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Revista entorno, diciembre 2023, número 76, pp. 35-48, ISSN: 2071-8748,
E-ISSN: 2218-3345, ISNI 0000 0001 2113 0101 https://isni.org/isni/0000000121130101
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Línea base de condiciones de familia y cumplimiento de derechos de la niñez y adolescencia (Aldeas Infantiles SOS El Salvador 2023)
Carlos Rolando Barrios López, pp. 35-48, Revista entorno, diciembre 2023, número 76, ISSN: 2071-8748
E-ISSN: 2218-3345, ISNI 0000 0001 2113 0101 https://isni.org/isni/0000000121130101
de un caso de una persona con discapacidad, la
existencia de enfermedades crónicas en alguno de los
integrantes de la familia, entre otras.
No obstante, de toda la información recolectada es
importante señalar lo siguiente: en relación con el
padecimiento de enfermedades crónicas sobresale, con
un 42,0 % en promedio, la hipertensión. Sin embargo,
San Vicente es el único que está por encima del promedio
nacional de la muestra, observando un 47,0 %, lo que
representa un 5,0 % más, por lo que es importante
considerar que, sabiendo que es una enfermedad que
en los últimos años ha estado provocando la muerte de
miles de personas mundialmente, con mayor énfasis
en países latinoamericanos, y sin una sintomatología
clara durante su fase inicial, se torne realmente en
un gran desafío si consideramos que sea una de las
personas adultas que aportan económicamente al hogar
la afectada, o, por el contrario, como consecuencia
de una alimentación inadecuada. Pero quizás lo más
importante es qué se debe hacer para evitar caer en la
tan famosa muerte silenciosa que hoy acecha a muchas
personas en América.
Otra de las áreas abordadas es el acceso igualitario a
la educación en la población de niños y adolescentes.
Algo que parece normal cuando se está frente a familias
en condiciones de vulnerabilidad social y económica es
que no existen registros de integrantes que estén en la
formación técnica, mucho menos de pregrado en las
instituciones de educación superior (IES), pero si lo
que se busca es tratar de eliminar o al menos reducir
las brechas existentes, se trata de garantizar lograr que
los adolescentes tengan acceso a un nivel superior de
educación para mejorar su calidad de vida y favorecer
así la calidad de vida de sus familias.
Sin embargo, en los registros de adolescentes en el nivel
de bachillerato señalan que no se están cumpliendo las
condiciones óptimas de acceso a la educación pública.
Al menos, solo 4,0 % de la población está inscrita en
bachillerato, lo cual es preocupante.
El resultado anterior, al cruzarlo con la población
adolescente con condiciones de continuar estudiando
en 2024, se obtuvo el siguiente resultado: la alternativa
de respuesta Muy probable a escala nacional es de
74,0 %
en promedio. Sin embargo, en el ámbito de
sede hay variaciones signicativas. En Sonsonate
58,0 %
y San Vicente 60,0 %, que reejan un
porcentaje por debajo del promedio. Esto signica que
4 de cada 10 adolescentes no podrán continuar sus
estudios en el siguiente año, 2024. Hay que agregar
que un adolescente no necesariamente tiene un nivel
de escolaridad equivalente a su edad cronológica.
Además, de forma abierta, los jefes de familia
encuestados en el estudio expresaron que, en
promedio, en el ámbito de las cinco sedes, el 14,0 % de
la opción de continuar estudiando el próximo 2024 no
es nada probable. En este sentido, Sonsonate 25,0 %
y Santa Tecla 21,0 % son las sedes donde la respuesta
está por encima del promedio nacional.
En el área de los medios de subsistencia de los
miembros que aportan económicamente a sus familias,
tenemos los siguientes datos: en cuanto a la generación
de recursos (ingresos) al hogar, 36,0 % es aportado por
mujeres y 32,0 % es aportado por hombres, resultado
que de alguna manera se relaciona con el hecho de
que un 35,0 % de las familias son monoparentales, y
también se relaciona con el hecho de que un 23,9 % del
total de personas pertenecientes a las 175 familias son
mujeres (adultas) y un 15,3 % son hombres (adultos),
lo que se expresa en 75 mujeres más que hombres en
la estructura familiar estudiada.
Otro resultado es que, de 132 hombres adultos, 130
generan ingresos para sus familias, y de 208 mujeres
adultas, 148 generan ingresos.
En cuanto a las actividades que les permiten inyectar
algún tipo de ingreso a sus familias, las tres primeras
alternativas, en orden de prioridad, son: un 27,0 %
obtienen sus ingresos por contar con medios propios,
y estos son servicios (costura, cocina, electricidad,
carpintería, entre los principales). Un 25,0 % obtienen
sus ingresos mediante un empleo (permanente o
temporal), y en tercer lugar se encuentra el 19,0 %
a partir de labores agrícolas. Esta última alternativa