García Escobar, C.R. El plástico en el arte popular y en el arte moderno contemporáneo en Guatemala. Pág. 93-102.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i4.2251
URI: http://hdl.handle.net/11298/162
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2013, AÑO 3, Nº 4, ISSN 2078-0664, ISSNE 2307-3942
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bienestar inmediato y mediato de los artesanos productores en primer lugar, luego
con los intermediarios, (entre ellos los comerciantes y los funcionarios del Estado)
y finalmente con los consumidores, en su mayor parte turistas, es planteado por
Canclini en los siguientes términos: “Durante el siglo XX, como en otros países
con poderosas culturas populares, (como Guatemala), en México hubo que
atravesar largos debates para ampliar la concepción elitista de cultura y lograr que
fueran reconocidos como parte del patrimonio nacional los productos artesanales,
étnicos y de grupos populares urbanos. Ahora, el desafío es comprender y valorar
la reutilización industrial y mercantil de bienes cultos y populares tradicionales en
circuitos transnacionales. La televisión, los videos y las redes digitales ponen a
disposición de públicos próximos y lejanos las pirámides y los centros históricos,
así como obras de arte para personas que nunca entraron en un museo. Podemos
comprar artesanías por Internet usando tarjetas de crédito y hasta recibir la
certificación digital… sobre los diseños tradicionales. La mayor parte de las
artesanías sigue circulando en mercados y tiendas de la propia región, los
productores no se organizan empresarialmente ni llevan inventarios, pero un sector
creciente se ha convertido en asalariado de grandes talleres y empresas, donde los
formatos originales son reelaborados por diseñadores, se busca la exportación y
las artesanías aparecen asociadas a paquetes turísticos, gastronomía “de sabor
local” y música étnica. En tales condiciones, la problemática artesanal se aproxima
a la de las industrias culturales. ¿Cómo interactúan los derechos de los
comerciantes y consumidores, de los museos y los sitios de la web, con los
derechos de los grupos indígenas o populares a los que históricamente pertenecen
tales bienes culturales?
Dada la problemática aquí planteada como una premisa real que afecta los procesos
educativos e identitarios de los guatemaltecos, cabe preguntarse también acerca de
las políticas adecuadas para el control resolutivo de los problemas socioculturales
que devienen de estos nuevos giros que ha producido la industrialización de la
cultura. Porque no bastan las declaraciones de patrimonio cultural que el Gobierno
otorga como una instancia pretendidamente protectora sobre los saberes populares
a la base de solicitudes de personas interesadas en obtener resultados económicos
debidos a la mercantilización turística de los bienes culturales así declarados. El
problema está en que este tipo de declaraciones no resuelve las insatisfacciones de
la vida paupérrima de los artesanos productores en su calidad de creadores y
autores de arte popular individual o en serie. Y no únicamente en el mundo de las
artesanías, sino también en el de las representaciones danzarias, teatrales y