y por lo tanto
moderna, sigue soñando con un pasado de gloria y dominio, anclada a viejos
paradigmas coloniales que confrontan la superioridad de la civilización
europea con la barbarie del indígena americano.
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
Una de las mayores tensiones que parece oscurecer todo el fondo de la
exposición de Madrid es la decadencia del modelo colonial español, que ve
ascender a su principal adversario, el naciente poderío norteamericano. En
medio de la retórica anticuada y de la pérdida de sus viejas posesiones en
América, debe enfrentar el avance de los intereses norteamericanos y su
nueva estrategia imperialista, que no necesita de las pesadas cargas de la
administración colonial, pues usa como herramientas de dominación sus
estrategias discursivas y la persuasión de su poderío económico y militar.
De manera similar a lo ocurrido en Madrid, pero de manera inversa, la
exposición de Chicago entra en tensión con el viejo mundo. Por un lado,
la imitación de la exposición de París de 1889 es evidente y explícita, se
copia todo el modelo de gestión y ejecución mientras que la ambientación
de la exposición, es una especie de calco de ciudades europeas, al punto de
simular un golfo veneciano a las orillas del Lago Chicago, con estatuas de
guras del arte, la música y la ciencia europeos adornando plaza y jardines
por todos los rincones. La tensión con Madrid es también evidente, por todos
los recursos retóricos, que, de manera contradictoria, ya adulan ya afrentan,
la participación española. La misma Inglaterra, aliada natural de los Estados
Unidos, se siente desplazada ante este nuevo protagonismo y reclama haber
sido la primera potencia mundial en realizar exposiciones universales. El marco
sociohistórico no solo muestra tensiones permanentes, en los procesos de
acumulación de nuevos territorios en manos de Estados Unidos, sino también
en la prohibición maniesta o velada de intervención europea en cualquier
rincón del Continente Americano, y en el plano más general, se observa el
ascenso del modelo de imperialismo informal de los Estados Unidos, que
pugna por una hegemonía global, mientras Europa ve derrumbarse el viejo
modelo del colonialismo formal.
El lujo y esplendor de la exposición de Chicago no logra esconder las
contradicciones internas del nuevo proceso civilizatorio. El uso excesivo de
la fuerza policial, para contener el crimen y para reprimir y expulsar a sujetos
indeseables, es ampliamente publicitado como una virtud americana. Estatuas
de policías, celebración de represiones policiales, el excesivo orden y control
de la exposición que sólo permite un recorrido único y regulado, son algunos
signos del nuevo modelo de civilización en marcha. El racismo campea en
la discursividad de los catálogos que retrata a los indígenas americanos y las
culturas originarias del continente dentro de la nomenclatura clasicatoria de
etnología. Los negros, asiáticos y antillanos son citados como parte de un
sistema de control estadístico, pero no como ciudadanos formales. El sur de
América es conceptualizado como un sur recurso de manera similar como es
vista África, desde la perspectiva europea, mientras que el sujeto social mujer
es utilizado como un elemento propagandístico, cuya inclusión en la dinámica
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y la reproducción del discurso colonialista occidental del siglo XIX. Págs. 131-168.
social y laboral es publicitada como un signo de modernidad y civilización,
mientras se le asignan los roles tradicionales de madre abnegada y sumisa que
le corresponde dentro del modelo patriarcal tradicional (Cubero Barrantes,
2016, p. 214-216).
Debido al importante inujo de las exposiciones universales del siglo XIX
en nuestros museos nacionales centroamericanos, nuestras élites intelectuales
adoptaron y fortalecieron una serie de discursos dominantes que acabarían por
convertirse en verdades sagradas y eternas, no cuestionadas por los públicos
de los museos y que consecuentemente fueron asentándose en el pensamiento
cotidiano con consecuencias para todo el complejo sistema de la cultura.
Esta serie de discursos conformaron una matriz de dominación ideológica que
con sus distintas variantes en nuestros países centroamericanos, respondieron
básicamente a los siguientes tópicos: una visión hetero-patriarcal misógina
del mundo. Una lógica capitalista, que reduce todas las relaciones económicas
a la práctica de un mercado global caracterizado por la búsqueda de nuevos
consumidores, la explotación de la mano de obra y el agotamiento de los
recursos de la naturaleza. El predominio de un canon de pensamiento
cartesiano eurocéntrico, que se presenta como único y universal y que resulta
en el epistemicidio o exterminio de cualquier forma de saber o conocimiento
alternativo a Occidente. Imposición de códigos ético-estéticos eurocéntricos
que bajo la forma de lo bueno y lo bello se impusieron en la doxa dominante
del sistema de educación formal. Un esquema de actitudes de racialización del
otro, cuya base de lo ideal descansa en una blanquitud inventada, llamada a
imponerse sobre las poblaciones nativas y afrodescendientes. La importación
de un sistema político basado en una democracia liberal representativa que
responde a una lógica europea-noratlántica.
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Caramba
Salvador Marroquín
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Museo Universitario de Antropología, MUA
Qué es el MUA
El Museo Universitario de Antropología, MUA, es una institución dedicada a
la difusión del pensamiento cientíco antropológico y del patrimonio cultural
salvadoreño, así como a su conservación. Esto se reeja en las colecciones que
se presentan en sus salas de exhibición permanentes y la temporal y, además, en
las muchas actividades culturales que se realizan según su programación.
Objetivo del MUA
El MUA tiene como objetivo principal promover un espacio cultural perma-
nente para la adquisición de conocimientos estéticos y valores de conserva-
ción, que contribuyan a la formación profesional de la población universitaria
y del público en general y su sensibilización ante estos fenómenos, impulsando
actividades de promoción de los insumos necesarios para la generación de in-
vestigaciones de carácter antropológico e histórico, con el único propósito de
desarrollar y difundir la cultura del país.
Qué es lo que hace el MUA
Difunde, por medio de exposiciones permanentes y algunas temporales, las
diferentes y variadas expresiones tangibles de la cultura salvadoreña.
Investigar, desarrollar y difundir el acervo antropológico del país de una ma-
nera integral, hacia el interior de la comunidad universitaria y del publico en
general.
Genera actividades académicas concretas en la forma de conferencias, semi-
narios, talleres, presentaciones de libros, ciclos de cine, foros, investiga-
ciones antropológicas y arqueológicas y otros, con el único n de educar y
sensibilizar a la comunidad universitaria y público en general.
Conserva el patrimonio cultural.
171
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Salas de exhibición que conforman el MUA
Para una mejor comprensión, el MUA está distribuido en ocho salas de exhibi-
ción, conceptualizadas así:
Sala conceptual
Sala de proceso y comercialización cerámica
Sala etnográca.
Sala de exposiciones temporales.
Sala cultura productiva
Sala movimientos sociales y cultura migratoria
Sala referentes históricos y cultura política
Sala cultura musical y costumbres.
Servicio de guías
Hay cinco estudiantes de antropología que, con previa cita por parte de los inte-
resados en visitar el museo, ofrecen los servicios de guía. El recorrido es de una
hora y quince minutos.
Ubicación del museo en la ciudad de San Salvador
Calle Arce y 17.ª Av. Norte, 1006,
San Salvador, El Salvador, C. A.
Tels. (503) 2275-8836 y (503) 2275-8837
Fax. (503) 2271-4764
E-mail: museo_utec@yahoo.com
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Horarios del MUA
Lunes:
Cerrado por mantenimiento
De martes a viernes:
de 8:30 a.m a 11:30 a.m.
de 3:00 p.m a 5:30 p.m
Sábado:
de 9:00 a.m a 11:30 a.m.
(NOTA: Los grupos no deben exceder los cien estudiantes; y durante la visita serán distribuidos
en las diferentes salas de exhibiciones que conforman el MUA.)
173
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COLECCIÓN INVESTIGACIONES 85
Vicerrectoría de Investigación y Proyección Social
Calle Arce y 19ª avenida Sur n.° 1045,
edificio Dr. José Adolfo Araujo Romagoza,
San Salvador, El Salvador, (503) 2275 1013 / 2275 1011
Comunicación
patrimonial y accesibilidad
para personas con discapacidad
en los museos de San Salvador desde
la perspectiva del diseño para todos
Investigadores:
María Sofía Albayero García
Jaime Pascual Chávez Martínez
Mauricio Armando Hernández Sosa
Karen Trinidad Consuegra Premper
Luisa Massiel Ramos Iglesias
Carmen Margarita Morán Hernández
La Colección Investigaciones tiene el objetivo de evidenciar el trabajo científico
de la Universidad Tecnológica de El Salvador ante la comunidad científica
nacional e internacional, y la sociedad.
No hay enseñanza sin investigación ni investigación sin enseñanza
Pablo Freire
Este libro reúne los resultados de un estudio científico que tuvo como
propósito analizar la comunicación patrimonial, determinando los
niveles y lenguajes, la categorización de los tipos de público que
visitan los museos en El Salvador, el contraste de los niveles de
discurso y lenguajes utilizados de acuerdo con estos tipos de público
asiduos a los museos, además verifica la accesibilidad según los
estándares del diseño para todos.
Catálogos de las exposiciones del Museo
Universitario de Antropología, MUA
Investigación: Comunicación patrimonial y accesibilidad para personas con
discapacidad en los museos de San Salvador desde la perspectiva del diseño
para todos
Autores: María Sofía Albayero García, Jaime Pascual Chávez Martínez,
Mauricio Armando Hernández Sosa, Karen Trinidad Consuegra Premper,
Luisa Massiel Ramos Iglesias, Carmen Margarita Morán Hernández
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
El objetivo de la investigación, fue el análisis de la comunicación patrimonial,
determinando los niveles y lenguajes, la categorización de los tipos de públicos
que visitan los museos, el contraste de los niveles de discurso y lenguajes
utilizados de acuerdo con estos tipos de público, nalmente, la vericación de la
accesibilidad según los estándares del diseño para todos.
No obstante, el análisis de la comunicación patrimonial, de los niveles y lenguajes,
de los tipos de públicos, de los niveles de discurso y lenguajes utilizados de
acuerdo con el tipo de público; y de la accesibilidad en los museos de San
Salvador según los estándares del diseño para todos, es formular propuestas
encaminadas al desarrollo pleno de las personas con y sin discapacidad.
Según la perspectiva del modelo social de la discapacidad, es la sociedad la
que no provee los servicios adecuados y no tiene en cuenta las necesidades
de las personas con discapacidad al momento de las intervenciones sociales.
Asimismo, no se tiene presente que las personas con discapacidad son sujetos
titulares de derechos como todos los ciudadanos.
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Investigación: Múltiple colapso sectorial del volcán de San Salvador
Autores: Walter Hernández, Brian Jicha
La morfología del volcán de San Salvador (VSS), con la sobresaliente ladera
El Picacho, induce a pensar que el primitivo volcán fue altamente deformado.
Estudios previos se reeren a que una gran erupción, que produjo el depósito
G1 (Gris 1) de 30 ka, vació la cámara magmática y causó el colapso de la
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parte sumital del volcán, formando una caldera elíptica de 6x4.5 km. Pero el
trabajo directamente sobre el colapso no se había hecho; y esta es la importancia
de la presente investigación que, al realizarlo, logró identicar los depósitos
de las avalanchas de escombros invisibilizados por la cobertura de las tefras
de erupciones de las calderas vecinas de los lagos Coatepeque e Ilopango, y
también del mismo volcán Boquerón que se anidó en esa caldera. La ubicación
de los depósitos de las avalanchas de escombros y sus edades relativas hace
pensar en que estos eventos son los causantes de la morfología del VSS y no
así el evento G
1
. Los trabajos de campo se focalizaron en el levantamiento de
secciones estratigrácas en las quebradas más profundas alrededor del volcán;
en la observación de núcleos de perforación; en excavaciones profundas para
construcción de edicios; en cortes profundos en obras viales y en la apertura
de trincheras.
Este trabajo permitió obtener datos estratigrácos, espesores, características
de los clastos, facies, toma de muestras para laboratorios de química de rocas
y geocronología del estrato superior e inferior, y de los escombros también.
La forma original del estratovolcán de San Salvador (~2.700 msnm) se perdió
debido a múltiples colapsos sectoriales que comenzaron hace ~75 ka y nalizaron
<62 ka, ocurriendo bastante antes que la erupción G
1
. Se desconoce si el primer
colapso de sector está asociado con una erupción, pero los dos últimos no lo
están. El ambiente tectónico regional de régimen de cizalla transtensivo y una
combinación de factores como basamento inclinado, presencia de fallas, carga
del macizo volcánico, alteración hidrotermal y terremotos pudieron ser la causa
de los colapsos que generaron los depósitos de avalanchas de escombros.
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Investigación: Perspectivas y desafíos de las personas migrantes salvadore-
ñas beneciarias del TPS
Autores: Elsa Ramos
El fenómeno social de las migraciones en El Salvador ha tenido diferentes
características y etapas. Asimismo, el desarrollo de las personas migrantes en
los países receptores ha tenido una dinámica de desarrollo propia en cada uno
de estos.
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En el caso de EUA, la historia migratoria de los salvadoreños, a nales de la
década de los 70 y toda la de los años 80, es decir, en pleno proceso de la guerra
civil (1980-1992), marca el inicio de los ujos migratorios masivos de personas
salvadoreñas fuera del país, pero en especial hacia EUA. La guerra se da en el
contexto del recrudecimiento de la Guerra Fría entre las dos grandes potencias
del momento, por ello a las personas salvadoreñas migrantes no se les reconocía
como refugiados políticos, sino más bien como migrantes económicos, por el
involucramiento directo que tenía en EUA de apoyo al gobierno de El Salvador
en ese proceso histórico.
Una característica especial, de muchas personas migrantes del país, es que eran
personas con una alta formación política y capacidades organizativas; y que
habían huido del país por ser sujetos de persecución del gobierno salvadoreño
en turno, pero esa característica les permitió organizar campañas de solidaridad,
desde dentro del territorio estadounidense, para obtener la regularización
migratoria. De esa forma, ellos lograron el apoyo de muchas iglesias de
diferentes denominaciones, sindicatos, diferentes organizaciones de la sociedad
civil estadounidense y de salvadoreños, como CARECEN, El Rescate y otras.
Esa campaña, poco a poco fue dando sus frutos. Entre ellos se puede mencionar
la Ley Simpson-Rodino, el Programa ABC; y en 1990, la aprobación del
primer TPS se prorrogó mediante el Programa DED, que ofrecía las mismas
prerrogativas que el TPS.
El segundo TPS fue otorgado a El Salvador el 9 de marzo de 2001, por las
consecuencias de los dos terremotos ocurridos el 13 de enero y 13 de febrero
de 2001, que causaron grandes pérdidas humanas y materiales. El TPS de 2001
fue prorrogado en once ocasiones. Sin embargo, con la asunción al poder del
presidente Donald Trump (20 de enero 2017-20 enero 2020), se le pone n
al TPS para a la población salvadoreña beneciaria de este el día 8 de enero
de 2018. En nota publicada en el New York Times (8/1/2018), se expresaba
lo siguiente: En los días previos al anuncio, los defensores de migrantes
y el gobierno de El Salvador solicitaron a Estados Unidos que extendiera el
programa, como lo hizo varias veces desde 2001, con el argumento de que la
situación en El Salvador aún es grave. Los salvadoreños y sus empleadores en
California, Texas y Virginia, entre otros estados, expresaron su temor a que esta
fuera la decisión de la Casa Blanca.
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Maracas
Salvador Marroquín
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Colaboradores
Alejandra Flamenco
Graduada en diseño de interiores por el Fashion Institute of Technology.
En su trabajo busca crear una intersección entre arte, cultura y sustentabilidad.
En sus tiempos libres visita museos y galerías en donde disfruta ver obras
clásicas como también descubrir nuevas piezas de arte contemporáneo.
Contacto: ale.amenco29@gmail.com
Oscar Flores Guzmán
Pasante de la Biblioteca Nacional de El Salvador
Contacto: ooscarguzman@gmail.com
Carlos Flores Manzano
Becario Erasmus Mundus, Erasmus+, Master ARCHMAT,
Universidad de Évora, Portugal
Licenciado en Arqueología,
Universidad Tecnológica de El Salvador.
Contacto: coresmanzano@gmail.com
Salvador Marroquín
Licenciado en Filosoa
Investigador, Etnomusicólogo
Contacto: salvador.marroquin@utec.edu.sv
Miguel Angel Hernández
Licenciado en Antropología.
Universidad Tecnológica de El Salvador
Docente Auxiliar en las cátedras de Antropología y Realidad Nacional.
Contacto: miguelangeles79@gmail.com
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Reynaldo Antonio Rivas
Catedrático de Ética y Filosofía
Universidad Tecnológica de El Salvador
Contacto: rivasreynaldo@gmail.com
Guillermo Cubero Barrantes
Doctor, posgrado Interdisciplinario en Literatura y Arte en América Central
(DILAAC) con énfasis en Cultura Centroamericana, Universidad Nacional
(UNA), Costa Rica. Museólogo del Programa Permanente de Extensión,
Museo de Cultura Popular (MCP), UNA, Costa Rica.
Contacto: guillermo.cubero.barrantes@una.cr
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Convocatoria y requisitos para la publicación
de artículos de la revista
Kóot,
de la Universidad Tecnológica de El Salvador
Indicaciones para autores Kóot - Publicación.
Universidad Tecnológica de El Salvador
Ramón D. Rivas. PhD, e mail: museodeantropologia@utec.edu.sv
Criterios generales para la aceptación de artículos
El Consejo editorial de Kóot invita a investigadores, docentes-investigadores,
estudiantes y personal administrativos a que participen activamente con sus
aportes; pueden, además participar como autores de artículos de la revista, pro-
fesionales de Museología, Antropología, Historia, Arqueología, Lingüística y
Arquitectura.
La opinión expresada por los autores son de su exclusiva responsabilidad.
La revista Kóot se reserva todos los derechos legales de reproducción. Los ar-
tículos que se reciben deben ser originales e inéditos, por lo que no deben ser
publicados total o parcialmente en otra publicaciones en período previo a su
publicación en esta revista. La presentación y publicación en fecha posterior
será posible con previa autorización del editor y del autor del artículo.
La recepción de los trabajos no implica obligación de publicarlo ni compromiso
con respecto a la fecha de su aparición.
Envío del artículo
Cada artículo debe contener lo siguiente:
• título, subtitulo (si lo requiere);
nombre, títulos del autor, liación institucional (si lo requiere), correo elec-
trónico;
• resumen del contenido (entre 10 a 15 líneas);
• un ítem con expresiones y palabras claves (cinco a ocho términos);
• introducción y desarrollo;
• conclusiones tácitas o explicitas;
• bibliografía completa y
• otas marginales.
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Para tener presente:
• Los artículos que se envíen a la revista Kóot deben ser redactados según nor-
mas estandarizadas (ISO, UNE, APA).
Los trabajos deben ser enviados en Word (en dispositivos de almacenamientos
válido o vía e-mail) a museodeantropologia@utec.edu.sv
Universidad Tecnológica de El Salvador
Dirección de Cultura
Museo Universitario de Antropología, MUA
Calle Arce y 17.ª Avenida Norte, edicio Anastasio Aquino. 1006,
San Salvador.
Se recomienda al autor conservar copia de todo material enviado, pues la re-
vista no se responsabiliza por daños o pérdidas.
Recomendaciones especiales para el autor:
1. Debe tener claridad, solidez y sustento bibliográco suciente.
2. Enviar adjunto, o al nal del artículo, un resumen de vida.
3. El nombre que aparecerá en la publicación será el expresado en el artículo.
4. En el caso de utilizar imágenes, como grácos, fotografías o ilustraciones,
estós deberán ser originales (si los tienen), para obtener calidad al impimir;
si son tomadas de algún texto o sitio web, deberá colocarse su procedencia.
En el caso que el autor requiera imágenes de apoyo, él asegurará también el
pleno logro del objetivo del escrito.
5. Ni la universidad ni el Comité editorial se comprometen con los juicios
emitidos por los autores de los artículos. Cada escritor asume la responsabi-
lidad frente a sus puntos de vista y opiniones.
6. El Comité editorial se reserva el derecho de revisar cada artículo, y remitir-
lo a árbitros para garantizar su calidad; y si es el caso, sugerir modicacio-
nes. Igualmente puede rechazar aquéllos que no se ajustan a las condiciones
exigidas.
7. Las citas a pie de página se numeran correlativamente y deberán estar estan-
darizadas por cualquiera de las normas antes mencionadas.
8. La bibliografía se incluirá al nal del trabajo, ordenándola alfabéticamente
por el autor.
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Idioma
La revista publica material fundamentalmente en español con los respectivos
resúmenes en español e inglés.
Derechos de reproducción
Cada artículo se acompañará de una carta del autor principal, especicando que
los materiales son inéditos y que no se presentarán a ningún otro medio antes de
conocer la decisión del Comité editorial. El autor debe de adjuntar una decla-
ración rmada indicando qué tipo de derecho presenta su artículo, recordando
que la universidad sugiere utilizar el tipo de libre acceso; sin olvidar mencionar
la fuente. Los derechos de reproducción son propiedad exclusiva de la revista
Kóot.
Extensión y presentación
El artículo completo no excederá de treinta páginas tamaño carta, escritas a
doble espacio, sin espacios adicionales entre párrafos y entre títulos, en letra
tipo Arial y de tamaño 10 puntos; con márgenes derechos de 3 centímetros, y
márgenes superior e inferior de 4 centímetros; las páginas se enumerarán suce-
sivamente, y el original debe ser acompañado de una copia de buena calidad.
Títulos y autores
Se recomienda pensar en títulos que interesen al lector y que tengan plena rela-
ción con el tema, limitándose a 10 palabras o a no exceder de quince. El conte-
nido debe describirse en forma especíca, clara y concisa, evitando los títulos
demasiado generales.
Inmediatamente debajo del título se anotará el nombre y apellido de cada
autor, la institución donde trabaja cada uno, los títulos académicos y cargos
ocupados; vale aclarar que al resultar dicho artículo seleccionado para ser pu-
blicado, estos datos solicitados aparecerán relacionados al nal de la revista
con el título de “Colaboradores”. Es preciso proporcionar la dirección postal
del autor principal para responder la correspondencia relativa al artículo, o
indicar otra dirección donde pueda llegar un servicio de mensajería comercial,
o su dirección electrónica.
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Resumen de palabras claves
Cada artículo se acompañará del resumen en el idioma en que esté escrito, ade-
más del resumen en español, uno en inglés, no superior a 200 palabras; para el
caso de artículos derivados de investigación, el resumen debe indicar claramen-
te: 1) objetivos de estudio; 2) lugar y fecha de realización; 3) metodología bá-
sica; 4) resultados principales con interpretación estadísticas y 5) conclusiones
principales.
Se debe hacer hincapié en los aspectos nuevos y relevantes. Para artículos dife-
rentes a investigación, el resumen debe contener información relacionada con
los objetivos, la metodología en la cual se apoya, síntesis de la tesis principal, la
interpretación académica, los resultados (si los hubiere) y las conclusiones. No
incluirá ninguna información o conclusión que no aparezca en el texto. No debe
incluir abreviaturas, remisiones de texto principal o referencias bibliográcas.
El resumen deberá permitir a los lectores conocer el contenido del artículo y
decidir si les interesa leer el texto completo. De hecho, es la única parte del
artículo que se incluye, además del título, en los sistemas de difusión de infor-
mación bibliográca. Después del resumen se describen de tres a cinco palabras
claves para nes de indización.
Cuerpo del artículo
Los trabajos que exponen investigaciones o estudios por lo general se dividen
en los siguientes apartados, correspondientes al formato Imryd: introducción,
materiales y métodos, resultados y discusión. Los trabajos de actualización, re-
exión y revisión bibliográca suelen requerir otros títulos y subtítulos acordes
con el contenido.
Notas al pie
Estas deberán ser de acuerdo con la misma norma estandarizada con que tra-
bajen las referencias bibliográcas, debido a que se realizan para identicar la
jación (institución y departamento) y dirección de los autores, algunas fuentes
de información inéditas y dar explicaciones marginales que interrumpen el ujo
natural del texto. Su uso debe ser limitado.
Este libro se terminó de imprimir
en el mes de enero de 2020
en los talleres de Tecnoimpresos, S.A. de C.V.
19ª. Av. Norte N.º 125,
ciudad de San Salvador, El Salvador, C.A.
“El éxito de un museo no se mide por el número de
visitantes que recibe, sino por el número de visitantes
a los que ha enseñado algunas cosas, no se mide por
el número de objetos que expone, sino por el número
de objetos que los visitantes han logrado aprender en
su entorno humano, no se mide por su extensión sino
por la cantidad de espacio que el público puede de
manera razonable recorrer en aras de un verdadero
aprovechamiento. Eso es el museo.”
Georges Henri Riviére
Revista de museología
Museo Universitario de Antropología, MUA
Revista anual. Año 10, enero de 2020, n.º 11
ISSN 2078-0664
ISSNE 2378-0664