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REVISTA DE MUSEOLOGÍA OT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Marroquín, Salvador. Los instrumentos musicales y objetos sonoros tradicionales en El Salvador.
Págs. 53-91.
Los instrumentos musicales y objetos sonoros
tradicionales en El Salvador
Traditional musical instruments and resounding objects
in El Salvador
Lic. Salvador Marroquín
Etnomusicólogo
Director coral e investigador de la música
tradicional, académica y popular.
salvador.marroquin@utec.edu.sv
Fecha de aceptación: noviembre 2019
DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i11.10736
URI: http://hdl.handle.net/11298/1192
Resumen
A través del tiempo, nuestro pueblo ha sabido salir adelante ante las
adversidades naturales, sociales y política, buscando su propia identidad. En
el reino de Cuscatlán, también conocido como precolombino (¿-1524 d. C.),
se utilizó lo que el medio le proveía. En ese período, también hizo uso del
barro y de la metalurgia para elaborar instrumentos musicales que jugaron un
papel importante en los rituales de la medicina, a la naturaleza y, por supuesto,
en su contacto con los dioses del inframundo. En el Mestizaje cultural (1524-
1950) amalgamó lo útil conocido con todo lo que venía de las otras culturas
(europeas, asiáticas y africanas), e insertó en los rituales católicos instrumentos
que les servirían en sus propias celebraciones. En el capitalismo industrial se
fortaleció su identidad con los materiales naturales y los productos de desecho
y, por supuesto, con los instrumentos musicales que se incorporaron en lo
cultural, social y en los rituales católicos.
Palabras clave: Instrumentos musicales indígenas - El Salvador. Música
afroamericana. Identidad cultural - El Salvador. Música folclórica salvadoreña.
Música - aspectos sociales. Etnomusicología - El Salvador.
Abstract
Through time, our people has been able to move forward in the face of natural,
social and political adversity, and in the pursuit of their identity. In the kingdom
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of Cuscatlán, also known as the Pre-Columbian kingdom (?? 1524), people
used what their environment was able to provide. During that same period,
metalurgy and clay were also used to manufacture musical instruments which
played a relevant role in the different rituals of nature and medicine as well as
to establish contact with the gods of the Underworld. In relation to the cultural
blend (1524 1950), it melted their own known products with those coming
from other cultures (European, Asian and African); it also incorporated useful
instruments for their own catholic rituals and celebrations. Within the industrial
capitalism, their identity was strengthened by means of the use of natural
materials and the elaboration of waste products in addition to the musical
instruments that were incorporated in culture, society and catholic rituals.
Key words: Indigenous musical instruments - El Salvador. African American
music. Cultural identity - El Salvador. Salvadoran folk music. Music - social
aspects. Ethnomusicology - El Salvador.
Iniciando del año 1976, comenzamos a investigar lo relativo a la literatura
oral-tradicional, con especial énfasis en la música. Nuestro acercamiento a los
estudios realizados sobre este tema nos enfrentó a una limitación: la falta de
información sobre nuestra cultura, en especial, la tradicional. El reto era grande
y había que comenzar desde el principio, desde las entrevistas personales. En
esa época no contábamos con internet ni con los avances tecnológicos que
ahora conocemos, solo había información oral. Los costos en aparatos, cintas,
casetes, baterías y largas horas de grabación eran cada vez más altos y el trabajo
implicaría cientos de horas, prácticamente incosteables.
El objetivo principal de nuestro estudio es que el conocimiento cientíco
sobre los instrumentos musicales tradicionales, contribuya a rescatar, divulgar,
proyectar y aplicar estos elementos de nuestra cultura, que, sin duda, contribuirán
a denir y reforzar nuestra salvadoreñidad. En el presente trabajo tratamos
de ubicar una cronología panorámica de los instrumentos musicales desde el
periodo pre-colombino; y hemos integrado aquellos de otras culturas con las
que históricamente hemos tenido contacto, especialmente aquellos instrumentos
que han permanecido vigentes.
Para el presente estudio, nos hemos basado en los criterios taxonómicos de Erich
von Hornbostel y Curt Sachs, quienes han sistematizado una clasicación donde
todos los instrumentos del mundo tienen un lugar. Según dicha clasicación,
los instrumentos musicales se dividen en: idiófonos
1
, membranófonos
2,
,
1
(1)
Instrumentos cuya materia sólida para sonar y ser audible no requiere tensión una vez
puesta en vibración. Esta El sonido puede lograrse a través de un golpe directo o indirecto,
frotación, entrechoque, y otros.
2
(2)
Instrumentos musicales que necesitan de una supercie elástica y tensa, requiere de
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cordófonos
3,
, aerófonos
4
y electrófonos
5
. Este último lo excluimos por no
concordar con los criterios arqueo-antropológicos. Las secciones de instrumentos
se han ordenado alfabéticamente.
Los primeros instrumentos musicales en El Salvador datan de varios miles
de años. Gracias a los estudios realizados por la Arqueología, la Historia y la
Etnomusicología, hemos podido recabar datos acerca de los modos de vida
de nuestros antepasados y por la técnica de la estratigrafía
6
y del carbono 14
se les ha ubicado en el tiempo. Asimismo, la Antropología ha hecho valiosos
aportes y ha sentado bases para estudios posteriores. En esa línea, esperamos
que este trabajo sea un aporte para la comprensión y estudio del tema que aquí
nos compete.
Es importante, por tanto, denir nuestro concepto de cultura, entendida esta
categoría como el cultivo de la realidad. Al enfrentar el mundo y la vida, el
hombre creó cultura, porque llenó todo tipo de necesidades —materiales,
sociales y espirituales —, y también construyó, paso a paso, en ese devenir, un
mundo vitalmente equilibrado e interactuante dentro del universo, del cual él (el
hombre) era una parte importante, pero solo eso: una parte.
Las expresiones plasmadas en un sinfín de materiales recrean valoraciones
del mundo y de la vida que identican a cada grupo social en el tiempo y
el espacio. Por ello, los hechos de cultura son clasicados por algunos
especialistas latinoamericanos como cultura material o ergológica, que
estudia el objeto en sí; cultura social, que estudia el hecho folklórico como
elemento compartido por un entorno colectivo; y cultura espiritual-mental,
que trata las expresiones más profundas, como esa conciencia e inconsciencia
colectivas de las que surgen los ritos, los mitos y las leyendas y formas de
pensamiento milenario heredado por generaciones a una colectividad, en cuyo
crisol se ha fundido el “sentido común” y el “buen sentido”. Un artefacto, por
ejemplo, podrá clasicarse como material o ergológico, y, por su uso, si forma
parte de un ritual, en espiritual-mental.
El papel que ha jugado la música en el transcurso del tiempo es valioso. Muchos
de los materiales, usualmente orgánicos, que se han utilizado desde el principio
de los tiempos en la confección de los instrumentos musicales han sido
tensión externa, usualmente de material distinto al cuerpo del instrumento. Se excita a través
de golpes, frotamiento, etc.
3
(3)
Instrumentos que tienen cuerdas o piezas longitudinales propias o de otro material elástico
que requieren de tensión externa. Son excitados a través de golpes, frotamiento, punteado,
rasgado y otros.
4
(4)
Instrumentos que, para sonar, requieren de la vibración de materia gaseosa.
5
(5)
Instrumentos que suenan por medio de la energía eléctrica.
6 Técnica que estudia los estratos terrestres para relacionarla con la presencia de posibles
grupos humanos.
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corruptibles; y solamente a través de los grabados plasmados en recipientes,
códices, bajorrelieves, reseñas hechas por los cronistas, etc., sabemos de la
existencia de la música en esas épocas.
Según el resultado del estudio del hombre, se ha determinado que la música,
la danza y la poesía, en las más remotas civilizaciones, han sido expresiones
indivisibles, no se daban por separado, eran una sola expresión. Mesoamérica
no fue la excepción. El baile, el canto y la poesía eran formas que permitían
una comunicación directa con los dioses, eran alabanza colectiva sin tiempo y
espacio, era un canto cósmico del que —todavía— todos seguimos siendo parte.
Los criterios que hemos utilizado para calcular la duración de cada etapa
histórica han sido los mismos que registran la Antropología,
(7)
Arqueología,
(8)
la
Historia,
7(9)
la Etnomusicología
8(10)
y la Organología
9(11)
Las etapas históricas a estudiar en el presente trabajo son:
I. Período precolombino
Este período se dene desde el primer indicio de la presencia del primer hombre en
el actual territorio salvadoreño, desde (?)-1200 a. C. hasta 1524 d. C., que llega el
primer contingente de españoles a territorio salvadoreño a este. Aquí asumiremos
los criterios del arqueólogo Rafael Cobos sobre el período precerámico como
equivalente a los períodos lítico y arcaico de la historia salvadoreña.
El presente período lo subdividiremos de la siguiente manera:
1.1 Precerámico ([?]-1200 a.C.)
1.1.1 Lítico o paleoindio
1.1.2 Arcaico
1.2 Preclásico (1200 a.C. - 250 d.C.)
1.3 Clásico (200/250 d.C. - 1200 d.C.) y
1.4 Postclásico (1200 d.C. - 1524 d.C.)
II. Período del mestizaje cultural
Incluye Conquista, Colonia y República (1524-1950). Durante estos años los
instrumentos musicales han cobrado importancia, cada uno en su momento
7
(7)
Ciencia que estudia al hombre.
(8)
Ciencia que estudia las artes y los monumentos de la antigüedad.
(9)
Ciencia que estudia el pasado social del hombre. Los datos pueden recabarse en sus
formas oral y escrita.
8
(10)
Ciencia que estudia la música de tradición oral.
9
(11)
Ciencia que estudia los instrumentos musicales.
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Salvador Marroquín
histórico, aunque posteriormente han compartido coetaneidad con instrumentos
anteriores y posteriores a ellos. Esto es un ejemplo de la riqueza sincrética de
las culturas protagonistas: la memoria colectiva siguió utilizando lo que conocía
desde el período pre-colombino e incorporó lo que le era útil de las culturas
europea y africana.
III. Período del capitalismo industrial
Abarca desde 1950 hasta nuestros días. La principal característica de esta etapa
es la conformación del capitalismo industrial y su aporte indirecto en la cultura,
y, muy especialmente, en la manufactura de artefactos musicales con productos
industriales de desecho.
Primera parte
Período precolombino:
Período precerámico ([?]--1200 a.C.)
Según las investigaciones realizadas, los primeros datos sobre la presencia del
hombre en El Salvador —de manera organizada— nos los da Rafael Cobos; en
su publicación Síntesis de la arqueología de El Salvador (1850-1991) reere las
únicas muestras de este período que se han encontrado en Chalchuapa (Sharer,
1978): varios desechos de navajas de obsidiana y materiales cerámicos. Luego,
prosigue el mismo autor: “Por otra parte, Sheets (1991) observó en colecciones
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particulares puntas de proyectil (puntas Folsom) elaboradas de obsidiana y
cuyas formas se asemejan a las reportadas en períodos más tempranos en otros
puntos del continente” (Cobos, 1994, p. 49).
Período lítico o paleo-indio
La arqueología salvadoreña —por el momento— no nos da mayores datos
respecto este período, puesto que falta intensicar dicho estudio. Recordemos
que nuestra patria es todavía un terreno virgen en materia de investigaciones de
orden cultural. Ahora bien, al tomar en consideración los datos aportados por los
estudios cientícos realizados en el resto de Mesoamérica, sabemos que durante
este período los grupos culturales eran comunidades de cazadores y recolectores
que practicaban actividades no especializadas, con lo cual no lograron mayor
eciencia en la utilización de los recursos de un lugar determinado (Ministerio
de Educación, 1994, p. 10). Con el transcurso del tiempo, los paleoindios fueron
comprendiendo los diversos usos de las plantas y animales (alimentación, cestería,
tintes y medicinas) y las épocas en que podrían ser aprovechables y de mayor
duración. Para ello, los líderes de la comunidad llevaban registro de las estaciones
apoyándose en calendarios sencillos (Ministerio de Educación, 1994, p. 11).
Musicalmente hablando, el conocimiento acumulado ayudó a los chamanes a que
le dieran mayor preponderancia a la voz y al cuerpo humano. Los cantos de alguna
manera tuvieron que ver con el ciclo de vida, la naturaleza y el universo. Por esa
razón los cantos también se utilizaron en rituales, curaciones y otras expresiones
que se recreaban en la repetición constante hasta llegar a una monotonía casi
hipnótica.
Se sabe que en el transcurso de este período aparecieron los primeros idiófonos:
los raspadores de piedra y hueso, el carapacho de tortuga, los sartales de
caracoles y entre los aerófonos: las autas sin agujeros y el palo zumbador.
Estos principios sonoros se comienzan a aplicar a diversos materiales existentes
en el hábitat. Los antecesores del güiro, el carapacho de tortuga y las autas
tapadas dan origen desde este período a prácticas musicales que se comparten con
otras de períodos siguientes hasta llegar a nuestros días.
Período arcaico
Durante este período, las comunidades eran cazadoras y recolectoras de recursos
silvestres con “evidencia de división en rangos sociales, chamanismo y otras
especializaciones dentro de comunidades permanentes o semipermanentes”
(Ministerio de Educación, 1994: 13). Desde hacía mucho tiempo en Mesoamérica
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se venía domesticando cultivos como el maíz, el ayote y el frijol, y hasta 1600
a.C. aproximadamente aparecen las primeras comunidades agrícolas. Desde
este momento, la agricultura se vuelve la principal fuente de alimentación.
La caracterización de este período se debe a que los materiales sonoros del
medio ambiente son incorporados a la práctica ritual y vital. Para entonces,
los árboles huecos de la montaña, o troncos ahuecados, fueron musicalmente
experimentados y posiblemente de ahí se originó el prototeponahuaste, idiófono
que, al principio de este período en América, se usó en tamaños de hasta 7
metros (Brasil y Colombia), antecesor del teponahuaste mesoamericano; y el
modelo para construir el tambor simple de un parche (membranófono), similar
al huehuetl mexicano; y posiblemente, también, el cuero de venado haya sido
preferido dada su elasticidad y sonoridad.
Otro idiófono de este período es el bastón rítmico similar al cayado, que creemos
fue utilizado por los curanderos para sacar los malos espíritus. Los aerófonos son
representados por las autas con perforación, la concha de caracol. Respecto a
la caramba, cordófono —arco de cacería, con aditamento resonador, utilizado
como instrumento musical— algunos especialistas como la folklorista Baratta
(1952), sostienen que fue utilizado por los pueblos mesoamericano, la caramba
puede aplicarse dos técnicas de ejecución: una rítmica, y otra, melódica, lo que
podría dar la posibilidad de una combinación sincrética. Como resultado de
muchos años de estudios etnomusicológicos, sostenemos que, hasta el momento,
no hemos encontrado indicador alguno, en códices, reseñas, documentos, etc.,
de que el arco de cacería haya sido utilizado en nuestro territorio de esa forma.
La evidencia apunta más hacia su origen afro, dada su amplia dispersión en todo
el continente africano, y por su variedad de tamaños y técnicas.
Al parecer, expresiones musicales de esta época, son: arrullos, cantos rítmicos,
cantos de trabajo colectivos, cantos infantiles y de amor.
Cuadro 1.
Los instrumentos musicales del precerámico
Clasicación Instrumentos musicales
Idiófonos: Carapacho de tortuga, raspadores, bastón rítmico,
cuerpo humano
Membranófonos: Tambor simple, voz humana
Aerófonos:
Concha de caracol, autas con perforación,
autas sin agujeros.
Vaina
Salvador Marroquín
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Período preclásico (1200 a. C.-250 d. C.)
Poco a poco, por la necesidad de subsistencia, los grupos humanos nómadas
se establecieron en esta tierra donde las condiciones les fueron más favorables.
Al parecer, los primeros pobladores se instalaron en la planicie costera porque
ahí podían enriquecer su dieta alimentaria con animales y frutas silvestres de la
montaña y los recursos marinos de la costa (Ministerio de Educación, 1994, 23).
El gran descubrimiento de este período es la cerámica. La experimentación
sonora toma gran auge porque la cerámica no frena el uso de otros materiales.
Los nuevos instrumentos se construyeron de cerámica y en muchos casos
se reprodujeron los modelos anteriores con ese mismo material: sonajas,
raspadores y sartales de barro. También, se elaboraron los timbales de parche
simple en forma de olla (fondo cóncavo) o de vaso y luego los de parche doble
con tabique intermedio, de diversos tamaños.
Con la utilización del barro orece una cantidad descomunal de aerófonos,
como: autas de lo en u (con embocadura similar a las quenas) sin aeroducto;
autas dobles rectas o globulares con un solo canal de soplo o con dos
independientes; autas globulares de una (ocarinas), dos o tres cámaras
de resonancia interconectadas; silbatos simples y dobles; vasos silbadores
(Boggs, 1974).
Cuadro 2.
Los Instrumentos musicales del período preclásico
Clasicación Instrumentos musicales
Idiófono: Sonaja
Aerófonos: Flauta de lo, autas dobles, pitos (ocarinas)
Silbatos, vasos silbadores.
Período clásico (250-900 d.C.)
Lo que caracteriza al período clásico, es la excelencia organológica que resulta
de la fusión de la estética con lo empírico. Esta fusión se traduce en términos de
una asombrosa variedad y multiplicidad de artefactos sonoros reelaborados en
diversos materiales ya conocidos, que se adicionan coetáneamente a aquellos
que se elaboraron sobre una acústica posterior bastante experimentada.
Durante este período, quedan constituidos, entre los idiófonos, el cántaro, que
se ana con agua; fue usado musicalmente como instrumento rítmico, como
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idiófono de golpe directo; entre los aerófonos, una gran cantidad y variedad
de autas de barro de hasta de seis agujeros, autas rectas sin agujeros con
émbolo de bola interno, que nos hace concluir que ya se conocía en esa
época el microtonalismo y las trompetas de madera de unos 2.5 metros,
aproximadamente. Estas grandes trompetas, de madera y con extremo terminal
en forma de campana, fueron grabadas en una vasija precolombina encontrada
en el territorio nacional. En dicha vasija, se puede observar un grupo de
ejecutantes cuyas trompetas se encuentran apoyadas contra el suelo en un
ángulo aproximado de sesenta grados (ver gura). El único membranófono
que se tiene registrado es el timbal de agua, de los mayas. Vicente Mendoza,
citado por Castellanos, nos hace una interesante observación sobre la presencia
de “tresillos y dosillos, mezclados con valores de un tiempo, de manera
que ningún instrumento ni la voz coinciden, obteniéndose una gran riqueza
polirrítmica” (Castellanos, 1970, p. 44). La expresión del tiempo plasmado en
la música indígena actual corresponde a la concepción del tiempo cultural que,
sin duda, es precolombino.
Cuadro 3.
Los Instrumentos musicales del período clásico
Clasicación Instrumentos musicales
Idiófonos: Cántaro
Aerófonos: Flautas de seis agujeros, autas de émbolo interno,
trompetas de madera
Membranófonos: Timbal de agua
Período post-clásico (900 d. C.-1524 d. C.)
Según Castellanos, el teponahuaste fue inventado en este período. También, en
este período, la metalurgia fue aprendida por los nahuas hacia 800 d.C. de los
pueblos que existieron en ese entonces, ubicados en los territorios de los actuales
países de Perú y Colombia. El campanólogo español Cieza de León, arma que
—en este período y en los territorios antes mencionados— existieron campanas
precolombinas de oro que eran sonadas durante los ritos religiosos y sacricios
humanos (Casanova de Párraga, 1969, p. 6), que formaban parte de una visión
del mundo y de la vida de una estructura teocrática socialmente establecida.
Según datos registrados, regionalmente, resulta interesante comparar la
similitud de términos que identican instrumentos sonoros, metálicos, más o
menos cercanos. En El Salvador, por ejemplo, se han encontrado cencerros y
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cascabeles de metal que en muchos lugares son identicados como chinchines.
Posiblemente el chinchín (sonaja) de hojalata, de los pueblos de Sonsonate, sea
un reminiscente de ese original metálico. En Perú —según Castellanos—, le
llaman chilchil a algunos instrumentos metálicos precolombinos. En Nicaragua
recibe ese nombre una pequeña campana, y en México, una sonaja de metal
(Castellanos, 1970, p. 44).
Cuadro 4.
Los Instrumentos musicales del período postclásico
Clasicación Instrumentos musicales
Idiófonos: Teponahuaste, cascabeles, chinchín, cencerros.
A continuación, veremos cuáles instrumentos musicales fueron de uso corriente
durante el período del mestizaje cultural, cuyo uso ha perdurado hasta el nal
del siglo xx.
II Etapa del mestizaje cultural (1524 - 1950)
La cultura popular salvadoreña está fundamentada en la cultura de varias
etnias mesoamericanas, cuyo acervo llega hasta nosotros a través de prácticas
tradicionales; en la cultura europea, que comienza a enraizar desde hace 500
años durante la Conquista y Colonia; y, posteriormente, en el aporte africano
que se logra absorber totalmente, quedando estas tres corrientes originales
engranadas en una unidad sincrética.
Resulta un dato curioso la siguiente armación que hace Contreras Arias cuando
habla de lo sucedido a los instrumentos precortesianos en el México colonial:
1. Muchos de los instrumentos precortesianos que sobrevivieron en la colonia
fueron construidos con otros materiales distintos a los usados originalmente,
algunos porque trabajar la piedra, el metal y la cerámica requería de un
tiempo con el que ya no contaban los pueblos sometidos, además de varios
de estos materiales formaron parte del tributo que debían entregar a los
conquistadores.
2. Posible táctica de resistencia cultural fue la construcción de una gran cantidad
de instrumentos como autas y tambores, que originalmente se hacían de
cerámica, con materiales como el carrizo y la madera que, asumiendo
algunos elementos constructivos como los tensores de corredera y el lo
interno, semejaban a los de los españoles; además de la consigna dada por
Cuauhtémoc de ocultar y destruir todo conocimiento a los conquistadores,
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ya que materiales como el carrizo, la cera, y las plumas, entre otros,
representan materia prima efímera. Esto último tiene concordancia con la
tendencia en las culturas indígenas de ahora, de conservar determinados
instrumentos bajo estricta custodia, o destruirlos inmediatamente después
de cumplidas sus funciones rituales junto a atuendos y decoraciones.
Usualmente, las modicaciones en los instrumentos musicales; como en los
materiales, las decoraciones, y otros, se dan hasta en la actualidad. Este dato
resulta interesante porque hasta el momento, reriéndose, entre otros, a la auta
de carrizo, los estudiosos, al no encontrar en los sitios arqueológicos una auta
de carrizo precolombina, aducen, como única explicación, que los materiales
son corruptibles y con el tiempo y la humedad se hayan deteriorado (Contreras
Arias, 1988, p. 68).
El mestizaje cultural es la etapa histórica más compleja que se ha vivido. Las
diversas corrientes culturales que conuyeron desde muchas partes del mundo
a nuestro país incidieron en el enriquecimiento de nuestra cultura y, en especial,
en los instrumentos musicales.
Durante dicho contacto –prosigue Contreras Arias– muchos instrumentos
musicales que vinieron a nuestra tierra,
1. Lograron mezclarse tanto entre sí como con los nuestros mesoamericanos
2. Sustituyeron a otros existentes.
3. Los que no lograron encajar con las nuevas prácticas culturales o que se
utilizaban en ceremonias que ya no se iban a efectuar, decayeron.
4. Otros, han permanecido o,
5. Han dado origen a otros.
Haciendo un recuento histórico, recordemos que los instrumentos musicales
conocidos en el sur de Europa para la Edad Media procedían del Asia a través de
Bizancio o del imperio islámico. España se sacudió ocho siglos de dominación
militar árabe en su territorio, pero quedó marcada por la cultura mora. Esta
conagración conmocionó tanto al mundo conocido, que puso en íntimo contacto
a Europa con Asia y África. “Lo prolongado del período de dominación islámica
permitió no sólo la extensión de una homogeneidad cultural entre estos pueblos,
sino que por los constantes intercambios, también se incorporaron rasgos culturales
de nuevas poblaciones dominadas, las cuales poseían características peculiares y
en algunos casos desarrollo avanzado en áreas de conocimiento respecto al grupo
dominante, así lo evidencian los rasgos de estas culturas maniestos aún en la
actualidad en España y en América Latina” (Centro para las Culturas Populares y
Tradicionales, 1988, p. 10). Recién salida de esa experiencia, España descubre el
Nuevo Mundo. Para entonces, muere el siglo XV y nace el XVI.
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Los españoles que se embarcaron con los conquistadores fueron los que no
tenían nada que perder: los aventureros, los soñadores, los ambiciosos y los
que tenían cuentas pendientes con la justicia española. Casi todos traídos de las
capas sociales inferiores, aunque también hubo excepciones. Ya en América, “los
disímiles patrones culturales de conducta entre militares, frailes y aristocracia,
ocasionaron que su inuencia en las culturas mesoamericanas fuera diferente
entre sí, debido al variado repertorio e instrumentos utilizado por cada estrato”
(Contreras Arias, 1988, pp. 68-69).
Durante la colonia –prosigue Contreras Arias–, hubo dos corrientes que
determinaron el destino de los instrumentos musicales:
1. “La clase aristocrática que comprendía algunos comerciantes mayores y
las autoridades militares, religiosas y civiles” (Contreras Arias, 1988, p.
88). Algunos miembros de esta clase mantenían un constante interés por
traer lo musicalmente nuevo en Europa. Como consecuencia hubo un ujo
constante de instrumentos musicales, músicos y constructores europeos en
nuestra tierra.
2. La otra corriente, “la popular, [que] estaba integrada por los soldados,
misioneros, pequeños comerciantes y estratos que irían incorporándose
poco a poco en el mestizaje” (Contreras Arias, 1988, p. 88), poseía un
espíritu independiente y conservador, involucró poco a poco, a elementos
musicales europeos con recursos de este territorio y elementos de otras
culturas que lo habitaban –indios y negros–, de manera que, aunque sus
manifestaciones estaban ligadas con las europeas, se caracterizaban de
manera singular paulatinamente.
Los instrumentos musicales usados por los militares españoles fueron utilizados
en los despliegues militares y los que éstos ejecutaban en momentos de descanso.
Algunos de los artefactos –idiófonos– utilizados en las danzas por los soldados
españoles: palos, machetes, espadas, etc., poco a poco fueron incorporados por
los indígenas a sus bailes.
Como podemos apreciar, los idiófonos que había en Mesoamérica eran
tan numerosos que el aporte hispano fue mínimo. Los cascabeles, como lo
hemos visto anteriormente, ya eran utilizados por los indígenas. Entre los
membranófonos traídos por los soldados guraban los atabales o timbales (de
fondo cóncavo) en conjunto con trompetas, cornetas o con sacabuches (se trata
de los trombones antecesores de aquéllos y no los sacabuches tradicionales). En
las acciones militares y para acompañar y dar realce a las ceremonias cívicas y
religiosas, fueron sustituidos –los atabales o timbales– por bimembranófonos, de
manera que aún en la actualidad, en las bandas de pueblo se los puede observar.
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Otro de los instrumentos musicales europeos, que se utilizó muy temprano,
durante la conquista es la espada de cazoleta. Este idiófono fue utilizado en la
“Historia de moros y cristianos” cuya práctica se remonta al siglo xii durante
las Cruzadas. Esta representación logró aceptación entre la soldadesca medieval
porque lograban mayor conanza en el combate ya que siempre –con la ayuda
de Santiago apóstol– salían airosos contra los árabes de aquella época.
En América, la “historia” según Bernal Díaz del Castillo, nos relata que entre
nales de 1524 y principios de 1525, Hernán Cortés hizo su expedición a las
Hibueras (Honduras) y al pasar por Coatzacoalcos se le recibió con arcos
triunfales y presenció “ciertas emboscadas de cristianos y moros”.
El tambor militar europeo contaba con dos aros que servían para sujetar el
amarre con forma de “w” y de esta manera templar los parches o membranas
y con un rústico “zarcillo” consistente en dos cuerdas ubicadas diametral y
exteriormente a la membrana inferior, de tal manera que, al golpear el tambor,
ésta, a su vez, golpeaba la membrana por resonancia redoblando dicho golpe.
El tambor campesino actual cuenta con los aros, los amarres, dos membranas,
el zarcillo, más la cuerda de tensión que circunda el instrumento retorciendo
los amarres en w. Las bandas de tensión permiten anar y balancear directa
y manualmente el temple en cada parte de la membrana, tal como se hace
actualmente con sistemas mecánicos y pernos.
También es digna de mención la técnica de ejecutar simultáneamente por un
solo ejecutante, tal como se ejecuta el txistu del país vasco, una auta de carrizo,
de pico de dos agujeros dactilares llamada calambo y un tambor mucho más
pequeño que el atahualné (que actualmente en Cacaopera llaman tamborcito).
Entre los pueblos precolombinos, dicha técnica fue ampliamente utilizada en
los pueblos suramericanos, según lo registra Von Hagen en su libro Los incas, y,
asimismo, nos dice Contreras Arias que “quizá tenía una connotación especial
en las culturas mesoamericanas como puede observarse en los códices donde
un solo personaje ejecuta un membranófono junto a otro instrumento, como
maraca o caracol. Esta dotación permaneció en las danzas y festejos de carácter
religioso” (Contreras Arias, 1988, p. 70).
Los cordófonos fueron el mayor aporte que recibimos de las culturas no
americanas. De éstos se quedaron: la guitarra de órdenes simples (seis cuerdas)
y de órdenes dobles (doce cuerdas); la guitarrilla de cuatro cuerdas que proviene
de las guitarrillas antiguas medievales de fondo plano, de origen latino; la
mandolina: tanto la de fondo plano (latina) como la oriental de fondo cóncavo.
Otros cordófonos que tienen tanta importancia como los ya mencionados
son el violín y el contrabajo. Las cuerdas han ocupado principal importancia
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desde el inicio del período colonial en ritos religiosos tales como misas, rezos,
matrimonios, etc. No hay que olvidar que cuando diseñaron las construcciones
monumentales de las iglesias coloniales, el “coro” ocupaba un lugar especial
—en alto— y en contacto directo con el altar mayor. En este caso, el término
“coro” es un espacio dedicado a los músicos con sus respectivos instrumentos
musicales y a los cantores, los cuales han sido elementos importantes dentro de
la liturgia. Recién iniciado el período colonial reere Delgado—, la Iglesia
diseñó un cuerpo de auxiliares que ayudarían a su labor pastoral, como se
muestra a continuación:
1. Los scales, que eran los hombres de conanza de los sacerdotes, curas y
doctrineros. Prácticamente ellos aseguraban el culto y mantenían la piedad
en pueblos en donde no residía sacerdote alguno.
2. Los alguaciles, eran indios adultos pagados por sus encomenderos y
puestos a la entera disposición del doctrinero, para convocar a todos los
indios a la doctrina —previamente se elaboraba un censo—, contaba con
un libro para controlar la asistencia a la misa y para mantener el orden y
la disciplina durante el desarrollo de la doctrina, contaba con una varita
—símbolo de autoridad— que utilizaba a discreción para castigar a los
revoltosos y a los que no asistían a la doctrina.
3. Un grupo de tres o cuatro muchachos que siempre asistían al doctrinero y
eran los que estaban mayormente preparados para sustituirlo en los lugares
donde aquél nunca iba. Junto a los alguaciles, los muchachos aseguraban
la enseñanza de la doctrina y mantenían el fervor y la devoción de los
feligreses. A veces, —continúa Delgado—, organizaban los rezos de las
horas del Breviario, cantándolas y acompañándolas con instrumentos
musicales (Delgado, 1991, pp. 94-95).
Los misioneros comenzaron utilizando los instrumentos militares. También
tenían para uso especíco dentro de la liturgia: las campanas monumentales que
instalaban en el campanario, lugar alto y abierto cuyo sonido podía escucharse
a grandes distancias. Una de las variantes conocidas, son es las campanas
volteadoras, especie de noria rústica, que se gira durante la consagración. Un
ejemplo de estas norias se encuentra en la iglesia de Panchimalco, lateralmente,
en el altar mayor. Otros idiófonos son la matraca y la carraca, ambas de origen
árabe, se usaron durante la Europa medieval y por razones de uso práctico
sustituyeron a la campana en los ritos religiosos católicos que requerían de la
movilidad de los feligreses tal y como se da en las procesiones. Las cadenas
azotadas contra las calles empedradas durante la procesión del Jueves Santo
también tienen origen medieval. El peine es un membranófono, mirlitón
europeo, con una dispersión geográca prácticamente mundial. El órgano, fue
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Morritos o Guacalitos
Salvador Marroquín
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otro de los instrumentos que sobrevivieron por adaptarse totalmente a la liturgia
católica. Una muestra es el órgano tubular colonial, aerófono, que se encuentra
en el coro de la iglesia de Metapán.
De las violas –cordófono de frotación–, se origina el violín. En Cacaopera, en
el departamento de Morazán, utilizan un violín rústico que se ejecuta de manera
similar que dicha viola. El violín se apoya en el antebrazo del ejecutante y para
sujetarlo utilizan una cuerda que se aanza en el brazo.
La aristocracia por tener interés en traer lo nuevo de España, trajo especialmente
instrumentos de cuerdas: versiones de las antiguas violas, violines, violas,
violoncelos y contrabajos; así, también, versiones de las antiguas guitarras,
guitarrillas y vihuelas.
El desarrollo que tuvo la provincia de San Salvador durante la Colonia, posibilitó
condiciones que mostraran una mayor apertura a formas y expresiones más
sosticadas en el arte musical e instrumental. A mediados del siglo xviii en la
Alcaldía Mayor de La Trinidad de Sonsonate (Escalante Arce, 1992, p. 25) se
organizaban bailes de contradanza y zarabandas, con música de violines, vihuelas
y trompetas y muchos otros instrumentos que amenizaron las Plausibles Fiestas
Reales, y la Recordación Florida, que coinciden con el período de construcción
de las iglesias monumentales en territorio salvadoreño.
El respaldo que en ese momento se le dio a la música vocal e instrumental da
cuenta de los numerosos talleres de ebanistería donde, entre otros, se construía
y arreglaban instrumentos de cuerda.
Son muchos los instrumentos registrados en nuestro país que vinieron en esa
época. Por ejemplo, tenemos: el serrucho que vino de Europa utiliza dos técnicas
de ejecución: de golpe y frotada; las monedas o bambas idiófono, de origen
oriental, que suenan por entrechoque durante el baile; las polainas, idiófono
de sacudimiento, europeo; el acial instrumento de posible origen oriental que
imita el sonido del látigo, y el cayado del Asia menor que se usa en los “Autos
sacramentales” y nacimientos en “vivo”.
“Desde el siglo xvi —según Contreras Arias— los frailes dominicos llevaron
esclavos negros hacia áreas que hoy conforman Chiapas, Tabasco y Guatemala
(posiblemente se extendieron hasta nuestro país, dado el intercambio
comercial que existía ya en ese entonces y porque algunos propietarios de
grandes haciendas en nuestro territorio radicaban en Guatemala), para que
trabajaran sus ncas, lo que seguramente provocó la inuencia de la marimba
desde entonces en esa región —en sus dos versiones: criolla y de arco—,
que es donde mayor arraigo tiene en la actualidad este instrumento. El
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término, marimba, remite a una palabra de origen bantú, relacionada con este
instrumento en diferentes partes del África como: Mozambique, Camerún,
Nigeria y Senegal, entre otros” (Contreras Arias, 1988, p. 81), de donde
se trajeron, según estudios del Dr. Aguirre Beltrán —citado por Contreras
Arias— la mayor cantidad de esclavos negros de la costa de Guinea y del
Congo, a México en el período colonial.
Otros instrumentos africanos son: la quijada de burro o charrasga constituido
por el maxiliar inferior de un burro (caballo o mula) que, estando completamente
limpio, se le ejecuta tomándolo del vértice y se golpea lateralmente con el puño
cerrado. La otra forma es ludiendo las muelas con algún otro objeto como
alambre, cuerno de venado o un trozo de madera. Otros instrumentos de diversa
clasicación, de origen afro, son: las claves, idiófono, palos de entrechoque, el
cacho, idiófono de ludimiento que consiste en un cuerno de res con incisiones
de uso similar al güiro; el güiro que llega a nosotros por la vía afro-americana,
el sacabuche y la sambumbia que son instrumentos que se remontan al neolítico
africano aplicado en ritos de iniciación y fertilidad. El cajón que es una forma
camuada del teponahuaste o préstamo-variante del cajón africano. La caramba
es un cordófono descendiente del arco africano de cacería. Según estudios
realizados en el arco africano, éste se registra desde el neolítico africano y
tiene técnica de ejecución melódica. La caramba, descendiente directo del arco
rítmico africano, en nuestro país, está vigente.
La necesidad de mantener permanentemente las paradas militares, los actos
civiles y ritos católicos no sólo ha dado origen a una práctica vocal e instrumental,
sino que ha sido el medio de subsistencia de grupos vocales y bandas pueblerinas
que se han potenciado paulatinamente desde la época colonial hasta nuestros
días. La necesidad de atender la religiosidad de los pueblos de indios obligó a
algunos clérigos a iniciar a los indígenas como “maestros de coro”, que no eran
más que los “asistentes” que sostenían el trabajo pastoral.
Transcurre el tiempo, y los instrumentos musicales fueron combinándose hacia
nuevos usos, técnicas de ejecución, ceremonias y reuniones de esparcimiento.
Lo mismo sucedió con el canto, de los que se pueden clasicar los siguientes:
1. Las canciones totalmente españolas como los villancicos, las pastorelas,
las canciones de cuna, las marchas, los cantos infantiles, los pregones, las
tonadillas y un buen repertorio de coplas. Así mismo, algunos cantos y
danzas (“Fandangos” y “Cuadrillas” del siglo xvi y principios del siglo
xvii) los recordaban los ancianos al norte de nuestro país y se estaba en
proceso de reconstruir dichos bailes, hasta antes de iniciarse la guerra civil
que terminó en 1992.
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2. Como resultado del mestizaje surge el rito popular –las posadas–, la
canción criolla de descripción del medio ambiente, las costumbres de la
época y la canción patriótica de los encuentros bélicos, en las que se
encuentra plasmada la visión de la nueva patria.
3. Los cantos académicos que traen de Europa a América, la cual en su
mayoría son música polifónica de los siglos xv, xvi y xvii. Creemos que
en los archivos eclesiásticos todavía pueden encontrarse algunas partituras
de música colonial salvadoreña, tal como se han encontrado en Guatemala
y Costa Rica. También es sabido que, en algunas iglesias y conventos de
algunas congregaciones, para “actualizar” sus archivos y anaqueles hicieron
una pira con todos los papeles viejos y obras del Gregoriano, caídos en
desuso luego del Concilio Vaticano ii.
4. Los cantos de origen africano. Siempre se ha armado que en nuestro país
no hubo negros. Posiblemente hayamos estado más cerca de ellos de lo que
se cree. El arrorró o arru-rrú de los arrullos para adormecer a los niños es
de origen africano y, posiblemente, lo sea también, el “Jeu jeu” de Izalco,
por su diseño ritual. No podemos adelantar nada ni hacer armaciones
sin someter previamente a estudio y analizar todas nuestras expresiones
tradicionales. Lo cierto es, que el registro de instrumentos musicales de
origen afro en el presente estudio es ya una muestra de la convivencia
cercana que hemos tenido con esa cultura.
A mediados del siglo xix (1841), se organiza la primera banda militar. Desde
entonces, la milicia ha contado con personal profesional que ha formado
musicalmente a nuevos miembros y los ha integrado a las bandas militares de los
diferentes destacamentos durante su servicio militar. Al respecto observa Clará
de Guevara: “Todo esto hace suponer también que antes del siglo xix predominó
la música oral (vocal) y que, tanto la música religiosa como las pequeñas bandas
de pueblo, fueron las exponentes tempranas de lo que luego sería la música
nacional” (Guevara. Documento inédito).
Uno de los ritmos de la música popular que llegaron a nuestro país a mediados del
siglo xix fue el habanero cubano que inuenció durante esa época a los pueblos
en el interior de nuestro país. Como ejemplo de ello, podemos citar: “Me levanto
de mañanita” pieza registrada en pueblos como Panchimalco, Ataco, Nahuizalco
y otros de las diferentes zonas de nuestro país.
A nales del siglo xix vienen como el último grito de la moda tecnológica las
victrolas y los fonógrafos que funcionaban a cuerda. En los cascos de hacienda
y las casas veraniegas, comienzan a sonar las piezas de moda europeas,
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americanas, mexicanas y algunas suramericanas. Dichas piezas comenzaron a
ser interpretadas por las marimbas criollas y las bandas pueblerinas.
Los altos estratos sociales salvadoreños, siempre fueron sensibles a los
cambios políticos europeos. Cuando España enfrentaba serias dicultades
para sostener el imperio en América, a través de la música la cultura italiana
ya permeaba al Nuevo Mundo. Hubo mayor inuencia italiana durante el
siglo xix y principios del xx las ideas de la Revolución francesa vinieron
casi simultáneamente. El cultivo de la práctica del violín y el piano eran
tan importantes, que se arma que había, por lo menos, “un piano en cada
casa”. La educación francesa y la cultura italiana fueron muy apreciadas en
los colegios y escuelas privadas, a tal grado que el gobierno salvadoreño
estableció –desde entonces– en todo el territorio, el currículo y la enseñanza
del idioma francés hasta que se realizó la primera Reforma Educativa a nales
de los años 60.
Entre los años 1900 a 1930 hubo muchas piezas que grabó la marimba
“Centroamericana” con las cuales logró popularidad internacional, realizando
giras artísticas en las salas de teatros importantes y, también, ante las cortes
de los reyes europeos. Los sellos discográcos que hicieron posible dicha
fama fueron: Víctor, Columbia y Brunswick. De estos discos las bandas
regimentales hicieron sus propias versiones y las tocaban durante los
conciertos en el kiosco de la plaza central de ciudades y pueblos.
Cuadro 5.
Los Instrumentos musicales del período del mestizaje cultural
Origen Clasicación Instrumentos musicales
Europeos: Idiófonos: Cadenas, campana, espada.
norias, bambas, polainas,
serrucho
Membranófonos: Tambor, peine
Cordófonos: Contrabajo, guitarra, violín,
guitarrilla, mandolina
Aerófono: Calambo
Asiáticos: Idiófonos: Acial, carraca,
cayado, matraca
Africanos: Idiófonos: Cacho, claves, güiro, quijada de burro.
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Membranófonos: Sambumba, sacabuche
Cordófono: Caramba
Aerófonos: Butute
Mesoamericano-europeo:
Membranófonos: Atahualné
Mesoamericano-africano:
Membranófonos: Cajón, tamborcito
Afro-mesoamericano:
Idiófono: Marimba de arco
Afro-criollo:
Idiófono: Marimba criolla
III Período del capitalismo industrial: (1950 hasta nuestros días)
Según el acuerdo entre los historiadores, el capitalismo industrial en El
Salvador inicia desde mediados del siglo xx, en 1950. En sí, el capitalismo nos
interesa en cuanto al aporte indirecto que en la cultura popular ha realizado,
en tanto, que, los materiales de desecho han servido de materia prima para los
hacedores de la cultura popular. Los instrumentos musicales enriquecieron su
contexto histórico. Estos instrumentos no se caracterizan por comprarse en el
comercio internacional especializado, sino porque son elaborados por artesanos
o por los propios usuarios. Nuestro criterio de selección de estos instrumentos
musicales y objetos sonoros es arqueológico –por la herencia precolombina–,
y, antropológico porque es un aspecto cultural importante en el estudio del
hombre salvadoreño.
La primera fábrica de gaseosas (bebidas carbonatadas) se fundó en Santa Ana
en 1906. En esa época, la fábrica comenzó funcionando artesanalmente y en ese
proceso pasaron varios decenios antes de que se colocara la primera corcholata
a la “chibola”. Se le daba ese nombre porque originalmente, esta se sellaba
con una pelotita de vidrio. Para beber el refresco, se empujaba dicha chibola
al interior de la botella. La corcholata y la inventiva popular, dieron como
resultado el pito de corcholata (nombre puesto por el autor), que sonaban los
niños y adultos de ese entonces, en la ciudad de Santa Ana.
Una ley que emitió el Ministerio de Trabajo de El Salvador iniciando los años
sesenta, del siglo pasado, obligaba a los talleres —cualesquiera que fuese
el ocio— a pagar el salario mínimo a sus aprendices. Esto provocó —en
general— la disminución del personal y el cierre de muchos talleres que suplían
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informalmente a las escuelas que necesitaba la población. En dichos talleres, la
juventud que no podía o no quería seguir estudiando, aprendía un ocio.
Actualmente, existen algunos talleres donde se fabrican instrumentos musicales,
especialmente guitarras, mandolinas, violines, etc. Paralelamente a la labor que
realizan dichos talleres, funcionan como tales, los existentes en las penitenciarías
o centros penales distribuidos en todo el país.
Otro de los objetos sonoros es la anona (nombre puesto por el autor). Éste es
producto de la inventiva espontánea de unos niños santanecos. En un momento
de creatividad, un niño abrió una semilla de anona, le sacó la almendra y
comenzó a frotarla sacándole sonidos mordentes. Esta invención se llevó a cabo
hace unos cuarenta años o más aproximadamente.
Hay algunos instrumentos que sufrieron un proceso sin el cual no podrían haber
llegado a cumplir su actual función. Un ejemplo de esto es la pajilla que, desde su
origen, en México —el popote— se ha utilizado para succionar líquidos. Su origen
es muy popular, un tubo vegetal natural, luego, al industrializarse se confeccionó
con una tira de papel encerado y, por último, de plástico. Esta última versión no
data de más de treinta años. La pajilla vino comercialmente a El Salvador como
objeto de succión. El aporte salvadoreño consiste en hacerlo objeto sonoro.
El decenio de los setenta, se caracterizó por la unicación de la identidad
latinoamericana generada por los grupos musicales del Cono Sur que irradiaban
su cultura y rebeldía hacia el resto de los países. Éstos encontraron en los
instrumentos tradicionales sus propias formas sonoras de expresión. La juventud
salvadoreña, afín al movimiento, sintió la necesidad de crear sus propios medios
sonoros y la vaina del árbol de fuego llena –en parte– ese vacío. Este árbol es
originario de Madagascar.
Durante los ochenta, la vaina del árbol de fuego (Delonix regia) llega a los
escenarios —dentro y fuera del país— como parte del instrumental de los grupos
musicales juveniles de música latinoamericana. Dada su popularidad, la vaina
del árbol de fuego se puede conseguir en el campo, en el suelo o suspendido de
los árboles, en parques y/o lugares diseñados para el solaz del turista.
El ronrón es un objeto sonoro que lo elaboran los artesanos salvadoreños o
de Guatemala. Éste se confecciona con papel de desecho, plumas coloreadas,
pegamento, un palo, pita y brea, o pueden comprarse ocasionalmente a bajo
costo, en mercados o en las estas patronales. Los niños lo hacen sonar
girándolo sobre sus cabezas y el sonido que produce es característico de la
frotación. Cuando se imprime mayor velocidad al ronrón, el sonido se hace
intenso y agudo.
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El pito de lata es un mirlitón que se construye con latas de desecho o de aceite
automotriz y con tiras plásticas muy delgadas. El marco o cuerpo del instrumento
se manufactura en lata, y la banda que vibra, en plástico. Con este instrumento los
niños pueden tocar algunas melodías de moda, así como imitar giros melódicos
de pájaros propios de nuestra fauna.
Por la inuencia de la música ranchera, tríos y mariachis, en nuestro país, la
vihuela de fondo cóncavo, se ha incorporado últimamente como parte de su
instrumental. El nombre vihuela no corresponde al instrumento genérico, que
es de cuerda frotada. Esta vihuela, de cuerda rasgada, con función estrictamente
acompañante, se relaciona más con la guitarra tiple y ha tomado en “préstamo”
dicho nombre.
Según información recibida, durante el conicto civil, en uno de los ex
batallones de reacción inmediata, se construyó con un pedazo de manguera
de jardín y el alma plástica de un cono de hilo industrial, un instrumento con
sonido similar al de la corneta. También en el mismo período antes apuntado,
en las las guerrilleras se formó un grupo musical que interpretaba su música
con instrumentos musicales construidos con desechos bélicos. No tenemos
información, en ambos casos, sobre su forma, si han tenido continuidad o no, si
se les nombró de alguna manera, etc. Estos hechos en sí, obligan al investigador
a registrar esas invenciones realizadas por salvadoreños en un período que causó
mucho dolor a la familia de nuestro país.
La cultura oral-tradicional como toda expresión humana necesita de sus
auentes. Las pastorelas, los rezos, las posadas, los velorios, etc., han sido desde
siempre las vertientes que posibilitan los auentes de una parte de la cultura. El
surgimiento y proliferación de las iglesias protestantes en los pueblos y cantones,
ha afectado la cultura tradicional porque a muchos líderes de la zona, que tenían
a su cargo la música y/o los bailes tradicionales, no se les es permitido que sigan
con dichas prácticas. Otro factor que afecta la tradición es la modalidad de velar
a los difuntos en las casas mortuorias profesionales. Ya no se reúnen las familias
materna y paterna del difunto para ayudar en las necesidades y confección
de comida y golosinas para el velorio. Tampoco en las ciudades, durante los
velorios, las personas hacen uso de la literatura oral tradicional como: cuentos,
chistes, leyendas y juegos que hacían indistintamente los adultos y la “cipotada”
en el transcurso de la noche, que les entretenía y les servía para “disimular” el
sueño. La dualidad que siempre se ha manifestado en nuestra cultura, dolor-
alegría, se debe, a la tristeza por la pérdida de un ser querido y por otra parte, a
la suerte de tener un ángel que desde el cielo va a velar por los que se quedan.
Otro caso que traemos a colación, en un suceso durante la guerra civil. El
ensayador del baile de “los negritos” de Cacaopera tuvo que irse como refugiado
Acial, arcial o látigo
Salvador Marroquín
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a Mesa Grande, Honduras. Como estaba muy anciano, murió. Nadie más sabía
tocar el calambo y mucho menos la música del baile de los negritos. Gracias
a una grabación –no profesional, en casete– realizada antes del conicto se
pudo recuperar dicha música. Sin esa grabación, el baile se hubiera perdido
para siempre.
Cuadro 6.
Los Instrumentos musicales del período del Capitalismo industrial
Origen Clasicación Instrumentos musicales
Salvadoreños: Idiófonos: Anona, vaina.
Afro-americano: Cordófono: Ron-rón
Aerófono: Pito de lata.
Salvadoreños: Aerófonos: Pajilla, pito de corcholata
La tecnología llega a El Salvador desde nales del siglo antepasado cuando
llegan las primeras victrolas y fonógrafos.
Los compositores enviaban sus partituras por medio de una casa local a Nueva
York y las compañías disqueras las hacían grabar con sus orquestas y reconocían
una modesta cantidad al autor. Este es el inicio de la canción popular comercial
salvadoreña que coincide con la introducción de la energía eléctrica y la radio
en la capital del país.
En 1926, el Gobierno de la República instala la primera estación de radiodifusión
(en El Salvador y Centroamérica), en el último piso del Teatro Nacional con
las iniciales del nombre del mandatario: A.Q.M. transmitiendo únicamente dos
horas diarias (6:00 - 8:00 p.m.). La música que se transmitía era de marimba,
bandas regimentales en cuyo repertorio estaban valses, fox-trots, sones
(cubanos), tangos, rancheras, etc.
Entre 1930 y 1960 varios compositores como: Felipe Soto, Wenceslao
Rodríguez, David Granadino y José Napoleón Rodríguez graban para el sello
Columbia. Al inicio de los años 40, se instala la primera radio comercial Y.S.P.,
en la Dirección General de Policía. En 1942, la compañía de alumbrado eléctrico
instala contadores en las viviendas. La transmisión se amplía a siete horas
diarias. Luego iniciaron sus actividades las radios Y.S.O., Y.S.I., Y.S.U., Y.S.C.,
aquí comienzan los programas de entretenimiento con música salvadoreña. En
1940-1950 las marimbas (Cuscatlán, Nima Quiché, Sonora, Nuevo Mundo,
Royal y Atlacatl) popularizan el swing, el mambo, el cha-cha-cha, el bolero
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y la música country. La marimba “Atlacatl” dio conciertos en varios países de
América y Europa. Desde 1945 surgen las grandes orquestas de baile las cuales
se mantienen en su apogeo hasta 1960 que comienza a tomar fuerza el rock and
roll. En 1960 vienen los primeros televisores en blanco y negro y los concursos
juveniles imitando los ya existentes en E.U.A. y México. Desde este momento
el disc-jockey y sus programas se orientan hacia el público juvenil. La única
compañía disquera en el país (DICESA) comenzó en esta época y desapareció
en la primera mitad de los años ochenta. Posteriormente, con el avance de la
televisión llega el computador, el betamax, los juegos de video, los video-clips.
El resto es otra historia.
Fuera del mundanal ruido, la cultura popular musical sigue su curso de la mano
con la historia, innovando, recreando y enriqueciéndose con los recursos que
están a su alcance buscando su auténtica y genuina expresión.
Glosario (Libro de instrumentos musicales)
A
Acial, arcial o látigo: Idiófono de golpe indirecto, por sacudimiento. Entre los
instrumentos rítmicos de la orquesta sinfónica se conoce como látigo.
Advocación: Título que se da a una capilla o imagen.
Aerófono: Instrumentos musicales que suenan por la vibración del aire o por
medio del soplo.
Agrícola: Cultivo del campo.
Aguacate: (Percea americana). Árbol de la familia de las lauráceas, de madera
suave. Originalmente el cuerpo de los tambores se hacía de los troncos
huecos de montaña.
Alvéolos dentarios: Son los agujeros que tienen los maxilares, donde se alojan
las raíces dentarias. El ganado equino, por ser herbívoro, no tiene caninos,
solo incisivos y molares. Los incisivos, siendo delanteros, al desaparecer
la encía, fácilmente se caen. En los molares en cambio, las raíces están
orientadas hacia los lados. Esto no permite que los molares se caigan de
una mandíbula descarnada.
Anona: Idiófono de frotamiento. Objeto sonoro que da sonidos mordentes.
Invención salvadoreña. Se elabora de la semilla del fruto de la Annona
reticulata L.
Arcaico: Similar a antiguo.
Autos sacramentales: Conjunto de actuaciones sobre temas bíblicos.
Ayacaxtle: Sonaja indígena de la zona de Cacaopera, departamento de Morazán.
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Págs. 53-91.
B
Bambú: Bambusa vulgaris. Gramínea de caña leñosa originaria de la India.
Bejuco: nombre genérico con que se nombran diversas plantas trepadoras,
tropicales, de la familia de las bignoniáceas. Voz caribe.
Bolillos: Son varitas de madera, que poseen en uno de sus extremos la “cabeza
percutora”. Dicha cabeza se forma enrollando en un extremo de dicha
varita, una banda de hule crudo. Usualmente, los bolillos se utilizan para
tocar la marimba.
Brea: Savia del pino. A simple vista, en estado natural, esta savia es gomosa,
amarillo brillante. Para homogeneizarla, se calienta, volviéndose líquida,
oscura y aromática. Al enfriarse, se vuelve más oscura y su aspecto de
consistencia dura y vítrea.
Breviario: Libro que contiene el rezo eclesiástico.
Butute: Aerófono elaborado con un cuerno de res, sin boquilla, con agujero de
soplo lateral.
C
Cacho: Idiófono de raspadura, elaborado con un cuerno de res.
Cadenas: Idiófono de golpe indirecto, elaborado con una cadena metálica.
Caja de resonancia: Recipiente hueco, natural o articial, que amplica el
sonido de un instrumento musical.
Cajón: Idiófono de golpe directo, consistente en una caja (baúl) de madera, que
acompaña el baile del cajón.
Calambo: Aerófono, auta de pico, de carrizo, con canal de insuación. Posee
únicamente dos agujeros dactilares. Su técnica de ejecución (simultánea
con un tamborcito), se asemeja a la del txistu vasco.
Campanas: Idiófono de golpe directo, de sacudimiento, cuya vibración va del
centro hacia fuera.
Campanas volteadoras: Idiófono de golpe indirecto, norias. Instrumento de
origen colonial.
Canal de insuación: Canal de soplo, interno, en los aerófonos.
Cántaro: Idiófono de golpe directo. Se anaba con agua. De origen
precolombino.
Caracol: Aerófono, trompeta natural, con agujero de soplo en el vértice, de
origen precolombino.
Caramba: Arco musical tradicional salvadoreño, de origen africano.
Carapacho de tortuga: Idiófono, vaso de percusión y/o de frotación. De origen
precolombino.
Carbono 14: Técnica que trata de medir la cantidad de radiocarbono en los
materiales arqueológicos, para calcular su posible edad, en miles de años.
Carraca: Idiófono de sacudimiento, de origen turco-árabe.
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Cartucho: Cono que se elabora con cualquier material, papel, por ejemplo, que
sirve para depositar y/o envolver cualquier objeto.
Carrizo: Especie cercana al bambú, de la que se elaboran los pitos o autas
tradicionales.
Cayado: Idiófono, bastón rítmico.
Cazoleta: Pieza de hierro u otro metal, ancha y curva adosada a la empuñadura
de la espada. Esta sirve para resguardar la mano.
Chamanes: Curanderos.
Chapetones”, “los: Baile burlesco, tradicional salvadoreño, que inicia durante
la Colonia. En él se ridiculizan las costumbres de los españoles de esa
época.
Chicharra o ronrón: Cordófono de fricción. Consiste en un objeto sonoro
compuesto por una cuerda en uno de cuyos extremos forma una laza
no apretada, que rodea el cuello de un taco de madera que está cubierto
de brea. Al girarlo, en círculos, emite un sonido propio de la fricción.
En el otro extremo está sujeta a un cilindro de cartón, cerrado con una
membrana elaborada por varias capas de papel pegado con engrudo. La
cuerda queda sujeta al centro de esa membrana, funcionando ese cilindro
como un resonador o amplicador de sonido.
Chinchín: Sonaja de vaso, metal. Sonaja de hojalata que acompañaba el baile
de “los pastores” de Nahuizalco.
Chumelo: Panal o colmena de una abeja pequeña y sin aguijón que produce una
miel agridulce. El Chumelo usualmente se ubica dentro de los troncos,
muros y paredones.
Cedro: (Cedrela odorata). Árbol muy apreciado por la calidad de su madera.
Cera negra: Cera producida por la abeja del chumelo.
Cerámica: Arte de fabricar vasijas y objetos de barro cocido.
Ciclo de vida: Comprende desde el nacimiento hasta la muerte.
Claves: Idiófonos, palos de entrechoque. Instrumentos populares de origen
africano.
Códice: Libro precolombino elaborado en hojas de papel del amate.
Coetaneidad: Condición en la que objetos de diferentes épocas comparten
funcionalmente el mismo período de tiempo.
Cofradía: Organización religiosa campesina, que funciona independientemente
de la Iglesia católica. Celebran las estas tradicionales bajo la advocación
del santo patrono. En dicha celebración pueden o no unir esfuerzos con
la iglesia del lugar.
Contrabajo, violón o bajo: Cordófono de cuerda punteada y/o frotada, similar
a un violín de gran tamaño.
Corcholata: Tapa hermética hecha de lámina con empaque de corcho, que sirve
para tapar las bebidas gaseosas.
Coro: Espacio físico construido y ubicado sobre la entrada principal de las
iglesias coloniales. Por su excelente visibilidad, este lugar fue diseñado
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para ubicar a los grupos musicales e instrumentales que amenizaban los
ritos religiosos católicos y pudieran tener contacto visual directo con el
sacerdote ociante.
Cronología: Orden correlativo establecido en el tiempo.
Cuñas: Clavijas o clavos de madera que suspenden por medio de cuerdas, las
teclas de la marimba.
Cuauhtémoc: Último emperador azteca (¿1495?-1525) que defendió
heroicamente a México, fue vencido y capturado. Sometido a tortura
por negarse a dar información sobre el tesoro real, soportó admirable
y serenamente el suplicio del fuego. Fue ahorcado por orden de Cortés.
Cultura: Cultivo o accionar sobre una realidad social de la que emana un
conjunto de manifestaciones de las cuales, algunas expresan la vida
tradicional de un pueblo.
D
Dactilar: Relativo a los dedos.
Dios fálico: Deicación de la autoridad y del poder, la fuerza y la dominación,
representada por el cetro real, simbolizada por el órgano sexual masculino.
Rito ancestral de origen oriental.
E
Émbolo: Pieza interna de un aerófono (auta) con forma de esférica o cilíndrica
con que se puede extender o acortar la columna de aire interna, provocando
con ello, sonidos agudos o graves, si el espacio de la columna de aire es
corto o más largo, respectivamente.
Empírico: Práctico.
Engrudo: Masa de almidón acuoso y cocido que sirve para pegar papeles u
otros objetos.
Ensarta: Manera compacta y segura de sujetar por medio del amarre las
mercancías. Como ejemplos, la ensarta de cangrejos para su venta.
Escala cromática: Escala musical dividida en doce medios tonos.
Escotadura: Nombre que se da al agujero frontal, superior, extremo, no dactilar,
donde naliza el canal de soplo de las autas de carrizo. Sinónimo de
boca en la auta dulce.
Espadas o machetes: Idiófonos de golpe directo, de entrechoque de placas. Estas
espadas o machetes son utilizados en el baile de “moros y cristianos”.
Estratigrafía: Parte de la Geología que estudia las rocas en las capas terrestres.
Esta técnica es útil para ubicar en el tiempo artefactos que fueron
elaborados por los grupos humanos.
Etnia: Grupo humano en el cual todos sus miembros se identican entre sí,
con base en una real o presunta genealogía común, en lazos históricos,
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prácticas comunes sean estas lingüísticas o religiosas y que reclaman
para sí una estructura social, un territorio, pero no necesariamente tienen
un Estado político que lo represente.
Etnomusicología: Ciencia que estudia la música oral-tradicional.
F
Flautas globulares: Flautas precolombinas formadas por cámaras internas,
ovaladas e interconectadas.
Folsom: Pueblo norteamericano donde primeramente se registró ese especíco
tipo de puntas de echa elaboradas de obsidiana.
Fuerza Centrífuga: es cuando el objeto al que se le aplica la fuerza en un
giro curvilíneo, se aleja del centro generando un radio que se prolonga a
medida que la fuerza aumenta.
Fuerza centrípeta: Es la fuerza o al componente de la fuerza que actúa sobre
un objeto en movimiento sobre una trayectoria curvilínea y que está
dirigida hacia el centro de curvatura de la trayectoria.
Fulminantes tradicionales: Artefactos que estallan al chocar por contacto
contra una supercie. Los fulminantes tradicionales se elaboraban con
arenilla y una gotita de nitrato de plata dentro de un cartuchito de papel
de china y luego con los dedos untados de engrudo, unían y retorcían
las esquinas superiores del papel hasta dejarlo compacto en una pieza.
El nitrato de plata lo obtenían deshaciendo una moneda de plata en
ácido nítrico.
G
Guara: Guacamaya.
Güiro: Idiófono de raspadura de palillos o tubos. Se ejecutan con una pieza
doble de alambre con mango de madera.
Guitarra: Cordófono de origen latino, muy difundido por su popularidad en el
mundo entero. Las hay en sus versiones de seis y doce cuerdas, siendo la
primera la más popular.
Guitarrilla: Guitarra de menor tamaño, de cuatro cuerdas, procedente de las
guitarrillas europeas antiguas.
H
Habanera: Ritmo del baile originado de La Habana, Cuba.
Herodes, los: Baile inspirado en el Evangelio sobre el rey de Judea del año 40
al 4 a.C. que según la historia católica, mandó a asesinar, en Belén, a
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todos los niños menores de dos años ante el anuncio del advenimiento de
un rey que habría de dominar sobre los demás.
Hojalata: Lámina de hierro, estañada por ambos lados.
Hormigo: Madera muy apreciada por su dureza y buen sonido. Se usa para
elaborar las teclas de las marimbas.
Huehuetl: Tambor de un solo parche que usaron los aztecas. Se le adjudica
origen sagrado.
Huestes: Ejércitos en campaña.
Hule: Del nahuat ulli, caucho. Goma elástica, de la savia del árbol de hule
(Olguahuitl).
I
Idiófono: Instrumento que suena por la vibración del material propio del
instrumento musical.
Idioglota: lengüeta que es prolongación del marco del instrumento musical, en
una sola pieza.
Idolatrías: Es todo culto divino dado a falsos dioses. Usualmente en muchos
países, la religión ocial señala como idólatra cualquier culto ajeno.
Incisiones: Cortaduras que se hacen con un instrumento cortante.
Insuación, canal de: Canal de soplo, interno, ubicado en la boquilla.
Intervalo: Distancia entre dos notas. Éstos pueden ser ascendentes, descendentes,
conjuntos o disjuntos.
J
Juque o sacabuche: Membranófono de fricción muy antiguo, utilizado en los ritos
de iniciación africanos desde hace unos 25,000 años. Ampliamente difundido
en Europa. En El Salvador se corta por el medio de la parte superior de
la calabaza, (conocida también como botella de peregrino o tecomate
(Cucurbita vinatera). Luego se le coloca un pedazo de cuero crudo sobre el
epicarpio –limpio y de boca amplia, provocada por el corte– del tecomate y
se le amarra jamente a la cintura de la corteza del fruto. En el centro del
cuero se introduce una vara de cohete cubierta de brea, el cuero envuelve un
extremo de la vara y se le amarra para que la fricción sea efectiva. El sonido
es característico de la fricción. El nombre juque es onomatopéyico.
L
Lianas: Vea: Bejucos.
Claves
Salvador Marroquín
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Literatura oral-tradicional: Literatura no escrita que es transmitida por medio
de la palabra, de padres a hijos, de generación en generación, por medios
no académicos, etc.
Lítico: Relativo a la piedra.
Luthiers: Maestros artesanos que fabrican instrumentos musicales.
M
Macaco: Moneda de plata, troquelada, que circuló durante la Colonia.
Mango: Maneral, asidero.
Mandolina: Cordófono de origen oriental en su versión de fondo convexo.
Tiene cuatro órdenes dobles de cuerdas.
Manufactura: Obraecha a mano.
Maracas: Voz caribe, de sonajas que se ejecutan en pareja.
Marimba criolla: Instrumento de origen africano que se modicó en México
y América Central el siglo pasado, adquiriendo patas, escala cromática y
mayor tamaño. Se diferencia del xilófono, porque ésta tiene un mirlitón
en la caja de resonancia, el cual le da su timbre característico.
Marimba de arco: Instrumento que toma su nombre por un arco que los separa
del ejecutante. Casi no ha sufrido alteración de su original africano que
incluye un mirlitón en su caja de resonancia.
Materiales corruptibles: De corta duración.
Matraca: Idiófono, de golpe indirecto, de sacudimiento, de marco, de péndulo.
Origen árabe.
Medio tapadillo: Se utiliza para señalar en las autas de carrizo la característica de
que en su extremo terminal (en el nudo del carrizo) no está completamente
abierto, ni cerrado, sino perforado por un agujero reducido.
Memoria colectiva: Es el recuerdo guardado por la práctica de una colectividad,
en un contexto económico social.
Mesoamérica: Cultura indígena que se extendió desde el norte de México hasta
la mitad de Costa Rica.
Microtonalismo: Técnica de composición que puede emplear cuartas u octavas
partes de tono, de un intervalo de segunda mayor. Actualmente se le
encuentra en la música oriental.
Mirlitón: Supercie elástica adherida a un cuerpo sonoro que vibra por simpatía
y modica el timbre del sonido. Todo instrumento que modica el timbre
del sonido por medio de una membrana, se conoce como mirlitón.
Monedas o bambas: Idiófonos, de golpe directo, de entrechoque, de placas.
Monedas que van chocando entre en los tocados de los moros en el
baile de “moros y cristianos”.
Monotonía casi hipnótica: Acto repetitivo, constante y monótono, que causa sueño
o aletargamiento. Efecto que causan los arrullos en los niños, por ejemplo.
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Moro: Antiguamente se le llamaba de esa manera al habitante de Mauritania.
Morro: Vasija pequeña hecha del fruto del árbol de morro (Cresentia cujete, C.
Alata, C. Ayete).
Morritos o guacalitos: (Cresentia Alata). Idiófono de golpe directo, de
entrechoque de vasos. Usualmente, ambas mitades de este fruto, limpio,
se utilizan en los jardines de infantes.
N
Nitsuga: Inversión de Agustín.
Nómada: Errante, sin domicilio jo. Grupo humano que se movilizaba con sus
haberes, de un lugar a otro, en búsqueda de alimento.
O
Obsidiana: Roca volcánica vítrea de color oscuro (gris o verde), conocida
popularmente como “piedra del rayo” de la que los indígenas elaboraban
cuchillos, echas y otros utensilios.
Oquedad: Supercie curva, en un cuerpo sólido, cuyo centro está más hundido.
Orejas de conacaste: Fruto del Enterolobium cyclocarpum.
Orfebrería tradicional: Artesanía que labra el oro y la plata para elaborar
objetos de uso personal, tales como anillos, aretes, pulseras, cadenas, etc.
Organología: Ciencia que estudia los instrumentos musicales.
P
Paleoindio: Sociedad cazadora y recolectora.
Palo zumbador: Paleta de madera, sujeta por uno de sus extremos, que, al ser
girada sobre la cabeza del ejecutante, corta el aire, haciendo un sonido
intermitente.
Parche: Sinónimo de membrana o supercie templada, similar al cuero o
pergamino del tambor.
Pedúnculo: punto de unión entre el fruto y el tronco o la rama de la planta.
Pita: Cuerda hecha de la bra del henequén.
Pito: En El Salvador, se le llama pito a todo lo que emite un sonido (por medio
del aire, al soplarlos o por medios electrónicos): el pito del carro (Claxon),
autas de carrizo, ocarinas, mirlitones, cubiertas de chicle desechables
forrados de papel celofán, de hojas vegetales, etc.
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Pito de corcholata: Aerófono de soplo verdadero, de lo.
Pito (auta de carrizo): Aerófono, auta vertical de pico que posee seis
agujeros dactilares.
Pito de lata: Membranófono, mirlitón, de vaso.
Pito de pajilla: Aerófono de lo, sin canal de insuación, longitudinal, aislada,
sin agujeros.
Pito (ocarina): Aerófono de lo, con canal de insuación interno, aislada,
vasculares con agujeros.
Polainas: Idiófono de golpe indirecto, de sacudimiento de vasos de metal. Se
usan en el baile de “los negritos”, de Cacaopera.
Polifónico: Varias voces (instrumental o vocal) que interactúan simultáneamente,
cada una con su propia dinámica y libertad melódica.
Post-clásico: Según la arqueología salvadoreña, es posterior al período clásico
(1200 d.C. - 1524 d.C.)
Pre-clásico: Según la arqueología salvadoreña, corresponde al tiempo anterior
al del período clásico (1200 a.C. - 250 d.C.)
Pre-colombino: Antes de la venida de Cristóbal Colón en 1492.
Preponderancia: Superioridad de crédito, mayor inuencia o autoridad.
Productos industriales de desecho: Materia prima reciclable de la industria
que se utiliza para la elaboración de objetos sonoros y artesanías.
Protagonistas: Personas que en un suceso cualquiera tienen la parte principal.
Proto-teponahuaste: Idiófono de golpe directo, antecesor del teponahuaste.
Q
Quijada de burro: Tiene doble clasicación: 1. Idiófono, de sacudimiento, de
percusión. 2. Idiófono de raspadura.
R
Ramada: Construcción consistente en postes de madera o bambú, sembrados
en cuadro y unidos en su parte superior por varas. Sobre estas últimas,
se colocan ramas y especialmente ramas del cocotero, ciprés o también
para hacer almácigos. Las ramadas, tradicionalmente, sirven durante el
día, para proteger del sol a los celebrantes de las estas patronales de los
pueblos, así también, en reuniones sociales, casamientos. Por la noche,
protegen del sereno a los asistentes a los velorios.
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S
Sacabuche: Membranófono de fricción que fue utilizado por los africanos en sus
ritos de fertilidad desde hace unos 25,000 años. Probablemente, éste haya
dado origen al sack-but
aerófono medieval similar al trombón de vara.
Sartales: Conjunto de objetos amarrados y pendientes de una cuerda. Por
ejemplo, los indígenas usaban en los bailes rituales, caracoles amarrados
y colgantes en tobillos y muñecas, en cuyo movimiento permitían el
entrechoque de éstos.
Sereno: Frío nocturnal al aire libre. Vigilante nocturno.
Sincrético: Mezcla de dos o más religiones, culturas, formas de pensamiento.
T
Talapo o torogoz: Exceptuando al quetzal, el talapo (Eumomota superciliosa)
es el ave más hermosa del país. Se caracteriza por tener colores vivos en
la cabeza, el pecho y dorso. El resto es azul tornasolado y su cola está
formada por dos plumas que se interrumpen por el medio prosiguiendo
su vena central y en la parte terminal, las plumas vuelven a ensancharse.
Fue declarado ave nacional mediante decreto legislativo.
Tela: Membrana sacada de la panza del cerdo, que se usa como mirlitón en los
resonadores de la marimba.
Temporada, la: Período que comprende la época de la corta del café, desde
octubre en los terrenos bajos, hasta febrero en las zonas más frías.
Teponahuaste: Tronco hueco que ostenta unos cortes en forma de H en su
supercie superior, exponiendo dos lengüetas de diferente tamaño. Se le
adjudica origen sagrado.
Timbal de agua: Membranófono de fondo redondeado y cóncavo, que se ana
con agua.
Timbre: La voz característica del sonido que identica a un instrumento
musical.
Tiple: Llaman de esa manera en la zona de Izalco, a la baqueta o bolillo de
doble cabeza percutora, que usan en la marimba de arco.
Trompetas de madera: Trompetas de 2.00 mts. aproximadamente, que
formaban parte de grupos instrumentales precolombinos.
Troncos ahuecados: Troncos de árboles de montaña que naturalmente han
perdido su centro leñoso. Cuando han pasado su período de madurez, los
árboles comienzan a deteriorarse para servir de alimento y protección a
otros seres vivos, y, en ese proceso, caen y llegan a descomponerse sobre
la supercie montañosa.
Txistu: Aerófono tradicional vasco.
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V
Vasco: Pueblo europeo de origen milenario, con historia, costumbres e idioma
propio: el euskera. Dicho pueblo, ubicado originalmente entre Francia y
España, actualmente forma parte de España,
Vaso: Es toda oquedad que pueda servir como caja de resonancia.
Vasos silbadores: Invención maya del pre-clásico. Consiste en dos recipientes
interconectados por su base. Uno de ellos, abierto por arriba y de boca
ancha. El otro, cerrado, con un mínimo oricio. Se le echa agua al primero
y al ir llenándose éste, forma un vacío a presión en el segundo recipiente.
Al aumentar la presión, el aire, al salir por el agujerito, emite un silbido.
Vigente: Funcional en un lugar y tiempo determinado.
Voladores. Danza ritual que se efectúa en el Estado de Chiapas, en el sur de
México.
Z
Zarcillo: Consiste en cuerdas o juego de resortes que van sujetos diametralmente
en el marco inferior externo del redoblante y al ajustarse quedan en
contacto con el pergamino o membrana inferior. La función de este
aditamento es, que, al golpear la membrana superior, por “simpatía”,
la vibración se reproduce en la membrana inferior y por el contacto
directo de ésta, con el zarcillo, se multiplican los golpes. De esta manera
redoblan y resuenan los golpes en el instrumento.
Zoomorfo: Que tiene forma o apariencia de a
nimal.
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Zambumbia o zambumba
Salvador Marroquín