López Nuila, Jaime Alberto. Los restos de Cristobal Colón en Santo Domingo. Págs. 70-78.
Los
restos
de
Cristobal
Colón
en
Santo
Domingo
Resumen
DOI: http:/ /dx.doi.org/1 0.53 77 /koot.v0i9 .5907
URI: http:/lhdl.handle.net/11298/437
Dr. Jaime Alberto López Nuila
Abogado e Investigador UTEC
La posesión
de
los restos
de
Cristóbal Colón
es
una cuestión
de
honor y
de
honra para los dominicanos, que afirman disponer históricamente del cariño
del descubridor, quien expresamente declaro que sus restos descansaran en el
territorio dominicano.
Este hecho histórico se complica, ya que España, por su parte, siempre ha
querido recuperar los restos
de
este audaz navegante y descubridor.
España, que históricamente había ocupado la isla, se ve enfrascada con una
potencia enemiga, Francia, que asume el control
de
todo el territorio, hecho que
complica el quehacer socioeconómico, político e histórico. No obstante, para
España, siempre sigue siendo una cuestión
de
orgullo y dignidad, recuperar los
restos
de
tan importante personaje para el reino y por ende para la historia.
El material bibliográfico utilizado en este artículo por el autor,
es
un fiel referente,
con datos fidedignos sobre este tan importante hecho histórico.
Palabras clave: Colón, Cristóbal, 1451-1506 - Tumba, Antropología, Historia -
Conquista, República Dominicana - Descubrimiento y conquista.
Abstract
The possession
ofthe
remains ofChristopher Columbus
is
a matter ofhonor for
Dominicans who claim
to
hold historically the affection
of
the discoverer who
specifically stated that his remains rest in the Dominican territory.
This historical fact is complicated since Spain, for its part, has always wanted to
recover the remains
of
this audacious navigator and discoverer.
Spain, which had historically occupied the island, is involved with its nemesis
in power, France, that assumes control
of
the entire territory and complica tes
socio-economic, political and historical mainstream. However, for Spain, it is
always a matter
of
pride and dignity, to recover the remains
of
such an important
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AÑO
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ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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character for the kingdom and therefore for history.
The bibliographic material used in this article by the author, is an authentic
reference, with reliable data on this important historical fact.
Keywords: Columbus Christopher, 1451-1506 - Tomb, Anthropology, History
- Conquest, Dominican Republic - Discovery and conquest.
I. Contexto Histórico. Los Viajes de Colón al Nuevo Mundo.
La Isla de Santo Domingo ó La Española comprende el espacio territorial de
la República Dominicana y Haití, es parte de las llamadas Antillas Mayores,
la segunda en tamaño después de Cuba, y tiene una extensión de 77,000 kms
2
correspondiendo a República Dominicana 48,442 Km
2
y el resto a Haití. Los
límites de la isla son al norte el Océano Atlántico, al sur el Mar Caribe también
conocido como Mar de las Antillas, al este el Canal de la Mona que lo separa
de Puerto Rico, y al oeste, el Canal de El Viento que lo divide de las Islas de
Cuba y Jamaica.
1
Lo que hoy conocemos como República Dominicana ha sido llamada de forma
diferente, relacionada con su condición de Isla. Antiguamente se le llamó Haití,
que signicaba Tierra Alta y era el nombre que le daba el indígena originario,
quienes también llamaron Quisqueya a la parte situada al oriente, y Boquete
o Bohio, a la que se sitúa al occidente. Dicen que Quisqueya signicaba para
el nativo Madre de la Tierra. Con la llegada de los europeos, con Colón a la
cabeza, la isla recibe el nombre de la Hispaniola, desde el Siglo XV hasta el
siglo XIX, al tiempo que también se le llamaba Santo Domingo, que gozaba
cierta predilección ante sus habitantes.
2
La sociedad de la República Dominicana es producto de una mezcla de al menos
tres grupos sanguíneos totalmente diferentes: la indígena, nativa del territorio,
el conquistador español y el negro importado como esclavo. El conquistador
español se une al nativo indígena y origina el mestizo. Cuando aparece en
escena el negro esclavo procedente de África, se origina el conocido como
mulato. Con el transcurso del tiempo esta triple oferta racial, mezclada entre sí
profusamente y sin distingos, la raza dominicana variada encuentra tipos puros
y tipos mezclados.
La raza aborigen, por las enfermedades importadas por los otros dos grupos
raciales, más fuertes, es prácticamente extinguida y solo los grupos de europeos
y africanos pueden llamarse, después de al menos cien años, tipos puros de
Santo Domingo. Como un dato estadístico de especial interés hay que saber que
la mezcla de aquellos dos grupos étnicos sobrevivientes al nal, producen la
1 De los Santos, Danilo. Visión General de la Historia Dominicana. Editora Cornipio 8ª.
Edición. Año 1978.
2 Ibid.
72
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tipicación racial conforme al siguiente detalle: Mestizo: hijo de Blanco e indio;
Mulato: hijo de negro y blanco; Grifo: hijo de indio y negro; prácticamente
extinguido; Tercerón: hijo de mulato y blanco; y, el Cuarterón: si es producto de
un Tercerón y un blanco. Son conocidos también los variados términos raciales
que identican después al Dominicano, así: Indio Claro, Indio Oscuro, Blanco
Jojoto, Moreno, entre otros más.
3
La historia de la República Dominicana se divide en tres periodos, el primero
de los cuales comprende la llamada Colonización, que inicia con el suceso
del Descubrimiento atribuido al Almirante Don Cristóbal Colón, ocurrido en
Octubre del año 1492, seguido de la no menos importante empresa que fue la
conquista de la Española. Colón es en verdad el primer historiador, por los
relatos que hace, tanto en el Diario Marítimo que estaba obligado a llevar,
como en sus abundantes cartas que son el medio más idóneo y disponible
para comunicarse con la Capital y con sus Reyes, en aquella época. Colón
describe la isla en sus aspectos geográcos, y sobre la población original de
aquellos territorios, aparte de los temas que debía informar a aquella metrópoli
para la administración de la isla, además de los relacionados con sus intereses
personales. Fray Bartolomé de Las Casas y Gonzalo Fernández de Oviedo
son parte destacada, junto a Cristóbal Colón, como fuentes directas de lo que
hoy forma parte de la historiografía de la Dominicana. De Las Casas, con su
reconocida obra Historia de las Indias, cuya edición publicada por la sociedad
Dominicana de Bibliolos, Editora Corripio en el año 1987 consta de tres tomos,
es una obra inconmensurable, de altísimo valor; y el segundo, Don Gonzalo
3 Ibid.
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Fernández de Oviedo con su obra Historia General y Natural de las Indias, otra
obra de singular interés, abundando en datos valiosos sobre la geografía de la
isla, la ora y la fauna.
4
El descubrimiento de América es un importante acontecimiento, tanto
para el mundo de aquel siglo, como para la España de los Reyes Católicos,
especialmente, que padecían de graves problemas económicos. El Genovés
ofreció a la Monarquía Española los recursos para consolidar su gobierno,
armando que navegando hacia el oeste podía llegar a la India, en breve tiempo,
de tal modo que, mediante las llamadas Capitulaciones de Santa Fe, los Reyes
acuerdan autorizar y sostener la empresa de Colón, prometiendo al almirante,
reconocimientos y títulos en las tierras que descubriese, lo mismo que importantes
benecios en los réditos económicos de la empresa del descubrimiento.
En octubre de 1492 Colón descubre la isla que llamó La Española, porque creyó
encontrar en aquellas tierras la fauna y la vegetación propia de España. Razones
económicas pues, importan al europeo para iniciar aquellas expediciones
marítimas, siendo el oro y las especies lo que constituía el primer objetivo de
aquella aventura. Colón llegó luego de salir del Puerto de Palos y hacer escala en
las Islas Canarias, al Archipiélago de las Bahamas, a la Isla llamada Guanahaní
por los indígenas que allí vivían, isla que Colón bautizó con el nombre de San
Salvador. Luego llegó a las de Cuba y Haití a las que colón llamó Juana y La
Española. El efecto inmediato del descubrimiento de estas islas del actual Caribe,
ofrece a España las lógicas posibilidades de su desarrollo económico basado
en el ujo de metales preciosos y nuevos productos agrícolas como la papa, el
maíz, el cacao y el tabaco. Este nuevo panorama ofrece el traslado del desarrollo
comercial, del Mediterráneo como era hasta entonces, hasta el Atlántico y
posibilita el fortalecimiento de las potencias políticas como Portugal, Francia,
Holanda, España e Inglaterra, acérrimos rivales que disputarán el predominio
marítimo y colonial. Se inicia también la esclavitud como instrumento para la
conquista y posterior explotación del nuevo mundo.
5
El dos de noviembre de 1493, Cristóbal Colón regresa a la Española luego de un
tiempo en España. Este segundo viaje
ofrece para Colón y para España, los
recursos y el propósito de consolidar la conquista de aquellos territorios,
y todos los nuevos que habían de ser descubiertos en este nuevo viaje.
Viajan con Colón 17 navíos y 1,500 hombres, dotados de las armas y equipo
necesario, y además con plantas, animales y semillas para establecer la nueva
factoría y colonias como punto de inicio de la conquista. Toda la campaña del
descubrimiento y la conquista posterior a la colonización del nuevo mundo, se
organizan con el propósito nal de búsqueda y obtención del oro.
4 Ibid.
5 Ibid.
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La administración del nuevo mundo, ampliado luego con la llegada del
conquistador europeo a tierra rme en América, iniciada en Venezuela y
luego al resto del continente y la creciente tensión entre Colón y sus familiares
con el resto de la expedición europea, originada solo por el ánimo de lucro
y enriquecimiento, motiva que al nal Cristóbal Colón es despojado de sus
funciones y prerrogativas en el control de la nueva Colonia, siendo incluso
detenido y preso por Francisco de Bobadilla, quien había llegado de España con
claras instrucciones de despojar al almirante Cristóbal Colón, de la administración
y gobernación de la Isla la Española. Colón es incluso enviado de regreso a
España, culminando de esta manera el importante papel de descubridor de un
nuevo mundo, para benecio de los Re yes Católicos de España y también para
benecio de la historia y desarrollo de la humanidad.
6
II) Muerte del Almirante. Los Viajes de sus Restos Mortales.
Don Cristóbal Colón murió, supuestamente, el día 20 de mayo del año 1506
en Valladolid, España, en el Convento de San Francisco, siendo celebradas
sus exequias en la Parroquia de Santa María de la Ciudad de Valladolid. En
el año 1513, sus restos fueron trasladados al Monasterio de Cartujas de las
Cuevas, en la Ciudad de Sevilla, a la Capilla de Santa Ana o Santo Cristo, y
en aquella capilla fueron depositados los restos de su hijo Don Diego Colón.
Como el Almirante había expresado su deseo de ser exhumado después de
su muerte en la Isla de Santo Domingo, en el año 1536 los restos mortales de
Cristóbal Colón, y su hijo Diego Colón, fueron entregados y trasladados a la
Isla, quedando en el Monasterio de Las Cuevas de Sevilla, solamente el cuerpo
de Don Bartolomé Colón.
7
Hay acuerdo total entre los cronistas de que, en efecto, en el año 1536 las
reliquias de Cristóbal y su hijo Diego Colón fueron trasladados de Sevilla a
Santo Domingo, y depositados en el Presbiterio o Capilla Mayor de la Catedral.
Aparece asimismo que según el testamento de Don Diego Colón el día 16 de
marzo de 1509, clausula undécima, Diego mandó depositar en el Monasterio
de Las Cuevas de Sevilla, España, el cuerpo de su padre Don Cristóbal Colón
y luego en 1536 o 1539, fueron sacados de La Cuevas, y trasladados a Santo
Domingo, pero no fue posible depositarlos de inmediato en el Presbiterio
o Capilla Mayor de la Catedral, sino hasta el año 1541 o poco después, ya
sea porque no estaban concluidos todavía los trabajos de construcción de la
Catedral, o porque hasta 1541 aproximadamente, se logró vencer la oposición a
aquel enterramiento por parte de los miembros del cabildo de aquella Catedral.
8
Es decir que el Almirante tuvo una existencia agitada en la vida y también
en la muerte, dado que, fallecido en Valladolid y enterrado en ese lugar en el
6 Ibid.
7
Tejera, Emiliano. Los restos de Colón en Santo Domingo. República Dominicana. Editorial
Garcia hermanos, 1878. (primera edición).
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Convento de San Francisco en el año 1506, luego, en el año 1513, sus restos
fueron trasladados al Monasterio Las Cartujas de Las Cuevas en Sevilla, para
nalmente, llegar a Santo Domingo en donde fueron enterrados. Se dice que los
restos del Almirante fueron sacados de las Cuevas y trasladados a República
Dominicana junto a los de su hijo Diego Colón, por Doña María de Toledo. La
ota donde viajó la Virreina salió de ese lugar de San Lucar de Barrameda, y
llegó a Santo Domingo. Se componía de 27 buques entre los cuales estaba el
San Salvador a bordo del que se transportaba el Padre Fray Bartolomé de Las
Casas, según sostiene en sus notas el mencionado Don Emiliano Tejera.
9
Don Emiliano Tejera sostiene, que no existiendo prueba documental fehaciente,
él cree que los restos de Cristóbal Colón fueron llevados a La Española en el año
1540, año en que concluyen los trabajos de construcción de la Catedral y año
en que Don Luis Colón, nieto del Almirante, llegó a Santo Domingo para tomar
la Capitanía General de la Colonia. Tejera Sostiene, que la llegada del nieto del
Almirante, su asunción como Capitán General y la conclusión de la obra de la
Catedral de Santo Domingo, convierten el escenario ideal en aquel año 1540,
la fecha probablemente más justa para cumplir los deseos del Almirante de la
Mar Océano Don Cristóbal Colón, descubridor del nuevo mundo y depositarlos
dentro de la tumba denitiva de sus despojos mortales.
Los cronistas del descubrimiento y colonización del nuevo mundo son
unánimes en aceptar que los restos de Colón se depositaron en la Capilla
Mayor o Presbiterio, pero no se señala con precisión el sitio exacto en que
los restos son instalados, y tampoco informan si luego del depósito, había
tenido un mausoleo, sepulcro u otro monumento para señalar tan importante
deposito. La omisión señala una dicultad máxima para los historiadores,
supuesto el problema de la época de aquel suceso. Don Emiliano Tejera
reconoce que es de obligación aceptar que Don Cristóbal Colón no tuvo, una
lápida sobre su tumba, y que si la tuvo, debió ser poco duradera. Dice que en
la memoria de los historiadores dominicanos, ni en su propia memoria hubo
recuerdo, de haber visto lápida alguna, lo cual le resulta muy extraño ya que
en la misma Catedral se conservan los restos de Don Rodrigo de Bastidas,
contemporáneo de Colón y adversario político del almirante, muerto en Santo
Domingo para el año 1527 junto a algunos familiares como su esposa e hijo.
10
El mismo cronista Don Emiliano Tejera en su obra Los Restos de Colón en
Santo Domingo, y los Restos de Cristóbal Colón, agrega la suposición de
que, al ampliar el Presbiterio de Catedral, quizá para alojar otros huéspedes
distinguidos, pudo haberse movido la lápida del Almirante, luego, por
negligencia o descuido, debió ser arrinconada y extraviada en forma denitiva.
Tejera dice que lo mismo debió ocurrir con las de Don Diego Colón y el hijo
Don Luis, Duque de Veragua.
8 Ibid.
9
Ibid.
10
Ibid.
76
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Otro interesante relato es el que Tejera deja señalado: Que la lápida de Colón,
si la hubo, debió quitarse el año 1655, fecha en la que, un día 23 de abril, la
Escuadra Inglesa comandada por William Peen, atraca en la rada del Puerto de
Santo Domingo. Ocurre que el Arzobispo de Santo Domingo Don Francisco
Pio de Guadalupe, temiendo que el invasor inglés pudiese profanar la tumba,
dispuso que la sepultura de Cristóbal Colón fuese cubierta, para que no se diese
ninguna profanación ni desacato de aquel lugar.
11
La vida y la muerte del Almirante, descubridor del nuevo mundo, siempre
agitadas, tiene un nuevo episodio marcado ahora por la política entre potencias
coloniales. El Tratado de Basilea cede a Francia la posesión de Santo Domingo,
razón por la que, apresuradamente, se procede en 1795 a exhumar los restos de
Colón en el Presbiterio Mayor de la Catedral Metropolitana de Santo Domingo.
Don Gabriel Aristizabal, jefe local de la Armada Española, por orgullo y
amor patrio, no piensa abandonar al enemigo francés, los restos mortales
del Almirante y se toma el tiempo para exhumar y trasladar los restos hasta la
Habana, todavía en poder de España. Colón estaba enterrado en planchas de
plomo, pero sin lápida ni inscripción, y por ello, los españoles al proceder a
exhumar y extraer los restos, actúan conforme la tradición oral de autoridades
eclesiásticas y empleados de la Catedral, o bien de los vecinos de aquella ciudad
próxima al templo, y siendo que la tradición decía, que los restos de Colón
estaban depositados en el Presbiterio de la Catedral, del lado del Evangelio en
el lugar donde solía colocarse el Dosel Arzobispal, así procede el encargado de
aquel solemne acto.
12
El Acta de Exhumación de los restos de Colón, suscrita por Don José F. Hidalgo,
Escribano de la Cámara de la Real Audiencia de Santo Domingo, del día 20
de diciembre de 1795, dice, “que se abrió una bóveda que estaba sobre el
Presbiterio, al lado del Evangelio, pared principal y peana del altar mayor,
y en ella se encontraron unas planchas de plomo, indicante de haber habido
caja de dicho metal y pedazos de huesos de canillas, y otras varias partes
de algún difunto, que se recogieron en una salvilla y toda la tierra que con
ella había, que por los fragmentos con que estaba mezclada se conocía ser
despojos de aquel cadáver”. No se dice, reexión de Don Emiliano Tejera, que
hubiese lápida sobre esa bóveda; no se dice, que hubiese inscripción alguna; ni
en lo exterior ni en las planchas encontradas en lo interior. Cómo pues, podía
saberse que aquellos eran los huesos de Colón? Quién podría armarlo si muda
estaba la piedra, mudo el metal y mudos
también aquellos huesos encontrados y
extraídos? En aquél día, dice don Emiliano, no se sabía que a algunas pulgadas
de distancia, una de otra, había dos bóvedas, cada una de las cuales encerraba
restos preciosos de dos seres estrechamente unidos en la vida y también en la
muerte, Don Cristóbal Colón y don Diego Colón., su hijo.
11 Ibid.
12
Ibid.
77
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Así fue que, de las dos bóvedas contiguas, los españoles abrieron no la
bóveda pegada al muro que era la que encerraba los restos mortales del Primer
almirante, sino la que, separada de la primera por una pared de 6 centímetros
de grueso, y que guardaba los restos de Diego Colón. El insigne historiador
Don Emiliano Tejera, arma, tajante, que esa bóveda, la de Diego Colón es
la que se identica claramente con la designación hecha por el Escribano
José F. Hidalgo, que elaboró el Acta de Exhumación y que señala entre la
pared principal y la peana del Altar Mayor, ambas bóvedas están sobre el
Presbiterio, ambas del lado del Evangelio”, “pero la que contiene los restos
de colón, estaba y está, pegada a la pared”.
13
III) Controversia sobre la Identidad de los Restos del Almirante.
El celo patriótico ha generado por mucho tiempo, una afanosa disputa entre
dos países, que sin duda, amaron siempre el recuerdo del descubridor del
nuevo mundo: España y República Dominicana. La voluntad expresa del
Almirante de descansar en suelo de la Hispaniola, hoy República Dominicana,
ha determinado que ese pueblo niegue desde siempre que los despojos mortales
trasladados a España, con tránsito en la Habana Cuba, en el año 1795 sean los
de Cristóbal colón, efecto obligado por el Tratado de Basilea entre España
y Francia, que entrega a este último país la posesión de Santo Domingo. La
presurosa exhumación de los supuestos despojos mortales de Colón, hace
incurrir a España en el histórico error de confundir, según lo ha dejado
señalado Don Emiliano Tejera, la tumba de Diego Colón con la de su padre
Cristóbal. La parte dominicana ha defendido con mucha sabiduría, su tesis de
la equivocada exhumación, como lo declara, repito, el historiador dominicano
citado ampliamente en este relato.
No hubo jamás retroceso en las posiciones antagónicas de España y de República
Dominicana; y rmemente creo que no las habrá nunca. Quizá por esa realidad
la parte española recurrió años atrás al expediente cientíco de realizar prueba
de ADN, que estudia la identidad de las personas, haciendo una propuesta a la
Universidad de Granada, para que el investigador genético Don José Antonio
Lorente Acosta, colaborará a resolver ese delicado conicto, utilizando las
técnicas modernas de identicación genética. El punto de partida era que a la
fecha en el año 2002 había dos lugares para ubicar la tumba de Cristóbal Colón.
La solicitud tenía relación con la próxima celebración de los 500 años de su
muerte. El grupo que se formó para hacer la investigación profesó su único
propósito de encontrar la verdad histórica, y solo como tributo a la ciencia
misma, alejado, de cualquier interés o propósito patriótico.
14
13 Ibid.
14
Celso García De La Riega. Estudio ADN de Cristóbal Colón y su posible origen. Tomado de
internet 24 de febrero de 2018 https://celsogarciadelariega.wordpress.com/tag/estudio-adn-
de-cristobal-colon/
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El informe señaló que se han comparado restos humanos que contienen la
tumba de la Catedral de Sevilla- supuestamente del Almirante-- con los
restos de su hermano menor Bartolomé Colón, enterrado en Las Cartujas,
Sevilla.
La comisión de investigación formada luego de recoger los restos de Colón
el 23 de mayo del año 2005, procede a su estudio, por parte del laboratorio de
Antropología Física de la Universidad de Granada, y produce la conclusión de
que se puede conrmar que en la tumba de Sevilla, en efecto, se encuentran
depositados los restos del Almirante, después de obtener un resultado
positivo, tras la comparación del ADN de ambos restos. La conclusión incluye
además, el aserto de que los huesos analizados tienen una edad de 500 años,
la armación que ambos restos pertenecen a personas que son hijos de la
misma madre, concluyendo así que la sepultura de Sevilla es auténtica. Hay
también consideraciones muy importantes en el contexto del informe, como
que es probablemente seguro que tanto los restos de Santo Domingo como los
examinados de Sevilla contienen restos auténticos de Cristóbal Colón. Debe
aclararse al respecto, que los restos de Santo Domingo no han sido parte del
material sometido al examen y análisis cientíco de la comisión investigadora.
Además y para terminar esta breve información sobre la autenticidad de los
restos de colón depositados en Sevilla, está el hecho reconocido de que los
restos de Sevilla están incompletos, ya que falta el cráneo y la mandíbula,
y por tanto, los mismos son ciertamente muy escasos. Del resultado de la
investigación cientíca antes señalada puedo dejar asentado, por tanto, que no
obstante la armación positiva del informe del ADN, de los restos de Sevilla,
la controversia en orden de la legitimidad y autenticidad, en comparación con
los restos que se conservan en la catedral de Santo Domingo, seguirá pendiente.
La alternativa cientíca no estará concluida mientras no se practiquen iguales
pruebas con los despojos que están en la Isla, lo que requerirá el consentimiento
y la participación Dominicana, para iniciar esa investigación.
Referentes bibliográcos
García de la Riega, C. (2018). Estudio ADN de Cristóbal Colón y su posible
origen. Recuperado de https://celsogarciadelariega.wordpress.com/tag/
estudio-adn-de-ccristobal-colon/
Peguero, V., & De los Santos, D. (1978). Visión general de la historia
Dominicana (8va ed.). Santo Domingo: Editora Cornipio.
Tejera, E. (1926). Los restos de Colón en Santo Domingo y los dos restos de
Cristóbal Colón. (4ta ed.). Santo Domingo: J. R. Vda. García.