Hartmann Matos, Alejandro. El Museo Matachín, 32 años de trabajo comunitario. Págs. 32-43.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i6.2291
URI : http://hdl.handle.net/11298/302
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2015, AÑO 5, Nº 6, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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Con perenne presencia nuestro centro es partícipe activo de todos los planes
asistenciales convocados por el gobierno de la localidad, giras comunitarias,
festivales y conmemoración de todas las fiestas locales y nacionales. Esto nos
ha permitido una plena identificación entre las comunidades y nuestra
institución. Otra experiencia vital ha sido la conexión con la Unión de Jóvenes
Comunistas, el Ministerio de Educación, el Comité de Defensa de la
Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la CTC, la OPJM, la Anap, el
Inder, la Aclifim, la Anci, la Ansoc, el Minint, el Minfar, la Uneac, la AHS, el
Citma y la ONG Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el
Hombre, el Mintur, la Filial de Ciencias Médicas, el Centro Universitario y la
Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. De acuerdo con las
características de cada uno, así nos hemos planificado tareas que cumplan los
objetivos mutuos, como por ejemplo: en las caminatas a lugares históricos, en
la preparación histórico-patriótica de los jóvenes, en la celebración de las
efemérides o en el aniversario de un mártir cuyo nombre lo lleva un CDR o un
centro de trabajo, entre otras actividades. Nuestra institución es sitio constante
de las firmas del Código de Ética, en la entrega de la condición de Vanguardia
Nacional de las empresas y centros de trabajo y en el recibimiento de
personalidades políticas, culturales, científicas y deportivas que nos visitan.
También en estos años hemos tenido una línea muy bien definida en cuanto al
acceso y la relación hombre-acción cultural y participación. La línea consiste
en que la institución no puede prescindir de los distintos factores que hacen
posible el cumplimiento de la política cultural. De ahí lo positivo que ha sido
integrar a la actividad de la institución varios grupos de trabajadores, profesores,
campesinos, estudiantes y profesionales. Ejemplo de esto es el Grupo de
Arqueología Cacique Hatuey, hoy miembro de la Sociedad Espeleológica de
Cuba, que, debido a su apoyo, nuestras salas exhiben valiosas piezas de las
culturas precolombinas de la región; a través de ellos hemos localizado 56 sitios
arqueológicos que conforman nuestros antecedentes históricos y hemos podido
hallar la expresión plástica de su mundo, reflejado en sus pictografías y
petroglifos. Esto, a su vez, nos ha permitido establecer el cuidado y
conservación de estos lugares de nuestra prehistoria, como es el caso de los
petroglifos de San Justo, Yara, en lo que el campesino Regino Rodríguez es el
activista encargado de velar, protegerlos y controlar las visitas de las escuelas,
de los cooperativistas, de los obreros y de otros visitantes.
El museo móvil es otra de las experiencias
Logradas en 32 años de labor. Esto ha trascendido decisivamente en educar y
elevar el nivel histórico-estético e informativo-cultural de las comunidades.
Llevar muestras de nuestras colecciones a grupos humanos apartados de la
ciudad, que no tienen acceso a visitarnos, ha sido premisa obligada, dada las
características que posee Baracoa en su composición demográfica, en la que el