ISSN 2071-8748
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE EL SALVADOR, No. 44 MAYO 2010
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE EL SALVADOR - NÚMERO 44 - MAYO 2010
5
Editorial
6
Emoticonos y economía del lenguaje:
hacia el empobrecimiento del español
10
Una crisis de actitudes
16
Instituciones sociales y cultura del
fraude en El Salvador
20
“Para que los Estados funcionen hay
que trabajarlos mucho y por bastante
tiempo”
25
El gran desafío
32
Nueva gestión pública, paradigma
contemporáneo para la administración
gubernamental
38
Una agenda de investigaciones que
transforme el entorno
44
Valor histórico y turístico de México
Edición Nº. 44
5
E
ntorno no es una revista especializada, considerando que la
cobertura de su temática en cada número es diversa para poder
responder a variados esfuerzos. Ofrece versiones resumidas de las
investigaciones anuales que provienen de trabajos relativamente
extensos, derivados de diagnósticos que se realizan en cada uno de los
sub temas específicos que se elaboran y que deben, por reglamentaciones
del Ministerio de Educación, estar relacionados con las ocho áreas del
conocimiento u oferta académica de la universidad.
De igual forma, se abordan temas que se derivan de la problemática nacional y
que no necesariamente están fundamentados en una investigación. Se trata de
puntos de vista de quienes escriben, pero que poseen experiencia en el tema
que abordan y cuyas perspectivas son respetadas, porque en determinado
momento han estado directamente involucrados en la realidad nacional en
cargos públicos y privados; habiendo participado en la toma de decisiones
trascendentales para el país.
El número 44 de la revista Entorno aborda algunos temas: Instituciones
sociales y cultura del fraude en el marco de la gobernabilidad en El Salvador;
emoticones y economía del lenguaje: hacia el empobrecimiento del español;
nueva gestión pública, paradigma contemporáneo para la administración
gubernamental; una agenda de investigación que transforme el entorno; una
crisis de actitudes; para que los Estados funcionen hay trabajar mucho y por
bastante tiempo; el gran desafío (síntesis del libro “de la ilusión al desencanto,
reforma económica en El Salvador 1989-2009”), entre otros. Que en alguna
medida reflejan la problemática nacional.
EDITORIAL
6
Emoticonos y economía
del lenguaje:
hacia el empo-
brecimiento
del español
Saúl Campos Morán
Investigador de la UTEC
L
a evolución de los medios
de comunicación y el boom
tecnológico de los últimos
años ha vuelto a crear y a transformar
las redes sociales, digitalizándolas,
expandiendo unas y uniendo otras
(Yuasa, Saito, Mukawa 2006).
Esto nos ha dado la capacidad de
interactuar con personas que no
solo están restringidas a nuestro
contexto inmediato, sino también al
ampliado, las que al acceder a ellas
permiten formar parte de grandes
comunidades que poco a poco
dentro de su especificidad se van
diferenciando en redes académicas,
deportivas, religiosas, políticas
y sociales, en las cuales muchos
individuos encuentran un lugar y un
destino.
Así, los nuevos canales de comu-
nicación se presentan como los espa-
cios de las grandes sociedades del
nuevo universo, con las tecnologías
de la información como su vehículo.
Sin embargo, el sincretismo cultural
inherente a esto, si bien genera
El aumento del acceso a las tecnologías de comunicación en los
años recientes ha propiciado la transformación del lenguaje gracias
a la incorporación de elementos comunicativos propios de los
entornos virtuales. Estos elementos están trascendiendo del mundo
informático hacia el físico, encaminándonos al empobrecimiento
de la expresión escrita de los individuos.
nuevos ambientes de aprendizaje
que orientan la transformación que
implica el cambio en el modo de vida
provocado por estas, puede llegar
a ser perjudicial para la cultura y las
competencias de los individuos que
adopten dichas tecnologías sin haber
“madurado” en los conocimientos
previos necesarios para hacer un
uso apropiado de dichos recursos
(Coppens, 2004). Esto acaba en la
adopción de las creencias y prácticas
culturales propias de los entornos
virtuales por sobre las ya existentes,
Edición Nº. 44
7
Los emoticonos
son representaciones
grá cas de
expresiones faciales
que muchos usuarios
de los medios de
comunicación
virtual usan en sus
mensajes.
las cuales, al trascender al entorno
físico del individuo, van en perjuicio
de las competencias transversales de
los jóvenes y las generaciones más
recientes, quienes al verse inmersos
en una cultura digital que se presenta
llamativa y capaz de simplificar la vida,
acaban condicionando sus hábitos y
costumbres en torno a ella.
De tal forma, este fenómeno está
omnipresente en nuestra realidad
cotidiana de diferentes maneras,
especialmente en el ámbito de
la comunicación, donde prolifera
la transformación del código de
comunicación escrito alfabético al
adoptar los caracteres ideográficos.
Es decir, un símbolo o una imagen que
reemplaza a la palabra dentro de una
oración para transmitir una idea, los
mismos que han tenido un gran auge
desde la aparición de los primeros
motores de conversación chat hasta
los días actuales donde reinan los
clientes de mensajería instantánea
(AOL, Messenger, Google Chat, y
Yahoo! Messenger, entre otros),
siendo estos la herramienta primaria
de comunicación de emociones y
sentimientos por sobre las palabras
escritas, es decir, los emoticones.
Emoticono es una palabra
compuesta del inglés, generada a
partir de “emotional icon” (ícono
emotivo), y adaptado al español
como emoticonos, manteniendo su
mismo significado (Garza, 2003).
Los emoticonos son represen-
taciones gráficas de expresiones
faciales que muchos usuarios de los
medios de comunicación virtual usan
en sus mensajes (Walther, 2001). Estos
símbolos son vastamente conocidos
y comúnmente identificados entre los
usuarios de la CMO (Comunicación
Mediada por Ordenador), y muchos
los describen como coadyuvantes de
la comunicación entre dos individuos
a falta de una comunicación frente
a frente. Krohn (2004). Agrega a
esta definición que los emoticonos
8
podrían en el futuro reemplazar
por completo a la comunicación
escrita, transformándola en escritura
representativa.
Sin embargo, las implicaciones a
corto plazo de dicha transformación
son de repercusión negativa en los
usuarios inmediatos de estos, y se
da por las razones planteadas al
inicio. En la práctica, los emoticonos
son usados cuando se chatea, y
los principales actores de dicha
práctica son los usuarios jóvenes.
De tal forma, cuando el emoticono
es utilizado, progresivamente
comienza a reemplazar a la escritura
tradicional, lo cual puede llegar a
inhibir la capacidad de usar dicho
código para expresar emociones, ya
que el emoticono ha asumido esa
función en la estructura mental del
que escribe (Rivera, Cooke, Bauhs,
1996). Por ejemplo, el concepto de
felicidad pasa a ser expresado por la
carita feliz en lugar de la expresión
“estoy feliz”, y así con el resto de las
emociones.
Agregado a esto, el uso de
dichos recursos visuales también
modifica el contexto de la oración
y la estructura de las palabras
que los rodean, transformando
el lenguaje y simplificándolo de
manera que case en los espacios
que los clientes de mensajería
proporcionan, y que respondan a
la velocidad con que los mensajes
deben ser transmitidos dependiendo
del tipo de comunicación que se esté
llevando a cabo. Este proceso en
gramática se denomina “Economía
del lenguaje” (Rubbinstein, 2003), la
cual, por definición, busca simplificar
la comunicación de las ideas
reduciendo el número de símbolos
al mínimo dependiendo de su
contexto. En el ámbito de mensajería
en general propicia prácticas como
la eliminación de letras innecesarias
dentro de una sílaba para escribirla
más rápido, sin perder el significado
para el lector inmediato. Por ejemplo
escribir la letra “q” para representar
la palabra “que”, o simplemente
cambiarla por el símbolo “?”.
La confluencia de estos dos
elementos modifica el código
escrito de comunicación original,
dando como resultado una mezcla
ideográfica que optimiza el uso de las
palabras, pero hace perder la riqueza
del lenguaje que hablamos. Esto limita
las competencias instrumentales de
síntesis, de coherencia en las ideas,
y de una ortografía adecuada para la
redacción de un artículo, entre otras;
situación que se ve empeorada por
Edición Nº. 44
9
La conuencia
de estos dos
elementos modica
el código escrito de
comunicación original,
dando como resultado
una mezcla ideográca
que optimiza el uso
de las palabras, pero
hace perder la riqueza
del lenguaje que
hablamos.
la adopción de dichas prácticas de
escritura fuera del ámbito virtual,
trasladadas a los salones de clase
y los cuadernos de apuntes de los
estudiantes, e incluso en los trabajos
evaluados y los exámenes parciales,
donde estos atajos sintácticos
sobresalen especialmente, granjeán-
dole a quien los presenta una
calificación inferior a la que la idea
original pudo darle al no haberla
expresado adecuadamente.
De tal modo, fenó-
menos que pasan tan
desapercibidos por la
sociedad, y que a su vez
son cada vez más recu-
rrentes, deben hacernos
reflexionar sobre si real-
mente es conveniente el
acceso a una tecnología
sin una preparación
previa más que la técnica
que posiblemente pueda
dársele a alguien que
pretenda usar cualquier TIC
(Tecnología de la Información
y la Comunicación), o si
mas bien conviene desarrollar
ciertas competencias genéricas
instrumentales y sistémicas sufi-
cientemente sólidas como para
evitar que el aprendizaje del uso
de los emoticonos y los métodos
abreviados de escritura se imponga
por sobre las habilidades de
expresión escrita que los estudiantes
realmente necesitan desarrollar
para llegar a ser profesionales
integrales (González y Waagenar,
2004). El sincretismo en su forma de
colonización no es necesariamente
a través de la fuerza, sino, por
definición, se da cuando una
cultura se ve expuesta a cambios
en el modo de vida, generalmente
dados por el contacto con otra
civilización, que provocan cambios
en los modos de producción, de
creación de cultura y de aprendizaje.
Así, el sincretismo tácito al que
nos enfrentamos seguirá con el
proceso de alienación y reducción
de nuestras competencias mientras
no implementemos estrategias
que nos permitan
surcar el mar
tecnológico
sin
sucumbir al canto de las sirenas
emoticones.
Los emoticonos y la economía del
lenguaje son técnicas que nacieron
para optimizar la comunicación
escrita en un entorno virtual, pero
la utilización cada vez mayor de
esta en nuestro entorno diario nos
está llevando hacia un irremediable
empobrecimiento de la expresión
escrita de las personas y, por
consiguiente, del lenguaje mismo.
Es el compromiso de las entidades
educativas el promover iniciativas
para reforzar el uso correcto del
lenguaje y restringir estos recursos a
solamente el área para el que fueron
diseñados, de lo contrario poco a
poco la escritura volverá a ser el
privilegio de los escribas, mientras la
gran población se conformará con la
simple capacidad de la comunicación
básica.
10
M
ucho se ha
hablado de crisis
como un término
importado, al igual
que los productos
que se consumen internamente, los
hábitos, la violencia, el vestuario,
todo, absolutamente todo: importado.
Independientemente del origen, la
mayoría hablan del tema como todos
unos expertos, quizás irónicamente
porque nacieron y han vivido con
la escasez al lado. En todo caso,
buena parte de los supuestamente
entendidos, la asocian con lo
económico y lo exógeno. No obstante,
que es integral y tiene un fundamento
acumulado en causas internas, que
independientemente de los yerros en
la política gubernamental, se alimenta
de actitudes del ciudadano promedio,
que es lo que se quiere destacar en
estas apretadas reflexiones.
Los políticos que tienen secuestrado
el quehacer nacional, pareciera que
más bien gozan el poder mismo.
Exhibicionistas y más conocidos
Una crisis
de actitudes
Más allá de una crisis económica, en El Salvador existe una crisis
de actitudes de los que gobiernan y los gobernados al multiplicar
expresiones de orden negativo en sus círculos sociales.
Rafael Rodríguez Loucel
Vicerrector de Investigaciones y Proyección Social de la UTEC
Edición Nº. 44
11
por showman, que por el ejercicio
de sus funciones en forma eficaz y
en procura de su contribución a la
solución de la problemática de El
Salvador, mucho menos para atender
emergencias nacionales. Perdieron
el rumbo, su misión, su objetivo y
muchos conforman ese ejército de
gangueros que abundan en el país.
Los que gobiernan y los gobernados
con frecuencia adoptan actitudes que
le imprimen un efecto multiplicador
a la crisis en sus relaciones sociales
con expresiones de orden negativo.
Dificultan los esfuerzos que algunas
personas o entidades hacen por
lograr un consenso básico que facilite
el quehacer normal del país.
Para no exacerbar el tema del
desquicio del político salvadoreño,
hablemos un poco de los gobernados,
que tienen que laborar o aplicar el
ingenio en actividades lícitas para
sobrevivir y pagar los impuestos
actuales con tarifas revisadas, con los
que se cubren y cubrirán los gastos
corrientes del gobierno, incluyendo
los salarios de los políticos ejerciendo
cargos públicos. Algunos ciuda-
danos ocultan la holgazanería por
la perversidad del efecto remesas y
manifiestan también estar padeciendo
de “la crisis”. Lo que se aproximaba
en el pasado a creatividad era una
especie de productividad innata o
inducida del salvadoreño, impulsada
por la necesidad misma, circuns-
tancia que se ha ido distorsionando.
Esa picardía del “piludo” salvadoreño
para rebuscarse y encontrar trabajo,
hoy se aplica para robar o hacerle
mal al prójimo. El trabajo productivo
del campesino o agricultor se ha
transformado en muchos casos
en intermediación informal, como
escape al desequilibrio entre la
oferta y la demanda de empleo en la
ciudad, pero en la actualidad también
el modus vivendi de apropiarse de lo
ajeno está a la orden del día de La Paz
al Guascorán.
La forma en que se conducen
muchos ciudadanos en el país los
asemeja a muertos en vida. De
mirada vaga o perdida, oyen pero no
escuchan, ejecutan órdenes como
robots y hacen las cosas al revés. El
país está poblado de esas personas
que aplican erróneamente el afán de
cada día, no saben su razón de ser, no
tienen un plan de vida. Simplemente
repiten: Estamos en crisis.
Ese tipo de proceder que
antes era la excepción, hoy en
determinadas zonas del país se ha
vuelto toda una cultura. Un país
que era reconocido por contar
con una mano de obra productiva
y confiable, ha ido gradualmente
perdiendo sus fortalezas. Se le
identifica más por dependiente,
inefectivo y no confiable. El efecto
Para no exacerbar
el tema del desquicio
del político salvadoreño,
hablemos un poco de los
gobernados, que tienen
que laborar o aplicar el
ingenio en actividades
lícitas para sobrevivir
y pagar los impuestos
actuales con tarifas
revisadas, con los que
se cubren y cubrirán
los gastos corrientes del
gobierno.
12
remesas, que todavía se le reconoce
su compensación a la reducción de
ingresos de exportaciones de bienes
y servicios, ha tenido también sus
efectos perversos. Se empezó a
recibir el pescado y se fue olvidando
la destreza de pescar. En zonas
específicas las remesas han servido
no solo para proveer a las personas
de ingresos bajos, sino que también
se volvieron dependientes de “la
mesada” y la costumbre del ahorro
prácticamente se desconoce.
Esa pérdida de hábito al trabajo
por necesidad se eliminó cuando
esta última fue cubierta por la nefasta
costumbre del mínimo esfuerzo
de solo ir a recoger un giro a una
ventanilla, que interrumpió la sana
costumbre de recibir dinero como
una remuneración. La división del
trabajo y la especialización a nivel
artesanal era una realidad en este país
antes del conflicto de los 80. Mano
de obra especializada y honrada se
encontraba en el Parque Libertad hace
treinta años. Esa mística al trabajo
trascendió a Centroamérica, Panamá
y Estados Unidos. Sin embargo, en el
presente pesa más los antecedentes
penales en el exterior y la mala fama
de pendencieros que la todavía
reconocida virtud de laboriosos.
La mano de obra como factor
productivo y un empresario
agresivo formaron en un momento
determinado la fórmula clave de una
función-producción que permitió el
inicio de una estrategia de sustitución
de importaciones, como preámbulo
a una de fomento de exportaciones.
Ese empuje perdió impulso y el
país se ha ido convirtiendo en un
intermediario de servicios, sin
manufactura relevante y con una
agricultura mal utilizada. El Salvador
El empresario
creativo e innovador
no ha sido un recurso
abundante en el país.
Casos especiales los
ha habido y han sido
una especie de íconos
muy reconocidos
en los círculos
empresariales.
en los últimos años ha creado no
un modelo, sino un esquema de
supervivencia, de desaliento y de
pobreza, contradictoriamente con un
ingreso per cápita mucho mayor que
el existente en los ochenta.
El empresario creativo e innovador
no ha sido un recurso abundante en el
país. Casos especiales los ha habido
y han sido una especie de íconos
muy reconocidos en los círculos
empresariales. La inversión interna y
externa en el país se ha ido despla-
zando hacia actividades que no recla-
man aplicación de tecnología. Es justo
reconocer la existencia de una dosis
de creatividad para comercializar
internamente productos importados,
por lo que la intermediación formal e
informal es la actividad que más se ha
desarrollado en los últimos años y que
es productiva por la generación de
empleo, pero arrastra una incidencia
negativa en el balance comercial
deficitario externo y una economía
cada vez más abierta al exterior,
circunstancia que no promueve la
diversificación productiva, mucho
menos la búsqueda de una tecnología
propia. Una expresión irónica, pero
de significado en el comportamiento
del balance comercial con EUA, es:
“Los dólares ingresan un día y se
van en el vuelo del siguiente día”.
Una buena parte de las remesas se
utilizan para la adquisición de bienes
de consumo, prácticamente nada se
ahorra. Es un hábito olvidado por la
población.
Edición Nº. 44
13
El presente
El país ha tenido el tiempo suficiente
para concebir un modelo de
mediano plazo que defina el rumbo
de El Salvador. Pareciera que a
pesar de una estabilidad política
y una contro-versial aseveración
de la existencia de una incipiente
democracia, el país no ha podido
determinar hacia dónde quiere ir
como sociedad. El antecedente
podría ser de más de un siglo.
Períodos largos de un solo partido
político al frente del ejecutivo
(PRUD, PCN, un periodo corto casi
sin militares al frente y 20 años
de Arena). La evidente falta de
voluntad política y el predominio de
intereses individuales ha impedido
que el país encuentre el escape
del subdesarrollo, como otros
de parecida magnitud territorial
que han logrado un consenso
primordial: extraer de la pobreza
extrema a un gran porcentaje de
su población y aspirar a la meta de
una mejor calidad de vida de sus
habitantes, partiendo de esquemas
y políticas que asegurarán un
sistema de crecimiento con equidad
e igualdad de oportunidades.
El país se encuentra en la
encrucijada, en el dilema, en el
punto de inflexión, en un periodo
extremadamente difícil, no solo
por sus raíces estructurales
propias, sino por lo difícil de
captar recursos externos, por el
riesgo que El Salvador proyecta de
acuerdo a reconocidas entidades
que le dan seguimiento a las
variables determinantes de esa
condición, sino también porque
la parte desarrollada del mundo,
repuesta aparentemente de la
crisis financiera, todavía no recibe
“el alta de esa enfermedad”. En
las condiciones económicas,
políticas y sociales sui generis que
caracterizan al país del presente, el
panorama no puede ser otro que
una disyuntiva entre el inicio del
escape del subdesarrollo con un
crecimiento gradual o un país con
una cobertura de pobreza ampliada
y casi generalizada.
Las medidas que se tomen deben
responder a la emergencia, pero sin
comprometer la capacidad futura
de posibilidad de crecimiento. Los
planes anticrisis y las reformas
fiscales deben de responder a
Los planes
anticrisis y las
reformas scales
deben de responder
a la búsqueda de
una reactivación,
reduciendo el
populismo.
14
la búsqueda de una reactivación,
reduciendo el populismo. Es
realmente una amenaza obvia
depositar las bases del futuro de
una sociedad en los políticos, esa
partidocracia que en un sentido
estricto, por las anomalías de
nuestro sistema electoral no son
los deseables, aún cuando uno
haya ejercido el derecho de voto,
porque este es por colores y no
por capacidades individuales. Estos
están tomando medidas económicas
emergentes necesarias, sin duda,
en una coyuntura financiera
gubernamental deplorable en la
que hay recurrir a los potenciales
excedentes derivados del salario,
la renta y las utilidades; sin obviar
el supuesto poco margen de
endeudamiento externo. Se están
cerrando brechas financieras, pero
sin efecto alguno en las perspectivas
del crecimiento.
Lo preocupante es que todavía
no se percibe un rumbo país y
se continúa transitando en la
improvisación, en un camino
sinuoso provocado por la violencia,
criminalidad y la delincuencia con
un récord diario de homicidios
que rebasa las muertes que
existieron en tiempos del conflicto,
los resabios de la corrupción
acumulada que inciden en las
maltrechas finanzas públicas, una
institucionalidad quebrantada y un
irrespeto del estado de derecho. Lo
que habrá que evitar es trascender
de una crisis interna dominada por
una inseguridad ciudadana y una
situación socio económica precaria,
a otro escenario en el cual se
agregue una crisis política.
Partiendo de una
concientización ciudadana
Definir metas es lo usual. Ejemplos,
en lo económico, una alta tasa de
crecimiento del PIB, incremento en
los niveles de ingreso por habitante
y aumento de las exportaciones.
En lo social, reducción de pobreza,
incremento en los niveles de
educación y mejoramiento de los
índices de salud por habitante. En lo
político, consolidar la democracia,
lograr un gobierno representativo,
votar por personas y no por colores.
Pero ese procedimiento ha sido lo
usual de planes de mediano plazo
que en el pasado no reciente (1972,
por ejemplo) eran lugares comunes,
tan trillados como los enunciados
“de lograr un crecimiento sostenido
y equitativo” y “asegurar una mejor
distribución del ingreso”.
Recientemente se han presentado
varias estrategias del sector
privado: FUSADES, ENADE y
Edición Nº. 44
15
otros más con propuestas, algunas
viables, pero con una inclinación
a mejorar lo económico. El factor
político ha sido considerado con
menor cobertura y el planteamiento
de soluciones al respecto ha sido
marginal. Pero lo que se quiere
señalar es que el país después de
tantos enunciados, intenciones
y propósitos, sigue siendo una
sociedad subdesarrollada.
El progreso de las naciones que
superaron el subdesarrollo tuvo
que partir de un consenso de
progreso, seguramente liderado
por un personaje que inspiraba
credibilidad. Una sociedad en
decadencia tiene que renacer, salir
de la mediocridad en que se refugia.
Prácticamente estaríamos hablando
de un renacer, partiendo a manera
de ejemplo, de una educación
media generalizada, pasando
por carreras técnicas idóneas y
una oferta de educación superior
congruente con las demandas
que surjan de un Plan de Nación
producto de una concertación y
no de un Plan de Gobierno, como
los pregonados en el pasado y de
los cuales siempre las siguientes
autoridades hacen caso omiso de y
hasta elaboran otro quinquenal en
un proceso de suma y resta o de
borrón y cuenta nueva.
Habrá que iniciar un período de
planificación diferente, semejante
a los realizados en países que sí
han tomado la decisión de cambiar.
El proceso ha sido largo, con
buena voluntad y ha requerido la
asignación de cuantiosos recursos,
pero con resultados concretos en
la reducción de pobreza y mejor
calidad de vida para la mayoría de
la población. Se estaría hablando
de crear tecnologías propias como
una primera etapa de un proceso
de sustitución de importaciones
que esta vez parta de la base,
despegando de una sustitución
de la tecnología foránea por
una propia. Si en algo estamos
de acuerdo con lo manifestado
recientemente por las autoridades
del gobierno actual es que la
agenda de investigación debe
ir al encuentro de la agenda de
desarrollo económico y social.
Si todo esto es una ilusión,
el desarrollo del país será
siempre un sueño inalcanzable
y la continuidad de medidas y
reformas seguirán siendo alivios.
“Ojala nuestros pueblos tengan la
sabiduría para elegir gobernantes
a quienes no les quede grande
la camisa democrática. Y ojala
sepan elegir gobernantes que
honren la deuda con el desarrollo”,
dijo recientemente Oscar Arias,
presidente de La República de
Costa Rica en La Prensa Gráfica.
Lo que habrá que
evitar es trascender
de una crisis interna
dominada por una
inseguridad ciudadana
y una situación socio
económica precaria, a
otro escenario en el cual
se agregue una crisis
política.
16
En el ambiente social es muy evidente la cultura del fraude
intelectual, donde cualquier persona sin preparación académica
asume obligaciones que no le competen. Esto lo que evidencia es
el poco control estatal, debido a que estamos ante la cultura del
fraude degenerado, en donde el individuo hasta puede comprar
atribuciones de abogado o de médico sin que nadie controle ese
tipo de prácticas.
N
o hay un estudio histórico
en este país —comenzando
desde la Colonia— en el que
se aborde, en todas sus dimensiones,
la evolución de las instituciones
sociales. Los cronistas españoles,
y el mismo obispo Cortez y Larraz
Pedro Cortés y Larraz (1921) en su
célebre descripción que hizo de esta
parte de la entonces provincia de
Guatemala y en el marco de su visita
canónica, son los primeros referentes
escritos que se acercan al estudio
de la institucionalidad del control
social y la legalidad y en cierta forma
del poder del Estado. Luego, fueron
los cronistas foráneos y los viajeros
en retomar el tema en el siglo XIX.
Pero no hay que olvidar que la visión
que tiene el europeo de nosotros
desde el descubrimiento es que
somos individuos y sociedades con
remanentes “primitivos” y atrasados
frente a sociedades capitalistas del
norte atlántico. La antropología social
nace precisamente en este tipo de
aventura. Una especie de visión de
espionaje de mercadeo.
El punto es que, con el nacimiento
del Estado salvadoreño a finales
del siglo XIX, se inicia un proyecto
de dominación particular basado
principalmente en mecanismos
coercitivos más que ideológicos,
donde la fragilidad económica que
producía el monocultivo del café
no le permitía tener solvencia para
Instituciones
sociales y cultura
del fraude en
El Salvador
El punto es que,
con el nacimiento del
Estado salvadoreño a
nales del siglo XIX, se
inicia un proyecto de
dominación particular
basado principalmente
en mecanismos
coercitivos más que
ideológicos.
Ramón D. Rivas
Director Museo Universitario de Antropología (MUA) de la UTEC
Edición Nº. 44
17
consolidar la institucionalidad del
Estado. Es decir, no es que se niegue
que no habían instituciones —tipo
secretarías o ministerios—, la cuestión
es que su alcance a escala nacional
era limitado y estaba, más que todo,
anclado en el centro y occidente del
país. Es más, los monopolios y la
cultura del fraude que venía desde
la época colonial era un hecho en la
clase dominante, lo que poco a poco
se hizo cultura en todos los sectores
sociales, salvo algunas excepciones.
Con el surgimiento de la Guardia
Nacional en 1912 y luego la Policía de
Hacienda en 1932, ya en la época del
general Martínez, vemos que se crea
un ente paralelo al ejército nacional
que defiende los intereses de los
terratenientes y gamonales, donde
la legislación nacional era omitida
en prácticas de control político y
económico. Esto se contrapone a
lo que dice la teoría de Max Weber,
en el sentido que el Estado es una
institución que controla el poder. Pero
en El Salvador nos encontramos con
un ente militar paralelo al ejército
nacional e incluso con más poder que
este.
Las prácticas políticas electorales de
ese momento estaban manipuladas
e imperaba el fraude, con el fin de
mantener a una elite política en el
poder. Pero la pregunta es: ¿Será que
el Estado es el que produce este tipo
de prácticas o, más bien, reproduce lo
que la familia como institución básica
de la sociedad crea?
Vemos que en este país impera
la cultura del fraude en todos los
ámbitos. Un ejemplo es que los niños
cometen fraude mintiendo, haciendo
trampas en los juegos, falsificando
firmas, copiando en la escuela. En los
centros de trabajo no se es eficiente
en las labores encomendadas y ni
mucho menos se muestra creatividad.
Y es que lo correcto en toda sociedad
sana es que tanto los líderes como
las instituciones que son dirigidas
por ellos deben de ser medidas por
la opinión pública con base en su
rendimiento.
Precisamente por esa “cultura
de la trampa” es que nosotros
muchas veces no podemos competir
con empresas extranjeras que
traen una visión de rendimiento y
eficiencia laboral diferente. Pero
esta cultura tiene raíces históricas
que se mantienen en la mentalidad
colectiva de la sociedad, las cuales
no son tan fáciles de transformar. El
“compadrazgo” como estructura de
poder —para utilizar la terminología
de Segundo Montes— y la práctica
social de la violencia política son
fenómenos que hasta hace poco se
están abordando científicamente.
Montes fue el pionero —y ya no
hay otros estudios al respecto—
que estudió con amplia biografía, la
institución del compadrazgo desde
18
el ángulo histórico-antropológico,
religioso y jurídico, tipificándolo en
las distintas épocas y esclareciendo
su papel en la sociedad precolombina,
colonial y contemporánea. Para
Montes, el compadrazgo juega en la
vida social un papel de articulador,
un factor de cohesión mediante el
cual se alcanzan y conjugan diversas
formas de poder, diversas instancias
de familiaridad entre elementos de
una misma clase social, y de relación
entre individuos y familias de otras
clases, estratos y estamentos.
Los tipos de compadrazgo son
múltiples y accionan horizontal y
verticalmente, generando conductas,
procedimientos y modos solidarios
que inciden en el ejercicio del poder,
condicionando el proceso por la vía
de la costumbre religiosa y civil.
Sobre la cultura del fraude no hay
estudios serios que nos ilustren. Es
necesario realizarlos para entender la
dimensión de este fenómeno. Claro
está que es necesario cambiar la forma
de relacionamiento y juego político de
la sociedad, con el fin de consolidar el
Estado de derecho y la asimilación de
nuevos patrones de reracionamiento.
El Estado ha tenido su control sobre
las mentes y los cuerpos de los
salvadoreños, ha sido exiguo ya que
desde el punto de vista foucultiano, en
los ámbitos institucional y discursivo,
no ha sido coherente.
En el 2010 constatamos una
sociedad salvadoreña rumbo a la
modernización, pero con graves
lastres de patrones culturales típicos
de una sociedad “finquera”, en donde
la persona demuestra poca iniciativa
por la prepotencia en el uso del
poder. Observamos aún una sociedad
patriarcal, una sociedad en donde “don
Carleone” —el personaje mafioso de
las novelas de de Mario Puzzo— se
manifiesta en muchos aspectos de
esta sociedad, con el fin de mantener
su dominación. Y nos referirnos a
los aspectos sociales, económicos,
culturales, políticos y hasta religiosos.
Estamos ante estructuras de poder
con importantes redes de control
social y político y, por ende, del país.
Pero esto también se ha ramificado,
y por eso lo vemos también, a nivel
micro, en los cantones, pueblos y
ciudades. El compadrazgo es un
hecho, y se manifiesta de diferentes
y variadas maneras y en todos los
ámbitos de la sociedad salvadoreña.
Se acepta como un hecho cultural;
y si queremos salir de esto hay que
transformar esa cultura; y ello lleva
tiempo, pero se puede.
Democratización de la sociedad
Por más que con la firma de los
Acuerdos de Paz —llevada a cabo
el 16 de enero del 1992 en el castillo
de Chapultepec, México, entre las
dos partes beligerantes, Gobierno y
FMLN— se ha querido democratizar
esta sociedad. Los mismos patrones
de antaño mantienen las mismas
prácticas políticas autoritarias y
fraudulentas. Esperemos que este
nuevo gobierno inicie “el cambio”,
Edición Nº. 44
19
pero para que esto sea una realidad
es necesario y urgente actuar con
mano rígida y redimensionar que el
fenómeno tiene raíces históricas.
En el ambiente social es muy
evidente la cultura del fraude
intelectual, donde cualquier persona
sin preparación académica asume
obligaciones que no le competen. Esto
lo que evidencia es el poco control
estatal y la poca criticidad ante falsos
académicos, falsos líderes, y muchos
de ellos guiados solo por el interés
económico.
Estamos ante la cultura del fraude
degenerado y vulgar en donde el
individuo hasta puede comprar
atribuciones de abogado, de médico
e incluso hasta llegar a ser diputado o
magistrado sin que nadie controle ese
tipo de prácticas. Es más, a muchos
les gusta atribuirse títulos académicos
que no se han ganado.
El problema es que, ante este tipo
hechos la sociedad, de la “cultura del
fraude”, se ha pasado a la “cultura de
la desconfianza”, lo que no permite
crear tejido social ni mucho menos
redes de solidaridad. Estamos
ante una realidad social en donde
todos desconfiamos de todos, de
las personas y de las instituciones
de cualquier tipo, sean políticas,
religiosas o culturales. El mantener
ese tipo de cultura imposibilita
la concreción de un proyecto de
comunidad nacional y la apertura
política de las instituciones y del
Estado. Si la gente, por ejemplo,
desconfía de cómo se administra el
Ministerio de Hacienda, ¿por qué este
no pone en Internet sus estados de
cuenta? ¿Por qué la Corte Suprema
de Justicia no pone en Internet los
casos resueltos?, ¿Por qué la Corte
de Cuentas sigue en manos del
mismo partido político? El Estado
ya no es aquel Estado falsificador,
corrupto, discriminatorio, sino que
el mundo actual debe de llevarlo a su
limpieza estructural y a la rendición
de cuentas, donde la impunidad
pronto quede exterminada. Es a
esa sociedad a la que debemos
aspirar, pero para ello debemos de
comenzar desde ya. El conocimiento
de la historia social y cultural del país
es indispensable para desentrañar
procesos y por ello la importancia
de los estudios científicos y desde la
academia.
Las prácticas
políticas electorales
de ese momento
estaban manipuladas
e imperaba el fraude,
con el n de mantener
a una elite política en el
poder. Pero la pregunta
es: ¿Será que el Estado
es el que produce este
tipo de prácticas o,
más bien, reproduce
lo que la familia como
institución básica de la
sociedad crea?
20
E
l economista español
Andrés Sanz llegó al país
para cerrar el diplomado en
Política Fiscal que la Facultad de
Maestrías y Estudios de Postgrados,
en coordinación con la Fundación
Nacional para el Desarrollo (FUNDE),
realizó por tres meses.
Sanz es el actual director de
programas del Instituto de Estudios
Fiscales de España, entidad suscrita
al gobierno de esa nación y desde
donde nacen propuestas concretas
para crear y poner en práctica
políticas públicas fiscales.
Este economista español no
duda en afirmar que el buen
funcionamiento de la política fiscal
en un determinado país tiene que
basarse en la investigación, por ello es
necesario crear instancias destinadas
a eso y con ello unir a la academia
con la administración pública. A
través de las investigaciones se podrá
proponer mecanismos de mejora en
la creación de políticas públicas en el
país. Esos mecanismos tendrán que
apuntar a crear espacios propicios
en los que la información se ponga a
disposición de los ciudadanos.
De igual forma, establece que la
transparencia en el manejo de las
finanzas públicas debe de ser una
forma del comportamiento normal
de las instituciones públicas.
¿Cuál es la labor del Instituto de
Estudios Fiscales?
El Instituto de Estudios Fiscales se
crea a principio de los 60 con un único
y fundamental objetivo de ser un
ejemplo que sirviera al cambio de la
hacienda española. En aquella época,
“Para que los Estados
funcionen hay que
trabajarlos mucho y
por bastante tiempo”
Camila Calles
Docente Investigadora de la UTEC
No hay recetas ni claves para que una política fiscal funcione,
más bien los Estados deben de trabajar arduamente, basados en
investigaciones y datos certeros de cómo es la situación propia,
asegura el economista español Andrés Sanz, director de programas
del Instituto de Estudios Fiscales de España.
Edición Nº. 44
21
en España sucede un cambio en la
administración con un movimiento
que se denominó: ‘los tecnócratas’,
que intentaron, a pesar de lo que se
vivía en el país, modernizarlo en el
área de la administración y un tema de
la hacienda, que sabía que era clave.
Crearon un instituto que tenía como
funciones hacer investigaciones,
estudios y exploramientos para ir
viendo las nuevas técnicas, las formas
de manejar la hacienda pública y ese
es el origen de Instituto de Estudios
Fiscales. Posteriormente, se une
la escuela de la hacienda pública,
que funciona para la formación y
selección de los funcionarios del
Ministerio de Economía y Hacienda
de España. Ahora tenemos esos
dos componentes: el Instituto,
que es el que realiza investigación,
investigación aplicada no teórica
para el asesoramiento y estudios al
servicio de la hacienda española; y
un centro de selección y formación
de funcionarios relacionados con la
hacienda. La selección la hacemos
solo a nivel central de gobierno,
pero la formación y la investigación
De igual forma,
establece que la
transparencia en el
manejo de las nanzas
públicas debe de
ser una forma del
comportamiento normal
de las instituciones
públicas.
la hacemos para todas las entidades
del gobierno.
¿Qué áreas de trabajo específicas
tienen?
En el área de formación y en el de
investigación. En el de formación
es en la parte formal, es entre
ingresos y gastos y en investigación
es presupuesto y gastos y estudios
tributarios. El área de investigación es
mucho más amplia, pues el área de
presupuesto es un tema que siempre
está y en el área de formación y
selección están un poco separada,
pero también porque realmente se
están abordando muchos temas que
pertenecen al área presupuestaria.
Ahora bien, nosotros nos dedicamos
a la hacienda pública en el sentido
más amplio. Vemos el impacto
redistributivo de las políticas
públicas o evaluación de políticas
sanitarias, todo lo que tiene que ver
con la hacienda pública en el sentido
más amplio, sin entrar mucho en los
aspectos macros de la política fiscal,
porque eso corresponde a otras
áreas del ministerio. La hacienda
pública está en proceso de cambios
fundamentales, entonces el instituto
ha tenido protagonismo. En el instituto
están las diferentes comisiones que
se crean para estudiar estas cosas,
incidimos como centro de estudios
en está área.
¿En que radica el éxito de la política
fiscal española?
En el área de la hacienda pública.
Es algo que se puede hacer porque
realmente nosotros teníamos una
hacienda pública bastante débil en
dos áreas: bajo ingreso y capacidad
de recaudación bastante baja, y un
montón de políticas públicas en
todas las áreas que no engranaban.
Entonces, cómo se logró. Entre
22
otras cosas, haciendo instituciones
como esta (el Instituto de Estudios
Fiscales). El gran acierto que tuvieron
los fundadores del instituto fue que
en un momento que era raro hacer
estas cosas, pensar que el mundo
iba a cambiar y que iba a ser tan
necesaria la investigación y un centro
que generara estudios, ir generando
cuadros que eran capaces de ayudar
al cambio, de propiciar el cambio
y luego fue una idea muy clara de,
aunque nosotros pertenecemos al
ministerio de economía y hacienda,
somos una institución autónoma.
El instituto ha creado un perfil en
la hacienda española. Somos una
institución que no se asocia al
gobierno. Eso se ha logrado esté
quien esté en la composición de
nuestros grupos de trabajo que son
muy plurales ideológicamente.
¿Cómo han logrado esa
independencia?
Quizás ha sido por una mezcla muy
interesante, y que yo recomiendo
a todos los que quieran hacer
esto (de crear un Instituto de
Estudios Fiscales), de academia y
administración pública. Ese sería el
elemento más interesante. Uno de
los primeros directores del instituto,
César Albiñana, era a la vez inspector
de hacienda y catedrático de
hacienda. Eso ha sido una tradición.
Ha habido directores que han sido o
funcionarios del ministerio y que han
sido catedráticos. Ya llevamos varios
catedráticos y no solo de hacienda,
pues nos damos cuenta que el asunto
de hacienda no solo es un tema que
compete a los hacendistas, sino
que hay otras áreas involucradas,
y se trabaja el sector público con
todos sus especialistas. El punto
fuerte fue haber hecho esa unión
entre academia y administración
pública, y luego haber generado una
tradición importante en la selección
y formación de los funcionarios
públicos, que tampoco era
especialmente complicada porque
la tradición española proviene de
la francesa y entonces la forma de
ingreso a la administración es a
través de una oposición y luego se
complementa con la formación en
nuestro centro. El instituto es visto
como un referente por su formación,
por su trabajo. Se editan revistas y es
una institución que los que estamos
ahí la queremos. Es muy bonito por
estar en un lugar que te paguen por
lo que te gusta y que además tiene
una gran incidencia a nivel nacional.
Ahí está, entonces, la importancia
de la inclusión de la academia en la
creación de políticas públicas
Es una mezcla muy positiva. La gente
de la universidad está trabajando en
el instituto.
¿Cómo hacer para que una política
fiscal funcione?
Lo primero es que las políticas
fiscales son complejas y que lo que
tenemos hoy es el resultado de lo
que hemos hecho en el pasado. No
hay ninguna posibilidad de cambiar
las cosas rápidamente, eso es algo
muy importante. Yo le agradezco
a los fundadores del instituto que
se dieron cuenta de eso, que para
que los Estados funcionen hay que
trabajarlo mucho y por bastante
tiempo, hay que darle cultura,
hay que dar buenos salarios, hay
creación de instituciones y hay
suerte, porque en ocasiones es
suerte en donde estemos ubicados.
Por ejemplo, el que nosotros
estemos en la Comunidad Europea
nos favorece más que a ustedes que
no están. No hay recetas, para lo que
sí hay recetas es que si usted tiene
un Estado fuerte, bien organizado y
los procesos de selección y acceso a
la administración pública son lo más
objetivos posibles es probable que
su Estado funcione bien y que se
hagan políticas fiscales y públicas al
margen de las condiciones concretas
del país. El mecanismo de selección
es fundamental para mí, que la
selección esté basada en criterio de
Edición Nº. 44
23
mérito y capacidad, que sea pública
y transparente. No hay recetas.
Si bien no hay recetas, pero hay
medidas que nos pueden ayudar a
mejorar la situación. ¿Qué medidas,
por ejemplo, nos puede llevar a que
realmente se maneje de manera
transparente la hacienda pública?
Creo que el tema de la transparencia
es también compleja. Si le llamamos
transparencia a tener información de
las cuentas, pues entonces eso está
bien. Entonces son medidas hacer
que nos muestren las cuentas, pero
también nos hace falta una cultura
en la administración pública: por
parte de los funcionarios que les
guste informar sobre eso; por otro
lado, no solamente que nos den
información, si no que puede ser
más complicado, porque también
depende de qué es lo que se va a
dar a conocer. A mí como ciudadano
me puede interesar para qué ha
servido lo que he gastado, pero
eso no depende solo de darlos a
conocer o no darlos a conocer, sino
más bien que se sepa o no se sepa.
Para saber hacer eso, hace falta
dos cosas: invertir en un sistema
de información, que no se hace de
la noche a la mañana; invertir en
gente que sepa hacer eso, por lo
tanto falta dedicarse a crear una
demanda de esa información. De
qué sirve crear algo que a nadie
le interesa. Es importante que
los ciudadanos tengan interés de
conocer qué se hace en la hacienda
pública, pero no solo en aspectos
contables sino que también en
términos de eficiencia y eficacia.
Parte importante para nosotros (los
españoles) es que después de la
reforma constitucional se estableció
en el 31-2 de nuestra Constitución
los criterios a los que debe de
ajustarse los gastos públicos. Ahí
tenemos como algo importante:
¿quién introdujo ese artículo?.
Uno de los directores generales
que tuvo nuestro instituto, Enrique
Fuentes Quintana, quien en ese
momento era senador e introdujo
la enmienda al senado. Entonces,
ya ve que es importante crear
instituciones como esta (Instituto
de Estudios Fiscales de España)
en las que se piensa y si se piensa
se pueden hacer propuestas que
valgan la pena. Esa enmienda nos
fija el marco de actuación del gasto
público y luego nos sirve para que
cuando como ciudadanos podamos
pedir como derecho.
Otro gran reto, dentro de las
políticas fiscales es lidiar con la
deuda pública. No se pude eliminar
de un día para otro, pero ¿cómo
lidiar con la deuda pública?
Atacar el problema de la deuda
directamente es complicado, pero
se puede hacer por el otro lado. Le
voy a plantear lo siguiente y usted
me dirá: podemos tener un sistema
tributario interesante, decente y
equitativo y una gestión tributaria
eficiente, con ello estamos atacando
en los ingresos. Podemos tener un
sistema de gestión de ingresos
eficiente, decente y equitativa, con
esas dos cosas estamos atacando
la deuda.
¿Generando más ingresos?
Generando más ingresos. Gene-
rando un gasto mucho más
eficaz, eficiente y equitativo me
va generar más crecimiento. El
Estado es un agente que favorece
la competitividad de su país o no la
favorece, Esas dos cosas nos van
ayudar a atacar o resolver.
¿Una medida sería aumentar los
impuestos?
Es que no conozco el caso concreto
de El Salvador. Una persona que
trabaja en una institución como
en la que trabajo debe de ser muy
riguroso. Si aumentar los impuestos
es que el volumen de ingresos sobre
24
el PIB crezca, bueno pues puede ser.
El punto es cómo, y con qué criterios,
podemos establecer ahí criterios de
equidad que es interesante, y luego
también podemos intentar mejorar
la capacidad de gestión tributaria.
¿Cómo mejorar esa capacidad de
gestión?
Le voy a contar lo que se hace
en España. Primero, tenemos un
sistema de acceso a la gestión
pública, en donde medir todas
las limitaciones e imperfecciones
humanas sea el objetivo; por lo
tanto, es más probable que accedan
personas más preparadas. Luego
dotando —en el caso de la Agencia
Tributaria Española— de dos cosas
de suficiente independencia y
algo que es inevitable: sueldos
evidentemente atractivos como
para que vayan los más capaces.
Eso hay que tenerlo claro que
para tener un servicio eficiente de
recaudación hay que plantearse
también que hay que incentivar al
personal que trabaja ahí. Eso sí,
la Agencia Tributaria Española en
poco tiempo avanzó muchísimo,
con esos criterios.
Después de puesta en marcha la
aplicación de las nuevas políticas,
¿cuánto tiempo pasó para que
vieran los frutos de una buena
gestión?
Alrededor de unos 10 años a 12
años, antes cuando yo iba en los 70
a Francia se veía como otro planeta,
ya en los 80 y 90, ya no había
diferencia.
En España se está trabajando
mucho con políticas públicas y
género, concretamente en las
políticas fiscales, ¿cómo están en
el tema?
Realmente, desde el Instituto se
está trabajando bastante en esa
área. Hemos tenido múltiples
investigaciones y publicaciones. La
verdad es que se ha empujado el
tema, porque hay compañeras con
gran capacidad que han impulsado
este tema. Ya hay dos instituciones
públicas que están tendiendo
presupuestos con equidad de
género.
Generando
más ingresos y
generando un gasto
mucho más e caz y
e ciente y equitativo
me va generar más
crecimiento. El
Estado es un agente
que favorece la
competitividad de su
país o no la favorece.
Esas dos cosas nos
van ayudar a atacar o
resolver.
Edición Nº. 44
25
El gran desafío
L
os desequilibrios reales
y financieros y el magro
desempeño de las economías
durante la llamada “década perdida”
dieron la pauta para que el Banco
Mundial y el Fondo Monetario
Internacional empezaran a impulsar los
primeros programas de estabilización
y ajuste, que tiempo después
encontrarían en el consenso de
Washington, una especie de elemento
Juan Héctor Vidal
Economista
(Síntesis del libro “de la ilusión al desencanto, reforma económica en el salvador 1989-2009)
coercitivo al vinculárseles a lo que se
ha dado en llamar la condicionalidad
cruzada. El Salvador fue parte de ese
escenario, aunque el conflicto armado
introducía en su caso elementos
de atipicidad. por consiguiente, el
modelo económico adoptado por el
país durante el primer gobierno de
Arena, no fue un invento nacional.
Sin duda, la “nueva economía”
Hace veinte años, la creencia casi generalizada –de manera
particular en América Latina– era que la opción frente al
subdesarrollo secular debía buscarse en la adopción de un nuevo
modelo económico, al estilo y semejanza del que habían seguido
varios países del sudeste asiático en las dos décadas anteriores.
tenía la ventaja de que encajaba a la
perfección en la ideología política
de dicho partido, pero fue la onda
expansiva del liberalismo la que hizo
gran parte de la tarea, a lo cual se sumó
con gran fuerza el derrumbamiento
del socialismo real.
Coincidentemente, la apertura
comercial, la desregulación y la
privatización —que eran tres piezas
26
claves de un modelo económico
supuestamente más eficiente y
equitativo— tenían en la política
nacional férreos defensores, aunque
sus acciones estuvieran impregnadas
de sentimientos no tan sublimes. Se
podía suponer entonces que con la
administración Cristiani se iniciaba
un verdadero proyecto nacional, que
tenía en el plano internacional un
respaldo indiscutible a partir de la
prédica de la nueva economía; y, en
el ámbito interno, la certeza de que el
país realmente era capaz de subirse al
carro de la modernidad en un marco
de democracia real y de mayores
oportunidades en el plano económico
y social. Bajo esa perspectiva, hablar
de un “proyecto nacional” parecía
obvio, pero significaba trascender
lo económico para ubicarse en un
escenario parecido al que sirvió de
base para la transformación de Chile
y España, después de muchos años
de vivir bajo regímenes autoritarios.
Guardando las diferencias, esa
oportunidad la brindaban, justamente,
la nueva economía y la solución del
conflicto por la vía negociada, que
ya se preveía, bajo el liderazgo del
presidente Cristiani. Sin embargo, lo
único que realmente podía garantizar
la nueva administración era la puesta
en marcha de un proyecto diferente
en el campo económico.
En este sentido, no estoy tan seguro
de que el primer presidente de Arena
haya visualizado una transición como
la que está viviendo el país, cuando
en el discurso que pronunció a raíz
de la firma de los acuerdos de paz,
aquel histórico 16 de enero de 1992,
expresó:
“El conflicto ha quedado atrás,
queremos y debemos todos ver hacia
el futuro que es en el único sitio donde
podemos construir ese El Salvador
grande, próspero, libre y justo que
todos profundamente anhelamos.
Las lecciones aprendidas tienen que
asimilarse y fructificar para una vida
mejor, pero no vamos a llorar sobre
las cenizas, el país no nos da tiempo
más que para el trabajo, para la
reconciliación y para la paz”.
En cualquier caso, en el campo
estrictamente económico, el primer
gobierno de Arena tenía en las
formulaciones iniciales de FUSADES
una base de sustentación indiscutible
y, por cierto, que iba más allá de
los enfoques mecanicistas de los
organismos internacionales.
Como lo demostrarían los hechos,
en algún punto en el tiempo comenzó
a perderse la visión de construir
un sistema económico más justo
e incluyente, para derivar en uno
que solo en apariencia funciona
conforme a los postulados de una
economía social de mercado, aunque
el concepto nunca desapareció de la
prédica oficial de los cuatro gobiernos
de Arena.
Llevado al extremo, lo anterior
sugiere que quienes intentaron hacer
de El Salvador un ejemplo de éxito
ya casi en las postrimerías del siglo
XX, de alguna manera cayeron en la
trampa de la más primitiva versión del
laissez faire de dos siglos atrás.
A partir de entonces, todo el
sentido de dirección y propósito
que podría haberle dado el gobierno
a la economía para humanizarla y
blindarla contra los coqueteos de la
izquierda, desapareció, aunque sus
consecuencias se fueron diluyendo a
lo largo del tiempo.
Incluso, hay opiniones calificadas
de que no hubo en ese sentido una
conciencia clara del significado de contar
con un sistema económico construido
con visión estratégica, aunque no
fuera sino para restarle espacio a los
detractores del sistema capitalista.
Edición Nº. 44
27
Coincidentemente,
la apertura comercial,
la desregulación y la
privatizacn –que eran
tres piezas claves de
un modelo económico
supuestamente más
eciente y equitativo
tenían en la política
nacional, férreos
defensores, aunque sus
acciones estuvieran
impregnadas de
sentimientos no tan
sublimes.
La eliminación del Ministerio de
Planificación durante la segunda
administración de Arena constituye
una clara expresión de la adherencia a
esas ideas extremas. Tanto así, que el
PNUD, en su informe sobre desarrollo
humano 2007-2008, le atribuye al
debilitamiento de la planificación parte
de la responsabilidad en la pérdida de
eficacia de las reformas, en términos
de crecimiento, empleo y eficiencia
laboral.
Ciertamente, no se puede establecer
una relación de causalidad entre el
comportamiento de estas variables
y el proceso político, pero ignorar
su relación también resulta poco
pragmático. Hay que decir, además,
que la ampliación de los espacios
democráticos ha hecho también más
vulnerables los estilos de gestión
impenetrables que acompañaron los
regímenes dictatoriales del pasado.
Dentro de una visión de conjunto,
todo esto ha contribuido a desa-
creditar un modelo económico con-
ceptualmente correcto, pero que se
apartó de la ruta inicialmente trazada,
para dar paso, en casos importantes,
a prácticas mercantilistas que incluso
ampliaron los espacios para la crítica
inclemente de la oposición más
radical, que no ha desperdiciado
oportunidad para enjuiciarlo. Es
posible que para algunos resulte un
poco desproporcionado, pero mi
tesis es que después de veinte años el
país sigue sin encontrarse, aunque se
reconozca que mucho ha cambiado
en comparación con el panorama que
presentaba en 1989.
Pero el haber gobernado en un
ambiente de paz, con amplio apoyo del
sector privado y sin las restricciones
que normalmente imponen a
los países pobres las relaciones
financieras internacionales —en este
caso por el soporte que proveen las
remesas familiares— tampoco han
sido capitalizadas como hubiera sido
deseable, y, de allí, la frustración que
se percibe aun entre los no radicales.
En este punto, es de justicia reconocer
la continuada labor de FUSADES al
proponer, de manera previa a cada
ejercicio presidencial, estrategias
para la transformación económica
del país. También es relevante el
posicionamiento que ha venido
asumiendo la Asociación Nacional
de la Empresa Privada (ANEP). El
planteamiento contundente que
hizo la cúpula empresarial en 1996 a
través de “el manifiesto salvadoreño”,
cuando la economía empezó a dar
muestras de debilitamiento, es el
mejor ejemplo. La institucionalización
28
En cualquier
caso, en el campo
estrictamente económico,
el primer gobierno
de Arena tenía en las
formulaciones iniciales
de FUSADES una
base de sustentación
indiscutible y, por cierto,
que iba más allá de los
enfoques mecanicistas
de los organismos
internacionales.
del Encuentro Nacional de la Empresa
Privada (ENADE), a partir del 2000,
puede también inscribirse dentro de
la dinámica al interior del sector a
partir de los acuerdos de paz. A pesar
de todo, ha sido inevitable la crítica
social sobre el aprovechamiento de
la libertad económica, el ejercicio
patrimonialista de la función pública
y la edificación de un esquema de
privilegios, que tienen mucho que ver
con lo que está ocurriendo en el país.
Los procesos sociales siempre
están expuestos a una involución,
pero también a cambios que, paradó-
jicamente, no siempre encuentran
del todo preparados ni a sus mismos
actores. Lo anterior, sumado al
excesivo énfasis en las soluciones
técnicas a problemas con un alto
contenido social —o haber confundido
medios con fines— ha sido también
responsable de los pocos avances
en la construcción de un sistema
económico sólido e incluyente. Al
final, esto es lo que se pretendía
lograr, por lo que el escenario que
vive hoy en día el país, es en gran
medida producto de la brecha entre
aspiraciones y realidades.
Así, mientras la izquierda radical
habla de que el “modelo neoliberal” ha
fracasado, otros más sensatos señalan
que todo el problema se origina en
que el sistema económico ha sido mal
administrado. De manera natural, estos
extremos necesariamente convergen
en un solo punto: el rol del estado en
la economía. Por tanto, gran parte de la
explicación subyace en la forma en que
el sistema económico se fue definiendo,
mientras se mantenían las aspiraciones
y crecían las exigencias de amplios
segmentos de la población. La diferencia
estriba en que, para unos, el problema
central se origina en la desaparición
casi total del estado —criterio que
personalmente no compartimos—
mientras que, para otros, las dificultades
emanan desde el momento en que la
gestión gubernamental —por acción u
omisión— se convirtió en compañera
de viaje de los grandes intereses.
En esto, no podemos ignorar,
nuevamente, la relación indisoluble
entre la economía y la política. Los
efectos de una gestión exitosa en
el ámbito económico son, por lo
general, poco apreciados en aquellas
sociedades polarizadas como
la salvadoreña, pero los errores
cometidos en el ejercicio de la misma,
se pagan siempre muy caro.
Edición Nº. 44
29
L
os defensores a ultranza del
libre mercado, al referirse
a las transformaciones que ha
experimentado el país a lo largo
de dos décadas, con frecuencia aluden
al éxito de la privatización en sectores
estratégicos como el financiero, las
telecomunicaciones y el de energía
eléctrica. En realidad, la modernidad
es evidente y, hoy en día, El Salvador
cuenta en estos campos con servicios
de categoría mundial.
Sin embargo, los adversarios más
radicales del sistema de precios ven
en este caso y en el de la apertura de
la economía, el fracaso de la ofensiva
neoliberal, a la cual le achacan todos
los problemas que vive el país, así
sea la mala distribución del ingreso,
la pobreza estructural, el deterioro
del medio ambiente o la delincuencia
rampante.
No obstante, juzgar el progreso de
un país por el aumento exponencial
del parque vehicular, la proliferación
de teléfonos celulares, la atomización
de los vuelos hacia el norte; mientras
más de las dos quintas partes de
la población viven bajo la línea de
pobreza, tampoco resulta un ejercicio
edificante y, mucho menos, ético.
El solo incorporar en el análisis el
deterioro de las condiciones de vida de
la clase media ya debería ser suficiente
para dimensionar el contraste entre la
sociedad que idealizamos hace dos
décadas y la realidad actual. Pero,
¿dónde radica realmente el problema?,
¿es acaso el modelo económico, la
gestión del mismo, o simplemente
nos equivocamos de tajo al aceptar
acríticamente una reforma económica
que prometía mucho, pero que en
los hechos no era suficiente para
enfrentar los problemas de desarrollo,
porque en su concepción había
propósitos que no eran precisamente
los que preconizaban los organis-
mos internacionales? Por ejemplo,
Federico Hernández, al comentar la
disertación de Francis Fukuyama en lo
que corresponde a El Salvador, señala
lo siguiente:
“Con respecto a El Salvador,
por cierto, Fukuyama cae en un
imperdonable error de apreciación:
vino a decirnos que nuestro país es
un ‘pequeño milagro’ porque siguió
al pie de la letra las directrices del
consenso de Washington, cosa que,
sobre todo si fuera cierta, debería
ruborizarnos. ¿Por qué? Porque ni
aquel formulismo económico era
infalible, ni debemos los liberales
aceptar recetarios jamás, por muy
venidos del norte que sean”.
Coincido con Federico y agregaría
algo más. Gran parte del error de
los artífices de la nueva economía
fue ignorar que, cuando se inició la
reforma económica y se firmaron los
acuerdos de paz, el mundo ya giraba
alrededor de un proyecto político que
se había configurado con la trilateral
15 años atrás y solo trataron de
aprenderse los prolegómenos en que
se sustenta el mercado y el mismo
sistema capitalista. Parece que no lo
Modernidad evidente
En muchos casos El Salvador ha logrado ubicarse en posiciones
de importancia a escala mundial, sobre todo cuando se trata de
las privatizaciones que se han realizado en algunos servicios.
30
Sin embargo,
los adversarios
más radicales del
sistema de precios
ven en este caso, y
en el de la apertura
de la economía, el
fracaso de la ofensiva
neoliberal, a la cual
le achacan todos los
problemas que vive
el país, así sea la
mala distribución
del ingreso, la
pobreza estructural,
el deterioro del
medio ambiente
o la delincuencia
rampante.
lograron del todo y mucho menos lo
aplicaron con solvencia.
Las encuestas de opinión, que
se hicieron más frecuentes a partir
del momento en que la economía
nacional entró en un prolongado
letargo, son la mejor evidencia
de que los sucesivos gobiernos
de Arena, si no fueron insensibles
del todo a las demandas sociales,
tampoco les dieron la importancia
que merecían. En esto, hay
que rescatar la idea de que las
percepciones sobre el desempeño
de la economía gravitan bastante
en las actitudes de los electores.
Si esto es así, podríamos decir
que los esfuerzos que se hicieron
en la cuarta administración de
Arena para diluir los desatinos
cometidos con anterioridad,
más respondían a un intento de
sublimar la propia gestión que a un
compromiso genuino con los más
vulnerables. Y acaso, más a un
liviano esfuerzo de contrarrestar
la ofensiva chavista, que a un acto
de contrición ante el descrédito en
que, progresivamente, fue cayendo
el modelo neoliberal como tal. Sin
embargo, esto último se convierte
en un tema espinoso cuando se
trata de las grandes definiciones
en busca del favor del electorado.
Al respecto hay que recordar
que en el punto más crítico de
la campaña electoral, tanto el
candidato de Arena como el del
Fmln coincidían en lo pernicioso
del fundamentalismo económico.
En realidad, la falta de equidad en
los patrones de crecimiento tuvo
como corolario el surgimiento de
una suerte de “tercerismo”, que es
hacia donde, al menos en apariencia,
apuntaban las visiones de dos
partidos que surgieron bajo una línea
de pensamiento económico, político
y social, totalmente contrapuesta.
Obviamente, el mensaje de los señores
Funes y Ávila estaba impregnado de
un fin electorero sin precedentes, pero
tampoco podía pasarse por alto el
hecho de que los anteriores gobiernos
hicieron relativamente poco para
conciliar la eficiencia con acciones de
mayor alcance para reducir la brecha
social y, en general, avanzar más en el
combate a la pobreza extrema.
Mensajes en la campaña
electoral
¿Qué podía pasar por la mente del
ciudadano más o menos informado
de esas ofertas de precampaña, sin
pasar por alto que, unas más y otras
menos, simple y llanamente llevaban
la impronta de una crítica a su propio
partido y a los gobiernos surgidos del
mismo? En un contexto más amplio
desde el punto de vista histórico, hay
un hecho innegable: El Salvador se
encontraba, a principios de la última
década del siglo pasado, en una
situación realmente dramática como
producto del conflicto y una situación
económica sumamente crítica.
Con la reforma iniciada en el primer
gobierno arenero, la situación en este
último aspecto empezó a dar un giro
de 180 grados. Dos años después,
vendría la paz y con ello nuevas
esperanzas. La reforma continuó, pero
los beneficios económicos y sociales
languidecieron. Todo esto corría en
paralelo a una dinámica política que,
por largo tiempo, se había venido
decantando en contra del partido
gobernante. Al menos, eso decían
las encuestas donde la situación
económica y la delincuencia aparecían
como constantes en un ambiente de
creciente polarización.
La opción en el campo económico
sigue siendo la misma después de
dos décadas y que el mercado no
puede ser desplazado por el Estado.
Sin duda la normativa para regularlo
tiene que ser más estricta y coercitiva
para evitar que los excesos de los
agentes económicos den al traste
con la misma libertad. El punto está
en saber si el cambio histórico que
dio el país en el plano político con las
elecciones del 15 de marzo de 2009
será bien interpretado para comenzar
un nuevo capítulo —haciendo
acopio de la historia reciente— o,
simplemente, haremos borrón y
cuenta nueva de lo que hicimos o
Edición Nº. 44
31
dejamos de hacer, para empezar a
recorrer otra ruta.
La partidización de la economía
sigue estando ahí. Así, mientras los
seguidores del pensamiento ultra
liberal hablan de la necesidad de
mantener la gestión económica dentro
del molde que empezó a definirse
en la administración Cristiani, los
detractores del sistema capitalista
se inclinan, sin ruborizarse, por un
modelo de gobierno y conducción
económica al estilo venezolano,
ecuatoriano y boliviano. En cualquier
caso, los enfoques contrapuestos no
dejan de ser estériles, especialmente
en sociedades como la salvadoreña
que ya experimentó con una
gestión económica excesivamente
ideologizada. Este criterio también
podría aplicarse al partido en el poder,
si no fuera porque el presidente Funes
se ha ubicado en el medio —que en
todo caso me parece lo más sensato—
cuando postula por la instauración de
un verdadero modelo de economía
social de mercado, como fue planteado
por FUSADES hace veinticinco años.
El gobernante se separa de la línea
radical del Fmln que lo llevó al poder y
de los fundamentalistas del mercado.
Conciliar es el reto y la sociedad
nacional e internacional no da tiempo
para nuevos experimentos. Quisiera
recordar aquellos desafíos que según
nuestra opinión debía enfrentar el
primer presidente de la dinastía de
Arena ya antes planteado: La paz, la
reactivación económica, la reducción
del tamaño del estado, el déficit
fiscal, el desequilibrio externo, el
saneamiento del sector financiero,
la privatización, las relaciones
internacionales y la moralidad y la
ética en el servicio público. Agregar
que en ese momento idealizábamos
un proyecto político, económico,
social y cultural de largo plazo, que
sería la base para la transformación
integral de El Salvador. Obviamente,
el primer y más importante paso
era la consecución de la paz. Esta
afortunadamente se logró, pero no
estoy tan seguro de que la hayamos
administrado bien. En los aspectos
estrictamente económicos, el déficit
está a la vista y no pueden permanecer
ocultos detrás de aquellas expresiones
de modernismo que disfrazan una
situación social realmente lacerante.
Mientras tanto, la delincuencia y la
corrupción arremeten cada vez con
mayor fuerza contra nuestra débil
institucionalidad. Ante este cuadro, el
riesgo de involución siempre existe,
razón suficiente para que muchos
hayamos pasado de la ilusión al
desencanto. En cualquier caso, creo
que el pecado original está en que
como sociedad no hemos aprendido
de la historia. Ni de nuestra ni de la
historia universal.
32
Nueva gestión pública, paradigma
contemporáneo para la
administración
gubernamental
E
l reciente cambio de
gobierno constituye
un hecho relevante, en
términos de la forma de
hacer política pública y concebir
la relación que existe entre gober-
nantes y gobernados, lo cual invita
a reflexionar, desde la academia,
sobre los modelos dominantes de
administración de la cosa pública,
de la función positiva del Estado en
la sociedad, del control cruzado del
ejercicio democrático del poder y
acerca del manejo transparente de
los recursos colectivos.
Hasta hace poco tiempo, al menos
en muchos de nuestros países
latinoamericanos, se consideraba
Francisco Sorto Rivas
Economista y docente investigador de la Facultad de Maestrías de la UTEC
Los resultados de la gestión pública, en términos de eficiencia
presupuestaria y eficacia, en cuanto a la satisfacción de las
necesidades y expectativas de los usuarios de las instituciones
públicas, pasa por la idoneidad en la designación de sus directores,
de la conformación de sus órganos y de su compromiso de gestionar
las instituciones.
“solapadamente” que las funciones
del Estado eran más que todo de
carácter administrativo y no de
regulador de las imperfecciones
del mercado, controlador de
las externalidades económicas
del sistema, compensador de
las condiciones de inequidad
observadas en la distribución
del ingreso y la riqueza en la
sociedad, aunque se aceptaba, a
regañadientes, que tenía alguna
responsabilidad con la promoción
del desarrollo y el bien común.
Debido a esta visión conservadora
férreamente defendida por el
establishment, la exigencia pública
sobre la gestión de sus gobernantes
era relativamente modesta, debido
en parte por el incipiente grado
de conciencia que había acerca
de los derechos políticos de los
ciudadanos, por un lado; mientras
que por el otro, por los métodos
brutales de control social con que se
enfrentaban la diversas expresiones
de descontento civil, las cuales eran
señaladas automáticamente como
intentos desestabilizadores que
debían ser sofocados sin ningún tipo
de consideración.
Si bien es cierto que en El
Salvador el ejercicio del monopolio
de la violencia por parte del Estado
registró cambios positivos a partir
de la firma de los Acuerdos de Paz
y del advenimiento de gobiernos
Edición Nº. 44
33
No se puede
negar que el aparato
público continuó
funcionando con
todas las deciencias
propias de sociedades
con esquemas de
participación poco
desarrollados y donde
los encargados de la
gestión pública no se
preocupaban mucho
por la rendición
de cuentas ante
la ciudadanía en
general.
democráticamente electos, no
se puede negar que el aparato
público continuó funcionando
con todas las deficiencias propias
de sociedades con esquemas de
participación poco desarrollados y
donde los encargados de la gestión
pública no se preocupaban mucho
por la rendición de cuentas ante
la ciudadanía en general, y de los
usuarios directos de los servicios
prestados desde las instituciones
gubernamentales, en particular.
Esta forma de gobernar se ha
venido transformando, en las
últimas décadas, en diversas
latitudes del continente y como
resultado de un estudio profundo de
diversos aspectos relacionados con
la administración pública, acerca
de la gobernabilidad. Por ejemplo,
la legitimidad, la creación de valor
público, la planificación estratégica,
la administración responsable de
las instituciones del Estado, la
preocupación por la ciudadanía
política y social, la ampliación de los
espacios públicos para la inclusión
ciudadana en la definición de
políticas, entre otras. Se cuenta con
una basta producción de informes
sobre la administración pública en
nuestra región, y aunque muchos
de ellos comparten la preocupación
por problemas comunes, no
son parte de una sola escuela
de pensamiento, aunque sí son
coincidentes con una nueva visión
sobre la gestión institucional, la cual
desafía los enfoques tradicionales
de la administración burocrática y
trasciende el desarrollo posterior de
enfoques sobre eficiencia, eficacia,
economía y calidad, promovidos por
organismos como el Banco Mundial,
el FMI, CEPAL o el BID.
Consideramos por lo tanto,
desde la academia, que existen
34
En el gobierno,
los accionistas son
los ciudadanos y
los contribuyentes
son los que con sus
aportes sufragan
el funcionamiento
de las instituciones
públicas.
condiciones favorables para revisar,
a profundidad, los viejos paradigmas
sobre la administración pública, la
rendición de cuentas, la contraloría
social, la ciudadanía política y
la legitimidad de un gobierno
democráticamente electo. Es más, no
solo lo consideramos conveniente,
sino como una obligación, ya
que dos de los ejes centrales del
trabajo de cualquier centro de
estudios superiores, consisten en
la investigación y en la proyección
social, los cuales complementan su
misión de formación educativa.
Nueva gestión pública (NGP)
Debemos comenzar diciendo,
entonces, que este enfoque
supone una ruptura con la forma
de administrar la cosa pública
observada en nuestro entorno, a
pesar de las diferentes iniciativas
impulsadas, hasta la fecha, por
mejorar el desempeño del gobierno
y convertir a los directores de
instituciones en verdaderos
gestores (gerentes), inspirados por
el bien común, el control cruzado y
la representación ciudadana dentro
de nuestro régimen político.
Basta observar el funcionamiento
de algunas de nuestras instituciones
para percatarnos del bajo
compromiso que tienen sus
órganos de gobierno en crear
valor público para la ciudadanía,
dada la preocupación percibida a
través de sus procesos y productos
entregables a la sociedad, en general
y a sus usuarios, en particular, que
no responden a sus necesidades
y aspiraciones. Pareciera que
fueron diseñados deliberadamente
para desalentar a los usuarios de
acceder a los servicios públicos
que están obligados a entregarles.
Si comparamos los servicios
públicos con los privados, veremos
que estos últimos son producto de
procesos estandarizados, pensados
y diseñados en función de la
satisfacción del cliente. Mientras
que en las instituciones públicas, el
desgano, los procesos mal definidos
y el desinterés por la satisfacción
de los usuarios, se convierten en
características ontológicas de este
tipo de instituciones y que tienden
a estigmatizar, generalmente, al
funcionario público.
Edición Nº. 44
35
En esto consiste, en gran medida,
el desarrollo conceptual de la NGP:
en el interés de redimir el sentido
teleológico de la burocracia,
resaltando su calidad de medio
para la administración efectiva de
las políticas públicas, según sean
las competencias que le han sido
confiadas por el órgano ejecutivo.
Esto significa que la NGP pretende
revolucionar la administración
pública, reenfocando sus esfuerzos
al cumplimiento eficiente de los
objetivos que justificaron la creación
de la instituciones gubernamentales,
procurando satisfacer, a la vez, las
expectativas de los usuarios, de tal
manera que éstos evalúen bien la
gestión de sus titulares y legitimen
la existencia misma de las referidas
instituciones por considerarlas
necesarias para operativizar políticas
y satisfacer necesidades colectivas.
Hasta ahora, lo observado en varias
instituciones se conoce, en el argot
de los negocios, como conflictos
de interés entre principal-agencia,
donde los administradores de una
empresa terminan gestionando los
recursos aportados por los dueños,
en función de sus propios intereses
y no procurando maximizar el valor
de la empresa y las ganancias de los
accionistas.
En el gobierno, los accionistas son
los ciudadanos y los contribuyentes
son los que con sus aportes sufragan
el funcionamiento de las instituciones
públicas. Los encargados de la
dirección de estas hacen las veces de
directores y gerentes de empresas
privadas, de tal manera que las
instituciones deberían administrarse
para acrecentar la riqueza de los
ciudadanos y mejorar sus condiciones
de vida. A esto se le llama, en la NGP,
creación de valor público.
Aspecto central de la NGP
para reflexión
Son múltiples las categorías que
podrían agruparse bajo el concepto
de nueva gestión pública: pasando
por las políticas de comunicación
interna y externa de las instituciones
públicas, la calificación del recurso
humano y su gestión en general,
la adopción de prácticas de
planeación estratégica, la rendición
de cuentas, la transparencia, la
alineación presupuestaria con la
misión institucional, la meritocracia,
los planes de carrera, el diseño de
procesos y entregables según las
necesidades de los destinatarios de
las políticas gestionadas a través de
las instituciones gubernamentales,
etc. Sin embargo, un elemento
esencial para romper el círculo
vicioso del pobre desempeño
de la gestión pública consiste en
convertir a los directores de las
instituciones públicas en verdaderos
gerentes que administran recursos
colectivos para alcanzar el logro de
ciertos objetivos y cuyo desempo
debería ser evaluado, regularmente,
para determinar su idoneidad para
el puesto y tomar, así, las medidas
pertinentes, a nivel ejecutivo, para
garantizar un buen desempeño
público global.
Son estas competencias
gerenciales las que permiten
asignar, eficientemente, los
recursos presupuestarios a
disposición de las organizaciones,
destinándolos hacia aquellas
actividades con mayor rentabilidad
social y donde el impacto positivo
sobre las condiciones de vida de
los usuarios resulte duradero. El
uso de los recursos institucionales,
entonces, debe distribuirse entre las
alternativas existentes, las cuales
deben evaluarse, como sucede
en el sector privado, donde el
propósito del gobierno corporativo
es incrementar o preservar el valor
de la organización. Se trata de
maximizar el valor de la empresa.
En el caso del gobierno, esto
no debería ser distinto, dado que
la inmaculada ejecución presu-
puestaria, per se, no constituye
36
Son estas
competencias
gerenciales las que
permiten asignar,
e cientemente,
los recursos
presupuestarios a
disposición de las
organizaciones.
ninguna garantía de mejora en la
riqueza social, ni de la mejora en
el nivel de vida de la población. El
gasto de ingresos públicos que no
se traduce en beneficios sociales
representa, para todos los efectos
prácticos, una destrucción de riqueza
nacional, ya que el Estado habría
distraído recursos de actividades
productivas ejecutadas por el
sector privado (impuestos) para
despilfarrarlos posteriormente.
La disposición para asumir el
compromiso de manejar racio-
nalmente los recursos colectivos
sería una de las virtudes deseadas
en los gerentes públicos, ya
que el dinero que se malgasta
en actividades improductivas
reduce en esa misma proporción
la disponibilidad de fondos para
atender servicios meritorios como la
salud pública, la educación pública,
la conservación de la infraestructura
económica y social del colectivo
imaginario, la seguridad ciudadana,
etc. Los encargados de la gestión de
las instituciones públicas deberían
contar, entonces, con competencias
administrativas demostradas para
gestionar recursos presupuestarios
escasos entre múltiples nece-
sidades sociales. Sobre todo si
tomamos en cuenta que muchos
salvadoreños carecen de ingresos
suficientes para satisfacer algunas
de sus necesidades básicas, depen-
diendo para ello únicamente del
gasto público. Es por eso que los
encargados de la administración
pública deben ser más probos,
inclusive, que los gerentes
privados, ya que los recursos
colectivos captados como tributos
deben retornar a la población en
general en forma de servicios y,
particularmente, para los menos
afortunados.
Edición Nº. 44
37
Evaluación social de proyectos
Una de las características
esenciales que deberían tener los
funcionarios públicos es la idoneidad
para el cargo, de tal manera que las
decisiones que tomen al asignar
recursos colectivos generen el
mayor valor público posible para
la población en general. Esto
nos permite afirmar que la única
manera de lograrlo consiste en
obtener rendimientos sociales por la
ejecución de proyectos públicos, por
encima de los recursos invertidos.
La inversión productiva de dichos
recursos, desde una perspectiva
social, incide sustancialmente sobre los
r e s u l t a d o s d e l a g e s t i ó n d e t o d o g o b i e r n o .
Haciendo un parangón con el sector
privado, se puede decir que cuando
los recursos de las organizaciones se
invierten apropiadamente, el valor de
las empresas crece. El caso contrario es
que cuando las decisiones de inversión
son desafortunadas se destruye parte
del valor de las organizaciones. Si los
recursos públicos generan
rentabilidad social,
la comunidad se
beneficia; caso
contrario, frente
a las decisiones
de inversión
irracionales, desde el
punto de vista social,
se puede terminar
destruyendo
parte de la
riqueza de la
nación.
Para garantizar
que los proyectos
públicos contri-
buyan al desarrollo
económico del
país se necesita
restaurar el sistema de inversn
pública que se diseñó hace algunos
años, a fin de seleccionar los
proyectos institucionales con VAN
social positivo. Con ese banco de
proyectos institucionales factibles,
se pueden hacer priorizaciones que
faciliten la asignación eficiente de
los recursos públicos, así como una
mejor gestión de financiamiento ante
la falta de recursos suficientes para
implementarlos. La disponibilidad
de proyectos factibles constituye un
elemento central para la formulación
del presupuesto de capital para
cualquier organización. Esto no
debería ser una excepción para el
gobierno. Al hablar de presupuesto
de capital nos referimos a la
priorización de proyectos, según
montos de inversión y tasas
de retorno social, así como a la
identificación de fuentes para su
financiamiento y la programación de
desembolsos en el tiempo.
Este sistema de inversión pública
debería operar estrechamente con
el Ministerio de Hacienda, dado que
constituiría un insumo fundamental
para la elaboración y ejecución
del presupuesto. Sin embargo, la
responsabilidad de evaluar o de
definir los criterios para hacerlo no
debería corresponder al Ministerio
de Hacienda. Podría habilitarse una
oficina especializada en evaluación
de proyectos y desarrollo de
metodologías que permitieran
formular y evaluar proyectos públicos
y sociales. Esta oficina debería
determinar, además, los precios de
cuenta necesarios para cuantificar
los beneficios y costos sociales
relacionados con dichos proyectos,
a como la tasa social de descuento
para valorar los beneficios sociales
esperados al ejecutarlos.
Se ha pretendido enfatizar la
necesidad de promover de una
verdadera gerencia pública para las
instituciones de gobierno, a partir
de aportes teóricos pertinentes y
la experiencia empírica disponible,
a fin de garantizar un uso eficiente
de los recursos presupuestarios
y, además, eficaz para alcanzar
objetivos de política.
A parte de la idoneidad para
ocupar cargos de dirección,
en cuanto a competencias
administrativas, se señaló que
los funcionarios deberían tener,
también, una visión preclara de
las misiones institucionales de las
organizaciones que dirigen. Se
destacó, además, la necesidad
de restablecer los mecanismos
de coordinación interinstitucional
para ejecutar, de mejor forma, el
presupuesto general de la nación
y alcanzar el máximo bienestar
colectivo posible, gracias a la
intervención del Estado en la
economía.
Finalmente, se quiso dejar
constancia de la urgencia que hay
de restablecer un sistema funcional
de inversión pública para evaluación
de la factibilidad de los proyectos
sociales. Es así como, desde la
academia, se ven los espacios
abiertos para mejorar la gestión
pública en El Salvador, no solo
diseñando programas de formación
para los futuros servidores públicos,
como ya lo hace la universidad,
sino que además, a partir de la
investigación y proyección social,
para acompañar al gobierno en
cualquier proceso de mejora que
emprenda.
Conclusiones
38
Una agenda de investigaciones que
transforme el entorno
A
lgunas de las instituciones
de educación superior,
independiente si es
pública o privada, han
dado muestras de su quehacer
en investigación. En muchas
ocasiones con recursos limitados
y sin cuadros formados para la
investigación. Estas instituciones
tienen sus líneas y muy pocas de
ellas trabajan con una agenda. La
infraestructura para investigación es
débil. Lo anterior da como resultado
esfuerzos aislados, que en muy
poco contribuyen a solucionar la
problemática y necesidades que
enfrenta la población, el sector
productivo y sector gubernamental
en El Salvador.
No obstante, las universidades
siguen siendo el centro de esperanza
no solo para formar profesionales
aptos y sensibles, sino porque
como lo dice el artículo 3 de la Ley
de Educación Superior (L.E.S.), son
tres las funciones de todo centro
Blanca Ruth Orantes
Directora de Investigaciones de la UTEC
La agenda de investigación nacional debe ser planeada desde los
entes del Estado competentes, por medio de un plan estratégico
nacional que vincule al sector educación y el sector productivo. El
plan estratégico de las instituciones de educación superior debería
estar en concordancia con el plan nacional. Una agenda nacional
permitiría contar con una plataforma que mida el impacto y
trascendencia de sus acciones.
de educación superior: docencia,
investigación y proyección social de
las que se esperan frutos. Y sobre esa
base la sociedad reclama y demanda
de las universidades producción
científica y sobre todo que éstas
vayan al encuentro de problemas
y necesidades en la sociedad. Es
decir que la investigación parte
de un mundo real dado, con miras
a transformar la realidad. Padrón
Guillén (2007).
Los historiales de investigaciones
que están en las instituciones de
educación superior, entre ellas las
universidades, son amplios. Muchas
veces con buenos diagnósticos,
otras con muy buenos aportes,
pero no trascendentales. Tal vez ha
faltado difusión y buscar que las
investigaciones den productos que
bien podrían ser planes de solución,
propuestas factibles, diseños,
modelos, prototipos, entre otros.
Además de apoyar la investigación,
desde programas efectivos de
Edición Nº. 44
39
formación de investigadores,
hasta apoyar con infraestructura
y financieramente proyectos de
mayor cobertura, con modelos de
investigación o acción participativa,
e invertir más en investigación
experimental. Sin embargo, sigue
siendo urgente construir una
agenda nacional de investigación,
como se mencionó, que integre
los esfuerzos de las instituciones,
que busque la vinculación efectiva
de la empresa con la universidad
u otras instituciones de educación
superior. Al respecto se ha recibido
con beneplácito la iniciativa
del Viceministerio de Ciencia y
Tecnología por medio del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología
(Conacyt), que busca conformar este
año una agenda nacional e incluir a
todos los centros de investigación
del país, así como conocer sus
capacidades en infraestructura
y en recurso humano formado.
Antes la administración anterior del
viceministerio mencionado, creó el
Fondo de Inversión para la Educación
Superior para apoyar proyectos de
investigación de las instituciones
de educación superior acreditadas,
algunos finalizados y otros en
desarrollo. No obstante, no existía
una agenda nacional que respondiera
a la problemática nacional, en donde
no hay solo problemas y necesidades
tecnológicas, sino también sociales.
Paralelamente, las universidades
salvadoreñas deberían aunar
esfuerzos en proyectos de mayor
magnitud interuniversitarios, y a
la vez buscar vincularlos a redes
nacionales e internacionales.
La dependencia que nos
caracteriza se hace sentir inclusive
en la baja producción intelectual,
pues es mínima la producción de
textos en la educación superior.
Tal vez ha faltado
difusión y buscar que
las investigaciones den
productos que bien
podrían ser planes de
solución, propuestas
factibles, diseños,
modelos, prototipos,
entre otros. Además de
apoyar la investigación,
desde programas
efectivos de formacn
de investigadores,
hasta apoyar con
infraestructura y
nancieramente.
40
En muchos de los casos se utiliza
bibliografía de México, Colombia,
España, Argentina, entre otros.
Por supuesto que se requiere la
reivindicación del rol de docentes
e investigadores, que se cambie la
concepción de simple tubería del
conocimiento, y pase a creador
e innovador del mismo, tal como
lo dice Padrón Guillén, (2004). En
una agenda de investigación no
basta plasmar líneas, se deben al
mismo tiempo diseñar programas
que mejoren los resultados y
difusión de las investigaciones
desarrolladas por estudiantes,
docentes y autoridades de las
universidades, considerando que
son organizaciones socioculturales
y/o tecnogicas, en donde toda
la comunidad educativa está
involucrada en el quehacer docente
e investigativo, Muro Lozada
(2007).
Aspectos claves en una agenda
de investigación
Hasta ahora se pueden identificar tres
aspectos clave para desarrollar una
agenda de investigación exitosa. El
primero es tener un programa integral
de formación de investigadores, que
supere la mediocridad, que pase de
sueños a resultados. No basta hacer
investigación sin aplicar la rigurosidad
del método, independiente del
tipo de investigación, sea teórica,
clásica, meta, analítica, descriptiva,
etc. Además de formar la figura
de investigador gestor, el cual
busque conformar su propia red
o adherirse a las ya existentes,
buscar financiamiento para su
proyecto y colocar el producto de su
investigación en el mercado. Padrón
G. (2007). Además esto permitiría
crear una estrategia como parte del
reconocimiento del capital de saberes
existentes en las instituciones, Muro
Lozada (2007). Es decir, entrenar
un equipo de alto desempeño
completamente comprometido con
la investigación y la transformación
de su entorno. Hay que planificar
sobre líneas de investigación que
respondan no solo a problemas
y necesidades de los diversos
sectores, sino también, a la misión,
visión y objetivos institucionales. Si
hubiere una línea propuesta por un
equipo de investigadores o docentes,
que corresponden con los objetivos
de la institución, por supuesto
no debería dejar de incluirse. Es
importante tener una política fuerte
alrededor de la investigación. Si se
ha demostrado que la investigación
es fuente de creación e innovación
del conocimiento, la misma debe
ser apoyada con responsabilidad,
con medidas de control, pero que
no se conviertan en obstáculo a los
proyectos y asegurar la calidad de los
productos. La política debería incluir
al sector productivo, el cual debe
despertar su sentimiento nacional
hacia dentro; es decir, que apoye
proyectos de investigación para el
desarrollo. El desarrollar proyectos
no solo le apuesta a la creación
e innovación del conocimiento
propio, sino también contribuye a
mejorar el capital humano calificado.
Vincular la investigación, docencia y
proyección social, bajo un esquema
de enseñanza centrada en el enseñar
a pensar y a resolver problemas de
manera creativa. El docente es pieza
clave, para ello se le debe ofrecer
Edición Nº. 44
41
una guía que le permita orientar su labor
educativa hacia el desarrollo del espíritu
científico. Castillo Sánchez (2007)
Al respecto Escorcia Caballero,
Gutiérrez Moreno y Henríquez
Algan, (2007) exponen dos
enfoques o paradigmas: el clásico
tradicional y el alternativo. Los
autores citados señalan la necesidad
de romper con los paradigmas como
el clásico, tradicional, tecnológico e
instruccional, en donde prevalece
la fragmentación y separación de
procesos como la docencia, la
investigación y proyección social.
Esta fragmentación se refleja en la
misma Ley de Educación Superior
actual, situación que en alguna
medida no permite la articulación de
las tres funciones principales de una
institución de educación superior.
El enfoque alternativo considera
la formación como el conjunto de
reglas y principios que generan
diferentes clases de prácticas que
producen diferentes desarrollos en
los sujetos sobre sus competencias
y desempeño. Para el caso, la
docencia debería ser referente
y receptor de los resultados del
proceso de investigación, así como
la proyección social el destino de
algunos productos de investigación.
Lo reitera Padrón Guillén, (1992)
al hablar de que de las prácticas
investigativas exitosas se nutre la
academia y se beneficia la sociedad.
Es decir, si las prácticas de la
docencia, investigación y proyección
social se articularan, se tendría en
la docencia creación e innovación
del conocimiento, emanada de
la investigación, al igual que la
proyección social, que a su vez
formaría mejores ciudadanos con
niveles de sensibilidad para con la
sociedad y su entorno.
El ser humano debe ser el aspecto central.
De nada sirve un país con alta tecnología si los
problemas del ser humano persisten.
A partir de esta premisa, hay que formular una
agenda de investigación que logre productos
de investigación que transformen un mundo real
dado por intervenciones y soluciones
que emanen de las investigaciones en todas
las áreas de conocimiento.
Algunas conclusiones
Hasta la fecha no existe una
agenda de investigación nacional.
Se conocen recientes iniciativas del
MINED por medio del Viceministerio
de Ciencia y Tecnología y Conacyt.
Existen algunas universidades
que cuentan con una agenda de
investigación, con énfasis en
algunas áreas de conocimiento,
pero atadas a cumplir con el Art. 37
de la Ley de Educación Superior que
reza: “Los requisitos mínimos para
que una institución de educación
superior conserve la calidad
como tal, son los siguientes: … d)
Realizar o mantener, por lo menos,
un proyecto de investigación
relevante por año, en las áreas
que ofrecen; para lo cual, deberán
contar con presupuesto asignado y
podrán ser apoyados con recursos
públicos y privados. Los proyectos
de investigación con duración
mayor de un año, deberán reportar
al Ministerio de Educación el
avance anual de los mismos….
Dicho artículo exige cubrir todas
las áreas de conocimiento que
oferta.
En cuanto a la formación
de investigadores, fueron las
universidades las primeras en iniciar
este proceso, por medio de cursos,
diplomados, maestrías y doctorados
transnacionales. La misma Ley de
Educación Superior establece en
el Art. 37: g) Los proyectos de
investigación… serán asumidos,
preferentemente, por los docentes a
tiempo completo. … quiénes realicen
investigación…” No obstante, en
ninguna disposición se establece la
necesidad de formar investigadores
desde la academia, ni la necesidad
de articular las tres funciones
principales de las universidades. Sin
embargo, debería considerarse los
requerimientos de un nuevo docente
que posea una formación sólida,
tanto académica como investigativa,
y capacidades pedagógicas para
llegar a ser un testimonio de lo que
enseña y de lo que hace. Con ello
se superarían muchas insuficiencias
en la formación de los estudiantes,
desde lo académico hasta lo laboral.
Estarían, entre otros, en la capacidad
de solucionar problemas en el
trabajo, la familia, en lo académico,
Arias, López y Jaramillo, (2007)
42
Recomendaciones
En primer lugar, se deben integrar los
esfuerzos a nivel de país. Deberían
considerarse las necesidades y
problemáticas que enfrenta la
sociedad salvadoreña, el sector
productivo y el sector gobierno.
Necesidades de la calidad de vida en
general y de mejorar la productividad.
Con ello se podría, paulatinamente,
disminuir el nivel de dependencia en
todos los sentidos, independiente
del factor ideológico.
El ser humano debe ser el aspecto
central. De nada sirve un país con alta
tecnología si los problemas del ser
humano persisten. A partir de esta
premisa, hay que formular una agenda
de investigación que logre productos
de investigación que transformen un
mundo real dado por intervenciones
y soluciones que emanen de las
investigaciones en todas las áreas de
conocimiento. Al final se tendría un
mundo transformado. Padrón G. (2007)
También se deben considerar los
énfasis en investigación de cada
institución de educación superior.
Se deberían observar las fortalezas
en infraestructura, laboratorios,
recurso humano, entorno apropiado,
etc. Para potenciar la investigación
colaborativa interuniversitaria, inde-
pendiente si son públicas o privadas,
al fin todos somos salvadoreños y
los fines de la educación superior,
se pueden alcanzar con el trabajo
colaborativo o conjunto. Las ventajas
comparativas que tiene cada
universidad sin duda fortalecerían
los procesos de investigación y la
formación de investigadores, que si
bien se requiere de doctores, pero
que también las investigaciones
no se midan en calidad, solamente
por el número de publicaciones en
revistas indexadas, sino también
por la solución que den a las
problemáticas abordadas.
Es decir, propiciar la investigación
para el desarrollo. Lo que
paralelamente estaría integrando las
tres funciones de toda universidad,
que manda el citado arculo 3 de
la Ley de Educación Superior. La
investigación debería introducirse
como eje transversal en todos los
niveles educativos y en la educación
superior, tal como lo plantean
Arias, López y Jaramillo (2007).
Particularmente el nivel de maestrías
que promueve en el estudiante
su capacidad de auto-organizarse
y ser autónomo y en esa medida
apropiarse de su compromiso con la
producción y ampliación del cuerpo
de conocimientos aplicados.
En resumen, una agenda de
investigación debe tener como
objetivo establecer objetivos
estratégicos. Concebir la
investigación básica y aplicada
como proceso social, que busca el
mejorar la calidad del ser humano
y de la sociedad. Interrelacionar
necesidades e intereses personales,
grupales, institucionales y sociales
como vía para dar respuesta desde
una perspectiva o enfoque crítico, a
la problemática nacional a través de
proyectos transformadores.
Edición Nº. 44
43
44
Valor histórico y
turístico de México
N
o son pocas las ocasiones
en que el ramo turístico,
principalmente en México,
se ha desaprovechado diferentes
elementos que podrían activar su
completo potencial. Dentro de una
economía que lo está pidiendo
a gritos, incentivar la industria
turística se ha vuelto una necesidad
imperante ante la amenaza de la
extinción de los mantos petroleros
o la repatriación de los mexicanos
de Estados Unidos, cuyas remesas
constituyen la primera fuente de
Juana Patricia Muñoz Chávez / Victoria Hernández Ramírez / Héctor Barrios Quiroz
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México.
El análisis histórico que marca la trascendencia de la República
Mexicana como nación, al emplear el método de análisis y síntesis
documental que permite realizar consideraciones de hechos y
acontecimientos histórico-culturales, concluye que es necesario
impulsar la industria turística, tomando como primicia el patrimonio
histórico y cultural con que cuenta México, que posibilite generar
empleos directos e indirectos.
inyección de recursos económicos
procedentes del extranjero.
Considerando los puntos ante-
riores, y sobre todo ante el temor
de hacer grandes
desembolsos
económicos
para invertir en
complejos tu-
rísticos cuyas
utilidades no estarían aseguradas, el
sector público puede aprovechar el
patrimonio histórico de México para
el fomento turístico, tomando en
cuenta que Chichen Itzá fue decla-
rada maravilla del mundo moderno
en 2007. Se constata el interés en
todo el mundo en el aspecto cultural,
ejemplos como Chichen Itzá,
Teotihuacan, Tula, Uxmal y Palenque
han sido considerados símbolos
de la cultura mesoamericana,
pero existen otros destinos que
tienen un gran potencial y han
Edición Nº. 44
45
sido descuidados como Paquimé
en Chihuahua, Itzamná en Yucatán
e incluso Cuicuilco en la Ciudad
de México, destinos que con un
adecuado programa de publicidad
y restauracn serían destinos
turísticos de alto impacto no solo a
nivel nacional, sino internacional.
Sin embargo, no únicamente
la Mesoamérica prehispánica
El recorrido
turístico histórico
puede ser
interminable. Sin
embargo, rara vez
es aprovechado y
en una economía
que pretende crecer
ante una inevitable
extincn del petróleo.
La historia y el
turismo juntos son la
llave del desarrollo.
representa una serie de destinos
turísticos potencialmente redituables
al turismo de México. A lo largo de
su historia se encuentran huellas
imborrables de la construcción de la
nación y que son puntos de referencia
insoslayables. En la época colonial
aparecen las primeras ciudades de
la Nueva España: México, Puebla,
Guanajuato, Veracruz, Valladolid
(hoy Morelia) y Oaxaca, que
representan actualmente bastiones
de expresiones artísticas y culturales
de la fusión de dos culturas. Tan solo
en la Ciudad de México se encuentra
ubicado el zócalo capitalino, que
reúne a la Catedral Metropolitana y el
Palacio Nacional en conjunto con el
Templo Mayor. Este destino además
es muy económico y representa un
claro ejemplo de conquista social,
espiritual y política por parte de la
España colonialista sobre el pueblo
azteca. Puebla, también conocido
como el relicario de América, ofrece
una gastronomía y arquitectura
única. Taxco representa una muestra
interesante de adaptación al medio
ambiente de la Sierra de Guerrero,
cuya iglesia (Santa Prisca) es un
ícono del barroco churrigueresco de
México. Guanajuato no solo como
ciudad sino como Estado marca
una etapa de transición entre el
México Novohispano y el México
independiente, considerado como
cuna de la independencia. Se puede
encontrar al pueblo de Dolores,
Hidalgo, donde la madrugada del 16
de septiembre de 1810 se convocó
a la lucha armada y ello representa
un lugar clave (principalmente la
parroquia de Dolores). Dentro de
la capital del Estado se encuentra
la Alhóndiga de Granaditas, que
representa la última fortaleza de
los españoles radicados en la
ciudad ante el embate del ejército
insurgente de Miguel Hidalgo y que
al caer en manos de los libertadores
hizo de Guanajuato, la primer
plaza importante tomada por los
insurgentes. Guanajuato además
de presentar año con año el festival
cervantino, emblema de la cultura
iberoamericana, es el lugar donde
inició el sueño de libertad de un
pueblo sometido por 300 años al
poderío de España.
La guerra de independencia da
a Guadalajara el atractivo de ser
la ciudad donde se declara el 6 de
diciembre de 1810 la abolición de la
46
esclavitud, cuando no se había hecho
aún en ningún país de América,
además de promoverse la primera
Revolución Agraria que buscaba la
reivindicación de los naturales en
referencia a sus tierras ancestrales.
Guadalajara no solo es la segunda
ciudad en importancia del México
actual, sino que representa la cuna
de los primeros decretos más
importantes de reivindicaciones
sociales en México lo que la hace
doblemente atractiva como destino
turístico.
Cuautla, Morelos, cuyo nombre del
Estado al que pertenece representa
un homenaje a José María Morelos
y Pavón, representa el lugar donde
Morelos cobra fama como general
del movimiento de independencia
al llevar a cabo el famoso sitio el 24
de diciembre de 1811 y que lo va
a etiquetar como un estratega de
fama internacional que despertó la
admiración del general Napoleón
Bonaparte.
Otro destino interesante de
México y que respira libertad es
Iguala en el Estado de Guerrero,
enclavada en la zona serrana del
sur de México. Iguala representa la
culminación de la independencia, el
sueño libertario de toda una nación,
la unión de todos los mexicanos,
el emblema de las tres garantías:
unión, religión e independencia
que marcarían las pautas del
México independiente y que darían
lugar al nacimiento de la bandera
nacional con los colores verde
(independencia), blanco (religión)
y rojo (unión), que culminaría con
el desfile del 27 de septiembre de
1821 en la Ciudad de México por
la avenida de los Insurgentes que
debe su nombre a este evento
precisamente.
El periodo de guerra de
independencia abarca once años
de la historia del país. Inicia el 16 de
septiembre de 1810 y culmina el 27
de septiembre de 1821.
Si se sigue una línea del tiempo de
la Historia de México se encuentra
la primera etapa del México
independiente que representa
graves problemas en el ámbito
económico y político, a grado tal que
en 1823 la región centroamericana
decide separarse del país (Cosío
2002). Todas las naciones excepto
Chiapas decide quedarse dentro
del entonces Imperio Mexicano.
Chiapas no es solo riqueza natural,
representa identidad nacional, pero
desgraciadamente es uno de los
Estados más descuidados del go-
bierno federal no solo en el aspecto
turístico, sino en el económico y
social. De ese descuido se desprende
el movimiento encabezado por el
subcomandante Marcos del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN), de lo cual se hace necesario
mencionar que para el desarrollo
del turismo es menester también
apoyar a la comunidad, porque
un desequilibrio socio-económico
afecta la estabilidad, elemento
Edición Nº. 44
47
En el México
contemporáneo la
década de los años
60 del siglo pasado,
representa un cambio
político-cultural
importante que
históricamente presenta
a Tlatelolco como ícono
de lucha y resistencia
ante la represión
gubernamental
representada por los
acontecimientos del 2 de
octubre de 1968.
clave del turismo que permite dar
seguridad al turista que a fin de
cuentas es el mejor promotor y
publicista de los servicios turísticos.
Otro punto importante de México
es el heroico puerto de Veracruz,
que ha soportado varias invasiones
por parte de potencias extranjeras
como España, Francia, Inglaterra y
Estados Unidos. Con este último país
se libró una épica batalla en Cerro
Gordo, que representó una férrea
resistencia que desgraciadamente
terminó en derrota y culminó con la
invasión de la Ciudad de México en
un sitio que representa para todos
los mexicanos un bastión heroico:
El Castillo de Chapultepec. Este
verdadero monumento histórico hoy
es sede del museo de Historia de
México y en él se puede encontrar
diversas salas que exhiben aspectos
que hacen respirar los momentos
s importantes de la historia
de nuestro país, pero lo más
importante es lo que el Castillo de
Chapultepec representa en sí: fue
sede del Colegio Militar del México
independiente y en referencia a la
guerra contra los Estados Unidos
representa una de las epopeyas
épicas más honrosas de la Historia
de México, donde seis cadetes
del colegio: Juan de la Barrera,
Juan Escutia, Francisco Márquez,
Fernando Montes de Oca, Vicente
Suárez y Agustín Melgar junto con
Nicolás Bravo y el Batallón Activo
de San Blas a cargo de Santiago
Xicotencatl defendieron su posición
el 13 de septiembre de 1847 a grado
tal que narran algunas crónicas de
la época que el cadete Juan Escutia
se envolvió en la bandera nacional y
se aventó al vacío para evitar que el
lábaro patrio cayera en manos de los
invasores. Con la caída de México
contra Estados Unidos en la guerra
de 1846 a 1848, el país pierde más
de la mitad de su territorio (Briceño
1999). La guerra entre México contra
Estados Unidos tiene su antecedente
inmediato en la independencia de
Texas en 1836, en donde por los
Tratados de Velasco se concede
dicha emancipación con la condición
de que Texas no se incorporase a
territorio estadounidense, acuerdo
que es violado en marzo de 1845 y
representa una clara provocación
a los intereses de México, ya que
además los norteamericanos
pretendían extender la frontera
texana hasta el Río Bravo, siendo
que desde los tiempos de la
conquista esta frontera estaba en el
Río Nueces al norte del Río Bravo lo
que irremediablemente llevó a estas
naciones a la guerra en 1846.
La guerra inicia en California, con
victorias del general norteamericano
Taylor que repliega al ejército
mexicano hasta Saltillo, mientras el
general Scott es enviado a Veracruz.
Santa Anna se incorpora a la lucha
y repliega a Taylor hasta Buenavista,
California, pero no se atreve a
liquidarlo (22 y 23 de febrero de 1847)
e inesperadamente deja escapar
la victoria. El general Scott ataca
Veracruz y Santa Anna. Después
de su deshonrosa retirada decide
combatirlo, pero es finalmente
derrotado en Cerro Gordo y decide
regresar a la capital. Scott se dirige
al Castillo de Chapultepec en ese
tiempo sede del Colegio Militar y lo
ataca el 13 de septiembre de 1847,
El colegio es defendido por Nicolás
Bravo y los cadetes Juan Escutia,
Juan de la Barrera, Fernando
Montes de Oca, Franciscorquez,
Vicente Suárez y Agustín Melgar
apoyados por el Batallón Activo de
San Blas de Santiago Xicoténcatl,
pero desgraciadamente caen y con
ello se produce la inminente derrota
en esta injusta guerra representada
por el izamiento de la bandera
norteamericana en el zócalo
capitalino el 23 de septiembre de
1847. La guerra culmina el 2 de
febrero de 1848 con la firma de los
Tratados de Guadalupe-Hidalgo,
donde México es obligado a ceder
los territorios del sur del Río Nueces,
Alta California y Nuevo México (que
incluía los territorios de los actuales
estados de Nevada y Arizona). Pierde
más de la mitad de su territorio.
Posterior a la guerra logra, recu-
perar Yucatán, quien por problemas
con el gobierno centralista decretó
su independencia oficialmente
en 1846 y por la famosa guerra de
48
castas entre hacendados yucatecos
e indígenas agudizó sus problemas
internos hasta que en 1849 Yucatán
decide solicitar nuevamente su
anexión a México, de ahí se puede
entender por qué en Yucatán la
mayoría de sus habitantes no
se sienten identificados como
mexicanos, sino como “yucatecos”.
Si se visita el lugar y se pide una
cerveza en cualquier local te
preguntan: ¿desea cerveza nacional,
cerveza yucateca, o importada?
(refiriéndose a cualquier otra cerveza
de otra región del país). Sin embargo,
Yucatán es rico en gastronomía y es
importante recordar que posee una
de las siete maravillas del mundo
moderno: Chichen Itzá, por lo que es
básico impulsar el turismo en esta
región alguna vez conocida como la
“Hermana República de Yucatán”.
Con el avance de la historia se
entra en una etapa de conflictos
constantes que provocan la llegada
al poder de suAlteza serenísima:
Antonio López de Santa Anna, que
durante su dictadura crea el Gran
Teatro de Santa Anna, obra cumbre
de su despilfarro económico, pero
que representa arquitectónicamente
una verdadera obra de arte.
Para el año 1862, viene la
intervención francesa (Delgado,
1992) y con ello la famosa batalla del
5 de mayo, que es conmemorada año
con año no solamente en Puebla, sino
también en la Ciudad de México, con
representaciones que incluso han
trascendido la frontera nacional. No
se debe olvidar que la celebración
de la batalla del 5 de mayo es más
importante para la comunidad
mexicana en Estados Unidos que
el mismo 16 de septiembre, el
que se conmemora el inicio de la
independencia de México.
La intervención francesa tiene
su causa inmediata en el año
1862. Ante la inminente crisis que
atravesaba México, el presidente
Juárez declara una moratoria de
dos años en relación con los pagos
con los acreedores extranjeros, lo
que sirvió de pretexto al ejército de
Francia para invadir el país no sin
antes producirse una batalla el 5 de
mayo de 1862 en donde el ejército
mexicano al mando del general
Ignacio Zaragoza (que por cierto
nació en Texas) derrota al entonces
considerado mejor ejército del
mundo. Sin embargo, la invasión
francesa es consumada tiempo
después, lo que obliga al presidente
Juárez a retirarse al norte del país
hasta Paso del Norte (hoy Ciudad
Juárez), Chihuahua, e instaurar
ahí la resistencia del gobierno
liberal. Mientras tanto Napoleón
III, apoyado por los conservadores
mexicanos, trajeron a Maximiliano
de Habsburgo, segundo heredero
a la corona del Imperio Austro-
Húngaro a gobernar México en lo
que se conoce como el Segundo
Imperio Mexicano. Con la retirada
de las tropas francesas de México
debido a una inminente guerra entre
Francia y Prusia y el fin de la guerra
civil en Estados Unidos, los liberales
se fortalecen y empiezan a avanzar al
centro del país donde en Querétaro
los esperan los conservadores al
mando de Maximiliano, apoyado por
Miramón, Márquez y Mejía. Después
de una larga contienda triunfan los
conservadores y se pone fin a la
intervención francesa en México
con el fusilamiento de Maximiliano
de Habsburgo y los generales
conservadores Miramón y Mejía al
pie del Cerro de las Campanas el 19
de junio de 1867. El 27 de noviembre
de 1867 el cadáver del emperador es
llevado a Europa y el 15 de julio de
ese mismo año el presidente Benito
Juárez entra triunfante a la capital e
inicia un periodo en el que el régimen
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republicano será la característica
básica del país.
C o n e l a s c e n s o d e P o r f i r i o D í a z a l a
pre s i de n c i a de México se enmarc a
una época de apogeo económico,
pero también de grave explotación
de las masas campesinas a partir
de las haciendas que eran grandes
extensiones de tierras en manos
de unos cuantos ricos latifundistas
que mantenían prácticamente
muertos de hambre a los cam-
pesinos para amasar grandes
riquezas. Estas haciendas, que
afortunadamente ya no cumplen
su tarea de explotación, han
dejado lugares turísticos de gran
atractivo. Ex haciendas como
Temixco, en Morelos; San Miguel
Regla, en Hidalgo; Acolman, en el
Estado de México; e infinidad de
haciendas que presentan tradición
e identidad mexicanas. Asimismo,
durante el Porfiriato se crearon
algunos de los monumentos más
importantes de la capital como
el Palacio Legislativo, del cual
irónicamente solo queda la cúpula
del Monumento a la Revolución,
el edificio central de correos de
gran belleza artística, el Palacio
de Bellas Artes construido por
el italiano Adamo Boari y que
pertenece a la llamada corriente
de Art-Noveau (Arte nuevo) y
el monumento del Ángel de la
Independencia, obra del mexicano
Rivas Mercado, que confirman a
la capital como un punto histórico
importante de visita del turista
nacional y extranjero.
Durante el año 1908, ante el
reportero norteamericano James
Creel, el presidente Porfirio Díaz
manifestó que los mexicanos
ya estaban capacitados para
gobernarse democráticamente, por
lo que surgieron varios candidatos
para la elección de 1910. El más
fuerte de ellos fue Francisco I.
Madero, quien de manera ilegal
es encarcelado y aún en prisión
participa en las elecciones que
bajo fraude electoral Porfirio Díaz
se declara vencedor. Madero logra
escapar de la cárcel y huye a Estados
Unidos, donde proclama el Plan de
San Luis, que declaraba desconocer
el gobierno del presidente Díaz,
nombraba presidente provisional
a Francisco I. Madero, condenaba
el antirreelecionismo y llamaba a
levantamiento armado al pueblo en
general el 20 de noviembre de 1910.
Con el advenimiento de la
Revolución Mexicana a partir del
20 de noviembre de 1910, el país
sufre un cambio radical que llevará
al México contemporáneo.
En el México contemporáneo la
década de los años 60 del siglo
pasado representa un cambio
político-cultural importante
que históricamente presenta a
Tlatelolco como ícono de lucha
y resistencia ante la represión
gubernamental representada
por los acontecimientos del 2
de octubre de 1968, donde una
manifestación estudiantil fue
injustamente reprimida pero que
da significado a la lucha popular.
Tlatelolco como punto histórico
representa la confluencia de
tres culturas: la prehispánica, la
colonial y la moderna (Plaza de las
Tres Culturas).
El recorrido turístico histórico
puede ser interminable. Sin
embargo, rara vez es aprovechado
y en una economía que pretende
crecer ante una inevitable
extinción del petróleo, la historia
y el turismo juntos son la llave del
desarrollo.
Conclusiones
México posee una riqueza histórica y cultural innegable, que
es reconocida a nivel mundial, pero que no se ha sabido
explotar con la magnitud necesaria para el desarrollo turístico
del país y que abren una ventana al futuro a tener en cuenta
por las presentes y futuras generaciones.
La historia de México representa una riqueza única y las
huellas que ha dejado a lo largo del tiempo constituyen un
patrimonio turístico importante que se debe valorar y fomentar
en beneficio de todos. Turismo e historia representan una línea
inseparable de conocimiento y potencial fuente de recursos
ilimitados en espera de ser valorados y aprovechados.
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