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Inclusión o exclusión educativa: Dicotomía del sistema educativo salvadoreño. Manuel de Jesús Laureano-Alvarenga,
pp. 70-79, Revista entorno, número 71, enero-junio 2021, ISSN: 2071-8748, e-ISSN: 2218-3345
Se concluye que los estudiantes experimentan
la inclusión educativa a través de la participación
equitativa que los docentes ofrecen durante el proceso
de enseñanza-aprendizaje. Lo anterior se fundamenta
por los datos cuantitativos proporcionados por los
estudiantes, los cuales muestran que el 78,60 % de
ellos manifestaron que siempre participan de forma
equitativa en las actividades que se llevan a cabo en
el aula. Este dato se complementa con la información
cualitativa obtenida, en la cual también armaron que
los docentes poseen la voluntad de involucrarlos, a
todos por igual, en todas las actividades educativas
que se ejecutan durante el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Lo anterior indica que los docentes
estimulan la participación equitativa de los estudiantes.
Sin embargo, tal y como lo expusieron los mismos
estudiantes, la participación está subordinada a la
misma actitud que tienen ellos por participar.
Con base en lo planteado anteriormente, los datos
cuantitativos muestran que la comunicación entre
docentes y estudiantes en el aula es, por un lado, muy
buena (35,1 %), y por otro, regular (34,5 %). Estos
datos exponen una realidad con matices opuestos, ya
que, para un grupo de estudiantes, la comunicación
que se lleva a cabo en el aula es muy buena, lo cual
se fundamenta por lo planteado por una profesora de
Lenguaje y Literatura, con 16 años de experiencia,
al armar que los docentes sí crean las condiciones
para que exista una comunicación que fomente el
aprendizaje. Esta opinión contrasta con lo planteado
por los estudiantes. Asimismo, otra docente de biología,
con 30 años de experiencia, expresó que sí existe un
diálogo oportuno entre los estudiantes, porque ellos
externan la necesidad de querer ser escuchados
acerca de los problemas y preocupaciones que tienen.
Esta apertura que ofrecen los docentes coadyuva a
enriquecer el proceso educativo, porque los estudiantes
sienten un apoyo no solo académico, sino que también
personal. Por consiguiente, los estudiantes se podrían
sentir más cómodos y esto permitiría mejorar su
aprendizaje. Sin embargo, el 34,5 % adujeron que la
comunicación es regular. Esto indica que, en el aula,
este proceso no se está llevando a cabo como debería.
Según lo planeó el asistente técnico pedagógico, los
docentes, en su mayoría, todavía están aplicando
un enfoque educativo tradicional, en el cual ellos
dictan la lección y los estudiantes solamente reciben
la información. Adicionalmente, el asistente técnico
pedagógico expuso que se tiene conocimiento de que,
en ocasiones, los docentes les gritan a los estudiantes
porque carecen de estrategias para el manejo del aula.
Esto podría ser un factor que inhibe la comunicación
efectiva entre docentes y estudiantes.
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