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REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2019 AÑO 9, n.º 10, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
Fúnez, Rubén. El retrato de Dorian Grey: o el tránsito de la idealidad a la realidad. Págs. 210-226.
amparados en realidades que tenemos por verdaderas, y aquí reside la violencia
de la nueva experiencia, que sustituye radicalmente la antigua verdad, por una
verdad enteramente nueva. Sibila lo mismo era Rosalinda, Porcia, Beatriz, o
Cordelia; lo mismo se entristecía con una y se alegraba con las otras, y todo esto
era para ella enteramente real.
Seguramente podía vivir de ese modo el resto de su vida; seguramente lo
hubiera hecho de la manera más bella posible, sin sobresaltos y sin mayores
dicultades, no obstante, cuando la vida, de repente, la libra de esa vida de
ensueño, de esa vida ideal, lo primero que ocurre es que se entera, no sólo de lo
falsa que ha sido su vida anterior, sino que se le maniesta en su entera fealdad,
en su completo horror, en toda su falsedad, en su más cruda vulgaridad; es tan
fuerte y contundente la nueva experiencia que todo lo anterior queda suprimido
de raíz, arrancado, de tal manera que ya no hay vuelta atrás, quedan, como dice
Sibila asqueados de las sombras, una vez en presencia de la luz, todo lo anterior
se les antoja en oscuridad.
A esto se reeren muchos críticos cuando nos ponen en guardia contra los
conversos; el converso sustituye con la misma intensidad una verdad por otra,
y así como la anterior lo permea todo, la nueva experiencia lo permea todo. A
esta experiencia es a la que se reere Sibila cuando arma que “me has revelado
algo más elevado, algo de lo que todo arte es sólo un reejo. Me has hecho
comprender lo que realmente es el amor”. Esta experiencia es una revelación,
con toda la carga religiosa que tiene la palabra, es una auténtica revelación, una
auténtica iluminación, y ese algo, del que Basilio, por timidez, o por escrúpulo,
o por pena, o por lo que sea, no se arriesgó a armar, Sibila lo hace con toda la
inocencia de su adolescencia, le ha revelado el amor.
Cuando se está en presencia del amor, el arte, tendría que callar, todo lo que
diga, va a ser una caricatura que no va a lograr describir, ni pintar, lo que en
verdad está en juego en el amor, el amor nos deja sin voz, sin drama, sin pintura.
Ante el amor, no son necesarias las explicaciones, Sólo el amor, puede hacernos
desandar los caminos andados, sólo al amor es lo que verdaderamente nos
puede desvelar la realidad. Porque el amor es, según Sibila, algo que abraza
como un fuego. Por eso, algún teólogo pudo hablar de “intelectus amoris”, de
un amor que entiende. Pero un amor así es frágil, delicadamente frágil, y al no
ser comprendido se “desploma como cosa herida”, como “or pisoteada” y ya
nos podemos imaginar cuál es el desenlace de alguien que encuentra el amor, en
una sociedad que vive de espaldas al amor, el suicidio.
Sin embargo, no queremos pasar desapercibido el hecho de que para Wilde, hay
en Dorian la increíble capacidad de permitir que sus amigos hagan el tránsito de
una vida ilusioria, a una vida real; lo que le ocurrió a Sibila, le ocurrió a Basilio,