Castro H., Pablo de Jesús. Evolución de la Sociología. Futuro e historia. Págs. 60-86.
DOI: http:/ /dx.doi.org/1 0.5377 /koot.v0i7 .2983
URI: http://hdl.handle.net/11298/295
Evolución
de
la
Sociología.
Futuro
e
historia
ISSN
2078-0884
e-IUN
2307-3942
L9<P..~.<WJ
Resumen
Pablo de Jesús Castro H.
Profesor Emérito, Sociólogo
pdjcash@hotmail. com
Esta síntesis pretende describir elementos muy generales sobre su origen
histórico, desarrollo y futura proyección. En tres apartados destacamos:
1)
Surgimiento de élites intelectuales que dieron origen a la sociología CCSS
clásica, que dejaron herencia a generaciones contemporáneas. 2) Creación
de su objeto de estudio con base en un sistema conceptual y categorial
constructor de teorías, métodos, prácticas sociales y académicas. 3) Destacar
innovadores procesos de investigación científica productores de
conocimientos y pensamiento sociológico que cualifican su status de ciencia
social abierta a las necesidades y realidades del presente-futuro.
Palabras claves: Sociología, historia, economía, política, capital social,
capital económico, tradición, antropología, religión.
Abstract
This synthesis aims
to
describe very general elements on its historical
origins, evolution and future projection. There are three main entries: the
arise
of
the intellectual elites on which the classical social sciences-
sociology arose, leaving a heritage
to
the contemporary generations 2- the
creation
of
its object
of
study based on a system
of
concepts and categories
that build theories, methods, and social
as
well
as
academic practices. 3-
to
pinpoint innovative processes
of
scientific research which produce a
sociological knowledge and thought therefore qualifying is status
as
a social
science open
to
the needs and realities
ofthis
present-future.
Key words: Sociology, history, economics, politics, social capital, economic
capital, tradition, anthropology, religion.
"Todos los principios de siglo tienen algo de
lo
primigenio y de un recomenzar radical. Las
CCSS del siglo XXI están por hacerse" (Scribano, 2015:
P.
422).
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA
DE
MUSEOLOGÍA
KÓOT
, 2016 AÑO 6,
n.
0
7, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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Primera parte
“Una ciencia que vacila en olvidar a sus fundadores está perdida” (Alfred N. White Head).
“Más, para olvidar algo, primero hay que conocerlo. Una ciencia ignorante de sus
fundadores no sabe cuánto camino lleva recorrido, ni en qué dirección, también está
perdida” (Alvin Gouldner).
I. Sociedad y sociología en la era de la industrialización capitalista. Siglos
XVIII y XIX
1. Contexto histórico en la sociedad europea. Situación social, política y
económica
En la era de la ilustración e iluminismo, la Revolución francesa (1789-1819), la
independencia de la nueva nación de Estados Unidos (1776) y la era del
maquinismo o Revolución industrial inglesa (1760-1830), la sociedad que se
construía posibilitó la formaron de élites intelectuales entre filósofos, políticos,
economistas, educadores, lingüistas y otros, intentando explicar los nuevos
fenómenos de impacto humano y social; así lo hacían biólogos, alquimistas, físicos,
matemáticos, astrónomos y otros, quienes crearon su propio método científico
experimental (con criterio más cuantitativo que cualitativo) explicativo de
fenómenos de la naturaleza física y del universo. A este método se adscribieron
inicialmente las ciencias sociales, en especial la Sociología, contribuyendo a la
construcción de su objeto de estudio. Otros intelectuales se inclinaron a los aportes
religiosos, artísticos y humanistas.
Algunas de sus ideas provenían de raíces ancestrales de la civilización griega del
Renacimiento (saberes del romanticismo, arte, literatura, ciencia, tecnología…).
Con una nueva racionalidad del pensamiento, fusionaron y articularon
conocimientos innovadores alrededor de esos fenómenos y produjeron la
revolución científica y tecnológica como soporte de la industrialización moderna.
In situ observaron y analizaron que el capitalismo industrial liberal convertía en
escombros viejas estructuras sociales, humanas y naturales de la sociedad feudal
europea. Cambiaba y transformaba sus relaciones sociales y de producción de
comunidades primitivas y antiguas por otras nuevas relaciones económicas,
sociales, políticas, ideológicas y culturales, que se expandían alrededor de un
nuevo mundo que se descubría, conquistaba y colonizaba.
No solo se interesaron por lo fenoménico sino también por las reacciones y
conductas humanas de las generaciones de hombres y mujeres frente a sí mismos,
a la sociedad y a la naturaleza. Las ciencias sociales y naturales trataron de
investigar y descubrir la repitencia regular y constante de leyes, tendencias y
transiciones históricas como un continuum histórico del devenir y porvenir de un
nuevo orden social, que la sociedad podía explicarse con diversidad de categorías
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en torno a la democracia, el poder, autoridad, hegemonía y dominación creadas de
los hechos emricos.
En esa la élite histórica de pensadores se autoformaron las primeras generaciones
de sociólogos y sociólogas junto con el nacimiento o desarrollo de otras disciplinas:
historia, economía política, psicología, educación, antropología como Ciencias
Sociales. Dieron paso a la primera sociología empírica. Su desafío fue estudiar esa
realidad y los escenarios de cambio social local y mundial, formulando hipótesis,
teorías, métodos y leyes precientíficas provisionales que se formalizaron para
explicar la constitución social y material de la nueva sociedad y civilización que
emergía.
2. El concepto de sociedad y el capitalismo liberal
Las primeras concepciones sobre sociedad fueron fruto del cambio social de la vida
cotidiana. Muchas ideas tradicionales se fueron reemplazando y hubo cambios en
las formas de pensar la realidad, desde su concepción físico-natural hasta
comprender el mundo social, regidos por leyes naturales o por leyes sociales.
- Sociedad-comunidad medieval. La herencia de la filosofía medieval dejó una
concepción de sociedad muy simple, era un “todo orgánicamente unido, como
comunidad, los lazos socioeconómicos eran inseparables de los morales, están
personificados, obedecían a la tradición y a las normas religiosas” (Kon, 1989:
7).
- Concepción de los románticos conservadores tradicionalistas. Fueron los
franceses Edmundo Burque (1729-1799), Luis de Bonald (1754-1840) y Joseph
de Maistre (1753-1821) quienes criticaron el caos y la destrucción de la sociedad
a la que dio origen la Revolución francesa, clamaron el retorno a la armonía y
el orden del Medioevo. La sociedad la concebían como ente orgánico único, más
importante que el individuo, su existencia es imposible al margen de ella, que
lo precede y lo socializa para sus propios objetivos, está moralmente encima de
ellos. Las leyes internas que la rigen radican en el pasado remoto. Lo que cuenta
no son los individuos, sino según su posición; en las relaciones entre estructuras
e instituciones cada uno cumple su función y papel determinado. “Todas las
partes de este conjunto están relacionadas orgánicamente; si cambia una, cambia
la otra” (Kon: 14). Y si se introducen cambios, debe ser con suma precaución (
Ritzer -I 1994: 13).
Las teorías naturales
- Concepción mecánica. Esta teoría, considerada racionalista, redujo los hechos
sociales a un número limitado de leyes generales inmanentes a la naturaleza;
incluida la naturaleza humana. Su estudio de la sociedad se asoció con la “Física
Social” (Kon, op. Cit.), concebida como un sistema astronómico de individuos
relacionados por la atracción o repulsión social, así como se observaba a las
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estrellas y astros celestes en interacción mecánica. Los modelos de la
Matemática (Geometría), Astronomía y Mecánica sirvieron para hacer las
deducciones sobre lo social. Esta concepción varió cuando se desarrolló la
Física de Isaac Newton, que fue menos mecanicista.
- Concepción organicista. El inglés Herbert Spencer (1820-1903) profundiza las
ideas de Comte e introduce a las Ciencias Sociales las ideas teóricas creadas por
la teoría de la evolución de Darwin. La sociedad es “un agregado social que
tiene más semejanza con un agregado orgánico que con uno inorgánico, pues
aumenta y evoluciona como un cuerpo organizado de células con existencia
propia cada una de ellas. Si su existencia se corta bruscamente, los pequeños
factores continúan viviendo todavía algún tiempo. Como cuerpo orgánico,
nacen, viven y mueren en el mismo lugar, lo que los hace heterogéneos. Sus
estructuras se complican cuando crecen y se van diferenciando desde las
primitivas hordas errantes, casi homogéneas, hasta la tribu, que se distingue y
diferencia por la ocupación de sus componentes.
Las clases sociales se establecieron cuando el gobierno se separó de la industria:
los gobernantes se dividieron en políticos, militares y sacerdotes; los gobernados
en artesanos y trabajadores; y cada uno se subdividió así, sucesivamente. Una
sociedad civilizada envuelve ciertas disposiciones, ciertos caracteres de
estructura que son permanentes y sobreviven a los individuos (Spencer, 1942:
64 ss.). De aquí se derivó posteriormente el “darwinismo social”: en la sociedad
sobrevive el más fuerte.
- La Sociedad-Estado. Fueron los enciclopedistas franceses quienes
establecieron una diferencia entre Sociedad y Estado. La sociedad se concibió
como modelo mecánico con división del trabajo e intercambio racional entre los
individuos; una máquina estructural en la que se podía analizar y comprender
las funciones reales de instituciones sociales o subsistemas; la economía y la
cultura o el Estado y el Derecho, concebido como un derecho natural de origen
contractual. La división de la estructura social-natural y los reglamentos
jurídicos artificiales abrieron el camino hacia la comprensión de que la vida
económica es independiente de la política (Kon: 8).
Con estas primeras concepciones de sociedad se fue acumulando el conocimiento
necesario que posteriormente daría origen formal a la Sociología, con la que
podría explicarse en forma científica las profundas transformaciones de la
época.
En la transición histórica del siglo XVIII al XIX, surgieron nuevas concepciones
de sociedad como reacción a que los cambios esperados por la Revolución
francesa y el desarrollo industrial fueran favorables al desarrollo y al progreso.
Estas concepciones fueron contradictorias, por la misma percepción y posición
de clase de sus formuladores.
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- Concepción liberal utilitarista. Otros pensadores de la época, los utilitaristas
ingleses Jeremy Bentham (1748-1832) y James Mills (1773-1836), vieron
a la sociedad como un cuerpo artificial, ficticio, compuesto de individuos que
son sus unidades. Son superiores el individuo y la libertad de empresa (laissez-
faire, laissez-passer); es la institución que se justifica por su utilidad. Su ley
ética general fue asegurar el bien máximo del nuevo orden, pues sus relaciones
son las que más benefician a la comunidad. Este liberalismo reconoció que solo
la burguesía tiene la posibilidad de modificar, reformar y perfeccionar la ley
(Kon: 15).
3. Precursores de la sociología empírica
La primera concepción fue durante el siglo XIX cuando surgieron los precursores
y posteriormente lo fundadores. Ya había avances para comprender y controlar el
universo mediante la razón y la investigación empírica en el período de la
Ilustración; fue una ampliación de los esfuerzos teóricos realizados para reformular
los mismos conceptos iniciales de sociedad y sociología. Se desarrollaron nuevas
líneas teóricas de interpretación que dieron un paso más al nacimiento de la
sociología empírica. La meta era comprender “la creación de un mundo más
racional y mejor, rechazando las creencias en la autoridad tradicional valores e
instituciones de la Edad Media—, por irracional y opuestas a la naturaleza humana
(Ritzer-I, 1994: 11).
3.1. Aportes de Adán Ferguson (1723-1816)
Al inicio del siglo XIX, el escocés se preocupó por analizar empíricamente las
graves consecuencias del desorden social ya existente en la sociedad. Desde una
nueva percepción social explicó que la fragmentación de la comunidad y de la
personalidad de los individuos se debía a los “efectos de la División del Trabajo
que implicaba una mayor especialización requerida por los avances de la sociedad
industrial” (Raison, 1970: 10). Que la “división social del trabajo” dio lugar a la
división social de la sociedad y el de clase social, que se empezó a utilizar a
diferencia de estamento, propio de la Edad Media.
Esta especialización la asoció con la Estratificación Social (fundamental en el
objeto de estudio de la sociología clásica) en la que las clases sociales que
se formaban eran producto de la desigual distribución de la propiedad, lo que
daba lugar a las distintas subculturas y tipos de personalidad.
Con estas ideas elaboró dos teorías, una sobre la propiedad y otra sobre la
alienación, (categoría clave para la sociología del materialismo histórico).
Escribió “Un ensayo sobre la historia de la sociedad civil”, el nuevo
concepto fue considerado posteriormente por los especialistas en sociología
como una obra de sociología sistemática evolutiva. Su nuevo concepto de
sociedad se refería a una estructura integrada en la que la distribución de la
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propiedad es lo que confiere el poder y la riqueza. Aunque es fuente de
progreso, de desarrollo social, de cambio evolutivo de la estructura social,
también contiene el germen del conflicto social.
El logro y mantenimiento de una civilización es una hazaña peligrosa, pues
cada sociedad adquiere su estructura a un precio y esto es lo que le da su
carácter (Raison: 19 ss.). Así construyó el concepto de sociología que
utilizando la observación captaba la naturaleza de la sociedad y se derivaban
proposiciones de nuevo tipo y originales. Sus generalizaciones sociológicas
consistían en presentar una construcción racional en términos abstractos y
ya no sólo emricos (Raison, Op. Cit.).
El conjunto de nuevos conceptos reflejó “un período de notable desarrollo y cambio
intelectual en el pensamiento filosófico y social” (Ritzer-I, Op. Cit). Se pretendía
lo siguiente: analizar la situación en el trabajo, la movilidad profesional, el cambio
de organización, los efectos sociales de los avances tecnológicos, la polémica sobre
políticas mal estructuradas, la diferenciación, solidaridad y la evolución de la
sociedad.
3.2. Claude Henri, Conde Saint-Simon (1760-1825). Sociología y
socialismo utópico
Fue autodidacta y sistematizador de sus construcciones filosófico-científicas; se
decidió por la Física, Matemática y Medicina para tratar de entender la Ley de la
Gravitación Universal de Newton. Bajo la influencia de las ciencias positivas,
predominantes en la Biología, Química, Física, que estudiaban los fenómenos de
la naturaleza, intentó definir al nuevo régimen social en su funcionamiento como
“fisiología social” (Raison, Op. Cit).
Como precursor y cofundador de la nueva disciplina científica, construyó su
concepción de Sociología y aportó ideas básicas y nuevos contenidos a su objeto
relacionados con la industria moderna y la reconstrucción total de la sociedad. El
análisis de la crisis europea debía ser objeto de estudio de la Sociología. Observó
que la sociedad pasaba por períodos: orgánicos eran cuando las instituciones
políticas y sociales estaban en armonía con la civilización, a estos sucedían los
críticos, que aunque transitorios eran conflictivos y corrosivos. Decía que el motor
del cambio en la historia del mundo lo constituye el conflicto entre las clases
sociales. Solo la industria podía poner fin a la revolución social.
El orden social y lograr un cambio social se mantienen a través de la planificación
y la tecnocracia, que podría estructurar un capitalismo filantrópico. “Cuando exista
una teoría correspondiente al presente estado de instrucción, se restaurará el orden,
se establecerá una institución común a todos los pueblos de Europa y un sacerdocio
convenientemente educado en la ciencia, traerá la paz frenando la ambición de
pueblos y reyes” (Ibíd.).
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Intentó describir a las emergentes clases sociales. La nueva clase que sustituiría a
la monarquía constitucional son los propietarios, banqueros e industriales. Los
sacerdotes serían una especie de elite intelectual de científicos, artistas y hombres
de ideas.
La otra clase de la sociedad eran los trabajadores, a la que consideró como clase
productiva. Estos pueden intercambiar con libertad los productos de su trabajo, ya
que forman la comunidad real. Las preocupaciones sobre esta clase lo llevaron a
pensar ideas socialistas utópicas; consideque se debía renovar las elites para
evitar que la industria destruyera a la sociedad; evitar que esta destruyera a la
industria y que ambas destruyeran al ser humano. Con esta visión previó la
“necesidad de reformas socialistas, especialmente la planificación centralizada del
sistema económico” (Ritzer: 15). Por esta posición fue procesado por subversión.
Su concepción de gobierno como poder político y fundamento de la autoridad
permitió un tipo de integración y una estructura social nuevos, que con su
producción industrial reemplazará el viejo sistema jerarquizado y subordinado
(Raison, Op. Cit.).
La sociología de Saint-Simon que aportó nuevas concepciones sobre las leyes de
la vida social y estableció bases para las ciencias positivas ejerció una fuerte
influencia en el liberalismo francés e inglés, en el nacionalismo italiano y en el
socialismo de Marx y Engels.
4. Fundadores de la Sociología. Postulados teóricos y metodológicos
4.1. Augusto Comte (1798-1857). La Sociología Positivista
La fuerte influencia de las ciencias positivas de la naturaleza (Física, Química,
Biología...) se aplicó en los fenómenos sociales y humanos. Augusto Comte y otros
pensadores se anticiparon a observar y analizar las emergentes estructuras sociales
de la realidad empírica. En 1839 este filósofo positivista francés rechazó y
sustituyó la concepción de fisiología social y la de física social (Timasheff, 1983:
16). Propuso las “primeras concepciones de una nueva ciencia que denomi
‘sociología’ para estudiar y conocer la llamada sociedad” (Elías, 2006: cf, P. 41).
Al inicio hubo dudas sobre este invento. En Alemania, George Simmel (1858-
1918) se dio a la tarea de explicar que “la pretensión científica de la sociología
como nueva ciencia homogénea generaba un caos de opiniones sobre sus
contenidos, metas, contradicciones, falta de claridad y de delimitaciones seguras
que contuvieran el hecho o concepto de ‘sociedad como punto común de
conexión…; sí daba cohesión y brindaba una ubicación provisional de solución a
los diversos problemas” (Simmel, 2012: cf, pp. 23, 24).
Se interesó por investigar, explicar y categorizar científicamente modernos
procesos integradores que se reestructuraban y consolidaban como nuevas
relaciones entre clases sociales, familias, comunidades e instituciones: mercado,
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Estado, Ejército, Iglesia, jurisprudencia, arte, literatura y otras. Así, la Sociología,
como ciencia teórica, se inscribió a las ciencias positivas para el análisis de la
sociedad. El analista Kon (cf. p. 20 ss.) comentaba que “esto marcó el triunfo de
una nueva etapa de la revolución positiva del desarrollo del intelecto y la sociedad
humana sobre la escolástica de las épocas precedentes, pues se dedica a las
investigaciones positivas sobre las leyes fundamentales, inherentes a los
fenómenos sociales”.
Su positivismo es como la nueva religión de la humanidad, los sacerdotes son los
intelectuales, científicos y artistas; su Dios es ahora la sociedad, a la que se debe
venerar como un ser supremo, pues es a quien le debe todo (Kon: Op. Cit). Su
Sociología construyó parte de su objeto de estudio enriquecido por las
innovaciones que ya la Ilustración y las Revoluciones francesa e Industrial inglesa
habían anticipado. Se fue constituyendo en un sistema especializado del saber, con
un proceso de formación, transformación y desarrollo de los conceptos o categorías
de distintas corrientes de pensamientos que ya circulaban en esa época, como la
positivista y la materialista.
4.2. Principales aportes teóricos: un nuevo concepto sociológico
de sociedad
- Tres estadios recorridos por la humanidad/sociedad. Un aporte fundamental
de la filosofía positiva y la sociología de Comte es que “desarrolló una teoría
sociológica del pensamiento y la ciencia que vinculaba en tres grupos: físico,
biológico y el sociológico independiente de los dos primeros. Formuló una ‘ley
del desarrollo social’: cada una de nuestras concepciones principales, cada rama
de nuestros conocimientos atraviesa sucesivamente tres estadios teóricos
diferentes: a) Teológico o ficticio (religión); b) Metafísico o abstracto
(filosófico) y c) Positivo o Científico (nuevo orden y progreso basado en la
industria). En las investigaciones son tres métodos: teológico, metafísico o
positivo” (Elías, Op. Cit, p. 44).
Como ciencia positiva, su sociología destaca la separación de la Metafísica y la
Teología; concibió que los hechos sociales no están separados unos de otros, sino
que tienen nexos mutuos y están enmarcados con el conocimiento que los seres
humanos tienen de mismos. Su principal postulado metodológico fue que lo
positivo significó lo orgánico, determinado y preciso; lo real, útil, fidedigno y
exacto, en contraposición con lo quimérico, inútil, dudoso, confuso y negativo. Su
primer salto de calidad fue respecto a las concepciones tradicionales de sociedad.
Su nueva misión: descubrir leyes que son expresión de relaciones permanentes y
repetidas entre fenómenos, a fin de lograr conocimientos exactos y prever el futuro.
Comparó la estructura y cualidad de los organismos y fenómenos de la vida
correlacionados con la época, la civilización y la humanidad. Así completó sus
categorías para darle un carácter universal. La principal preocupación de Comte
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fue el poder introducir a las ciencias humanas los métodos de las ciencias naturales
(ver: www.taringa.net)
Estudió el perfeccionamiento intelectual y la psiquis humana, bajo la influencia de
la vida social. El ser humano como abstracción y la sociedad como realidad, están
supeditados a las leyes naturales y a los fenómenos sociales que cambian, se
modifican y se desarrollan en el tiempo, cuya esencia es la historicidad. En este
proceso social se dio el progreso del pensamiento científico, que fue conformando
el desarrollo de la historia y el de la humanidad como realidad suprema.
- Estática social. Referida a la Teoría del Orden, organización y armonía sociales,
como condición de existencia de las leyes del funcionamiento del sistema social.
- Dinámica social. Son las leyes del desarrollo y modificación de los sistemas
sociales. La Sociología se fue institucionalizando en la medida en que analizaba
la sociedad como un “todo orgánico, cuya estructura relacionada entre asegure
la armonía y el orden. Esto sólo es posible lograrlo a través de la familia, el
Estado-gobierno y la religión, que son las instituciones cuyas funciones pueden
lograr la integración social” (Kon, Op. Cit.).
- Sociedad y división del trabajo. La concepción sobre División del Trabajo
difiere de la que ya habían esbozado otros pensadores; la excesiva
especialización descompone la sociedad, destruye la unidad, engendra
competencia, explotación y despierta bajos instintos. Por ello rechaza el
principio de laissez-faire, laissez-passer, por ser absurdo y poner de relieve el
egoísmo de la naturaleza humana, es así como relega a segundo plano las
relaciones económicas. Lo que supone el relieve es la armonía social, la
cooperación y el consenso (Kon, Op. Cit.).
- Estado y el gobierno. Las otras instituciones de mayor importancia para la
Sociología es el Estado y el gobierno, tomados como objetos de estudio de la
naciente Sociología. Al Estado hay que obedecerlo como un deber sagrado, pues
es el órgano de solidaridad social, el guardián del orden público que cumple
funciones económicas, políticas y morales; estas dos últimas son las más
importantes, mientras el gobierno es el poder político y exponente del espíritu
común, cuya misión social es prevenir la discrepancia radical en las ideas, la
descomposición y alteración de su unidad orgánica.
- Orden y progreso. En la sociología de Comte no se puede concebir el orden sin
el progreso, este es el “desarrollo social ascendente de carácter primario como
lo espiritual e intelectual y secundario referido al clima, a la raza, longevidad de
los seres humanos y al incremento de la población, que puede aminorarlo o
acrecentarlo en la historia de los pueblos. El progreso puede ser material
mejoramiento de condiciones externas de vida, físico perfeccionamiento de
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la naturaleza humana, intelectual paso del mundo religioso y metafísico al
positivo y moral sentimientos morales y espíritu colectivista.
- Familia y género. Su concepción de familia fue contradictoria en relación con
el género. La consideró como la unión moral y emocional basada en el cariño y
la simpatía mutua. Su misión es educar a las nuevas generaciones en el espíritu
del altruismo y ayudarle a vencer el egoísmo innato. Debe socializar para poder
ser útil y aprender a vivir con los demás, con base en relaciones equilibradas
entre las generaciones de viejos y jóvenes y con sentimientos sociales,
emocionales, de cohesión y de solidaridad. Ser fuente de educación moral y ser
la base de la organización política, pues debe preparar la sociedad futura y
prolongar su vida. Su contradicción respecto al género fue muy cruel porque se
contraponía a la igualdad entre el hombre y la mujer, considerando que ella está
por debajo del hombre en el plano intelectual y en la fuerza de voluntad.
Mientras él, como padre y marido, deberá afianzar la autoridad y el poder.
El impacto de la Sociología sobre las demás ciencias se hizo sentir en la
Historiografía, Lógica, Psicología, Literatura, etc., y en otros pensadores de la
época como Emilio Durkheim. La Sociología fue incorporada en las principales
aulas universitarias europeas (Francia, Alemania, Gran Bretaña…) y
posteriormente fuera del continente. En 1848 formó la Sociedad Positivista con sus
alumnos para educar e instruir al pueblo en la concepción positiva del mundo.
Principales obras de Augusto Comte:
- Curso de Filosofía Positiva (1830-1842), referido a la clasificación de las
ciencias, la filosofía positiva y la sociología.
- Sistema de política positiva o tratado de Sociología (1851-1854), que sentó las
bases de la política y la religión futuras.
4.3. La Sociología de Emilio Durkheim (1858-1917)
- Sociología, ciencia de la sociedad. Llamó a la Sociología ciencia de lo moral,
dándole el carácter de disciplina científica (Torres-Rivas: 18). Fue influenciado
por la moral del neokantismo alemán, que era la moral intelectual, abstracta e
independiente de la voluntad del hombre. Consideró que las reglas morales
debían estudiarse científicamente y no en forma metafísica e irracional, como
las ideas religiosas primitivas.
Propuso que la sociedad es como una propiedad colectiva referida a la economía,
al arte, a la cultura y que todos los individuos deben respetar y acatar las normas,
que son como dogmas religiosos. En su primera obra, Las formas elementales de
la vida religiosa, identificaba a la sociedad con Dios y buscaba la manera de
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mejorar su funcionamiento. Se interesó además por el utilitarismo de Spencer,
que trataba sobre lo bueno que produce placer.
- Solidaridad mecánica, solidaridad orgánica. En 1893 escribió La división del
trabajo social, para tratar de explicar que esta división era muy elemental en las
sociedades primitivas y por ello eran más estables, pues los individuos eran
iguales y la religión era el cemento unificador, que generaba una solidaridad
mecánica porque el interés de uno depende del interés del otro, y eso crea
cohesión (Torres-Rivas, Op. Cit.).
Esto no ocurría en la sociedad industrial porque por la creciente especialización se
dio un individualismo creciente por el predominio del ideal liberal, los vínculos
son más difusos y el hombre vale por lo que hace y realiza. De ahí que el progreso
y el desarrollo son más complejos, porque la sociedad se va diferenciando en su
orden, cohesión y unanimidad, es decir, se va polisegmentando, por ello surgen
las normas, leyes, códigos que rigen la sociedad y reproducen las normas
morales. En la complejidad de la sociedad industrial la tendencia es aplicar
sanciones y no castigos para reformar. Ese mecanismo de aplicación de
sanciones restitutivas, que parte de las creencias y costumbres con consecuencias
colectivas, le llamó solidaridad orgánica (Torres R, Op. Cit.).
- Normas y valores morales. Durkheim, al igual que sus antecesores Saint-
Simon y Comte, temía y odiaba el desorden social reinante en la sociedad, que
se manifestaba en conflictos laborales, discordia entre la Iglesia, el Estado y el
nacimiento del antisemitismo político. Además del estudio de la moral, analizó
la aplicación de las normas desde el Derecho y consideró que detrás de la norma
legal hay una moral, donde se encuentran formas de solidaridad como
interdependencia colectiva. Con ella se establecen normas y valores y en la
medida que se cumplen hay orden e integración; cuando no se cumplen se cae
en un estado de anomia, que es una conducta desviada. La anomia, como
categoría sociológica, estudia y analiza la disfunción de la sociedad; puede ser
individual y colectiva, en la primera están los delincuentes, en la segunda las
revoluciones sociales. Su propuesta para ello fue el control social, el orden, la
integración, la moral y la religión, que podía solucionarse mediante la
introducción de reformas sociales (Ritzer: 18 y Álvarez-Uría: pp. 116 y ss).
- “Hechos sociales”, investigación y métodos. La sociología de Durkheim se
caracterizó porque, en la medida que la sociedad se fue institucionalizando,
seguía siendo estudiada por intelectuales que dieron un paso más; surgieron
nuevas praxis científicas y concepciones sociológicas en la construcción de su
objeto de estudio con teorías, métodos y técnicas de investigación. Sus niveles
de análisis científico fueron articuladores de procesos micro y
macrosociológicos, incorporó como postulado la metodología de investigación
a partir del estudio empírico de los “hechos sociales” sobre los problemas de lo
humano. Los hechos sociales son considerados como “cosas”, pero no objetos
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codificados o “datos” empíricos, exclusivamente, sino procesos sociales
caracterizados por una exterioridad, así, por ejemplo, cuando un individuo nace
ya encuentra la sociedad dada y se convierte en un elemento de la totalidad-
sociedad. Con este orden moral y de coacción el hecho social se caracteriza por
la coerción, pues deben acatarse sus normas, leyes y códigos y ser aceptados
como tal, por ello el individuo debe ser socializado para formar la conducta y
actuar bajo las normas que la sociedad impone.
Dos trabajos sociológicos muy importantes construidos a partir de la aplicación del
nuevo método de investigación fueron “Las reglas del método sociológico” y “El
suicidio”. El primero se refiere al estudio específico de los hechos sociales que
deben ser descubiertos a través del método empírico; a preguntarse por las causas
que producen fenómenos y las funciones que deben dar viabilidad a la sociedad.
En el segundo se aplica la estadística con la que se indica el número de gente que
se suicida en determinados períodos y épocas de crisis en la sociedad. El suicidio
puede ser: a) Egoísta, ocurre cuando una persona hace prevalecer su “yo
individual” por sobre el “yo social”. b) Altruista, es la muerte como parte de un
código de honor; ejemplo: el harakiri que aplicaban los japoneses en la guerra por
honor a la patria o por lealtad al jefe superior. c) Anómico, cuando los
desempleados entran en un estado de depresión y angustia, ante la pobreza y la
desintegración que produce una crisis económica o política.
Otros aportes de la Sociología como ciencia son el análisis sobre la religión y la
cultura, que son fenómenos generadores de sistemas de símbolos, ya sea religiosos
o políticos, que permiten cohesionar a la población cuando existe crisis en la
sociedad y su estado es anímico. Lo que procede es encaminarse a la concertación
y el consenso para lograr acuerdos que atiendan los intereses de la sociedad para
construir de nuevo la solidaridad y cohesión. Los himnos, los ritos, las marchas,
etc., son símbolos místico-religiosos y políticos que ayudan a lograr la identidad
de las personas que buscan la cohesión entre sí.
Emilio Durkheim dio el sello académico a la Sociología. Con toda esta riqueza, la
afincó como una ciencia social de indiscutible carácter científico, tanto en lo
académico como extraacadémico. La incorporó definitivamente en los cursos de
las universidades en Francia, que luego e extendió a otros países europeos. Su
sociología intentó explicar las desigualdades de la economía capitalista industrial,
investigó los fenómenos más relevantes de la sociedad humana del fin del siglo
XIX, que ya transitaba para el XX.
4.4. La Sociología comprensiva de Max Weber (1864-1920)
Coetánea con las primeras concepciones sociológicas de la época, también se
conoció el pensamiento del alemán Max Weber. Trató de explicar el surgimiento
del orden social capitalista como civilización occidental europea, comparándola
con la civilización oriental de la vida cultural y religiosa de oriente (China, India).
Es decir, comparó la emergente sociedad moderna. Hizo esfuerzos intelectuales
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por investigar procesos y acontecimientos de carácter macro y micro de finales del
siglo XIX y primeras décadas del XX (revolución bolchevique rusa y primera
guerra mundial).
Conoció el pensamiento sociológico de A. Comte, Ferguson, Saint-Simon y
Durkheim, pero sus conceptos fueron muy diferentes:
- Teoría de la acción social, Tipos Ideales y Carisma
Aportó un nuevo concepto que llamó Sociología comprensiva que complementó
con la Teoría de la acción social. La describió como la ciencia que pretende
entender la “acción social, interpretándola. Con ella se estudia a los sujetos
humanos y su conducta referida a su sentido y significados concretos. Aportó su
metodología del llamado tipos-ideales con significado hipotético-ideal (Ritzer,
Op. Cit), es decir, son mecanismos conceptuales para estudiar la realidad y
elaborar construcciones intelectuales para su análisis como conexiones de
sentido. Con estas aproximaciones se organiza la investigación provisional y
luego en el proceso se va modificando en la medida que se va enriqueciendo
(Ibid). Se aplica en el estudio de la sociedad y la cultura y consiste en “enfocar
cosas particulares, conocer sus rasgos susceptibles de observación y medición
exactos” (Raison: 175).
- Cuatro tipos ideales de orientación racional. a) Con arreglo a fines (es el
cálculo para actuar). b) Con arreglo a valores (es la consecución de un ideal). c)
Acciones afectivas (alcanzar el ideal con lo emotivo, tiene fines más
espirituales) y d) Acción tradicional (es la de sentido común).
Así como construyó su método elaboró nuevos conceptos para sus propuestas
teóricas. En sus principales obras, Economía y Sociedad, estudió grandes
fenómenos explicados como teorías que establecen una relación entre el
crecimiento económico y las formas religiosas de la vida, que intermediaban los
tipos de autoridad y gobierno. Con otras teorías sociológicas daba explicaciones
sobre la burocracia, las clases sociales, corporaciones, status de grupos, Partido,
tipos de ley y sistemas como nuevos aportes para comprender los sucesos de la
sociedad alemana.
En otro libro, Ética protestante y el espíritu del capitalismo, amplió la explicación
económica de cómo el protestantismo religioso rompió con la tradición religiosa.
Esta facilitó el desarrollo económico, pues había una ética, tanto para el
trabajador, quien con su ethos espíritu de trabajo y sus creencias religiosas
buscaba más la tranquilidad que la riqueza. El empresario debía ser disciplinado
y conformarse con el duro trabajo, ya que esta es una profesión y una vocación
que apareccon la Reforma y no con el catolicismo. El empresario católico
derrocha sus ganancias; el empresario ascético las ahorra para aumentar la
predestinación, la felicidad eterna y de por vida, pues ha sido escogido por Dios
(Torres Rivas. Op. Cit.).
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- Carisma y teoría de la burocracia. Desarrolló categorías que esbozaron una
sociología política organizada alrededor de las acciones que, como las normas y
reglas, construyen un orden legítimo basado en la autoridad. El carisma es una
virtud para convencer a los ciudadanos respecto al poder inmanente que reviste
el ser papa del Vaticano, rey, jefe, presidente de determinada población o
sociedad. Esa autoridad debe legitimarse y puede expresarse ya como un don de
carácter carismático o burocrático-racional, que lleva a la obediencia. De aquí
surge su teoría de la burocracia, a la que considera que es el sector capaz de
manejar la administración con eficacia, imparcialidad, secretividad y de manera
impersonal, para cumplir las leyes de la empresa o del Estado.
Weber contribuyó a definir sus propios conceptos ampliando y enriqueciendo los
aportes de Ferguson, Saint-Simon, Comte y Durkheim. A través de sus obras
escritas dio un salto de calidad al utilizar creativamente categorías de racionalidad,
clase, poder, dominación, autoridad y otras constitutivas de teorías innovadoras y
explicativas de fenómenos históricos y contemporáneos. Su contribución al objeto
de estudio se toma como sociología clásica.
4.5. Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895).
Aportes a la Sociología.
En esa misma época surgieron los planteamientos teóricos y metodológicos de
Carlos Marx y Federico Engels no solo para la sociología, sino para la economía
política, la educación, la cultura y otros enfoques. Sus puntos de partida fueron la
misma realidad europea que vivieron y analizaron Comte, Durkheim y Weber. Su
influencia trasciende durante el siglo XIX, evoluciona con las realidades del XX y
del presente, al igual que de los otros pensadores del momento histórico.
Sus investigaciones enfatizaron el análisis de las relaciones humanas bajo el
impacto transformador del desarrollo económico, social, político-ideológico de la
industrialización capitalista. Como emergente orden social, configuraron la lucha
antagónica entre clases sociales (burguesía-proletariado y motor de la historia en
la sociedad), un nuevo Estado y el mercado. Tuvieron presente la Filosofía, la
Historia y otras disciplinas de las Ciencias Sociales en proceso de consolidación
científica. Tomaron la dialéctica hegeliana idealista y la transformaron
radicalmente en dialéctica materialista (uso metodológico de la categoría totalidad
dialéctica) para estudiar los profundos cambios sociohistóricos.
Los escritos de Marx y Engels describieron los escenarios históricos de la nueva
civilización capitalista. En su obra monumental El Capital explica los procesos de
acumulación originaria transformada posteriormente en capital comercial, agrario
e industrial. Brevemente se resume así:
Marx y Engels criticaron a la sociedad capitalista, produce la mercancía preñada
de plusvalía extraída a la clase trabajadora fabril asalariada y reproducida como
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acumulación de capital industrial por la naciente burguesía a través de la invasiva
expansión del mercado a escala planetaria. Señalaron los horrores y la explotación
de los trabajadores (Ritzer: 28).
Algunas categorías principales de análisis son las siguientes:
- Modo de producción: “Proceso de producción que condiciona la vida material,
social, política e intelectual en general. A cierto grado de desarrollo de las
fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las
relaciones de producción existentes, se convierten en traba y abren una época de
revolución social que revoluciona la base económica y toda la inmensa
superestructura erigida sobre ella” (Marx citado por Torres-R, Op. Cit).
- Relaciones sociales de producción: articulan las fuerzas productivas, que son
las que permiten a los seres humanos transformar la naturaleza a través del
trabajo y da lugar a la división social del trabajo, y, mediante la tecnología
creada, es capaz de transformarse él mismo e innovar también a la sociedad. Los
autores señalados explican el cambio social de la sociedad en todos sus órdenes,
lo que altera las formas de vida, de pensar y sentir, la cooperación, la cultura,
etc. Puede dar paso a una sociedad socialista como primera fase y pasar
posteriormente al comunismo (Ibid).
- Alienación: lo que los seres humanos crean se vuelve contra ellos. Se convierte
en fuerza enemiga, externa, que subyuga; por ejemplo: el dinero, que esclaviza
(Ibídem.).
No es posible ampliar otras categorías claves y teorías para comprender la compleja
realidad de la sociedad humana.
Algunas obras principales: El Capital, El Manifiesto del Partido comunista, El
origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, La sagrada familia, Miseria
de la filosofía y otras.
El pensamiento marxista clásico llevó a comprender los cambios revolucionarios
que transformaron estructuras caducas en la sociedad agraria o industrial
capitalista. Se debilitó cuando se dogmatizó y sacralizó como la única fuente
teórica explicativa de la realidad concreta. Muchos repetidores del marxismo
hicieron perder el espíritu revolucionario y la verdadera esencia de la auténtica
dialéctica: la primera inspiración es la demolición de todos los conceptos
adquiridos que no permiten captar las tonalidades reales en movimiento, ni dar
cuenta de la penetración profunda en las riquezas inagotables de la realidad
(Gurvitch, 1971: 8).
La Sociología retoma los valiosos aportes de muchas teorías que son componentes
parciales de su objeto de estudio en referencias al desarrollo histórico de la
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sociedad en sus diferentes procesos económicos, políticos, sociales, culturales y
otros fenómenos surgidos el siglo XX que se proyectan al XXI.
Segunda parte
II. Expansión de la sociología en el siglo XX
5. De Europa a Estados Unidos
Las élites de pensadores clásicos de la sociología dejaron una herencia científica
sobre acontecimientos de gran impacto en la sociedad humana, continuó en el siglo
XX y sigue en los primeros tres lustros del XXI.
Del acervo histórico de conocimientos (filosóficos, económicos, políticos,
sociológicos, antropológicos y otros, incluyendo el de las Ciencias Naturales) han
surgido dos grandes matrices de corrientes del quehacer del pensamiento teórico,
metodológico y práctico para investigar y explicar una diversidad de fenómenos
humanos, sociales y de la naturaleza. En el tránsito de la sociedad moderna del
siglo XX a la posmodernidad del presente, tienen presencia las siguientes dos
corrientes y diversas escuelas sociológicas:
a) El estructural-funcionalismo
Del positivismo se organizaron tendencias intentando repetir, profundizar o criticar
planteamientos de Comte, Durkheim y Weber o de Marx alrededor de la sociedad
industrial capitalista.
La Sociología positivista evolucionó en la marcha del capitalismo industrial
(Inglaterra y Estados Unidos), afincándose en la fase imperialista que expresa el
poder geopolítico, autoritarismo, dominio y la hegemonía económica de la
burguesía liberal sobre el mercado mundial. Los grandes acontecimientos
históricos de la primera mitad del siglo dieron lugar a diferentes coyunturas de
impacto que transformaron las nuevas realidades de la sociedad con fuertes
repercusiones represivas a pensadores e intelectuales de las Ciencias Sociales que
las analizaban: primera gran crisis capitalista en 1929 (caída de la Bolsa de Valores,
Nueva York-EE. UU.); dos guerras mundiales que estremecieron a los países
capitalistas europeos y euroasiáticos con los efectos de la “Guerra fría” y la
doctrina de la seguridad nacional.
La herencia sociológica se reorganizó en distintas escuelas a partir de las décadas
de los años 30 a los 70. Nuevos sociólogos estadounidenses y europeos
interpretaron y teorizaron fenómenos con perspectivas desde lo macro y micro
enfoques de las relaciones socioeconómicas y político-militares, creando las teorías
de esta corriente, tomando los fundamentos teórico-metodológicos de los clásicos
e iniciaron la etapa posclásica con las escuelas de Chicago y Harvard, iniciando y
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consolidando el lenguaje categorial y teórico básico y aplicarlo en común para la
sociología general y avanzar en las investigaciones de la realidad de ese período
histórico.
En EE.UU. sobresalió Talcott Parsons, heredero de Weber. En 1937 consideró que
la sociología está atravesando por una nueva etapa como disciplina científica.
Desarrolla un nuevo concepto de sociedad desde la corriente estructuralista: “Es
un sistema o estructura social con institucionalización de patrones culturales
(personalidad-socialización) autosubsistente que cumple tres (3) requisitos: a)
organización de relaciones territoriales y parentesco, b) sistema que determina
funciones y asigna facilidades y recompensas y c) está formada por estructuras
integrativas controladoras de asignaciones, regulan conflictos y procesos
competitivos” (Parsons, a y b)
Publica su obra La Estructura de la Acción Social, integrando también teorías de
Durkheim y Weber para entender una nueva forma en que la sociedad funciona
como sistema, subsistemas y modelos; sus teorías van desde lo “Voluntarista de la
acción”, los modelos “Trisistémico”, “Estructural funcionalista” hasta el “Esquema
cibernético”. Los subsistemas son los siguientes: adaptativo, función de logros y
metas, función de integración y el cultural, con la función de latencia. La principal
crítica a su pensamiento es la de no considerar el cambio social como componente
básico de la sociedad capitalista (ver: www.taringa.net).
Robert K. Merton destacó en la corriente funcionalista la siguiente: criticó a
Parsons por la construcción de una sola teoría general y amplia de la sociedad; en
cambio, postuló las teorías de alcance intermedio con las nociones de funciones
sociales latentes y funciones sociales manifiestas, para el estudio focalizado de
problemáticas sociales determinadas. Alfred Schütz inició los estudios sobre la
fenomenología; y Harold Garfinkel, creador de la etnometodología, que pretenden
el estudio social de las conductas de los individuos en la vida cotidiana, criticando
los modelos de las teorías sociológicas que toma a la sociedad como un cuerpo
propio de estudio (Ibid). George Herbert Mead propuso el estudio de la sociedad
humana universal, la interacción simbólica con las propuestas del self y la
interacción, y C. Wrigt Mills (1916-1962) propuso el estudio de la teoría del
conflicto y la élite del poder, en oposición a T. Parsons, desarrollando su
“Imaginación Sociológica” (Vargas-Mendoza). Otros sociólogos estadounidenses
son Robert Park y Ernest W. Burgess (estudios de sociología urbana), George
Homans, Herbert Blummer. Su influencia aún permanece en la sociedad
norteamericana.
En Europa surge posteriormente la escuela de Francfort, que crea una corriente
sociológica a partir de la teoría marxista con la “Teoría Crítica de la Sociedad”, los
principales exponentes son T. Adorno, Horkheimer y Marcuse. En esta escuela de
Frankfurt (Alemania) también ha destacado J. Habermas, que ha desarrollado una
integración de teorías entre neofuncionalismo, neomarxismo y la ética
comunicacional. Considera que hay un progreso real en las sociedades modernas
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en comparación con las premodernas; difiere con posmodernistas como Lyotar,
Foucault y Derrida (Vargas-Mendoza, Op. Cit).
De la escuela francesa vale destacar al sociólogo francés Pierre Bourdieu, muy
crítico, que al referirse a la relación de la Sociología como ciencia y su objeto de
estudio sobre qué debe estudiar anota lo siguiente: “...aunque la sociología hace
mucho tiempo salió de la prehistoria... sí es una ciencia difícil pues cuando levanta
velo y saca a la luz cosas ocultas, escondidas, censuradas y a veces reprimidas se
torna agresiva y perturbadora; por provocar la crítica a ciertos sectores produce
miedo y desencanto...”(Bourdieu: 2).
La influencia sociológica europea en latinoamérica tomó forma en el contexto de
la Guerra Fría en la possegunda guerra mundial a mediados de siglo. Las múltiples
teorías esbozadas como paradigmas del funcionalismo estructural y el marxismo
clásicos y posclásicos o contemporáneos continúan explicando parcialmente
fenómenos sociales estructurales, pero ampliando o criticando parte de su riqueza
teórica-metodológica.
Gino Germani (italiano) creó en la Universidad de Buenos Aires la carrera de
Sociología. En 1955 inicia la teoría de modernización como corriente sociológica.
Su principal obra, Política y Sociedad en una época de transición (1965). Propone
su conceptualización sobre los efectos de fusión y demostración, dentro de los
fenómenos de asincronía, el desarrollo de las nociones de países desarrollados, en
vías de desarrollo y subdesarrollados. A finales del siglo XX las coyunturas de la
sociedad impulsan la innovación de la Sociología hasta el presente. En
Centroamérica, las universidades mantienen en sus currículos los estudios de los
pensadores clásicos, contrastando con los posclásicos del presente, incorporando o
creando nuevas teorías o paradigmas apropiados a las realidades de la vida
cotidiana.
b) El materialismo histórico-dialéctico
Esta corriente teórica surgió del pensamiento económico, político y sociológico de
Marx y Engel como antítesis al capitalismo en Europa. Ideólogos de la clase
proletaria o trabajadora asalariada retomaron fundamentos teóricos de esta
propuesta y formularon una variedad de teorías revolucionarias y métodos de
investigación basados en la dialéctica de las contradicciones y la lucha de clases
(sistema categorial, hipótesis y paradigmas transformados en prácticas cotidianas).
Fue una crítica a la filosofía liberal de la economía política y la acumulación de
capital/plusvalía por la burguesía.
Entre las revoluciones sociopolíticas que estimuló fue la revolución bolchevique
(1917) al implantar el socialismo de Estado (¿ideas parciales de la propuesta teórica
de Saint Simon, ya citado?) como Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS) al iniciar el siglo XX, de amplia repercusión mundial, destacaron V. I.
Lenin, J. Stalin, Nicolai Bujarin, León Trotsky y otros. Rosa Luxemburgo, en la
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fracasada revolución alemana. La Revolución cultural de Mao Tse Tung (1948) en
China/Asia. Al finalizar el siglo XX, la herencia “sociológica” clásica de la práctica
del marxismo se debilitó con el derrumbe del socialismo real de la URSS y la
demolición del muro de Berlín en Alemania. Esta corriente, sometida a críticas
epistemológicas, teóricas, metodológicas y prácticas, inspira las luchas populares
de los nuevos movimientos sociales antiglobalización y antisistema.
El capitalismo, y el socialismo, y sus contradicciones en la sociedad mundial y
local, han generado acelerados cambios transformadores, dando apertura a los
nuevos tiempos que continúan desafiando al pensamiento sociológico y de las
Ciencias Sociales. Las dos corrientes tradicionales tienden a renovarse e innovarse,
creando una variedad de teorías sociológicas conocidas como neofuncionalistas,
neo o post estructuralistas o postmarxistas frente a fenómenos inéditos en una
realidad cada vez más compleja.
Vale adelantar que en el presente una nueva la élite estadounidense de destacados
pensadores con una visión más crítica desarrolla investigaciones teórico-
metodológicas mucho más cualitativas e integradoras de micro y macro fenómenos
mundiales en los procesos de globalización, que hegemonizan la sociedad mundial;
entre otros Noam Chomsky, Inmanuel Wallerstein.
5.1. La sociología en las revoluciones de América Latina y Centroamérica
Por el espacio limitado del artículo solo es posible hacer algunas referencias
generales. El desarrollo de la Sociología se impulsó desde la universidad casi a
mediados del siglo XX, en su evolución se ha diversificado en una proliferación de
especialidades (referidas a la familia, educación, religión, lo urbano-rural,
ambiental, de la organización política de los partidos y movimientos políticos, de
género y otras). Lo importante es indicar que ha surgido una nueva élite más crítica
en cada sociedad, que es un laboratorio sociológico para la investigación de nuevos
fenómenos del capitalismo liberal y neoliberal.
En América Latina (Suramérica-Centroamérica), de la década de los años 30 en
adelante hubo alguna influencia teórica marxista. José Carlos Mariátegui, en Perú,
desarrolló un pensamiento marxista apegado a la realidad que vivía la población
indígena. En el Caribe la Revolución cubana, inspirada por el patriota José Martí,
llevó a Fidel Castro (1959) y Ernesto Ché Guevara (argentino) a implantar el
modelo socialista en la sociedad cubana. En las siguientes décadas influenció otros
procesos revolucionarios que motivaron los surgimientos de las guerrillas a lo largo
de varios países latinos y centroamericanos ante la represión impuesta por
regímenes militares dictatoriales proimperialistas.
Desde mediados y finales del siglo XX, el movimiento acelerado de la realidad
obligó a hacer los máximos esfuerzos desde la Sociología para reestudiar e
investigar fenómenos históricos de Latinoamérica y así construir nuevas
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categorías, teorías y métodos apropiados a procesos coyunturales y cambios
estructurales del momento histórico en cada sociedad. Se formuló la Teoría de la
dependencia, de Theotonio Dos Santos y Aníbal Quijano (Brasil y Perú), en la
década 1970, que hizo eco a escala continental. Así se ha constituido una élite de
intelectuales, entre otros: Pablo Gonzáles Casanova (mexicano), Edelberto Torres
Rivas, Daniel Camacho, Rafael Menjívar (centroamericanos); Fernando H.
Cardoso, Vania Bambirra, Octavio Ianni (brasileños) y Atilio Borón (argentino).
A finales de siglo se reflejan elementos teóricos del neomarxismo propositivos de
nuevos modelos revolucionarios de sociedades en proceso de descolonización del
imperialismo capitalista, entre estos: Bolivia con Evo Morales; Venezuela, con
Hugo Chávez-Nicolás Maduro, y Ecuador, con Rafael Correa, como “socialismos
del siglo XXI”.
En Centroamérica, la revolución de 1979 en la Nicaragua del Frente Sandinista de
Liberación Nacional (FSLN) tuvo como antecedente el pensamiento
antimperialista de Augusto César Sandino. En la actualidad el FSLN ha organizado
un modelo de sociedad, pero en alianza con sectores oligarcas. En El Salvador, esta
corriente alcanzó a la Sociología y a las Ciencias Sociales en las universidades y
en el seno de la sociedad civil (sindicatos, movimientos populares…). Los
incipientes ideales marxistas de Farabundo Martí de los años 30 los heredaron
Cayetano Carpio y Jorge Schafik Handal y Salvador Sánchez Cerén, con la
revolución del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)
[1980-1992]. A finales de la primera década del siglo XXI el movimiento popular
y el FMLN con una ideología cercana al marxismo y bajo el peso de las políticas
neoliberales, intenta construir un nuevo modelo de desarrollo económico-social.
Por la vía electoral se instauraron los primeros gobiernos de izquierda: “del cambio
y el buen vivir”, desde 2009 al presente 2016, con apoyo de Estados Unidos
(Fomilenios I y II). Esta nueva realidad centroamericana desafía y exige nuevas
interpretaciones a la Sociología académica y extra-académica.
Las universidades, élites, círculos, organismos e instituciones dedicadas al
desarrollo y evolución científica de la Sociología y las Ciencias Sociales se han
consolidado entre ellas: asociaciones de Sociología en cada país latinoamericano,
organismos y facultades especializadas (Clacso, Flacso), organismos regionales
(Cepal) o asociaciones promotoras de congresos latinoamericanos y
centroamericanos por Alas-Acas.
Castro H., Pablo de Jesús. Evolución de la Sociología. Futuro e historia. Págs. 60-86.
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Tercera parte
6. Sociedad globalizada, capitalismo neoliberal y socialismo. Sociología de
los nuevos tiempos
La sociedad salvadoreña, como parte de ese contexto mundial altamente
tecnologizado, va cambiando formas de pensar y actuar para abrirse al mundo
global. Plantear nuevos enfoques sociológicos, aunque provenientes del
eurocentrismo, se tornan útiles para comprender la globalización neoliberal que
desafía a la creación de nuestros propios cuerpos teóricos e hipótesis y prácticas
sociales que aporten conocimiento a la solución de nuestros problemas domésticos.
6.1. La Sociología del futuro. Globalización y socialismo
Nuevos conceptos sociológicos para la sociedad del siglo XXI
Las nuevas élites intelectuales del siglo XXI, herederas del pasado, continúan
replicando parte de la mística del asombro, curiosidad, descubrimiento y sabiduría,
como cumpliendo una ley de la evolución del pensamiento sociológico. Asumen
de forma visionaria y propositiva los desafíos de la globalización neoliberal
generadora de procesos antagónicos entre progreso, caos y catástrofes: a) Progreso:
nuevas “eras”, como la cibernética de la tecnología digital; la conquista del espacio
sideral, la nanotecnología, de la información y las comunicaciones, que en conjunto
van produciendo la “sociedad del conocimiento”, la “Modernidad Líquida” o la
“Sociedad Red”. b) Caos: guerras teledirigidas poco convencionales, multicrisis
sistémica: demográfica, sobrepoblación migrante, inseguridad, violencia, climática
y otras que impactan y afectan la vida de la especie humana y de la naturaleza.
Vivimos desenlaces del capitalismo neoliberal que manifiestan señales de crisis
estructural de la civilización, que surgió hace casi cinco siglos.
Tales antagonismos forman conciencia crítica y de esperanza para que
generaciones, actuales y futuras, sepan aprovechar beneficios del progreso sin caer
en adicciones del consumismo mercantilista. A la vez, organizarse en nuevos
movimientos populares para cuestionar y detener la deshumanización que produce
la crisis y proponer la construcción de una sociedad humanizada.
La sociología ha evolucionado en medio de la polarización de dos sistemas de vida,
guerras imperialistas, megamercados, políticas transnacionales y globalizadoras
que producen más angustias y crisis humanitaria: climáticaecológica, demográfica-
migratoria, económica/riqueza-pobreza, alimentaria, energética, de valores. Surge
la necesidad de intentar redescubrir parte de aquel espíritu y de aquella visión
integradora con que los padres fundadores de la Sociología (Comte…) organizaron
sus cuerpos teóricos clásicos. Salir de la atomización en que cayó la Sociología, a
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la que Willy Soto (cf. p. 29, 37) llama “feudos disciplinarios, realidad seccionada”,
que no ha permitido aprehender acontecimientos con visión integradora.
6.2. La “sociedad sólida” y la “sociedad líquida” de Zygmunt Bauman (*)
Nuestra sociedad salvadoreña, como parte de ese contexto mundial globalizante y
altamente tecnologizado, está sometida a los cambios en las formas de pensar y
abrirse a ese mundo. Es útil plantear parte del pensamiento de dos sociólogos,
quienes desde sus obras sociológicas formulan teorías con una nueva dimensión de
la sociedad capitalista y socialista. Transcribimos casi textual algunos comentarios
del pensamiento de Bauman.
Con nuevos enfoques trico-metodológicos, poco usuales en la tradicional
sociología y las Ciencias Sociales, Bauman plantea una nueva forma de entender
la actual sociedad moderna y construye sus conceptos muy innovadores y
provocativos.
a) Sociología del cambio: sociología reflexiva. Con un análisis histórico sobre la
evolución de la sociedad y de la Sociología, se interesa en investigar la
estratificación social, el movimiento obrero y temas más globales, tales como
los cambios de la naturaleza de la modernidad. La lógica de su hipótesis es que
todo cambio social, necesario y dinámico, tiende a modificar la realidad de la
sociedad moderna, conceptualizada y comprendida como la relación entre la
sociedad sólida (seguridad, contenidos, valores) y la sociedad quida
(movilidad, incertidumbre, relatividad de valores). Esta vía del cambio es la
única posible, necesaria y oportuna para evitar los conflictos sociales y mejorar
las condiciones de vida (Bauman, Wikipedia). Refiere que la nueva estética del
consumo tiende al consumismo y este a la sociedad de consumidores en la que
las clases que concentran las riquezas pasan a ser objetos de adoración y los
“nuevos pobres” son aquellos que son incapaces de acceder al consumo y a la
novedad del sistema capitalista.
b) ¿Qué es la modernidad líquida y qué es la sociedad líquida? Retoma parte
de la historia comparativa de la sociedad que se caracterizaba por el sentido de
pertenencia del individuo, muy marcado entre los distintos estratos sociales.
En el siglo XVIII, y a finales del XIX los grandes cambios que experimentó la
sociedad, en especial a partir de la lucha de clases, entre el proletariado y los
dueños de los procesos de producción, las sociedades colectivas se han
desintegrado.
(*) Zygmunt Bauman (Pozna, Polonia, 1925) sociólogo, filósofo y ensayista polaco de origen judío.
Su obra comenzó en la década1950; se ocupa de las clases sociales, el socialismo, el holocausto, la
hermenéutica, la modernidad y la posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva
pobreza. Desarrolló el concepto de la modernidad líquida y acuñó el término correspondiente.
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Los cambios vertiginosos de los monopolios del imperialismo comercial de finales
del siglo XX han provocado la globalización en contubernio con gobiernos
neoliberales. Una de las consecuencias de la modernidad, son los “desechos” que
deja el crecimiento exponencial de la población mundial, y, en este caso, son
“residuos humanos” producto de las migraciones y la globalización, una
consecuencia inevitable de la modernidad. Este flujo de poblaciones no se puede
reabsorber; y es tan serio para diferentes partes del mundo, principalmente en
países primer mundistas, como Estados Unidos, y la Unión Europea. El problema
de la migración se ha convertido en uno de los principales temas de la agenda
dentro del grupo que hegemoniza el planeta.
Cómo convivir con los otros ha sido un problema omnipresente de la sociedad
occidental; la separación del “otro”, excluyéndolo (estrategia émica); la
asimilación del otro, despojándolo de su otredad (estrategia fágica), y la
invisibilización del otro, para que desaparezca del propio mapa mental. La
modernidad líquida es un proceso que se refiere a que el único valor
heterorreferenciado es la necesidad de hacerse con una identidad flexible y versátil
que haga frente a las distintas mutaciones que el sujeto ha de enfrentar a lo largo
de su vida. La búsqueda de la identidad es tarea y responsabilidad vital del sujeto;
y construirse a sí mismo constituye al mismo tiempo la última fuente de arraigo.
La globalización ha hecho frágiles las identidades, volubles, maleables y
permeables, que ha dado paso a la individualidad en términos de ciudadanía; el
individuo, para poder integrarse a una sociedad cada vez más global, tiene que
pasar sin identidad fija, tiene que inventar, crear y moldear máscaras de
supervivencia. Las identidades son semejantes a una costra volcánica que se
endurece, vuelve a fundirse y cambia constantemente de forma. Desde una vista
externa parecen estables, pero al ser miradas por el propio sujeto aparece la
fragilidad y el desgarro constante. Esta identidad escurridiza nos hace cada vez s
dependientes del otro, pero es ahí donde se encuentra la esperanza como una
responsabilidad reflexiva que busca la autonomía del resto y la constante
autorrealización y la constante inconclusión debido a la falta de un telos en la
modernidad tardía. Debe crear condiciones de crecimiento en términos de
humanidad, conciencia colectiva, por el bien individual a partir del común, en copla
con la naturaleza.
6.3. La “sociedad red” de Manuel Castells (*)
La sociedad de posmodernidad, además de globalización transnacional, es
revolución de la tecnología digital satelital divulgada a través de los medios de
comunicación de masas/teléfonos celulares, internet y otros artefactos que van
configurado un mundo de complejas interrelaciones de fenómenos sociales a
manera de una megared de distintas sociedades y culturas del planeta en la vivimos
inmersos los seres humanos. ¿Cómo entender esta complejidad que desafía a élites
de la Sociología?
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Castells, con un equipo de especialistas en distintos ámbitos de las ciencias
sociales, explora las pautas y dinámicas de la que ha denominado la sociedad red.
Desde mediados y finales del siglo XX hasta el presente, se acrecentó la influencia
de la globalización económica-cultural y la revolución tecnológica digital en las
comunicaciones. Es la era de las TIC (tecnologías de la información y
comunicación) y las redes sociales, que han producido a escala planetaria nuevos
campos de la realidad empírica.
Con base en datos estadísticos y etnográficos, resultado de investigaciones
realizadas durante quince años en sociedades como China, India, Europa, Estados
Unidos y América Latina, traza la historia de la revolución tecnológica digital y
genética. Estudia y examina la transformación informacional, la globalización de
la economía y la emergencia de una nueva cultura (Castells 2005/a). Es la nueva
forma de organización social surgida en esta era de la información, que es una
trilogía entre economía, sociedad y cultura (Castells, 2006-b).
La sociedad red (Castells/b) es la interacción entre tecnología y sociedad que se
torna decisiva como redes de comunicación electrónicas en contextos culturales e
institucionales tan distintos: en la economía, las empresas, la productividad, en los
mercados mercados financieros globales, el trabajo y empleo. El uso del internet,
teléfono celular, iphone y otros artefactos digitales permite que cada persona pueda
tener otra concepción social del tiempo y del espacio urbano, regional y mundial,
potenciando su identidad cultural, la educación, la salud, influir en el movimiento
antiglobalización, en los procesos políticos, en las políticas públicas y en otras
actividades de la vida cotidiana.
¿Somos la generación de familias y amigos-as que vivimos la vida cotidiana
pendiente del Facebook, de las redes sociales, del teléfono celular, del internet y
otros artefactos para comunicarnos virtualmente?, ¿estamos perdiendo la
comunicación “cara a cara” y el calor humano para saludarnos?. La Sociología
debe enfrentar estos desafíos y teorizar críticamente esta nueva forma de vida
digital que tiende a deshumanizarnos cuando más necesitamos la solidaridad
humana.
Una breve conclusión
Este breve recorrido parcial y limitado permite darnos cuenta de que la Sociología
forjadora de un pensamiento racional, que surgió en medio de avatares de grandes
acontecimientos transformadores de la civilización capitalista, aún continúa en
pleno siglo XXI. La caótica sociedad industrial capitalista liberal
(*) Profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, ocupa la cátedra Wallis Annenberg de Tecnología
de la Comunicación y Sociedad; Universidad de California del Sur. Catedrático emérito de Sociología
y Planificación Urbana y Regional; Universidad de California/Berkeley y profesor visitante de
Ciencia, Tecnología y Sociedad del MIT.
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Surgió ya polarizada entre poderes, autoritarismos, hegemonías y dominación, y
continúa en el neoliberalismo global.
Los nuevos tiempos del siglo XXI y del tercer milenio nos plantean grandes
desafíos, que nos hacen sentir que nos aproximamos cada vez más a una crisis de
civilización de la sociedad humana. Los desafíos siempre han estado presentes, sin
embargo la esperanza de la especie humana es alcanzar un creciente bienestar
generalizado, superando estos avatares en algún tramo de la historia que se debe
construir.
Surgen los siguientes interrogantes, que nos desafían:
¿Qué tan distante estamos de aquel pensamiento racional que se consolidó en la
sociedad del siglo XIX europeo?, ¿qué tan conscientes estamos viviendo el mundo
virtual posmoderno (internet, celular…) que produce un pensamiento “liquido”,
fugaz e intemporal impuesto por la era digital y por la “sociedad red”?, ¿a qué ritmo
se desnaturaliza, volatiliza y perdemos nuestra identidad individual y societal?
Desde mediados del siglo Octavio Paz, en 1959, época de la Guerra Fría (en la
segunda posguerra mundial), escribía:
tenemos que aprender a mirar cara a cara la realidad. Inventar si es necesario
palabras nuevas e ideas nuevas para estas nuevas y extrañas realidades que
nos han salido al paso. Pensar es el primer deber de la intelligentsia. Y en
ciertos casos el único.
En los años 90, I. Wallerstein señalaba que:
es posible que estemos presenciando el fin de un tipo de racionalidad que ya
no es apropiada con la ciencia, la ética o los sistemas sociales en un presente
de cuestionamiento considerable...; además ahora existe una racionalidad
tecnocrática... como la versión más avanzada del racionalismo moderno...
como un avatar del darwinismo social (Wallerstein: 8).
Élites de distintas formas de pensamiento de presentes y futuras generaciones
tendrán que aprender a pensar y construir, en la práctica cotidiana, la Sociología,
las Ciencias Sociales y las Ciencias Naturales que necesita la sociedad del siglo
XXI. Ese es el mayor desafío.
Reiteramos la frase: “Las CCSS del siglo XXI están por hacerse” (Scribano, pág.
422).
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Molina Tamaca, Carmen
. Huerto en flor. Págs. 87-92.
“La ciudad faro”
Medidas: 144 x 152.5 cms
Técnica: mixta