Arias Salegio, Illiana Stephanie. ¿Disonancia o consonancia de mi historia académica con respecto a
La ciudad letrada?
Págs. 36-47.
DOI: http://dx.doi.org/l
0.53
77
/koot.v0i7 .2981
URI: http:l/hdl.handle.net/11298/293
lDisonancia
o
consonancia
de
mi
historia
académica
con
respecto
a
La
ciudad
letrada?
ISSN
2078-0884
e-IUN
2307-3942
L9<P..~.<WJ
Resumen
Illiana Stephanie Arias Salegio
1
Licenciada en Ciencias de
la
Educación
illi _tepha@outlook. com
El presente artículo expone un recorrido
de
las principales ideas
de
Ángel Rama
en el libro:
La ciudad letrada, contrastadas con nuestra cultura académica. Los
planteamientos tratados están relacionados con la instauración del orden por parte
de
los conquistadores, la usurpación del espacio y la imposición del pensamiento.
También
se
analiza el papel
de
las instituciones educativas en
la
sociedad,
haciendo alusión a aportes
de
importantes autores
de
la historia, que además
fundamentan los planteamientos
de
Rama; asimismo se estudia la configuración
del currículum y la crisis
de
formación manifiesta en graduados
de
una carrera
universitaria, en particular
la
Licenciatura en Ciencias
de
la Educación.
Este trabajo pretende hacer una critica a la tradicional reproducción
de
conocimientos; con la lectura se refleja la cadena
de
reproducción
de
la cultura
occidental que tiene como base la cultura grecorromana, la forma como se
establece el logos occidental, en el pensamiento
de
los académicos
latinoamericanos; mediante la hegemonía se esposa la imposición del sistema,
de
creencias y
de
una ideología, para un planificado funcionamiento
de
la
sociedad.
En el texto se destaca que aquello que marca el inicio
de
la civilización
es
la
escritura.
Palabras clave: ciudad letrada, orden, hegemonía, ideología, sometimiento, logos
occidental, currículum.
Abstract
This article depicts a journey through Ángel
de
Rama's main ideas in his book
"THE LETTERED CITY" ["LA CIUDAD LETRADA," original title in
Spanish]
as
contrasted with our academic culture. The statements thereby
approached relate
to
the enforcement
of
arder from the [Spanish] conquistadors,
the seizing
of
land, and the imposition
of
their thoughts. It
al
so
analyzes the role
of
educational institutions in our society, making allusion
to
the contributions
of
relevant authors in history which, furthermore, support Rama' s statements. In
like manner, it also analyzes the configuration
of
the curriculum and the evident
1
Licenciada en Ciencias de la Educación y estudiante de
2.
0
año de la Maestría en
Profesionalización de la Docencia Superior, Facultad Multidisciplinaria
de
Occidente,
Universidad
de
El
Salvador.
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2016 AÑO 6,
n.o
7, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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training crisis in university graduates, specifically of those graduating from the
Major in Education. Therefore, this work expects to make a critical review to the
traditional reproduction of knowledge. It reflects the chain of reproduction of the
western culture which has been based on the Greco-Roman culture, and the way
in which the western logos was established in the minds of the Latin American
academics. Through hegemony, the imposition of such system, its beliefs and
ideology are linked in order to obtain a planned function of society. The text
highlights that the use of writing is what marks the beginning of civilization.
Key words: Lettered City/Ciudad Letrada, order, hegemony, ideology,
submission, western logos, curriculum.
Introducción
El presente texto hace alusión a la relación de la formación en mi carrera
académica con los planteamientos de Ángel Rama (1984) en su libro La ciudad
letrada. Las ideas que plantea Rama conducen a la comprensión de la estructura
social en América Latina, los propósitos que hay detrás de la implantación de la
religión y la educación y los intereses, muchas veces ocultos, de los dirigentes de
un Estado.
Este paper pretende mostrar una triangulación de: (1) currículum, (2) mi
formación académica y (3) aplicación de conceptos de Rama. Por consiguiente,
el objetivo es hacer un análisis de mi historia académica universitaria a partir de
los planteamientos en La ciudad letrada.
El análisis se desarrolla desde la comprensión de los argumentos de Rama hasta
su contraste con la formación en la carrera de Licenciatura en Ciencias de la
Educación; para ello se ha hecho un estudio introspectivo a partir de la revisión
de aportes de los principales autores que fundamentan mi formación profesional,
con el propósito de identificar elementos que permitan el análisis de las
intenciones curriculares.
El escrito se estructura de la manera siguiente: 1) se plantea el problema para
orientar el debate en torno a ello, 2) se presentan conceptos empleados en la
discusión del tema, 3) se hace alusión a la metodología empleada para la
construcción del escrito, 4) se sigue con los resultados a partir de la criticidad de
la problemática planteada y 5) se finaliza con la discusión con base en los textos
leídos y la realidad propia.
Planteamiento del problema
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“El sueño de un orden servía para perpetuar el poder y para conservar la estructura
socioeconómica y cultural que ese poder garantizaba” (Rama, P. 23). En el
proceso de formación de todo profesional intervienen teorías propuestas por
diversos autores, cada uno con su particular enfoque y la naturaleza de la temática
abordada; cada estudiante, bajo ese techo, toma y sienta decisiones respecto a los
planteamientos que más impacto tienen en la conciencia, aquellos que les son
atractivos, profundos, extensos y pertinentes a las expectativas del aprendiz.
Para la carrera de Licenciatura en Ciencias de la Educación, la sistematización
coherente de contenidos y el equilibrio curricular permiten el desarrollo de ciertas
competencias fundamentales en el ejercicio de la profesión. Esta carrera, a
diferencia de las impartidas en las otras facultades, no cuenta con especialidad,
ya que pretende crear cuadros técnicos en procesos de planeamiento educativo,
evaluación educativa, investigación científica y formulación de proyectos,
ofreciendo una amplia visión a los estudiantes y egresados. “El futuro que aún no
existe, que no es sino sueño de la razón, es la perspectiva genética del proyecto.”
(Rama, P. 20.)
En el caso particular de mi profesión, han intervenido aportes de filósofos,
pedagogos, psicólogos y sociólogos. Entre los principales se pueden destacar las
siguientes: Aristóteles, Sócrates, Platón, Juan Amós Comenio, Juan Jacobo
Rousseau, Juan Enrique Pestalozzi, Don Bosco, Maurice Debesse, Roger
Cousinet, Peter Petersen, María Montessori, Jonas Cohn, John Dewey, Emilio
Mira y López, Jean Piaget y Ausubel, entre otros.
Entonces, partiendo de las premisas: 1) Las carreras que ofrece la Universidad de
El Salvador están regidas por importantes personalidades que han aportado a las
ciencias y disciplinas y 2) Los docentes que imparten las asignaturas tienen las
competencias necesarias para orientar el proceso educativo, ¿por qué no se logra
que los profesionales graduados desarrollen su capacidad de análisis y orienten
sus esfuerzos al cambio de la realidad nacional en el campo correspondiente a su
carrera?
Por lo cual, el análisis se orientará alrededor del siguiente enunciado: ¿Cuáles son
los elementos que inhiben el fomento del pensamiento crítico y propositivo en
los estudiantes universitarios?
Referente teórico
Para comprender los argumentos de Rama, se presentan los conceptos siguientes:
Orden, está relacionado con “la colocación de cosas en el lugar que les
corresponde. Concierto, buena disposición de las cosas entre sí. Regla o modo
que se observa para hacer las cosas” (Rama, P. 19). “Todo orden implica una
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jerarquía perfectamente disciplinada, de tal modo que las ciudades americanas
encontraron desde el comienzo una estratificación.” (Rama, pág. 27.)
En cuanto a la escritura, el autor presenta: “Las Ordenanzas reclamaron la
participación de un script para redactar una escritura. A ésta se confería la alta
misión que se reservó siempre a los escribanos: dar fe, una fe que sólo podía
proceder de la palabra escrita” (Rama, P. 22).
El autor expone acerca de la ciudad letrada lo siguiente: “Para llevar adelante el
sistema ordenado de la monarquía absoluta, facilitar la jerarquización y
concentración del poder, cumplir su misión civilizadora, resultó indispensable
que las ciudades, que eran el asiento de la delegación de los poderes, dispusieran
de un grupo social especializado, al cual encomendar esos cometidos” (Rama, P.
31). “Su acción se cumplió en el prioritario orden de los signos y porque su
implícita calidad sacerdotal, contribuyó a dotarlos de un aspecto sagrado,
liberándolos de cualquier servidumbre con las circunstancias.” (Rama, P. 32).
En relación con la ciudad escrituraria, el autor plantea: “A través del orden de
los signos, cuya propiedad es organizarse estableciendo leyes, clasificaciones,
distribuciones jerárquicas, la ciudad letrada articuló su relación con el Poder, al
que sirvió mediante leyes, reglamentos, proclamas, cédulas, propaganda y
mediante la ideologización destinada a sustentarlo y justificarlo.” (Rama, P. 43.)
Ciudad modernizada, referida a: Lo realmente cierto fue la idealizada visión de
las funciones intelectuales que vivió la ciudad modernizada, fijando mitos
sociales derivados del uso de la letra que servían para alcanzar posiciones, si no
mejor retribuidas, sin duda más respetables y admiradas” (Rama, P. 63).
El autor presenta la ciudad real como “el principal y constante opositor de la
ciudad letrada, a quien ésta debía tener sometida: la repentina ampliación que
sufrió bajo la modernización y la irrupción de las muchedumbres, sembraron la
consternación” (Rama, P. 76). “Cuando la ciudad real cambia, se destruye y se
reconstruye sobre nuevas proposiciones, la ciudad letrada encuentra la coyuntura
favorable para incorporarla a la escritura y a las imágenes.” (Rama, pág. 78.)
El currículum “se relaciona con la selección de contenidos y reproducción social”
(Lungrend, 1992). “Currículum procede de la palabra ‘cursus’, que significa
cursos que deben ser planificados para un determinado tiempo.” (Páez, Miranda,
Addine y González, 2013). “Equivalente a ‘currere’, que significa carrera y que
se afinca en la idea de que la formación de profesionales no puede dejarse al
azar.” (Sacristán y Pérez, 1988.)
Metodología
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Inicialmente se dio lectura al libro La ciudad letrada, destacando los aportes más
significativos para el fin de la actividad, y posteriormente se desarrolló una
revisión bibliográfica de los autores estudiados en la carrera de grado,
identificando argumentos que tienen relación con los argumentos de Rama y con
mi preparación alcanzada.
La construcción del paper se hizo mediante el método “Historia de vidaque,
según Ruiz y Ispizua (1989), “se apoya fundamentalmente en el relato que un
individuo hace de su vida o de aspectos específicos de ella, de su relación con su
realidad social, de los modos cómo él interpreta los contextos y define las
situaciones en las que él ha participado”.
Resultados alcanzados
Las carreras universitarias no están diseñadas para la producción del
conocimiento, sino orientadas hacia la transmisión de la información. Mi
formación académica se ha visto amenazada por algunos docentes
incompetentes; por su visión, que no va más allá de dar clases, producto de
lo cual no invita, no descubre, ni señala caminos de la producción académica,
ni literaria ni científica.
Mi continua búsqueda de lecturas complementarias, por interés personal, han
contribuido a desarrollar un pensamiento más allá de la educación bancaria
recibida.
Mi producción académica no va más allá de ensayos elaborados con la
dirección de pocos docentes universitarios; actualmente no hay
publicaciones, sin embargo, esta lectura promueve la necesidad imperante de
su realización.
Se diseñó un paralelo histórico, entretejido con lo establecido por Rama en
su concepción la de ciudad letrada y las posiciones de grandes maestros de
la historia, que parecen estar de alguna forma ligados a lo que él escribe.
Es la ciudad letrada no legible. Sin embargo, hay rasgos que permiten la clara
comprensión del establecimiento de los grupos de poder, de la marginación,
de la conquista; una idealización de una sociedad, al plantear una crítica que
lleva al deber ser de las cosas, de las leyes, del quehacer de los ciudadanos.
La lectura tiene su asidero en los países subdesarrollados por su aplicabilidad
contextual, los que han sido explotados por sus conquistadores. Continúa
siendo un texto vigente, ya que hay “letrados” que piensan solo en sus
intereses, no en los del pueblo; por ejemplo, al vender el subsuelo
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Licda. Illiana Stephanie Arias Salegio
a compañías extranjeras, bancos y otros. Es la pobreza del pensamiento lo
que lleva a acciones de esa índole.
La lectura permite descubrir las grandes falencias de las carreras
universitarias, ello a partir del cierre de la ciudad normal “Alberto Masferrer”
en noviembre de 1980, como parte del patrimonio de un Estado que evidencia
una fuerte crisis política. La lectura conlleva a reflexionar sobre la falta de
un ente que regule y conduzca la formación integral de maestros
investigadores, en la que los procesos docentes sean fortalecidos por los
procesos de investigación.
Hay un desorden en los contextos social, político y económico a nivel del
Estado. En este país, no hay una continuidad de los proyectos a largo plazo
debido al razonamiento elemental de los dirigentes; el currículum responde
a esa configuración desordenada del Estado; los objetivos y fines de la
educación responden a intereses particulares. En la parte ideológica, hay
controversia entre Cámara de Comercio, empresa privada y Estado; mientras
estén en desarmonía, el currículum estará alejado de las necesidades reales
de la sociedad.
Discusión
Rama declara: “La palabra clave de todo este sistema es la palabra orden […],
desarrollada por las tres mayores estructuras institucionalizadas (la Iglesia, el
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Ejército, la Administración)” (Rama, P. 19). El currículum define el camino que
se debe seguir dentro del sistema educativo; generalmente contempla fines
establecidos que responden a un poder político, económico y social del país en
cada época. Rama también expone lo siguiente:
El orden debe quedar estatuido antes de que la ciudad exista, para así
impedir todo futuro desorden, lo que alude a la peculiar virtud de los
signos de permanecer inalterables en el tiempo y seguir rigiendo la
cambiante vida de las cosas dentro de gidos encuadres (Rama, P.
21).
Inicialmente, se puntualiza la relación entre el sujeto educado como fin del
currículo nacional y lo que Rama describe de la ciudad letrada: “Ciudad letrada,
que componía el anillo protector del poder y ejecutor de sus órdenes: una pléyade
de religiosos, administradores, educadores, profesionales, escritores y múltiples
servidores intelectuales, todos esos que manejaban la pluma, estaban
estrechamente asociados a las funciones del poder” (Rama, P. 32). Todos ellos
que intentaban a través de la letra, normar la actividad cotidiana de la sociedad.
El currículum responde a un modo “ejecutivo” de Estado a partir de la estructura
del poder social, político y económico, en el contexto salvadoreño, configurado
para que las personas no sean analíticas. Muchas instituciones de educación
superior, como empresas educativas mercantilistas, gradúan profesionales
incompetentes para seguir reproduciendo un sistema de dominación y
manteniendo luchas de poder, que es el principal interés del capitalismo.
“América fue la primera realización material de ese sueño y su puesto central en
la edificación de la era capitalista.” (Rama, P. 18.)
“Más que una fabulosa conquista, quedó certificado el triunfo de las ciudades
sobre un inmenso y desconocido territorio” (Rama, P. 25). Es con la Conquista
que se impone una cultura lejana a las realidades nuestras, se conforman las
distintas sociedades, se instauran élites de ideología y se acentúan las luchas de
poderes. “Aunque aisladas dentro de la inmensidad espacial y cultural, a las
ciudades competía dominar y civilizar su contorno, lo que se llamó primero
evangelizar y después educar […] Las instituciones fueron los obligados
instrumentos para fijar el orden y conservarlo.” (Rama, pág. 27).
Muy bien planificada la llegada y el establecimiento de los españoles a estas
tierras, quienes imponen su forma de vida y ejercen autoridad para que los nativos
deban “adaptarse dura y gradualmente a un proyecto que no escondía su
conciencia razonante […], enmarcados con destino a un futuro soñado de manera
planificada, en obediencia a las exigencias colonizadoras, administrativas,
militares, comerciales, religiosas, que irían imponiéndose con creciente rigidez”
(Rama, P. 17). Rigidez tal que nos hizo perder muchos elementos propios de
nuestra cultura.
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Los miembros de la ciudad letrada eran estrictamente urbanos; la civilización era
vista como sometimiento, dada únicamente en el centro del territorio. “La ciudad
fue el más preciado punto de inserción en la realidad de esta configuración
cultural y nos deparó un modelo urbano de secular duración: la ciudad barroca.
(Rama, P. 17.) Se generó un ordenamiento del territorio, se establecieron leyes y
se implantaron funcionarios que imponen la ideología. “Las ciudades construían
una pirámide, en que cada una procuraba restar riquezas a las interiores y a la vez
proporcionarles normas de comportamiento a su servicio.” (Rama, P. 28.)
Durante la formación de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, se estudió
a Roger Cousinet, pedagogo francés, quien muestra una postura contraria a la de
los dueños del poder en la ciudad letrada; él libró una lucha frente a la rigidez y
el espíritu dogmático de las escuelas francesas contra el memorismo y excesivo
intelectualismo de los programas escolares (El Salvador. Ministerio de
Educación, 1992, P. 105). Rousseau, a la vez, propone como centro de todo el
proceso educativo al niño. Propone el desarrollo natural como ideal, evitando
cualquier interferencia. Su naturalismo en contra de todo sistema escolástico
rígido, despótico y uniformizante (El Salvador. Ministerio de Educación, 1992,
P. 35). Por el contrario, Rama describe los principios de la cultura barroca
infiltrada en América Latina: abstracción, racionalización, sistematización,
oponiéndose a particularidad, imaginación, invención local (Rama, P. 24).
No somos producto de nuestras propias letras, sino de letras impuestas. La
universidad, en el contexto salvadoreño, no enseña a crear y recrear el
pensamiento; los estudiantes de cualquier nivel, no escriben; muy poca
importancia merece la investigación a las autoridades, por consiguiente, no se
enseña a generar conocimiento.
Pero ¿será el estudiante universitario el único responsable de no poder investigar?
El docente no está suficientemente preparado para ser enseñante; él solo es
producto del sistema. Entonces, ¿a quién se le reclama?, ¿al sistema? La
enseñanza está supeditada a un poder político ciego, iletrado, con manipulación
hacia la sociedad. Toda la literatura de Platón (máximo exponente de la filosofía
y uno de los más grandes educadores de todos los tiempos vigente en la
actualidad) está imbuida de contenidos pedagógicos, fuertemente influidos por el
pensamiento de Sócrates, quien afirmaba que “él sólo era una partera que con su
método hacía que la mente diera a luz” (El Salvador. Ministerio de Educación,
1992, P. 13).
Los educadores de El Salvador, por su parte, no han hecho aportes relativos a
teorías de enseñanza, no han impulsado un cambio curricular pertinente a este
contexto, a lo mejor por conformismo u oportunismo, siendo reproductores de las
letras, de textos provenientes de otras latitudes, como Europa, Norteamérica y
Suramérica. Sin embargo, queda en evidencia el afán de liberarse de los grupos
dominantes, ejemplo de ello es la forma de expresión de grafitis en la actualidad;
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eso tiene una interpretación, que es la inconformidad social, política y económica
de un Estado.
Es importante destacar a Simón Rodríguez, quien procuró establecer un arte de
pensar: “Percibió la acción entorpecedora que desempeñaba la ciudad letrada,
como grupo intermediador que estaba haciendo su propia revolución
emancipadora” (Rama, P. 57). También resulta importante destacar lo siguiente:
Simón Rodríguez razonó que las repúblicas no se hacen con
doctores, literatos, escritores, sino con ciudadanos, tarea
doblemente urgente en una sociedad que la Colonia no había
entrenado para esos fines: nada importa tanto como el tener Pueblo:
formarlo debe ser la única ocupación de los que se apersonan por la
causa social (Rama, P. 56).
El grupo dominante al cual se hace referencia en la ciudad letrada, introduce la
alfabetización, pero su fin último no es el perfeccionamiento de las capacidades
y habilidades del ser humano, sino unificar la manera de comunicarse para
alcanzar el sometimiento en todas sus formas. A los abogados se les otorgó poder
en la ciudad letrada, con la redacción de códigos y leyes: “Como clase, los
abogados no son mejores que otras profesiones, ni más morales, ni más justos, ni
más desprendidos, ni más patriotas; pero son más atrasados en sus ideas y más
presuntuosos” (Rama, P. 61).
El objetivo de incorporar abogados a la ciudad letrada era el establecimiento de
leyes y normas para regular el comportamiento social y sobre todo la introducción
formal del componente ideológico. Los profesionales que formaban parte de la
ciudad letrada, según el autor, no interpretaban ni representaban en sus escritos
la realidad, sino que al contrario, la nublaban de aparente belleza y encubrían las
arbitrariedades de quienes tenían el poder.
Por otro lado, una de las formas que coartó la libertad humana es la imposición
de la lengua. En la lectura se observa la clara separación de dos lenguas: una para
uso exclusivo de la clase alta, otra para las clases media y baja. Estas lenguas
suponen un distanciamiento entre estos grupos sociales. “Fue la distancia entre la
letra rígida y la fluida palabra hablada, que hizo de la ciudad letrada una ciudad
escrituraria, reservada a una estricta minoría.” (Rama, P. 43.) El autor también
declara:
En el comportamiento lingüístico de los latinoamericanos quedaron
nítidamente separadas dos lenguas. Una fue la pública y de aparato,
que resultó fuertemente impregnada por la norma cortesana
procedente de la península […], para la oratoria religiosa,
ceremonias civiles, relaciones protocolares de los miembros de la
ciudad letrada y fundamentalmente para la escritura, ya que solo
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ésta llegaba al registro escrito. La otra fue la popular y cotidiana
utilizada por los hispano y luso hablantes en su vida privada y en
sus relaciones sociales dentro del mismo estrato bajo, de la cual
contamos con muy escasos registros (Rama, P. 44).
Como criterio particular, ha estado ausente en esta época un cierto número de
letrados, ya que ni filósofos ni educadores, ni mucho menos sociólogos han
sistematizado la realidad; se estancan en la crítica, a lo mejor por simple miedo
de represalias de los sistemas imperantes y dominantes. Cabe comparar algo
parecido a la pérdida de la lengua nativa y al vestuario de los salvadoreños puros,
que por temor a ser desaparecidos vistieron y hablaron como los “letrados” para
poderse salvar del salvajismo al que fueron sometidos, hasta desaparecer parte de
la cultura. Las lenguas nativas fueron sustituidas y ocultas hasta desaparecer,
como producto del poder ejercido por los grupos hegemónicos; una persecución
política del Estado.
Además, la ciudad letrada se vio amenazada por la ampliación del círculo letrado;
los pedagogos, nuevos intelectuales, empiezan a jugar un papel importante en la
crítica de la realidad. La única forma de contrarrestar y desafiar al poder era
introducir las leyes de educación, instaurar escuelas técnicas. “El proyecto
educativo no sólo fue bien recibido sino reclamado ardientemente como una
palanca igualitaria.” (Rama, P. 76.) En correspondencia con la filosofía de
Comenio, precursor de la pedagogía moderna, a favor de una escolarización para
todos (El Salvador. Ministerio de Educación, 1992, P. 23). Así mismo, “la letra
apareció como la palanca del ascenso social, de la respetabilidad pública y de la
incorporación a los centros de poder; pero también, de una relativa autonomía
respecto de ellos” (Rama, P. 63).
A finales del siglo XIX se origina una división dentro de la ciudad letrada,
configurada por un pensamiento crítico; esta se da por la frustración e impotencia
hacia el poder español y por el número creciente de profesionales que se oponían
a ese sistema de represión.
Los abogados aún continuaban tendiendo poder en la ciudad letrada, con la
redacción de códigos y leyes; sin embargo, debieron compartir ese poder con
otros profesionales, tales como los sociólogos, economistas y educadores,
permitiendo la incorporación de la clase media al sistema. Entonces, la
universidad continuaba siendo el elemento clave para llegar a la ciudad letrada,
como lo era en el siglo XIX al preparar a los grupos de poder.
Sin embargo, habrá que prestar atención a este importante aspecto que expone
Rama:
Los ciudadanos ya establecidos de antes veían desvanecerse el
pasado y se sentían arrojados a la precariedad, a la transformación,
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al futuro; los ciudadanos nuevos, por el solo hecho de su traslado
desde Europa, ya estaban viviendo ese estado de precariedad,
carecían de vínculos emocionales con el escenario urbano que
encontraban en América y tendían a verlo en exclusivos términos de
interés o comodidad (Rama, P. 77).
Esa acelerada transformación, esas nuevas costumbres “por mutación”,
contribuyeron a borrar el pasado propio y a la búsqueda constante de un futuro
ajeno a nuestra realidad; entonces la ciudad viviría para un soñado mañana,
apartando el ayer “nostálgico e identificador”. Es, por tanto, cuando la escritura
intenta rescatar y reconstruir ese pasado de raíces, idealizando al ser conquistado
e infundiendo orgullo a través de la literatura nacional.
Entonces, ese registro de costumbres, creencias y forma de vida permite darnos
una idea, adentrarnos a un sueño en el pasado; es lo que consiente el discurso
literario. Es, por medio de la escritura que nos acercamos a la realidad vivida, por
tanto, “se diría que no queda sitio para la ciudad real” (Rama, P. 80). No existe
una ciudad real.
No obstante, y con todas las críticas hacia el sistema impuesto esa época, se
afirma que “sólo la ciudad letrada es capaz de concebir, como pura especulación,
la ciudad ideal, proyectarla antes de su existencia, conservarla más allá de su
ejecución material, hacerla pervivir aun con las modificaciones sensibles que
introduce sin cesar el hombre común” (Rama, P. 40).
Solo con personas formadas con un sentido crítico y una alta visión social puede
conducirse un Estado al desarrollo completo de la sociedad; muy pocos
profesionales son altruistas del compartimiento del intelecto, la mayoría se
mueve en la perspectiva de la base económica e ingresos que se puedan percibir
a partir de lo que medianamente pueden producir.
Como último aspecto se ha de destacar el aporte de John Dewey, quien
rechazaba la tendencia a esmerarse porque el educando adquiera
información, pero que no hace nada por desarrollar la capacidad de
emplearla. El educando debe sentir un apetito personal por aquello
que le plantea el programa. Debe fortalecer hábitos de reconocer y
tratar con problemas en forma directa, personal y concreta (El
Salvador. Ministerio de Educación, 1992, P. 159).
Para el pleno desarrollo de las capacidades intelectuales del sujeto, es imperativa
una constante interacción con la realidad circundante. La sociedad necesita que
las instituciones educativas del nivel superior formen profesionales
comprometidos socialmente y que sean generadores de propuestas concretas que
coadyuven a la igualdad de condiciones.
Arias Salegio, Illiana Stephanie. ¿Disonancia o consonancia de mi historia académica con respecto a
La ciudad letrada? Págs. 36-47.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i7.2981
URI: http://hdl.handle.net/11298/293
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2016 AÑO 6, n. º 7, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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Referentes bibliográficos
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Rama, A. (1998) La ciudad letrada. Montevideo, Uruguay: Talleres Gráficos de
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Ruiz Olabuenaga, J. I., & Ispizua, M. A. (1989). La descodificación de la vida
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Ambroggio, Luis Alberto. Discurso:Estados Unidos Hispanos”. Págs. 49-58.
“Hacia el nuevo mundo”
Medidas: 39.5 x 50.8 cms
Técnica: mixta
Año: 2013