Samour, Héctor. La filosofía griega. Págs. 34-44.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i8.5867
URI: http://hdl.handle.net/11298/382
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2017 AÑO 7, n. º 8, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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perfeccionadas por la modernidad, pero otras han sido sólo perfeccionadas y, algunas,
ni superadas ni perfeccionadas. Los tiempos posteriores, por ejemplo, en arte, se miran
continuamente, en múltiples resurgimientos o renacimientos, en el espejo del tiempo
de los griegos. Pero hay más.
La filosofía actual, a veces, busca justificación y legitimación. Y en muchos casos,
para definir cuál es la esencia de la filosofía se ha abocado a los griegos para mostrarla
en su gestación (Zubiri, Heidegger, Nietzche, Marx, Hegel). Los griegos generaron
una forma de pensar y un lenguaje de los que somos deudores, unos conceptos, en fin,
que son, en gran medida, nuestros conceptos. O como dice Zubiri: “Es que el
pensamiento griego pertenece al pensamiento occidental de una manera mucho más
honda que por haber sido el punto de arranque de unas especulaciones que han durado
a lo largo de los siglos; Grecia pertenece a nosotros de una manera más fundamental:
porque constituye permanentemente y todavía hoy la posibilidad misma de la filosofía
occidental”.
Ciertamente los griegos pasaron, ya no están. Y en este sentido, Grecia pertenece al
pasado que ya no es. Pero donde hay continuidad histórica, lo que desaparece no cae
en el vacío, sino que, al desaparecer, deja a las subsiguientes generaciones en una
situación definida por las posibilidades que le ha legado aquello que ya no existe, y
son estas posibilidades legadas a la posteridad las que constituyen y definen la
situación de los sucesores. En este sentido, Grecia pertenece a las posibilidades
internas de la filosofía occidental. Pero esta dialéctica de las posibilidades no consiste
en una mera recepción. Uno puede pensar que se trata de una mera continuación:
Anaximandro, Parménides, Platón, Aristóteles, etc., han tratado una serie de temas, y
de esos temas se va a continuar hablando dentro del mundo occidental. Esto es, en
parte, verdad, pero no es lo fundamental, porque a lo más conduciría a una especie de
cóctel del pasado y del presente. Las ideas del mundo griego, el elenco de conceptos
que el mundo griego nos ha otorgado como posibilidades intelectuales, se va a utilizar
para resolver problemas completamente ajenos a la mente griega.
La casi totalidad de los conceptos que forman el acervo de la filosofía occidental
estuvieron de una u otra forma pensados por los griegos. Hay excepciones, por
ejemplo, el mundo griego jamás tuvo ni el vocablo ni la noción de persona, o un
concepto o vocablo que respondiera a lo que nosotros entendemos por existencia, que
apareció hasta el siglo IV.
Mostraré la evolución de la filosofía griega, insistiendo en los conceptos que tal
filosofía dio a luz, y que han tenido una gran repercusión en la historia de la filosofía.
Conceptos como logos, aletehia, sophos, eón, einai, physis, nous, epistéme, doxa,
dynamis, energeia, eidos, eicasía, eudemonía, pistis, dianoia, ousía, polis, arjé,
paideia, telos, entelequia, etc.
Cfr. X. Zubiri, Los problemas fundamentales de la metafísica occidental, Alianza Editorial, Madrid,
1994, pp. 14.