Rivas merino. Víctor Manuel. El legado gráfico arquitectónico de Armando Sol. Págs. 9-26.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i2.1149
URI: http://hdl.handle.net/11298/82
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2010 AÑO 1, n.º 2, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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Y en 1957, fue nombrado embajador de El Salvador ante el gobierno de
Venezuela, y honrado con la Orden del Libertador Bolívar; el mismo año se
desempeña como encargado de los asuntos de Chile en Venezuela, durante el
período de suspensión de relaciones diplomáticas entre ambos países.
En el año de 1960, es nombrado embajador de El Salvador en Italia; asimismo,
es nombrado enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en Israel. Ese
año es honrado por la colectividad israelita por la inauguración del “Bosque
de El Salvador”, ubicado en los montes de Judea.
El artista del dibujo y del pincel
La polifacética vida de Armando Sol, le permitió incursionar, no sólo en la
diplomacia, la arquitectura y el diseño, sino también en el dibujo y la pintura,
faceta que pocos conocen y en la que obtuvo logros personales y
profesionales. Según el artículo “El artífice de una ciudad”, publicado en la
edición 2.151 de la extinta “Revista Dominical” de La Prensa Gráfica del 5
de mayo del 2002, destaca: Armando Sol fue un amante de diversas
expresiones del arte. Su sobrina María Elena Sol dice que sus primeros pasos
fueron en el dibujo”
.
En la tesis realizada por José Pérez y Claudia Salazar en 1994, hace mención
de una entrevista realizada a Teresa Sol, hermana menor de Armando Sol, en
la que comenta que Armando aprendió a dibujar desde niño, cuando era
llevado por su madre a la iglesia El Carmen de Santa Tecla, y fue ahí donde
un sacerdote jesuita le enseñó a dibujar. Posteriormente perfeccionó la
técnica en Oviedo España, bajo la tutoría del pintor y arquitecto español
Joaquín Vaquero. A su regreso al país en “1935, gana el concurso de dibujos
de sellos postales, con motivos de propaganda de productos de exportación
del país: café, caña y bálsamo”
Las técnicas más utilizadas por Armando Sol fueron lápiz grafito, plumón,
tinta china, polvo de café entre otras. Por su parte, el arquitecto Ivo Osegueda
quien trabajó al lado de Sol, comenta que “(a Armando Sol) le gustaba fumar,
y utilizaba un pincel, agua y la ceniza del cigarro para realizar cualquier idea
Azucena Morena, El Artífice de una Ciudad, Revista Dominical, La Prensa Gráfica, domingo 5 de
mayo de 2002.
Rivas Víctor, Cruz Tatiana, Armando Sol, Inventario, Valorización y lineamientos museográficos
enfocados a su colección de planos y dibujos, Tesis UAE, Marzo de 2003. Pág. 22.