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REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2019 AÑO 9, n.º 10, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Argueta, Manlio. Biblioteca Nacional y custodia del patrimonio. Págs. 53-59.
humanizar la información. Y para ello entra en contacto con la vida y con los
que viven en un entorno social sin diferencias o exclusiones de ningún tipo.
Y para no quedar solo en palabras, nuestra entidad nacional recibe jóvenes que
no llegan solo por un libro, o una revista o un periódico; también están los que
nos visitan para conocer el signicado de una institución bibliográca; además
se ofrece un intercambio con los bibliotecarios para compartir historia y libertad
de pensamiento. A esta área le llamamos Visitas Guiadas.
Como decía antes, contamos con otras expresiones similares: la Biblioteca
Móvil que visita las comunidades de todo el país; la Sala Infantil, Sala de
Usos Múltiples al servicio de quienes lo solicitan relacionado con lectura y
libros, y donde se ofrecen talleres insstitucionales; todas las diversas formas de
extensión cultural. Para una atención de calidad el bibliotecario debe conocer
lo que quiere la persona, y por eso dialoga, conversa sobre lecturas concretas,
responde consultas por todos los medios, incluso por la vía tecnológica y si
son niños se realizan eventos lúdicos. La función bibliotecaria ya no se limita a
entregar una obra para tomar apuntes y leerla en silencio. Se trata de contribuir
a formar al presente y futuro de un ciudadano que será mejor si se prepara con
la lectura ofreciéndole dinámicas de participación para la mejoría social.
Refuerzo estas ideas con palabras del lósofo y escritor español contemporáneo
Fernando Savater. Es todo un planteamiento innovador sobre libros y bibliotecas.
Dice Savater: educar es formar seres humanos completos, busca perpetuarlo
en humanismo: “Nos hacemos humanos unos a otros, repartimos humanidad a
nuestro alrededor y la recibimos de los demás”. Porque la Nación no es denida
“por la tierra o sus componentes naturales”, sino que se construye “por un
estado de derecho, por el respeto a una Carta Fundamental y a las leyes de un
país”. De modo, continúa armando: debemos obligarnos a educar como si cada
ciudadano fuera a ser gobernante: “La educación es lo que lucha contra esa
fatalidad que hace que el pobre siempre tenga hijos pobres y que el ignorante
siempre tenga hijos ignorantes”. Savater, por supuesto, se reere a la educación
por medio del libro. Debemos ver “la literatura como alegría y salvación en el
arte de educar... para multiplicar nuestra alma”. Y sigue: “La persona que sabe
leer, que se aciona a la alegría de la lectura, tiene goces extraordinarios… El
mundo está lleno de diversiones caras. Cuanto más inculta es una persona, más
dinero necesita para pasar los nes de semana... la riqueza que nos dan los libros
es real, más duradera y limpia...”
Todo esto nos hace pensar en la necesidad de apropiarnos del concepto
extenso de las bibliotecas, del libro y la lectura: educan, recrean, transforman
mentalidades para una sociedad emocionalmente pacíca. Signica formar en
inclusión, equidad, tolerancia, solidaridad social, ética política, honestidad. Por