108
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2020 AÑO 10, n.º 11, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Hernández, Miguel Angel. Mitología en las cosmovisiones Izalqueñas: universo simbólico de nahuales
y contra nahuales. Págs. 93-115.
Existe un dicho popular que dice: “andando bueno y sano a uno le pasa
cualquier cosa, por el contrario, andando bolo, no pasa nada”; sin embargo,
hay excepciones, tal como le sucedió a Don Lipe Pilia (2018), quien compartió
dicha experiencia de vida:
Cuando yo chupaba, yo salía a las once y media, o a las doce,
sólo un amigo que vivía ahí, se llamaba Antonio Velado, tocaba
marimba, él era el único alero que tenía, y yo le iba a hablar…
ohhhh, vamos! a vamos, él sin pisto, él atenido que yo, a mí me
aban y me vendían... fuimos a las 11 y media de la mañana,
y la señora allá abajo le había pagado, tres pesos de chicha,
eran doce botellas, porque 25 la botella… nos bebimos seis,
la mitad, a la una y media, eran ...achís, vamos a andar arriba,
me dijo él, las casas, están solas, ah!!! vamos pues!!! cuando
uno patudo, ehhhh le vale verga!!!.ahí un familiar, la señora se
había levantado, con una su candelita así, chas baje yo... y aquel
se jue.…este solar, aquí era solo, eso era solo, unas parvas de
adobe habían ahí, un charral así de ese porte... (un metro y
medio) cuando llegue ahí... ya está amaneciendo, me dijo...que
andas haciendo vooooos!!!!, me dijo, si es noche!!! ¡Ja!! que
veo tenes la luz prendida... ahhh las pulgas!, me dijo: ¡estoy
matando pulgas! me dijo la señora, como el tahuipante así, en
toldo de vara, se miraba... anda acóstate!!!, me dijo...ya me voy
pues ay nos vemos, salí ay, allá iba ve, donde está la puerta de
la casa... pero la calle ésta!! mire llena de piedras, no eran ni
calles, sino que callejones...y quizás lo más que eran de ancho,
el poste y una carreta, es lo más que cabían, como antes solo
carretas y bestia, era el transporte cuando yo iba, no habían las
luces o piedras jas, vaya madre!! a ver quién está cagando por
ahí...echeeee por todo pajo, poh,poh,... tetuntes.
Siguiendo con el relato de Don Lipe, el primer escenario a enfrentar ante una
situación como la anterior, es la incertidumbre, luego el escepticismo, seguido
de un cuestionamiento del porque suceden las cosas en momentos determinados,
como, por ejemplo: alguien que viene de departir con sus cheros alcohólicos,
y piensa que nada le pasará en el camino de regreso a casa, y que todo se
mantendrá en la “normalidad de siempre”, muy a pesar de las advertencias que
hacen los abuelitos y abuelitas, en el hecho de andar trasnochando, que todo
puede pasar, hasta lo imaginable.
Retomando los registros históricos y etnológicos sobre este personaje mítico en
la población náhuat-pipil se hace referencia al fragmento de oralitura que Roque