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REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓ OT , 2022 AÑO 12, n.º 13, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664, ISNI 0000 0001 2113 0101
Samour, Héctor. ¿Qué es el existencialismo? p. 20-37
lado, no se aplica perfectamente más que a la realidad humana (lo demás es pura
y simplemente, pero no existe), y por otro, la existencia en el hombre no es más
que un nombre dado a la nada que es el para-sí o la conciencia.
Hay quienes dicen que estas diferencias son solo accidentales y que no
excluyen un punto de vista común. Y, en efecto, hay entre los existencialistas
una oposición unánime a considerar la existencia como una cosa que pueda
abstraerse y conocer desde fuera, como dato objetivo: su carácter absolutamente
esencial es el de una subjetividad abierta y, por ello irreductible a un concepto
o a cualquier intento de conceptualización. Ahora bien, este es un aspecto del
existencialismo de Kierkegaard y Jaspers, pero que resulta ya difícil atribuírselo
a Heidegger y a Sartre.
En este contexto, se hace la distinción entre existencialismo y “esencialismo
”
.
Pero el esencialismo, al que se opone el existencialismo, es toda aquella
corriente losóca que se puede designar como platónica y que culmina con el
idealismo, y que se orienta expresamente hacia la aprehensión de las esencias
y trata de denir primeramente el ser por lo necesario y lo universal. Conocer
y saber es, ante todo, captar en el ser, el absoluto del cual participa, la idea que
realiza de una manera más o menos perfecta.
Por oposición al existencialismo, se arma aquí que hay una verdad metafísica,
anterior a la existencia como dato concreto, como devenir o temporalidad, y que
la existencia no es inteligible más que por referencia a esta verdad intemporal
que la fundamenta. Su intención al losofar es el descubrimiento de hacer
analíticamente inteligible la existencia, sin ningún residuo opaco al pensamiento
racional. Spinoza, Leibniz, Fichte, Hegel son ejemplos de “esencialismo”. El
esencialismo, al que se opone el existencialismo, designa, pues, sobre todo esta
tendencia idealista de esencialismo.
Entonces, decir que la existencia tiene prioridad sobre la esencia signica, en
sentido existencialista, que la existencia no tiene una esencia distinta de ella
misma o, si se preere, que la esencia es la obra misma de la existencia. Decimos
en sentido existencialista, porque puede haber otro sentido no existencialista.
Por ejemplo,
para santo Tomás, la existencia no es más que la actualidad de la
esencia, y no admitiría una esencia anterior a la existencia. Pero ¿por qué santo
Tomás no es existencialista? Para él, la esencia no tiene más que una manera
posible de ser, que es el existir. Desde este punto de vista, la existencia tiene
sobre la esencia la prioridad de una condición absoluta. Es cierto, se puede
decir, que las esencias “preexisten” en el pensamiento divino. Pero lo que esto
signica no es tanto que las esencias preexistan, sino que, más bien, la Esencia
Divina es la que preexiste, es decir, Dios mismo como fundamento de todas las
esencias y de todas las existencias posibles.