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REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓ OT , 2023 AÑO 13, n.º 15, ISSN 2078-0664, ISSNE 2307-3942, ISNI 0000 0001 2113 0101
Rivas, Reynaldo Antonio. La ritualidad católica ante la muerte en el contexto de la pandemia por Covid-19.
p. 9-29
(cf. Mt 26,38; Jn 12,27) y de más valor en él (cf. Mt 10,28; 2M 6,30),
aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: «alma»
signica el principio espiritual en el hombre”. Y, respecto al cuerpo,
dice que “es cuerpo humano precisamente porque está animado por
el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada
a ser, en el Cuerpo de Cristo, el templo del Espíritu (cf. 1 Co 6,19-20;
15,44-45).
Más tarde, la tradición paulina (1Ts 5, 26), introduce la comprensión del ser
humano como un ser dotado de tres dimensiones: alma, espíritu y cuerpo
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. La
Iglesia enseña (CIC, 367) que esta distinción no introduce una dualidad en el
alma. “Espíritu” signica que el hombre está ordenado desde su creación a su
n sobrenatural, y que su alma es capaz de ser sobre elevada gratuitamente a la
comunión con Dios.
En el acto creador, Dios hace del ser humano un ser viviente (nefesh), creado
“a imagen y semejanza Suya” (Gn 1, 27; 2, 7)
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, formado a partir del polvo,
Dios le insua su aliento y le da vida, de modo que, si Dios le retira su aliento,
el hombre retorna al polvo (Sal 104, 29). Y, por haber sido hecho a imagen de
Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino
alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en
comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su
Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar
en su lugar (CIC, n. 357).
Resulta claro que, desde la perspectiva de la teología católica, el ser humano
es creado por Dios, a imagen y semejanza suya, como un ser dotado de alma y
cuerpo y que, el alma, vivica al cuerpo. Esta aseveración nos permite, desde
ya, denir lo que para la tradición judeocristiana es la muerte. Clásicamente, se
dene la muerte como “separación del alma del cuerpo” (Burgos, 2005; Lucas-
Lucas, 2010) a razón de lo que el salmista dice: si les quitas el aliento, expiran
y vuelven al polvo (Sal 104, 29).
La Iglesia nunca ha considerado la muerte como algo bueno en sí mismo. De
hecho, de los textos de la Escritura se deriva que la muerte no es otra cosa que
“la paga” por el pecado (Rm 6,23) derivada de la desobediencia: el pecado
original. Tomás de Aquino, ha armado que la muerte es “la más grande de las
3 Esta distinción aparece sólo una vez en el Nuevo Testamento.
4 Estos conceptos son ampliamente desarrollados por Sayés, J.A. (2002) Teología de la Creación.
Palabra; desde la perspectiva moral, este tema es desarrollado por Colom, E.&Rodríguez-
Luño, A. (2008) Scelti in Cristo per essere santi. EDUSC. Desde la antropología losóca, el
tema es desarrollado en las siguientes obras (entre otras): Burgos, J.M. (2005) Antropología:
una guía para la existencia. Palabra; Lucas-Lucas, R. (2010) Horizonte vertical. Sentido y
signicado de la persona humana. BAC.