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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2021 AÑO 11, n.º 12, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Rivas, Reynaldo Antonio. Los historiantes de Huertas: La danza de los Moros y Cristianos. Págs. 71-87.
Los historiantes de Huertas: La danza
de los Moros y Cristianos
The historiantes* from Huertas: The dance of Moors
and Christians (danza de Moros y Cristianos)
Reynaldo Antonio Rivas
Catedrático de Ética y Filosofía
Universidad Tecnológica de El Salvador
rivasreynaldo@gmail.com
Fecha de aceptación: diciembre 2020
DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i11.10741
URI: http://hdl.handle.net/11298/1197
Resumen
El presente artículo de tipo etnográco presenta la bicentenaria tradición de
la danza de los Moros y Cristianos, del grupo de Los Hsistoriantes del Cantón
las Huertas, Ilobasco, Cabañas, El Salvador. El estudio fue realizado en el año
2019. Iniciando en junio con las primeras visitas exploratorias se constató
que el grupo de Historiantes estuvo inactivo durante 15 años. Al concluir el
estudio, en diciembre, se logró la reactivación del grupo, gracias a que aún
viven 6 integrantes que recibieron la tradición por transmisión oral directa.
Ahora ellos transmiten la tradición a una quinta generación de Historiantes en
el referido cantón.
Palabras claves: Culturas tradicionales - Las Huertas, Ilobasco, Cabañas, El
Salvador. Danza (en religión, folklore, etc.). Danzas populares y nacionales
salvadoreñas. Antropología cultural - Historia - Las Huertas, Ilobasco, Cabañas,
El Salvador. Folclor - Las Huertas, Ilobasco, Cabañas, El Salvador. La danza de
los Moros y Cristianos - El Salvador
Abstract
This ethnographic article introduces the bicentennial tradition of the dance
of Moors and Christians (danza de Moros y Cristianos), from the group Los
Historiantes* in Cantón las Huertas, city of Ilobasco, department of Cabañas,
El Salvador. The study was conducted during 2019, and the initial exploratory
visits took place in June; one of the ndings during these visits was the fact
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that the group of historiantes
had been inactive for 15 years. When the study
concluded in December, the reactivation of the group had been achieved thanks
to the collaboration of 6 surviving members who learned about this tradition via
direct oral tradition. At present, they are in charge of transmitting this tradition
to a fth generation of historiantes in said cantón (small countryside town).
historiante*(dancer or participant in the representation of moors and christians).
Key words: Traditional cultures - Cantón Las Huertas, Ilobasco, Cabañas, El
Salvador. Dance (in religion, folklore, etc.). Salvadoran popular and national
dances. Cultural anthropology - History - Cantón Las Huertas, Ilobasco,
Cabañas, El Salvador. Folklore - Cantón Las Huertas, Ilobasco, Cabañas, El
Salvador. The dance of the Moors and Christians - El Salvador
El origen de la danza
Moros y cristianos o Historiantes son las expresiones que se utilizan para
identicar las danzas tradicionales a través de las cuales se hace referencia a
conictos entre los musulmanes (moros) y los reyes cristianos ibéricos por
aspectos religiosos. La tradición de los moros y cristianos inició en los países
ibéricos (España y Portugal), conmemorando la época histórica de la lucha
entre los cristianos y los árabes (moros) que duró casi 800 años, desde 711 hasta
1492. Por el fervor de celebrar una victoria, iniciaron la tradicional celebración
extendiéndola a lo largo de los pueblos que conforman España y Portugal, pero
el fervor festivo se concentra en Valencia y Alicante.
Figura 1. Danza de los Historiantes de Huertas 10 de noviembre de 2019.
Fotografía tomada por el autor
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De acuerdo a las aportaciones de la investigación de Pleités (2000),
Los bailes de los
historiantes, apuntan
que esta danza es
producto
de la época
medieval (476-1453),
llevada por los Árabes que llegaron a la región de Hispania
en donde
ejercieron
una presencia de cerca de ocho siglos en la penín- sula. Las
luchas por la
reconquista
del poder de los
cristianos, auxiliados
por la Santa
Inquisición y la
gura
marcial del Patrón Santiago, fueron su inspi- ración. Por
ello, se sostiene que sus orígenes se
encuentran
en la dominación
musulmana
en
España (771-1002),
en
donde
la
primera referencia
documental de la
danza
se
vincula
a la boda del
Conde
de
Cataluña, Ramón Berenguer
IV, con Petronila,
Reina de Aragón. Esta fue celebrada en la Catedral de Lérida en el año de 1150.
En esa boda se
ngió
un
combate
entre moros y cristianos.
Figura 2. Danza de los Historiantes de Huertas 10 de noviembre de 2019.
Fotografía tomada por el autor
En nuestro país, la historia de la danza se remonta a los tiempos mismos de
la Colonia. Ésta fue utilizada como método de evangelización, pero también
como método de aculturación de los pueblos originarios, quienes la terminaron
adoptando con variantes especícas. “Una hipótesis sustenta que los curas en-
señaron las historias a los indígenas para que formaran los grupos de danzan-
tes y digirieran que el cristianismo es todopoderoso, tanto como para vencer a
los musulmanes” (Martínez, 2016), mientras que otra indica que estas danzas
fueron introducidas con la idea de doblegar a los indígenas por medio de es-
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tas representaciones confeccionando nuevos argumentos y teniendo una carga
ideológica-religiosa porque acentuaban la lucha del bien contra el mal (el bien
representado por los cristianos, o sea los españoles cristianizados o indígenas
bautizados y el mal representado por los moros).
Así pues, en nuestro país, la danza tiene su origen con la llegada de los españoles
a Cuscatlán, siendo una mezcla de la cultura de los indios cuscatlecos y la
cultura de los conquistadores que llegó a borrar casi todo vestigio de las danzas
tradicionales indígenas dando como resultado una nueva cultura híbrida, más
que un proceso de transculturación (Vela, 2007).
Los historiantes en el territorio salvadoreño
En el país y muchos otros países de américa latina celebran estas anuales
donde enriquecen su espectáculo con danzas tradicionales. Esto se debe
a que durante la conquista española y la época de la colonización también se
fomentaron nuevas creencias y especialmente con el tema de la religión; por lo
tanto, también se dio inicio a la adaptación de costumbres por parte de nuestros
pueblos y una de ellas fue la Danza de los Moros y Cristianos.
La manera como se establecen Los Historiantes en la cultura del pueblo no es
sucientemente clara. Según los estudios realizados por Martínez (2019) para
la elaboración de un mapa de moros y cristianos en El Salvador, identica
Reynaldo Antonio Rivas
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32 grupos de historiantes en 31 municipios del país, abarcando el 11.8% de los
municipios del territorio nacional. Entre los 32 grupos identicados están los
Historiantes del Cantón Las Huertas, en el municipio de Ilobasco, Departamento
de Cabañas.
Figura 3. Danza de los Historiantes de Huertas 10 de noviembre de 2019.
Fotografía tomada por el autor
Los historiantes de Huertas
El cantón las Huertas: una descripción
El cantón Las Huertas es uno de los 18 cantones de la ciudad de Ilobaso.
Se encuentra ubicado a 10.2 kilómetros al noreste de la ciudad. Posee una
topografía de empinados cerros, altos acantilados, terrenos pedregosos;
pequeñas quebradas y riachuelos que surcan abundantes de agua en el invierno
y casi extintos en el verano. Todas las quebradas desembocan en el río que toma
nombre de cada caserío que atraviesa. Así, en la parte alta el río se llama el roble
y en la parte baja se convierte en el río La Veguita o Las Vegas. Este río sirve de
límite natural con el cantón el Potrero.
El cantón está compuesto por seis caseríos: El Centro, El carrizal, Arenera,
Mundo nuevo, El Jícaro, e Isletas.
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Los límites del cantón las Huertas son: al Noroeste limita con Azacualpa; al
Noreste con San José Calera y, al Sur con cantón El Potrero.
Según el censo poblacional llevado a cabo por la Parroquia Sagrado Corazón
de Jesús, del cantón Las Huertas (2019), el cantón tiene una población de
1,754 habitantes.
La economía del cantón depende, en su mayor parte, de las remesas. La
agricultura es bien básica: cultivan frijoles y maíz. Y, a diferencia de los demás
cantones de Ilobasco, en las Huertas no se da la Ganadería.
Los orígenes del cantón
Si bien es cierto, no podemos reconstruir, con documentación escrita sobre el
tema, la historia remota de los orígenes del cantón las Huertas, podemos
encontrar datos que sugieren la existencia de este cantón en los orígenes mismos de
la población que habitaba Sitio Viejo y que, más tarde, conformaría Ilobasco. Por
tanto, si Sitio Viejo estaba ya habitado por una pequeña población hacia nales
del 1500, podemos decir lo mismo de Huertas. En efecto, con respecto al origen
de la población de Ilobasco, la historia se remonta a la época precolombina, a
nales del año 1500. Esta ciudad fue fundada por tribus Lencas, a principios de
1600, con estrechos vínculos comerciales con Chortíes e indígenas y estos a su
vez tuvieron que compartir el lugar en épocas posteriores con Pipiles del habla
Náhuat (Proyecto de Fortalecimiento de Gobiernos Locales 2014, p. 14).
Figura 4. Ensayo de los historiantes 8 de noviembre de 2019
Fotografía tomada por el autor
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Algunos datos que atestiguan la existencia del cantón las Huertas:
̶ En el año 1620, los frailes Dominicos, quienes administraban en lo religioso
la zona, hicieron una peregrinación con la Imagen de San Miguel Arcángel,
por los cantones que hoy conforman Ilobasco. Y fue entre los indígenas del
actual cantón Las Huertas, en donde los frailes tuvieron mucha aceptación y
muy pronto pasaron a convertirse en soldados del patrón San Miguel (Rivas
2000, p. 261).
- Según Rivas (2000), “en otros tiempos existieron caleras fuera de la ciudad,
precisamente en los cantones Las Huertas y San José Calera”. (pp. 106-107)
̶ Para el año 1858, Lorenzo López describe en su informe la existencia en
Ilobasco de tres haciendas dedicadas al cultivo del añil y la crianza del ganado;
y además, se encuentran los caseríos siguientes: Cerro Colorado, Azacualpa,
San José Oratorio, Sitio Viejo, Los Llanitos, […], Calera y Huertas (López,
2010)
El dato más interesante, para nuestros nes, es la datación de la peregrinación
de San Miguel Arcángel en el año 1620 y la consecuente creación de un grupo en
torno al Santo Patrono. De hecho, a juicio de Rivas (Rivas, 2000, pp. 261-262),
el grupo de Historiantes hunde sus raíces remotas en ese grupo de Soldados del
patrón San Miguel”.
El santo patrono: San Miguel Arcángel
Siguiendo la sugerencia de Rivas (2000) y escuchando a los pobladores en
visita de campo, así como también, teniendo en cuenta la tradición religiosa
de la Iglesia católica del lugar, consta que los pobladores de Huertas guardan
profundo respeto y devoción por la Imagen de San Miguel Arcángel (p. 261)
La razón histórica la encontramos en la peregrinación hecha por los frailes
dominicos en 1620, con la Imagen de San Miguel, y la consecuente formación
de los “Soldados del patrón San Miguel”. Los Huerteños – como se les conoce
se identicaron fuertemente con la advocación. Sin embargo, como la
Imagen estaba resguardada en el templo parroquial en la ciudad de Ilobasco,
los Huerteños luchaban por tenerla con ellos en su cantón. De algún modo, se
identicaban
como los custodios de la Imagen y la devoción.
Nació así, a mediados de 1700, un ciclo de pleitos entre los Huerteños y los de
la ciudad de Ilobasco por tener la Imagen. Estos pleitos declinarían cuando la
Imagen les fue entregada. El antropólogo Ramón Rivas describe la situación de
la siguiente manera:
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Para evitar los continuos pleitos con los habitantes del cantón Las
Huertas por la Imagen de San Miguel Arcángel, los que, desde mediados
de 1700, a menudo llegaban al poblado reclamando la pertenencia de
la Imagen y enfurecidos, al no ser escuchados, realizaban estragos
en el lugar, el Presbítero Aquilino Herrera, un año después de haber
tomado posesión como párroco en 1849 decidió darles la Imagen a
“los huerteños con la condición de que le dieran la debida veneración y
respeto”. Con esta decisión y con ello llevándose de una vez la imagen
para la ermita de Las Huertas, se terminaron muchos años de terror en
la ciudad por parte de tan temidos habitantes.
[…]
En las Huertas todo fue bien hasta que, por descuido, o por mala
intención, sucedió lo que nadie se esperaba con tan venerada imagen.
De acuerdo al Dr. Vicente Navarrete: “La imagen de San Miguel era
de madera y hecha con verdadero arte; fue incendiada junto con su
nuevo altar y una parte de la ermita, de manera contingencial, el 17 de
mayo de 1934 en el cantón Las Huertas de la misma jurisdicción, lugar
donde era verada desde hacía muchísimos años”.
[…]
No obstante, “los huerteños” aún hoy en día, son aferrados devotos
de San Miguel Arcángel y siempre recuerdan la fecha de “la desgracia
del incendio (…)”. (Rivas, 2000, pp. 262-263)
El 13 de enero de 2016, el cantón las Huertas fue erigido como Parroquia por
decreto del Obispo de la Diócesis de San Vicente, Mons. José Elías Rauda.
El territorio que le pertenece fue desmembrado de la Parroquia San Miguel
Arcángel de Ilobasco. De este modo, la jurisdicción de la nueva parroquia
abarca: Isletas, Santa María de los Milagros, el Jícaro, Quebrada Honda, San
José Calera, Vista Hermosa, Las Vegas y las Flores. Su sede está en el caserío El
Centro, de Huertas. El primer párroco (2016-2019) fue el Pbro. José Gregorio
Beltrán. Actualmente la preside el Pbro. Rosario Eliseo Rivas. En cada caserío
hay ermitas que son atendidas por el sacerdote párroco de la parroquia.
Las estas patronales, históricamente se celebran en honor a San Miguel
Arcángel, del 21 al 29 de septiembre. Pero, cuando se erige como Parroquia,
se dispuso como patrono al Sagrado Corazón de Jesús, con fecha movible cada
año: se festeja el viernes posterior al segundo domingo de Pentecostés. Pese a
ello, al centro del retablo del Altar del templo parroquial, está la imagen de San
Miguel Arcángel, como prueba de la profunda fe y veneración que los huerteños
tienen por su Santo Patrono.
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La historia de los Historiantes de Huertas
La transmisión oral de la tradición de los Historiantes con su danza, en Huertas,
tiene sus raíces en los Historiantes de Izalco, hace ya más de 200 años. Era el
tiempo en que las personas que habitaban Huertas iban hasta el occidente del
país a trabajar para los hacendados.
Según reere un informante, fue don Juan Vásquez el primero que llevó la
danza a Huertas:
Él había ido a trabajar a Izalco, allá vio y aprendió la danza y las retahílas,
las poesías y las trajo al cantón donde se las enseñó a otros. Él estaba
joven y se las sabía de memoria porque en Izalco las estudió del libro
que allá tienen. Don Juan – me contaban mis abuelitos – que bailó hasta
que ya estaba bien ancianito. Por lo menos le calculo unos 60 años que
él fue Rey (Reyes, 2019).
Después de don Juan Vásquez (primera
generación), los ensayadores y
Reyes fueron los siguientes: Margarito Vásquez y Santiago Romero (segunda
generación); Brígido Reyes y Dionisio Reyes (tercera generación).
A juicio de los informantes, cada uno de ellos danzó entre 50 y 60 años, pues
todos han iniciado a danzar cuando eran adolescentes o jóvenes:
Cuando ya uno puede manejar bien el corvo, y como uno desde chiquito
anda, aunque sea un garrote en la mano, uno está acostumbrado.
Entonces cuando comenzaron a danzar, estos viejitos tenían por lo
menos 18 o 20 años y danzaron unos 60. Para el tiempo de don Brígido
y Dionisio Reyes que eran nuestros abuelos un señor llamado don
José Alemán, que vivía en las Minas tenía un librito donde estaba la
historia de Carlos Magno o también llamada los doce Pares de Francia.
Yo todavía vi ese librito, pero se perdió. De ese librito nos aprendimos
de memoria la historia (Reyes, 2019).
La cuarta generación de ensayadores y Reyes la representan don Manuel Reyes
y don Leonardo Reyes. Don Manuel representa al Rey Moro Almirante Balán
y, don Leonardo, al Emperador Cristiano Carlos Magno. Ellos llevan ya 48
años danzando
.
De modo que, si quisiéramos establecer un dato cronológico, la información
cierta por transmisión oral, reere que el grupo de Historiantes del cantón Las
Huertas tiene entre 200 y 230 años de existencia. Sin embargo, los últimos
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15 años habían permanecido inactivos por varios motivos. Los informantes
reeren que:
la gente no entendía por qué peleamos con los corvos, y como también
después trajeron a los viejones y payasos para el
desle
de las
estas,
ya
no quisieron que saliéramos nosotros. Además, hubo un sacerdote que
nos dijo que no quería saber nada de esto, que él no estaba de acuerdo.
Y como a los jóvenes de hoy no les interesa, por todo eso nos fuimos
quedando (Reyes, 2019).
Figura 5. Danza de los Historiantes de Huertas 10 de noviembre de 2019.
Fotografía tomada por el autor
Pese a todo, aún hoy hay vivos 6 de los 12 integrantes de la cuarta generación.
Ellos se han encargado de transmitir y ensayar y danzar con otros
que llevan menos tiempo con ellos: los mayores llevan más de cuarenta años
danzando, otros entre quince y veinte y, los más jóvenes son los que se han
incorporado recientemente.
El grupo de Historiantes volvió a danzar el domingo 10 de noviembre de 2019
en el atrio de la ahora Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en el Cantón Las
Huertas, ante la presencia de más de un centenar de personas de los caseríos
aledaños. En esta ocasión, presentaron la Historia de Carlos Magno.
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La Historia de Carlos Magno
Los Historiantes de Huertas conocen a memoria la historia de Carlos Magno.
No hay un texto escrito, por tanto, la transmisión oral ha sufrido algunas
modicaciones. Hay palabras de difícil comprensión. Aquí las transcribimos tal
como los integrantes nos las han referido verbalmente.
La Historia reere el encuentro del Rey Almirante Balán con el Emperador
Carlos Magno. Es el Rey Moro quien provoca al Emperador Cristiano con
estas palabras:
Oh emperador Carlos Magno
hombre cobarde y sin ninguna virtud
envía dos o tres o cuatro de tus varones
a un hombre solo que espera batalla,
aunque sea Roldán y Olivero
títere y ojer de la noy
que te juro por mis dioses
que no les volverás a ver las caras;
¿o habéis por ventura olvidado el pelear
o te hace miedo de mi lanza?
Venid, venid los doce pares,
que uno solo no osa.
Entonces, del ejército Cristiano, Guarín se presenta ante Carlos Magno y le
dice:
Señor,
te suplico me des licencia de responderle a Fierabrás
pues ya que muchas veces te ha llamado
y si en esto será mi servicio
bien galardonado.
Responde Carlos Magno:
No,
ese hombre es un gran guerrero
Entonces, todos concuerdan que debe hacerse la batalla. Ésta se organiza. Des-
pués de un preludio de danza en la que los corvos resuenan al son del pito y del
tambor, cada uno de los guerreros, comenzando por los Moros encabezados por
su Rey, dice su poesía, en el siguiente orden:
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Moros Cristianos
1. Rey Moro, Almirante Balán:
Oh emperador Carlos Magno:
¿a dónde estás?
pues a la Turquía entraste
en busca mía
sólo por topar contigo
y vengarme en tu persona
pues con grande honra sería.
Y con esa tu imperial corona
y con tus propias manos
me amediaces a muerte,
pero primero bañaré mi espada en tu sangre
delante de ese viejo cano,
pues no hallaré piedad en los tuyos
ni menos la encontraréis en mí.
1. Emperador Carlos Magno:
Oh valerosos capitanes
en vuestro valor confío
para provocar al moro
y llamarlo al desafío.
Pues soy valiente siciliano
or de las caballerías
que son espejos de justicia
en quien él mismo se mira.
Hoy es cuando, que todo
en guerra y su bizarría
para que mueran magnetas
quiero darles batería.
Pues para hoy quiero el valor
que oscita mi pecho ardiente
contra este bárbaro activo
conado en Dios todopoderoso
y en la gloriosa Virgen Santa
María, la victoria ganaremos
Todos: ¡Ganaremos!
2. Sostibrían, Guerrero:
Soy Sostibrián guerrero
azote de los cristianos
con mi opinión y valor
es causa del imperio;
y todos esos viles cristianos
vendrán a morir a mis pies.
2. Roldán, el valiente:
Yo soy Roldán, el valiente
que he salido a esta campaña,
pues a mí nadie me engaña;
con el puñal en mis manos
le digo a mis compañeros
que seamos valientes guerreros;
yo mato a ese embustero
que está en el magno sagrado,
y aunque así sean mil moros
no me ajustan ni a bocado.
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3. Fierabrás de Alejandría:
Soy el mentado tacuazín
pasando por una quebradera
pues cuando yo me enojo,
no respeto ni a mi abuela.
3. Olivero ((nombre real, pero usa el de Guarín
para despistar):
Yo soy Guarín el valiente
de la ciudad de Lorena,
con esta mi espada
buena y mi valor
prominente,
pues para mí no hay valiente
que me pueda resistir;
ya tienen la muerte patente,
pues ya se va a morir.
4. Burlante (Caparrote):
Sale Burlante dice:
estrella de mar que brota
con este mi cortante cuchillo
la vida les voy a cortar.
4. Ricarte de Normandía:
El enviar una embajada
no es preciso en este día,
avisándole a sus hombres
que se preparen a la riña.
5. Valiente Salín:
Como valiente Salín
general de tu escuadrón
con mi brillante corvo,
destruiré al Rey Español.
5. Luis de Gorgona:
Vaya pues don Santiago,
antes de entrar al castillo
no los vayan a pelar
como quien pela a una gallina.
6. El Gracioso:
Todos, todos policías
todos, todos han hablado
y esto de pelear con los cristianos
no es como comer tortillas.
6. El Gracioso:
El chiquito y el grandote
con este mi corvote
me voy a hacer mamasos
a esos caras de jolote.
La música de los historiantes
Los historiantes de Huertas acompañan su danza al son del pito y el tambor. El
pito está hecho de vara de carrizo y el tambor de madera y cuero de venado,
ajustado con coyundas de cuero y pitas. El ritmo es acompasado y emula el
sonido de la guerra. Va en crescendo en los momentos más intensos de la
escenicación de la batalla y en los interludios cuando cada pareja de guerreros
está danzando. Los corvos chocan en el aire y rosan por el suelo resonando
armónicamente. El pito y el tambor callan cuando cada guerrero va a recitar
su retahíla. Resulta particularmente melódica la pieza de salida cuando los
danzantes se retiran. En efecto, el tambor reproduce el tropel de los caballos
sobre calles empedradas y el pito el son de la victoria.
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Figura 6. Danza de los Historiantes de Huertas 10 de noviembre de 2019.
Fotografía tomada por el autor
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El vestuario de los historiantes
A nivel general (Martínez Rivera, 2015), la vestimenta que se utilizan para
quienes representan a los cristianos tiene los siguientes elementos: las máscaras
que son un elemento europeo (todas ellas con rasgos de hombres blancos
barbados, de bigote, ojos claros y algunos de cabellos rubios), coronas adornadas
con ores, pantalones sencillos y trajes de guerreros cruzados.
Los moros portan una vestimenta más elaborada, siendo que llevan plumas,
cascos de guras zoomorfas, en algunos casos portan monedas antiguas,
un pequeño delantal, una capa y sobre ella una de forma cuadrada; los colores
brillantes están presentes en las vestimentas haciéndolas más llamativas.
Ambos utilizan también guras de papel de estaño, bordados y artículos
brillantes.
Los historiantes de huertas, reeren que históricamente así lo hacían, pero que
cada miembro dispone de su traje según sus posibilidades. En la presentación
que tuvieron al término de esta investigación, no portaban máscaras, pero sus
trajes elaborados, sus coronas y, ciertamente, el corvo como representación de
la espada.
Figura 7. Danza de los Historiantes de Huertas 10 de noviembre de 2019.
Fotografía tomada por el autor
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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2021 AÑO 11, n.º 12, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Rivas, Reynaldo Antonio. Los historiantes de Huertas: La danza de los Moros y Cristianos. Págs. 71-87.
Por una valoración conclusiva
Los factores históricos que propiciaron el encuentro de las culturas originarias
con las europeas, fusionaron elementos que dieron como resultado el nacimiento
de distintas tradiciones en nuestros pueblos. Muchas de esas tradiciones han
perecido en el tiempo; otras tantas perduran hasta el día de hoy, en sus distintas
y variadas expresiones.
Los pobladores del Cantón Las Huertas tienen una rica y larga historia, que
hunde sus raíces a los tiempos anteriores a la Colonia. Huertas era paso de las
tribus Chortis que venían desde Honduras a comercializar con los Lencas de
Ilobasco e iban hasta San Vicente.
La tradición de los Historiantes resulta ser bicentenaria, y ha tenido adaptaciones
que responden al lugar. Por desgracia, ha sufrido un largo periodo de inactividad
que casi la extingue. Sin embargo, en la memoria de los pobladores se mantiene
viva la historia de “ese grupo de moros y cristianos que peleaba con los corvos”
– como lo reere un poblador. Esa memoria viva non-scripta ha hecho posible
que graquemos ahora y se revitalice la tradición.
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Pieza de Exposición
Museo Universitario de Antropología
Cuenco