Batres Posada, José Óscar. El Museo Nacional: pasado, presente y futuro. Págs. 9-30.
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URI: http://hdl.handle.net/11298/301
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El museo nacional: pasado, presente y futuro
José Óscar Batres Posada
Arquitecto
Especialista en museografía
obatres@cultura.gob.sv
Resumen
El presente documento es una recopilación de datos que permiten reconstruir
algunos de los hechos de la vida cultural del Museo Nacional “Dr. David J.
Guzmán”, donde no menos importante es toda su labor desarrollada hasta este
momento, que en los albores de celebrar sus 130 años de fundación. También es
meritorio destacar el aporte de su personal técnico así como de gente altruista al
devenir histórico del museo, que sin duda ha sido un trabajo lleno de satisfacción
por el servicio brindado en favor del conocimiento del público visitante.
El Museo Nacional de Antropología se constituye como el primero en nuestro país
y ha sido hasta estos días el principal referente de las investigaciones que hoy
permiten enlazar los eslabones de nuestra historia cultural. Construir sus
antecedentes como institución no es tarea fácil, ya que muchos detalles por algún
motivo no se registraron en su momento. Estas líneas serán solamente una
aproximación descriptiva, que se recopila con la información disponible y la
experiencia vivenciada.
Palabras clave: Museo Nacional de Antropología, museología, museografía,
conservación, difusión cultural.
Abstract
This document is a compilation of information which will allow for the
reconstruction of some of the incidents in the cultural life of the “Dr. David J.
Guzmán” National Museum. The development work done up until this moment is
no less important given that the Museum is about to celebrate the 130th anniversary
of its foundation. It is worthwhile to stress the contributions of the museums
technical personnel in the same way as the contributions of donors in the historical
transformation of the National Museum. Without a doubt, work for the museum
has been very satisfying, dedicated to the service of providing knowledge to the
visiting public.
The National Museum of Anthropology has become the premier museum in our
country and, in recent years, it has been the principal guide for conducting research
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to create meaningful connections in our cultural history. Reconstructing its history
isn’t an easy task given that many of the details, for various reasons, were not
recorded in the moment they occurred, This document will be a an approximation
of what happened compiled through all the information that is currently available
and through lived experience.
Key words: National Museum of Anthropology, museum studies, museography,
conservation, cultural diffusion
Nacimiento del museo
Durante el siglo XIX, la creación masiva de museos en diferentes países del mundo
llevará implícita una teorización acerca de las cuestiones museológicas, las que
serán desarrolladas no solo por los profesionales que trabajan en museos, sino
también por personalidades de diferentes ámbitos de la cultura.
En América, a diferencia de Europa, los museos sirvieron para el afianzamiento de
los sentimientos históricos y nacionalistas. En 1823 se crearon los museos
nacionales de Bogotá y Buenos Aires, y en 1825 ocurrió lo propio con el museo
nacional de México donde, según Lacouture (1994), “nacen de esta manera los
museos de identidad nacional con un discurso histórico para fomentar el arraigo de
lo propio y el sentimiento nacional”.
Para finales del siglo XIX, el movimiento museístico europeo estaba consolidado;
el interés de los museos estaba centrado en la expansión de sus colecciones a partir
de los más diversos objetos procedentes de diferentes culturas.
Es muy probable que nuestro país se viera fuertemente influenciado por el
ambiente cultural imperante, impulsado por las corrientes europeas. Otro hecho
importante relacionado con la museística tiene lugar en 1882, cuando a un lado del
Museo de Louvre, en París, se creó la primera escuela dedicada a la formación
profesional en asuntos de conservación y restauración de objetos de arte, L’Ecole
du Louvre (Linares, 2008).
Marco legal, decreto de creación
“EL PODER EJECUTIVO DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR,
considerando: Que para facilitar el cumplimiento del Decreto Legislativo del
1º. de febrero del corriente año (1883), es conveniente crear un Museo de los
productos naturales e industriales del país; que tal instituto está llamado a
fomentar los intereses económicos e intelectuales de la República; siendo
además reclamado por el estado de cultura del pueblo, ha tenido a bien decretar
y DECRETA: Artículo 1º.- Se Establecerá en la capital de la República un
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Museo de productos minerales, botánicos, zoológicos y manufacturados, con
una sección de antigüedades, historia y bellas artes.”
Primera dirección del museo nacional
La tarea de dirigir esta institución cultural por primera vez recae en la persona de
David Joaquín Guzmán. Nació en la ciudad de San Miguel el 15 de agosto de 1845,
hijo de don Eufrasio Guzmán, expresidente de la República (1844-45 1958-59)
y de doña Ana María Martorell de Guzmán. Realizó sus primeros estudios en el
prestigiado Colegio de Jesuitas de Guatemala y continúo sus estudios de
secundaria en la Universidad de San Carlos, obteniendo el grado de Bachiller en
Filosofía.
En 1863 viajó a París, donde siguió la carrera de Medicina y Cirugía, doctorándose
finalmente en 1867. Ejerció su carrera como profesional en Madrid, España
brevemente y posteriormente regresó al país para dedicarse a su especialidad.
Desarrolló una amplia trayectoria casi ininterrumpida de cargos públicos entre
1871 y 1914, entre los relacionados con las actividades culturales destacan los
nombramientos siguientes:
En 1872 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional.
En 1883, por iniciativa del Dr. Guzmán y bajo los auspicios del gobierno del Dr.
Rafael Zaldívar, fue fundado el 9 de octubre el museo nacional, del cual fue su
primer director.
En 1887 nuevamente es nombrado director del museo nacional y organizador del
jardín Botánico.
En 1898 el Dr. Guzmán es llamado por el gobierno de Nicaragua para fundar en
Managua el museo nacional, del cual fue organizador y primer director.
En 1902 el Dr. Guzmán es llamado por el gobierno del Gral. Tomas Regalado,
nombrándolo director del museo nacional, y de la Exposición Permanente de
Industrias Extranjeras, director de la revista Anales del museo nacional y Jardín
Botánico. En su desempeño como funcionario público, el Dr. David J. Guzmán
tuvo la oportunidad de representar en múltiples ocasiones al país como
comisionado general de Exposiciones Internacionales.
1
1
Datos biográficos concretos referentes al Dr. David Joaquín Guzmán, 1845-1945.
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Los inicios del museo
Las menciones iniciales sobre la creación del museo nacional son relativas y a su
vez escasas a las fuentes informativas disponibles. Sin embargo, para tratar de
construir una parte de su historia, casi siempre se tiene de referente principal al Dr.
David Joaquín Guzmán, su primer director, quien en su estadía en Europa durante
su formación profesional adquirió una nueva visión propia de la ilustración
europea característica de finales del siglo XIX.
Es importante decir que durante este período Francia se encontraba atravesando
significativos procesos de cambio social, político y cultural, estas transformaciones
se verán reflejadas en diferentes ámbitos de la cultura francesa, que está
estrechamente relacionada con el desarrollo cultural del mundo occidental, en
particular en las áreas de las artes y de las letras, pues París para esa época era
considerada como el punto origen de la cultura europea moderna.
2
El entorno cultural en el que se desarrolló el Dr. Guzmán pudo ser el germen
inspirador para proponer, ante las autoridades estatales del momento, contar con
un museo en nuestro país, que se consolidó el 9 de octubre de 1883, coincidiendo
con lo que acontecía en Europa debido al surgimiento de muchos museos,
promovidos por los cambios sociales que se impulsaron a través de las diversas
expresiones artísticas y apertura de muchos espacios museísticos (Batres, 2013).
Imagen 1. Aspecto que ofrecía la exhibición permanente del museo nacional
cuando se encontraba instalado la Finca Modelo a un costado de la ex Casa
Presidencial. Fotografía cedida por Sandra Alarcón.
2
Consultado en: https://publicaronline.wordpress.com/2008/10/15/francia-educacion-
culturareligion-lenguas-musica-biblioteca-y-museos/
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Sedes del museo nacional
La antigua Universidad Nacional, la casa “Villa España” (antigua residencia de la
familia Sagrera, ubicada en la calle Arce y 7.ª avenida Norte) y pabellones en la
finca Modelo, fueron en su momento algunas de las sedes que ocupó el museo
nacional.
La historia de algunos museos que surgieron en aquella época probablemente
compartió similares experiencias. Muchos museos han surgido por la iniciativa
visionaria de un interesado en preservar el patrimonio cultural, necesidad que casi
siempre estuvo dentro de las instalaciones de más de una universidad. No es caso
generalizado, pero tampoco es extraño, que hayan surgido producto de la
acumulación de colecciones encontradas por casualidad, o de colectas de objetos
agrupados por curiosidad o en casos específicos pretendiendo rescatar objetos de
interés cultural que desde sus hallazgos fueron destinadas a la investigación
científica y que con el pasar del tiempo crecieron en número, dando origen a un
importante acervo patrimonial. La actividad museológica en nuestro país,
proyectada en perspectiva incipiente, pudo haber sido impulsada más por la
curiosidad que por métodos científicos.
Pocas son las referencias acerca de los antecedentes del museo nacional. Su historia
se comienza a construir desde el primer espacio que ocupó, mencionándose que
fue dentro del antiguo edificio de la Universidad Nacional, posteriormente se ubicó
en diferentes espacios, entre ellos los siguientes:
Imagen 2. La estela de Tazumal y algunos petrograbados adornaban la fachada de
la Finca Modelo a principios de siglo XX. Fotografía cortesía de Sandra Alarcón.
Casa “Villa España”, en 1902.
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Finca Modelo en 1904.
En 1911, la Secretaría de Fomento cierra el museo nacional.
En 1912 se abre nuevamente el museo, anexado a la Facultad de Química y
Farmacia de la Universidad Nacional.
En 1913 se ubica nuevamente en la Finca Modelo junto al Instituto de Historia
Natural y al Jardín Botánico.
Desde 1927 ocupó los pabellones de Casa Presidencial hasta 1962.
En 1945 el Ministerio de Cultura Popular, en solemne acto oficial, denominó el
museo nacional con el nombre del Dr. David J. Guzmán, con motivo del
centenario del nacimiento de su fundador y primer director.
El 9 de octubre de 1962 se trasladó al edificio construido para el museo nacional,
ubicado sobre la avenida La Revolución, en la colonia San Benito; último que
utilizó hasta 1994 y que fue demolido por fallas estructurales del terremoto del 9
de octubre de 1986, dando paso al nuevo edificio diseñado y construido en la
misma zona y el mismo terreno, el cual fue ampliado debido a las nuevas
necesidades que demandaban los requerimientos del diseño para su
funcionamiento, contando con un área de terreno mucho mayor a la que se
disponía (Batres, 2003).
Primer espacio permanente del museo nacional: conceptualización,
zonificación espacial, diseño museográfico
Considerando que las primeras colecciones que albergaba el museo estaban
comprendidas en objetos, botánicos, zoológicos, manufacturados y de mineralogía,
con una sección de antigüedades, historia y bellas artes, su orden no sufrió cambios
sustanciales en la presentación de sus variados acervos comprendidos por
colecciones de interés cultural y natural, concepto museológico y museográfico
que se mantuvo hasta finales de la década de los sesenta.
También se presentaba de manera preocupante la situación de sus espacios, pues
desde su fundación el museo nacional ocupó muchos locales para desarrollar sus
actividades. Y fue el presidente José María Lemus (14 de septiembre de 1956 26
de octubre de 1960), quien instruyó que se diseñara y construyera un edificio para
el museo nacional, ya que desde 1927 había ocupado los pabellones de la antigua
Casa Presidencial hasta 1962, año en que se realiza su trasladado a las nuevas
instalaciones ubicadas sobre la avenida La Revolución de la colonia San Benito,
en San Salvador, para ocupar y desarrollar su labor difusora de la cultura nacional.
Probablemente, al momento de su apertura en su nueva ubicación, mantuvo el
mismo concepto de exhibición que caracterizaba a los museos polivalentes,
mostrando las colecciones de diversa índole, incorporadas con colecciones
prehispánicas, históricas y etnográficas.
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Imagen 3. Fachada principal del antiguo museo nacional ubicado en la avenida
La Revolución de la colonia San Benito, en la que se observa el pasillo rupestre.
Fotografía cortesía de Sandra Alarcón.
Este nuevo edificio también soportó las consecuencias del terremoto del 3 de mayo
1965; y durante el tiempo que estuvo habilitado para los servicios públicos también
se sucedieron aspectos importantes en el devenir de su funcionamiento, pues a
partir de principios de la década de los setenta se propician cambios institucionales,
y en 1974 se crea la Administración del Patrimonio Cultural; se construye a su vez
el edifico administrativo para el funcionamiento de su estructura técnica y
administrativa, donde se ubicaban las siguientes unidades laborales: Departamento
de Museos, Departamento de Investigaciones, Departamento de Sitios y
Monumentos, además de un área administrativa, constituyéndose así en la columna
vertebral de lo que a futuro sería el desarrollo de esta instancia estatal.
El museo nacional se mantuvo como la unidad rectora y competente para la
administración y manejo de los dos museos que dependían de la Dirección de
Patrimonio Cultural, el museo nacional y el museo arqueológico del sitio Tazumal,
con la nueva estructura también se replantearon los contenidos informativos de las
salas de exhibición, y desde los inicios de la década de los setenta se establece la
delimitación del manejo de colecciones, enfocando su interés a los contenidos de
carácter prehispánico, histórico y etnográfico.
Otro evento natural azota las instalaciones del museo el 10 de octubre 1986; un
fuerte terremoto afecta la ciudad de San Salvador. El sismo daña seriamente la
estructura de soporte de las salas de exhibición. Luego de este acontecimiento se
procedió a cerrar sus instalaciones en 1993 para evitar accidentes en los visitantes
y empleados del museo y daños en la colección. Las oficinas administrativas y las
áreas técnicas fueron las únicas instalaciones que estuvieron habilitadas, hasta
mediados del año 1996, para dar inicio a la demolición del edificio.
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Formación de la colección del museo
La creación de las primeras colecciones de bienes culturales muebles de El
Salvador se ubica en el contexto de los años 1870 a 1890, época en que el principal
referente cultural, artístico y científico para un gran segmento de la clase alta y
media de nuestro país era Francia.
Es así que en este ambiente surge la figura del Dr. David J. Guzmán que, cuya
influencia e impacto que crean en él el esplendor y la “magnificencia” de los
museos franceses, al retornar a nuestro país, con el apoyo de algunos intelectuales,
artistas y amigos como son Juan J. Cañas, Juan Aberle y otros, hace que proponga
al gobernante de la época, Dr. Rafael Zaldívar, la creación del primer museo estatal
en El Salvador. Es así como, el 9 de octubre de 1883, se publicó el acuerdo de
creación del museo nacional.
Imagen 4. Muestra de las colecciones que
albergaba el museo nacional y que
posteriormente se trasladaron durante la
especialización temática a otros espacios de
exhibición a finales de los años 60. Fotografía
cortesía de Sandra Alarcón.
Considerando el carácter de colecciones con las que inició el museo, el cual
mostraba una diversidad, revela la clase y naturaleza de las primeras colecciones o
muestras que exhibía, siendo su principal fuente o forma de adquisición las
donaciones, préstamos y posiblemente algunas compras de objetos.
Esta misma tónica de adquisición de colecciones se ha mantenido a través de los
años hasta nuestros días con ligeras variantes, siendo la más predominante la
adquisición por donaciones. Esto lo confirma la actual base de datos de las
colecciones del museo, que indica que aproximadamente entre el 70 y el 75 % de
las colecciones actuales no tienen contexto, son de origen desconocido.
Con la separación de las colecciones durante la década de los setenta, se procedió
a la creación del Museo de Historia Natural, por lo que las colecciones
concernientes a esta temática fueron trasladadas a dicho museo. Debido al carácter
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antropológico que asumía el museo nacional “David J. Guzmán”, solamente
quedan en sus recintos las colecciones nacionales de Arqueología, Historia y
Etnografía, siendo la primera la más predominante.
Algunos de los primeros investigadores, arqueólogos empíricos o aficionados que
a través de su recolección de los primeros objetos o materiales arqueológicos
sirvieron para construir las colecciones nacionales fueron Santiago I. Barberena,
Atilio Peccorini, Jorge Lardé, Fidias Jiménez, entre otros.
Algunos de los objetos o piezas emblemáticas de la colección arqueológica que
subsisten en la actualidad y que son de las primeras colecciones del museo son: la
Estela de Tazumal, el Chacmool, el disco Solar de Cara Sucia, el Jaguar esculpido
en piedra. Así mismo, entre los objetos de la colección de historia que más se
destacan y posiblemente fue de los primeros objetos que se adquirieron para el
museo están los siguientes: la colección de armas y objetos coloniales, la
colección de objetos relacionados con Gerardo Barrios, algunas obras escultóricas
de Pascasio Gonzáles (“Minerva” y “Mariscal Santiago Gonzáles”), el bastón de
don Juan Aberle, el tintero de Juan J. Cañas, el tintero del Dr. David J. Guzmán, y
el busto del Dr. Rafael Zaldívar (expresidente de El Salvador) y un sable de su
pertenencia.. En la actualidad, las principales fuentes o formas de obtención de
piezas para la colección arqueológica nacional son por investigación, donación y
decomiso.
La colección etnográfica nacional ha sido producto principalmente de compras y
de algunas donaciones, como resultado de renovaciones que se han hecho a través
de los años en las salas del museo, siempre que ha surgido la necesidad de sustituir
o reemplazar algún material deteriorado o perecedero, o cuando se ha planteado la
necesidad de enriquecer la temática o naturaleza del guion museográfico diseñado
(Rubio, 2013).
Descripción de las salas de exhibición
A partir de la creación de la Administración del Patrimonio Cultural, se consolidan
algunos cambios al interior del museo. Se determinó como prioridad que el
desarrollo de las investigaciones estuviera enfocado a lo antropológico e histórico
para dar una base firme al carácter del museo, definido así por el tipo de
colecciones que venía mostrando desde los inicios de su creación. Con la estructura
funcional y enfoque científico que ya reflejaba, la Administración especificó su
contenido temático para mostrar con mayor énfasis su enfoque en los aspectos
arqueológicos, históricos y etnográficos.
En consonancia con los cambios dados a principios de la década de los setenta,
dentro de la estructura del Ministerio de Educación y su nuevo enfoque dirigido a
los sistemas de instrucción formal, se mantenía la idea primordial que perseguía el
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museo de contribuir mediante la educación no formal, enfatizando la necesidad del
rescate y difusión de los aspectos sobresalientes de la cultura salvadoreña, por lo
que el nuevo enfoque del museo era presentar una secuencia evolutiva de la
presencia humana en nuestro territorio desde momentos muy tempranos,
enfocando un desarrollo histórico que abarcaba desde los inicios de la época
prehispánica del actual territorio de El Salvador hasta nuestros días.
La distribución y organización de las áreas de exhibición estaba sugerido en un
orden cronológico, manteniendo una secuencia ininterrumpida en todo el recorrido
del museo y dispuesta de la siguiente manera:
a) Sala Introductoria
Esta se constituía en el área de ingreso al museo, ubicada en el área vestibular, y
sus elementos de exhibición eran la maqueta del relieve topográfico de la
República de El Salvador, que ubicaba algunos lugares culturales importantes,
entre ellos los sitios arqueológicos, algunas iglesias y vestigios coloniales en
nuestro país.
Imagen 6. Sala introductoria del antiguo museo nacional en la avenida La
Revolución. Fotografía cortesía de Sandra Alarcón.
b) Sala de Arqueología
Iniciaba su introducción con el planteamiento de la formación del puente natural
de hielo en el estrecho de Bering, por donde se supone se produjo parte del
fenómeno de las migraciones para poblar lo que hoy es América. Se agregaban a
esta información los fragmentos óseos de mastodonte para relacionar el contexto
geográfico en esta región del continente.
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En la exhibición se presentaban las áreas geográficas de los sitios prehistóricos del
Valle de México y finalizaba con la muestra de materiales más antiguos que
reflejaban presencia humana en El Salvador, entre ellos la Gruta de Corinto,
localizada en el departamento de Morazán; su colección estaba conformada por
puntas, lascas, raspadores y perforadores.
c) La Sala Conceptual
Presentaba esquemáticamente el área geográfica y cultural conocida como
Mesoamérica. Su objetivo era ubicar al visitante sobre las principales zonas de
asentamiento de los grupos culturales que ejercieron su desarrollo e influencia en
cada uno de los momentos comprendidos a partir de los períodos preclásico (1500
a.C.-250 d.C.), clásico (250-950 d.C.) y postclásico (950-1525 d.C.).
Se presentaba también una maqueta estratigráfica con la idea de visualizar las
deposiciones culturales a lo largo de los tres períodos de la época prehispánica en
El Salvador. Esto era con el fin de relacionar momento de ocupación con el
contenido de las salas, asociando el fechado con los artefactos culturales
encontrados, siendo estos los diversos objetos distribuidos en las salas de
exhibición.
d) La Sala Preclásica
Pretendía mostrar las evidencias
arqueológicas producidas a lo largo
de un período aproximado de 750
años de actividad de los grupos
pobladores diseminados en distintas
zonas geográficas del país. Entre los
objetos que se exhibían se destacaba
la muestra de cerámica utilitaria que
procede del área de Chalchuapa, las
figurillas Bolinas, la cerámica Batik
Usuluteco, así como la muestra de
sellos prehispánicos con motivos
geométricos y relieves zoomorfos
(formas de animales) y relieves
fitomorfos (formas de plantas). En
este período se describía la
existencia de contactos con el grupo
cultural olmeca y su presencia
evidenciada dentro del área de
Chalchuapa.
e) La Sala Clásica
Desarrollaba una breve referencia de la
cultura durante el período clásico a
través de la muestra de variados objetos
y su diversidad de formas y diseños
policromos que
Imagen 7. Dos guías del museo nacional
observan la estela de Tazumal en las
instalaciones de la primera sede del museo en la
colonia San Benito. Fotografía cortesía de
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fueron elaborados en un período aproximado de 750 años, en el que se hacía
sentir probablemente la influencia de grupos humanos asociados con la cultura
maya. Algunos de los objetos provenientes de los distintos sitios arqueológicos
eran vasos, cajetes, figurillas y objetos tallados en jade, entre otros. Los sitios
mencionados eran Tazumal, Cara Sucia, Asanyamba, Quelepa y otros. En la
muestra cerámica de este período destacaban las colecciones de cerámica Salúa
y Copador por sus variados motivos y colores utilizados.
f) La Sala Postclásica
Presentaba un breve panorama sobre las evidencias materiales del hombre de
este período, donde es muy sobresaliente la cerámica Plomiza, los objetos
provenientes del sitio arqueológico Cihuatán y los provenientes de los diversos
sitios del área de San Lorenzo, que correspondían al rescate arqueológico
realizado por la Dirección de Patrimonio Cultural, comprendido por objetos
cerámicos del estilo policromo Nicoya y Anaranjado Fino.
g) Sala de Historia
Esta sala mostraba un panorama general de los acontecimientos más importantes
que se relacionan con la presencia española en tiempos de la Conquista y
colonización en El Salvador. Los objetos mostrados se describían momento a
momento desde la incursión de don Pedro de Alvarado en la Conquista de
Cuscatlán hasta el período de la independencia patria alcanzada en 1821,
concluyendo con la muestra de objetos que se referían al desarrollo tecnológico
en nuestro medio impulsado por los aportes de la Revolución industrial.
h) Sala Etnográfica
Su intención era brindar una visión, si se quiere, folclorista de la cultura
tradicional de El Salvador; mostraba una idea generalizada de los aspectos
costumbristas y tradicionales que se manifiestan a través de ciertos fenómenos
y patrones de conducta asociados a la cultura popular, algunas de las cuales
todavía se ponen de manifiesto en ciertas poblaciones con el hombre actual. Los
objetos que conformaban la colección etnográfica eran mostrados en su
conjunto y procedían de centros artesanales muy reconocidos como Nahuizalco,
Guatajiagua, Ilobasco, Quezaltepeque, entre otros. La Sala se resumía en tres
módulos de exhibición que mostraban la religiosidad popular, la vivienda
tradicional y se complementaba con el comercio tradicional que mostraba una
diversidad de objetos cerámicos, artesanías en fibras duras, textiles, etc.
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i) Sala de Exposiciones Temporales
Debido a la necesidad de atender otros servicios de difusión, se acondicionó un
segmento del museo destinado a muestras de diversas temática. La existencia
de esta sala dentro del recinto del museo nacional era con el fin de dar cabida al
desarrollo de exhibiciones con cierto período de duración, se instalaron
exhibiciones con colecciones nacionales desarrollando temas específicos sobre
Arqueología, Historia y Etnografía; así también hubo muestras de exposiciones
internacionales y de colecciones privadas (Batres, 2003).
Figura 1. Reconstrucción espacial del antiguo museo nacional en la colonia San Benito.
Fuente: Arq. Óscar Batres, 2015
Consolidación del Museo Nacional
Debido al terremoto de 1986, el antiguo edificio del museo nacional quedó
gravemente afectado en su estructura física, lo que aceleró la decisión de las
autoridades estatales para construir un nuevo edificio sede.
Este aspecto puede atribuirse compromisos institucionales que asumió en su
momento el presidente de Concultura de turno. En este caso correspondió
3
a don
3
1994-1999 período presidencial del Dr. Armando Calderón Sol
Batres Posada, José Óscar. El Museo Nacional: pasado, presente y futuro. Págs. 9-30.
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Roberto Galicia, que con una visión sensible a la proyección de la cultura
nacional, tuvo a bien presentar como principal proyecto de su gestión el diseño
y construcción del nuevo edificio del Museo Nacional de Antropología
presentado al entonces presidente Dr. Armando Calderón Sol. Galicia,
conocedor de la realidad nacional en términos de la administración cultural,
buscó dejar para el país a través del museo nacional un espacio permanente que
sirviera no solo para conocer, sino también para investigar y dignificar la cultura
nacional.
La idea de establecer un nuevo edificio para el museo nacional tuvo sus
específicas motivaciones, entre ellas, hacer sentir implícitamente que se merecía
hacer un reconocimiento al trabajo científico iniciado por Stanley Boggs y
Concepción Clará de Guevara, entre otros investigadores. Esto como una
continuidad del trabajo iniciado de manera formal en la década de los setenta,
de la que también el señor Galicia de alguna forma fue artífice de estos primeros
cambios en el devenir de la cultura nacional.
Se diseñó una completa estrategia de trabajo dirigida por la arquitecta María
Isaura Aráuz, Directora Nacional de Patrimonio Cultural. El primer paso fue
establecer el proceso de formulación del guion temático y las investigaciones
correspondientes, labor que fue realizada por el personal de investigadores de
la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural; las investigaciones arqueológicas
estuvieron coordinadas durante este período por el Lic. Vicente Genovés, y las
investigaciones antropológicas fueron encausados por el Lic. Carlos Benjamín
Lara.
El nuevo edificio: la sede definitiva del museo nacional con un diferente
concepto de diseño arquitectónico y de contenido
En 1996, fue posible diseñar y construir un edificio digno para exhibir lo más
representativo de la cultura nacional. Roberto Galicia propuso al presidente de
la República el proyecto de diseño y construcción del nuevo edificio, dando
inicio a los preparativos con el desarrollo de un concurso de ideas para el diseño
de la nueva sede, al que atendieron dieciséis empresas nacionales vinculadas
con el diseño y construcción arquitectónicos. Con la idea básica se perfilaría el
funcionamiento espacial para el edificio que debería de contener una
infraestructura adecuada y capaz de brindar nuevos y mejores servicios al
público, además de propiciar en su funcionamiento una visita mucho más
interesante dentro de las salas de exhibición. Este fue uno de los primeros
edificios planificados para un museo, que reflejaría espacialmente el orden para
el desarrollo de sus diferentes funciones técnicas y administrativas.
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Su conceptualización
Para la ejecución de este proyecto es necesario hacer notar la importancia que
se le imprimió desde la presidencia de Concultura a su desarrollo, depositando
esta responsabilidad en la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural,
sobrellevando la responsabilidad de definir dos aspectos importantes: el diseño
del edificio y el guion del contenido temático y museográfico.
Se formuló una solicitud de apoyo a otras instituciones especializadas con este
tipo de experiencias. Esta se obtuvo mediante una consultoría técnica de
carácter internacional para contar con la presencia del arquitecto y museólogo
Felipe Lacouture Fornelli, enviado especial del Instituto Nacional de
Antropología e Historia de México, cuyas recomendaciones fueron incluidas en
el desarrollo del diseño final del edificio.
Imagen 8. El actual edificio del Museo Nacional de Antropología
en proceso de construcción a finales de los años 90. Fotografía
cortesía de Sandra Alarcón.
El edificio
Desde el año 1994 al 2001, se trabajó en la planificación y organización del
nuevo edificio, que se construyó especialmente para el Museo Nacional de
Antropología “Dr. David J. Guzmán”. El proyecto inició en marzo de 1995 con
el lanzamiento del concurso de ideas para el diseño del edificio. Se readecuaron
temporalmente los depósitos para las colecciones de bienes culturales muebles;
paralelamente se desarrolló la evacuación y reubicación de las oficinas técnicas
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y administrativas para dar comienzo a las obras de demolición de las antiguas
instalaciones del museo.
El diseño del edificio corresponde a los arquitectos salvadoreños Roberto Dada
y Francisco Altschul, quienes ganaron el concurso de ideas del diseño
arquitectónico; y las obras de construcción del edificio estuvieron a cargo del
Arq. Rubén Vásquez.
La construcción del edificio comenzó en septiembre de 1997 y finalizó en 1999,
manteniéndose una permanente supervisión de la obra a cargo de la Arq. Lilly
Lemus de Baños, quien estuvo al frente para garantizar el desarrollo de la obra.
Luego de concluidas las obras de construcción, nuevamente se reubicaron las
oficinas técnicas especializadas de Museografía, Conservación y Restauración
de Bienes Culturales Muebles, Registro e Inventario de Bienes Culturales
Muebles, la Biblioteca y Hemeroteca especializada y la unidad de Arqueología
dentro de las nuevas instalaciones del museo nacional.
La zonificación espacial
La propuesta funcional del edificio respondió a los estándares esperados,
considerando que los diseñadores se apegaron al cumplimiento del programa de
necesidades para cumplir con lo exigido, así como al documento técnico que
contenía los términos de referencia, enfatizando el desarrollo del
funcionamiento del edificio en tres grandes zonas, siendo estas las siguientes:
a) Zona pública
Esta comprendería los espacios de las salas de exhibiciones temporales y
permanentes, en espacios abiertos como los patios y el jardín rupestre donde el
público de forma ordenada y sorpresiva encontraría información
complementaria en su visita. Además el museo presenta una plaza vestibular, el
área de información, los espacios del foyer y el balcón en el primero y segundo
nivel del edificio, respectivamente; cuenta también con auditórium, área
comercial para estancia de los visitantes, servicios de consulta bibliográfica para
investigadores dentro de la biblioteca especializada, estacionamiento, entre
otros.
b) Zona administrativa
Se localiza en el segundo nivel del edificio y tiene como función principal velar
por el buen funcionamiento y estado de las instalaciones. Así mismo, entre sus
funciones está el apoyar y complementar el desarrollo de las actividades
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cnicas referidas a los servicios dirigidos al público, así como brindar
información de carácter administrativo.
c) Zona técnica
Corresponde al recinto laboral que da vida a las salas de exhibición. Esta zona
es el soporte técnico en el que se desarrollan las actividades de control de
colecciones, investigación, conservación y preparación de las exhibiciones.
Dentro del diseño del edificio se consideró el depósito de colecciones, oficina
de registro e inventario de colecciones, museografía, el taller de conservación y
restauración; se agregaba dentro del esquema funcional el área de
investigaciones y curaduría.
Considerando que en los museos por lo general siempre existe una dinámica
interna, en los últimos años en estas instalaciones han existido cambios
sustanciales para responder a necesidades diversas, por lo que algunos espacios
se han acondicionado para continuar con el desempeño laboral.
El contenido
El planteamiento conceptual del contenido del museo estuvo a cargo del
antropólogo Carlos Lara Martínez, quien con su equipo de colaboradores,
investigadores, etnólogos, antropólogos, arqueólogos e historiadores
formularon los ejes temáticos para el contenido de cada una de las salas de
exhibición.
Luego de definidos los guiones temáticos y de la selección de las colecciones,
se aspiraba a presentar un museo formalmente constituido en el que los
investigadores seleccionarían los objetos que estuvieran relacionados con su
contexto, se consideró necesario desarrollar la curaduría del contenido, la cual
estuvo a cargo del Dr. Ramón Rivas, antropólogo con una amplia trayectoria en
el campo de la investigación. Esta parte del historial del museo tenía como
propósito consolidar el orden de contenido y secuencia de cada una de las salas
de exhibición, que se identificaron de la siguiente manera:
Sala Conceptual
Sala de Asentamientos Humanos
Sala de Agricultura
Sala de Producción e Intercambio Artesanal
Sala de Religión
Sala de Arte y Formas de Comunicación • Sala Temporal
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Imagen 9. El actual edificio del Museo Nacional de Antropología. Fotografía cortesía
de Sandra Alarcón.
En las salas, en su nuevo planteamiento museológico y museográfico, la
presentación de su discurso respondía a principios fundamentales de
continuidad y discontinuidad asociados con la dinámica cultural y sus cambios
reflejados en tiempo y espacio, tratando de mostrar las actividades del hombre
en su entorno.
Además existen otros espacios destinados a exposiciones permanentes y
temporales, como son los servicios de atención al público en el área de servicios
educativos y el área lúdica.
Se proyectó una gama de servicios y espacios para convertir al Museo Nacional
de Antropología “Dr. David J. Guzmán” en un espacio cultural dinámico, que a
su vez se afirmará como el principal exponente de la cultura salvadoreña, que
continuara con la noble tarea de mostrar al pueblo, en las presentes y las
próximas generaciones, la importancia de no solo conocer y disfrutar, sino
también de hacer sentir la necesidad de conservar y difundir el patrimonio
cultural salvadoreño.
El diseño y el montaje museográfico
Entre los años 2000 y 2001 se realizó el proyecto de diseño en las salas de
exhibición del nuevo edificio del museo. Estuvo a cargo de una empresa que
desarrolló la propuesta del diseño, que estaba bajo la supervisión del Arq. Carlos
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Candell, quien conformó un equipo técnico de profesionales nacionales y
extranjeros para responder a los requerimientos esperados.
El montaje museográfico
Esta actividad fue ejecutada con un equipo multidisciplinario completo, que
conformaba la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, en el que
participaron arquitectos, ingenieros, investigadores, historiadores del arte,
conservadores, restauradores, museólogos y museógrafos de la entonces
Coordinación de Museos Nacionales.
Un hecho anecdótico que no se puede dejar de mencionar es que en el proceso
de montaje museográfico previo a su apertura, nuestro país nuevamente es
afectado por los terremotos del 13 de enero y del 13 de febrero de 2001. Ambos
afectaron significativamente gran parte del patrimonio cultural edificado. En los
preparativos de la presentación museográfica, el guion temático de la Sala de
Asentamientos Humanos desarrollaba el tema sobre conservación del
patrimonio edificado, crecimiento y desarrollo de las ciudades, pero el
fenómeno mencionado obligó a modificarlo, replanteando los efectos de la
vulnerabilidad y daños irreversibles en algunos casos, que de igual forma
afectaron los edificios patrimoniales de los centros históricos. Esto con el fin de
dejar un testimonio informativo sobre los daños que afectaron a muchos pueblos
y ciudades. La información presentaba gráficamente los daños causados por los
sismos en el patrimonio edificado de interés patrimonial para nuestro país.
La nueva museografía fue inaugurada el 9 de octubre de 2001, durante la
administración presidencial del Lic. Francisco Flores, fungiendo entonces como
presidente de Concultura el Ing. Gustavo Herodier. Fue una museografía
proyectada para una duración de no más de diez años (Batres, 2013).
Renovación de las salas de exhibición
Luego de casi doce años de que el nuevo museo fuera abierto al público, se tenía
claro que la propuesta museográfica debería responder a un período en términos
de su concepto museológico y museográfico. Dos aspectos importantes que se
consideraron en su momento fueron el deterioro y el vencimiento del material
gráfico informativo, así como la actualización de su información, lo que también
podría implicar cambios físicos dentro de los espacios de exhibición.
Los primeros cambios internos de carácter museológico y museográfico que se
iniciaron en las salas del museo estuvieron bajo la conducción del Lic. Gregorio
Bello-Suazo, siendo el primer director en esta nueva fase, cubriendo el cargo
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durante el período 2004-2009. Tres salas de exhibición fueron sometidas a
cambios internos. Una de ellas fue la Sala de Arte y Formas de Comunicación.
En este caso se desmontó la colección y fue cerrado su espacio de exhibición de
forma completa, solamente se dejó habilitado un segmento para instalar la sala
informativa identificada como América Prehispánica, la que mostraba un
panorama histórico de algunas de las culturas más importantes del continente
americano. Así mismo, cabe mencionar que esta sala sirvió eventualmente para
el montaje de algunas exposiciones temáticas temporales, para luego volverla a
cerrar.
Otra sala que fue modificada drásticamente en su contenido fue la sala 3,
identificada como Sala de Producción Artesanal, Industria e Intercambio,
reflejando en su nuevo contenido el predominio de una perspectiva prehispánica
en su temática. En esta sala se desmontó parte de la información inicial,
fragmentando su contenido para incorporar mayor colección de carácter
arqueológico. Luego se modificaron internamente el espacio y el contenido de
la sala 4, identificada con el tema de Religión. Este espacio de exhibición fue
segmentado para dejar instalada una temática específicamente de orden
prehispánico.
Con los cambios que ya mostraban algunas salas de exhibición, sin duda
sirvieron para desarrollar temas importantes, sus contenidos tenían una
tendencia de contenido inclinado a lo prehispánico; y es meritorio destacar los
temas ampliados o retroalimentados basados en un planteamiento que fue el
resultado de una investigación. De igual forma, se destaca el montaje de
exposiciones temáticas presentadas en la Sala Temporal, con trabajos que
fueron dirigidos por el Lic. Gregorio Bello-Suazo y su equipo técnico, que
atendió las necesidades museológicas y museográficas del momento (Batres,
2013).
Directores del Museo Nacional “Dr. David J. Guzmán” Desde 1883 a 2015
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DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i6.2290
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Nombre Período de nombramiento y
1 Dr. David J. Guzmán 9 de octubre de 1983-1886
2 Dr. Jorge Aguilar 15 de enero de 1886
3 Dr. David J. Guzmán 1887
4 Dr. Santiago Ignacio Barberena 20 de noviembre de 1894
5 Dr. Nicolás Aguilar 20 de enero de 1897
6 Dr. David J. Guzmán 1902
7 Sr. Carlos Alberto Imery 25 de febrero de 1927
8 Dr. Rafael González Sol 22 de abril de 1931
9 Br. Tomas Fidias Jiménez 3 de mayo 1940
10 Prof. Jorge Hurtarte Monzón 20 de octubre de 1941 11 Arq.
Augusto Baratta 25 de abril de 1942
12 Sr. Salvador Sánchez Aguillón 23 de octubre de 1944
13 Br. Tomas Fidias Jiménez 10 de abril de 1945
14 Br. Jorge Lardé y Larín 8 de febrero de 1949
15 Prof. Salvador Cañas 1 de octubre de 1956
16 Br. Tomas Fidias Jiménez 7 de enero de 1957
17 Dr. Manuel Alfonso Fagoaga 8 de enero de 1968
18 Sr. Carlos de Sola 4 de enero de 1971
19 Arq. Pío Salomón Rosales 26 de enero de 1973
20 Srita. Ana Lilian Ramírez 3 de enero de 1974
21 Sr. Roberto Huezo 7 de noviembre de 1975
22 Arq. Julia Alvarenga Jule de Quintanilla 16 de junio de 1976
23 Sr. Armando Quintanilla 1 de noviembre de 1979
24 Mgfo. Roberto Guzmán Aguilar 1 de septiembre de 1980
25 Lic. Gloria Aracely Mejía de Gutiérrez 1984
26 Ing. Saúl Salgado 1984
27 Sra. Marina Zimmer 1984-1985
28 Sr. Manuel Roberto López 1985-1991
29 Mgfo. Jose Óscar Batres Posada 1991-2000
30 Arq. Margarita Ivette Valle 2000-2002
31 Mgfo. José Óscar Batres Posada 2002-2003
32 Acéfala 2003-2004
33 Lic. Gregorio Bellosuazo 2004-2009
34 Dr. David Hernández 2009-2010
35 Arq. Lilly Lemus de Baños 2010-2012
36 Arq. Eduardo Ernesto Góchez Fuentes 29 de mayo de 2012
37 Lic. Heriberto Erquicia 1 de julio de 2014 a la fecha
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Reflexión final
Desde su creación en 1883 hasta la década de los 60 del siglo XX, el Museo
Nacional de Antropología tuvo cuatro sedes temporales antes de pasar a tener
su actual asentamiento fijo.
Ha sido una institución estatal que ha afrontado el cese de funciones por
habérsele considerado en alguna ocasión “improductivo” para la sociedad
salvadoreña, pero también su último cierre a finales de los años 90 ha sido para
ser renovado y mejorar sus exposiciones tanto en contenido como en espacio
para el beneficio del público visitante, que ya no dispone solamente de, poco
más, 800 m
2
, cifra alcanzada por sus antiguas salas de exhibiciones, sino que en
la actualidad dispone de casi 12000 m
2
de exposiciones permanentes y
temporales.
Por otro lado, también ha sido testigo de la evolución del pensamiento
académico y del interés del estado por el rescate, conservación y difusión del
patrimonio cultural salvadoreño.
Las colecciones iniciales de finales del siglo XIX que contenían botánica,
historia natural, mineralogía y etnografía fueron sufriendo cambios con el
avance del tiempo y a medida que sus directores supieron orientar las
colecciones hacia la antropología y arqueología nacional debido a que muchos
de ellos investigaron de manera sistemática estos campos del conocimiento en
franco ascenso de interés cultural.
La historia del Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán” seguirá
tejiendo los hilos de la ciencia, que se espera puedan servir para fortalecer los
lazos de identidad, que propicie una cultura de apropiación del patrimonio
cultural que es de todos los salvadoreños.
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