Fúnez, Rubén. Primera lectura a
El
túnel de Ernesto Sábato. Págs. 120-130.
Introducción
Primera
lectura
a
El
túnel
de
Ernesto
Sábato
DOI: http:/ /dx.doi.org/1 0.53 77 /koot.v0i9 .5911
URl: http://hdl.handle.net!11298/441
RubénFúnez
Doctor
en
Filosojia y catedrático de jilosofia y ética
Universidad Tecnológica de El Salvador
Contacto: rubenfunez@utec. edu.sv
La primera pregunta que me suscitó el libro de Sábato,
El
túnel, una vez que
lo
abrí fue ¿qué significa un túnel? Pienso que la pregunta vino suscitada, quizá,
por
lo
que han dicho que afirma el psicoanálisis sobre túneles y laberintos; de
todos modos, fue una inquietud que ha acompañado la lectura de la novela,
desde su primera página hasta la última. La segunda pregunta, que además ha
servido de conducción heurística, ha sido ¿por qué Castel mata a Maria? Todos
los lectores sabemos que la novela va a ser el relato de un asesinato, que me
llevó a pensar en la Crónica de una muerte anunciada, de
G.
Márquez, por eso,
pienso que tenemos que saber cuáles son las razones para que se pueda llevar a
cabo un hecho así.
Y en la novela de Sábato la pregunta es mucho más importante porque Castel
piensa que la única persona en el mundo que ha comprendido sus cuadros es
precisamente Maria, entonces uno no puede dejarse de preguntar:
si
esto ha sido
así, cómo
es
posible que opte por matarla. La tercera pregunta ha sido suscitada
ante el empeño del grupo de lectores con los cuales estuvimos leyendo la novela
de entender la trama como una mera novela romántica, en la que una calculadora
Maria
se
burla de un enfermo Castel, frente a ellos quise que comprendieran
mejor tanto a Castel como a Maria como metáforas que simbolizan experiencias
humanas. De hecho, el mismo Castel afirma que
"todo esto tiene algo que
ver con la humanidad en general
¿comprende?" Por
lo
tanto,
lo
que hay que
preguntarse es qué simbolizan Castel y Maria. Y la cuarta pregunta que me
suscitó la lectura por su presencia agobiante a
lo
largo de toda la novela ha sido
qué significa necesitar a otra persona. La necesidad que dice tener Castel de
Maria
es
desesperante.
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2018
AÑO
8,
n.o
9,
ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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Belleza y fealdad humana
En primer lugar ¿qué signica un Tunel? Digamos que se trata de el modo como
Castel ha decidido vivir su propia vida. Castel está preso en su individualidad, y
por eso no ve el panorama completo, y se experimenta solo. Un tipo como Castel
se mueve únicamente en lo que parecen las cosas, por eso vive angustiando,
porque no tiene ninguna seguridad que lo que parece, sea. Nuestro personaje
nos muestra en cada instante que sólo a partir del análisis del lenguaje no se le
aclaran las cosas, sino que más bien lo lleva a la locura.
Hay en Castel, como agazapada, una maldad destructiva, una maldad con la
que busca herir haciendo sentir a quien hiere profundamente culpable. Creo
escuchar la frase entre dientes y con innito desprecio que dirige a María:
“engañando a un ciego”. La saeta no va encaminada a incriminar el engaño,
sino que a quien se engaña sea a alguien tan vulnerable, pero no lo hace porque
el ciego le importe, seguramente le importa un adarme, lo que pretende es hacer
sentir culpable, y lo hace, no desde un sentimiento que busca ayudar al otro,
sino desde su innita maldad, desde su endurecido corazón.
Cuando herimos a alguien nos herimos a nosotros mismos, ¿cómo ocurre esto?
Herimos donde se nos ha herido. Entonces lo hacemos sacando lo peor que
hay en nosotros mismos. La ofensa maniesta nuestro más íntimo disgusto.
Un disgusto que aumenta en la medida en la que ofendemos, el que ofende, en
lugar de sentirse satisfecho con su ofensa, experimenta que su malestar consigo
mismo aumenta más. Entonces, lo que tenemos en común con el ofendido
es que no podemos defendernos; al que herimos porque están a expensas de
nuestra maldad, y a nosotros mismos porque desconocemos los mecanismos
últimos que nos lleva a herirnos.
¿A quién es, en rigor, a quien nos gustaría causarle daño? Evidentemente hay
una especie de disgusto contra uno mismo, cosa que ya no se puede remediar.
En este caso y, quizá solo barruntado borrosamente, hay una especie de rebeldía
hacia la autoridad, y lo penoso de este asunto es que se trata de la autoridad en
abstracto, el fantasma de la autoridad. Por lo tanto, un hombre como Castel está
reñido con la autoridad, por eso hace tanto daño a María.
¿Cómo se gesta el problema con la autoridad? cuando estando en una situación
de indefensión, experimentamos que hemos sufrido de una injusticia, que la
sufrimos en dolorosa impotencia y, peor aún, quien nos ha hecho la injusticia
no se reconoce ni culpable, ni responsable por su falta y el que la sufre se
experimenta víctima: ha sido abusado y no puede defenderse, por ello desprecia
la autoridad.
Pero la frase acusadora de Castel recuerda el hecho, el terrible hecho de la
separación en la que estamos los seres humanos, separación que se vuelve
casi irreversible cuando nos herimos de ese modo; hay frases que suspenden
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de manera denitiva el puente capaz de unir el espíritu humano. Esto lo vive
María con intensidad. María tiene pena de un ser humano de la calaña de Castel.
Sabe que Castel es un caso perdido, sabe que no hay nada que hacer. ¡qué
dolorosa situación es esa en la que estamos los seres humanos cuando estamos
absolutamente convencidos que ya no hay nada que hacer respecto a aquellos
que amamos!
Castel tiene razón, algunas veces la soledad es tan mezquina, que solo es soledad
en tanto anula al otro; pero, a todas luces, esa soledad no es el “ambiente” en
el que somos mejores, más bien se trata de una soledad en la que somos peores
¿Por qué? Porque si sólo vemos lo despreciable que son los seres humanos, lo
sucio, lo feo, lo incapaces, mezquinos que son, (otros adjetivos utilizados por
Castel: la envidia, la petulancia, la grocería, la avidez humana, la estupidez,
la ceguera, el egoísmo, la crueldad, los hombres son sucios, la fealdad, la
incapacidad, la avidez, la grosería, la mezquindad, la hipocresía, la frivolidad,
la impenetrabilidad, la arpía, la solterona, silbido de víbora, imbécil, puta,
monstruo ridículo, infecto personaje), no me cabe la menor duda que aquello,
con lo que estamos en contacto con nosotros mismos, sea lo feo, y grosero,
como feos y groseros me parecen los demás.
En ese túnel que nuestro personaje decidió hacer de su vida, hay momentos
en los que se suspenden amarras, que sin valorar las consecuencias se actúa
irreexivamente, sin importar el daño que nos podemos causar o el daño que
podemos causar a alguien más, nos dejamos ir, simplemente nos dejamos ir
aunque nos demos en la madre.
En denitiva, El túnel de Sábato, es aquello por lo que ha transcurrido la vida
de su personaje, en el que no puede disfrutar de su talento, ni de las relaciones
con los demás. Y la razón última de vivir en un túnel se debe a su incapacidad
para ver belleza en la realidad humana, y se ahoga en la vileza que también es
un hecho masivo de los seres humanos. Castel ve un solo lado. Y en esa ceguera
consiste su túnel
María: muerte al sentido
Pero la pregunta que ha estado presente a lo largo de la lectura de la novela,
y no estoy seguro de haber atinado en su respuesta es ¿porqué Castel mata a
María? Lo primero que se me ocurrió fue que Castel, de algún modo, va más
allá del evangelio, donde este dice, no hay amor más grande que dar la vida
por sus amigos, Castel arma no hay amor más grande que matar a quien más
amo. A nuestro personaje el mundo le parece algo sin sentido, piensa que este
planeta minúsculo corre hacia la nada, en el nacemos, crecemos, luchamos,
nos enfermamos, sufrimos, gritamos, morimos, es una comedia inútil, entonces
tiene sentido querer liberar al ser que más amamos de una realidad sin sentido.
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Pero también es verosímil que la mate porque María es la personicación de
la distorsión de su realidad. Dijimos que, de algún modo, Castel exige que
esta realidad que no tiene ningún sentido, sea asumida en toda su autenticidad.
Se trata, para nuestro personaje, de una realidad que no da ningún suspiro,
cualquier respiro es considerado como un vicio pequeño burgués, o quizá, más
en consonancia con Castel, como inautenticidad.
Es el modo angustiado de estar en la realidad. Este modo no es arbitrario, es
que solo así estamos capacitados, para comprenderla en toda su plenitud, otro
modo podría ser deformante, desde otro modo perderíamos inevitablemente la
realidad, y ocurre que María, por momentos, le hace olvidar lo penoso de la
realidad, ella la transforma, mágicamente. Entonces María para Castel, es la
distorsión más monstruosa que se puede introducir en la realidad. Pero esto que
le parece una distorsión es lo que desenmascara a Castel.
Otra razón, quizá más rebuscada, consiste en armar que Castel siente que,
losócamente, ha fracasado ante María, Castel digamos, es el típico personaje
que puede dar cuenta con exactitud de cuál es la posición de una partícula en
el espacio, incluso, conoce exhaustivamente cada una de las estaciones y de las
paradas de buses por las que hay que pasar para llegar hacia donde se dirige,
es más puede dar cuenta exactamente para dónde va, es un mago en el uso
del lenguaje y puede hilvanar las cincuenta mil interpretaciones que tiene una
armación, una palabra, una metáfora, y, no obstante, es incapaz de controlar
a María; digamos que sobre María no tiene ni la más mínima seguridad; ésta,
siempre se le antoja, dice él, como impenetrable. Por eso, poco a poco, Castel
va siendo consciente que María no es su sentido. Él busca un sentido, y se ata a
María, suponiendo que lo ha encontrado, pero al carecer la vida de un sentido.
María tampoco lo es.
La muerte de María es el último vestigio de esperanza, la muerte de María es la
absoluta negación del sentido de la vida, cuando creemos haber encontrado un
sentido, este se diluye de las manos como el agua, esta situación es insostenible,
y por eso no queda otro camino que anular aquello que nos erigimos como
sentido. ¿qué podría estar mejor dotado de signicado que estar tierna, ingenua
paradisiacamente enamorado de la belleza y de la juventud de una mujer?
Nada, encontrar ese sentido hubiera sido encontrar el fundamento en el cual
apoyarse, es encontrar la Physis de los griegos, el Theos de los cristianos, la
razón de los modernos.
Sin embargo, la situación de indefensión, de incertidumbre, de perplejidad, de
braceo naufrago, se acentúa cuando aquello que se ha buscado y tenido como
fundamento se desvela como lo que es, la desfundamentación es absoluta,
y Castel no tiene las agallas de un Nietzsche para predicar el super hombre,
sino que ante el nudo hecho de la desfundamentación mata al espejismo de
fundamento. Ha María no puede asirla, es la desfundamentación absoluta, por
eso tiene que destruir el sentido que se había construido, destruyó su autoengaño.
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Las preguntas que me quedan otando en la cabeza son ¿tenemos que, para
estar auténticamente en el mundo, tener que matar a nuestra María? ¿Tenemos
que suponer que todos tenemos que negar cualquier fundamento?, ¿tenemos
que predicar un tiempo de desfundamentación?, ¿tendremos que decir con
Nietzsche: Dios ha muerto? No lo creo.
Razón y sensibilidad
¿Qué simboliza Castel?, ¿qué simboliza María? Mi pregunta no es neutral,
porque María me encanta, pienso que si todos los hombres pudiéramos
relacionarnos con las mujeres como lo propone María, la vida de los seres
humanos, simplemente sería más linda. Pero bueno veamos qué tipo de metáfora
es cada uno de nuestros personajes.
Castel ante todo es un personaje que se presenta, como alguien que tiene como
principal manía querer encontrar explicación a todos los actos de la vida. Y es
posible que todos los actos de la vida no tengan necesariamente una explicación
psicológica, sino que puede ocurrir que tengan una explicación siológica,
química, qué sé yo, quizá orgánica, pero nuestro personaje se empeña en querer
encontrar un signicado estrictamente psicológico a todo, y por eso muchas
veces se encuentra como perdido ante todas las posibles interpretaciones que
puede tener un acto, una palabra, una acción, etc.
Y ante la impotencia de encontrar una respuesta que explique lo que por
denición puede tener innumerables respuestas, pelea, se agrede a mismo;
Castel, desde esta perspectiva, es el típico personaje que, a pesar de su talento,
no está a gusto consigo mismo; la otra noche hice la imaginería siguiente: quise
suponer que me invitan a una esta y que con quien me encontraba era conmigo
mismo; ante esta situación me pregunté, ¿podría ser yo, para mismo un buen
amigo de velada? y el sentimiento que se me vino en seguida fue, ¡caramba!,
que aburrido tener que estar en una esta acompañado de mismo, es decir,
al menos para mí no sería un buen amigo de velada, esto mismo le ocurre
superlativamente a Castel, no puede estar consigo mismo, no se soporta a sí
mismo, por esa razón está siempre peleando contra sí mismo.
En algún momento en la lectura de la novela se me ocurrió pensar, que Castel
es la apuesta por la ciencia, y que la ciencia mata la sensibilidad, la belleza,
la comprensión, etc. El análisis del lenguaje, dije en esa ocasión, no sólo no
nos aclara las cosas, sino que puede llevarnos a la locura. La lógica no sólo te
hace ver demonios, sino que puede ocurrir que no te devele necesariamente la
realidad; lo lógico puede hacer de la realidad un monstruo de mil cabezas. Es
imposible encontrar paz únicamente asentado sobre certezas claras y distintas;
la paz solo es posible encontrarla cuando la experiencia te lo demuestra, todo lo
demás son fantasmas de nuestra tiránica lógica.
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La dicultad estriba en que la problemática está desenfocada, Castel hace
“cuestiones” de palabras, cuando alguien se hace alguna pregunta, dicha
pregunta proviene de su relación con las cosas, pero, en el caso de Castel,
proviene de su relación con el lenguaje, piensa que el problema está en las
palabras, y las palabras frecuentemente nos juegan malas pasadas. ¿Qué hay en
las palabras que son capaces de determinar denitivamente una relación?, en
este momento no lo sé, Pero lo que sí sé, con absoluta claridad es que debemos
ser cuidadosos con las palabras, porque las palabras, no hieren el cuerpo, sino
que matan el alma. Es todo, lo que por ahora tengo que decir de Castel.
y de María, ¿qué podría decir? Mucho de lo que podemos armar de María puede
deducirse de los hombres con los que hace su vida. Vive con un hombre ciego,
fue amante de un hombre depresivo, que acabó suicidándose, se involucra con
un hombre calculador, y, nalmente, con un hombre que vive aislado, solo, al
que termina cuidando antes de ser asesinada por Castel. Claro, la gran pregunta
que esto me suscitó fue ¿por qué atrae al mismo tipo de hombres?, ¿qué tiene
María para que sea el mismo perl de seres humanos que terminan dependiendo
de ella?, es una inquietud que espero sea esclarecida en la medida en la que nos
adentramos en la descripción de esta personaje.
Si nos atenemos al caso de su relación con Castel, ella descubre en la pintura de
aquel, digamos como un aire de familia. La estancia, a la que regularmente se
escapa, es, para decirlo en palabras de la espiritualidad ignaciana, su Betania,
es el lugar en el que descansa, en la que vive con mayor intensidad su soledad,
y por lo visto, la densidad de dicha soledad es vivida junto al mar, ahí a la orilla
de la mar. Esta experiencia suya la ve reejada en la pintura de Castel, la pintura
le sirve como de revelación, se descubre a sí misma. ¿Qué es lo que descubre?,
que su soledad no se agota en ella misma, que la soledad parece que es una
experiencia de la que está grávida toda la realidad, no es cosa de María, es que
la realidad es así. Lo que por ejemplo hace pavonearse a Castel haciéndole creer
que es lo que lo vuelve especial respecto a todos los seres humanos, a María,
le parece más bien algo que la vincula con todos ellos, pienso que por ello está
comprometida con esa realidad.
Lo primero que me llama la atención respecto a esta interpretación es su
matrimonio con Allende, que dicho muy rápido es el personaje que mejor
describe a Castel, cuando con rabia e impotencia lo llama insensato, es decir,
carente de toda sensibilidad, y esta carencia es la que lo trastorna, la que lo hace
un monstruo; pues bien si Castel es el Insensato, María es la sensatísima, es
decir, la rebosante de sensibilidad.
¿Qué signica la ceguera de Allende?, pienso que signica la vulnerabilidad,
la incapacidad de atenderse a sí mismo, la dependencia completa de los otros,
María es el soporte de Allende, el su fundamento, el apoyo de Allende y ella
lo tiene completamente claro, y este sentimiento no lo vulnera nada. De hecho,
es el mismo Castel quien mejor describe a María cuando en algún momento
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exclama: “cuánta más pureza de espíritu y cuanto más valor se requiere para
sobrellevar la existencia de la miseria humana”, María Carga sobre esa
miseria de la que Castel quisiera desentenderse.
Es increíble, pero María no vive con culpabilidad, la supuesta indelidad a su
esposo, piensa que lo realmente importante permanece inalterado; tengo que
decir en seguida, que la novela no arma la promiscuidad de María, la supuesta
relación con Hunter, es simplemente producto de las maquinaciones del cerebro
calenturiento de Castel, y la relación con Richard fue anterior a la de Castel, es
decir, el sentimiento que vincula a María a Castel es real, es auténtico, es veraz,
sin embargo, el laberíntico cerebro de Castel hizo imposible poder sintonizar
adecuadamente con dicho sentimiento. María está unida a Castel por una veta
profundamente humana, por la soledad de los seres humanos, pero Castel es
incapaz de ser consciente de este vínculo, van en direcciones opuestas.
Pienso que esta es la tragedia humana: que en lugar de fortalecer lo común, los
seres humanos tiramos hacia distintas direcciones, y tiramos fuerte, por eso
estamos a punto de romper todo vínculo de hermanos, es la ciencia tirando hacia
un lado, y la sensibilidad tirando hacia el otro. Pero volvamos a María, de algún
modo, la manera como María ha optado por estar en la realidad, le permite tener
una visión completa de dicha realidad, en este sentido, en un primer momento
quiere poner en el cuadrante adecuado el comportamiento de Castel, por eso es,
tolerante, por eso da muchas veces signos de comprensión, y por lo mismo da la
impresión que las maquinaciones de Castel, no la resienten, además es crédula, si
Castel le pide perdón ella cree en su sinceridad y aunque pueda parecer alterada,
Doctor y Filósofo Rubén Fúnez
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como cree, puede regresar a su estado de normalidad, no es que sea voluble,
es que es comprensiva, en algún momento, mientras leía la novela apunté que
María se ha “conformado” a esa parte de Castel y por eso no pierde el dominio,
Castel puede parecer que va a naufragar, pero María se mueve al compás del
naufragio, Castel desespera, María está arraigada a lo que está ocurriendo, es
más coherente con las opciones de Castel que éste con sus mismas opciones,
la opción de Castel es teórica, la opción de María es existencial, la vida para
Castel ocurre en las palabras, en la explicación, la vida para María ocurre en la
realidad de la existencia, Castel trabaja con razonamientos, María trabaja con
los sentidos, Castel evalúa las posibilidades con las que cuenta para golpear un
clavo, María martillea, por eso María es más segura que Castel, G. Márquez
dijo alguna vez, que los trabajos manuales te vuelven seguro, yo agrego que los
trabajos intelectuales podrían volverte inseguro.
Esta actitud de María me permitió describirla como hierática, inalcanzable,
insobornable, imposible de manipular, el amor que siente por Castel, no le impide
ignorar aquello en lo que cree, aquello por lo que ha optado. María encontró, en
Castel, aquello con lo que se afanaba, “buscar ciegamente a alguien, una especie
de interlocutor mudo”, pero Castel no encontró a quien buscaba: el absoluto
control sobre alguien.
A nuestra personaje, desde la perspectiva en la que la venimos describiendo, la
tiene sin cuidado el que él no la escuche. Ella habla para misma y en la medida
en la que lo hace, se va comprendiendo y vive esta experiencia sin ninguna
pena, ni pesar; en cambio Castel, al pensar que tuvo que prestar atención a
María y no hacerlo lo hace sentir estúpido; ella se hace mientras recuerda, él
se envilece más mientras se culpa, aunque, de algún modo, ambos están en lo
suyo, María lo vive en paz, Castel lo vive con angustia. Por eso María tiene pena
de un ser humano como Castel, Sabe que Castel es un caso perdido, sabe que
no hay nada que hacer. Es dolorosa la situación de los seres humanos que están
absolutamente convencidos que ya no hay nada que hacer respecto a aquellos
que amamos.
A María le Salió mal su encuentro con Castel. No dudo que Castel era al ser
humano que buscaba, que escuchaba sin oír, y que hablaba sin hablar. Sin
embargo, la pasta de la que estaba hecho Castel simplemente era mala pasta.
Castel se convirtió en el verdugo de María. María sacó el lado más penoso de
Castel y el amor de aquella, fue incapaz de liberarlo del inerno en el que vivía,
una relación así sencillamente acaba en asesinato.
La necesidad, o una relación materna no resuelta
Finalmente, ¿qué signica necesitar a un ser humano? ¿Cuál es la raíz de
la necesidad de Castel? Digamos que nuestro personaje está como perdido,
bracea hacia ningún lado, sabe bracear, sabe la química, la física, la siología,
la neurología, etc, del braceo, es un experto en braceo, no obstante, no sabe
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hacia dónde bracear, supongamos que lo sabe, lo que ignora es el para qué
bracear hacia ese lugar, da lo mismo bracear en círculo o bracear para cualquier
destino, en otras palabras, nuestro personaje está perdido, está como extrañado
de todo lo demás. En esta situación aparece María. Y aparece como una especie
de faro hacia dónde dirigirse, María es nada más y nada menos que la dirección,
que el punto de llegada, la meta de Castel. Por esta razón se quiere adherir a
ella, por eso quiere hacer de ella su posesión, y por esta misma razón es por
la que comienza a tener una sensación de necesidad angustiante de María y
es capaz casi de rogarle, “prométame que no se irá nunca más. La necesito, la
necesito mucho”
A Castel no le preocupa que se desaparezca una tarde, siempre y cuando
regrese, a Castel le preocupa que desaparezca de modo denitivo, y la razón,
me parece clara, Castel ha encontrado su salvación, María lo ha sacado de su
propio inerno, el inerno no son los otros, el inerno consiste en ser muy mal
compañero de sí mismo, más bien “la otra” es el cielo abierto, al que queremos
de modo denitivo. La necesidad surge del hecho de no tener ninguna garantía
de que lo que vislumbramos como nuestra salvación sea con la que podamos
contar a nuestro arbitrio.
Al no contar con dicha garantía, aquello que necesitamos se nos vuelve más
imperioso cuando no lo vemos. Es que la mirada es de algún modo un medio
que nos permite la posesión de las cosas, con la mirada podemos entrar en
el interior mismo de aquello que vemos. Me llama la atención el modo como
algunos describen la mirada, arman tenía una mirada desaante, una mirada
escrutadora, una mirada penetrante, todos son modos de decir que con la mirada
podemos acceder al interior de lo que miramos y tomar posesión de lo que
miramos, desde esta perspectiva Castel puede armar “necesito verla”, sigue
con la necesidad de poseer, de tener seguridad sobre aquello que necesita, y por
ello es capaz de pensar “esa simplicidad me daba una vaga idea de pertenencia,
una vaga idea de que la muchacha estaba ya en mi vida y de que, en cierto
modo, me pertenecía”.
En el caso de nuestro personaje en ¿dónde está una posible causa de esta
situación de indefensión afectiva en la que se encuentra? La novela va dando
algunos indicios que nos pueden permitir formular una hipótesis razonable de
una posible causa.
A pesar que María es mucho más joven que Castel, quien realmente se siente
como un niño es este último, esta imagen es importante tenerla presente para
formular bien nuestra hipótesis, la mayor dicultad de Castel consistió en
haberse quedado como un niño en las cosas afectivas, es un genio en la pintura,
pero no es más que un niño en las relaciones afectivas, un niño al que se embauca
fácilmente para que hagan las cosas que los adultos les exigen; se trata de una
realidad que muchas veces se experimenta como abuso e indefensión y de las
que sin embargo, al no contar con los recursos para entenderlas se tiene que
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entregar como un chico con su madre, al menos en una ocasión Castel conesa
que ante sus berrinches, María le acariciaba la cara “como su madre cuando
chico” y ponía su cabeza sobre su regazo y así quedaban “un tiempo quieto, sin
transcurso, hecho de infancia y de muerte”. La necesidad de Castel está muy
vinculada a la necesidad que tiene de su madre.
En denitiva, tenemos una novela de la que cada cual puede tener sus
propias claves de lectura, pero para ello, hay que leerla, a la que los invito
muy calurosamente
Referentes bibliográcos
Sábato, E. (1985). El túnel. Madrid: Cátedra.