Galicia, Roberto. Museo de Arte de El Salvador un esfuerzo compartido. Págs. 83-92.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i1.1143
URI: http://hdl.handle.net/11298/69
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Museo de Arte de El Salvador: un
esfuerzo compartido
Roberto Galicia
El Museo de Arte de El Salvador, Marte, es la realización de un sueño que, por
varios años, muchos soñamos. En este empeño es justo destacar el trabajo
desarrollado por Julia Díaz, quien puso todo su entusiasmo para lograrlo. El
resultado de sus esfuerzos fue el Museo Forma, inaugurado en 13. Veinte años
después, el 22 de mayo de 2003 el Marte abrió sus puertas. Para hacer realidad esta
nueva institución el Patronato Pro Cultura de El Salvador, en 1, empe a
desarrollar la idea, al tiempo que hacía gestiones para obtener el terreno donde
construirlo.
Las razones que prevalecieron en la selección de la futura ubicación del museo
fueron de índole artística, ya que frente al área donde se podía edificar se encuentra
el “Monumento a la Revolución”, el cual es un conjunto artístico-arquitectónico
diseñado por los arquitectos Óscar Reyes y Kurt Shulzs, diseño que fue
seleccionado mediante un concurso. Construido en la década de 10 el monumento
contiene, en una estructura vertical en forma de teja, un mosaico en piedra,
realizado por el artista mexicano Claudio Cevallos Leal y por la artista salvadoreña
Violeta Bonilla (12-1). Respecto a las características del mosaico, fechado en 14,
es importante destacar que las piedras con sus tonos naturales que lo conforman
fueron recolectadas en todo el país y que con ellas fue construida la figura de un
hombre desnudo, que mira hacia arriba y que tiene los brazos extendiéndose hacia
el cielo.
Además, en ese lugar se encuentra un conjunto escultórico monumental obra de
Francisco Zúñiga (113-13) artista de origen costarricense que vivió y produjo gran
parte de su obra en México, donde se nacionalizó y desde donde se convirtió en
uno de los más importantes escultores latinoamericanos. Dicho conjunto
escultórico, fechado en 1, es una alegoría a la Constitución de 1950 y está formado
por nueve figuras: un obrero, una madre que sostiene en sus brazos a su hijo, la
figura de una niña, dos figuras femeninas, una de
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Museo de Arte de El Salvador, Marte
ellas parcialmente cubierta por un soldado, el cual sostiene su fusil apuntando hacia
abajo en actitud pacífica. En la parte posterior destaca una mujer que sujeta un
ejemplar de la Carta Magna. Todas estas figuras sostienen otra mujer cubierta con
la bandera de El Salvador.
Gracias al interés del doctor Armando Calderón Sol, en ese entonces presidente de
la República (14-1) y al de su esposa, licenciada Elizabeth de Calderón Sol, se
logró obtener el terreno seleccionado, lo que garantizó el rescate del monumento
y su integración al futuro museo. En la actualidad el mencionado monumento se
encuentra en la última etapa de restauración gracias al apoyo recibido, en diferentes
momentos, por la institución cultural del Estado.
Con la aprobación del Decreto Legislativo 4 de fecha 2 de agosto de 1, publicado
en el Diario Oficial No. 157, Tomo No. 344, de un comodato por años otorgado
por la Honorable Asamblea Legislativa, se dio término a los trámites legales y el
proyecto del museo fue asumido por la Asociación Museo de Arte de El Salvador,
institución creada con ese propósito. Su personería jurídica la obtuvo mediante
acuerdo ejecutivo 33, publicado en el
Diario Oficial No. 89, del 6 de mayo de 2000. Desde antes de esa fecha hasta
el momento, la junta directiva de la Asociación, presidida por María Marta de
Regalado, ha desarrollado una notable labor. Este trabajo fue reconocido por el
Gobierno de la República al otorgarle, en el 2003, el Premio Nacional de Cultura
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en el área de Gestión Cultural. Este compromiso lo mantiene con vistas al futuro,
con el fin de garantizar la permanencia de nuestra institución.
El diseño del museo le fue encomendado al arquitecto salvadoreño Salvador
Choussy, quien lo concibió con la integración del “Monumento a la Revolución”,
convirtiéndolo en una plaza monumental que sirve de acceso a las instalaciones,
compuestas por un sobrio edificio de tres niveles con un área de 2. m
2
, de estos
más de la mitad está destinada a las exposiciones. Dos salas son exclusivas para
exposiciones temporales, tres dedicadas al arte salvadoreño y tres espacios
adicionales para exposiciones itinerantes y otros proyectos que desarrolla el
museo, como lo son los programas “Artista del mes”, “De nuestra colección” y
“Marte contemporáneo”. Aparte de esta área pública, el museo cuenta con otros
espacios dedicados a ofrecer servicios adicionales a los visitantes (tienda y
restaurante, salón audiovisual y salón de usos múltiples). El área administrativa,
talleres y los depósitos cuentan con espacios adecuados.
Sala de exhibición permanente, Marte
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En la actualidad el edificio del Marte que fue ampliado en el 2007 se descubre
en toda su magnitud en cuanto se ingresa. En el área de recepción se le expresan
agradecimientos a las personas, empresas e instituciones que contribuyeron a su
construcción, así como a aquellas que han asumido el compromiso de garantizar
su funcionamiento mediante su integración al programa “Pilares de Marte”, y a
todos los que, deseosos de colaborar, son miembros o amigos del Marte. Después
se pasa por el vestíbulo que comunica con el área de exhibición. En ese mismo
nivel, a mano izquierda, está el área dedicada a las exposiciones temporales; y
bajando por las gradas o la rampa se llega a las tres salas que están dedicadas al
arte salvadoreño, entre las que se destaca la Gran Sala, cuyo espacio impresiona
por su limpieza formal y sus dimensiones. El edificio, bañado por luz cenital en
dos de sus áreas, alterna los espacios cerrados dedicados a la contemplación con
áreas luminosas que envuelven a nuestros visitantes y los comunica con el espacio
exterior.
El Marte, en su corto tiempo de existencia, gracias al intenso trabajo desarrollado
desde su apertura, es uno de los proyectos culturales más exitosos de nuestro país
y es un referente en la vida cultural de la región centroamericana. Sus vínculos con
muchas instituciones extranjeras afines y las importantes exhibiciones realizadas
lo han proyectado internacionalmente. Esta tarea, nada fácil, permitirá, en el
futuro, ofrecer nuevas exhibiciones y poner al alcance de todos los salvadoreños
obras de artistas reconocidos a escala mundial y abrir nuevos horizontes para el
arte nacional.
En el 2010 se cumplirán diez años de la creación de la Asociación Museo de Arte
de El Salvador y siete de la apertura del museo. La seriedad y profesionalismo con
el que se ha trabajado nos hacen olvidar que estos pocos años en la vida de un
museo son muy significativos. El trabajo apenas comienza. Por eso siempre
tenemos presente, todos los que trabajamos impulsando esta gran obra, que para
hacerla realidad fue necesario sumar los generosos esfuerzos del sector privado
con el apoyo del sector público, en el que intervinieron diferentes instituciones
gubernamentales, entre las que se destaca la participación del Consejo Nacional
para la Cultura y el Arte, Concultura, (hoy Secretaría de Cultura), cuyo
compromiso institucional dio inicio el 11 de junio de 1, cuando se suscribió un
documento con el Patronato Pro Cultura en un acto celebrado en el Teatro Nacional
de San Salvador, mediante el cual ambas entidades se comprometieron a impulsar
este proyecto.
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Poco antes de cumplir con su mandato, le correspondió al licenciado Francisco
Flores, quien se desempeñó como presidente de la República entre 1999-
Sala de exhibición permanente, Marte
2004, inaugurar las instalaciones del Marte en un acto sin precedentes en la vida
cultural de nuestro país, la noche del 22 de mayo de 2003. Es de destacar el valioso
y oportuno apoyo que él brindo al proyecto. Hoy, como ciudadano, sigue
colaborando.
Al día siguiente de su solemne apertura, los visitantes empezaron a llegar atraídos
por las exposiciones de su jornada inaugural, consistentes en la Suitte Vollard de
Pablo Picasso, “Julia Díaz. La herencia de sus sueños”, “Diálogo entre artistas,
pintura latinoamericana” y “Puntos Cardinales 10012. Momentos clave del arte
salvadoreño del siglo XX”, cuyo curador fue Luis Croquer. Esta exhibición
estructurada en forma temática se convirtió desde un primer momento en motivo
de amplias discusiones y fijó, en lo que al arte salvadoreño se refiere, una nueva
forma de verlo, estudiarlo y valorarlo. Esta muestra se cerró en el 200, para dar
paso a “ReVisiones, encuentros con el arte salvadoreño”, que fue inaugurada el 1
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de mayo de ese año y cuyo curador fue Jorge Palomo. Está previsto que esta
exposición cierre a finales de 2011.
Desde el día de su inauguración, que marca el compromiso de mantener abiertas
las puertas de esta nueva institución cultural, miles de personas han visitado el
museo. Hasta el 22 de mayo del presente año, fecha de nuestro sexto aniversario,
23.33 personas nos han visitado. Entre estas se destacan las niñas, niños y jóvenes
estudiantes que representan más del 40% de esa cantidad, y que han sido atendidos
gratuitamente y participado de nuestros programas de “Visitas guiadas” y en los
“Talleres de arte”. Estos programas forman parte del proyecto educativo del
museo, siendo una de nuestras prioridades ya que estamos empeñados en formar
nuevas audiencias. Desde el 1 de mayo de 200, en ocasión de la celebración del
“Día Internacional de los Museos” y con motivo de nuestro quinto aniversario,
abrimos gratuitamente los días domingos. Este beneficio a la familia salvadoreña
nos ha permitido atender a más de 10 mil personas durante este tiempo.
Para mantener el interés y garantizar al público que siempre hay algo nuevo por
descubrir hemos presentado un rico y variado programa de exposiciones,
nacionales e internacionales, a la vez que hemos desarrollado una serie de
actividades complementarias que han propiciado el encuentro de la comunidad
artística nacional y del público interesado con los especialistas, curadores y artistas
que nos han visitado. De esta manera el museo, más allá de sus exposiciones, se
convierte en un espacio de estudio y reflexión de todos los aspectos que inciden en
el desarrollo artístico y cultural de nuestro país.
Sin embargo, el compromiso de la institución va más allá, y desde un principio ha
dado especial énfasis a sus programas educativos, implantando, como
complemento a los programas mencionados (visitas guiadas y talleres), un
programa de capacitación docente que nos ha permitido atender a cerca de 00
maestras y maestros de todo el país. Este programa, durante el presente año, cuenta
con el apoyo del Ministerio de Educación. Como consecuencia, el museo vive y
hace realidad el compromiso asumido por la Asociación, en el sentido de crear y
mantener una institución abierta, dinámica y al servicio de la comunidad.
Conscientes de que este es el principio de un largo recorrido y de que los retos son
grandes, hemos empezado a saldar cuentas pendientes que nuestro país tiene con
el arte y sus artistas. Para lograrlo, es prioritario investigar, documentar y difundir
el trabajo de nuestros maestros. Y ese compromiso ineludible nos ha permitido
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presentar las exposiciones de Julia Díaz (11-1), José Mejía Vides (103-13), Rosa
Mena Valenzuela (113-2004), Carlos
Sala de exhibición permanente, Marte
Cañas (124), Toño Salazar (1-1), Salvador Salazar Arrué Salarrué, (1-1), Raúl
Elas Reyes (11-1). A esta lista tenemos que sumar la exposición “Realidades y
expresiones: Tendencias de la pintura salvadoreña (10-12)”. En los próximos
años continuaremos sumando los nombres de otros maestros que son figuras
importantes en la escena y en la historia nacional. Sin prisas, pero con objetivos
claros, abarcaremos el amplio espectro de la plástica nacional para asegurarnos
de que, en el futuro, sabremos quiénes somos y de dónde venimos, porque, en el
presente, aceptamos el reto de documentar nuestro pasado.
Hasta la fecha hemos publicado once catálogos. El último es el que registra, de
mayo 2003 a mayo 200, los seis años del programa “Artista del mes”, que contiene
la biografía revisada y actualizada de artistas salvadoreños. Este libro estamos
seguros será de gran beneficio para los maestros y los estudiantes de nuestro
país. Simultáneamente a esta labor hemos presentado importantes exposiciones
internacionales, haciendo posible para muchos salvadoreños observan las obras
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originales de Rembrandt, Picasso, Miró, Dalí, Chagall y del muralista mexicano
David Alfaro Sequeiros, para mencionar a seis maestros del arte universal.
Como parte de nuestro compromiso también hemos abierto espacios al arte
contemporáneo y presentado notables exposiciones entre las que destacamos “Ecos
y contrastes”; “Arte contemporáneo”, de la Colección Cisneros y la celebración,
en el 200, de la “V Bienal de Artes Visuales del Istmo Centroamericano”. Como
apoyo permanente a los artistas jóvenes y emergentes de nuestro país en la
actualidad desarrollamos el programa “Marte contemporáneo”.
Hacia fuera también hemos proyectado el museo y el trabajo de nuestros artistas,
en especial a Toño Salazar (1-1), el más universal de nuestros creadores, de quien
presentamos su exposición, producida por el museo en el 200, en París, en la Casa
de América Latina, y en Panamá en el Museo de Arte Contemporáneo (200).
También hemos facilitado sus obras para el Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía, España (2003) y para el Museo Nacional de Arte de México (200).
Es importante destacar que nuestra colección se va enriqueciendo con el paso de
los años y que hoy contamos como acervo 2 obras, que cuidamos con especial
esmero y conservamos en condiciones adecuadas, gracias a los aportes recibidos
en el 200 del programa Fondos del Embajador para la Preservación Cultural del
Gobierno de los Estados Unidos y del Centro Cultural del Banco Interamericano
de Desarrollo.
Todo lo anterior demanda grandes esfuerzos y muchos recursos. Por esa razón, y
por el compromiso con nuestro país, su arte y sus artistas, que son la razón de ser
del Museo de Arte de El Salvador, trabajamos día a día para mantener el nivel de
calidad de todos los servicios que ofrecemos y para ser autofinanciables.
Esa tarea nos ha llevado a diversificar las fuentes de financiamiento y a reportar
periódicamente lo que hacemos, ya que es la mejor forma de demostrar a quienes
nos ayudan que los fondos recibidos son utilizados de la mejor manera posible
y que benefician a muchos salvadoreños que, al igual que nosotros, piensan que el
arte debe ser integrado a nuestras vidas. Esperamos que cada día más y más
compatriotas sean parte de este gran esfuerzo que es, y que debe continuar siendo,
un esfuerzo compartido.
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