Fowler, W. y Zavaleta, E. El pensamiento de Pierre Bourdieu: apuntes para una mirada arqueológica. Pág. 117-135.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i4.2253
URI: http://hdl.handle.net/11298/169
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2013, AÑO 3, Nº 4, ISSN 2078-0664, ISSNE 2307-3942
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lugares de producción, consumo y reproducción de representaciones del mundo
de los agentes. “Se puede describir al campo social como un espacio
multidimensional de posiciones tal que toda posición actual puede ser definida
en función de un sistema multidimensional de coordenadas cuyos valores
corresponden a los valores de las diferentes variables pertinentes: donde los
agentes se distribuyen así, en la primera dimensión, según el volumen global de
capital que ellos poseen y, en la segunda, según la composición de su capital: es
decir, según los pesos relativos de las diferentes especies en el conjunto de sus
posesiones” (Bourdieu, 1989:29).
Existen distintos tipos de campos para los agentes: el campo científico, el
académico, el religioso, el literario, etc., y cada campo desarrolla sus especies de
capital congruentes. Así, cada campo tiene su propia lógica y su propia jerarquía,
en donde el agente debe disputarse su lugar según las reglas del juego (Ibíd.:29).
Los grupos de agentes que dominan un capital, dominan también el campo de ese
mismo capital, y, al reproducirse biológicamente, están efectuando una
reproducción social de sus dominios. En este sentido, los espacios sociales, más
allá de separar a los agentes según las cuotas de poder acumuladas, agrupan a
una cantidad de agentes con estilos de vida similares por tener las mismas
propiedades objetivas y las mismas disposiciones habitus), aunque esta
aseveración está sometida a la posibilidad de fallas o desfases (Fernández, 2009).
Es justamente esta ubicación de los agentes por medio de campos de dominio en
el espacio social (personas con las mismas cuotas de poder, como dinero, círculos
sociales, niveles de escolaridad, etc.) la que explica por qué personas de diferente
posición social no podrían encontrarse en un punto del espacio social; y si se
encontraran, no se entenderían. Los temas de conversación, la elección de los
lugares de socialización, las preferencias en una actividad deportiva, en un tipo
de música o de películas, está marcada por la distancia social que no permite que
se junten personas de diferentes marcos culturales (“límites sociales” de
Bourdieu). Al contrario, la proximidad en el espacio social define grupos
concretos que no necesariamente constituyen una clase social movilizada, pero
que podrían explicar cómo funciona, por ejemplo, el mercado del matrimonio.
Así, “la proximidad en el espacio social predispone al acercamiento: las personas
inscritas en un sector restringido del espacio estarán a la vez más próximas (por
sus propiedades y sus disposiciones, sus gustos y aficiones) y más inclinadas al
acercamiento; también resultará más fácil acercarlas, movilizarlas” (Bourdieu,
1997:23).