Herrera Reina, Marta Marielba. Exvotos a santos y patronos: el poder de las imágenes sagradas. Págs. 50-59.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i5.2283
URI: http://hdl.handle.net/11298/312
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2014, AÑO 4, Nº 5, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
51
Desde la antropología de las creencias, el abordaje de este tipo de manifestación
religiosa popular lleva a definirlo como la expresión de fe de los sectores populares a
través de un complejo mundo de creencias y prácticas religiosas que ofrecen la solución
a los problemas de diferentes sectores sociales; se vincula con santuarios,
peregrinaciones, peticiones y gratitudes, es decir, con diversas formas de culto a los
santos locales y las variadas manifestaciones de culto y de folclore.
La palabra exvoto viene del latín ex voto y significa “por voto”. Estas expresiones se
orientan a diversas situaciones en las que los creyentes solicitan la resolución a
problemas como enfermedades y epidemias, accidentes, desastres naturales, sismos,
erupción de volcanes, guerras, agresiones violentas, viajes, pérdida o búsqueda de
trabajo; la emigración hacia países lejanos o desconocidos; los reencuentros familiares
y un sinfín de elementos más (García Curado, 2011). Estos objetos sirven
específicamente para manifestar el agradecimiento por un don o bienestar concedido
por parte de un agente poderoso de orden metasocial, hacia actores (individuales y/o
colectivos) intramundanos (González, 1986). Se trata, entonces, de intercambios
realizables en un comercio de fe entre lo sagrado y lo humano, donde la imagen del
santo es la vía directa para obtener una respuesta o un favor sagrado que adquiere una
connotación social en cuanto a un hecho comunitario que se comparte y vive con el
resto de creyentes, aunque, vale decir, este universo comunitario trasciende las
fronteras.
Estudios acerca de estas expresiones populares son muy escasos en El Salvador. La
tipología propuesta está basada en investigaciones realizadas en México, que ofrecen
una luz a la comprensión del mismo fenómeno religioso. Según González (1996), los
exvotos se concentran en dos tipos:
a) es considerado un objeto de uso que ha estado en contacto directo con la intervención
milagrosa, y por ello cumple una función simbólica especial, por ejemplo, un rosario,
agua bendita u otros objetos considerados sagrados y que pueden resolver problemas
físicos;
b) es una representación (plástica, escrita, fotográfica o pictórica) expresamente
realizada para comunicar a otros el milagro. Este es el caso de la tipología que se aborda
en este estudio, la que tiene elementos que pueden ser resignificados por los devotos,
porque, al final de todo, es la gente misma la que los lleva a ese nivel sagrado.
Estos elementos de la religiosidad popular generalmente están alrededor de las imágenes
de los santos o patronos. Estos pueden variar de tamaño y advocación; sin embargo,
siempre están llenos de flores, objetos personales y velas, que están dispuestos a sus
pies, en los laterales o en la misma imagen, y que son el signo de los milagros otorgados
por aquellos. Hay algunas imágenes que son más populares que otras. Entre ellas, vemos
a San Judas Tadeo (patrono de los imposibles), la virgen de Guadalupe y el Santo Niño
de Atocha, estos se vuelven un canal que permite la relación íntima entre la divinidad y
el ser humano. El culto a una imagen determinada proporciona, aparentemente, cierta
cohesión y solidaridad social. Además, los devotos experimentan un espíritu
comunitario; un sentimiento de gran solidaridad e incluso de igualdad y proximidad