Castro, Noel. El arte plástico que no es elástico. Págs. 79-82.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i1.1142
URI: http://hdl.handle.net/11298/62
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2010, AÑO 1, Nº 1, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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El arte plástico que no es elástico
Noel Castro
Según la etimología, los términos plástica y plástico tienen origen griego; pero del
latín, plastica transmite las ideas de “arte de plasmar, o formar cosas de barro,
yeso, etc.”; y plasticus: 1) perteneciente o relativo a la plástica, y 2) capaz de ser
modelado.
1
Siendo esto así, el conocido como “arte puro” o “no utilitario” en la pintura en
particular, y en el arte gráfico en general, tiene que ser flexible pero definido en
todos sus aspectos. De ahí que sea plástico. Esto incluye la escultura, el tallado, las
‘instalaciones’ (entre comillas porque no se refieren a las eléctricas normales, por
ejemplo, aunque se use la electricidad en ellas) y todo lo que resulte ser una
expresión material de la creatividad, de la necesidad y del pensamiento humanos.
Es interesante que esa flexibilidad llegue a tener una forma completa, final, un
concepto bien definido, aunque sea solo para el artista, pues las percepciones que
puedan tener los observadores de la pieza o de la muestra artística pueden ser tan
variadas como se les ocurran a cada uno. Aquí es donde entra el discurso o teoría,
que trata de explicar la intención del arte en sí. Solo entrar a un museo o a una
galería de arte y ver la obra de los artistas sin meditar y reflexionar en su, o sus,
significado, al parecer no cumpliría la función educativa o cultural del quehacer
humano artístico. Aunque también eso depende del valor intrínseco de la obra y de
la trayectoria del artista, sin mencionar la latitud de donde nació, cosa esta última
que pudiera no tener la mayor importancia.
En esto es donde no cabe el término elástico en el arte (“que puede recobrar más o
menos completamente su forma y extensión tan pronto como cesa la acción que
las alteraba”, “acomodaticio, que puede ajustarse a muy distintas circunstancias”),
porque se da a entender que la obra puede ser llevada a sus extremos y volver a su
forma original o a la que el observador o el crítico la quieran llevar. Eso es algo
inusitado. Pero así es el asunto: a veces con el discurso, o “lectura” como se
suele llamar al esfuerzo de comprender o asimilar una o varias obras es que se
1
La citas etimológicas son del diccionario de la Real Academia de la Lengua.
Castro, Noel. El arte plástico que no es elástico. Págs. 79-82.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i1.1142
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‘logra’ eso, solo de manera conceptual, porque el trabajo en observación no pasa
de ser lo mismo: una obra terminada. Algunas esculturas las han hecho móviles,
pero no pasan de allí.
Veamos un breve acercamiento, por medio de comentarios generales, a la obra de
un artista francés del siglo XIX muy connotado.
Ya en sus cuadros de época temprana se entregó Monet en mayor medida
aún que sus amigos de la escuela impresionista a la percepción de un
estado de ánimo instantáneo. [...] Monet era rápido, fugaz, parecía tener
siempre prisa, hizo suya la creciente premura y el ritmo de las grandes
metrópolis. Su gran aportación sigue siendo la constante profundización de
esta mirada, de manera que no solo se correspondía con la batahola que
inundaba el Bulevar de los Capuchinos, sino que fue capaz también de
captar una imagen de la naturaleza que él sentía como un constante proceso,
y que por ello se halla en constante mutación.
2
¿Sería que así pensaba el maestro de su obra y que esa fuera su intención? De
hecho, el arte de Monet no era ‘elástico’. Y su interpretación se puede hacer desde
sus temáticas y técnicas plásticas, y tomando como base el estudio y los discursos
que se presenten de su exhaustivo trabajo, porque sin duda fue un genio de la
pintura y de la escuela llamadas impresionistas. Además, pocos son los que tienen
la oportunidad visitar los museos donde se encuentran sus obras para hacer
estudios y sacar conclusiones con más pruebas de autenticidad.
De modo que el pintor, o artista plástico, al dar muchas explicaciones de su obra
terminada no le añadirá valor o por decirlo así transformación alguna a lo
hecho. Esto no quiere decir que no pueda hacerle cambios a su obra cuanto lo crea
conveniente; pero la tiene que terminar. Unas veces el comentario expresado, sea
hablado o escrito, no pasa de ser una comprometida admiración; otras, los
entendidos solo le tienen “simpatía” a la pieza, sin añadirle ningún otro “valor”.
En esta misma línea de pensamiento viene esta reflexión:
2
Schmied, Wieland, “Claude Monet y el arte moderno’ en la Hypo-Kunsthalle de Munich”,
KULTURCHRONIK, No. 1, 2002 (Año 20)
Castro, Noel. El arte plástico que no es elástico. Págs. 79-82.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i1.1142
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Porque en arte la anécdota es lo de menos. Es el medio de expresión de un
valor estético, que es decir también un valor humano: el dolor, el odio, el
amor, la duda… La anécdota se crea mejor dicho, se recrea con temas
reales y vivos, elegidos ordenados, depurados, para que en ellos se exprese
ese valor estético con toda su fuerza y pureza. Y lo que llega a nosotros no
es la historia, sino el valor puro que se expresa mediante ella. Por eso no
importa que sea desconocida y lejana. La anécdota en es inoperante,
inerte. Lo que actúa y vive es el valor que significa. Eso es el arte puro.
3
¿A qué artistas o maestros de la plástica salvadoreña les aplican estas
apreciaciones? Este interrogante solo es retórico, porque en realidad y cabalmente
no se puede responder. Siempre existen discrepancias en las opiniones o “juicios”
vertidos frente a las obras e los pintores o cultores de las otras ramas del arte visual.
Con todo, se aspira a que el trabajo artístico sea auténtico. Parafraseando las
palabras Jeanine Janowsky, ‘la obra debería ser una suerte de autorretrato del
artista’; si es sincero con su quehacer sostiene siempre ella. Es indiscutible que el
verdadero arte plástico es digno de aprecio y tiene su precio. Lo del mercado es
otro asunto. Y para concluir, leamos unas líneas que transmiten el ánimo de la
coleccionista Ingvild Goetz que también podría ser el de los galeristas o de los
museos institucionales del país acerca de su singular museo de arte:
Esta coleccionista habla de su Museo como de un buen amigo, por cuya salud
y bienestar está ella profundamente interesada, y que por otra parte le
proporciona continuamente nuevas fuerzas. [...] El edificio, que causa una
impresión de transparencia y de una ingravidez debido a su zócalo de vidrio
opalino, colocado de forma plana al margen e un bosquecillo de abedules,
encanta a los freaks de la arquitectura y entusiasma a los apasionados por el arte
como sede ideal para una colección de tal categoría, que como pocas en su
género está con valentía y curiosidad absolutas a la altura de su tiempo.
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3
Villegas López, Manuel, Charles Chaplin, el genio del cine, España, Editorial ABC, S.L., 2003.
4
Schmied, Wieland, “‘Claude Monet y el arte moderno’ en la Hypo-Kunsthalle de Munich”, KUL
TURCHRONIK, No. 3, 2001 (Año 1)
5
Schmied, Wieland, “‘Claude Monet y el arte moderno’ en la Hypo-Kunsthalle de Munich”,
KULTURCHRONIK, No. 3, 2001 (Año 19)
Kóot ISSN 2078-0664 Año 1, Enero de 2010, N°. 1