Personalidad y conducta agresiva en jóvenes salvadoreños
Percepción de la relación entre educación superior y trabajo en graduados de la Universidad Tecnológica
de El Salvador
Incidencia de las condiciones de bienestar social y de seguridad en la actitud hacia la conservación de la
identidad cultural: caso Planes de Renderos
El afrontamiento y la capacidad de resiliencia de las personas ante los riesgos por desastres naturales
Entre lienzos humanos, tabúes y expresiones plásticas
Impacto de la educación no formal en el desarrollo de competencias para la educación superior
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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REVISTA CUATRIMESTRAL — NÚMERO 62 — OCTUBRE 2016 — ISSN 2071-8748
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE EL SALVADOR - NÚMERO 62 - OCTUBRE 2016 - ISSN: 2071-8748
5
Editorial
7
Personalidad y conducta agresiva en jóvenes salvadoreños
José Ricardo Gutiérrez-Quintanilla
Cecilia Beatriz Portillo-García
19
Percepción de la relación entre educación superior y trabajo en
graduados de la Universidad Tecnológica de El Salvador
Paola María Navarrete
Ruth Maritza Osegueda
27
Incidencia de las condiciones de bienestar social y de seguridad en la
actitud hacia la conservación de la identidad cultural: caso Planes de
Renderos
Saúl Enrique Campos-Morán
Paola María Navarrete
Carlos Felipe Osegueda
Julio Aníbal Blanco
Melissa Regina Campos
34
El afrontamiento y la capacidad de resiliencia de las personas ante los
riesgos por desastres naturales
Ana Sandra Aguilar
47
Entre lienzos humanos, tabúes y expresiones plásticas
Miguel Ángel Hernández-Vásquez
56
Impacto de la educación no formal en el desarrollo de competencias
para la educación superior
Saúl Enrique Campos-Morán
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63
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
Pablo Amaya
Visión
Ser reconocida como una de las mejores universidades priva-
das de la región, a través de sus egresados y de sus esmerados
procesos institucionales de construcción y aplicación del cono-
cimiento, proponiendo soluciones pertinentes a las necesidades
de amplios sectores de la sociedad.
Misión
La Universidad Tecnológica de El Salvador existe para brindar a
amplios sectores poblacionales, innovadores servicios educativos,
promoviendo su capacidad crítica y su responsabilidad social, uti-
lizando metodologías y recursos académicos apropiados, desarro-
llando institucionalmente: investigación pertinente y proyección
social, todos consecuente con su filosofía y legado cultural.
5
EDITORIAL
EDITORIAL EDITORIAL
En esta edición 62, entorno, la revista cientíca de la Universidad Tecnológica de
El Salvador (Utec), muestra su producción en Ciencias Sociales, consistente en
escritos construidos a partir de investigaciones provenientes de disciplinas como la
Psicología, Antropología, Educación y Economía.
De acuerdo con los Indicadores de Ciencia y Tecnología, El Salvador 2014 (Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt, 2015), el área en la que mayor conocimiento
cientíco se produce en el país es la de Ciencias Sociales. Esta realidad se reeja en
las instituciones de educación superior, que conjuntamente invirtieron en 2014 un
total de $273.279.671 en actividades cientícas y tecnológicas, según Conacyt.
También se publican artículos de investigadores Utec, contando además con trabajos
de investigadores externos, quienes compartieron su producción para difundirla a
través del presente número de entorno.
En total son siete artículos reunidos en esta publicación: 1) “Personalidad y conducta
agresiva en jóvenes salvadoreños”, 2) “Percepción de la relación entre educación
superior y trabajo en graduados de la Universidad Tecnológica de El Salvador,
3) “Incidencia de las condiciones de bienestar social y de seguridad en la actitud hacia
la conservación de la identidad cultural: caso Planes de Renderos”, 4) “El afrontamiento
y la capacidad de resiliencia de las personas ante los riesgos por desastres naturales”,
5) “Entre lienzos humanos, tabúes y expresiones plásticas”, 6) “Impacto de la educación
no formal en el desarrollo de competencias para la educación superior” y 8) “Una
evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador”.
El conocimiento generado por las investigaciones que se muestran en entorno
apunta al análisis de problemáticas latentes en El Salvador y el mundo entero. Es
por ello que se entregan estos resultados a la comunidad cientíca para validarlos y
replicarlos en futuras investigaciones. Aconstruimos desde El Salvador la cultura
cientíca nacional y mundial.
6
EDITORIAL
7
Revista entorno, Universidad Tecnológica de El Salvador, www.utec.edu.sv, octubre 2016, número 62: 7-18, ISSN: 2071-8748
Personalidad y conducta agresiva
en jóvenes salvadoreños
URI: http://hdl.handle.net/11298/283
José Ricardo Gutiérrez-Quintanilla
1
Cecilia Beatriz Portillo-García
2
Universidad Tecnogica de El Salvador
jose.gutierrez@utec.edu.sv.
Recibido: 19/04/16 – Aceptado: 23/08/16
Resumen
El presente artículo es un extracto de un estudio más amplio
de tipo ex post facto que tiene el objetivo de analizar las
dimensiones psicosociales (personalidad) de violencia
asociadas con el comportamiento agresivo juvenil en
El Salvador. Para ello, se utilizó un diseño retrospectivo
y transaccional, en una muestra probabilística de 3.349
jóvenes (1.708 mujeres y 1.640 hombres), con una media de
edad total de 16.47 años (DT = 1.38). Los instrumentos de
medición utilizados fueron los siguientes: Escala de historia
de violencia juvenil, Escala social y contextual de violencia
juvenil, Escala de factores individuales de violencia juvenil,
Escala de factores de protección de violencia juvenil y
Cuestionario de agresión general. Los resultados revelan
que los jóvenes con mayor riesgo de incurrir en conductas
violentas son del sexo masculino, los residentes urbanos y
los de centros educativos privados. Tanto las dimensiones
individuales de personalidad como los factores sociales
están relacionados de forma signicativa con la conducta
violenta de los jóvenes salvadoreños.
Palabras clave
Psicología del adolescente; Jóvenes-violencia; Agresividad
(psicología); Agresividad en la adolescencia (psicología);
Conducta (psicología); Violencia en la educación.
Abstract
This article introduces an extract of a wider ex post facto
document which objective is to analyze the psychosocial
dimensions (personality) associated to youth aggressive
behavior in El Salvador. In doing so, a transactional,
retrospective design was used; a probability sample of
3.349 youths was taken (1.708 were women and 1.640 were
men). The total median for their ages was 16.47 years old
(SD= 1.38). The instruments used included the following:
Historical Risk Factors, Social/Contextual Risk Factors
[based on the SAVRY tool proposed by Borum, Bartel and
Forth, 2003], Individual Risk Factors, Protective Factors
[based on the SAPROF-YV tool, SAPROF 2013-2014], and
the Agression Questionnaire, A.Q. (Buss and Perry, 1992).
The results showed that it is the male youths living in the
cities and attending private schools who are at most risk of
engaging in violent behavior. Both, the individual personality
dimensions and the social factors are signicantly linked to
violent behavior in the Salvadorean youth.
Keywords
Aggressiveness during adolescence (psychology); Behavior
(psychology); Violence in education.
1
José Ricardo Gutiérrez Quintanilla. Es Doctor en Psicología. Profesor titular e investigador. Universidad Tecnológica de El Salvador. jose.gutierrez@utec.edu.sv.
2
Cecilia Beatriz Portillo García. Licenciada en Psicología, pasante de investigación en la Vicerrectoría de Investigación y Proyección Social de la Universidad Tecnológica
de El Salvador. cciliaportillo@gmail.com
8
Personalidad y conducta agresiva en jóvenes salvadoreños
José Ricardo Gutiérrez-Quintanilla, pp. 7-18
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ISSN: 2071-8748
Introducción
La personalidad, según Allport (1975, citado por Cerdá, 1985),
se reere a “la integración de todos los rasgos y características
del individuo que determinan una forma de comportarse”, es
decir, que la personalidad se forma en función del desarrollo
del individuo, a partir de las características ambientales,
biológicas y sociales que explican, modulan y mantienen su
comportamiento. Tanto las características individuales (de
personalidad) como el contexto familiar, relacional, comunitario,
social y las condiciones estructurales donde se desarrollan
los niños y adolescentes los hacen vulnerables a expresar
conductas violentas. Esto último, depende de la estabilidad
emocional, el equilibrio, la armonía familiar y social, los estilos
de crianza y los valores introyectados por la familia, la escuela
y la Iglesia. Por el contrario, aquellos niños y jóvenes que se
desarrollan en ámbitos con desajustes, exclusión, marginalidad,
inestabilidad, falta de control y supervisión de sus padres,
maltrato, actitudes negativas, pobre resilencia, ira y hostilidad.
Son características inequívocas de generación de conductas
agresivas o violentas. También alteraciones de la personalidad
como la conducta antisocial, inestabilidad emocional, el estrés
social, la ansiedad, la depresión y otros conictos conductuales
desencadenantes de comportamientos violentos.
El Salvador ha sido catalogado en los últimos años como
uno de los más violentos del mundo, con una tasa de 87.7
homicidios por cada 100 mil habitantes (Instituto de Medicina
Legal, 2015). Superar esta deshonrosa posición resulta
actualmente casi imposible, debido a los múltiples programas y
estrategias implantadas por el Estado salvadoreño orientadas
a mejorar los índices de violencia en los últimos tres gobiernos
con resultados negativos. Algunos de los planes son los
llamados “mano dura”, “mano súper dura”, “la tregua”, y en
la actualidad el Plan “El Salvador seguro”. Este último está
teniendo aceptación social y se observan en él estrategias
prometedoras a corto y mediano plazo.
La violencia contra los niños y los adolescentes es un factor
precursor de enfermedades físicas y mentales, y de muerte
durante la etapa adulta, sucesos que implican altos costos
para el desarrollo personal y social. Todo esto aumenta la
importancia de reconocer y prevenir la violencia lo más
temprano posible (Unicef, 2011).
El presente artículo es un extracto de un informe mayor,
realizado a escala nacional por la Universidad Tecnológica de
El Salvador en convenio de cooperación con la Policía Nacional
Civil de El Salvador. La investigación fue titulada “Evaluación de
factores psicosociales de riesgo y de protección de violencia
juvenil en El Salvador”. El objetivo fue identicar y analizar
los factores de riesgo y de protección que predisponen a los
jóvenes a la expresión de conductas violentas, con la nalidad
de diseñar e implantar programas de prevención en el país.
A escala global, en el “Informe mundial sobre la violencia y
la salud” preparado por la Organización Panamericana de la
Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS-OMS, 2003)
se explica que Latinoamérica es la región que sufre el mayor
impacto de la violencia en el mundo. La tasa promedio de
homicidios de adolescentes y jóvenes entre 15 y 29 años es de
101.7 por 100 mil hombres y de 11.5 por 100 mil mujeres. Sin
embargo, el homicidio es la manifestación más extrema de la
violencia. Los adolescentes y jóvenes constituyen la población
más afectada por distintos tipos de violencia, incluyendo el
abuso físico, sexual, verbal y emocional, así como el abandono.
Kaleel, Justicia, Benítez y Pichardo (2007) realizaron una
investigación en Palestina con una muestra de 1.492 alumnos
de educación primaria y secundaria, cuyas edades oscilaban
entre los 10 y 16 años, en centros educativos de la zona urbana
y rural de Hebrón. Los resultados mostraron que el 53,5 % de
los participantes masculinos informan haber agredido a alguno
de sus compañeros, al menos una vez por semana, frente al
46,5 % femenino. Las diferencias entre hombres y mujeres
resultaron estadísticamente signicativas. El porcentaje de
hombres agresores aumenta en función de la frecuencia.
Así, las personas del género masculino que agreden a sus
compañeros dos o tres veces por semana representan el 88 %
de los agresores.
El estudio del comportamiento juvenil en Rochester centró su
investigación en las causas y consecuencias de la delincuencia
juvenil y el consumo de drogas en una muestra de adolescentes
urbanos calicados en una situación de alto riesgo de
delincuencia y consumo de drogas (n = 1.000; 729 hombres
y 271 mujeres) desde su temprana adolescencia (séptimo y
octavo grado) hasta su juventud (Browning & Huizinga, 1999;
Browning, Thornberry y Porter, 1999; Lizotte y Sheppard, 2001).
El estudio examinó la relación de la delincuencia con variables
familiares, escolares, de amistad y comunitarias, obteniéndose
las siguientes conclusiones: los niños que reciben un mayor
grado de cariño y compromiso de sus padres tienen menos
implicación en actividades delictivas; un pobre rendimiento
escolar se encuentra asociado con un incremento en
implicaciones delictivas y de consumo de drogas; la relación
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Personalidad y conducta agresiva en jóvenes salvadoreños
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Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
con amigos delincuentes hace más fuerte y consistente la
asociación con la delincuencia; y que los niños de clase baja
tienen mayores implicaciones con conductas delincuentes
(Browning, Thornberry y Porter, 1999).
Por otra parte, Moreno, Vacas y Roa (2006), en Granada,
España, investigaron la violencia escolar con diez situaciones
del ambiente sociofamiliar de los individuos de una muestra
de 1.119 escolares de edades comprendidas entre 8 y 17 años.
Los resultados indicaron la fuerte relación entre aspectos en
este sentido, como el control familiar, la cohesión, el conicto,
la expresividad o los intereses culturales y sociorecreativos con
factores de violencia escolar (victimizado, victimizador, y trato
en colegio y casa). También se han encontrado diferencias
signicativas en la edad, en la que los individuos menores
de 12 años se manifestaron más afectados por la violencia
escolar. Los hombres indicaron estar más involucrados con el
fenómeno de bullying y con la relación entre la victimización y
el clima sociofamiliar.
En estudio realizado con adolescentes colombianos sobre los
factores de riesgo de violencia, Brook, Brook, Zohn, De la Rosa,
Montoya y Whiteman (2003) encontraron que los factores
de riesgo hacia la violencia juvenil son la personalidad del
adolescente y los atributos de comportamiento (ejemplos:
consumo de drogas y la tolerancia); las características
de la familia, tales como el uso de drogas en los padres y
hermanos, conictos padre-hijo; factores de pares, tales
como el consumo de drogas entre pares y la desviación
conductual en los pares, y factores ecológicos, que incluyen
la disponibilidad de drogas y la prevalencia de la violencia en
la comunidad. En este mismo sentido, Murcia, Reyes, Gómez,
Medina, Paz y Fonseca (2007), en su estudio realizado en
Honduras con una muestra de 576 escolares de ambos sexos,
cuyas edades uctuaban entre los 10 y 15 años, procedentes
de escuelas públicas y privadas, a quienes se aplicó el
Inventario de hostilidad de Buss y Burke y una entrevista
familiar semiestructurada, los resultados mostraron que
los niños con mayores niveles de hostilidad y agresividad
proceden de hogares desintegrados y disfuncionales, con
evidencias de violencia doméstica y alcoholismo.
En El Salvador, la Comisión Interamericana de Control y Abuso
de drogas de la Organización de Estados Americanos, con el
apoyo de la Comisión Salvadoreña Antidrogas, en el año 2011,
presentaron el informe sobre el consumo de alcohol y drogas
en estudiantes universitarios salvadoreños, encontrando
que un 40 % de los jóvenes consumen bebidas alcohólicas
frecuentemente; mientras en otro estudio en una población
general, se encontró que un 16 % consume alcohol y drogas,
y más de la mitad de estos lo hacen cada ocho o quince días.
Al analizar el contexto familiar salvadoreño, se encontró que
más del 44 % de los jóvenes de educación media viven con
uno de sus padres (Orantes, 2011). En estudio reciente se
encontró que 47,5 % de los jóvenes salvadoreños viven con un
solo padre o pariente cercano (Gutiérrez, 2012). En este mismo
sentido, Zúñiga (2010) encontró que los jóvenes que habían
crecido en hogares desintegrados presentaban mayores
problemas en autoconcepto académico, personal y emocional;
tenían más ansiedad, inseguridad, estrés y problemas de
relaciones interpersonales que los jóvenes que vivían con
ambos padres. Otro estudio a escala nacional encontró que
entre un 20 y 25 % de los hogares salvadoreños presentaban
disfunciones familiares, como falta de comunicación y falta
de apoyo y solidaridad entre sus miembros. En El Salvador,
también se ha analizado la relación de la violencia delincuencial
con la salud mental (Gutiérrez, 2012), encontrando que entre
70 y 80 % de la población salvadoreña sufre de alteraciones
emocionales y psicológicas, como temor, miedo, ansiedad,
estrés, nerviosismo, inseguridad e inestabilidad emocional,
como consecuencias directas o indirectas del contexto de
violencia social delincuencial.
Las posibilidades de que los jóvenes y los adolescentes tengan
un desarrollo sano se ven limitadas cuando son afectados
por la violencia, ya sea como testigos, víctimas o agresores
(OPS/OMS, 2002), especialmente tratándose de personas
de bajos ingresos, residentes en barrios degradados social y
físicamente (OPS/OMS, 2006). También, la edad, las habilidades
sociales de que se dispone (Pons y Berjano, 1999; Smith & Scott
1993), las actitudes, los valores, creencias hacia las drogas y
la autoestima (Kaplan, 1996; Mendoza, Carrasco y Sánchez,
2003) se han manifestado también como predictores ables
de la conducta adictiva (Fishbein y Ajzen, 1980; Romero, 1996;
Catalano, Hawkins et al., 1996; Elzo et al., 2000). A su vez,
estos valores, creencias y actitudes vienen determinados, en
primera instancia, por la familia, como su contexto portador
y transmisor (Ferrer et al., 1991), y por la presión del grupo
de iguales (Gómez Reino et al., 1995); sobre la capacidad de
tomar decisiones propias (Boys et al., 1999). Igualmente, una
falta de supervisión (Howell, 1997; Lawrence, 1998; Browning
y Loeber, 1999; Chaiken, 2000, Hawkins et al., 2000), cambios
en la estructura familiar (Thornberry et al., 1999, Wasserman
et al., 2003), malos tratos, disciplina férrea o alternada, malos
ejemplos conductuales (Farrington, 1992, 1997), falta de
comunicación o carencias afectivas (Browning y Loeber, 1999;
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Bartollas, 2000) incrementan los riesgos de comportamientos
delictivos por parte de los jóvenes.
La violencia es un fenómeno multidimensional que puede ser
de tipo psicológico, emocional, físico, sexual, político, social,
institucional, patrimonial, cultural y moral; y puede darse en
distintos ámbitos: familiar, institucional, laboral, etc.; posee
un origen multicausal y es transversalizada por las relaciones
estructurales de desigualdad existentes en el país, sean
estas de género, sociales o económicas (Unicef, 2014). Entre
las principales causas de la violencia están las siguientes: la
ausencia de oportunidades de desarrollo humano, la carencia
de espacios apropiados para la recreación, la existencia de un
entorno social y económico deteriorado, el debilitamiento de
la institucionalidad pública y de la familia ocasionado por la
desintegración familiar, el vacío de autoridad competente, la
impunidad y la debilidad de los procesos de investigación y
persecución del delito, la ausencia de planes especícos para
abordar la problemática y la proliferación de armas de fuego
(Unicef, 2011).
Para este estudio, se adopta la denición de adolescentes
establecida por Naciones Unidas, en donde se llama
adolescentes a aquellas personas entre los 10 y los 19 años de
edad (Unicef, 2011). En la actualidad no existe un solo modelo
teórico que explique las raíces de la violencia y la delincuencia
(OMS, 2002); tanto los factores biológicos, psicológicos y los
sociales se conjugan para desencadenar la conducta violenta
y delictiva.
Luengo-Martín, & Tavares-Filho 1997) y Moncada Bueno (1997)
señalan que existen factores de riesgo hacia la violencia y el
consumo de drogas, que pueden tipicarse como factores
individuales, micro y macrosociales. En los factores individuales
se incluyen los aspectos genéticos, de personalidad, conictos
emocionales, agresividad, pautas educativas, hiperactividad,
rebeldía, pobre autocontrol, actitudes y modelos de conducta
de los padres. En el factor microsocial se incluye el ambiente
familiar, la relación entre los miembros de la familiar, la
violencia familiar, las actitudes de sus miembros, el abuso
físico y psicológico, los valores familiares, las creencias, los
estilos y modelos de crianza. En este factor se incluye la
escuela y la comunidad; en la escuela se puede desarrollar
comportamientos violentos y de abuso entre los adolescentes;
por ejemplo, el bullying. También puede existir maltrato en
las relaciones entre profesores y estudiantes. En el contexto
comunitario, juega un papel central la relación con los pares
del vecindario, debido a que estos ejercen una fuerte presión
sobre los adolescentes para la ejecución de comportamientos
violentos, acciones antisociales, conductas socialmente
desadaptadas, como el consumo de alcohol y drogas,
participar en actos vandálicos; ejemplos: dañar propiedad
ajena, tirar piedras y objetos sobre las casas o vehículos,
golpear perros. En este contexto comunitario, hay que señalar
que el ambiente físico, las relaciones sociales comunitarias y
el tipo de vecindario están relacionados con la predisposición
a las conductas desviadas de los jóvenes y adolescentes. Una
comunidad desorganizada donde impera el desorden, como
la venta de alcohol, drogas, la presencia delincuencial, falta
de iluminación y vigilancia contribuirá de forma importante
en el riesgo de que algunos jóvenes o adolescentes de esa
comunidad incurran en acciones antisociales, como actos
violentos, vandalismos, consumo de drogas, alcohol o se
integren a las pandillas.
El factor macrosocial se reere a las condiciones estructurales
que técnicamente se atribuyen al Estado. Dentro de este
factor están las políticas, programas, proyectos y acciones
estatales que vayan encaminados a crear las condiciones para
que las personas sean sujetos de las diferentes prestaciones
socioeconómicas que por derecho les corresponden. Entre
estas podemos señalar algunas: acceso a la educación, a
la salud, al trabajo, a la vivienda y otras prestaciones. En los
países subdesarrollados como el nuestro, grandes segmentos
poblacionales están marginados de estos benecios,
siendo estas condiciones de marginalidad promotoras o
incentivadoras de que muchos jóvenes y adultos incurran
en acciones o comportamientos desviados de la norma
social, tales como integrarse a grupos delincuenciales, a las
pandillas, el narcotráco, el consumo de drogas y alcohol,
conictos familiares, comunitarios y conductas violentas.
Estos problemas psicosociales son explicados, en parte, por
la falta de oportunidades, la frustración y como una forma de
sobrevivencia, acudiendo al robo, al hurto, a las pandillas y al
tráco de drogas, etc. Es relevante destacar que, en la mayoría
de casos de jóvenes o adolescentes que se incorporan a
grupos delincuenciales o pandillas, se conjuga un conjunto de
factores de riesgo de carácter individual, micro y macrosocial,
y de poca protección. Es el resultado de una síntesis de
diferentes características individuales, familiares, comunitarias
y estructurales (falta de oportunidades), las que nalmente
determinan el comportamiento antisocial o desviado, como
actos delincuenciales, conductas violentas, consumo de
alcohol y drogas, entre otras acciones desviadas en los jóvenes
o adolescentes.
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José Ricardo Gutiérrez-Quintanilla, pp. 7-18
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El presente artículo tiene como objetivo general determinar
si existe relación de la personalidad (rasgos) con la conducta
violenta en los adolescentes salvadoreños. Ante la potencial
inuencia de la personalidad en el comportamiento agresivo
en los adolescentes salvadoreños; el presente estudio tiene
los objetivos especícos siguientes: 1) identicar la prevalencia
en porcentajes, tanto de los rasgos de personalidad como de
las conductas agresivas en los adolescentes salvadoreños,
2) determinar si existen correlaciones signicativas entre el
comportamiento agresivo y las dimensiones de la personalidad
en los jóvenes salvadoreños y 3) establecer si existen diferencias
estadísticamente signicativas en el comportamiento agresivo
y las dimensiones de la personalidad en función del sexo y
lugar de residencia.
Método
Participantes
En el presente estudio se seleccionó una muestra probabilística
representativa de las ciudades más importantes del país. Para
ello, se adoptó una estimación de error del 1,9 % y un nivel
de conanza del 97 %, obteniéndose una muestra de 3.349
jóvenes de ambos sexos a escala nacional. La muestra fue
distribuida de forma proporcional al número de estudiantes
de educación media en cada departamento. En el estudio
se aplicó un diseño retrospectivo y transeccional, utilizando
como técnica de estudio la encuesta, mediante la evaluación
colectiva. Es un estudio de tipo ex post facto (Montero & León,
2007). En el estudio fueron evaluados 1.708 (51,0 %) mujeres
y 1.640 (49,0 %) hombres; la media de edad total fue de 16.47
años (DT = 1.38); para las mujeres fue de 16.38 años (DT = 1.33),
y para los hombres, de 16.56 años (DT = 1.43). Se presenta una
descripción de algunas variables sociodemográcas: en cuanto
a residencia, 2.334 (69,7 %) son urbanos y 979 (29,3 %) rurales;
según centro educativo, 2.597 (77,5 %) asisten a centros públicos
y 732 (21,9 %) a privados. Con respecto a con quién vive, 1.834
(54,8 %) viven con ambos padres y 1.510 (45,2 %) con un padre
o pariente cercano.
Instrumentos
Cuestionario de elaboración propia. Este apartado fue incluido
en la primera página de la batería de pruebas y contiene todas
las variables sociodemográcas, como sexo, edad, centro
educativo, lugar de residencia, nivel educativo, con quién vive,
departamento, si trabaja o no y actividad laboral.
Escala de historia de violencia juvenil (victimización) (Eshivi). Es
una prueba que evalúa las experiencias pasadas y presentes
de violencia en el hogar durante la niñez y adolescencia; los
supuestos teóricos están basados en el modelo de factores
de riesgo de violencia juvenil planteados por Borum, Bartel y
Forth (2003); la escala fue construida y validada por Gutiérrez,
Sánchez y Martínez (2013); la prueba está estructurada en
seis factores. Cada factor está conformado por los ítems: el
factor 1, Víctima de violencia psicológica (ítems: 9, 10, 11,
12, 13, 14, 15, 16, 18, 19 y 20), con una consistencia interna
mediante el alfa de Cronbach de 0.90; el factor 2, Supervisión
y control de los padres (ítems: 24, 25, 26, 27, 28, 29 y 30), con
una consistencia interna mediante el alfa de Cronbach de 0.78;
el factor 3, Víctima de violencia física (ítems: 5, 6, 7, 8 y 17), en
el que la consistencia interna mediante el alfa de Cronbach fue
de 0.73; el factor 4, Violencia física expresada (ítems: 1, 2, 3 y
4), en este la consistencia interna mediante el alfa de Cronbach
fue de 0.67; el factor 5, Ambiente familiar hostil (ítems: 21, 22
y 23), con un alfa de Cronbach de 0.76; y el factor 6, Conflicto
emocional (ítems: 31 y 32), con un alfa de Cronbach de 0.69.
Tanto el análisis factorial como el de consistencia interna
proporcionaron resultados aceptables en una muestra de
adolescentes salvadoreños para medir factores históricos de
violencia en el hogar.
Escala social y contextual de violencia juvenil. Es una prueba
que evalúa algunos factores sociales y comunitarios durante
la niñez y adolescencia, que pueden incidir o empujar al
joven al cometimiento de conductas desviadas como la
violencia. La prueba está basada en los supuestos teóricos del
modelo de factores de riesgo de violencia juvenil planteados
por Borum, Bartel y Forth (2003); la escala fue construida y
validada por Gutiérrez, Sánchez y Martínez (2013); la prueba
está estructurada en cuatro factores: estrés social, conducta
desviada de los pares, apoyo social y resolución de problemas.
Cada factor está conformado por los ítems: el factor 1, Estrés
social (ítems: 7, 8, 9, 10, 12 y 14), con una consistencia interna
mediante el alfa de Cronbach de 0.72; el factor 2, Conducta
desviada de los pares (ítems: 1, 2, 3, 4, 5 y 6), con una
consistencia interna mediante el alfa de Cronbach de 0.73; el
factor 3, Apoyo personal (ítems: 16, 17 y 18), la consistencia
interna mediante el alfa de Cronbach fue de 0.64, y el factor
4, Resolución de problemas (ítems: 11, 13, 15, 19 y 21), con
la consistencia interna mediante el alfa de Cronbach de 0.64.
Tanto el análisis factorial como el de consistencia interna
proporcionaron resultados aceptables en una muestra de
adolescentes salvadoreños para medir factores sociales y
contextuales de riesgo de violencia juvenil.
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Personalidad y conducta agresiva en jóvenes salvadoreños
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Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Escala de factores individuales de violencia juvenil. Es una
prueba que evalúa factores individuales y personales durante
la niñez y adolescencia, que pueden empujar al joven al
cometimiento de conductas desviadas como la violencia
(delictiva). La prueba está basada en los supuestos teóricos del
modelo de factores de riesgo de violencia juvenil planteados
por Borum, Bartel y Forth (2003); la escala fue construida y
validada por Gutiérrez, Sánchez y Martínez (2013). Cada factor
está conformado por los ítems: el factor 1, Consumo de bebidas
alcohólicas (ítems: 21, 22, 13 y 24), con una consistencia interna
mediante el alfa de Cronbach de 0.90; el factor 2, Actitudes
negativas (ítems: 1, 2, 3, 4, 8 y 15), con una consistencia interna
mediante el alfa de Cronbach de 0.84; el factor 3, Compromiso
con la escuela (ítems: 37, 38, 39, 40, 41 y 42), en el que la
consistencia interna mediante el alfa de Cronbach fue de 0.81;
el factor 4, Rendimiento académico (ítems: 32, 33, 34, 35, 36 y
43), que su consistencia interna mediante el alfa de Cronbach
es de 0.79; el factor 5, Empatía (ítems: 10, 11, 12, 13 y 14), que
su consistencia interna alfa de Cronbach es de 0.71; el factor
6, Manejo de la ira (ítems: 5, 6, 7, 8 y 9), en el que su alfa de
Cronbach es de 0.73; el factor 7, Consumo de drogas ilícitas
(ítems: 25, 26 y 27), en este el alfa de Cronbach es de 0.92; el
factor 8, Consumo de cigarrillo (ítems: 17, 18, 19 y 20), con un
alfa es de 0.81, y el factor 9, Daño autoinfligido (ítems: 28, 29,
30 y 31), con un alfa de Cronbach de 0.72.
Escala de factores de protección de violencia juvenil. Es una
prueba que evalúa algunos factores de protección de violencia
juvenil, que protegen al joven del cometimiento de conductas
desviadas como la violencia (delictiva). La prueba está basada
en los supuestos teóricos del modelo de factores de riesgo y
protección de violencia juvenil planteados por Borum, Bartel y
Forth (2003); la escala fue construida y validada por Gutiérrez,
Sánchez y Martínez (2013); cada factor está conformado por
los ítems: el factor 1, Compromiso con el rendimiento escolar
(ítems: 6, 7, 8, 9, 10 y 11), con una consistencia interna mediante
el alfa de Cronbach de 0.77; el factor 2, Acciones prosociales
(ítems: 1, 2, 3, 4 y 5), con una consistencia interna mediante el
alfa de Cronbach de 0.75; el factor 3, Modelaje de los padres
(ítems: 12, 13 y 14), en este la consistencia interna mediante el
alfa de Cronbach fue de 0.80, y el factor 4, Personalidad resiliente
(ítems: 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22), cuya consistencia interna
mediante el alfa de Cronbach es de 0.79.
Cuestionario de Agresión General (Aggression Questionnaire,
AQ) (Buss y Perry, 1992). Variables como la agresividad, la ira
o la hostilidad forman parte de diversos modelos explicativos
empleados tanto en la psicología clínica y de la salud como
en la medicina conductual; este es el caso, por ejemplo, de la
conducta antisocial (Ireland y Archer, 2004; Morren y Meesters,
2002; Palmer y Thakordas, 2005), violencia conyugal (Echeburúa
y Fernández, 1998), violencia escolar (Lawrence y Green, 2005).
La versión original del Cuestionario de Agresión de Buss y
Perry (1992) quedó conformada por cuatro factores (agresión
física, agresión verbal, ira y hostilidad), los que mostraron una
abilidad de consistencia interna aceptable, situándose entre
0.72 y 0.85, dependiendo de la subescala. Esta prueba ha sido
adaptada en diferentes culturas y países. Sierra y Gutiérrez
(2007) realizaron un estudio de adaptación del cuestionario en
estudiantes universitarios salvadoreños, obteniendo evidencias
empíricas similares a los estudios anteriores. El análisis factorial
conrmó la estructura tretrafactorial, eliminándose los ítems 3
y 24 por tener una carga factorial baja, quedando la versión
salvadoreña con 27 ítems; también se obtuvieron los índices
de consistencia interna, mediante el alfa de Cronbach. Estos se
describen a continuación: Agresión física (α = 0.80), ítems: 1, 4,
8, 12, 16, 20, 25 y 27; Agresión verbal (α = 0.73), ítems: 2, 5, 6, 9,
10 y 13; Hostilidad (α = 0.76), ítems: 3, 7, 11, 15, 19, 22, 24 y 26;
Ira (α = 0.72) ítems: 14, 17, 18, 21 y 23.
Resultados
El análisis de los resultados del presente artículo se presenta en
el orden de sus objetivos. En un primer momento, se presentan
los análisis descriptivos que permiten identicar la prevalencia
de las dimensiones de personalidad relacionados con la
violencia y las frecuencias de las conductas agresivas en los
jóvenes salvadoreños; en un segundo momento, se presentan
los análisis inferenciales mediante la prueba t de student y
las correlaciones de Pearson. A continuación se presentan
las frecuencias y porcentajes existentes de los factores de
personalidad y las conductas violentas en los jóvenes.
Los hallazgos revelan que 1.222 (38,2 %) de los(as) jóvenes son
víctimas de violencia psicológica en su familia; 1.129 (35,1 %)
no reciben una adecuada supervisión y control de los padres;
también se encontró que 1.217 (36,9 %) han sido víctimas
de violencia física en la niñez y adolescencia; 1.442 (43,7 %)
de los(as) jóvenes viven en un ambiente familiar hostil; 1.243
(38,2 %) jóvenes presentan estrés social; se encontró que
1.509 (46,0 %) tienen amigos o compañeros con una conducta
desviada; en cuanto al consumo de bebidas alcohólicas, 877
(26,4 %) presentan esta conducta; 1.209 (36,5 %) tienen una
actitud negativa; 1.357 (42,2 %) de los jóvenes presentan un
bajo rendimiento académico. Mientras que en los factores
de conducta agresiva, se tiene que 1.454 (45,2 %) presentan
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agresión física; 1.433 (44,1 %) presentan agresión verbal;
1.384 (42,9 %) tienen rasgos de personalidad de hostilidad,
característica básica en la conducta agresiva, y 1.805 (33,1 %)
presentan la característica de ira, que tiene una correlación
signicativa positiva con la hostilidad, con la agresión física y
verbal (ver tabla 1).
Análisis inferencial
En el análisis de comparación de medias de la conducta
agresiva en función de algunas variables sociodemográcas se
aplicó la prueba t de student, para muestras independientes.
En agresión física, en función del sexo, se encontró que
existen diferencias estadísticamente signicativas entre
hombres y mujeres (t
3217
= -13.614; p < .001), presentando
mayor índice de agresión física los hombres en comparación
con las mujeres. Al comparar la misma variable (agresión
física) en función del centro educativo, se encontró que
existen diferencias signicativas entre los centros públicos y
privados (t
3198
= -2.357; p = .018), indicando que existe una
mayor prevalencia de agresión física en los jóvenes de centros
educativos privados que en los públicos; no se encontraron
diferencias signicativas en función del lugar de residencia
(urbano y rural). Al analizar la variable agresión verbal, en
función del centro educativo, se encontraron diferencias
signicativas entre centros públicos y privados (t
3233
= -4.279;
p < .001), reejando que presentan más conductas de agresión
verbal los jóvenes de centros educativos privados en contraste
con los de centros públicos; no se encontraron diferencias
estadísticamente signicativas entre hombre y mujeres, ni
entre jóvenes rurales y urbanos. En la variable hostilidad,
en función del sexo, se encontró que existen diferencias
signicativas entre hombres y mujeres (t
3226
= 5.914; p < .001),
presentando mayor hostilidad las mujeres en comparación con
los hombres; no existen diferencias signicativas en función del
lugar de residencia y el centro educativo. En la variable ira, no
existen diferencias signicativas en función del sexo, lugar de
residencia o centro educativo. Al analizar la variable violencia
Tabla 1. Frecuencias y porcentajes de prevalencias de las dimensiones relacionadas con la
personalidad y el comportamiento agresivo en adolescentes salvadoreños
DIMENSIONES n %
Factores relacionados con la personalidad
Víctima de violencia psicológica 1.222 38,2
Ambiente familiar hostil 1.442 43,7
Víctima de violencia física 1.217 36,9
Falta de control de los padres 1.129 35,1
Conicto emocional 1.622 49,2
Estrés social 1.243 38,2
Conducta desviada de los pares 1.509 46,0
Consumo bebidas alcohólicas 877 26,4
Actitudes negativas 1.209 36,5
Manejo de la ira 1.597 48,1
Consumo de drogas ilícitas 422 12,70
Consumo de cigarrillos 897 27,4
Personalidad resiliente 1.300 39,9
Hostilidad 1.384 42,9
Ira 1.805 33,1
Comportamientos agresivos
Agresión física 1.454 45,2
Agresión verbal 1.433 44,1
Elaboración propia de resultados de investigación de 2014.
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física expresada, en función del sexo, se encontró que existen
diferencias estadísticas signicativas entre hombres y mujeres
(t
3256
= -5.656; p < 0.001), encontrándose mayor expresión
de violencia física en los hombres en comparación con las
mujeres; no se encontraron diferencias signicativas en esta
variable con relación al lugar de residencia, ni con relación al
centro educativo (ver tabla 2).
En esta fase del análisis inferencial, mediante la prueba t para
muestras independiente, se comparan las dimensiones de
personalidad con las conductas violentas en los jóvenes. Este
contraste se hace en función del lugar de residencia (urbano,
rural) de la muestra. El primer factor de análisis es Víctima de
violencia psicológica, encontrándose que existen diferencias
estadísticamente signicativas entre los(as) jóvenes urbanos
Tabla 2. Diferencia de medias (M) y desviación típica (DT) de las dimensiones de personalidad
y la conducta agresiva en función del sexo de los jóvenes
DIMENSIONES SEXO N M DT T P
Víctima de violencia psicológica Mujeres 1624 15.65 4.42 1.928 .054
Hombres 1579 15.37 3.90
Supervisión y control de padres Mujeres 1630 21.99 4.77 2.454 .014
Hombres 1582 21.58 4.79
Víctima de violencia física Mujeres 1680 6.28 1.60 -5.715 .000
Hombres 1620 6.61 1.72
Ambiente familiar hostil Mujeres 1681 5.03 2.07 6.681 .000
Hombres 1616 4.57 1.83
Conicto emocional Mujeres 1678 4.88 2.34 5.069 .000
Hombres 1618 4.48 2.20
Estrés social Mujeres 1656 12.61 3.83 8.305 .000
Hombres 1599 11.53 3.53
Conducta desviada de los pares Mujeres 1672 9.27 2.82 -10.969 .000
Hombres 1606 10.44 3.28
Resolución problemas Mujeres 1678 13.52 3.19 -3.684 .000
Hombres 1604 13.93 3.19
Consumo bebidas alcohólicas Mujeres 1692 4.65 1.71 -7.373 .000
Hombres 1624 5.19 2.41
Actitudes negativas Mujeres 1686 11.63 4.03 8.242 .000
Hombres 1622 10.55 3.47
Empatía Mujeres 1676 14.72 3.22 4.429 .000
Hombres 1604 14.22 3.25
Manejo de la ira Mujeres 1689 9.62 3.44 6.173 .000
Hombres 1629 8.92 3.03
Consumo de drogas ilícitas Mujeres 1699 3.23 1.00 -7.895 .000
Hombres 1623 3.60 1.67
Consumo de cigarrillos Mujeres 1672 4.98 1.76 -12.530 .000
Hombres 1596 5.95 2.59
Modelaje de los padres o tutores Mujeres 1701 5.43 2.52 .381 .704
Hombres 1625 5.40 2.33
Personalidad resiliente Mujeres 1659 22.81 5.07 -.912 .362
Hombres 1599 22.98 5.10
Hostilidad Mujeres 1630 20.07 4.83 5.914 .000
Ira Mujeres 1665 7.46 2.92 -1.501 .133
Hombres 1610 7.61 2.72
Agresión física Mujeres 1634 14.04 4.85 -13.614 .000
Hombres 1585 16.43 5.13
Agresión verbal Mujeres 1664 12.94 3.93 .020 .984
Hombres 1588 12.94 3.64
Elaboración propia de resultados de investigación de 2014.
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y rurales (t
3167
= 6.082; p < .001), siendo más víctimas de
violencia psicológica en su familia los jóvenes urbanos en
comparación con los rurales; en Supervisión y control de los
padres, en función del lugar de residencia, se encontró que
existen diferencias signicativas entre los urbanos y rurales
(t
3177
= -2.652; p = .008), presentando una menor supervisión
y control los jóvenes urbanos que los residentes rurales.
Referente al análisis del factor Víctima de violencia física, en
función al lugar de residencia, se encontraron diferencias
signicativas entre los residente urbanos y rurales (t
3263
=
-2.119; p = .034), siendo más víctimas de violencia física los
residentes rurales en contraste con los urbanos. Con relación
a la variable Ambiente familiar hostil, en función del lugar de
residencia, se encontró que existen diferencias signicativas
entre urbanos y rurales (t
3261
= 3.961; p < .001), presentando
un mayor ambiente familiar hostil los residentes urbanos que
los rurales; en Conducta desviada de los pares, en función
del lugar de residencia, se encontró que existen diferencias
estadísticamente signicativas entre urbanos y rurales (t
3243
=
4.787; p < .001), presentando una mayor conducta desviada de
los pares los(as) jóvenes que residen en las zonas urbanas en
comparación con los residentes rurales (ver tabla 3).
Aplicando las correlaciones de Pearson (r) entre algunas
dimensiones psicosociales y conductas de violencia juvenil,
se observaron las siguientes correlaciones: que existe una
correlación estadística signicativa entre víctima de violencia
física y víctima de violencia psicológica (r = .582; p < 01); entre
ambiente familiar hostil y víctima de violencia Psicológica (r =
.578; p < 01); entre actitudes negativas y hostilidad (r = .498; p
< .01); entre manejo de la ira y agresión física (r = .487; p < .01);
entre manejo de la ira y agresión verbal (r = .500; p = < .01).
Discusión
La conducta violenta es un comportamiento calicado como
una desviación social o una conducta antisocial. Este problema
es complejo, multicausal, multidimensional y multifactorial,
que ha sido estudiado a través de los años desde diferentes
disciplinas, como la Psicología, la Psiquiatría, la Sociología,
la Antropología, la Criminología, el Derecho, la Biología, la
Neurología y la Medicina, entre otras. La presente discusión
se centra en poner de relieve aquellas dimensiones, rasgos
o características individuales que evidencian relación con
los comportamientos violentos de los jóvenes. No se puede
obviar decir que este estudio se realizó desde la perspectiva
de la Psicología con implicaciones y aplicaciones en diferentes
disciplinas. La conducta violenta es tipicada universalmente
como una antisocial, es decir, una conducta que no se ajusta
a las expectativas y las normas socialmente aceptadas. Una
de las deniciones generales de violencia dice que es toda
acción que tiene la intención de producir daño a la persona.
Existen diferentes formas y tipos de violencia: autoinigida,
interpersonal y colectiva-estructural, cada una con distintos
subtipos, cuya naturaleza es diferente; puede ser física,
psicológica, sexual, por negligencia, abandono u omisión
(OMS, 2003), lo que signica que no se pueden generalizar los
actos violentos como si fueran iguales. Entre las características
individuales y sociales (personalidad) de violencia juvenil
analizadas en El Salvador, se tienen las siguientes variables:
víctima de violencia psicológica, supervisión y control de los
padres, víctima de violencia física, ambiente familiar hostil,
conicto emocional, estrés social, conducta desviada de
los pares, resolución de problemas, consumo de bebidas
alcohólicas, actitudes negativas, manejo de la ira, consumo
de cigarrillos, ira y hostilidad. Como dimensiones de conducta
agresiva: agresión física, agresión verbal. También, Browning
et al., 1999; Browning, Thornberry & Porter, 1999; Lizotte &
Sheppard, 2001, en sus estudios, examinaron la relación de la
delincuencia con variables familiares, escolares, de amistad y
comunitarias, obteniéndose las siguientes conclusiones: los
niños que reciben un mayor grado de cariño y compromiso de
sus padres tienen menos implicación en actividades delictivas;
un pobre rendimiento escolar se encuentra asociado con un
incremento en implicaciones de conductas violentas, delictivas
y de consumo de drogas; la relación con amigos delincuentes
hace más fuerte y consistente la asociación con la delincuencia;
y que los niños de clase baja tienen mayores implicaciones con
conductas delincuentes (Browning, Thornberry & Porter, 1999).
El análisis de la dimensión víctima de violencia psicológica en la
infancia revela que existen cerca de cuatro de cada diez jóvenes
salvadoreños que fueron víctimas de este maltrato en el hogar;
en el factor supervisión y control de los padres, se observa que
más de tres de cada diez jóvenes no reciben supervisión de los
padres; referente al factor víctima de violencia física, el estudio
revela que cerca de cuatro de cada diez jóvenes son víctimas
de esta violencia; al hablar del comportamiento agresivo, se
hace referencia a la multicausalidad del comportamiento,
indicando que este está inuenciado por diferentes factores:
psicológicos, social, cultural, genético y biológico; tanto del
ámbito familiar como del individual, justicándose así el
abordaje desde diversos enfoques teóricos (Castrillón, Ortiz, &
Vieco, 2004; citados por Castillo, 2006); en el factor ambiente
familiar hostil, se observó que cuatro de cada diez jóvenes
presentan hostilidad en su familia; en la conducta desviada de
16
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los pares, el estudio revela que casi la mitad de los(as) jóvenes
tienen amigos que expresan alguna conducta desviada. El grupo
de amigos (peers) es importante en el desarrollo psicosocial
al ofrecer a los adolescentes un sentido de pertenencia, un
soporte emocional y normas de comportamiento (Borduin
& Schaeffer, 1998), señalándose como un factor de gran
inuencia en la delincuencia juvenil, hasta llegar a armarse
que la asociación con amigos delincuentes es el mejor
predictor de la delincuencia en las investigaciones actuales
(Howell, 1997; Battin-Pearson, Thornberry, Hawkins & Krohn,
1998; Lawrence, 1998; Seydlitz & Jenkins, 1998; Leukefeld
et al., 1998; Borduin & Schaeffer, 1998; Browning & Huizinga,
1999; Feld, 1999; Browning, Thornberry & Porter, 1999;
Hawkins et al., 2000; Wasserman et al., 2003); con relación
Tabla 3. Diferencia de medias (M) y desviación típica (DT) de las dimensiones de personalidad
y la conducta agresiva juvenil en función de la zona de residencia
DIMENSIONES SEXO N M DT T P
Víctima de violencia psicológica Urbano 2237 15.80 4.31 6.082 .000
Rural 932 14.82 3.77
Supervisión y control de padres Urbano 2235 21.65 4.87 -2.652 .008
Rural 944 22.14 4.53
Víctima de violencia física Urbano 2303 6.40 1.63 -2.119 .034
Rural 962 6.54 1.72
Ambiente familiar hostil Urbano 2300 4.89 2.00 3.961 .000
Rural 963 4.59 1.86
Conicto emocional Urbano 2299 4.58 2.27 -4.188 .000
Rural 962 4.94 2.26
Estrés social Urbano 2263 11.99 3.70 -2.003 .045
Rural 957 12.28 3.77
Conducta desviada de los pares Urbano 2277 10.01 3.16 4.787 .000
Rural 968 9.44 2.95
Resolución de problemas Urbano 2285 13.79 3.21 1.612 .107
Rural 963 13.59 3.17
Consumo de bebidas alcohólicas Urbano 2306 5.03 2.22 4.737 .000
Rural 976 4.65 1.79
Actitudes negativas Urbano 2302 11.11 3.82 .194 .846
Rural 971 11.08 3.72
Empatía Urbano 2284 14.43 3.26 -1.086 .277
Rural 962 14.57 3.21
Manejo de la ira Urbano 2311 9.33 3.29 1.597 .110
Rural 972 9.13 3.18
Consumo de drogas ilícitas Urbano 2316 3.47 1.49 3.641 .000
Rural 972 3.28 1.11
Consumo de cigarrillos Urbano 2277 5.55 2.38 3.809 .000
Rural 956 5.22 1.90
Personalidad resiliente Urbano 2267 22.93 5.09 .346 .729
Rural 958 22.86 5.08
Hostilidad Urbano 2255 19.49 4.72 -1.838 .066
Rural 941 19.83 4.96
Ira Urbano 2284 7.53 2.87 .135 .892
Rural 957 7.52 2.71
Agresión física Urbano 2259 15.30 5.15 1.636 .102
Rural 931 14.97 5.07
Agresión verbal Urbano 2273 13.02 3.79 1.808 .071
Rural 947 12.75 3.77
Elaboración propia de resultados de investigación de 2014.
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al consumo de bebidas alcohólicas, el estudio revela que un
tercio de los jóvenes consumen alcohol; entre los factores de
riesgo hacia la violencia en adolescentes, son coincidentes
los enfoques planteados por Luengo-Martín y Tavares-Filho
(1997) y Moncada-Bueno (1997), quienes señalan que existen
factores de riesgo hacia la violencia y al consumo de drogas,
los cuales pueden tipicarse como factores individuales, micro
y macrosociales; en consumo de cigarrillos, se encontró que
un cuarto de los(as) jóvenes consumen cigarrillos, existiendo
evidencia empírica que apoya una fuerte relación entre
el consumo de drogas y la delincuencia. Huizinga, Loeber,
Thornberry y Cothern (2000) sostienen que los factores de
riesgo que contribuyen al consumo de drogas son los mismos
o muy similares a los que inuyen en la delincuencia (Hawkins,
Arthur y Catalano, 1995; Leukefeld et al., 1998); en el factor
rendimiento académico, el estudio revela que cuatro de cada
diez jóvenes presentan un bajo rendimiento académico; en el
factor violencia física expresada, el estudio revela que cuatro
personas de cada diez presentan un comportamiento de
agresión física; en la variable agresión física, cerca de la mitad
de los(as) jóvenes presenta una conducta agresiva. Dentro de
este grupo, los más afectados son los jóvenes hombres de
centros educativos privados. Los hallazgos en agresión verbal
son similares a los de agresión física, indicando que existe una
correlación muy alta entre agresión física y agresión verbal.
También existe una correlación importante entre algunas
dimensiones de personalidad y socioambientales con los
comportamientos agresivos; evidenciándose empíricamente
que tanto las dimensiones de personalidad como los factores
sociales: las actitudes, manejo de la ira, empatía, ira, hostilidad,
la familia, la comunidad, el estrés social y los amigos están
relacionados de forma signicativa y positiva con la conducta
agresiva de los jóvenes salvadoreños.
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Revista entorno, Universidad Tecnológica de El Salvador, www.utec.edu.sv, octubre 2016, número 62: 19-26, ISSN: 2071-8748
Percepción de la relación entre educación
superior y trabajo en graduados de la
Universidad Tecnológica de El Salvador
URI: http://hdl.handle.net/11298/285
Paola María Navarrete
1
Ruth Maritza Osegueda
2
paola.navarrete@utec.edu.sv
Recibido: 24/08/16 – Aceptado: 19/09/16
Resumen
En este artículo se profundiza en uno de los resultados
obtenidos en la investigación institucional “Posicionamiento
en el ámbito laboral y caracterización de graduados
universitarios de la Universidad Tecnológica de El Salvador”,
que tuvo como objetivo desarrollar un perl y caracterización
del graduado de la Universidad Tecnológica de El Salvador
(Utec). Este artículo se centra en las percepciones que
tienen los graduados sobre la relación entre su formación
universitaria y su desarrollo profesional, incluyendo su
capacidad de obtener un empleo, así como la relación entre
su actual empleo y su carrera. Entre los resultados se obtuvo
que el 63,9 % de los graduados está ejerciendo su trabajo
en áreas relacionadas con su formación académica. Esta
percepción es más notoria en graduados del sexo masculino
y en aquellos pertenecientes a zonas rurales. Los graduados
también manifestaron que su formación académica ha
sido de utilidad y ayuda en su empleo, permitiéndoles
desempeñarse mejor, pero que no tiene relación directa con
obtener un empleo o mejorarlo.
Palabras clave
Socialización profesional, Universidad Tecnológica de El
Salvador – Educación - El Salvador, Graduados universitarios.
Abstract
This article delves into one of the results obtained in
the institutional research entitled “Job positioning and
characterization of graduates from Universidad Tecnológica
de El Salvador (Utec). This article focuses on the perceptions
graduates have in terms of the relationship between their
academic training and their professional development,
including their capacity to be employed, as well as the
relation between their current job and their major. The
results showed the following facts: 63,9 % of graduates is
currently working in elds related to their academic training.
This perception becomes more obvious in males and in
those who belong to the rural areas. Though the graduates
also pointed out that their academic training has been
useful and helpful in their job thus allowing them to perform
better, this has no direct relation to being able to get a job or
improving the opportunity for a better job.
Keywords
Professional Socialization, Universidad Tecnológica de El
Salvador-Education-El Salvador, University graduates.
1
Antropóloga, investigadora de la Universidad Tecnológica de El Salvador. paola.navarrete@utec.edu.sv
2
Licenciada en Psicología, colaboradora en la investigación.
20
Percepción de la relación entre educación superior
y trabajo en graduados de la Universidad Tecnológica
de El Salvador. Paola María Navarrete, pp. 19-26
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Introducción
La actual tendencia en el mundo globalizado y en el mercado
laboral presenta características que han permitido la adopción
de estrategias similares a las que tradicionalmente se utilizan
para lanzamientos y promoción de productos, pero dirigidas
hacia profesionales, principalmente enfocadas hacia jóvenes y
personas que ingresan por primera vez al mercado de trabajo,
o en aquellos que cambian de sector o modalidad de trabajo
(Rentería y Martínez, 2006b).
Estos nuevos escenarios, a los que se deben incorporar los
egresados universitarios, demandan cada vez más una sólida
formación profesional, adecuada a exigencias de mercados
cada día más competitivos, requiriendo que el profesional
involucre con inteligencia sus capacidades para insertarse al
mercado laboral de manera competitiva. Las demandas en
el mercado laboral ya no se enfocan hacia profesionales con
sólidos conocimientos cientícos y técnicos en una disciplina
especíca; se requiere además de una fuerte formación en
competencias, consideradas relevantes para su desempeño
profesional (Betnaces, 2007). Es por eso que se hace necesario
que las instituciones de educación superior, que forman a
profesionales que irán a desempeñarse al mercado laboral,
conozcan y entiendan hacia qué mercados están capacitando
a sus estudiantes y graduados; y comprender si esas
competencias y capacidades son las adecuadas para competir
y dar un aporte al mundo laboral.
Ahora el graduado debe logar posicionarse en el área en la
cual ha estado formando sus competencias para aportar
conocimientos, habilidades y actitudes a su entorno laboral.
En el contexto del trabajo, los sujetos pueden apropiarse o
desarrollar recursos que les permitan lograr un posicionamiento,
siempre y cuando los demás sujetos inmersos en ese contexto
reconozcan determinados aspectos, como el liderazgo, la
productividad, la adecuada comunicación y una buena actitud
(Hall, 1996).
Tradicionalmente el término posición se interpreta desde el
punto de vista de la mercadotecnia, que se reere al lugar y los
atributos que el cliente percibe mentalmente de un producto.
La diferencia entre posición y posicionamiento, en el caso del
mercado laboral, implica no solo el lugar en el que se ubica el
sujeto, sino además el reconocimiento que los otros hagan de
dicha ubicación. El mercado laboral, como contexto, permite
que las personas se encuentren y se reconozcan; este espacio
de interrelaciones les permite construir su identidad, y cada
sujeto toma una posición frente a dicho contexto (Rentería y
Enríquez, 2006; citado en Carillo, Escobar, y Audelo, 2013).
Posicionamiento de graduados universitarios
Pero a escala nacional no existen instituciones, a veces ni
siquiera dentro de las propias universidades, que velen y den
seguimiento a sus graduados universitarios. Por lo general no
se sabe cuántos de ellos están insertados en el mundo laboral,
si trabajan en áreas relacionadas con sus estudios, ni de qué
manera sus estudios ayudaron a colocarlos en un trabajo o si
les permitió una mejor posición que en la que se encontraban.
Un mayor entendimiento de la relación que existe, para
los graduados, entre sus estudios con su experiencia en la
búsqueda de un empleo, e incluso ya ejerciendo su profesión,
permite entender qué otras competencias, habilidades o
conocimientos necesita un profesional para ser competente y
competitivo profesionalmente.
Han existido en El Salvador pocos informes e investigaciones
por parte de universidades, u otros entes, que determinen
el posicionamiento que tienen los graduados en el ámbito
laboral salvadoreño. Generalmente se han realizado con el
propósito de identicar en qué áreas han logrado posicionarse
los egresados de sus instituciones. Estos estudios realizan
un diagnóstico que, a su vez, permite crear mecanismos
que ayuden a la incorporación de los egresados de sus
universidades al mundo laboral, como además mejorar los
procesos educativos desarrollados dentro de su institución
(Ruiz y Green, 2003; Universidad Modular Abierta [UMA], 2012).
Las transformaciones técnico-cientícas han requerido nuevos
modos de organización, tanto para los procesos de trabajo
como para los de formación. Este escenario demanda acciones
constantes de seguimiento y evaluación de los egresados, ya
sea para la reorganización interna de los programas o para la
proposición de nuevos (Programa ALFA América Latina, 2006).
Es posible que existan otros estudios que hablen de los
graduados en otras universidades, pero también que esta
información se quede a nivel institucional y no sea divulgada
en la comunidad cientíca. Queda pendiente —y es una deuda
por parte de las universidades salvadoreñas— realizar un
estudio de seguimiento a escala nacional que pueda brindar a
la población diagnósticos actualizados del posicionamiento de
egresados universitarios, mostrando tendencias y necesidades.
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y trabajo en graduados de la Universidad Tecnológica
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Método
Participantes o sujetos de estudio
El estudio tomó en cuenta a graduados de licenciatura
pertenecientes a la Utec dentro del período 2011-2015,
considerando a hombres y mujeres de las diferentes carreras
que imparte.
Universo y muestra
Desde el año 2011 hasta el 2014 hay un registro de 6.724
graduados (Mined, 2015). Con este universo, se estimó una
muestra total de 252 participantes para el estudio, con base
en la fórmula para el cálculo de poblaciones nitas, la cual
responde a un nivel de conanza estimado del 95 % y un
margen de error del 6 %, con distribución y selección al azar.
Descripción de la población encuestada
Entre los datos sociodemográcos de la población
sondeada (ver Tabla 1. Características sociodemográcas
de los participantes), 136 de los encuestados son del sexo
masculino, representando el 54,5 %; mientras que 113 (45,5 %)
corresponden al sexo femenino. Según el área de residencia,
son pertenecientes al sector urbano el 91,5 % (n = 225); y para
el área rural, el 8,5 % (n = 21). En la variable Estado civil, se
tiene que el 42,8 % (n = 108) está casado; un 40,6 % (n = 102)
es soltero; aquellos que manifestaron estar acompañados son
un 11,7 % (n = 29); y divorciados, con 4,4 % (n = 11), entre las
variables que caracterizan a la muestra encuestada.
Diseño y tipo de estudio
La metodología implementada fue cuantitativa, mediante
un estudio descriptivo con diseño trasversal y exploratorio
(Hernández, Fernández y Baptista, 2014).
Instrumento utilizado para la recolección de datos
Para esta investigación se utilizó una encuesta estructurada
de tipo cerrado (Hernández, Fernández y Baptista, 2014),
conformada por ítems de nivel nominal dicotómico, polinómico
y de respuesta variable cerrada. Para la validación de los
instrumentos se realizó un análisis de contenido, para mediar
la congruencia de los ítems con el estudio e identicar las
principales variables que predicen el posicionamiento laboral.
Posteriormente se realizó un análisis factorial exploratorio
sobre los ítems validados, y se obtuvo un nivel de congruencia
interna del instrumento suciente para garantizar la cohesión
de los ítems y su consecuente predicción de la variable interna.
Tabla 1. Características sociodemográcas de los participantes
Variables Recuento Porcentaje
Sexo: Femenino 113 45,5
Masculino 136 54,5
Estado civil: Soltero 102 40,6
Casado 108 42,8
Acompañado 29 11,7
Divorciado 11 4,4
Viudo 1 0,6
Zona: Urbano 225 91,5
Rural 21 8,5
Departamento Ahuachapán 6 2,2
Cabañas 3 1,1
Chalatenango 1 0,6
Cuscatlán 13 5,0
La Libertad 46 18,4
La Paz 3 1,1
San Salvador 176 70,4
San Vicente 1 0,6
Usulután 1 0,6
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y trabajo en graduados de la Universidad Tecnológica
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Procedimiento para recolección de datos
La encuesta se realizó de manera virtual. Esta técnica de
recolección de información fue factible debido a que la muestra
de graduados tiene acceso a internet y a correo electrónico,
necesario para recibir la información de la encuesta; se les
explicó vía correo en qué consistía la investigación, cómo
desarrollar la encuesta y la importancia de su aporte.
Resultados
Coherencia entre la formación y el tipo de empleo
Se preguntó a los graduados si el trabajo que están
desempeñando tiene o no relación directa con la carrera que
cursaron en la universidad. Tomando en cuenta una escala del
1 al 4, siendo 1 equivalente a Mucho y 4 a Nada, los graduados
respondieron, en un 63,9 % (n = 161), que su actual trabajo
tiene mucha relación con los títulos que obtuvieron en la
universidad; el 22,4 % (n = 55) manifestó que su trabajo algo
tienen que ver en ese sentido; 7,5 % (n = 18), que su trabajo
tiene poco que ver; y un 4,0 % (n = 10), que su trabajo no tiene
nada que ver con lo que estudió. De estas cifras, el 11,5 % de
graduados manifestaron que su trabajo tiene poco o nada de
relación con su carrera universitaria.
Al comparar estos resultados con algunas variables demográcas
podemos distinguir, si bien sin signicancia, diferencias entre la
población.
Los graduados del sexo masculino manifestaron tener una
percepción de mayor relación entre su actual trabajo y su
formación, en comparación con las mujeres. Teniendo la
población masculina una media de 1.42, en comparación con
1.58 de las mujeres.
Un resultado similar sucede con la variable Sector, en la cual, al
observar las medias, se tiene que en el urbano hay una media
de 1.52, mientras que el rural es de 1.38, indicando que en el
rural existe una mayor percepción de que la carrera en la cual
se tituló ha sido de mucho benecio en su trabajo.
Percepción de desempeño entre trabajo y educación.
Al preguntarles respecto a la relación que perciben entre
su desempeño en el trabajo con referencia a su educación
universitaria se utilizó una escala del 1 al 5, considerando 1
como la categoría Muy en desacuerdo, y 5, Muy de acuerdo.
Los graduados que ya estaban trabajando, previo a graduarse
consideraban que sus estudios les han permitido ascender
en la empresa en la que están actualmente laborando, con
una media de 3.84; manifestaron que en cierta medida esto
Tabla 2. Relación entre carrera y posicionamiento laboral
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Mucho 161 63,9 66,1 66,1
Algo 55 21,7 22,4 88,5
Poco 18 7,2 7,5 96,0
Nada 10 3,9 4,0 100,0
Total 244 96,7 100,0
Perdido sistema 8 3,3
Tabla 3. Medias de relación entre trabajo y carrera académica según sexos
Sexo: N Media Desviación típ. Error típ. de la media
Femenino 111 1.58 .840 .080
Masculino 130 1.42 .769 .067
Tabla 4. Medias de relación entre trabajo y carrera académica según zona
Zona N Media Desviación típ. Error típ. de la media
Urbano 220 1.52 .805 .054
Rural 18 1.38 .860 .201
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era indiferente, pero que en parte están de acuerdo con
que sus estudios les ha permito ascender. Al preguntarles si
consideraban que su educación universitaria ha sido de utilidad
para su actual empleo, se respondió con una media de 4.41,
estando de acuerdo con este postulado; lo mismo sucedió
con la pregunta ¿Considera que su formación universitaria
le ha permitido desempeñarse mejor?, con una media de
4.42. Al preguntarles si consideraban que su formación les ha
permitido obtener un buen empleo, se plantea una media de
3.94, indicando que, si bien les es indiferente la relación de
estudio-trabajo, también están de acuerdo con que ayuda.
Al comparar esta percepción con las variables sociodemográcas
del estudio, se observa que, al compararla con la variable sexo,
los graduados tienen una mayor percepción en comparación
con las graduadas; que sus estudios les han permitido
ascender dentro de su trabajo, con un rango de 94.39 de ellos
en comparación con 81.27 de ellas. Un patrón similar sucede
al preguntar si su formación universitaria ha sido de utilidad
para su empleo, donde el lado masculino manifestó estar más
de acuerdo y que considera que su formación le ha permitido
tener un buen empleo.
Tabla 5. Percepción de tipos sobre estudio en posicionamiento laboral
N Mínimo Máximo Media Desv. típ.
Sus estudios le han permitido
ascender en la empresa 251 2 5 3.84 .977
Su educación en la universidad
le ha sido de utilidad en su empleo 252 2 5 4.41 .730
Considera que su formación
en la universidad le ha permitido
desempeñarse mejor 251 2 5 4.42 .709
Considera que su formación
en la universidad le ha permitido
obtener un buen empleo
(o un mejor empleo). 252 2 5 3.95 .964
(N válido [según lista]) 249
Tabla 6. Percepción de estudio en posicionamiento laboral según variables sexo
Sexo: N Rango Suma de U de Mann- Sig. asintót.
promedio rangos Whitney (bilateral)
Sus estudios le han
permitido ascender
en la empresa Femenino 79 81.27 6420.50 3260.500 .076
Masculino 97 94.39 9155.50
Total 176
Su educación en la
universidad le ha sido
de utilidad en su empleo Femenino 80 85.64 6851.50 3611.500 .378
Masculino 97 91.77 8901.50
Total 177
Considera que su
formación en la
universidad le ha permitido
desempeñarse mejor Femenino 80 92.69 7415.00 3505.000 .264
Masculino 96 85.01 8161.00
Total 176
Considera que su formación
en la universidad le ha
permitido obtener un buen
empleo (o un mejor empleo) Femenino 80 87.44 6995.50 3755.500 .700
Masculino 97 90.28 8757.50
Total 177
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Únicamente cambia al preguntarles si su formación le ha
permitido desempeñarse mejor dentro de su trabajo, donde
las mujeres tuvieron una mayor percepción que este ha
sido el caso, con un rango de 92.69; y 85.01 de parte del
sector masculino.
Al comparar dichas percepciones con la variable Trabajo, con
una prueba de U de Mann Whitney, se puede observar que
existen signicancias en las preguntas relacionadas con la
pregunta si su estudio le ha permitido ascender en la empresa,
donde hay un rango más alto entre aquellos que creen que
les ha ayudado y que poseen trabajo, en contraste con aquellos
que no tienen trabajo, donde su rango promedio es menor.
De la misma manera sucede con la pregunta si su educación ha
sido de utilidad en su empleo. Las personas que manifestaron
trabajan, tuvieron rangos promedios más elevados, indicando
que su educación ha sido de inuencia para encontrar y
desempeñarse en su actual empleo.
En pocas palabras, aquellos que tienen trabajo consideran
que su educación ha tenido inuencia en la obtención y
desempeño laboral, en comparación con aquellos que no
poseen un trabajo, que maniestan que la educación no inuye.
Con el ítem Considera que su formación ha permitido obtener
un buen empleo sucede lo mismo. Existe un mayor rango de
respuesta en aquellos que manifestaron estar trabajando en
contraste con los que no, que consideran que la formación no
inuye en la obtención de un mejor trabajo.
Conclusiones
Formación académica y empleo
Se encontró que más de la mitad de la población de graduados
encuestados (63,9 %) se encuentran laborando en un lugar
relacionado con la profesión que cursó en sus estudios
universitarios, mientras que un 22,4 % tiene un trabajo que
está relacionado de alguna manera, y un 13,7 % trabaja en un
lugar que tiene poco o nada que ver con su profesión.
Son los hombres los que se están desempeñando o que ven
una mayor relación entre su actual trabajo y el grado académico
obtenido, en comparación a las mujeres, que tienen una menor
percepción de esta relación. Un resultado similar sucede al
comparar las zonas urbanas con las rurales, en el cual los
graduados de la zona urbana tienen una mayor percepción de
que su trabajo es afín a su especialidad, en comparación con
aquellos residentes en las zonas rurales.
Tabla 7. Relación entre percepción de estudio en relación a la variable trabajo
¿Actualmente
se encuentra laborando? N Rango promedio Suma de rangos
Sus estudios le han
permitido ascender en la empresa 168 92.30 15506.50
No 11 54.86 603.50
Total 179
Su educación en la universidad
le ha sido de utilidad en su empleo 169 93.01 15718.00
No 11 52.00 572.00
Total 180
Considera que su formación en
la universidad le ha permitido
desempeñarse mejor 168 91.66 15399.00
No 11 64.64 711.00
Total 179
Considera que su formación en
la universidad le ha permitido
obtener un buen empleo
(o un mejor empleo) 169 93.26 15760.50
No 11 48.14 529.50
Total 180
25
Percepción de la relación entre educación superior
y trabajo en graduados de la Universidad Tecnológica
de El Salvador. Paola María Navarrete, pp. 19-26
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Percepción de la relación entre formación y
crecimiento profesional
A escala general, los graduados tienen la percepción de que
existe una inuencia de su formación universitaria en su
desempeño y crecimiento dentro de su trabajo. Pero también
parte de los graduados consideran que este es indiferente a
la formación académica que obtuvo, pero están de acuerdo
con que su formación ha sido de utilidad, funcionado como
una herramienta para mejorar su desempeño en el trabajo.
En el caso de las mujeres, su formación universitaria tenía
tanta relación con obtener un trabajo o incluso ascender.
Incluso durante el estudio las mujeres manifestaron tener
un menor salario que los hombres. Estas nociones también
cambian, dependiendo de si el graduado está laborando o no.
En el caso de los graduados que tienen un trabajo, dijeron que
su formación no solo les ha permito obtener un buen trabajo,
sino que les permitió ascender; y que además ha sido de
utilidad para su desempeño laboral. Se da el caso contrario
si el graduado no posee un trabajo, donde su formación no
ha ayudado o permitido que logre posicionarse dentro del
mercado laboral.
En este caso, la percepción de los graduados los orienta a
decir que su formación universitaria les ha permitido tener
las competencias y herramientas necesarias para poder
desempeñarse en su trabajo, pero solo obtener su título de
graduación no es garantía para obtener un buen trabajo ni para
poder mejorar las condiciones laborales de su actual trabajo.
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Tabla 8. Prueba de signicancia según la variable trabajo
Sus estudios Su educación Considera que su Considera que su
le han en la universidad formación formación en
permitido le ha sido en la universidad la universidad
ascender en la de utilidad le ha permitido le ha permitido
empresa en su empleo desempeñarse mejor obtener un buen
empleo (o un
mejor empleo)
U de Mann-
Whitney 537.500 506.000 645.000 463.500
W de Wilcoxon 603.500 572.000 711.000 529.500
Z -2.426 -2.828 -1.879 -2.926
Sig. asintót. (bilateral) .015 .005 .060 .003
a. Variable de agrupación: ¿Actualmente se encuentra laborando?
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Percepción de la relación entre educación superior
y trabajo en graduados de la Universidad Tecnológica
de El Salvador. Paola María Navarrete, pp. 19-26
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
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Revista entorno, Universidad Tecnológica de El Salvador, www.utec.edu.sv, octubre 2016, número 62: 27-33, ISSN: 2071-8748
Incidencia de las condiciones de bienestar social
y de seguridad en la actitud hacia la conservación
de la identidad cultural: caso Planes de Renderos
URI: http://hdl.handle.net/11298/282
Saúl Enrique Campos-Morán
1
Paola María Navarrete
2
Carlos Felipe Osegueda
3
Julio Abal Blanco
4
Melissa Regina Campos
5
Universidad Tecnogica de El Salvador
saul.campos@utec.edu.sv
Recibido: 19/04/16 – Aceptado: 23/07/16
Resumen
El objetivo de la investigación fue determinar las características
sociales, culturales, económicas y geográcas del cantón Los
Planes de Renderos, para lo cual se implementó un diseño de
carácter multimodal, ya que se aplicaron técnicas cualitativas
para la recolección de elementos de identidad cultural del
cantón, así como cuantitativa para los datos históricos,
geográcos y socioeconómicos de la misma localidad. Se
realizó un estudio descriptivo en el que participaron 306
habitantes del cantón, lo que generó datos con un 92 % de
conanza y un margen de error del 6 %; y un estudio etnográco
por medio de entrevista en profundidad en el que participaron
40 habitantes de la localidad que cumplieran la característica
de tener una familia con residencia en Los Planes de Renderos
de por lo menos una generación anterior, cuyos testimonios
fueron validados por medio de triangulación cualitativa. Entre
los resultados principales se tiene que las fuentes principales
de ingresos de las familias del cantón siguen siendo las
remesas y el empleo semiformal en el rubro de servicios; que
la violencia social es una variable que impacta fuertemente en
el desarrollo de la economía local, y que ambas condiciones
mencionadas tienen relación con que en el imaginario cultural
de los habitantes del lugar no exista una identidad arraigada
con las tradiciones y costumbres del cantón.
Abstract
This investigation was aimed at determining the social,
cultural, economic, and geographical features of the
township of Los Planes de Renderos. The research team
used a multimodal design since qualitative and quantitative
techniques were used. The qualitative techniques helped
to collect the elements linked to cultural identity in the
township. The quantitative techniques were used to collect
the historical, geographical and socioeconomic data in
said township. The study was descriptive and a total of 306
residents participated, thus generating data which showed
a 92 % of condence [interval] and a margin of error equal
to 6 %. An ethnographic study was also conducted by
means of an in-depth interview; 40 residents participated.
Said residents were selected on the basis of the time of
residence; they had to have resided there for at least one
previous generation; their testimonies were validated
through a qualitative triangulation. The main results
include the following: the leading income emanates from
remittances and semiformal employment in the services
area; social violence is a high-impact condition that exerts a
strong inuence in the development of the local economy;
these two elements are related to the cultural imaginary
of the locals and their lack of a rooted identity with the
customs and traditions of the locality.
1
Investigador y docente Utec.
2
Investigadora y docente Utec.
3
Docente investigador de la escuela de Antropología, Utec.
4
Docente investigador de la escuela de Idiomas, Utec.
5
Investigadora Utec.
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Incidencia de las condiciones de bienestar social y de seguridad
en la actitud hacia la conservación de la identidad cultural: caso
Planes de Renderos. Saúl Enrique Campos-Morán, pp. 27-33
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Introducción
Desde su nacimiento, el ser humano es una criatura social; es
decir, no puede vivir aislado de su sociedad. Esto condiciona su
proceso de maduración cultural y psicológica desde el primer
año de vida (Vicente, 2015). Por ello, la identidad personal
se conforma en constante interrelación con el proceso de
desarrollo del organismo y con el proceso social mediador
entre el entorno y el ser humano (Vera, 2002). En este proceso,
el lenguaje tiene un papel clave al dotar de signicado a los
objetos y al facilitar que la vida cotidiana se aprehenda como
una realidad ordenada y dada de antemano. Sin embargo, esta
realidad está conformada por diversas realidades generadas
en la actividad que lleva a cabo cada individuo en su propio
proceso de aprehensión de la misma, incorporando sus
características propias. Por ello, como señala Ibáñez (1988), la
realidad, tal y como es, está determinada por la realidad tal y
como es para las personas que la perciben, siendo el resultado
de la propia actividad de construcción subjetiva de la misma.
El primer autor en identicar producciones mentales sociales,
llamadas por él de representaciones colectivas, fue Durkheim.
Con este término expresaba que la vida social es la condición
de todo pensamiento organizado y que tales representaciones
colectivas preservarían la unión entre los individuos. Según él,
hace falta la asociación para que las representaciones de las
personas se conviertan en cosas exteriores a las conciencias
individuales (Vera, 2002, p. 107). El sociólogo francés, en Las
reglas del método sociológico, considera que los estados de
conciencia colectiva son de una naturaleza diferente a la de
los estados de conciencia individual: “Las representaciones
colectivas constituyen una nueva especie de fenómenos que ‘no
tienen por causas generadoras ciertos estados de las conciencias
particulares’, sino las condiciones en que se encuentra el cuerpo
social en su conjunto” (Durkheim, 2001, p. 159).
Bienestar social se le llama al conjunto de factores que participan
en la calidad de la vida de las personas en una sociedad y que
hace que su existencia posea todos aquellos elementos que dan
lugar a la satisfacción humana (Krugman, 1998).
El bienestar social es una condición no observable directamente,
sino que es a partir de formulaciones como se comprende; y se
puede comparar de un tiempo o espacio a otro (Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, 2013). Aun así, el bienestar,
como concepto abstracto que es, posee una importante carga
de subjetividad propia del individuo, aunque también aparece
correlacionado con algunos factores económicos objetivos. El
bien social no implica necesariamente un colectivismo. En la
cuestión del bienestar en Los Planes de Renderos, se tomó
en cuenta varios elementos de análisis vinculados con la
percepción de calidad de vida individual y familiar, así como
Tabla 1. Criterios de inclusión y exclusión para la investigación
Criterios de inclusión Criterios de exclusión
Haber residido en Planes de Renderos Niños menores de 12 años de edad.
durante los últimos 5 años.
Haber trabajado en Planes de Renderos Personas cuyo interés vaya en detrimento
durante los últimos 5 años. de la identidad del cantón.
Ser originario del cantón. Personas con problemas psicológicos
reconocidos por la comunidad.
Tener familia en el cantón. Personas con vicios o adicciones que
comprometan su capacidad de respuesta.
Elaboración propia
Palabras clave
Los Planes de Renderos-Investigaciones; Actividades
culturales; Cultura y desarrollo; Problemas sociales;
Tradición oral.
Keywords
Los Planes de Renderos-Research investigations; Cultural
activities; Culture and development; Social problem; Oral
tradition.
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Incidencia de las condiciones de bienestar social y de seguridad
en la actitud hacia la conservación de la identidad cultural: caso
Planes de Renderos. Saúl Enrique Campos-Morán, pp. 27-33
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
los elementos de violencia social que marcan el imaginario
colectivo cotidiano de los residentes de esa localidad.
De tal forma, el primer grupo de indicadores sondeados se
relaciona con la perspectiva de bienestar individual, acceso
a servicios básicos y satisfacción de necesidades. Por otra
parte, se indaga también la violencia social como contexto del
imaginario colectivo, es decir, cómo el contexto de violencia
modica, si es el caso, las conductas sociales y las relaciones
de producción y consumo de los habitantes de Los Planes.
El objetivo de la investigación fue construir una monografía del
cantón Los Planes de Renderos, a partir del análisis descriptivo
de todas las dimensiones constituyentes de la identidad propia
de éste. Dentro de esta premisa, un objetivo secundario fue
identicar si existe relación entre las condiciones de vivienda y
la identicación con las tradiciones culturales del cantón. Esto,
partiendo del supuesto de que las culturas locales se modican
constantemente a partir de la relación que los habitantes de
los pueblos tienen con su entorno, lo que, a partir de lo que se
propone en la investigación, incluye las condiciones de vivienda.
Los participantes de la investigación fueron escogidos de
acuerdo con las necesidades de la investigación. De tal forma,
los participantes del estudio cuantitativo tuvieron ciertas
características especícas, mientras que los del estudio
cualitativo también debían cumplir algunos requisitos, tal y
como se aprecia en la tabla 1. Sin embargo, los criterios que
ambos grupos debían cumplir incluyeron ser salvadoreño,
que viviera en cualquiera de los caseríos del cantón Planes de
Renderos o que trabajara en el lugar.
Respecto a los participantes del estudio cualitativo, también se
primó que fuesen guras conocidas dentro del cantón, y que
su participación fuera relevante al tema en el que participaron.
Diseño y tipo de estudio
Se utilizó un diseño descriptivo mediante un código arbitrario
de observación y uno descriptivo mediante encuestas
probabilísticas en conjunto con el diseño etnográco (Montero
y León, 2007).
El estudio es fundamentalmente transversal, pero tiene un
componente longitudinal para la dimensión histórica y de
patrimonio cultural.
En cuanto a las frecuencias de los datos sociodemográcos de
la población sondeada, se tiene que 36,4 % de los participantes
(n = 113) fueron del sexo masculino, mientras 63,6 % (n = 193)
del femenino. Así mismo, respecto a la edad de los participantes,
estuvo entre los 15 y los 68 años, siendo la media general de la
muestra de 19.5 años.
En cuanto al estado civil, los participantes del estudio
manifestaron que la mayoría son solteros, con un 51,1 % (n =
147); seguido de los que son acompañados, que muestran un
22,7 % (n = 72), y en tercer lugar los casados, con un 21,6 %
(n = 69).
Geografía y distribución territorial del cantón
Los Planes de Renderos se encuentra a 9.5 kilómetros al sureste
del centro de San Salvador, municipio con el cual comparte
una sección de su territorio. El cantón limita a su vez con los
municipios de Antiguo Cuscatlán, Panchimalco y San Marcos.
De estos, Panchimalco posee actualmente el 67 % de su
territorio, seguido por San Marcos y San Salvador. Antiguo
Cuscatlán posee cerca de 1 % del territorio total de Los Planes.
Geográcamente, el cantón está ubicado en latitud 13.6377845,
y en longitud -89.187263, y a 1002 metros sobre el nivel del mar.
En cuanto a su distribución territorial, el cantón está compuesto
por cinco caseríos: Mil Cumbres, Casa de Piedra, Los Planes de
Renderos, Palones-Amatitán y Carretera a Planes de Renderos,
siendo el tercero el que actúa como casco urbano de la zona,
ya que en este están localizados los principales servicios de
salud y los puntos de desarrollo económico y emprendimiento,
así como de turismo.
El resto de caseríos están casi convertidos en pueblos-
dormitorio, debido a que casi la totalidad de sus habitantes
trabajan en San Salvador, y, en menor medida, en Panchimalco.
Condiciones de vivienda y servicios básicos
A escala general se observa que las medias de percepción de
condiciones de vivienda son elevadas. Un análisis detallado
nos ofrece un desglose de acceso a servicios de acuerdo con
los diferentes rubros.
Para el análisis de asistencia de los hijos a la escuela, se tomó
en cuenta únicamente los casos que manifestaron tener uno
o más hijos. También se excluyó un caso donde el hijo ya pasó
de la edad escolar. En cuanto a esta variable, las medias para
para ambos casos son entre medias y bajas, lo que indica que
todos los padres con hijos tienen dicultades para enviarlos
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en la actitud hacia la conservación de la identidad cultural: caso
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ISSN: 2071-8748
a la escuela, tanto por problemática económica como por
inseguridad. Al hacer una comparación especíca de las
medias, se observa una mayor preocupación de las mujeres
por la educación que los hombres, aunque la diferencia entre
ambos valores es relativamente leve.
En cuanto a servicios básicos, la mayoría contestó positivamente
para todas las cuestiones, resultando en valores bastante
elevados para luz, agua y teléfono. A escala general se aprecia, sin
embargo, que los hombres contestaron con valores ligeramente
mayores que las mujeres. Un comportamiento similar reeja el
ítem de mi casa reúne las condiciones para protegernos del
clima, donde las mujeres tienen mayor preocupación por las
condiciones de su casa que los hombres, quienes se muestran
más conados.
La variable que más llama la atención es la percepción de
satisfacción de necesidades. En esta se reeja que existe una
percepción media-alta de satisfacción, en oposición al resto de
cuestiones, que muestran datos muy positivos. Dentro de este
elemento, los hombres muestran una satisfacción media de
4.22, en oposición a las mujeres, cuya media es de 3.97. Esto
se constituye en un indicador de estrés por la seguridad de
condiciones básicas, especialmente en las mujeres, quienes
son las que llevan la principal carga de sustento familiar entre
los hogares del cantón.
Para determinar cuáles variables son las que tienen incidencia
estadísticamente signicativa por sexo, se realizó un contraste
de hipótesis basado en prueba t, sin embargo, no se encontraron
diferencias signicativas entre ninguno de los grupos, por lo
que se concluye que el sexo de los entrevistados no predice el
acceso que se tenga a los recursos y servicios. Este apartado
usualmente no varía en estudios similares, indicando que la
variable no está relacionada.
Condiciones de violencia y seguridad
En este apartado se sondeó la percepción que existe sobre
la violencia y las condiciones de seguridad en el entorno de
vivienda de los participantes.
Tabla 2. Medias para servicios básicos
Sexo Media Desviación típ. Error típ.
de la media
Mi(s) hijo(s) va(n)
a la escuela Masculino 2.89 1.668 .201
Femenino 3.84 1.732 .157
En mi hogar contamos
con luz eléctrica Masculino 4.84 .365 .040
Femenino 4.63 .819 .068
Tenemos agua potable
en casa Masculino 4.70 .581 .064
Femenino 4.57 .974 .081
Contamos con teléfono
jo/celular Masculino 4.66 .738 .081
Femenino 4.29 1.109 .092
Siempre tengo para el
pasaje del bus Masculino 4.13 1.186 .130
Femenino 4.12 1.096 .091
Mi casa reúne las condiciones
para protegernos del clima Masculino 4.48 .795 .087
Femenino 4.46 .938 .078
Mis necesidades básicas
están cubiertas Masculino 4.22 1.173 .129
Femenino 3.97 1.123 .093
Elaboración propia
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en la actitud hacia la conservación de la identidad cultural: caso
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Al hacer un análisis descriptivo se observa que existe una
percepción balanceada entre seguridad e inseguridad en
el ámbito doméstico en las diferentes categorías, es decir,
hay categorías donde existe una percepción negativa, pero
en otras se da lo contrario, tal y como se describe en los
resultados a continuación.
En este apartado se evidencia de forma general un impacto más
fuerte en las mujeres que en los hombres, quienes, al revisar
los estadísticos descriptivos vinculados con esta dimensión,
aparecen con valores menores que los de las participantes.
Para la variable me preocupa que asalten mi casa mientras no
estoy, los hombres muestran una media de 3.14, frente a la de
las mujeres, que es de 3.35, reejando una mayor preocupación
por la casa entre las mujeres que los hombres, pero en ambos
casos se maniesta como un valor intermedio. Así mismo, son
los hombres los que maniestan que consideran vivir en una
Tabla 3. Medias para condiciones de violencia y seguridad
Sexo Media Desviación típ. Error típ.
de la media
Me preocupa que asalten
mi casa mientras no estoy Masculino 3.14 1.839 .202
Femenino 3.35 1.762 .146
Vivo en una zona insegura Masculino 3.56 1.589 .174
Femenino 3.04 1.589 .132
He perdido un familiar por
causa de la violencia Masculino 2.11 1.564 .173
Femenino 1.64 1.292 .107
Me cobran renta al entrar
a mi colonia Masculino 1.33 .991 .109
Femenino 1.15 .525 .044
Hay maras/pandillas
en mi colonia Masculino 4.55 6.590 .722
Femenino 3.14 1.569 .130
He recibido llamadas
de extorsión Masculino 1.48 1.037 .114
Femenino 1.39 1.067 .088
Cerca de mi casa aparecen
personas muertas
por crímenes Masculino 2.32 1.465 .162
Femenino 2.35 1.539 .128
Me preocupa que mis hijos
sean reclutados
por las pandillas Masculino 2.63 2.019 .235
Femenino 3.57 1.770 .154
He sido víctima de asalto Masculino 2.31 1.399 .153
Femenino 1.88 1.432 .119
Llego a mi casa muy tarde Masculino 3.23 1.628 .178
Femenino 2.79 1.514 .125
Por mi colonia es fácil
abordar el bus Masculino 2.52 1.519 .167
Femenino 2.16 1.478 .123
En mi colonia es peligroso
transitar a cualquier hora Masculino 3.81 1.609 .176
Femenino 3.30 1.716 .142
Elaboración propia
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zona insegura (3.56), frente a las mujeres, que muestran un
valor más bajo en esta variable (3.04).
Por otro lado, respecto a cobro de renta, si bien es una variable
de presencia baja, son los hombres los que maniestan en
mayor medida en algún momento haber sido víctimas de
extorsión, pues lo dicen en un porcentaje mucho menor. Esto
se contrasta con la variable presencia de maras, que para
ambas categorías alcanzó un nivel medio de presencia, pero
son los hombres los que maniestan dicha percepción más
fuerte, con una media de 4.55 frente a 3.14 de las mujeres, es
decir, se reconoce que hay maras en su colonia, pero son los
hombres los que más su presencia, en comparación con las
mujeres, que se muestran menos conscientes de la presencia
de aquellas. La variable Llamadas de extorsión, por su parte,
muestra un comportamiento similar al de cobro de renta, pero
con valores más elevados para ambas categorías, siendo los
hombres los que maniestan haber recibido más llamadas de
ese tipo.
Para preocupación por el posible reclutamiento de los hijos en
las maras, nuevamente son las mujeres quienes se muestran
más preocupadas que los hombres, resultando una media de
3.57, mientras que los hombres solamente llegan a 2.63.
Para haber sido víctima de asalto, se podría sugerir que los
hombres son más propensos a serlo, puesto que su media
es mayor que la de las mujeres en este rubro también. La
última variable que muestra una diferencia relevante entre
ambos grupos es la Percepción del peligro de transitar en su
colonia, donde son los hombres quienes maniestan estar
más conscientes de que hay peligro, mientras que las mujeres
muestran una percepción relativamente más baja. Esto está
en sintonía con la variable anterior, donde se observa que son
los hombres los más propensos a ser asaltados. Para los ítems
Llego a mi casa muy tarde y Por mi colonia es fácil abordar
el bus, también se evidencian valores relativamente más altos
para los hombres.
Ante estas relaciones, se hace necesario un contraste de
signicancia para determinar en cuáles casos el sexo es un
factor incidente en la predicción de estos comportamientos.
Al realizar la prueba t para dos muestras independientes, se
observa que aquellas para las cuales el sexo es signicativo en
su aparición son Mi lugar de vivienda es inseguro (t = 2.371; p
= 0.019) y Me preocupa que mis hijos sean reclutados por las
pandillas (t = 3.469; p = 0.001).
Dichos resultados implican que, tomando como base la
diferencia de medias, los hombres tienden estadísticamente a
percibir que su zona de vivienda es insegura, mientras que la
mujer es estadísticamente más propensa a sentir lo contrario;
así como son las mujeres también las más propensas a tener
miedo al reclutamiento de sus hijos.
Impacto en la actitud hacia la identidad
De tal forma, al triangular esta información con la obtenida
por medio de las entrevistas, se obtuvo que los menores
valores en las áreas de condiciones de vivienda y seguridad
corresponden a las personas que maniestan no tener un
fuerte arraigo con su comunidad. Contrariamente, aquellos
que tienen sus servicios básicos satisfechos y que han estado
menos expuestos a la violencia se perciben con mayor interés
hacia la recuperación y perpetuación de las tradiciones
culturales propias de la localidad.
Lo anterior se puede comparar a partir de la información
obtenida de los caseríos. En Planes de Renderos, considerado
como el casco urbano del cantón, y en donde se aglutina casi
la totalidad de la actividad turística del lugar, se aprecia que el
respeto y la práctica de las tradiciones es mucho más fuerte
que Palones o Mil Cumbres, pero, a su vez, aquel lugar es el que
cuenta con mayores índices de seguridad por contar con varios
puntos de interés al turismo local e internacional, por lo que
logra identicarse una relación directamente proporcional de la
satisfacción de necesidades con la conservación del patrimonio
cultural. Es decir, no solamente existe una predisposición a estar
más interesado en la herencia histórica y social del lugar al tener
las necesidades satisfechas y gozar de seguridad, sino que
también este interés está vinculado con propósitos turísticos, y,
por lo tanto, intrínsecamente ligado a la economía local, por lo
que se convierte en una necesidad, lo cual a su vez lo convierte
en parte del microcosmos de los lugareños.
Un caso contrario se observa en los caseríos del interior,
donde existe poco arraigo por las tradiciones culturales, o,
por el contrario, se dan transformaciones en la identidad
en los ámbitos religioso o económico. En el primer caso, la
religión también ha sufrido transformaciones en los últimos
años. Originalmente, como la mayoría de pueblos de El
Salvador, el cantón Planes de Renderos y sus caseríos ha
sido principalmente católico, pero en los últimos años dicha
tendencia ha comenzado a modicarse. Con el auge de las
iglesias evangélicas, la población católica ha ido disminuyendo.
Esto puede explicarse de manera muy sencilla, y tiene que ver
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con acceso y disponibilidad. Las iglesias en Planes de Renderos
están centralizadas en la zona más segura del área, y para llegar
a estas hay que desplazarse por territorios de alto nivel de
inseguridad. En contraste, las iglesias evangélicas han abierto
lugares de culto localmente, permitiendo la congregación de
personas sin arriesgarse a caminar por calles en las que se
corre peligro. A esto se agregan las visitas casa por casa que
los pastores realizan a los habitantes del lugar, por medio de
las cuales hacen ejercicios de evangelización y conversión. De
tal forma, la población más joven de los caseríos del interior
se está convirtiendo en evangélica, mientras los ancianos y la
gente de edad adulta optan por aún profesar el catolicismo.
Conclusiones
Al hacer un análisis, según zonas de vivienda, el caserío que
tiene el mayor número de facilidades en cuanto a condiciones
de seguridad se encuentran el casco urbano perteneciente al
caserío Planes de Renderos. Es en esta área donde se aprecian
las mayores percepciones de bienestar y seguridad, lo cual
contrasta con la percepción de los habitantes de Casa de
Piedra, cuya media de percepción de la violencia es de 3.53
en una escala de cinco, es decir, es bastante alto. Además, los
problemas de transporte están muy presentes en el caserío Mil
Cumbres, siendo este el que tiene más problemas de acceso.
Esto en contraste con la opinión de los habitantes de Planes
de Renderos, quienes muestran el menor índice de problemas
de transporte.
Por otra parte, tal y como se mencionó en la investigación,
problemas de renta y extorsión son más evidentes en los
cantones Mil Cumbres y Casa de Piedra, en oposición a Planes
de Renderos, donde existe menos impacto directo de estos
problemas sociales. En contraste, se observa que existe un
amplio conocimiento sobre las asociaciones, Adescos y otros
grupos sociales de participación ciudadana en Los Planes,
lo cual indica una conciencia acerca del fenómeno, pero no
necesariamente un involucramiento directo en estos procesos.
Otra dimensión alta dentro de esta línea es la percepción de
que el lugar de vivienda incide en el tipo de participación que
puede lograr, lo que podría explicar la poca identicación que
se siente al ser habitante del cantón Planes de Renderos con
Panchimalco en general, en una relación donde vivir en dicho
cantón sugiere un leve sentimiento de exclusión por parte de
los otros cantones.
A escala general, se puede concluir que las condiciones de
vivienda y de seguridad tienen impacto en la actitud hacia el
patrimonio. Si no se satisfacen primero necesidades de cobijo
y protección, habrá una actitud de desechar la tradición en
favor de lo que permita subsistir, principalmente en las nuevas
generaciones, las cuales están menos arraigadas a la tierra que
aquellos habitantes de más edad en el cantón.
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El afrontamiento y la capacidad de
resiliencia de las personas ante los
riesgos por desastres naturales
URI: http://hdl.handle.net/11298/280
Ana Sandra Aguilar-Mendoza
1
Investigadora Utec
ana.aguilar@utec.edu.sv
Recibido: 11/07/16 – Aceptado: 20/09/16
Resumen
El presente estudio tiene como objetivo el identicar la
existencia de un patrón de características sociodemográcas
de las personas que residen en el barrio Santa Anita de la
zona metropolitana de San Salvador, El Salvador, asociado
con la presencia de un afrontamiento activo antes del
surgimiento de eventos de desastres naturales. Es un
estudio descriptivo correlacional, en donde se utilizaron
correlaciones de Sperman y pruebas no paramétricas. La
muestra estuvo constituida por 244 residentes del barrio,
en donde el 54 % pertenecía al sexo masculino y el 46 % al
femenino. Se utilizó un cuestionario con dos escalas: la de
estrategias de afrontamiento a riesgos extremos adaptada
por López-Vázquez y Marván (2004) y una ad hoc, adaptada
de la escala de López-Calleja y Núñez (2014). Entre los
resultados se encontraron diferencias en el afrontamiento
que presentan los participantes según la edad. No hay
diferencias estadísticas signicativas en el afrontamiento
activo entre hombres y mujeres, pero estas presentan medias
más altas en el afrontamiento pasivo. En cuanto al estado
civil, no hay diferencias entre este y el afrontamiento activo y
pasivo. Los participantes confían más en la información que
proporcionan la alcaldía y Protección Civil sobre los peligros
que se corren ante los desastres naturales. El afrontamiento
activo está relacionado con las medidas de aseguramiento
Abstract
The goal of this study was to identify the existence of a
pattern of sociodemographic characteristics in people
residing in Barrio Santa Anita, in the metropolitan area of
San Salvador, El Salvador, in relation to the existence of an
active coping at the emergence of natural disasters. This is
a correlational study where Sperman correlations and no
parametric tests were used. The sample consisted of 244
residents, 54 % of which were male and 46 % female. A
two-scale survey was used: coping strategies and extreme
risks—as adapted by López-Vásquez and Marván (2004)
and also an ad-hoc survey adapted from the López-Calleja
and Núñez (2014). Some of the results showed the following
elements: there are differences in the way people cope
with natural disasters based on their age. There are no
relevant statistical differences in active coping among men
and women; however, the latter showed higher median
results in passive coping. In regards to their marital status,
there are no differences between this and coping either
passively or actively. The participants show a higher level
of condence in the information provided by the city hall
and Protección Civil [Civil Protection] about the dangers to
be faced before natural disasters. Active coping is related
with the security of homes, water supply availability and the
1
Docente investigadora de la Universidad Tecnológica de El Salvador, Psicóloga, con Maestría en Salud Pública, Maestría en Docencia e Investigación Educativa, estu-
diante del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador. Correo electrónico: ana.aguilar@utec.edu.sv. Correo postal: Universidad Tecnológica de
El Salvador, edicio Dr. José Adolfo Araujo Romagoza, Vicerrectoría de Investigación, Dirección de Investigaciones, calle Arce y 19.ª avenida Sur, 1045.
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de viviendas, del agua y de actualización de planes de
prevención. Sin embargo, es mayor el porcentaje de familias
que presentan un afrontamiento pasivo.
Palabras clave
Desastres naturales-El Salvador; Resiliencia (Psicología);
Fenómenos cíclicos.
update of prevention plans. However, most families show
passive coping.
Keywords
Natural disasters-El Salvador; Resilience (Psychology);
Cyclical Phenomena.
Introducción
En el mundo la Tierra presenta cambios producidos naturalmente
y por acción del hombre. En El Salvador, históricamente han
ocurrido eventos que representan desastres. Durante el período
de 1910 a 1920 ocurrieron “deslizamientos de tierra, epidemias,
inundaciones, sismos, erupciones, vendavales, tormentas
eléctricas, un tsunami, hundimientos, plagas y avenidas. En
1922, ocurrió una inundación catastróca en los barrios La Vega
y Candelaria, ubicados en la zona urbana del municipio de San
Salvador (MARN/SNET-PNUD, 2006). Durante el período de 1930-
1940, la tormenta de junio, en 1934, desbordó el río Lempa,
arrasando con cementeras y destruyendo la línea férrea.
La inundación en San Salvador arrasó con viviendas que se
encontraban en las cercanías a Los Planes de Renderos. En
1936 surgió un enjambre sísmico en San Vicente, lo que
ocasionó grandes destrucciones del área urbana. Alrededor
de 1944, el país vivió una crisis económica que aumentó la
vulnerabilidad habitacional rural; los campesinos construían
casas de paja, lo que ocasionó muchos incendios, que fueron
calicados como “incendio pajizo”. Durante esa época los
desastres más frecuentes fueron incendios en casas pajizas,
en forestales y en las haciendas. No se mencionaba en las
agendas periodísticas el tema de la prevención de desastres y
solo se recomendaba lo que se debía hacer, con frecuencia por
especialistas extranjeros (MARN/SNET-PNUD, 2006).
Durante el período de 1959 a 1960 ocurrió un terremoto en
la zona oriental del país, fue conocido como “el terremoto de
Jucuapa y Chinameca”; muchas personas fueron evacuadas
y trasladadas a San Salvador. Las lluvias ocasionaron
deslizamientos, inundaciones y se caracterizaron las tormentas
eléctricas, por electrocutar a personas que se cubrían de la
lluvia debajo de árboles. Lo que es llamado regionalización de
eventos (pág. 19) convergió también en la reproducción de
plagas, como el chapulín. Las inundaciones en el bajo Lempa
ocasionaron pérdidas millonarias en los cultivos. En 1958 se
incendió la catedral de San Salvador debido al mal manejo de
acetatos de películas que habían sido guardadas ahí por más
de veinte años (MARN/SNET-PNUD, 2006).
En el año 1965, un terremoto afectó varios municipios de San
Salvador y La Paz, en donde se registraron daños en varios
edicios públicos. Como consecuencia murieron muchos peces
en el lago de Ilopango, a raíz de la contaminación por aguas
azufradas. Al nal de 1969 se desencadenó una guerra con el
vecino país de Honduras. A partir de los años 70, los eventos
más representativos fueron huracanes e inundaciones. Los
huracanes Fifí y Frederick dañaron la estructura vial y agrícola.
Tanto en las riberas del río Lempa como en las del Acelhuate,
ubicado en San Salvador, provocaron la pérdida económica y
social de sus habitantes.
En 1974, las lluvias produjeron en el volcán Chaparrastique
deslaves que afectaron de nuevo los cultivos, las viviendas y
sus habitantes. En el período comprendido entre 1980 y 1990,
se creó el Comité de Emergencia Nacional, ante la frecuencia
del mismo tipo de desastres de las décadas anteriores. Pero el
trabajo realizado por este organismo no avanza en materia de
prevención de desastres y tampoco en el área de análisis de
información estadística. El 10 de octubre de 1986 un terremoto
sacude a San Salvador, dejando el área metropolitana con
inmensas pérdidas materiales y humanas. En la colonia
Montebello, en 1982, ocurre un aluvión proveniente de las
faldas del volcán de San Salvador. Cuatrocientas personas
fallecieron. Las colonias urbanas se ven afectadas en esta
década por deslaves, desprendimientos de tierra de cerros y
deslaves por inundaciones en poblaciones urbanas.
En el período de 1990 a 2000, los bosques estaban intervenidos
por las acciones humanas, la desforestación fue inminente
debido a la tala indiscriminada de bosques, la sobreexplotación
de los recursos naturales fue la causa de la contaminación
y el aparecimiento de enfermedades gastrointestinales y
respiratorias. Las inundaciones se convirtieron en eventos
recurrentes; el sistema de aguas lluvias y aguas residuales
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entró en crisis, causando el colapso de tuberías domésticas y
públicas, lo que ocasionó inundaciones. El huracán Mitch, que
azotó Latinoamérica, en El Salvador causó muchas pérdidas
económicas, agrarias y humanas.
La crisis energética por el fenómeno del niño aumentó la
probabilidad de riesgo para todo el país, con pérdidas millonarias
en producción de energía. Hasta este período se empieza a
escuchar a los ambientalistas, y los agentes tomadores de
decisiones empiezan a debatir sobre los riesgos, dándoles
mayor atención. El ajuste estructural en el área económica no
se esperó, y este contempló la privatización de los servicios
públicos; se sistematizó la información y la divulgación ocial
de las acciones ante el cambio climático y las emergencias.
En el año 2001 ocurrieron dos terremotos, durante los meses
de enero y febrero, de mayores magnitudes y con reiteradas
réplicas, que dejaron más de 2 mil muertos e inmensas áreas
del territorio nacional destruidas. Posteriormente, en el año
2005, el huracán Stan dejó también pérdidas, por lo que la
mitigación y prevención de desastres empieza a tomar forma.
Se enfatiza en la educación en riesgo, y organizaciones no
gubernamentales inician un trabajo más organizado sobre
la prevención de riesgos (MARN/SNET-PNUD, 2006). A partir
de estos últimos eventos, han ocurrido dos tormentas cuyos
estragos han afectado tanto a poblaciones rurales como
urbanas: la Ida, que afectó áreas urbanas, sobre todo las
cercanas al lago de Ilopango; y la E-12, que afectó a poblaciones
del bajo Lempa, principalmente. Además, en las áreas urbanas,
estas tormentas han ocasionado inundaciones y deslaves de
viviendas y pérdidas humanas.
Estos eventos catastrócos, con efectos de pérdidas
económicas y humanas, asociados con los resultados de las
administraciones del Estado y con el manejo del medio ambiente
por los mismos pobladores, hacen que los residentes, tanto
del área urbana como rural de El Salvador, vivan con efectos
generados por el estrés. La atención a los estresores produce
una evaluación simbólica y cognitiva sobre la amenaza, esto
produce estrés y provoca un descontrol cognitivo, emocional
y volitivo para realizar diferentes actividades de la vida diaria.
La carencia del apoyo social en estas circunstancias provoca
un conformismo o una desesperanza. Seligman desarrolló
una teoría en la cual explica que las condiciones traumáticas
ocasionadas por un evento estresante que sobrepasa
las capacidades del individuo exceden sus recursos y no
permiten superarlas con éxito, lo cual lleva a la persona a
percibir cognitivamente la inecacia de sus respuestas,
desarrollando un patrón de indefensión (Barraza, 2007). Este
patrón permite que haya poco control de sus emociones.
Por lo que se manifestará en presentar décit en diferentes
áreas personales, familiares y colectivas. La posibilidad de
presentar un estado de resiliencia tiene relación con una serie
de comportamientos cognitivos, afectivos y sociales, los cuales
pueden ser aprendidos o desarrollarse.
El hablar de resiliencia ante eventos extremos, como los
desastres naturales, implica conocer las capacidades de
afrontamiento de las personas antes, durante y después de un
evento. Para Seligman, existe, por lo tanto, una posible relación
entre el aprendizaje instrumental y el miedo condicionado.
El abordar a la resiliencia como un estado se explica según la
teoría de Ribes (2007), quien dene a los estados psicológicos
como “condiciones previas y posteriores a un proceso.
Representan condiciones por lo tanto estables que no están en
transformación, sino que son condiciones de existencia” (pág.
240). Hablar de estado de resiliencia implica que la persona
incluye en su perl de personalidad características adaptativas,
estables, que sean un recurso positivo para la salud, ya que
esta se ve desde dos enfoques positivos: “la resistencia a la
destrucción de esta persona y la capacidad de reconstruir sobre
circunstancias o factores adversos (Moreno-Jiménez, Garrosa,
y Gálvez, 2005). De esta manera, se considera a la resiliencia
como un enfoque de protección, el cual es complementado
con el enfoque de riesgo (Salotti, 2006).
La capacidad que tengan las personas para afrontar situaciones
de riesgo y la capacidad de ajustarse a estados de malestar
psicosocial no solo tienen efectos personales, sino que también
estas pueden ser compartidas con la familia a raíz de los duelos
que se generan tras un evento de desastre natural, como
inundaciones por lluvia, terremotos y erupciones volcánicas. La
Organización Mundial de la Salud (1998) menciona que existen
características identicadas dentro de las personas resilientes,
como son la competencia social, la resolución de problemas,
la autonomía, y el sentido de propósito y futuro (Salotti, 2006).
Existen pocos estudios de resiliencia en poblaciones urbanas,
sin embargo, el riesgo aumenta en aquellas comunidades
urbanas donde existe una mayor actividad laboral, en un área
geográca determinada. La infraestructura deteriorada que
se encuentre en un área urbana especíca es una causa de
riesgo. La falta de señalización para una evacuación, así como
el desconocimiento de los residentes de un plan de prevención
antes que ocurra un evento y la inexistencia de comité local
también se convierten en factores de riesgo.
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Los efectos que pueden convertirse al mismo tiempo en
riesgo son el descontrol de emociones en situación de crisis,
la pérdida de viviendas y seres humanos, el desorden en las
evacuaciones y la presencia de estrés postraumático.
Si la persona se enfrenta a situaciones estresantes o
potencialmente estresantes, la evaluación de la situación
conlleva a una predisposición, que se considera un esfuerzo
cognitivo y conductual que, ante la satisfacción de demandas
del cuerpo y de la mente, así como del entorno, reduce,
minimiza o tolera la demanda. Es decir, en la transacción que
existe entre la demanda del entorno y la de la misma persona
hay un impacto estresor. Dependiendo de los recursos que
tenga la persona, llámensele personales, sociales o culturales,
se disponen para hacerle frente a esa situación estresora
(Barraza, 2007).
Los recursos y disposiciones al servicio de la persona es lo
que se dene como estrategias de afrontamiento (Barraza,
2007). En este sentido, podemos hablar de condicionantes
mentales para la acción. El estado de capacidad de respuesta
de las personas ante los riesgos que ocasionan los desastres
naturales lleva a una toma de decisiones que afecta a su grupo
familiar. Si bien es cierto que las estrategias de afrontamiento
son individuales y no recogen las respuestas colectivas o
comunitarias, sí inciden en la evaluación de su entorno y
pueden facilitar la protección (Salotti, 2006) o aumentar el
riesgo de sus familias y, por ende, de su comunidad debido
a que comparten y experimentan colectivamente los riesgos.
Se espera que dentro de las comunidades o colonias que
presentan algún riesgo de desastre reejen la capacidad de un
pensamiento positivo, que no solo disminuya el estrés, sino que
también que logre que sus residentes estén en la posibilidad
de identicar los riesgos para ellos y sus familias; se fortalezca
la capacidad de reducir la ira surgida ante la desesperanza,
las pérdidas y los síntomas afectivos negativos que la
consecuencia del desastre genera. Además, se esperaría que
el mantener un estado de resiliencia aumente el conocimiento
de la realidad que se vive durante los desastres; la capacidad de
establecer nuevas relaciones de independencia y autonomía
para satisfacer sus necesidades. El resultado del goce de una
resiliencia positiva o negativa estriba en generar un estilo
de afrontamiento adaptativo o inadaptativo, en responder
con estrategias de afrontamiento positivo o pasivo (Salotti,
2006), respectivamente. En los informes de organizaciones de
prevención recomiendan que se debe integrar la reducción
de riesgos, para lo cual es necesario incluir este tema en
la planicación de las agendas departamentales y en las
instituciones gubernamentales (Oxfam Internacional, 2013).
La relevancia de esta temática se debe a que los habitantes de
una zona geográca determinada, en contextos ambientales
y sociodemográcos, se vuelven vulnerables ante eventos
de desastres naturales. El conocer los comportamientos de
sus pobladores y la capacidad para afrontar el riesgo facilita
que las instituciones gubernamentales y las ONG propongan
programas de formación en gestión de riesgo, a n de minimizar
los efectos que se puedan generar al momento de sufrirse.
Los aportes generados a partir de los hallazgos en materia de
resiliencia abonarán a los paradigmas que en la actualidad
se tienen, a escala nacional, sobre los comportamientos
cognitivos, afectivos y sociales que puedan tener impacto
en las personas y familias frente a la pronta respuesta
dentro de un sistema de alertas en caso de emergencia. Este
planteamiento nos lleva a preguntar: ¿Están organizadas las
personas individualmente y sus familias para crear condiciones
de afrontamiento ante los eventos catastrócos causados por
desastres naturales? Las personas, ¿desde antes de un evento
de desastre natural, esperan que la ayuda estatal aparezca?
¿El comportamiento pasivo que puedan mostrar las personas
ante un evento catastróco por desastres naturales es una
manera propia de actuar y solventar aquellos problemas
que pueden constituir un riesgo para su vida? ¿Cuál es la
capacidad de las personas y de las familias para enfrentar las
situaciones futuras de desastres? ¿Presentan capacidades de
afrontamiento las personas y sus familias ante los riesgos por
desastres naturales?
El objetivo que se persigue es identicar las capacidades de
afrontamiento que las personas y familias del barrio Santa
Anita tienen ante los riesgos de desastres naturales. Y, para su
cumplimiento, los objetivos especícos planteados fueron los
siguientes: 1) identicar si existe un patrón de características
sociodemográcas de las personas y familias que residen
en el barrio Santa Anita asociado con la presencia de un
afrontamiento activo antes del surgimiento de eventos que
generen desastres naturales; 2) describir las capacidades de
afrontamiento activo y pasivo de las personas y familias;
3) identicar cuáles son las variaciones en las capacidades de
afrontamiento según características sociodemográficas;
4) identicar cuáles son las medidas de protección que pueden
utilizar en un momento de riesgo por desastres naturales, y
5) identicar la percepción que tienen sobre las instituciones
que apoyan en casos de desastres naturales.
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El enfoque de la Psicología transaccional de Lazarus y Folkman
(1984; citado por Fierro, 1996) dio una importante aportación
teórica sobre el estrés y como este incidía en los cambios de
actuación de las personas en su relación con el entorno. Ya
Costa, Somereld y McRae (1996) denieron el afrontamiento,
años después, como “una especial categoría de adaptación
elicitada en el individuo por circunstancias inusualmente
abrumadoras” (p.10), es decir, en un evento de vida que
sobrepase las expectativas de la persona, esta puede sacar
información interna de su ser y traspasarla a otra, y esta
información le permite no solo pensar, sino que también le
facilita el comportamiento que utilizará para superar el evento
sucedido con éxito (citado en Fierro, 1996).
Lazarus y Folkman (1984) denen el afrontamiento como un
“esfuerzo cognitivo y comportamental (p.10) constantemente
cambiante para manejar las demandas especícas externas
o internas apreciadas como excedentes o que desbordan los
recursos del individuo (citado en Fierro, 1996). Esto implica que
el afrontamiento es sacar recursos de donde faltan. Por lo tanto,
ocurren en este proceso dos momentos: el de apreciación y el
de reconsideración. Para completar estos dos momentos, el
afrontamiento presenta dos funciones: la primera va dirigida
al objeto y la segunda a las emociones. Esto condiciona que
se de, a partir de estos momentos, una toma de decisiones:
modicar el entorno o no hace algo para modicarlo. En
un primer momento, el afrontamiento pasa por una etapa
cognitiva, pero luego se integra a las emociones, a través de
la experiencia y la vivencia, se vinculan los sentimientos al ser
evocados las vivencias, pasadas y presentes, que le facilitan a
la persona actuar.
Toda estrategia de afrontamiento parte de una cognición, de la
memoria, de la atención, de una percepción cognitiva, que luego
pasa a la acción por la función de la acción de afrontar (Fierro,
1996). Se parte por lo tanto de la idea de que el afrontamiento
también es una acción. La teoría de la psicología de la acción
plantea una serie de tesis y conceptos: “El primero es que los
sentimientos modelan los pensamientos y los actos; segundo,
que los pensamientos moldean los actos y los sentimientos;
tercero, que los actos modelan los pensamientos y los
sentimientos; y cuarto, que el entorno modela pensamientos,
sentimientos y actos” (Lazarus y Folkman, 1984; citado por
Fierro, 1996).
Para entender el afrontamiento es necesario considerar
lo cognitivo, lo afectivo y lo comportamental al momento
de afrontar una crisis de cualquier tipo que genere estrés,
incluyendo la ocasionada por eventos catastrócos del entorno,
como los desastres naturales. En esa tríada es que se ubican
los comportamientos personales y familiares. La duración en
el tiempo de este afrontamiento depende del curso de las
determinaciones mutuas. Bandura (1978; citado en Fierro, 1996)
explica en su teoría el curso de las determinaciones reciprocas
y enfatiza que cada evento que tiene un entrada física-social
tiene, a su vez, una entrada biológica; cada instancia perdura
y es como una unidad sustantiva, de tal manera que, al
sincronizarse, la realidad puede ser perdurable, permanente,
aun durante los cambios que ocurran, y son soportes para
otros eventos. En este sentido, se convierten en constantes
que se maniestan a través de los estados.
El término resiliencia tiene varias acepciones; es utilizado, en
un primer momento, para describir químicamente cualidades
de plasticidad y elasticidad; ha sido empleado posteriormente
para referirse a una habilidad de recuperarse pronto de
eventos de crisis en la vida (Villalba, 2003). Esto ha permitido
también que surjan palabras derivadas, como resiliente,
que hace referencia a la persona que logra sobreponerse a
situaciones desafortunadas, incluyendo enfermedades. Villalba
(2003), citando a Masten y Coatworth (1998), comprende
que este concepto es un constructo que, en contextos de
amenaza signicativa para el desarrollo de la persona, existen
fenómenos que facilitan una adaptación exitosa, superando la
crisis. La característica principal son los buenos resultados, a
pesar de las amenazas a la adaptación o al desarrollo de las
personas (Becoña, 2006).
Para conceptualizar la resiliencia, autores como (Moreno-
Jiménez, Garrosa y Gálvez, 2005) proponen un enfoque de
personalidad positiva o resiliente. Para estos autores, se
debe considerar la personalidad como un agente activo en la
búsqueda de la salud dentro del contexto social y cultural en el
que está inmerso. En este enfoque se enfatiza un papel activo
ante su salud y no pasivo; una personalidad vista como un
proceso y no como un rasgo. La personalidad como rasgo es
vista desde la Psicología clínica, considerando los postulados
de Allport, por lo que el papel activo de la persona resiliente
se centra en las pautas de interacción entre la persona, sus
próximos y el entorno.
Para este estudio, se considera el concepto de resiliencia como
la capacidad de superar los eventos adversos con éxito a través
de la formación de patrones de afrontamiento, incluyendo los
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relacionales que le dan un sentido intrínseco a la persona
(Becoña, 2006); como un proceso de adaptación vinculado con
un conjunto de habilidades, capacidades, comportamientos y
acciones para afrontar la adversidad (Schmale, 2012).
Becoña (2006), citando a Polk (1997), combinó atributos
psicosociales y físicos, creando cuatro tipos de patrones de
resiliencia: disposicional, relacional, situacional y losóco.
Estos patrones formados dieron sentido al constructo de
resiliencia. La tipología relacional a nivel intrínseco permite
tener la habilidad de buscar modelos de actuación positiva,
buscar personas en quien conar y relacionarse en la
búsqueda de una intimidad personal y darle sentido a la vida.
Por lo que se consideran como los patrones de características
sociodemográcas de las personas aquellas características
sociales que forman patrones demográcos en una ubicación
geográca y que describen a una población en cuanto a
variables como la edad, el sexo, estado civil, tipo de trabajo,
nivel educativo y otros.
Villalba (2003) describe que un evento de crisis puede producir
un gran cambio en el sistema familiar; y este cambio puede
producir una reorganización inmediata de los miembros de
la familia. En estos casos, son las creencias comunes de los
miembros sobre la situación crítica, así como los recursos
comunitarios con los que cuentan lo que le da sentido a generar
en las personas la capacidad de enfrentarse y de categorizarse
como resiliente. El poder disponer de los recursos comunitarios
por la familia genera optimismo y conanza en cada miembro.
Para Villalba (2003), no solo los recursos básicos son claves
para formar resiliencia, sino también los no tangibles, como
la conanza, el sentimiento de dignidad, el futuro del grupo,
la renuncia a la vida y los décits en su autovaloración. Surge
también en este contexto una exigencia de sensibilidad por
mejorar la familia y la situación concreta de vida. En este
sentido, la resiliencia se dene como un proceso de adaptación
vinculado con un conjunto de habilidades, capacidades,
comportamientos y acciones para afrontar la adversidad
(Schmale, 2012), que está vinculado con la capacidad de
afrontamiento, se tomará como afrontamiento los conceptos
de Costa, Sommereld y McRae (1996) así como el de Lazarus y
Folkman (1984), ambos citados en Fierro (1996), para armar que
ante los desastres naturales la capacidad de afrontamientos
se describe como una respuesta adaptativa, que le facilita a
la persona ante la exposición a estos eventos adversos y que
sobrepasan la capacidad de recursos internos y externos, a
cambiar cognitiva y afectivamente en la búsqueda de un
equilibrio ante las demandas del momento antes, durante y
después de un evento catastróco.
Villagrán, Reyes y Wlodarczyk (2014), en sus estudios
encontraron, en las personas que sufrieron el terremoto
de Chile en el 2010, que la mejoría en sus relaciones
interpersonales estuvo vinculada con un afrontamiento de
forma activa ante los efectos del evento sufrido. Mientras que
las personas que afrontan los desastres pasivamente o que
recurren a estrategias de evitación y aislamiento su resiliencia
es parcial, y solo perciben cambios o mejoras en mismas.
En estudios realizados en población argentina, los sujetos
que mostraron estrategias de afrontamiento más pasiva
expresaron mayor incapacidad para resolver los problemas y
para el rechazo consciente a situaciones problemáticas, por lo
que autoinformaron un bajo nivel de bienestar (Salotti, 2006).
Método
El método utilizado en la investigación es deductivo, en cuanto
que el fenómeno social ya está instalado y la deconstrucción
de la realidad está basada en datos de fuentes primarias. El
diseño es descriptivo, correlacional. La hipótesis planteada
fue si existen diferencias signicativas entre el afrontamiento
activo y el pasivo antes de un evento de desastre natural que
permitan planicar acciones de protección.
El marco muestral estuvo denido durante un período
de trabajo comunitario en el barrio Santa Anita, del área
metropolitana de San Salvador, El Salvador. Se trabajó el bloque
1, ya digitalizado por protección civil de la alcaldía municipal de
San Salvador mediante un mapeo comunitario, acompañados
por protección civil, y líderes y lideresas comunitarios, el cual
alberga aproximadamente 500 viviendas, con una población de
1.800 residentes. El barrio está compuesto por cinco bloques.
Participantes
El muestreo fue intencional de 224 participantes, miembros
de igual número de familias, quienes voluntariamente
contribuyeron al estudio, aplicándole un cuestionario
autoinformado a un miembro de cada familia. Se consideró
un miembro en cada vivienda. La muestra se recolectó en el
período de abril a mayo del 2014.
Las características sociodemográcas de los 224 miembros
representantes de las familias se describen en la siguiente tabla:
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Figura 1. Mapa comunitario del bloque 1 del barrio Santa Anita, San Salvador, El Salvador
Tabla 1. Características sociodemográcas de los participantes del estudio
Variable sociodemográfica Dimensión n = 224 %
Edad 13-30 años 74 33,3
31-50 años 83 37,4
Más de 51 años 65 29,3
Sexo Masculino 121 54
Femenino 103 46
Estado civil Soltero(a) 94 41,8
Casado(a) 59 26,2
Acompañado(a) 52 23,1
Viudos y divorciados 18 8,4
Nivel educativo Bachillerato 91 40,4
Estudios universitarios 40 17,8
Tercer ciclo 40 17,8
Sexto grado 26 11,6
Tercer grado 17 7,6
Analfabeta 10 4,4
Tipo de trabajo Empleados asalariados 100 44,4
Negocio propio 48 21,3
No trabajan 39 17,3
Negocio informal 31 13,8
Ocios domésticos remunerados 6 3,2
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Instrumento
Se elaboró un cuestionario con dos escalas: la de afrontamiento
frente a riesgos extremos adaptada por López-Vázquez y
Marván (2004), de la escala original de origen francés “Echèlle
Toulousaine de Coping” (1994) presentada por Esparbes,
Sordes-Ader y Tap en 1994. Y una segunda ad hoc, que es la
percepción de instituciones que apoyan a los residentes del
barrio sobre este tema y las medidas de protección que toman
estos en cuanto a los servicios básicos, adaptada de la escala
de López-Calleja y Núñez (2014), que aborda los principales
rasgos de la percepción de peligro. De ella se retomaron las
medidas de aseguramiento y la conanza de las instituciones.
La escala de afrontamiento consta de 26 reactivos agrupados
en dos factores: afrontamiento activo y afrontamiento pasivo.
La conabilidad de la escala de afrontamiento arrojó un alfa de
Cronbach de 0.81. Los ítems que miden el afrontamiento activo
son los siguientes: 5. Analizo las circunstancias para saber
qué hacer, 8. Busco información con personas que saben,
9. Consulto sobre el problema con profesionales, 10. Controlo
en todo momento mis emociones, 11. Hablo con mi familia
para compartir emociones, 13. Hago frente directamente a la
situación, 14. Hago modificaciones en mi entorno para evitar
un desastre, 15. He establecido mi propio plan de prevención y
lo pongo en marcha, 17. Me fijo objetivos y redoblo esfuerzos,
19. Participo más en actividades de prevención civil,
20. Reflexiono sobre las estrategias a utilizar, 22. Tengo un plan
preventivo y lo sigo, 23. Trato de cambiar mis hábitos de vida
en función del problema, 25. Trato de no precipitarme y de
reflexionar sobre los pasos a seguir.
Los ítems que miden el afrontamiento pasivo son doce:
1. Acepto la situación pues es inevitable, 2. Deseo un milagro
y ruego a Dios para que me ayude, 3. Rechazo la idea de que
esta situación es grave, 4. Algunas veces no hago lo que ya
había previsto hacer, 6. Bromeo y tomo las cosas a la ligera,
7. Busco actividades para pensar en otra cosa, 12. Hago como
si el peligro no existiera, 16. Me es difícil describir lo que siento
frente a esta situación, 18. Me paseo para distraerme, 21. Sigo
lo que hacen los demás, 24. Trato de no pensar en el problema,
26. Trato de no sentir nada.
Los 26 ítems fueron contestados en una escala de Likert de
cinco puntos: 1) para nada, 2) rara vez, 3) a veces, 4) seguido y
5) muy seguido.
En la muestra nal, el análisis factorial de la escala de
afrontamiento a riesgos extremos arrojó, mediante la prueba
de adecuación muestral de Káiser-Meyer-Olkin KMO DE .813
y un chi-cuadrado aproximado de 1301.436, según la prueba
de esfericidad de Bartlett, p ˂ 0.001; la conabilidad de .82
se obtuvo mediante la aplicación del alfa de Cronbach. La
conabilidad de la escala de afrontamiento activo fue de .83 y
la de afrontamiento pasivo de .67
La escala mide las capacidades de afrontamiento individuales, la
interacción entre la persona y el medio ambiente y no incluye la
capacidad de acción comunitaria que explica la interacción de
todos los miembros interactuando juntos ante un evento común.
Análisis estadístico
El tipo de análisis que se realizó fue descriptivo y correlacional,
utilizando pruebas de Rho de Sperman; y se aplicaron pruebas
no paramétricas, como la prueba U de Mann Whitney y Kruskal
Wallis para comparar las características sociodemográcas con
la presencia de afrontamientos activo y pasivo en la población
participante.
Resultados
Los resultados descriptivos trabajados para el objetivo
sobre identicar si existe un patrón de características
sociodemográcas de las personas y familias que residen
en el barrio Santa Anita asociado con la presencia de un
afrontamiento activo antes del surgimiento de eventos que
generen desastres naturales se abordó por edad, sexo, nivel
educativo, estado civil y tipo de trabajo.
Los miembros de las familias del bloque 1 del barrio Santa
Anita, de la zona metropolitana de San Salvador, no presentaron
diferencias signicativas en la forma de afrontar los riesgos
según el sexo. Solamente en dos ítems puede valorarse
esta diferencia: utilizando la prueba U de Mann-Whitney, los
hombres se jan objetivos y redoblan sus esfuerzos ante las
situaciones de desastres más que las mujeres (Z = -3.022,
M(
m
) = 123.84, M(
f
) = 98.19, p = .003); y los hombres participan
más en actividades de prevención civil que las mujeres (Z =
-2.053, M(
m
) = 119.83, M(
f
) = 102.72, p = .04). A partir de estos
resultados, en dos ítems de la variable se utilizó la prueba t
de Student para muestras independientes, relacionando el
afrontamiento activo y el pasivo según sexo. Se conrmó que
no hay diferencias estadísticas signicativas entre hombres y
mujeres para afrontar activamente los riesgos (t (
221
) = .894,
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ante los riesgos por desastres naturales
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p =.37); sin embargo, las diferencias se encuentran entre
hombres y mujeres en el afrontamiento pasivo (t (
224
) = 2.148,
p =.033); las mujeres presentan una media mayor que la de los
hombres (M(
f
) = 26.80, M(
m
) = 22.64).
Según la edad, solo en cinco ítems se evidenciaron diferencias
signicativas entre los grupos. Estas diferencias son importantes
en tanto que el grupo con rangos de edad mayor a 51 años
es el que más diferencia presenta. Utilizando la prueba de
Kruskal-Wallis, se evidenció que los miembros de las familias
que están mayores controlan mejor sus emoción (χ2 = 7.63,
M(
51+
) = 125.18, p = .022,); hablan con su familia para compartir
emociones (χ2 = 6.29 , M(
51+
)= 122.80, p = .043); hacen frente
directamente a la situación (χ2 = 9.36, M(
51+
)= 129.82, p = .009);
hacen modicaciones en su entorno para evitar los desastres (χ2
= 5.97, M(
51+
)= 125.08, p = .05); han establecido un propio plan
de prevención que lo ponen en práctica (χ2 = 10.47, M(
51+
)=
130.29, p = .005). Los miembros con mayor edad tienen un plan
preventivo que lo siguen (χ2 = 8.4, M (
51+
) = 130.00, p = .015); y
tratan de no sentir algo que les pueda afectar (χ2 = 6.52, M (
51+
)
= 124.65, p = .038).
Relacionando la variable edad con el afrontamiento activo y el
pasivo, se encontró que existe una relación signicativa entre
la edad y el afrontamiento activo (rs = .196**, M (
51+
) = 128.79
p = .003); la fuerza de la relación aun así es muy débil, por lo
que no se puede explicar la relación por sí misma. En cuanto a
la relación de la edad con el afrontamiento pasivo, también es
signicativa (rs = .177**, M (
51+
) = 127.08, p = .008), y la fuerza
de la relación es bastante débil porque solo logra explicar el 3 %
del afrontamiento pasivo de los participantes según la edad. En
los demás grupos de edad, no se encontraron diferencias para
afrontar los riesgos de forma diferente.
Según su estado civil son las personas casadas las que
muestran diferencias signicativas entre el grupo en dos ítems:
utilizando la prueba de Kruskal-Wallis, los casados analizan las
circunstancias para saber qué hacer (χ2 = 11.29, M (
c
) = 133.18
p = .024) y enfrentan la situación de forma directa (χ2 = 13.72 M
(
c
) = 135.89 p = .008). Sin embargo, son los divorciados los que
tienen un plan y lo siguen (χ2 = 10.29, M(
d
) = 161.06, p = .036).
Utilizando la prueba Rho de Sperman, se evidenció que no
existe una relación estadísticamente signicativa entre el
estado civil y el afrontamiento activo y pasivo; posiblemente
las respuestas de los participantes se deban a otras variables
que no están incluidas en este estudio.
El nivel educativo no presentó alguna diferencia sobre el
afrontamiento al riesgo de desastres naturales. Utilizando
prueba no paramétrica de Kruskal Wallis no se encontraron
diferencias según el nivel de estudios.
Sobre la ocupación laboral de los participantes, no se
encontraron diferencias estadísticas entre los grupos.
Para cumplir con el objetivo de identicar las variaciones en las
capacidades de afrontamiento en las personas, y de acuerdo
con el planteamiento de la hipótesis, se correlacionaron las dos
variables de afrontamiento activo y pasivo. Utilizando la prueba
de correlación de Pearson se encontró que la relación de estas
dos variables entre los residentes de la colonia muestran que
existe una relación entre estas dos variables (r = .332**, M (
aa.
)=
49.23, p ˂ .000); los miembros de la comunidad presentan un
mayor afrontamiento activo que pasivo (M (
ap.
)= 22.56).
Figura 2. Comparación del afrontamiento activo y pasivo
que presentan las personas en la comunidad
La relación entre estos dos tipos de afrontamiento se considera
débil, aunque explica más de un 11 % del afrontamiento
presentado por los participantes. El modelo es explicado en un
bajo porcentaje.
Al analizar las medidas de protección que utilizan las personas
en un momento de riesgo por desastres naturales, resulta que
son las siguientes:
Figura 3. Conocimiento de algún desastre natural
ocurrido en su comunidad
102
122
45.5 %
54.5 %
M = 49.2
M = 22.6
0
20
40
60
80
100
120
140
120
103
53.8 %
46.2 %
0
20
40
60
80
100
120
140
Si No
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Un porcentaje bastante alto de personas que residen en el
barrio Santa Anita no conocen sobre los desastres ocurridos
en su comunidad.
Entre el grupo de residentes participantes, se les solicitó que
expresaran qué tipo de evento conocían que hubiera ocurrido
en el barrio. Un alto porcentaje reere que son las inundaciones
por lluvias las que con mayor frecuencia se presentan.
Figura 4. Conocimiento sobre tipo de desastre natural
con el que se enfrentan los residentes en el barrio Santa Anita
(n = 120)
En cuanto a las medidas que toman las personas para asegurar
su vivienda, tenemos que un porcentaje signicativo lo hace.
Sin embargo, hay un 16,5 % que no lo ha hecho antes de que
ocurra; y un porcentaje pequeño, pero no menos signicativo,
no sabe que tiene que asegurar su vivienda (3,6 %).
Figura 5. Medidas que toman las personas para asegurar su
vivienda (n = 224)
Un buen porcentaje (84,4 %) toma medidas para asegurar el agua.
Sin embargo, hay un porcentaje que no lo hace y otro que no sabe
que se debe asegurar antes que ocurra un evento desastroso.
Figura 6. Medidas que toman las personas para asegurar el
agua (n = 224)
Figura 7. Personas que se evacuarían hacia donde familiares
y amigos en caso de un desastre natural
En cuanto a la posibilidad de buscar un albergue cercano
en caso de un desastre, las personas respondieron bastante
similar; en tanto que un 40,2 % rerió que no se albergaría con
sus familiares, y un 47,3 % tiene tendencia a refugiarse en un
albergue. Posiblemente algunos, aunque tengan un recurso
familiar adonde acudir, preferirían un albergue cercano.
Figura 8. Personas que se evacuarían hacia un albergue en
caso de un desastre natural natural
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Sobre el objetivo de identicar la percepción de los habitantes
del barrio Santa Anita sobre las instituciones que apoyan en
casos de desastres naturales, las personas que residen en el
barrio se encontraron los siguientes resultados:
Figura 9. Percepción de las personas sobre qué
instituciones apoyan en caso de desastres
Para los participantes del estudio, son los medios de
comunicación los que más apoyan; y en un menor porcentaje,
la alcaldía y protección civil. Hay más de un 20 % que rerió que
no lo habían orientado o que no sabe si hay alguna institución
que puede apoyarlo.
En cuanto a la percepción de los participantes sobre las
personas o instituciones que les ayudan a prepararse para
prevenir los peligros, perciben que son sus familiares los
que les apoyan para prepararse y luego son los medios de
comunicación; en tercer lugar, las alcaldías y protección civil.
Figura 10. Percepción sobre personas o instituciones que
apoyan a prepararse para prevenir los peligros
Los participantes del estudio confían más en la información
que reciben de la alcaldía y de protección civil sobre los
peligros ante los desastres naturales.
Figura 11. Personas o instituciones en los que las personas
del barrio Santa Anita tienen más conanza sobre la
información que le dan sobre los peligros ante los desastres
Para los participantes, es la alcaldía y protección civil en los
que más confían para conocer los peligros que pueden correr
en caso de un desastre natural. En segundo lugar, son los
medios de comunicación y, en tercero, los familiares.
Discusión de resultados
Los resultados sobre identicar si existe un patrón de
características sociodemográcas de las personas y familias
que residen en el barrio Santa Anita, asociado con la presencia
de un afrontamiento activo antes del surgimiento de eventos
que generen desastres naturales, no presentaron diferencias
en cómo afrontan los riesgos según sexo. Hombres y mujeres
presentan cogniciones, afectividades y comportamientos
iguales. Se encontraron diferencias de afrontamiento activo
según la edad, pero la asociación es muy débil y sugiere que
hay otras variables que están incidiendo en el afrontamiento.
El estado civil no presentó diferencias signicativas para
afrontar, pero las personas casadas cognitivamente tienden
a analizar las situaciones de riesgo para actuar y pueden
enfrentar las situaciones directamente, mientras que los
divorciados tienden a tener un plan, el cual están dispuestos a
seguirlo. Esto sugiere que posiblemente los procesos de volver
a vivir solos les permita planicar a futuro y asegurar su vida,
mientras que en los casados pudiera existir el riesgo que uno
se atenga al otro y pensar en actuar hasta el momento de un
evento de crisis por desastres naturales.
54
42
41
34
23
19
11
24.1 %
18.8 %
18.3 %
15.2 %
10.3 %
8.5 %
4.9 %
0
10
20
30
40
50
60
45
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Si bien es cierto que se puede evidenciar que un buen
porcentaje de las familias residentes del barrio Santa Anita
presentan un nivel más alto de afrontamiento activo, también
es de acotar que son más las familias que presentan un
afrontamiento pasivo. Esto implica que protección civil tiene
una mayor oportunidad de capacitar antes de que ocurra un
desastre natural. Los gastos en obras de mitigación han sido
siempre mayores en aquellos países en donde no ha habido
una preparación (Banthia, Johnson, McCord, y Mathews, 2009).
El apoyo institucional que reciban no tiene mayor relación
con la presencia de un afrontamiento activo o pasivo. Esto
implica que las instituciones de apoyo, sobre todo protección
civil, pueden ejecutar programas de alertas tempranas y
de preparación, así como de organización de comités para
trabajar antes del evento.
El afrontamiento activo de los residentes está relacionado
con las medidas de aseguramiento de vivienda, del agua,
los planes de buscar a su familia o irse a un albergue. Esto
es importante, dado que se debe mantener la motivación de
estar actualizando los planes de prevención que la familia
tenga. Es una oportunidad para que las instituciones den
seguimiento a estas prácticas. Por otra parte, la relación entre
el afrontamiento pasivo y las medidas de aseguramiento
muestran que hay una relación entre ellas; y los residentes con
afrontamiento pasivo son más familias con menos aplicación
de medidas de seguridad. Esto constituye un riesgo, que se
convierte en mayores esfuerzos por parte del Estado en un
evento por desastre natural. El riesgo todavía es mayor para
las familias, ya que en los momentos de desastres naturales
existe la posibilidad de que el Estado no esté preparado para
atender a personas que no tienen la capacidad de respuesta
adecuada ante estos eventos. La falta de toma de decisiones
y planicación antes del evento sugiere que las acciones
que tomen las familias afecten al grupo familiar (Barraza). El
abordaje de los riesgos del hogar como los sistémicos son
importantes para evitar la caída económica, social y psicológica
que se genera en los eventos de desastres naturales, por
lo que se debe desarrollar la capacidad de movilización de
recursos tangibles e intangibles para fortalecer su capacidad
de resiliencia (Banthia et al., 2009).
Conclusiones
Existen pocos estudios que describan las características
sociodemográcas relacionadas con la resiliencia ante
desastres naturales. La descripción de los patrones de
afrontamiento individual, familiar y comunitario se vuelven
importantes frente a las reacciones que puedan surgir ante un
evento catastróco. El identicar condiciones previas al evento
puede dar la posibilidad de adelantarse en un camino de pocos,
varios o muchos años a su ocurrencia. El nivel de resiliencia
que los pobladores de un barrio, colonia, comunidad, pueblo
o sociedad tengan facilitará al Estado acciones oportunas,
pertinentes y a menor costo en pérdidas humanas, materiales,
de infraestructura y comunicaciones.
Este estudio se focaliza en un barrio, pero sugiere que pueden
encontrarse otras poblaciones con características similares,
lo que implica que los planes de prevención de riesgos por
desastres no se deben de dejar para mitigar. Por otro lado,
no se trata solo de implantar un programa sin consultar
e identicar en la población como están sus estrategias
de afrontamiento, que en un momento pueden medir esa
capacidad de resiliencia. En la comunidad estudiada, la alcaldía
y protección civil trabajan reduciendo riesgos en la comunidad,
sin embargo, sus residentes no han elaborado una reexión
de lo que a cada uno les corresponde y han dejado como
responsable principal al Estado. Esto puede explicar por qué no
se encontraron diferencias para actuar con resiliencia según
las características sociodemográcas de los residentes del
barrio Santa Anita.
El patrón de características sociodemográcas de los residentes
del barrio Santa Anita para actuar con resiliencia positiva ante
un desastre no tiene diferencias según sexo, estado civil y
ocupación. La edad sí incide en el afrontamiento activo, lo que
sugiere que se trabaje la prevención en grupos de edades para
fortalecer todos los grupos de diferente manera. Unos para
actuar, y otros, para cuidarse y protegerse.
El conocimiento que el residente tiene sobre desastres
está relacionado con lluvias, inundaciones y terremotos. El
aseguramiento de viviendas está deciente porque más del 21 %
de las familias no ha trabajado en asegurarlas, es decir, son
casas de construcciones antiguas que han tenido pequeños
daños en sus estructuras o con muros vencidos, no obstante,
viven en ellas.
La falta de aplicación de medidas para tratar las viviendas
que tienen daños antiguos por terremotos ocurridos en el
país y las inundaciones por lluvia vuelve sus viviendas débiles
y propensas a deteriorarse con el tiempo. Considerando
las dicultades de recibir agua constantemente debido a
los cambios climáticos, los residentes no están aplicando
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medidas para asegurar su provisión. Esto implica que, en caso
de un desastre, el Estado tendrá que considerar medidas de
abastecimiento en condiciones adecuadas para paliar esta
necesidad.
Hasta el momento del estudio no se encontró una relación
entre la resiliencia que presentan y el apoyo institucional del
Estado, a pesar de que ya hay planes estatales para organizar
las comunidades, material de información para poder ejercitar
un plan de prevención, monitoreo y visitas comunitarias de
parte de protección civil de San Salvador para informarles
sobre la importancia de la prevención de desastres naturales.
Las experiencias de desarrollo de comunidades en redes
locales y la organización comunitaria para aumentar los
factores protectores son consideradas recursos valiosos para
afrontar con éxito en el futuro situaciones de desastres.
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Revista entorno, Universidad Tecnológica de El Salvador, www.utec.edu.sv, octubre 2016, número 62: 47-55, ISSN: 2071-8748
Entre lienzos humanos, tabúes y
expresiones plásticas
URI: http://hdl.handle.net/11298/284
Miguel Ángel Hernández-Vásquez
1
Estudiante Utec
angeltotemics@gmail.com
Recibido: 07/09/16 – Aceptado: 25/09/16
Resumen
La Antropología, como ciencia especializada del ser humano,
estudia los elementos simbólicos que desde la etnicidad
conguran el pensamiento. Esto se puede apreciar en las
cosmovisiones locales dentro de la sociedad salvadoreña
cuando se hace referencia a la ritualidad del tatuaje como
expresión artística y como un medio de comunicación e
interacción social. Dichos elementos son el eje central de
este acercamiento etnográco auxiliado de la técnica de
la encuesta como préstamo al método cuantitativo. Esta
última aplicada a estudiantes de la asignatura de Filosofía
de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), para
complementar el análisis cualitativo, como resultado de las
entrevistas realizadas a los expertos culturales. Por lo tanto,
el tipo de estudio es de carácter exploratorio, descriptivo y
no probabilístico.
Palabras clave
Antropología simbólica; Antropología cultural-historia;
Grupos étnicos; Tatuajes-Aspectos sociales.
Abstract
Anthropology, as a science which specializes in the human
being, studies those symbolic elements that shape the
human thought from ethnicity. This can be viewed in the local
worldviews within the Salvadorean society when making
reference to the rituality of tattooing as an artistic expression
and a means of social interaction and communication. Such
elements are the backbone of this ethnographic approach
aided by surveys as part of the quantitative method. The
survey was conducted with students from the subject
of Philosophy at Universidad Tecnológica de El Salvador
(Utec) in order to complement the qualitative analysis,
and as a result of the interviews that were conducted with
cultural experts. Therefore, the type of study is exploratory,
descriptive and non-probabilistic.
Keywords
Symbolic Anthropology; Cultural Anthropology-History;
Ethnic groups; Tattoos-Social aspects.
1
Estudiante investigador de la Licenciatura en Antropología, instructor de la cátedra de Antropología y de Realidad Nacional.
2
Antropología.
La conceptualización del tatuaje en su génesis ante
el tabú
Como parte de la concepción que guarda el tatuaje, para
la Antropología y la Etnología, se identica en el siguiente
postulado de Hope Ponce & Mora Eguiarte (2000):
(A)
2
Escritura o dibujos que se realizan al inyectar tinta bajo
la dermis, o por medio de cortes en la piel que permiten
introducir hollín, tierra o carbón, y que al cicatrizar la herida
quedan de forma permanente. La escritura o dibujos en la piel
pueden tener fines estéticos o rituales y son muy comunes en
gran parte de las culturas del mundo. Escarificación (p. 152).
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Se le denomina lienzo a toda aquella supercie en la cual se
plasman trazos, guras y, por supuesto, la cromática si así
fuese el diseño.
Las cosmovisiones locales y translocales, en la globalización
del pensamiento humano, redirigen diferentes formas y
expresiones que se entremezclan para construir nuevos
híbridos culturales en las expresiones plásticas. No es de
extrañarse que el dinamismo social impere sobre las culturas
locales y aproxime contextos socioculturales que expresen
estados de aculturación, transculturación y asimilación cultural,
imponiéndose la voluntad de las clases dominantes sobre las
dominadas, manteniéndose así la lucha de contrarios, tal como
lo expresa el marxismo en una de sus leyes dialécticas.
En este punto es importante resaltar las diferentes etapas la
experimentación del tatuaje en su proceso de incorporación
a la piel:
El tatuaje se inicia al identificar el cuerpo como un lienzo
vivo y sensible, como posibilidad de expresión artística
que permite hablar de sí. El dolor que se experimenta al
tatuarse también da sentido a la práctica. Un brazo, una
pierna tatuados son totalidades que trascienden los
límites de lo orgánico y cobran vida propia. El cuerpo es la
expresión del sí mismo en tanto es texto pictórico, grabado
en la piel, que tiene el valor de hacer presente ante los ojos,
de manera permanente y para toda la vida una narración,
una historia que cuenta las experiencias, sentimientos y
vínculos significativos del sujeto. El tatuaje, entonces, no
es una parte de sí mismo: es una síntesis del sí mismo, al
identificar de manera explícita y objetiva aspectos de la
subjetividad (Sastre Cifuentes, 2011).
Por otra parte, en consonancia con el tatuaje se enfoca la
conceptualización del tabú como un elemento coercitivo en
la práctica y difusión del tatuaje en la sociedad moderna, para
lo cual se presenta el siguiente aporte de Hope Ponce & Mora
Eguiarte (2000):
Tabú: (AS)
3
(ETN)
4
Palabra de origen polinesio (“tappú”) que
significa que esta fuera del uso corriente: un animal que no
se puede tocar ni matar, una relación de matrimonio que
no se puede establecer. En polinesio lo que no es “tabú” es
“noa”, es decir, libre, que pertenece al orden de lo común.
Es el acto que no se puede realizar sin atentar contra el
orden universal, que es a la vez el de la naturaleza y el
de la sociedad. No se trata de una imposiblidad logica ni
racional: la prohibición no es motivada por justificaciones
explicables, y la sanción esperada en caso de violación no
esta inscrita en un código o ley, sino que es una calamidad.
Incesto (p. 152).
El simbolismo inmerso en la genética del tatuaje y
sus dualidades
Cada sociedad congura sus propios códigos, símbolos y
signicados que Max Weber y Clifford Geertz en su momento
coincidieron en llamar el entramado de significados en donde
el ser humano está suspendido como en una tela de araña;
cada cultura y cada sujeto(a) dene el horizonte que se tiene
que seguir, y esa línea interminable entre cada paradigma
le permite avanzar, detenerse, plantearse, replantearse,
estructurar, reestructurar, deconstruir, construir y reconstruir
sus cosmovisiones, de las cuales emana el conocimiento
cientíco. Bajo estas premisas se sitúan los aportes de Leslie
White, Clifford Geertz, Sperber, Mary Douglas, Víctor Turner,
Edmund Leach, entre otros; sobre el carácter simbólico que
emana entre cada cultura, entre los cuales se identican los
siguientes postulados:
Antropología Simbólica: (A) Se llama así a los trabajos
antropológicos que tienen como objeto de estudio
central lo simbólico, aunque no se puede hablar de
una corriente unificada, ya que los antropólogos que
trabajan lo simbólico lo entienden de distintas maneras,
dependiendo de las Escuelas de origen, y existen
distintas antropologías simbólicas […] Todos aquellos
antropólogos que centren su atención en el símbolo,
su significado y como significa, hacen Antropología
Simbólica, independientemente de la forma en que la
conciban (Hope Ponce & Mora Eguiarte, 2000).
Siguiendo el recorrido teórico de la Antropología Simbólica,
es importante resaltar el papel que desempeña el signo en
la codicación de las abstracciones que en todo momento
emplea el ser humano para comunicarse. Es importante
observar e interpretar el punto clave que desempeña el signo
3
Antropología Social
4
Etnología
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5
Lingüística
6
Antropología Social
7
Etnología
en la comunicación verbal y no verbal que desarrolla la especie
humana en sus diferentes contextos históricos y culturales, del
cual se distingue el siguiente postulado:
Signo: (LIN
5
) (AS
6
) (ETN
7
) El signo es un lazo, una relación
entre dos cosas: un concepto y una imagen acústica, es decir,
un significado y un significante. Tiene dos características
esenciales: la arbitrariedad y la linealidad del significante.
Los signos no son abstractos, sino objetos reales, son las
entidades concretas estudiadas en la lingüística; dichas
entidades deben estar delimitadas, es decir, ser unidades
que se opongan a otras en el mecanismo de la lengua,
ya que en esta, como en todo sistema semiológico, lo
que distingue a un signo es lo que constituye; un signo
es una forma no substancia.- A decir de Leach, el signo
corresponde a una relación metonímica, es decir, a una
asociación sintagmática. Símbolo, semiótica, semiología
(Ibídem, 2000).
El signo representa el punto de partida para el debate
antropológico entre la cognición del símbolo y su estructura
condensada; bajo la acepción de términos, conceptos y
signicados, se retoma el siguiente fragmento:
Símbolo: (AS) (ETN) De acuerdo con Geertz, este término
se usa para designar cualquier objeto, acto, hecho, cualidad
o relación que sirva como vehículo de una concepción,
donde la concepción es el significado del símbolo. A partir
de Leach, el símbolo es metáfora, es decir, corresponde
a una relación paradigmática. Por su parte Lévi Strauss
afirma que los símbolos tienen efecto de signos cuando son
demasiados convencionales en una cultura. En los estudios
de Turner sobre el ritual, el símbolo aparece como la unidad
más pequeña de éste. Signo, semiótica, semiología (Ibíd.,
2000).
Las huellas que se impregnan en el sendero de la
metodología
Se implementó el método etnográco con el auxilio de la técnica
de la encuesta para complementar, a nivel estadístico, las
percepciones de estudiantes de la cátedra de Filosofía, quienes
comparten dicho espacio académico en el fortalecimiento de
los pre-saberes, unicándolos con los nuevos conocimientos,
tomando en cuenta que el perl de dichos estudiantes es
variado, ya que cursan diferentes carreras, lo cual permite un
abordaje amplio del tema a partir de las percepciones de cada
uno de ellos, a través de los datos cuantitativos.
Para tal efecto, la consulta de fondos documentales marcan
las premisas en el investigador sobre aquellos elementos que
puede llegar a observar o que posiblemente han quedado en
la memoria colectiva de los informantes claves, de quienes se
obtiene el registro de datos cualitativos sobre las experiencias
vividas en la sociedad donde está inmerso; así mismo, la
generalidad del pensamiento humano y de su universalidad se
puede distinguir mediante el registro de datos cuantitativos; de
ahí la importancia del método o de los métodos que se han de
elegir para el registro de los hallazgos de campo.
Ilustración 1. Esquema conceptual sobre la metodología de
investigación en las Ciencias Sociales, retomado de apuntes
de clases de la asignatura de Teoría de las Formaciones
Sociales a cargo del Lic. Óscar Sánchez, sociólogo y docente
de la Escuela de Antropología Utec. Ciclo académico 02/2015.
Diseño realizado por Miguel Ángel Hernández Vásquez.
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Tal como aparece en la figura 3, las características de ambos
enfoques permiten hacer un abordaje de lo abstracto a
lo concreto desde el enfoque deductivo; mientras que,
desde el enfoque inductivo, el abordaje de los fenómenos
sociales en estudio parte de lo concreto a lo abstracto,
de lo particular a lo general. En ambas direcciones es
importante hacer un abordaje inter y multidisciplinario.
Sin embargo, para el presente ejercicio etnográfico se
ha realizado el préstamo de la técnica de la encuesta del
método cuantitativo para establecer una aproximación a
las realidades de los sujetos emics.
La discusión de los resultados a través de la investigación
etnográca
Para complementar el análisis y la interpretación de los
datos cualitativos obtenidos en las conversaciones y
entrevistas guiadas, se aplicó un test de encuesta dirigida a
la población estudiantil que cursó la asignatura de Filosofía,
en el ciclo 02/2015, población considerada como nita, ya
que representa menos de 1000,000. Dicha población equivale
a 460 estudiantes activos en dicho ciclo. Por lo consiguiente,
como parte de una prueba piloto no probabilística, utilizando
la fórmula de población nita, esta dio como resultado una
muestra de 211 encuestas, para el registro a nivel cuantitativo,
sobre el conocimiento y percepciones que tienen los y las
estudiantes que cursan la asignatura de Filosofía en la Utec
acerca de los orígenes del tatuaje; a quienes se les consultó
sobre las percepciones que tienen con respecto al tatuaje en
sus diferentes estilos artísticos y simbólicos.
Tomando en cuenta la fórmula de población nita, se retomaron
los siguientes aspectos considerados para el presente ejercicio
etnográco, la cual se presenta a continuación.
Para poblaciones nitas (menos de 100.000 habitantes):
n = Z2 * P * Q * N / e2 (N-1) + Z2 * P * Q
El tamaño del universo es de 460 estudiantes, por tanto, al
aplicar la fórmula anteriormente descrita, dio como resultado
211 encuestas que se suministrarían para la presente muestra,
tomando en cuenta un margen de error de 5 %, cuyo nivel de
conanza es del 95 %, para la validación de hipótesis, a través
de la prueba con chi-cuadrado.
Discusión sobre las hipótesis de investigación
Según los datos obtenidos en la aplicación de un test de
encuesta estructurado en dos partes: la primera, de preguntas
dicotómicas nominales, y la segunda, de preguntas bajo la
escala de Likert ordinal, el nivel de conanza establecido fue
de 95 %, mientras que el margen de error se estableció del
0,05 %, el cual representa el α. En ese sentido, al tabular los
datos obtenidos durante la aplicación del instrumento a la
población total de 211 estudiantes de la cátedra de Filosofía
de la escuela de Antropología de la Utec, se obtuvo el nivel de
signicancia de 0,00 % que resultó al procesar dichos datos
con el programa SPSS, cuyo nivel de signicancia utilizado para
validar las dos hipótesis planteadas fue menor α.
El elemento estructural lingüístico en el tatuaje
Cada palabra que cotidianamente expresan verbalmente los
seres humanos tiene sus orígenes en las fuerza creadora que
emite de la motricidad gruesa y na de sus manos; se hace
alusión a la percusión como parte del ensayo prueba y error,
en el cual tiene su génesis cuando se habla del desarrollo de
las diferentes culturas, las cuales establecen sus estrategias
metodológicas en la concreción de sus contextos históricos
y particulares. En lo anterior se maniesta la importancia de
la lingüística en la pronunciación y asociación del elemento
simbólico del sonido que surge en cada golpe de percusión
a nivel quirúrgico en la práctica del tatuaje. En palabras de
Ramón Umaña (2015), alias Noone, se distingue el siguiente
comentario:
Tabla 1. Prueba de hipótesis de investigación, utilizando la prueba de Chi cuadrado, usado
frecuentemente en Ciencias Sociales para investigaciones cuantitativas de carácter no probabilístico
Valor gl Sig. asintótica (bilateral)
Chi-cuadrado de Pearson 1.800a 3 .615
Razón de verosimilitudes 1.807 3 .613
Asociación lineal por lineal .135 1 .714
N de casos válidos 211
a. 0 casillas (,0 %) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperada es 15.13.
Elaboración propia
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Se le llamaba Tao, tao, tao por el golpe tao tao entonces
hay descendido la palabra “tatto” golpe tao tao como decir
tatto… Entonces era un palito... un palito (que servía de
martillo
8
) con otro palito (que servía de extensión) que tiene
una espinita en su interior… y lo que hace es al momento
de iniciar el tatuaje, emitir el sonido pack pack pack pack
(Umaña, 2015).
Figura 1. El tatuaje en proceso imagen tomada de www.
facebook.com/noone.umana?fref=photo
En la asociación del elemento onomatopéyico con la
historización de los conceptos es importante identicar
en el imaginario colectivo de los expertos culturales
9
, para
dimensionar la práctica y la evolución del tattoo y sus variantes
lingüísticas, que se expresan a través del dialecto y de los
idiolectos en las diferentes zonas geográcas en donde se ha
desarrollado dichas prácticas corporales.
Percepciones de la comunidad estudiantil entorno al
tatuaje y sus orígenes
En dicha encuesta, al preguntarles a los estudiantes de Filosofía
si conocen los orígenes del tatuaje, más del 70 % de los 211
encuestados(as) respondió desconocerlo, sin embargo, solo el
Tabla 2. Conocimiento sobre los orígenes del tatuaje
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje acumulado
Validos 48 22,7 22,7 22,7
No 163 77,3 77,3 100,0
Total 211 100,0 100,0
Elaboración propia
22,7 % respondió que sí lo conoce.
Por lo consiguiente, se presenta la siguiente tabla de
frecuencias.
Sin embargo, al separar por género la consulta hecha a los 211
estudiantes de ambos sexos, sobre si conocían el origen del
tatuaje, en total el 77,3 % respondió que no. Caso contrario, al
observar los porcentajes de quienes sí lo conocen, la mayoría
son hombres, reejándose en un 13,74 %, ante un leve
porcentaje del 9,0 % de mujeres que también respondieron
tener dicho conocimiento. Los datos se presentan a
continuación:
Gráfico 1. Variable por género sobre conocimiento acerca del
tatuaje
Así mismo, el simbolismo está presente en el estilo y
formas del tatuaje, los cuales a su vez están relacionados
con las escuelas de aprendizaje a nivel generacional en los
tatuadores, y su práctica de su diseño, tal como se expresa
en el siguiente aporte:
8
Para efectuar el golpe de percusión.
9
Informantes claves.
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Figura 2. El búho y su simbolismo en el arte del tatuaje.
Fotografía proporcionada por Ramón Umaña
El caso el tatuaje se vuelve un símbolo de pertenencia, igual
es un signo que puede marcar un lenguaje determinado…
desde el punto de vista semiótico lo que Saussure plantea,
como la interpretación de la comunicación... es en grupos de
pertenencias, lo que sacó de una de sus hipótesis relacionada
con el lenguaje, donde marca,
10
que a la larga es el lenguaje,
es cultura que notas, y de valores culturales… en este caso el
tatuaje es parte de ese elemento, de ese lenguaje que transmite
valoraciones y significados como Saussure lo planteaba en
el significado, la parte del tatuaje que es significante en sí
(Sermeño, 2015).
Tal como se observa en la gura 2, el elemento simbólico
del búho representa el centinela o vigilante nocturno, que se
puede interpretar desde diferentes perspectivas o sistemas
de creencias. Por ejemplo, se asocia con la inteligencia, con
la fortaleza ante la incertidumbre por considerarse como un
ser nocturno y sigiloso que se resguarda en la oscuridad y en
la tranquilidad de la noche y de las tinieblas, que sale avante
ante cualquier situación adversa, ya que no se adelanta a los
hechos, por el contrario, se mantiene a la expectativa de todo
lo que sucede a su alrededor.
Por otra parte, al realizar la consulta a los y las estudiantes
de Filosofía, mediante las encuestas suministradas, se puede
observar en la escala de frecuencia que el 77,3 % de los
encuestados(as) expresaron desconocer el signicado de
la palabra tatuaje, mientras que el 22,7% restante expresó
conocer dicho signicado, tal como se muestra en la siguiente
tabla de frecuencia.
Al observar la variable de género sobre quienes tienen
conocimiento de los orígenes del tatuaje, la mayoría de los que
respondieron que son hombres, reejándose en un 13,74 %,
caso contrario el de las mujeres, de las que solo un 9,0 %
respondieron que sí tienen conocimiento.
Tabúes y estigmas sobre la adoración al cuerpo a través
del tatuaje
Cada sociedad congura sus pensamientos a partir de los
paradigmas que condensan sus formas de vida y prácticas
cotidianas, reproduciéndolas y manteniéndolas vigorosas,
cuando la norma establece las reglas que hay que seguir al
pie la letra para mantenerse como miembro de la sociedad a
la cual se pertenece.
Tabla 3. Conocimiento sobre el signicado de la palabra tatuaje
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje acumulado
Validos 48 22,7 22,7 22,7
No 163 77,3 77,3 100,0
Total 211 100,0 100,0
Elaboración propia
10
Se entiende la marca en este contexto como las líneas, trazos, guras y colores que encierran el diseño de un tatuaje.
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Dichas reglas se condicionan en un sistema de prohibiciones
que están caracterizados por el tabú, y que se complementan
mediante los estigmas que encajonan la visión del ser
humano en una dirección parcializada de la realidad en que
vive. Es importante resaltar los elementos simbólicos, que
se expresan en el imaginario individual y colectivo de cada
sociedad, tal como expresó uno de los expertos culturales en
el siguiente argumento:
La adoración al cuerpo es milenario… sino a la gente no
hubiera hecho, en la antigüedad… va era gente normal que
guiaba los pueblos, pero dicen… “que era un semidiós”
verdad porque si decían que era un civil no lo iban a
respetar lo iban a ver nada más, y que era el gran héroe
verdad… entonces siento que la adoración al cuerpo lo
puedes ver en diversas partes; en una iglesia cuando ves a
un Cristo guindado y ves que es una persona que nos sabes
si era esa similar igual, ya si era moreno, negro que se yo,
pero estas ahí, en ese lugar, aunque no te arrodilles... estás
viendo un cuerpo, que esta flagelado, por ende lo respetas
y le dedicas un culto y tiempo… la evocación al cuerpo
uno es muy importante porque es como auto-respetarse
el hecho de tomar y fumar es no querer tu cuerpo, es darle
respeto que se merece, no lo digo por Dios lo digo por vos
porque va a adorar menos aquí (Umaña, 2015).
Los ritos de paso y la performatividad también están presentes
en la práctica del tatuaje, tal como lo expresa Ramón Umaña
en el siguiente fragmento:
El tatuaje era como un ritual… era más ritual por la misma
adoración al cuerpo o sea la adoración del cuerpo siempre
va de la mano… con respecto al tatuaje porque tú te haces
algo para lucirlo, a excepción de que tu mamá o tu papá
tenga un estigma contigo, no lo muestras, pero a tus amigos
sí, entonces escomo que alguien te reconozca por eso y te
hace ver más o menos bonito vea para el sexo opuesto
(Ibídem., 2015).
El sistema de creencias siempre acompaña la cotidianeidad
en el ser humano, algo que reeja ese constructo de ideas
conservadoras o liberales entorno a lo considerado como moral
o ético en la sociedad, ante lo adverso que es considerado
como inmoral o antiético; sobre todo cuando se trata de
interpretar el signicado del tatuaje y su simbología.
Por su parte Aksy Cortez, una joven estudiante de 28 años de
edad, también egresada de la Licenciatura en Artes Plásticas
de la UES, y de origen turco, pero radicada en el país hace
más de 8 años, expresó lo siguiente respecto al tema del tabú
inmerso en el tatuaje y su práctica:
Figura 3. Entrevista guiada con Ramón Umaña, egresado de la
licenciatura en Artes Plásticas opción Diseño Gráco, Escuela
de Artes de la Universidad de EL Salvador (UES).
En Turquía, como católicos y evangélicos, tiene algo
que, cuando tú haces eso, significa que es un pecado…
Entonces no es, por una parte, esa religión, prácticamente
está saliendo como un rebelde de todo; eso entonces
intencionalmente hice; porque en estas están diciendo, me
obligan, y me están diciendo no, pero es pecado… A mis
17 años hice mi primer tatuaje, porque mi familia […] como
algunos toman la decisión de tatuarse como reputación en
representa algo malo de una persona […] Dicen que no se
hacen tatuajes, pero, o yo salí un poco rebelde, y también
tenía ese conflicto con la religión, especialmente en mi país,
como noventa por ciento son islámicos… También lo hice
por eso que represente esa contradicción que no me gusta
la religión… Por eso represente en mi primer diablo y de
rebeldía contra mi familia (Cortez A. , 2015).
Figura 4. Entrevista guiada con Aksy Cortez, estudiante de
5.° año de la Licenciatura en Artes Plásticas opción Pintura,
escuela de Artes, UES.
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Por otra parte, retomando los resultados obtenidos a traves
de la técnica de la encuesta, se presenta la siguiente
tabla de frecuencia sobre las percepciones que tienen los
estudiantes de la asignatura de Filosofía con respecto a
los estratos sociales, el status y la moda que representa el
tatuaje y su práctica.
Tal como se observa en la tabla anterior, el primer lugar lo
ocupa el 91,0 % de los encuestados(as), quienes relacionan
el tatuaje con la moda; seguido de un 21,8 % de quienes lo
relacionan con la delincuencia; la tercera casilla la ocupa el
status social, el cual representa el 15,2 % de la muestra total de
211 estudiantes que contestaron el cuestionario de preguntas
dicotómicas y politómicas.
Finalmente, el uso de la tecnología facilita los antiguos y
complicados procesos quirúrgicos del proceso en el tatuaje,
a tal grado que el estigma de contraer el VIH al momento
de tatuarse es solo una referencia histórica de las antiguas
prácticas, bajo condiciones infrahumanas, como lo era al
interior de una cárcel, en donde no se podía acceder a
equipo tecnológico quirúrgico adecuadamente esterilizado.
Los nuevos espacios llamados estudios Tattoo, tienen esa
característica de ofrecer a las personas interesadas en tatuar
su cuerpo, un espacio digno y adecuadamente iluminado para
dicha práctica, un elemento que resalta el tatuador Umaña en
el siguiente fragmento:
O sea, ahora es bien diferente al material hechizo, bien
diferente porque la aguja no venía sellada, aquí la gente puede
tener la certeza que los materiales están esterilizados… que
pueden buscarnos y ver su fecha de expiración porque todo
expira hasta las agujas (Ibíd., 2015).
Así mismo, al hablar sobre el aspecto inmoral o antiético que
todo profesional, independientemente de su especialidad
o área laboral, deba o no tatuarse el cuerpo; de los 211
encuestados, entre hombres y mujeres, coincidieron en que
no es inmoral el tatuarse el cuerpo, reejándose en un 44,07
%. Caso contrario, los que opinaron que es inmoral el que
un profesional se tatué su cuerpo se reeja en un 21,80 %.
Tabla 4. Percepciones sobre el tatuaje y su relación con los diferentes estratos sociales
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje acumulado
Válidos Delincuencia 46 21,8 21,8 21,8
Estatus social 32 15,2 15,2 37,0
Moda 114 54,0 54,0 91,0
No sabe 19 9,0 9,0 100,0
Total 211 100,0 100,0
Elaboración propia
Esto puede interpretarse como una apertura a la práctica del
tatuaje.
Figura 5. Equipo e instrumentos que integran la máquina para
tatuar, así como sus demás instrumentos auxiliares para evitar
infecciones y desinfectar el área tatuada. Fotografía tomada
por Ramón Umaña.
Dichos resultados se presentan en el siguiente gráco.
Gráfico 2. La moralidad y la ética de un profesional que use
tatuaje
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Conclusiones
Las tribus urbanas (subculturas) y las contraculturas
(las pandillas) son los principales grupos étnicos que
consumen el arte del tatuaje, y de ahí su simbolismo y
quehacer cotidiano en la sociedad, como reproductores
del sistema capitalista o como agentes activos que inciden
en la sociedad en el rompimiento de viejos paradigmas.
La evolución del tatuaje en sus diseños, formas, contenidos
y estructuración estética guarda una estrecha relación
con las corrientes artísticas propias de las artes plásticas,
como lo es actualmente la inuencia del tatuaje tribal, de
la técnica de la acuarela, del surrealismo y, recientemente
en boga, el hiperrealismo, como parte de la estética
que guardan las expresiones plásticas como medio de
comunicación.
En la sociedad salvadoreña del siglo XXI persisten los
tabúes con respecto al simbolismo que representa el tattoo
ante los esquemas religiosos y los estigmas que circundan
al contagio del VIH, mediante el proceso quirúrgico que se
realiza en el proceso del tatuaje, mediante la esterilización
del equipo, sobre todo de la aguja, que es el punto clave en
estos prejuicios, tabúes y estigmas.
Referencias
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Vásquez: Tabúes en el tatuaje]. Grabación de audio.
Cortez, C. (2015, 22 de octubre). [Entrevista con M. Á. Hernández
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Grabación de audio.
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México D.F.: ENAH.
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la práctica del tatuaje y el proceso de subjetivación.
Diversitas: Perspectivas en Psicología. 7 (1), 179-191.
Sermeño, Á. (2015, 17 de octubre). [Entrevista con M. Á.
Hernández Vásquez: El tatuaje y su relacion con las
artes plásticas]. Grabación de audio.
Strauss, C. L. (1987). Antropología estructural (1ra. Ed). Buenos
Aires: Paidós.
Umaña, R. (2015, 19 de octubre). [Entrevista con M. Á. Hernández
Vásquez: El arte del tatuaje]. Grabación de audio.
56
Revista entorno, Universidad Tecnológica de El Salvador, www.utec.edu.sv, octubre 2016, número 62: 56-62, ISSN: 2071-8748
Impacto de la educación no formal en
el desarrollo de competencias para la
educación superior
URI: http://hdl.handle.net/11298/287
Saúl Campos-Morán
1
Universidad Tecnogica de El Salvador
saul.campos@utec.edu.sv
Recibido: 19/08/16 – Aceptado: 19/08/16
Resumen
La educación no formal (ENF), cada día se convierte en una
alternativa complementaria a la educación formal para la
formación de valores cívicos y ciudadanos en los jóvenes
de los diferentes países, los cuales el sistema educativo
local muchas veces no es capaz de inculcar por mismo.
El objetivo de la investigación fue indagar el impacto que las
competencias y aptitudes obtenidas a través de actividades
de ENF en organizaciones juveniles tienen en la incorporación
a la educación superior y la empleabilidad de los jóvenes
salvadoreños. La investigación fue de tipo ex post facto con
diseño transversal. Los sujetos del estudio fueron egresados
del Movimiento Scout que cursan carreras de educación
superior de las diferentes universidades de El Salvador, siendo
representados con una muestra probabilística de 384 sujetos,
distribuidos entre los catorce departamentos del país. Entre los
resultados principales de la investigación se tiene que existe
una relación directamente proporcional entre la participación
en el Movimiento Scout y el desarrollo de competencias
enfocadas en los ambientes laborales, así como la adquisición
de competencias transversales relacionadas con la gama
vinculada con la educación superior.
Palabras clave
Educación y empleo; Competencias-educación; aptitudes;
Educación Superior – El Salvador.
Abstract
Non-formal education becomes a complementary alternative
to formal education every day in order to strenghthen civil
and civic values in the youth of different countries which local
educational system is oftentimes unable to instill by itself. The
goal of this research was to nd the impact that competencies
and aptitudes obtained through non-formal educational
activities in youth organizations has in the incorporation to
higher education and employability of Salvadorean youths. This
was an ex post facto research type with a transversal design.
The subjects of study included undergraduate students in the
Scout Movement, studying at the different universities of El
Salvador; the probabilistic sample included 384 individuals,
distributed in the 14 departments of the country. Among the
main results the following can be mentioned: there is a direct
relation between the Scout Movement and the competencies
focused on the work environment, as well as the acquisition
of transversal competencies related to the gamut linked to
higher education.
Keywords
Education and employment; Education-Competencies;
aptitudes; Higher Education-El Salvador.
1
Investigador y docente Utec.
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Impacto de la educación no formal en el desarrollo de
competencias para la educación superior
Saúl Enrique Campos-Morán, pp. 56-62
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
La ENF puede entenderse como un proceso educativo orga-
nizado que tiene lugar en paralelo a los sistemas de educación
y formación canónicos, para el que no suele expedirse
certicación acreditativa. Quienes participan en este tipo de
educación lo hacen voluntariamente y suelen ser conscientes
de que están aprendiendo. Las organizaciones juveniles,
denidas como organizaciones sociales (asociaciones, clubes
o movimientos) establecidas para servir a la juventud y en las
que las y los jóvenes están al cargo de la estructura operacio-
nal, de carácter democrático, no gubernamental y sin ánimo
de lucro, son los principales proveedores de educación no
formal para la juventud. Sin embargo, las organizaciones
juveniles no siempre registran e informan adecuadamente
acerca de las actividades y programas de aprendizaje que
llevan a cabo, ni tampoco se reconoce lo suciente su papel
como proveedores de educación. Por ello, este estudio puede
enmarcarse en debates más amplios sobre el reconocimiento
de la educación y el aprendizaje no formales, esenciales
en el contexto de las conversaciones sobre formación
continua (educación para la vida) que tiene lugar en diversos
contextos: formales, no formales e informales, que se vienen
manteniendo durante la última década. Estos debates han
puesto de relieve la importancia del reconocimiento social,
político, ocial e individual de la ENF, dado los muchos
benecios que puede proporcionar, que se relacionan con
el fomento del “capital humano”, en concreto mediante
el desarrollo de aptitudes interpersonales y también con
aspectos más amplios, tales como la estimulación de la
ciudadanía activa, la inclusión y la cohesión sociales, así
como la realización y el desarrollo personal.
Este artículo se centra especícamente en el impacto de la
ENF en las organizaciones juveniles sobre la integración a la
educación superior de la juventud a través del desarrollo de
aptitudes interpersonales. Tiene por objeto establecer si las
competencias y aptitudes obtenidas a través de actividades de
educación no formal en organizaciones juveniles contribuyen
al mejor desempeño, tanto en los ambientes académicos
como en los laborales de las personas jóvenes. Para ello, se
han analizado datos sobre jóvenes egresados de la Asociación
Scout de El Salvador que actualmente cursan su educación
superior en cualquiera de las universidades del país. Así pues,
este estudio contribuye a fundamentar de manera más rme
las conclusiones en este campo y evalúa la contribución de
las organizaciones juveniles como proveedoras de educación.
De tal forma, el objetivo de la investigación fue determinar el
impacto que las competencias y aptitudes obtenidas a través
de actividades de ENF en organizaciones juveniles tiene en la
incorporación a la educación superior y la empleabilidad de los
jóvenes salvadoreños.
Educación no formal
La ENF es toda actividad organizada y duradera que no se sitúa
exactamente en el marco de los sistemas educativos formales
integrados por las escuelas primarias, los centros de enseñanza
secundaria y de bachillerato, las universidades y otras
instituciones educativas formalmente establecidas, (Unesco,
2008). Aunque no tiene objetivos explícitos de formación ni se
obtiene un título académico reglado, se trata de actividades
organizadas y con intencionalidad educativa.
ENF y formación para la vida
A lo largo de la trayectoria vital, la ENF abarca una buena
cantidad de aprendizajes, muchos de ellos relacionados con la
educación ambiental, la educación en valores, el voluntariado,
el arte y la música, etc. La ENF permite, a través de múltiples
áreas y ámbitos de actuación, seguir aprendiendo a lo largo de
toda la vida.
Precisamente, esta transversalidad a lo largo de la vida y la
adquisición de competencias convierte a la educación no formal
en un valor destacado en la experiencia formativa y profesional
de las personas. Pero no todos estos aprendizajes comparten
metodologías educativas ni un sistema de evaluación, por tanto,
es muy difícil acreditarlos en un currículum profesional o en un
proceso de selección para un puesto de trabajo.
ENF y empleabilidad
¿La ENF mejora las posibilidades de encontrar empleo?
Según el estudio “El impacto de la educación no formal en las
organizaciones juveniles para la empleabilidad de los jóvenes”,
publicado en 2012 por el Foro Europeo de la Juventud, la
participación en organizaciones juveniles y la ENF ayudan a
mejorar la empleabilidad de los jóvenes.
Los datos evidencian que un joven que se compromete con una
organización juvenil adquiere las competencias más buscadas
por los empleadores: comunicación, trabajo en equipo, toma de
decisiones, habilidades de organización y conanza en mismo.
Además, los que realizan actividades de ENF en el extranjero
adquieren el desarrollo superior de una lengua extranjera,
habilidades de liderazgo y tolerancia.
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competencias para la educación superior
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De tal forma, la ENF y su reconocimiento son un componente
fundamental para la creación de sociedades de aprendizaje
permanente. Al ser uno de los principales proveedores de ENF
de nuestro país, la Asociación Scout de El Salvador contribuye
al desarrollo holístico de la juventud, desde su desarrollo como
individuos y miembros activos de la sociedad hasta su inclusión
en la vida social y profesional. En medio de la profunda crisis
económica y social actual, en la que las personas jóvenes
sufren las peores consecuencias, deben reconocerse todas
las destrezas adquiridas y que debe capacitarse a la juventud
a través de ese proceso. Entrar en el mercado laboral se ha
convertido en un grandísimo reto para la juventud. Deben ser
miembros activos de la sociedad y estar integrados en ella.
Educación para las competencias
Si con la educación pretendemos acompañar a las personas en
su crecimiento, propiciando el desarrollo de sus competencias,
es preciso dedicar una primera reexión a este término para
acotar su signicado.
Con el n de centrar el concepto de competencia, que
actualmente encontramos minuciosamente detallado en
referencia a las diversas profesiones y etapas de la educación
formal (desde educación infantil hasta los estudios universitarios),
resulta interesante recurrir a los “orígenes”, o a algunos de los
orígenes particularmente signicativos.
El Informe Delors (1996), cuando dene los cuatro pilares de la
educación, hace referencia al saber como competencia técnica,
que abarca todos los conocimientos relacionados con un
ámbito académico o profesional; en segundo lugar menciona
el saber hacer como competencia metodológica relacionada
con la capacidad de aplicación de los conocimientos a
distintas situaciones; el tercer pilar de la educación es el saber
estar, como competencia social, en relación con las actitudes
y habilidades interpersonales; nalmente, el saber ser, como
competencia personal, se reere a la conciencia de la propia
personalidad y de la propia identidad profesional.
Por otro lado, en la Declaración de Bolonia y en el proyecto Tuning
Educational Structures in Europe (1999) nos encontramos con
una clasicación de competencias, que podríamos considerar
de consenso europeo, atendiendo a tres tipologías:
Las competencias instrumentales, que se relacionan con la
capacidad de pensar, de entender, de conocer, de aplicar
los aprendizajes, de comunicarse, de organizarse, etc.
Las competencias interpersonales, que están relacionadas
con la capacidad de trabajar en equipo, de interacción social,
y con el espíritu crítico, entre otras cualidades.
Las competencias sistémicas, que se relacionan con las
capacidades de análisis de situaciones y sistemas, de
planicación, de introducción de cambios y mejoras, etc.
Aparte de estas dos referencias, que situamos en los “orígenes”,
encontramos multitud de clasicaciones de competencias
transversales implicadas en el aprendizaje y en la vida laboral.
Entre otras muchas, y dejando de lado las categorías, aparecen
particularmente destacadas la exibilidad, la autoconanza,
la capacidad de autocontrol, el pensamiento analítico, la
creatividad, la capacidad de iniciativa, la resiliencia, las
habilidades de comunicación, el liderazgo y el trabajo en grupo.
Finalmente, en el último informe de la Unesco, “Repensar la
educación”, presentado el 14 de julio de 2015, se apuesta por
una visión humanista y holística de la educación, que debería
atender los aspectos cognitivos, emocionales y éticos. De este
modo la educación se sitúa en el centro del aprendizaje de
competencias a lo largo de toda la vida, con el propósito de
reducir la brecha entre la educación formal y el mundo laboral.
Método
Participantes
Para la realización del estudio se tomó en cuenta a hombres y
mujeres ciudadanos de la República de El Salvador, cursantes
de educación superior en cualquier universidad o instituto
reconocido por el Ministerio de Educación de El Salvador, y que
en algún momento de su vida hubiese sido miembro activo
de la Asociación Scout de El Salvador, sin discriminación de
estado civil, área de residencia, religión o estado actual de
aliación a la Asociación.
En cuanto a las frecuencias de los datos sociodemográcos, se
tiene que el 72 % son del sexo masculino, mientras que el 28 % del
femenino. Catorce personas no contestaron. La variable Tipo
de hogar sondeó la conformación de los integrantes del grupo
familiar en el que los sujetos viven actualmente. En ese valor,
se tiene que 27,3 % de los participantes viven en un hogar
donde se cuenta con padre y madre; el 20,7 % vive en donde
solo hay madre; 6,5 % vive en donde solo hay padre; 30,8 %
viven con sus abuelos, y 4,8 % manifestaron vivir solos.
Dentro de esta variable, se tiene que 46,6 % están en el grupo
de los que trabajan, mientras que 34,7 % maniestan no
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competencias para la educación superior
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contar con un empleo jo. El 9,8 % no contestó la pregunta.
A estas variables se les agregó si el encuestado trabaja o no.
Universo y muestra
Para el cálculo de la muestra, se partió de que existe un universo
de aproximadamente 3.000 sujetos y que nacieron entre los años
de 1978 y 1995 que han egresado, o por lo menos tenido, una
participación signicativa en el Movimiento Scout en El Salvador,
por lo que se tomó en cuenta a individuos que hubiesen nacido
en ese rango de años para hacer el cálculo correspondiente. De
tal manera que, para el cálculo de la muestra, se utilizó la fórmula
para poblaciones nitas, asignándose un nivel de conanza del
95 % y un margen de error del 5 % (Z = 1.96), obteniéndose un
valor de 384, el que fue utilizado para un muestreo estraticado
entre los catorce departamentos de El Salvador, dividiéndose el
número de encuestas totales entre cada uno de estos.
En cuanto a las características de la muestra pertinentes a
la investigación, se observa que la mayoría de sujetos (44 %)
manifestó haber participado en el Movimiento en el grado más
inferior, es decir, la Rama Lobatos. Hasta nales de los años 90,
en El Salvador existió una rama denominada Castor, la cual
comprendía niños y niñas de edades de entre 4 y 7 años; las
edades de las que pasaban al siguiente nivel. Sin embargo, para
efectos de la investigación, y considerando el poco impacto de
las competencias desarrolladas durante ese rango de edad, para
los propósitos del estudio se trabajó a partir de la Rama Lobatos.
Por otro lado, respecto al sexo, se observa que la mayoría
corresponde al masculino. Esto se explica a partir de que el
Movimiento Scout tradicionalmente ha sido considerado como
“solo para niños”, siendo hasta años recientes que la presencia
de las niñas ha sido más visible, teniendo competencia de
otros movimientos similares dirigidos exclusivamente a niñas,
como las “muchachas guías”, el equivalente de Girl Scout, y que
absorbió parte de esa población durante los años 70 y 80.
Diseño y tipo de estudio
La investigación fue de tipo ex post facto con diseño transversal
(Montero y León, 2007), constituida del diagnóstico de una
situación ya existente, a partir de una hipótesis dada, sin tener la
oportunidad de manipular la variable independiente, utilizando
un post-test sin grupo control.
Resultados
La ENF lleva consigo el desarrollo de “conocimientos, aptitudes
y competencias”. El Marco Europeo de Cualicaciones divide
el aprendizaje en conocimientos, aptitudes y competencias,
y especica que los conocimientos pueden ser teóricos o
prácticos. En cuanto a las aptitudes, estas hacen referencia
a la capacidad de aplicar los conocimientos y emplear el
saber hacer para completar tareas y resolver problemas. Las
aptitudes pueden dividirse en cognitivas (que implican el uso del
pensamiento lógico, intuitivo y creativo) y prácticas (que implican
destreza manual y el uso de métodos, materiales, herramientas
e instrumentos). Las aptitudes suelen dividirse en académicas,
genéricas, técnicas e interpersonales.
Cualicaciones y aptitudes asociadas a la educación
Superior
Esta sección revisa las tendencias recientes en lo tocante a la
relación entre las cualicaciones y aptitudes asociadas con la
educación superior. Las aptitudes y las competencias mejoran el
desempeño a nivel individual, de ahí que la dimensión absoluta
del rendimiento también cuente. Pero hay que tener presente
que las condiciones favorables, con respecto al desempeño
académico relativo, son necesarias para poder tener mayores
niveles de satisfacción en la educación superior. Un alto nivel de
aptitudes y competencias entre la población puede ser un factor
relevante que forma al éxito académico, pero este es solo
uno de los muchos factores.
Respecto a las frecuencias absolutas, se aprecia que la mayoría
tiene percepciones positivas sobre las propias aptitudes,
siendo la de aptitudes interculturales la que muestra un
comportamiento más bajo, es decir, a nivel global, la mitad de
la población sondeada en la investigación percibe dominio de
dicha competencia, siendo la otra mitad la que reconoce que
podría estar mejor. El análisis de porcentajes que se presenta a
continuación profundiza en el fenómeno.
A nivel general se observa que los porcentajes de percepción
de todas las categorías son elevados. Un análisis detallado
nos ofrece un desglose de aptitudes de acuerdo con los
diferentes rubros.
Al hacer una comparación de porcentajes en cuanto a las
competencias generales, se observa que existen medias
superiores a 4 (bastante) en casi todas las categorías sondeadas,
con la excepción de Aptitudes para los idiomas, la cual se reeja
con un valor más bajo que el resto, manifestándose como
completamente con 43.9 para los no participantes y 57.9 para
los que participaron, lo que indica que no hay un impacto claro
de la participación en el Movimiento Scout en esa competencia
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Impacto de la educación no formal en el desarrollo de
competencias para la educación superior
Saúl Enrique Campos-Morán, pp. 56-62
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Tabla 1. Competencias asociadas al desempeño en educación superior
Grupos de contraste
No participó Sí participó
Recuento % del N Recuento % del N
de la columna de la columna
Adaptación/Flexibilidad Nada 0 0,0 1 1,3
Un poco 1 ,8 0 0,0
Suciente 7 5,7 1 1,3
Bastante 21 17.1 17 22,1
Completamente 94 76,4 58 75,3
Aptitudes comunicativas Nada 5 4,7 4 6,7
Un poco 2 1,9 0 0,0
Suciente 3 2,8 6 10,0
Bastante 12 11,2 16 26,7
Completamente 85 79,4 34 56,7
Capacidad para Nada 2 1,6 0 0,0
comprender y presentar Un poco 11 8.9 11 14,3
mis capacidades Suciente 20 16,3 24 31,2
ante los demás Bastante 36 29,3 13 16,9
Completamente 54 43,9 29 37,7
Creatividad Nada 11 8.9 4 5,3
Un poco 15 12,2 7 9,2
Suciente 18 14,6 14 18,4
Bastante 25 20,3 7 9,2
Completamente 54 43,9 44 57,9
Inteligencia emocional Nada 7 6,5 0 0,0
Un poco 0 0,0 0 0,0
Suciente 1 0,9 2 3,1
Bastante 13 12,1 11 17,2
Completamente 86 80,4 51 79,7
Espíritu emprendedor Nada 1 0,8 2 2,6
Un poco 1 0,8 0 0,0
Suciente 1 0,8 0 0,0
Bastante 12 9,8 14 18,2
Completamente 108 87,8 61 79,2
Aptitudes para los idiomas Nada 44 36,1 19 24,7
Un poco 32 26,2 28 36,4
Suciente 11 9,0 12 15,6
Bastante 23 18,9 13 16,9
Completamente 12 9.8 5 6,5
Integridad Nada 2 1,6 0 0,0
Un poco 0 0,0 1 1,3
Suciente 2 1,6 4 5,3
Bastante 24 19,5 18 23,7
Completamente 95 77,2 53 69,7
Fuente: elaboración propia.
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competencias para la educación superior
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particular, pero que, en general, el haber pertenecido al
Movimiento Scout no es un factor que impacte de manera
contundente en el dominio de los idiomas. Por otra parte, en la
variable Integridad se aprecian valores elevados para la categoría
de sí participó, lo que, aunado con los otros indicadores de la
misma línea, denota que hubo un impacto importante de la
pertenencia al Movimiento Scout en la formación de valores.
A su vez, Espíritu emprendedor muestra valores elevados para
los que recibieron formación scout, pero bajos para los que
no la recibieron, lo que sugiere que las estrategias de formación
aplicadas por el Movimiento Scout están coadyuvando
al desarrollo de esta competencia, lo cual podría indicar la
conveniencia de promover más capacitaciones en dicha área
para fortalecer las competencias transversales que se están
formando. En cuanto a Adaptación y flexibilidad, se aprecia
que entre los no participantes se aprecia mayor capacidad
de adaptación y exibilidad en sus entornos de trabajo y de
educación superior, en contraste con los no participantes,
quienes salen un poco más abajo en ese rubro. Esto implica
que, si bien ambos grupos evidencian presencia positiva de
indicadores de adaptación, los que han sido scouts demuestran
ser más adaptables a diferentes situaciones.
Otra variable importante es Aptitudes comunicativas. En cuanto
a esta, se observó que existe una tendencia positiva hacia el
desarrollo de esta competencia para ambos grupos. Esto a su
vez se complementa con la variable Capacidad de comprender
y comunicar mis capacidades a los demás, la cual reeja que
entre los que participaron en el Movimiento Scout hay una
percepción levemente más pronunciada acerca del dominio de
esta competencia frente a los que no fueron, quienes muestran
valores más bajos para ese ítem. De igual manera, la variable
creatividad muestra un valor más elevado para los scouts,
aunque ambas medias son muy elevadas, situación que se
repite con inteligencia emocional, donde los que fueron scout
maniestan un dominio de inteligencia emocional más elevado
que el de los que no participaron en el Movimiento Scout, es
decir, en general los que no fueron scout, si bien maniestan un
alto nivel de inteligencia emocional, aún no alcanzan los niveles
de desarrollo que aquellos que fueron parte del Movimiento
durante un período signicativo demuestran.
Conclusiones
Hoy en día el proceso de formación humana y la educación en
general, desde el marco de las competencias, tiende a tener
un excesivo condicionamiento de la economía y del mercado.
Esto se ve reejado en los diferentes procesos de reforma de
la educación en Iberoamérica donde se tiene como base el
concepto de competencias. Todos estos procesos tienen unas
políticas homogéneas que buscan la alineación del sistema
educativo a las demandas del mercado con el n de seguir las
directrices de los organismos internacionales, tales como el
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Es en este sentido donde la ENF hace su énfasis como
rehumanizadora de los ciudadanos y complemento de una
educación formal, que cada día es más especializadora.
Las aptitudes y competencias que parecen beneciarse más
intensamente de la participación prolongada en organizaciones
juveniles son las siguientes: liderazgo, organizativas, resolución
de problemas, toma de decisiones, adaptación/exibilidad y
comunicación. Con respecto a estas, el cambio en el nivel de
desarrollo de aptitudes entre las personas encuestadas con
bajos niveles de participación y las con altos es de más de 0.9
puntos. Las aptitudes para los idiomas, la integridad; las aptitudes
para las TI, la inteligencia emocional; las aptitudes interculturales,
el nivel de alfabetización; los conocimientos matemáticos son
las que las personas encuestadas señalaron como menos
dependientes del nivel de participación. Con respecto a estas,
los cambios en el nivel de desarrollo de aptitudes entre las
personas encuestadas con bajos niveles de participación; y las
personas encuestadas con altos niveles de participación es de
menos de 0.65 puntos.
En este contexto, debe tenerse en cuenta que incluso los
individuos con bajos niveles de participación dijeron haber
percibido una mejora en el desarrollo de las aptitudes; de un
3.0, como promedio, en la mayoría de las aptitudes; y sustan-
cialmente superior en el caso de las interculturales, la integridad
y el trabajo en equipo.
En cuanto a las aptitudes comunicativas, entendidas estas como
aquellas que nos permiten comunicarnos efectivamente con
nuestros semejantes en diferentes contextos, se observó que
la participación en el Movimiento Scout potenció positivamente
el desarrollo de esta habilidad en aquellos jóvenes que
manifestaron haber participado en aquel. Sin embargo, entre
aquellos que no asistieron también se encontraron valores altos.
Esto nos indica que, si bien existe una relación positiva entre la
participación en el Movimiento Scout y el desarrollo de estas
aptitudes, la contribución que los scouts hacen, dependiendo de
cada caso, no es integral en la adquisición de la habilidad.
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Impacto de la educación no formal en el desarrollo de
competencias para la educación superior
Saúl Enrique Campos-Morán, pp. 56-62
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Referencias
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EN.pdf
63
Revista entorno, Universidad Tecnológica de El Salvador, www.utec.edu.sv, octubre 2016, número 62: 63-104, ISSN: 2071-8748
Una evaluación de las oportunidades
humanas en El Salvador*
URI: http://hdl.handle.net/11298/281
Pablo Amaya
1
Investigador
pamaya001@hotmail.com
Recibido: 02/09/16 – Aceptado: 29/09/16
Resumen
La desigualdad en El Salvador se ha convertido en un
componente inherente a la sociedad, en un mal estructural
que se acepta y condiciona las oportunidades de los niños,
las cuales están fuertemente inuenciadas por el territorio
donde habitan.
En este trabajo se realizaron dos estimaciones del Índice
de Oportunidades Humanas (IOH). La primera destinada a
evidenciar la inequitativa distribución de las oportunidades
en los territorios, a desnudar aquellas regiones con
urgencia de intervención y propiciar su reorientación;
la segunda, que develó los factores explicativos de las
discrepancias del IOH en el espacio, por medio del uso de la
descomposición de Shorrocks-Shapley de 1999, evaluando
su evolución en el tiempo.
A pesar de que se observan avances territoriales importantes
en términos del IOH, todavía se conservan algunos patrones
regionales signicativos. La franja central de El Salvador,
identicada por el corredor de las principales ciudades,
Santa Ana, San Salvador y la parte norte de La Libertad y
San Miguel, evidencian tener mejores oportunidades de
desarrollo que el resto del país. Las franjas norte y sur
poseen territorios rezagados con niveles de IOH en el
Abstract
Inequality in El Salvador has become an inherent component
to society, a structural ailment that is accepted and which
conditions opportunities for children-- who are strongly
inuenced by the place they live in.
Two estimates on the Human Opportunities Index (IOH,
given its Spanish acronym) were conducted during this
research. The rst one was designated to evidence the
unequal opportunity distribution in territories, to strip those
regions which urgently need to be intervened and thus
foster their reorientation. The second one unveiled the
explanatory factors of the IOH discrepancies in said place by
using Shorrocks-Shapley inequality decomposition by factor
components (1999), hence evaluating its evolution in time.
In spite of the territorial advances that were observed in
terms of the IOH, some signicant regional patterns persist.
The central fringes of El Salvador, identied by the main
corridors of the principal cities, Santa Ana, San Salvador, the
northern part of San Miguel and La Libertad, prove to have
better opportunities for development than the rest of the
country. The northern and southern fringes include territories
that are lagged behind, with the IOH in the lower limit of
distribution. In comparing the north and south areas of El
1
Licenciado en Economía con Maestría en Dirección de Empresas, cuenta con estudios de macroeconomía aplicada, econometría, programación nanciera, en-
tre otros recibidos en diferentes países de Latinoamérica. Recientemente se ha desempeñado como consultor internacional del Centro Latinoamericano para el
Desarrollo Rural (RIMISP), investigador del Banco Central de Reserva de El Salvador, profesor de maestría de la Universidad de El Salvador y director del Banco de
Desarrollo de El Salvador.
*Este documento es un producto del Programa Cohesión Territorial para el Desarrollo, coordinado por Rimisp-
Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural e implementado con socios en ocho países de la región, con
nanciamiento del International Development Research Centre (IDRC, Canadá).
64
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
Pablo Amaya, pp. 63-104
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
límite inferior de la distribución. Entre el norte y el sur
de El Salvador, las oportunidades son mayores en el sur
(costero) que en el norte (montañoso). Asimismo, se destaca
que los municipios más interconectados, menos pobres
multidimensionales, con menor ruralidad y en algunos casos
con menor vulnerabilidad socioeconómica ante el cambio
climático son los que han mantenido o mejorado su estatus
de oportunidad.
Palabras clave
Calidad de vida; Desarrollo humano; Pobreza; Desigualdad
económica regional; Desarrollo rural.
Salvador, the opportunities are higher in the south (coastal
area) than in the north (the mountains). In like manner, it is
evident that the municipalities that are more interlinked, are
less multidimensionally poor, which have less rurality and,
in some cases, show a lower socioeconomic vulnerability
in the face of climate change, are those which have either
improved or maintained their opportunity status.
Keywords
Life quality; Human Development; Poverty; Regional
economic Inequality; Rural development.
Introducción
Latinoamérica es una región de disparidades que se expresan
en oportunidades desiguales entre sus habitantes (Barros et
al., 2008); en El Salvador, dicha desigualdad se ha convertido
en un componente inherente a la sociedad, un mal estructural
que se acepta y cuyas consecuencias son parte del diario vivir
de su población.
Las manifestaciones de esta problemática son varias, desde
limitantes en el acceso a servicios e infraestructura básica,
brechas de pobreza evidentes, falta de empleo digno hasta
los altos niveles de criminalidad. Aunque las propuestas de
solución han sido diversas y con cierto componente estructural,
en su mayoría se perciben ávidas de un mayor enfoque de
largo plazo con miras a proporcionar una solución denitiva
para la sociedad.
Las disparidades son tales que resaltan a simple vista. Basta
con observar la distancia entre los promedios urbanos y rurales,
donde reside 62,2 y 37,8 % de la población, respectivamente,
en el año 2013, para tomar conciencia de la magnitud de las
brechas internas en las oportunidades.
Un ejemplo de lo anterior es un desempleo urbano
consistentemente menor al rural; un 5,6 % de la población
económicamente activa (PEA) desocupada, que se incrementa
a 6,6 % a nivel rural. Asimismo, la pobreza monetaria urbana
alcanza un 26,2 % de los hogares de dicha área, siendo
un 5,7 % de los mismos pobres extremos y el 20,5 % pobres
relativos;
2
mientras que en el área rural el porcentaje sube a
un 36,0 % de hogares, de los cuales el 9,8 % están en pobreza
extrema y el 26,2 % en pobreza relativa.
En la educación, la historia no es distinta. El promedio de años
de estudio de la PEA en el área urbana es de 9.2, mientras que
en la rural disminuye a 5.6. Además, la tasa de analfabetismo
de las personas de 10 años y más alcanza un 7, 61 % en el área
urbana y se dispara a 18,9 % en la rural.
Todas estas desigualdades se trasladan a las oportunidades de
desarrollo de los niños, los cuales representan un 30 %
3
de la
población total. A pesar de un progreso notable en materia de
cobertura educativa, todavía el 21 % de los niños entre 6 y 14
años no tienen algún año de estudio aprobado; y el 12,7 % de
los de 4 a 15 años no asiste a educación formal. En este último
grupo, un 94 % no lo hace porque necesita trabajar; porque lo
consideran muy caro; porque no existen escuelas cercanas o
2
Pobreza extrema y pobreza relativa son dos términos que clasican la medición unidimensional de la pobreza, la cual es estimada por la Dirección General de Esta-
dística y Censos del Ministerio de Economía. En el primer caso, corresponde a aquellos hogares que con su ingreso per cápita no alcanzan a cubrir el costo per cápita
de la canasta básica alimentaria (CBA); y en el segundo, se encuentran los hogares que con sus ingreso per cápita no alcanzan a cubrir el costo de la CBA ampliada
(dos veces el valor de la CBA).
3
Niños de 0 a 15 años de edad en el año 2013.
65
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por otros motivos diferentes a enfermedad o discapacidad. De
ahí que es lógico que el número de niños y adolescentes, con
edades entre 5 a 17 años, que se encuentran en situación de
trabajo infantil sea de 144.168.
Es así como las estadísticas nacionales señalan que el acceso
a las oportunidades de los menores no es igualitario en el país.
A pesar de que son una parte esencial del desarrollo de las
sociedades, hasta la fecha no se ha realizado una medición
territorial de estas.
En ese sentido, la medición de las oportunidades humanas
con perspectiva territorial se convierte en un instrumento que
provee de información relevante para la solución estructural
de la problemática, ya que permite correcciones tempranas en
cuanto al acceso a infraestructura y servicios básicos para los
niños, cuyo resultado potencia su desarrollo en su vida adulta
y el de la sociedad en general.
Adicionalmente, la importancia de la medición de las
oportunidades también se enmarca en la idea de un
crecimiento económico inclusivo al estilo de Ali y Zhuang
(2007), quienes se reeren a este como un “crecimiento con
igualdad de oportunidades”, que además “asegura igual
acceso a las oportunidades creadas para todos los segmentos
de la sociedad”.
Esta noción de crecimiento implica un nivel de participación
más elevado de la población en la generación del valor
agregado, que puede expresarse desde la creación de unidades
productivas, para la oferta de bienes y servicios, hasta formas
más comunes como el empleo.
Minsky (2008, 2013) resalta la importancia que tiene el empleo
en un crecimiento económico sostenido y adecuado. Así mismo,
Hausmann y Klinger (2007), Hidalgo (2007), Hausmann, Hwan y
Rodrik (2005) y Jesús Felipe (2010) entienden que la generación
de un empleo de calidad es producto de condiciones factoriales
que minimicen los costos asociados con la absorción de
nuevas tecnologías, generalmente complejas, que además de
permitir la producción de alto valor propician la diversicación
de su estructura productiva.
Por lo tanto, la facilitación de las oportunidades en los niños
no se puede desvincular del progreso tecnológico y productivo
de los territorios, ya que las oportunidades generalmente se
expresan en mejores empleos que aportan al crecimiento
económico, lo cual, a su vez, propicia condiciones de vida
adecuadas por la mayor generación de ingresos.
Como las oportunidades de los menores para acceder a un
empleo y a mejores ingresos en el futuro están condicionadas a
su entorno, el análisis de cómo es que este se constituye ayuda
a crear soluciones efectivas en los espacios con carencias en el
entorno. De esta forma se contribuye a equiparar las oportunidades
indistintamente del lugar de residencia de los niños.
El presente trabajo parte de asumir que las oportunidades
en El Salvador se encuentran inequitativamente distribuidas,
siendo el territorio un factor relevante al momento de denir
el acceso ellas.
Para vericarlo, se formularon las siguientes preguntas de
investigación: i) ¿Cómo están distribuidas las oportunidades
entre los territorios y cómo estas han cambiado en el
tiempo? ii) ¿Cuál es el peso del territorio en comparación
con las circunstancias personales al momento de explicar la
inequitativa distribución de las oportunidades? y iii) ¿Cuáles
son los factores que explican la importancia del territorio?
Para responder a las preguntas, se inició por poner en
perspectiva el conjunto de brechas territoriales que
caracterizan la desigualdad en el país, a partir de estudios
previos abordados desde una perspectiva multidimensional
de la pobreza y la vulnerabilidad; así mismo, se provee de un
apartado que demuestra que el uso de la información de censos
del año 2007 puede ser útil para explicar las desigualdades de
un contexto más reciente en El Salvador. Todo lo anterior se
encuentra contenido en el capítulo I de este documento.
Adicionalmente, se realizaron dos estimaciones del Índice de
Oportunidades Humanas (IOH), la primera con un enfoque
territorial y destinada a contestar la pregunta “i”, la cual se
encuentra detallada en el capítulo II; dicha estimación tiene
como principal interés evidenciar la inequitativa distribución
de las oportunidades en los territorios, desnudar aquellos
territorios con urgencia de intervención y propiciar la
reorientación de las oportunidades, al mismo tiempo de
analizar el cambió de esta distribución en el tiempo.
La segundo estimación, provista en el capítulo III, busca
contestar las preguntas “ii” y “iii”, tratando de encontrar los
factores explicativos de las discrepancias del IOH, por medio
del uso de la descomposición de Shorrocks-Shapley de 1999;
en este apartado se incluyen estimaciones con circunstancias
territoriales que ayudan a separar el poder explicativo de las
variables (del IOH) y evaluar su evolución en el tiempo.
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Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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Para concluir, se encuentra un espacio de reexiones nales,
donde se adicionó un componente de recomendaciones
basado en la revisión de la literatura de las buenas prácticas
en materia de políticas públicas con un componente territorial.
I. El Salvador, un país de desigualdades territoriales
múltiples
La característica territorial de las desigualdades en el país ha
sido explorada en algunas investigaciones previas. Amaya y
Cabrera (2013) ofrecen un panorama territorial, a escala de
municipios de El Salvador, de las desigualdades internas, a
través del cálculo de un índice de pobreza multidimensional
(IPM) basado en la metodología de la Oxford Poverty & Human
Development Initiative (OPHI), la cual sintetiza en un indicador
las características del entorno en que habitan los pobladores
de los municipios, tal como el nivel educativo de los jefes de
hogar, el grado de asistencia a la escuela de los niños, los
niveles de mortalidad infantil, el origen del agua, la modalidad
del servicio sanitario, el tipo de alumbrado en el hogar, material
del piso, tipo de combustible que utiliza y equipamiento general
como automóvil, refrigerador, teléfono u otro.
Por su amplitud, el IPM puede ser utilizado para tener una
primera visión de la distribución de las oportunidades de los
niños en el territorio, en la misma línea de lo trabajado por
Escobal (2012). El gráco 1 conrma que las desigualdades
evidenciadas en los promedios nacionales, corresponden
efectivamente a una dispersión de la pobreza multidimensional
desigual, siendo más grave en las periferias del territorio
salvadoreño (franjas norte y sur), muy coincidente con la
ubicación de las zonas menos urbanizadas; por el contrario,
la pobreza multidimensional de los centros urbanos (franja
central), que cuentan con mayor actividad económica, es de
menor magnitud.
Los municipios del departamento de Morazán, como Cacaopera,
Corinto, Guatajiagua, Joateca, San Isidro, San Simón, Torola y
Yamabal; algunos del norte de San Miguel, como Carolina, Nuevo
Edén de San Juan, San Antonio y San Gerardo; el municipio de
Guaymango, en Ahuachapán, y otros representan la expresión
inequívoca de la desigualdad territorial, ya que registran altas
tasas de pobreza multidimensional que contrastan con los
resultados de otros municipios, cuyos IPM son claramente
inferiores. Entre estos últimos destacan los pertenecientes a
San Salvador, como Apopa, Ayutuxtepeque, Cuscatancingo,
Ilopango, Mejicanos, San Marcos, San Martín, San Salvador,
Soyapango, Tonacatepeque y Ciudad Delgado; junto con
algunos de La Libertad, como Antiguo Cuscatlán, Colón, Nuevo
Cuscatlán y Santa Tecla, así como otros municipios de Santa
Ana y San Miguel.
Gráfico 1. Mapa de pobreza multidimensional de El Salvador
Fuente: Amaya y Cabrera (2013).
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Los patrones territoriales con brechas de pobreza marcadas
sugieren que las necesidades de capitalización de estas zonas
son disímiles, lo que se expresa en diferentes requerimientos
de capital físico y humano y, por lo tanto, en diferentes
niveles de inversión. Las zonas del norte y del sur precisan de
construcciones básicas que suministren una infraestructura
primaria para el desarrollo de las capacidades; mientras
que la mayor parte de la zona central requiere del máximo
aprovechamiento de las ventajas que los territorios ofrecen
para lograr el desarrollo pleno de las capacidades de los niños,
lo cual en términos económicos se traduce en incrementos de
productividad en su vida adulta.
Otro estudio de Amaya y Cabrera (2013) muestra la distribución
de las vulnerabilidades socioeconómicas ante el cambio
climático entre los municipios, la cual en muchos de ellos,
como en las partes alta y baja de San Miguel, la zona norte de
La Unión y algunos municipios de La Libertad están en sintonía
con la distribución de la pobreza multidimensional. (Véase el
gráco 2.) En este sentido, la valoración más importante de esta
comparación es que la exposición a dichas vulnerabilidades,
aunado a un entorno de pobreza, son condicionantes
indiscutibles de las menores oportunidades de los niños que
habitan dichas regiones y que, por lo tanto, son territorios con
urgencias de intervención.
Dado que buena parte de los condicionantes de las
oportunidades son territorialmente identicables, se vuelve
atinado utilizar la métrica del OH
4
para evidenciarlas; sin
embargo, el cálculo territorial del IOH requiere de estadísticas
robustas a un máximo nivel de desagregación territorial, que
para el caso salvadoreño están contenidas en los VI Censo de
Población y V de Vivienda realizados en el año 2007.
Dichos censos representan 8 años de desfase con respecto al
año 2015, por lo que fue necesario encontrar un mecanismo
de vericación que permitiera testear si la distribución de
las condiciones y oportunidades derivadas de su uso sigue
teniendo vigencia, ante la ausencia de un nuevo censo de
población y vivienda que las actualice.
Gráfico 2. Mapa de distribución del Índice de Vulnerabilidad Socioeconómica ante el cambio climático de El Salvador
Fuente: Amaya y Cabrera (2013).
4
La metodología del IOH se explica en detalle en el capítulo II.
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a. El problema de las estadísticas básicas en El Salvador
El instrumento territorial que más se aproxima a este detalle
(municipal) son las encuestas de hogares de propósitos
múltiples (EHPM), cuya representatividad máxima es a
escala de los departamentos de El Salvador, primer nivel de
división administrativa del país y que agrupa a un conjunto
de municipios. La estrategia de vericación consistió en hacer
un uso comparativo de los resultados de la encuesta del año
2007 versus los de la del año más reciente disponible, 2013,
para comprobar si la hipótesis de una distribución espacial
relativamente invariante de las condiciones territoriales tiene
validez, permitiendo así un análisis “actual” de las brechas en el
estilo de vida de los pobladores a partir de los datos de censos.
Las variables derivadas del uso de las EHPM tienen un
menor detalle que las que se obtienen del uso de censos,
por lo tanto, solamente algunas de ellas fueron evaluadas en
este ejercicio. Los resultados de este análisis comparativo
son únicamente indicativos que sirven para referenciar
dos contextos en el tiempo, que a su vez sugieren que un
conjunto de circunstancias más amplio podría o no conservar
su distribución en el período analizado.
La comparación, detallada en el anexo 1, demostró que en
la mayoría de los casos existe una relativa permanencia de
las desigualdades territoriales en el año 2013 respecto a las
registradas en el 2007. Aun cuando hay cambios internos en
los dos segmentos de la distribución, estos siguen siendo
relativamente bajos, insucientes para cambiar la mayoría de
las posiciones de los territorios respecto al promedio nacional;
por lo tanto, las conclusiones obtenidas del análisis de los
censos de población y vivienda del año 2007 tienen una alta
probabilidad de estar vigentes, sobre todo en cuanto a las
brechas territoriales se reere.
Sin embargo, se reconoce la necesidad de contar con
estadísticas básicas actualizadas en el país, en primer lugar
por los cambios internos mencionados anteriormente, y
en segundo, por el menor grado de dispersión en algunos
indicadores, algo importante que se debe reconocer en torno
a la reducción actual de la distancia en las disparidades que no
se reejan en los cálculos del IOH basados en información del
año 2007, lo que constituye una limitante de este trabajo.
II. Las oportunidades humanas en el territorio
a. La métrica de las oportunidades. El Índice de
Oportunidades Humanas (IOH)
Se estimó el Índice de Oportunidades Humanas bajo la
metodología propuesta, Roemer (1998), y aplicada por el
Banco Mundial, Roemer y Trannoy (2013), Barros et al. (2010),
Escobal (2012) y Hoyos y Narayan (2012). De forma resumida,
la metodología reconoce que “mientras haya niños en un país
sin acceso a servicios básicos para el desarrollo futuro de
sus vidas (como por ejemplo, la educación primaria o el agua
potable), y en la medida que el acceso está inuenciado por
circunstancias, la desigualdad de oportunidades prevalecerá”
(Barros et al., 2008).
Las circunstancias pueden ser tanto personales como
territoriales, ambas están fuera de control por parte de los
individuos estudiados; las circunstancias tratan de explicar
la probabilidad que tiene un niño para acceder a una ventaja
determinada. Algunos ejemplos encontrados en la literatura
son el sexo del jefe de hogar, la etnicidad, el lugar de nacimiento,
la institucionalidad del territorio, etc.
Matemáticamente el IOH está denido por una cobertura
promedio de una ventaja (c), la cual es ponderada por la
desigualdad en su distribución (1-D). La desigualdad se calcula
estimando la probabilidad de acceso a la ventaja de los
individuos “k”, la cual es una función de las circunstancias que
determinan el hábitat del individuo.Ladesigualdad se calcula
con la fórmula:
En la fórmula, c
k
(x
k
) es la función de probabilidad del individuo
para acceder a la ventaja, estimada mediante un modelo probit
o logit; β
k
indica la participación en la población de cada uno
de estos k individuos, y “c corresponde al nivel promedio de
cobertura de la ventaja.
Al obtener el nivel de desigualdad en la distribución, se puede
estimar su complemento de manera que se construye el IOH:
IOH(ventaja j) = c
j
(1-D(j))
D =
1
m
c
k
(x
k
) – c β
k
k=1
2c
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El valor del IOH incrementa cuando la cobertura promedio
de la ventaja c
j
incrementa; por el contrario, baja cuando la
distribución es más desigual (1-D(j)), de esta forma el IOH no
solo captura el esfuerzo por lograr cobertura, sino también la
brecha en la distribución entre los individuos analizados.
La aplicación para el caso de El Salvador consistió en una
estimación territorial del IOH para los dos últimos años en
que se realizaron los censos de población y vivienda (1992 y
2007). La desagregación territorial elegida fueron los territorios
funcionales estimados por Amaya y Cabrera (2012).
Un territorio funcional se dene como “el espacio que contiene
una alta frecuencia de interacciones económicas y sociales
entre sus habitantes, sus organizaciones y sus empresas”.
(Berdegué, et al., 2011. pág. 8), por lo tanto, utilizarlos en este
trabajo como denición de territorio se consideró adecuado
debido a que permite incorporar la identicación oportuna
de los límites territoriales internos basados en las relaciones
“reales” que se suscitan entre la población de dichos territorios;
y que en ocasiones diere de la división administrativa del país.
Los territorios funcionales de Amaya y Cabrera (2012) dividen
al país en 218 territorios, diferente a los 262 municipios
administrativos. El anexo 2 contiene el listado de territorios
funcionales identicados en El Salvador.
El universo de análisis para el cálculo del IOH son los niños
menores de 15 años de edad, las bases de datos utilizadas
provienen de los IV Censos de Población y III de Vivienda de
El Salvador del año 1992 y de los V Censos de Población y IV
de Vivienda de El Salvador del año 2007. Dicha información
proviene de la Dirección General de Estadística y Censos de El
Salvador (Digestyc).
5
Para responder las preguntas de investigación, se realizaron
dos estimaciones del IOH con especicaciones diferentes
que varían en la incorporación de algunas circunstancias
territoriales, lo cual fue útil para armonizar la disponibilidad de
información entre censos.
b. Distribución del IOH en el territorio nacional
Este primer apartado tiene por objetivo contestar la pregunta
uno de la investigación, consistente en vericar si la distribución
de las oportunidades entre los territorios es homogénea en la
actualidad y cómo estas han cambiado en el tiempo.
Para poder realizarlo, se debió construir una base de datos
referenciada al hogar de cada uno de los niños analizados con
el n de caracterizar el entorno en función de un conjunto de
circunstancias personales igualmente denidas para ambos
años, lo que garantiza la comparación en el tiempo. Las
circunstancias utilizadas en la especicación territorial de este
apartado se encuentran resumidas en el cuadro 1.
Dichas circunstancias determinan el nivel de acceso a un
conjunto de ventajas, que se consideran importantes para
determinar el nivel de desarrollo de los niños, ya que se reeren
a una gama de servicios e infraestructura básica que permite la
realización de los derechos como ser humano.
El cuadro 2 resume las ventajas incorporadas en el cálculo;
la elección de estas ventajas y sus respectivas justicaciones
fueron retomadas en su mayoría de Tomaselli (2014). El agua
potable y el saneamiento adecuado son reconocidos por las
Naciones Unidas como una necesidad para la realización de
los derechos humanos en términos de salud; el acceso a la
energía eléctrica es importante para el correcto desempeño
de las labores educativas asociadas con incrementos de
productividad; tener una vivienda apropiada y el menor
hacinamiento en el hogar garantizan una protección del
medio natural y las mejoras de salud, tal como lo reconocen
la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo .
Así mismo, se destaca la educación con una indiscutible
asociación con los incrementos de productividad de las
personas; el acceso a un refrigerador como instrumento para
el almacenamiento adecuado de los alimentos, identicado por
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura y la Organización Mundial de la Salud; y la
tecnología de la información representada por el acceso a
telefonía, como instrumento que facilita el aprendizaje, el
comercio y otros aspectos relacionados con la generación de
ingresos en los hogares.
En la estimación del modelo logit se prerió la estabilidad
numérica en el proceso de optimización, al permitir que
Stata eliminara los coecientes y las observaciones de los
predictores perfectos. Esta acción no tiene algún efecto sobre
la verosimilitud o en la estimación de los coecientes restantes.
5
Algunos ajustes fueron necesarios para depurar la base de datos de los años 1992 y 2007, tal como haber ignorado a los niños presentes en los hogares colectivos y
a los niños sin hogar, debido a que no se identicó al jefe del hogar del mismo ni la composición del hogar, esto debido a que todos los miembros fueron catalogados
con códigos idénticos. Los niños ignorados en censos de 1992 sumaron 2.377 del total de niños censados de 2.113.343, es decir el 0,11 % del total; mientras que, en
censos de 2007, los niños ignorados sumaron 2.819 del total de la muestra de 2.075.242 es decir un 0,14 % omitidos.
70
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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Cuadro 1. Conjunto de Circunstancias identicadas en
Censos 1992 y 2007
Cuadro 2. Conjunto de Ventajas identicadas en Censos 1992
y 2007
VARIABLE DESCRIPCIÓN VARIABLE DICOTÓMICA
SEXOM sexo del menor 1= hombre, 0=mujer
SEXOJH
Sexo del jefe de
hogar en el que
vive el niño
1= hombre, 0=mujer
EDUCJH1
Educación del
jefe de hogar
1 = cuenta con primaria, 0
= Otro nivel, no cuenta
con educación formal o no
responde
EDUCJH2
Educación del
jefe de hogar
1 = cuenta con
secundaria, 0 = Otro nivel,
no cuenta con educación
formal o no responde
EDUCJH3
Educación del
jefe de hogar
1 = cuenta con educación
superior, 0 = Otro nivel,
no cuenta con educación
formal o no responde
HMONOP
Hogar
monoparental
1= monoparental, 0=no es
monoparental
ML_TMH
Miembros del
hogar en el
mercado
laboral/total
miembros del
hogar
Personas que
trabajan/total de
personas
OCUPJH1
Ocupación del
jefe de hogar
1= sector primario
(códigos de 0-14),
0 = Otro caso o no declara
OCUPJH2
Ocupación del
jefe de hogar
1=sector
secundario(códigos de 15-
37 y 45), 0 = Otro caso o
no declara
OCUPJH3
Ocupación del
jefe de hogar
1= sector terciario(códigos
de 40-41 y 50 en
adelante), 0 = Otro caso o
no declara.
VARIABLE DESCRIPCIÓN VARIABLE DICOTÓMICA
AGUAP
Acceso de la
vivienda a agua
potable (red
pública o agua
tratada)
1 = tiene acceso a agua
potable, 0= no tiene
acceso a agua potable
SANEAM
Acceso de la
vivienda a
saneamiento
(servicios
higiénicos
conectados a red
pública o fosa
ptica)
1 = tiene acceso a
saneamiento, 0= no
tiene acceso a
saneamiento
ENERGIA
Disponibilidad de
energía eléctrica
en la vivienda (por
cualquier medio:
red pública,
generador propio
o comunitario)
1 = tiene acceso a
energía eléctrica, 0= no
tiene acceso a energía
eléctrica
VIVIENDA
Materialidad de la
vivienda (según
las clasificaciones
calidades de los
pisos, muros y
techos)
1 = tiene acceso a
vivienda adecuada, 0=
no tiene acceso a
vivienda adecuada
NOHACI
Hogar no hacinado
(según definición
de pnud,
considerando a los
hogares donde
conviven menos
de 2.5 personas
por dormitorio)
1= el hogar no es
hacinado (p/d < 2.5), 0=
hogar hacinado (p/d >=
2.5)
ASISTENCIA
Asistencia a la
escuela
1 = el niño asiste
actualmente a la
escuela, 0 = no asiste
actualmente a la
escuela
ESCOLAT
Escolaridad a
tiempo
1 = el niño asiste
actualmente a la
escuela a tiempo, 0 = no
asiste actualmente a la
escuela a tiempo
REFRI
Hogar con acceso a
refrigerador
1 = la vivienda tiene
refrigerador, 0 = la
vivienda no tiene
refrigerador
TELEFONO
Hogar con acceso a
telefonía fija o
móvil
1 = la vivienda tiene
teléfono 0 = la vivienda
no tiene teléfono
Elaboración propia con base en Tomaselli 2014. Elaboración propia con base en Tomaselli 2014.
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Los resultados territoriales
La evaluación comparativa desveló cambios territoriales
importantes, reejados en los valores extremos tomados
por el IOH. El valor mínimo promedio (promedio de todas las
ventajas) pasó de 13.6 en 1992 a 30.9 unidades en 2007, así
como el máximo valor de la distribución que subió de 63.6 a
82.14, manteniendo en ambos años aproximadamente 12.5
puntos de rango. Este movimiento al alza lleva implícito un
aumento generalizado en la probabilidad que tienen los niños
de acceder a las oportunidades en el país, derivado tanto por
los esfuerzos de cobertura como por la disminución de las
distancias entre los pobladores. (Véase el gráco 3.)
Se conrman también algunos patrones territoriales
mencionados en el capítulo I, que además son constantes en
el tiempo en menor o mayor intensidad en algunas regiones.
La franja central de El Salvador, identicada por el corredor
de las principales ciudades, Santa Ana, San Salvador, la parte
norte de la Libertad y San Miguel, evidencian tener mejores
oportunidades de desarrollo que el resto del país. Las franjas
norte y sur poseen territorios rezagados con niveles de IOH
en el límite inferior de la distribución; entre el norte y el sur,
las oportunidades son mayores en el sur (costero) que en el
norte (montañoso).
Así mismo, se destaca que los terrenos más interconectados,
menos pobres multidimensionales, con menor ruralidad y
en algunos casos con menor vulnerabilidad socioeconómica
ante el cambio climático, como los cercanos a la capital, San
Salvador, son los que han mantenido o mejorado su estatus de
oportunidad. Mientras que los territorios menos urbanos, con
menor conectividad y mayor pobreza multidimensional, como
los territorios del norte de San Miguel, algunos de Morazán,
Ahuachapán y Sonsonate presentan evidentes carencias que
denen la baja oportunidad de sus niños y jóvenes.
Aunque las oportunidades máximas siguen estando
concentradas en los territorios funcionales de San Salvador,
Soyapango, Apopa, San Marcos, Ciudad Delgado, Santa Tecla,
Cuscatancingo y Mejicanos, otros territorios han progresado
extraordinariamente en términos del IOH, tal es el caso de
Concepción de Oriente, del departamento de La Unión; San
Antonio los Ranchos, de Chalatenango, y Nueva Granada, de
Usulután, que pasan de la categoría más baja en 1992 a la
categoría tres, ubicada en la parte superior de la distribución
en el año 2007.
Así como otros territorios que saltaron un nivel en su categoría
de oportunidad, que en total suman 32, repartidos a lo largo
del país, donde destacan los pertenecientes al departamento
de Morazán, San Miguel y Usulután, que agrupan la mayor
cantidad de territorios que progresaron en dicho nivel.
Al subdividir el país en regiones, se vuelven notorios los
esfuerzos de inversión realizados en los extremos sur y
norte de la parte oriental de El Salvador, en especial en el
departamento de Morazán; esto último es importante porque
son menos los territorios que registran un IOH en la categoría
inferior, respecto a los que existían en 1992, resultado que
apuntala la disminución de las brechas territoriales.
Por otro lado, existen territorios estáticos, marcados por la
falta de oportunidades crónica. Estos territorios se ubican
históricamente en la cota inferior de la distribución; algunos
ejemplos son los pertenecientes al departamento de Morazán,
como Torola, San Fernando, Yamabal, Cacaopera, Gualococti;
al de Sonsonate, como Cuisnahuat y Santa Isabel Ishuatán;
Concepción de Ataco, en Ahuachapán, y Panchimalco en San
Salvador. Dichos territorios necesitan de una capitalización
focalizada que les ayude a progresar y salir del estancamiento
en que se encuentran.
En cuanto al análisis por ventaja, especícamente al acceso a
una fuente mejorada de agua mostrada en el gráco 4, el IOH
indica una mejora signicativa que ha contribuido a aumentar
las oportunidades en los territorios, principalmente en la
franja central del país y en los municipios del departamento
de Chalatenango. El esfuerzo se reeja en una subida del
IOH mínimo, que pasa de cero a cuatro unidades, y en el
incremento de los territorios con oportunidades superiores en
toda la franja central y parte de la franja norte del territorio.
El incremento del IOH está muy asociado con la mayor
cobertura, cuyo valor mínimo pasa de cero a cinco unidades,
así mismo el progreso en la disminución de la distancia, que se
reeja en una reducción de la amplitud total de la distribución,
que pasa de aproximadamente 85 en 1992 a 30 en el año 2007
(ver anexo 3).
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, se observa la
permanencia de áreas desprotegidas identicadas en los
cuatro extremos del mapa, las regiones rezagadas siguen
siendo algunos territorios de la zona norte de La Unión,
Morazán, Ahuachapán, Chalatenango y Usulután, los cuales
se pueden catalogar como territorios sin progreso relativo, ya
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Gráfico 3. IOH promedio 1992 y 2007 por Territorio Funcional de El Salvador
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992
y de los V Censos de Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
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que conservan su estatus en la categoría inferior que tenían
en 1992.
Otro factor importante para generar un ambiente de desarrollo
saludable es el acceso a saneamiento. El gráco 5 muestra un
progreso modesto en la distribución de las oportunidades. A
primera vista, los mapas parecen similares, sin embargo los
datos revelan que 173 de los 218 territorios mostraron algún
progreso en el valor de su IOH, pero en la mayoría de los
casos no tan alto como para propiciar cambios generalizados
en su categoría.
La excepción la constituyen los territorios con progresos
emblemáticos, tal como Cuscatancingo, Las Flores, San
Francisco Gotera, Jucuapa, San Isidro, San Francisco Lempa,
California, San Agustín, San Francisco Javier y Nueva Granada,
cuyos valores del IOH trascendieron más de 20 puntos;
incremento que está muy relacionado con los aumentos en la
cobertura (ver anexo 4).
Estos casos contrastan con otros que sufrieron retrasos,
producto de los efectos negativos del incremento en la
amplitud de la cobertura por saneamiento, generando que
las oportunidades se vuelvan más extensas y las distancias
más amplias. Esto ocasionó que algunos territorios bajaran de
valor en su IOH, como es el caso de Puerto El Triunfo, Oratorio
de Concepción, San Antonio Pajonal, Santa Cruz Analquito,
Jocoaitique y Estanzuelas, cuyos deterioros son los más altos
de todo el país.
Los aspectos educativos, como la asistencia a la escuela y
la escolaridad a tiempo, son otros factores fundamentales
del crecimiento y desarrollo de los niños. Dichas ventajas
son popularmente reconocidas en cuanto a que tienen un
efecto directo que potencia la capacidad de los alumnos para
desarrollarse plenamente.
La distribución de la asistencia a la escuela, mostrada en el
gráco 6, evidencia uno de los progresos más importantes de
la gestión pública: el aumento del valor del IOH mínimo, que
pasa de 41 unidades a cerca de 69; y a la vez, la disminución
de la brecha entre los territorios reejada en un rango menor
de la distribución (49.6 en 1992 contra 25.2 en 2007) denota
una intención clara por ampliar el acceso a la educación
dirigida desde el Estado. También se destaca que son 217 de
los 218 territorios los que muestran progresos en el IOH de
esta categoría, sobresaliendo los territorios como Guaymango,
San Isidro Labrador, San Antonio, San Isidro y Cinquera, que se
mueven de una categoría en el límite inferior de la distribución
en 1992 a la máxima en 2007.
El contraste se encuentra en Morazán, especícamente
en Cacaopera, Sensembra y Corinto; en La Unión, donde se
mencionan Lislique y Anamorós; en San Miguel, con Nuevo
Edén de San Juan, Ciudad Barrios, San Gerardo y San Luis de la
Reina; junto con Victoria, del departamento de Cabañas. Estos
territorios, a pesar de haber mostrado progreso, se mantienen
en las categorías inferiores de la distribución, indicando
rezagos en el acceso a esta ventaja.
La magnitud de los cambios positivos se explica en buena
medida por los esfuerzos públicos de cobertura, tal como
se mencionó anteriormente, que pasa de un mínimo de 47
unidades a otro de 72, y cuyos resultados se maniesta en
mayor medida en los territorios cercanos a la zona central,
incluyendo la zona central del norte del país. Así mismo, se
subraya que el rango en la distribución de la distancia pasó
de 11.6 puntos en 1992 a cerca de 8 en el año de 2007 (véase
anexo 5). El recuadro 1 contiene un resumen cronológico de
los programas ejecutados en el país por parte del Ministerio
de Educación.
En lo que respecta a la escolaridad a tiempo, se observa una
mejora muy relacionada con la asistencia escolar; los saltos del
IOH mínimo y máximo son cercanos a 14 puntos. Aunque no
se encuentra un movimiento marcado de saltos de categoría
entre límites, si se destacan los progresos más importantes
en los territorios de Joateca y El Rosario en Morazán, y Nueva
Trinidad en Chalatenango. (Véase gráco 7.)
De nuevo, se observa la permanencia del retraso en los
territorios uni-municipales que presentan desfase en asistencia
a la escuela; a excepción de Anamorós y Ciudad Barrios. Los
movimientos en esta ventaja pueden ser mejor explicados por
el incremento de la cobertura más que por la disminución de la
distancia (véase anexo 6).
Otra infraestructura básica es el acceso a refrigerador, al
teléfono y a la electricidad; estas ventajas tienen en común
su alta dependencia de las decisiones privadas, tanto del lado
de los ofertantes, por ser un negocio privado, como del de la
demanda de los hogares; para el caso especíco, de El Salvador.
En estos tres aspectos también se evidenció un progreso
notable en términos de oportunidades. El IOH de acceso a
refrigerador pasa de valores mínimos de cero a cinco, y en
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Gráfico 4. IOH en Acceso al Agua 1992 y 2007 por Territorio Funcional de El Salvador
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992
y de los V Censos de Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
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Gráfico 5. IOH en Acceso a Saneamiento 1992 y 2007 por Territorio Funcional de El Salvador
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992
y de los V Censos de Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
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Gráfico 6. IOH en Acceso a Asistencia a la Escuela 1992 y 2007 por Territorio Funcional de El Salvador
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992
y de los V Censos de Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
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Recuadro 1. La historia de las políticas de educación en El Salvador
La reforma al sistema educativo en el país ha sido construida sobre la base de una
serie de programas que en cierta medida permitieron una coherencia en el tiempo;
el resultado más emblemático de esto es el aumento de cobertura de la asistencia
escolar.
En 1990 inició el Programa “Educación con Participación de la Comunidad” (Educo),
donde se buscó la mejora en la formación docente como eje central mediante
capacitaciones y la mejora en la calidad del currículo, entre otros aspectos relacionados.
Entre 1994 y 1999 se impulsó el último proyecto de reforma educativa del país, para
el cual se elabora el Plan Decenal de la Reforma Educativa 1995-2005, cuyo contenido
se organizó en cuatro ejes fundamentales: Cobertura, Calidad, Formación en valores y
Modernización Institucional.
Entre 1995 y 1996 se aprueba una serie de leyes importantes para el fortalecimiento de
la reforma: la Ley de Educación Superior, la Ley de la Carrera Docente y la Ley General
de Educación, que le dieron un marco institucional clave para el fortalecimiento de la
labor docente.
Al nalizar el ciclo del Plan Decenal, a mediados de los años 2000, se lanzó el Plan
2021, el cual comprendía un conjunto de iniciativas como Compite, Comprendo,
Conéctate, Edica, Edúcame, Juega Leyendo, Megatec, Poder, Redes y Todos Iguales
que abordaban aspectos relacionados con inglés, lectura, matemática, tecnología,
infraestructura, promoción integral de la juventud, etc. Todos estos programas dieron
paso a los incrementos de cobertura territorial mencionados anteriormente.
En la actualidad, el Ministerio de Educación sigue implementando iniciativas
emblemáticas que buscan mejorar los indicadores de educación, tales como el
Programa de Plan Nacional de Formación de Docentes en Servicio del Sector Público,
elPrograma de Paquetes Escolares que se amplió a bachillerato y equipa de forma
gratuita a los estudiantes con insumos básicos para su asistencia a la escuela, y el
Programa “Una Niña, Un Niño, Una Computadora”, que provee de computadoras a los
estudiantes de las escuelas públicas.
Fuente: Ministerio de Educación de El Salvador.
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los límites superiores pasa de 48 a 70, principalmente en la
zona norte del país, así como en los extremos occidentales
y orientales, en especial en algunos territorios de La Unión y
Santa Ana. (Véase gráco 8.)
En cuanto al acceso a teléfono, las oportunidades son
claramente distintas respecto a 1992. El IOH pasa de cero a
veintiséis en 2007, reejado en un progreso generalizado,
que perdió intensidad en la zona costera occidental del país.
La particularidad de este servicio es que, al mismo tiempo,
ha pasado a ser una parte importante del presupuesto de las
familias salvadoreñas, tanto en la modalidad de telefonía ja
como móvil. El recuadro 2 contiene un resumen de la evolución
de las telecomunicaciones en El Salvador.
Otro esfuerzo notable son las oportunidades generadas en
el acceso a la energía eléctrica (ver recuadro 3), en especial
en las franjas central y norte de El Salvador, con excepción
de algunos territorios uni-municipales de Morazán y el norte
de La Unión. La zona costera ha experimentado un progreso
pausado que conserva negativamente la zona de exclusión de
la costa occidental.
Estos efectos son producto de los aumentos en cobertura
asociados con la decisión privada, que guarda relación con un
nivel elevado de transferencias corrientes que entran al país
anualmente
6
(cerca del 16 por ciento del PIB); que conllevó a
una disminución de la distancia en los hogares de los niños
en los territorios, aumentando su probabilidad de acceder a la
ventaja (véase anexo 7).
Sin embargo, hay territorios con exclusiones comunes en
electricidad, refrigerador y teléfono, los cuales siguen estando
rezagados como lo estuvieron en 1992. Dichos territorios
están ubicados en los departamentos de Morazán, como
Cacaopera; Ahuachapán, como Guaymango y San Pedro
Puxtla; en San Miguel, como San Antonio; y en Sonsonate,
como Santa Catarina Masahuat. Estos territorios urgen de
compensaciones para aminorar los desfases respecto a
las oportunidades que tienen otros niños en territorios con
mayor IOH en este tipo de infraestructura.
Otros aspectos fundamentales para el desarrollo de los niños
son las condiciones de la habitación donde desarrollan sus
capacidades. Entre estas se puede mencionar la materialidad
de la vivienda, elemento que presenta derivaciones
importantes que trascienden en otros aspectos del desarrollo,
tal como se mencionó.
En el gráco 9 se observa un progreso generalizado en torno a
los cambios de la materialidad de la vivienda. El valor mínimo
del IOH referido a esta ventaja pasa de 3.8 a 9.7 puntos; así
como el límite superior, que pasa de 81.7 a 90.6.
Los ejemplos emblemáticos del progreso en este rubro son
algunos territorios de Chalatenango, como San Isidro Labrador,
Las Flores, Las Vueltas, San Antonio Los Ranchos y Nueva
Trinidad; de La Paz, con Jerusalén y Mercedes La Ceiba; de
Morazán, como Meanguera; y de Usulután, como California, los
cuales muestran cambios en el IOH de materialidad mayores a
50 unidades.
En paralelo, el hacinamiento en los hogares es otro aspecto
fundamental del entorno de los niños. Los hogares no hacinados
presentan una mejora notoria en el límite superior, pasando de
29 unidades de IOH en 1992 a 49 en 2007. Las condiciones
de hacinamiento se reducen sobre todo en la franja central
del país, y se conservan algunos territorios uni-municipales en
zonas de Morazán y el norte de la Unión en el límite inferior de
la distribución, así como un retroceso en algunos hogares de
Ahuachapán.
Finalmente la cobertura y la menor distancia de la materialidad
de la vivienda pueden explicar de mejor manera los movimientos
del IOH en paralelo. No así en el caso de Hogares no Hacinados,
donde claramente se determinan por la cobertura, más que por
la reducción en la distancia. (Véase anexo 8.) El detalle de los
IOH estimados y sus respectivos componentes se encuentran
disponibles en el anexo 9.
III. La descomposición de Shapley. Modelos comparados
en el tiempo
Este apartado busca responder a las preguntas dos y tres
de la investigación sobre cuál es el peso del territorio en
comparación con las circunstancias personales que explican
la inequitativa distribución de las oportunidades, y en paralelo
abordar la importancia del territorio en dicha distribución.
6
Según los V Censos de Población y IV de Vivienda de El Salvador, los hogares que reciben con mayor frecuencia las remesas familiares son los que residen en el
departamento de La Unión como Bolívar, Concepción Oriente, Meanguera del Golfo y Pasaquina; Santa Ana, como San Antonio Pajonal, Santa Rosa Guachipilín; y
Chalatenango, con Agua Caliente, El Carrizal y Nombre de Jesús. Dichos territorios comparten IOH en los extremos superiores en algunas de las categorías evaluadas.
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Gráfico 7. IOH en Acceso a Escolaridad a Tiempo 1992 y 2007 por Territorio Funcional de El Salvador
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992
y de los V Censos de Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
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Gráfico 8. IOH en Acceso a Refrigerador, Teléfono y Electricidad 1992 y 2007 por Territorio Funcional de El Salvador
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992
y de los V Censos de Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
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Recuadro 2. Evolución de las Telecomunicaciones en El Salvador
El sector de telecomunicaciones fue afectado por las reformas neoliberales impulsadas en la década de los 90,
cuando inició un proceso de privatización de las telecomunicaciones, ocasionando el paso a manos privadas la
empresa estatal, Antel.
La privatización se dio en paralelo a la creación de la institucionalidad. En 1996, la Asamblea Legislativa aprobó la Ley
de Creación de la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (Siget), la cual tenía las funciones de
contraloría del sector, así como la primera Ley de Telecomunicaciones, que posteriormente fue derogada y sustituida,
en el año 1997, por la actual.
En 1998 se aprueba la Ley de Privatización del operador público y la Ley de Establecimiento del Fondo Nacional de
Inversión en Electricidad y Telecomunicaciones. Este nuevo esquema regulatorio fomentó la regulación mínima y
cambió la modalidad de operación que implicaba la búsqueda de la concesión del servicio público de telefonía y del
espectro radioeléctrico.
La privatización dio origen a dos empresas: una que se encargaría de operar el servicio alámbrico (CTE-Antel), y la
otra, el servicio inalámbrico de telecomunicaciones (Intel). En 1998, France Telecom compró el 51 % de las acciones
de CTE-Antel, dejando el resto de las acciones en manos del Gobierno, de los trabajadores y pensionados. Por otra
parte, Telefónica de España se convirtió en el socio mayoritario de Intel. En años siguientes CTE-Antel fue adquirida
por América Móvil de México. Todo esto fomentó la cobertura como producto de la dinámica del mercado. En 2010,
se fortaleció la regulación del sistema orientada al consumidor, Siget inició con el establecimiento del valor máximo
de las tarifas básicas del servicio de telefonía ja y móvil.
Fuente: Siget.
Recuadro 3. Evolución del sector electricidad en El Salvador
A mediados de los años 90, se impulsó el Programa de Asistencia Técnica al Sector de Energía Eléctrica”, el cual
formaba parte de un proceso de reforma del sector eléctrico. El primer paso consistió en la aprobación en 1996 de la
Ley General de Electricidad y la Ley de Creación de la Siget, que también tenía funciones de regulación y supervisión
para el sector eléctrico.
Posteriormente, se realizó la privatización de las generadoras térmicas con base en derivados del petróleo y de las
empresas distribuidoras de energía eléctrica que hasta entonces se encontraban en poder de la Comisión Ejecutiva
Hidroeléctrica del Río Lempa propiedaddel Estado.
En 1998 se creó la Empresa Transmisora de El Salvador y la Unidad de Transacciones, la cual es la entidad responsable
de operar y administrar el sistema eléctrico. Entre 1999 y 2010, se realizaron reformas para cambiar el funcionamiento
del mercado basado en oferta de precios, con el objetivo de tener mayor transparencia y apertura a un mercado de
contratos de largo plazo.
Entre 2003 y 2008 se realizan varias reformas a la Ley General de Electricidad, junto con la aprobación de la Ley de
Creación del Consejo Nacional de Energía (CNE), el cual funge como ente rector de la política energética.
Producto de la política energética, se aprueba una nueva normativa para el fomento de la producción de energías
renovables, Ley de Incentivos Fiscales para las Energía Proveniente de Fuentes Renovables No Convencionales; y
en 2011 se estableció un nuevo esquema de operación del mercado mayorista, que busca mejorar la formación de
precios en el mercado.
Fuente: CNE
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Gráfico 9. IOH en Acceso a Materialidad de la Vivienda y Hogar no Hacinado 1992 y 2007 por Territorio Funcional de El Salvador
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992
y de los V Censos de Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
Para responder a estas preguntas se realizó una nueva
estimación del IOH, donde se utilizaron las mismas
circunstancias denidas para la estimación territorial anterior,
agregando circunstancias con características territoriales
que por su naturaleza son compartidas por la mayoría de
los hogares de cada territorio funcional y que afectan las
oportunidades de los niños.
La estrategia consistió en comparar las contribuciones de las
circunstancias para determinar la forma en que cambian en el
tiempo, así como evaluar el signicado de la importancia de
cada circunstancia en la determinación de las oportunidades.
Por lo tanto, se calcularon IOH para los años 1992 y 2007, así
como su respectiva descomposición de Shapley.
La descomposición sigue lo recomendado por Soloaga y Chávez
(2010), citado en Tomaselli, A. (2014) y Hoyos y Narrayan (2012),
donde el componente de inequidad expresado por el índice
de disimilitud —la desigualdad “D” obtenida en el cálculo del
IOH— puede sujetarse a una descomposición Shorrocks-
83
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Shapley, de 1999, con el objetivo de determinar el aporte de
cada circunstancia en la inequidad total.
El principio básico de la propuesta descansa en aislar el
impacto que tiene la incorporación de una circunstancia
adicional en la especicación de la regresión logística
estimada para calcular la inequidad; sin embargo, dado que
existe una correlación entre las circunstancias nuevas y las
incorporadas anteriormente dentro del modelo, es necesario
considerar las relaciones de dicha circunstancia adicional con
respecto a todos los subconjuntos posibles de circunstancias
anteriormente incorporados, de tal forma que se aíslen los
efectos individuales, así:
Donde n corresponde al set de todas las circunstancias
existentes, s es un subconjunto de circunstancias que excluye
a la circunstancia A. D(S) corresponde al índice de disimilitud
estimado con el set de circunstancias s y D
(S {A} es el
índice de disimilitud estimado con el set de circunstancias s y
la circunstancia A.
Así se puede denir el aporte de la circunstancia A al índice de
disimilitud como:
Las circunstancias personales utilizadas en este ejercicio
son las mismas calculadas en el capítulo II, por lo que se
construyeron sobre las mismas bases de datos, para el mismo
universo de estudio y con la misma división territorial, por
lo tanto, las observaciones a la base de datos, mencionadas
anteriormente, se mantienen. Adicionalmente se incluyeron
variables de tipo territorial calculadas a partir de los promedios
Cuadro 3. Circunstancias adicionales utilizadas para la estimación del IOH
7
Elaboración propia con base en Tomaselli 2014.
VARIABLE DESCRIPCIÓN
PA15AM
% población analfabeta 15
años o mas
CAPITAL
Dummy Capital
estatal/regional/provincial
AMAR Región natural / clima
DP Densidad Poblacional
TFU, TFUAR,
TFUBR, TFR
Clasificación de ruralidad
según TF de Amaya y Cabrera
(2012)
FUENTE
Elaboración propia con base en IV Censos de
Población y III de Vivienda de El Salvador del año
1992 y de los V Censos de Población y IV de Vivienda
de El Salvador del año 2007
IV Censos de Población y III de Vivienda de El
Sal vador del año 1992; Atlas Sociodemogfico 2007.
Amaya y Cabrera (2012)
TIPO DE VARIABLE
Numérica
Dicotómica, 1 cuando hay el TF incorpora a los municipios
de San Salvador, Santa Ana o San Miguel; 0, en otro caso.
Dicotómica, Se aproximó con identificar aquellos
municipios costeros (con acceso a mar), la variable toma
valor 1 y 0, en otro caso.
Numérica
En este caso son 4 variables dicotómicas que se activan
cuando el territorio pertenece a la categoría. Urbano,
Urbano Alto-rural, Urbano bajo-rural y Rural
7
Según Amaya y Cabrera 2012, un territorio funcional se clasica como Rural debido a que cuentan con un centro urbano cuyo nivel de urbanización es menor o igual
al 25 %, los Urbano bajo-rural cuyo nivel de urbanización del centro está por arriba del 25 % pero es menor o igual al 50 %, los Urbano altos-rural con niveles supe-
riores al 50 % pero inferiores o iguales a 75 % y los completamente Urbanos referidos a aquellos cuyo centro urbano cuenta con un nivel de urbanización superior
al 75 %.
D
A
=
s
!
(n -
s
- 1)
!
[
D
(S ∪ {A}
- D(S) ]
n
!
sn\{A}
M
A
= M
i
= 1
i n
D
A
D (n)
; donde
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de los territorios funcionales, que se enumeran en el cuadro 3.
El análisis de la descomposición por circunstancia revela que,
en los dos años referenciados, el orden de las circunstancias
que explican con mayor fuerza las desigualdades en el acceso
a las ventajas son siempre las circunstancias personales, que
incluye aquellas aplicables al contexto del hábitat especíco
del niño a nivel de hogar, tales como el sexo del menor, el
del jefe de hogar, la educación y la ocupación de este, y si el
hogar es monoparental o no, las cuales sobresalen por las
circunstancias denidas a nivel territorial (véase el cuadro 4).
No obstante, al agrupar las circunstancias territoriales,
evidencian ser más importantes que las variables personales
en la explicación del acceso a ciertas ventajas como el agua
potable, el saneamiento y la vivienda adecuada; o, en su
defecto, se acercan mucho al poder explicativo de las variables
personales, tal como el acceso a energía eléctrica.
La relevancia de este hallazgo se enmarca dentro de la
concepción territorial de las desigualdades; al existir algunas
ventajas básicas que aún dependen del lugar de residencia
de los niños, la solución se vuelve una competencia de
la planicación territorial, permitiendo fundamentar las
oportunidades desde el marco de las políticas púbicas, con el
objetivo de acortar las brechas en las desigualdades.
En términos de su evolución en el tiempo, las circunstancias
personales tienden a disminuir su peso o experimentan una
leve variación en su nivel de explicación en la mayoría de las
oportunidades de 2007 respecto a los resultados de 1992 (ver
gráco 10).
Una explicación viable para esto último es la reducción de
la pobreza experimentada entre los años 1992 y 2007 (10
puntos porcentuales en los últimos 10 años previos a 2007),
que permitió que las características especícas del hogar
pierdan peso en la denición del acceso a dichas ventajas y
desplazando su poder explicativo a las variables territoriales.
Así, cuando un hogar deja de ser pobre, en el sentido
monetario, tiene una mayor probabilidad de construir una
vivienda más amplia, con cañería para el suministro del agua
potable, implementar un sistema adecuado para el manejo de
las aguas residuales o comprar un refrigerador o un teléfono;
Gráfico 10. Porcentaje de explicación de las variables personales versus las territoriales
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de
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Cuadro 4. Descomposición de Shapley de las desigualdades por oportunidad
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de Población y IV de Vivienda de El Salvador
del año 2007.
Grupo Variables
Sexo del menor: sexom
Características del jefe de hogar: sexojh educjh1 educjh2 educjh3 hmonop ml_tmh ocupjh1 ocupjh2 ocupjh3
Analfabetismo: pa15am
Capital y acceso al mar: capital amar
Ruralidad: tfu tfuar tfubr tfr
Densidad poblacional: dp
Ventaja
1992
Coverage
36.86 30.29 61.96 50.68 15.13 77.07 67.99 29.08 7.50
Dissemilarity
34.29 41.76 19.33 22.67 41.28 6.01 7.18 29.46 45.26
Opportunity
24.22 17.64 49.99 39.19 8.89 72.44 63.11 20.51 4.11
Grupo
Valor Shapley
% Explicación
Valor Shapley
% Explicación
Valor Shapley
% Explicación
Valor Shapley
% Explicación
Valor Shapley
% Explicación
Valor Shapley
% Explicación
Valor Shapley
% Explicación
Valor Shapley
% Explicación
Valor Shapley
% Explicación
Sexo del menor 0.0000 0.0100 0.0000 0.0100 0.0000 0.0100 0.0000 0.0100 0.0000 0.0000 0.0001 0.0700 0.0002 0.3800 0.0000 0.0100 0.0000 0.0100
Características del jefe de hogar 0.1404 47.2600 0.1613 45.5300 0.1289 50.0000 0.1163 52.6600 0.1401 60.7600 0.0427 62.5500 0.0387 70.1800 0.1164 61.8600 0.1396 64.2200
Analfabetismo 0.0601 20.2200 0.0733 20.6900 0.0553 21.4400 0.0432 19.5600 0.0380 16.4600 0.0119 17.4200 0.0071 12.8200 0.0299 15.8800 0.0280 12.8900
Capital y acceso al mar 0.0148 4.9900 0.0144 4.0500 0.0082 3.1900 0.0074 3.3300 0.0101 4.3900 0.0019 2.7000 0.0013 2.3600 0.0070 3.7200 0.0192 8.8100
Ruralidad 0.0527 17.7500 0.0706 19.9200 0.0322 12.4800 0.0314 14.2300 0.0304 13.1900 0.0069 10.1600 0.0047 8.5800 0.0236 12.5400 0.0243 11.1600
Densidad poblacional 0.0290 9.7700 0.0347 9.8000 0.0332 12.8900 0.0226 10.2100 0.0120 5.2000 0.0049 7.1000 0.0031 5.6700 0.0113 6.0000 0.0063 2.9000
Variables Personales 47.2700 45.5400 50.0100 52.6700 60.7600 62.6200 70.5600 61.8700 64.2300
Variables Territoriales 52.7300 54.4600 50.0000 47.3300 39.2400 37.3800 29.4300 38.1400 35.7600
Coverage 79.45 40.84 86.84 70.21 30.54 88.77 79.15 50.98 74.83
Dissemilarity 7.31 28.98 5.02 9.70 23.92 1.89 3.57 14.53 5.92
Opportunity 73.64 29.01 82.48 63.41 23.23 87.09 76.32 43.57 70.40
Sexo del menor
0.0000 0.0000 0.0000 0.0000 0.0000 0.0000 0.0000 0.0100 0.0000 0.0000 0.0000 0.1200 0.0009 3.1800 0.0000 0.0100 0.0000 0.0200
Características del jefe de hogar
0.0551 44.2200 0.0830 33.2700 0.0687 51.7500 0.0539 48.0100 0.0706 57.3000 0.0160 65.0500 0.0197 67.7200 0.0539 55.1200 0.0372 64.6500
Analfabetismo
0.0174 13.9800 0.0601 24.1000 0.0261 19.6900 0.0240 21.3300 0.0234 19.0300 0.0039 16.0400 0.0037 12.7800 0.0139 14.2000 0.0051 8.7900
Capital y acceso al mar
0.0112 8.9900 0.0156 6.2300 0.0034 2.5600 0.0037 3.2500 0.0057 4.6500 0.0009 3.6000 0.0011 3.7600 0.0062 6.3500 0.0040 6.9700
Ruralidad
0.0167 13.3800 0.0490 19.6200 0.0193 14.5500 0.0178 15.8100 0.0168 13.6300 0.0024 9.6900 0.0024 8.3000 0.0131 13.3500 0.0078 13.5800
Densidad poblacional
0.0242 19.4300 0.0419 16.7800 0.0152 11.4400 0.0130 11.5900 0.0066 5.3900 0.0014 5.5000 0.0012 4.2500 0.0107 10.9700 0.0034 5.9900
Variables Personales 44.2200 33.2700 51.7500 48.0200 57.3000 65.1700 70.9000 55.1300 64.6700
Variables Territoriales 55.7800 66.7300 48.2400 51.9800 42.7000 34.8300 29.0900 44.8700 35.3300
Asistencia a la escuela
Escolaridad a tiempo
Refrigerador
Teléfono
RESULTADOS DE SHAPLEY
Agua potable
Saneamiento
Energia
Vivienda
Hogar no hacinado
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mientras que un hogar en situación de pobreza enfrenta
restricciones para su manutención básica, lo que disminuye
las probabilidades para el acceso a las ventajas mencionadas.
De esta forma, son las características territoriales las que
aumentan la explicación en promedio 5 puntos porcentuales
en dichas oportunidades, haciendo que estas dependan de la
ubicación de la residencia del niño o la niña, en circunstancias
como ruralidad del territorio, nivel de analfabetismo o si reside
en las principales ciudades.
Esta tendencia territorial es de suma importancia, pues lo que
indica es que la disminución de las desigualdades en estas
ventajas puede ser corregida mediante la inversión pública en
los territorios, de tal forma que se reorienten las oportunidades
y disipe las desigualdades, tal como se mencionara.
Las tres únicas ventajas donde se reejan aumentos claros
del porcentaje de explicación de las circunstancias personales
son en el acceso a energía eléctrica, la asistencia a la escuela
y la escolaridad a tiempo. En estos ítems hay un aspecto
común relacionado con la menor desigualdad, derivada de
los mayores incrementos de cobertura (ver gráco 11). Dichos
incrementos habrían disminuido las brechas territoriales y
por tanto las distancias de acceso, aportando más peso a las
circunstancias personales.
Particularmente, las ventajas relacionadas con la educación
se vieron intensicadas por los esfuerzos gubernamentales
y con los incrementos en escolaridad de la población,
8
ya
que dichos incrementos se relacionan directamente con una
mayor conciencia del jefe de hogar educado respecto a la
importancia que tiene la inversión en los niños (Guryan, J. et al.,
2008). De tal manera que son los jefes de hogar más educados
los que visualizan a la educación como medio para lograr un
mejor futuro de sus hijos y de su familia.
No obstante, la escolaridad a tiempo plantea un reto a nivel de
hogar, tanto desde la perspectiva de un mayor ingreso como de
la concienciación de la importancia de cumplir con el programa
de estudios en el tiempo denido, ya que las circunstancias
personales siguen teniendo prácticamente el mismo nivel de
explicación con un pequeño incremento en el año 2007.
Dentro de las circunstancias personales, destaca la pérdida del
poder explicativo del sexo del menor o su estabilidad en un
valor muy bajo (0,01-0,02 %) en la determinación de las ventajas
de infraestructura y equipamiento como agua, saneamiento,
energía, vivienda, hacinamiento, refrigerador y teléfono entre
los años 2007 y 1992, implicando que el menor tiene acceso a
estas oportunidades, independientemente de su sexo.
Gráfico 11. Desigualdad y Cobertura de los IOH de Energía Eléctrica, Asistencia a la Escuela y Escolaridad a Tiempo
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de
Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
8
Según EHPM, el porcentaje de personas de seis años y más que reportan no tener algún año de estudio aprobado se redujo en 4.8 puntos porcentuales en los 10
años previos a los censos de 2007.
C
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Desigualdad
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No así cuando se abordan las ventajas de asistencia y escolaridad
a tiempo. Dichos resultados se perciben preocupantes a
primera vista. La importancia que tiene el sexo del niño en
el acceso a educación tiende a aumentar entre ambos años,
siendo más alto en el 2007 respecto a lo que explicaba en el
1992. Esto sugiere que el sexo del menor es un determinante
importante para el acceso a la educación, incrementando la
desigualdad. Sin embargo, las estadísticas nacionales de EHPM
desvirtúan esta suposición; la participación de las niñas que
asisten a la escuela entre 4 a 15 años ha incrementado en
casi 11 puntos porcentuales en los 10 últimos años previos
a 2007, indicando un progreso importante en el acceso a
educación de las niñas que contrasta con los resultados de la
descomposición de Shapley.
Otra posible explicación a los resultados, que hace sentido
con la evidencia de las estadísticas nacionales, es que los
esfuerzos de cobertura territorial en los aspectos educativos
disminuyeron el nivel de desigualdad, bajándole peso al
resto de explicativos que volcaron su participación sobre las
discrepancias del sexo. Este cambio descubrió problemas
no visibles anteriormente que, a pesar del progreso en la
equidad de género en la educación, hoy se pueden apreciar
mejor porque otras características ya no son tan relevantes
en la determinación de la desigualdad. Esto no precisa
necesariamente un deterioro en la desigualdad de acceso a
Gráfico 12. Desigualdad y Cobertura de los IOH de Acceso a Vivienda Adecuada y a Teléfono
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de
Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
Gráfico 13. Desigualdad y cobertura de los IOH
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población
y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos
de Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
Desigualdad
Desigualdad
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educación de las niñas, pero pone en perspectiva nuevas
prioridades que se deben atender.
En cuanto a las variables territoriales, se observa que la
población analfabeta de 15 años o más, incorporada para
aproximar la capacidad que tiene la población de absorber
nuevas tecnologías y de realizar trabajos más complejos,
perdió poder de explicación en la mayoría de ventajas. Por
el contrario, el peso tiende a incrementar en las ventajas de
saneamiento, materialidad de la vivienda y hacinamiento,
lo que está muy relacionado con una menor capacidad de
generación de ingresos en el territorio, consistentes con una
población analfabeta.
Estar en la capital, en una ciudad importante del país o
tener acceso al mar, tiende a explicar en mayor medida las
desigualdades en 2007 que en 1992, en la mayoría de ventajas.
Esto está en línea con una zona costera de menores IOH vista
en el capítulo II, que se superpone a la menor desigualdad de
las principales ciudades.
No obstante, en ventajas como el acceso a energía, a vivienda
adecuada y a teléfono, se tiene un menor nivel de explicación
de estas variables que en 1992. Este resultado está en línea
con todos los esfuerzos de cobertura, los que se encuentran
más distribuidos en el territorio. (Véase gráco 12.)
El nivel de ruralidad del territorio en 2007 sigue siendo
importante o incrementa su capacidad de explicación en el
acceso a saneamiento, energía, a la vivienda, el hacinamiento,
el acceso a refrigerador y al teléfono, sin embargo, disminuye
en el resto de accesos a ventajas. Esto es importante porque
delimita la inuencia de la ruralidad de los territorios a
aspectos puramente de infraestructura y no a los temas de
inclusión personal como la educación. Esta separación es
positiva en términos que revela el esfuerzo educativo de las
políticas públicas mencionado anteriormente, pero a la vez
permite una mejor orientación para los tomadores de decisión,
al considerar que las oportunidades se potencian cuando las
inversiones de formación de capital en infraestructura básica
en áreas rurales se aumentan.
Otro elemento importante es que los resultados evidencian
una clara correlación negativa entre los aumentos de cobertura
y la disminución de la desigualdad. El gráco 13 muestra los
niveles de cobertura en el eje de las x y la desigualdad en el
eje de las y. Este tipo de correlación desvela que los esfuerzos
de las políticas públicas por lograr incrementos de cobertura
generalmente tienen consecuencias positivas en la reducción
de la desigualdad.
Conclusiones
Es evidente que la distribución de las oportunidades de
desarrollo de los niños y jóvenes en el país está muy
correlacionada con la distribución de la pobreza evaluada
desde la perspectiva de las restricciones múltiples.
A pesar de que se observan avances territoriales importantes
en términos de oportunidades, todavía se conservan algunos
patrones territoriales signicativos. La franja central de El
Salvador, identicada por el corredor de las principales
ciudades, Santa Ana, San Salvador, la parte norte de La Libertad
y San Miguel, evidencian tener mejores oportunidades de
desarrollo que el resto del país. Las franjas norte y sur poseen
territorios rezagados con niveles de IOH en el límite inferior
de la distribución. Entre el norte y el sur de El Salvador, las
oportunidades son mayores en el sur (costero) que en el
norte (montañoso).
Así mismo, se destaca que los municipios más interconectados,
menos pobres multidimensionales, con menor ruralidad y
en algunos casos con menor vulnerabilidad socioeconómica
ante el cambio climático, como los cercanos a la capital, San
Salvador, son los que han mantenido o mejorado su estatus de
oportunidad; mientras que los territorios menos urbanos, con
menor conectividad y mayor pobreza multidimensional, como
los territorios del norte de San Miguel, algunos de Morazán,
Ahuachapán y Sonsonate presentan evidentes carencias que
denen la baja oportunidad de sus niños y jóvenes.
En este último grupo se identican territorios donde los niños
han estado históricamente condenados a la pobreza, marcados
por la falta de oportunidades crónica; estos territorios se
ubican históricamente en la cota inferior de la distribución.
Algunos ejemplos son los pertenecientes al departamento de
Morazán, como Torola, San Fernando, Yamabal, Cacaopera,
Gualococti; al departamento de Sonsonate, como Cuisnahuat
y Santa Isabel Ishuatán; Concepción de Ataco, en Ahuachapán,
y Panchimalco, en San Salvador; de ahí que la capitalización de
estos territorios es la clave, con miras a un cambio estructural
que permita el empleo suciente para la reducción de la
pobreza en dichos territorios y contribuya a la distribución
equitativa de las oportunidades.
Respecto a los determinantes de las desigualdades, se
demostró que el contexto especíco del niño en el hogar
sigue siendo más importante para la determinación de
la probabilidad de acceder a las oportunidades, que las
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características territoriales comunes a los habitantes del
territorio, con excepción de las ventajas como el agua potable,
el saneamiento y la vivienda.
Sin embargo, se destaca que las circunstancias personales han
tendido a disminuir su capacidad de explicación en el tiempo
en la mayoría de oportunidades, dando lugar a un mayor
poder explicativo de las variables territoriales. Esta tendencia
territorial es de suma importancia, pues lo que indica es que
la disminución de las desigualdades puede ser corregida
mediante la inversión pública en los territorios, de tal forma que
se reorienten las oportunidades y se disipen las desigualdades.
Particularmente, se destacan los esfuerzos realizados
en la mayor cobertura de las ventajas relacionadas con
la educación, las cuales se vieron intensicadas por los
esfuerzos gubernamentales y en especial por la inuencia
positiva que tiene la educación de los jefes de hogar como
medio multiplicativo en la ampliación de las oportunidades
de sus hijos.
Finalmente, otro elemento importante resultado de este trabajo
son las recomendaciones para la formulación de las políticas
públicas territoriales, las cuales deben considerar que, en la
mayoría de los casos, los intentos por una mayor cobertura
van acompañados de una menor desigualdad. Por lo tanto, la
capitalización agresiva de los territorios menos afortunados
tiene sentido en cuanto que en paralelo se disminuyen también
las distancias en el acceso a las oportunidades.
Algunos ejemplos de políticas públicas son detallados por
Barros, et al. (2008), cuyo aporte es retomado a continuación
debido a que se consideran relevantes para la orientación de
la política pública en El Salvador.
Uno de estos ejemplos es el caso de Brasil, donde se articularon
tres esfuerzos concretos para lograr una serie de metas
identicadas, que consistían en la reducción de la repitencia
escolar y las deciencias de aprendizaje. La primera medida
estuvo orientada a mejorar la disponibilidad y calidad de los
insumos escolares, para el correcto desempeño de las labores
educativas; la segunda, orientada a atacar directamente la
repitencia; y la tercera, con el objetivo de ejecutar transferencias
monetarias para brindar incentivos a los jefes de hogar, para
que continuaran enviando a sus hijos a la escuela.
Otro ejemplo mencionado en la misma publicación y de interés
para El Salvador es el caso del acceso al agua en Paraguay
y las asociaciones de usuarios de aguas “juntas”. Dichas
organizaciones son conformadas con la participación de las
comunidades interesadas en desarrollar los proyectos de
acceso al agua, las que aportan en efectivo o en especie los
insumos necesarios para su implementación y son asesoradas
técnicamente en paralelo por el gobierno. Estas juntas también
administran los accesos al agua y han tenido mucho éxito en
el país para mejorar la cobertura del agua, especialmente en
área rural.
Un caso más ambicioso, pero que evidencia claramente la
importancia de contar con mediciones de oportunidad para
los territorios, es el caso chileno de “Chile Crece Contigo”. Este
es un programa gubernamental de transferencias destinado
a proveer de servicios básicos a los niños en situación de
pobreza, a partir de la lógica de las oportunidades humanas
para corregir de forma temprana y sistemática las deciencias
que potencialmente limitarán el desarrollo de los niños.
Ahora bien, en un país con poco margen para la maniobra
scal como El Salvador, el nanciamiento de este tipo de
programas es un problema. Sin embargo, en el caso concreto
de los esfuerzos educativos, coordinados con una política de
transformación estructural, las tasas de retorno pueden ser
lo sucientemente atractivas para los acreedores externos,
siempre y cuando se garantice la utilización especíca y un
control estricto del destino de los fondos contratados en este
tipo de iniciativas.
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Anexo 1. Comparación de promedios territoriales 2007 y 2013
Una variable importante, por su relevancia en la denición de la capacidad de compra de los hogares y, por ende, de un conjunto
de circunstancias y acceso a infraestructura básica, es la distribución de ingreso per cápita mensual en el territorio. El cuadro 1
muestra que entre los años 2007 y 2013 dicha distribución no ha variado mayoritariamente, ya que 10 de los 14 departamentos del
país mantienen su posición relativa respecto al promedio del país de cada año.
Cuadro 1. Comparación entre los ingresos per cápita del año 2007 versus el año 2013
Fuente: EHPM 2007 y 2013.
Otras variables que conrman lo anterior son la tasa de dependencia económica y la distribución de los hogares no pobres,
también determinantes de la capacidad de compra de los hogares. Los cuadros 2 y 3 muestran que 11 de los 14 departamentos
del país mantienen su posición respecto al promedio del país en ambas distribuciones.
Cuadro 2. Comparación de Tasa de Dependencia Económica, 2007 versus 2013
Fuente: EHPM 2007 y 2013.
2013 2007 2013 2007
Ahuachapán 98.6 92.9
Abajo del promedio Abajo del promedio
Santa Ana 130.4 111.2
Arriba del promedio Arriba del promedio
Sonsonate 125.2 120.4
Abajo del promedio Arriba del promedio
Chalatenango 119.4 89.1
Abajo del promedio Abajo del promedio
La Libertad 172.7 140.9
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Salvador 197.0 164.3
Arriba del promedio Arriba del promedio
Cuscatlán 123.9 100.8
Abajo del promedio Arriba del promedio
La Paz 118.2 84.3
Abajo del promedio Abajo del promedio
Cabañas 90.0 76.5
Abajo del promedio Abajo del promedio
San Vicente 117.6 78.5
Abajo del promedio Abajo del promedio
Usulután 115.1 90.2
Abajo del promedio Abajo del promedio
San Miguel 126.3 103.4
Abajo del promedio Arriba del promedio
Morazán 134.8 63.7
Arriba del promedio Abajo del promedio
La Unión 115.5 92.3
Abajo del promedio Abajo del promedio
Valor
Posición
Departamento
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Cuadro 3. Distribución de los hogares no pobres, 2007 versus 2013
Fuente: EHPM 2007 y 2013.
De forma complementaria se pueden evaluar otros aspectos relacionados con el entorno de los niños. La distribución de los
hogares en viviendas con tenencia de agua por cañería es uno de estos aspectos; al compararla en el tiempo, se observa que la
mayoría de los departamentos conservan su posición relativa respecto al promedio nacional; sin embargo, también se observa
una diferencia signicativa en cuanto al número de departamentos que cambian de posición, siendo 6 de los 14 disponibles
(véase cuadro 4). No obstante, los 8 departamentos que conservan su posición contienen cerca del 74 % de la población del año
2013, indicando que el análisis de la distribución del año 2007 podría seguir teniendo validez para la mayoría de la población en
esta categoría.
Cuadro 4. Distribución del porcentaje de las viviendas con tenencia de agua por cañería, 2007 versus 2013
Fuente: EHPM 2007 y 2013.
2013 2007 2013 2007
Ahuachapán 58.6 58.4
Abajo del promedio Abajo del promedio
Santa Ana 67.8 65.6
Arriba del promedio Arriba del promedio
Sonsonate 67.7 64.9
Arriba del promedio Arriba del promedio
Chalatenango 63.2 62.4
Abajo del promedio Arriba del promedio
La Libertad 73.0 68.9
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Salvador 80.1 74.9
Arriba del promedio Arriba del promedio
Cuscatlán 67.3 62.1
Arriba del promedio Arriba del promedio
La Paz 66.8 59.0
Arriba del promedio Abajo del promedio
Cabañas 55.8 46.7
Abajo del promedio Abajo del promedio
San Vicente 64.4 51.8
Abajo del promedio Abajo del promedio
Usulután 61.8 57.3
Abajo del promedio Abajo del promedio
San Miguel 68.7 64.3
Arriba del promedio Arriba del promedio
Morazán 57.4 43.7
Abajo del promedio Abajo del promedio
La Unión 68.4 59.4
Arriba del promedio Abajo del promedio
Valor Posición
Departamento
2013 2007 2013 2007
Ahuachapán 66.0 67.5
Abajo del promedio Arriba del promedio
Santa Ana 70.4 63.4
Abajo del promedio Arriba del promedio
Sonsonate 69.0 72.3
Abajo del promedio Arriba del promedio
Chalatenango 86.7 61.0
Arriba del promedio Abajo del promedio
La Libertad 81.5 72.0
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Salvador 88.9 82.6
Arriba del promedio Arriba del promedio
Cuscatlán 79.7 67.1
Arriba del promedio Arriba del promedio
La Paz 56.1 56.5
Abajo del promedio Abajo del promedio
Cabañas 73.3 62.9
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Vicente 76.0 60.4
Arriba del promedio Abajo del promedio
Usulután 63.1 52.3
Abajo del promedio Abajo del promedio
San Miguel 71.5 58.6
Abajo del promedio Abajo del promedio
Morazán 73.8 42.3
Arriba del promedio Abajo del promedio
La Unión 57.4 51.9
Abajo del promedio Abajo del promedio
Valor Posición
Departamento
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Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
Pablo Amaya, pp. 63-104
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Una quinta variable para el análisis del entorno son los hogares en viviendas con abastecimiento de energía eléctrica. En este ítem
11 de los 14 departamentos mantienen su posición respecto al promedio del país, tal como lo muestra el cuadro 5.
Cuadro 5. Distribución del porcentaje de hogares en viviendas con abastecimiento de energía eléctrica, 2007 versus 2013
Fuente: EHPM 2007 y 2013.
En el cuadro 6 se evidencia que en 13 departamentos se mantiene la posición relativa de los hogares en viviendas con piso de tierra
respecto al promedio del país
Cuadro 6. Distribución del porcentaje de hogares en viviendas con piso de tierra, 2007 versus 2013
Fuente: EHPM 2007 y 2013.
2013 2007 2013 2007
Ahuachapán 85.8 79.6
Abajo del promedio Abajo del promedio
Santa Ana 95.5 90.4
Arriba del promedio Arriba del promedio
Sonsonate 91.0 91.0
Abajo del promedio Arriba del promedio
Chalatenango 96.7 93.6
Arriba del promedio Arriba del promedio
La Libertad 95.0 94.4
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Salvador 98.0 97.3
Arriba del promedio Arriba del promedio
Cuscatlán 94.6 89.2
Arriba del promedio Arriba del promedio
La Paz 94.3 91.6
Arriba del promedio Arriba del promedio
Cabañas 97.1 82.8
Arriba del promedio Abajo del promedio
San Vicente 94.7 91.7
Arriba del promedio Arriba del promedio
Usulután 97.2 89.3
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Miguel 92.6 87.8
Abajo del promedio Arriba del promedio
Morazán 93.1 59.9
Abajo del promedio Abajo del promedio
La Unión 92.7 87.3
Abajo del promedio Abajo del promedio
Valor Posición
Departamento
2013 2007 2013 2007
Ahuachapán 40.7 34.0
Arriba del promedio Arriba del promedio
Santa Ana 19.1 20.5
Abajo del promedio Abajo del promedio
Sonsonate 25.1 24.2
Arriba del promedio Arriba del promedio
Chalatenango 20.2 13.1
Abajo del promedio Abajo del promedio
La Libertad 15.8 13.7
Abajo del promedio Abajo del promedio
San Salvador 6.4 5.9
Abajo del promedio Abajo del promedio
Cuscatlán 22.9 20.0
Abajo del promedio Abajo del promedio
La Paz 21.8 17.5
Abajo del promedio Abajo del promedio
Cabañas 23.2 27.2
Abajo del promedio Arriba del promedio
San Vicente 19.0 19.1
Abajo del promedio Abajo del promedio
Usulután 27.9 26.3
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Miguel 26.2 27.8
Arriba del promedio Arriba del promedio
Morazán 37.3 50.7
Arriba del promedio Arriba del promedio
La Unión 23.9 24.1
Arriba del promedio Arriba del promedio
Valor Posición
Departamento
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Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Más contundentes son los resultados del cuadro 7, donde se muestra que la distribución de los hogares en viviendas con acceso
a servicio sanitario, respecto al promedio del país, se mantiene invariante en ambos años.
Cuadro 7. Distribución del porcentaje de hogares en viviendas con acceso a servicio sanitario. 2007 versus 2013
Fuente: EHPM 2007 y 2013.
Por último, y no por eso menos importante, la distribución de las variables educativas, aproximadas por la Tasa de escolaridad
promedio de la población de 6 años y más, evidencia que son 11 de los 14 departamentos del país los que mantienen su posición
relativa respecto al promedio del país. (Véase cuadro 8.)
Cuadro 8. Distribución de la Tasa de Escolaridad promedio de la población de 6 años o más
Fuente: EHPM 2007 y 2013.
2013 2007 2013 2007
Ahuachapán 96.8 90.0
Arriba del promedio Arriba del promedio
Santa Ana 96.2 92.2
Arriba del promedio Arriba del promedio
Sonsonate 96.7 91.7
Arriba del promedio Arriba del promedio
Chalatenango 96.5 90.3
Arriba del promedio Arriba del promedio
La Libertad 98.7 93.4
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Salvador 99.7 97.5
Arriba del promedio Arriba del promedio
Cuscatlán 97.9 91.1
Arriba del promedio Arriba del promedio
La Paz 97.4 90.7
Arriba del promedio Arriba del promedio
Cabañas 89.4 83.1
Abajo del promedio Abajo del promedio
San Vicente 96.7 90.4
Arriba del promedio Arriba del promedio
Usulután 98.3 95.1
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Miguel 94.1 86.3
Abajo del promedio Abajo del promedio
Morazán 91.2 67.9
Abajo del promedio Abajo del promedio
La Unión 84.9 79.8
Abajo del promedio Abajo del promedio
Valor Posición
Departamento
2013 2007 2013 2007
Ahuachapán 5.4 5.4
Abajo del promedio Arriba del promedio
Santa Ana 6.0 5.7
Arriba del promedio Arriba del promedio
Sonsonate 6.1 5.6
Arriba del promedio Arriba del promedio
Chalatenango 5.8 5.1
Abajo del promedio Abajo del promedio
La Libertad 6.9 6.3
Arriba del promedio Arriba del promedio
San Salvador 8.2 7.4
Arriba del promedio Arriba del promedio
Cuscatlán 6.1 5.3
Arriba del promedio Arriba del promedio
La Paz 6.0 5.2
Arriba del promedio Abajo del promedio
Cabañas 5.1 4.3
Abajo del promedio Abajo del promedio
San Vicente 6.1 5.2
Arriba del promedio Abajo del promedio
Usulután 5.9 5.0
Abajo del promedio Abajo del promedio
San Miguel 6.1 5.4
Arriba del promedio Arriba del promedio
Morazán 5.0 3.5
Abajo del promedio Abajo del promedio
La Unión 4.7 4.1
Abajo del promedio Abajo del promedio
Valor Posición
Departamento
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Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Anexo 2. Territorios Funcionales de El Salvador
a. Territorios multi-municipales
Fuente: Amaya y Cabrera (2012).
b. Territorios uni-municipales
MUNICIPIO1 MUNICIPIO2 MUNICIPIO3 MUNICIPIO4 MUNICIPIO5 MUNICIPIO6
1 0.7465055 SAN SEBASTIÁN SALITRILLO SANTA ANA
2 0.8728203 SAN JUAN NONUALCO ZACATECOLUCA
3 0.8770723 EL REFUGIO CHALCHUAPA
4 0.8971499 SAN CAYETANO ISTEPEQUE SAN VICENTE
5 0.8997234 AHUACHAPÁN TURÍN
6 0.9006788 NUEVA GUADALUPE QUELEPA SAN MIGUEL
7 0.9034510 OLOCUILTA SAN JUAN TALPA SAN LUIS TALPA
8 0.9040404 GUACOTECTI SENSUNTEPEQUE
9 0.9048387 JUAYÚA SALCOATITÁN
10 0.9074074 ARCATAO CHALATENANGO SAN MIGUEL DE MERCEDES
11 0.9090025 COLÓN SACACOYO ARMENIA
12 0.9099353 NAHUILINGO SAN ANTONIO DEL MONTE SONSONATE SONZACATE
13 0.9106153 APOPA GUAZAPA
14 0.9134944 NUEVO CUSCATLÁN SANTA TECLA ZARAGOZA SAN JOSÉ VILLANUEVA
15 0.9147287 NOMBRE DE JESÚS SAN ANTONIO DE LA CRUZ
16 0.9156438 AGUILARES EL PAISNAL
17 0.9194114 SAN BARTOLOMÉ PERULAPÍA ILOPANGO SOYAPANGO SAN MARTÍN
18 0.9213360 CIUDAD ARCE COATEPEQUE
19 0.9227257 JAYAQUE TALNIQUE
20 0.9239957 JUCUAPA SAN BUENAVENTURA
21 0.9243924 SAN CARLOS SAN FRANCISCO GOTERA
22 0.9255850 OZATLÁN SANTA MARÍA USULUTÁN
23 0.9303108 EL ROSARIO SANTIAGO NONUALCO SAN RAFAEL OBRAJUELO
24 0.9323155 CONCHAGUA LA UNIÓN
25 0.9338157 COJUTEPEQUE EL CARMEN MONTE SAN JUAN
26 0.9380435 ANTIGUO CUSCATLÁN AYUTUXTEPEQUE SAN SALVADOR SANTO TOMÁS TONACATEPEQUE SAN FRANCISCO CHINAMECA
27 0.9387050 LA LIBERTAD TAMANIQUE
TFID DEPARTAMENTO NOMBRETF
28 AHUACHAPÁN APANECA
29 AHUACHAPÁN ATIQUIZAYA
30 AHUACHAPÁN CONCEPCIÓNDEATACO
31 AHUACHAPÁN GUAYMANGO
32 AHUACHAPÁN JUJUTLA
33 AHUACHAPÁN SANFRANCISCOMENÉNDEZ
34 AHUACHAPÁN SANLORENZO
35 AHUACHAPÁN SANPEDROPUXTLA
36 AHUACHAPÁN TACUBA
37 CABAÑAS CINQUERA
38 CABAÑAS DOLORES
39 CABAÑAS ILOBASCO
40 CABAÑAS JUTIAPA
41 CABAÑAS SANISIDRO
42 CABAÑAS TEJUTEPEQUE
43 CABAÑAS VICTORIA
NÚMERO COEFICIENTE
NOMBRE
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Fuente: Amaya y Cabrera (2012).
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Pablo Amaya, pp. 63-104
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Anexo 3. Cobertura y Distancia en el IOH en Acceso al Agua
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de
Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
98
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Anexo 4. Cobertura y Distancia en el IOH en Saneamiento
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de
Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
99
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Anexo 5. Cobertura y Distancia en el IOH en Asistencia a la Escuela
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de
Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
100
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Anexo 6. Cobertura y Distancia en el IOH en Escolaridad a Tiempo
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de
Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
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Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Anexo 7. Cobertura y Distancia en el IOH en Acceso a Refrigerador, Teléfono y Electricidad
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de
Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
102
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
Pablo Amaya, pp. 63-104
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
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Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
Pablo Amaya, pp. 63-104
Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Anexo 8. Cobertura y Distancia en el IOH en Acceso a Materialidad de la Vivienda y Hogar no Hacinado
104
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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Revista entorno, octubre 2016, número 62
ISSN: 2071-8748
Fuente: Elaboración propia con base en IV Censos de Población y III de Vivienda de El Salvador del año 1992 y de los V Censos de
Población y IV de Vivienda de El Salvador del año 2007.
105
Políticas y líneas de investigación
La Universidad Tecnológica de El Salvador, mediante la Dirección de Investigaciones de la Vicerrectoría de Investigación y
Proyección Social, realiza los estudios cientícos siguiendo su losofía institucional. Para lograrlo se han establecido las siguientes
políticas y líneas de investigación.
Políticas de investigación
Realizar una investigación cientíca que propicie la construcción, innovación y aplicación del conocimiento; que genere
capacidad crítica en los estudiantes y aporte soluciones pertinentes a necesidades especícas de la sociedad.
Asegurar el impacto de la investigación institucional a través de una pertinente coordinación y evaluación sistemática, a n
de procurar la aplicación de sus resultados los sectores académico, productivo, político y social del país.
Utilizar buenas prácticas y normas éticas en el desarrollo de las investigaciones, y procurar su integración con la docencia y
la proyección social.
Asignar los recursos nancieros necesarios para el desarrollo de la investigación institucional, ya sea con fondos propios, de
otras fuentes nacionales e internacionales o de la cooperación.
Líneas de investigación
Área de conocimiento Líneas de investigación
Arquitectura y diseño
Ordenamiento territorial, planicación urbana y regional
Vivienda y desarrollo urbano
Comercio y administración
Desarrollo y creación de riqueza, competitividad
Micro y pequeña empresa
Turismo
Salud
(Psicología)
• Psicología social
• Psicología de la salud
• Psicología laboral e industrial
• Problemas sociales en salud
106
Derecho
• Protección jurídica y garantía de los derechos humanos
• Democracia y gobernabilidad
• Justicia, libertad y seguridad
• Cambio demográco
• Integración regional
• Propiedad intelectual
Humanidades
(Idiomas, Antropología,
Arqueología)
• Herencia, historia y patrimonio
• Diversidad cultural
Tecnología
(Ingeniería Industrial, Ingeniería
en Sistemas y Computación)
• Desarrollo e innovación tecnológica
• Sociedad del conocimiento
• Logística, puertos y aeropuertos
• Agroindustria. Industrias: textil, plástica, de empaques,
alimentos y bebidas
• Calidad
• Medio ambiente, cambio climático y riesgo
• Energías renovables
Educación
(Superior)
• Equidad en la educación
• Investigación educativa
• Educación inicial
• Educación y empresa
• Calidad en la educación e innovación
• Educación no presencial
Ciencias Sociales
• Desarrollo y cohesión social
• Migración interna e internacional
• Comunicación social
• Democracia y participación ciudadana
• Género
107
Política editorial
Revista entorno - Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec)
ISSN versión impresa 2071-8748 y versión digitalizada 2218-3345
Indicación para autores
Los trabajos deben ser enviados en formato de Word a camila.calles@utec.edu.sv
Criterios generales para la aceptación de artículos
El Comité Editorial de entorno invita a la comunidad académica y público externo nacional e internacional, a participar
con sus aportes, como autores de artículos originales de la revista.
La revista entorno se reserva todos los derechos legales de reproducción. Los artículos que reciben deben ser
originales e inéditos, por lo que no deben ser publicados total o parcialmente en otras publicaciones en periodo previo
a la publicación del mismo en esta revista. La presentación y publicación en fecha posterior será posible con previa
autorización del editor y del autor del artículo.
La recepción de los trabajos no implica obligación de publicarlo, ni compromiso con respecto a la fecha de su aparición.
La opinión expresada por los autores es de su exclusiva responsabilidad.
Envio del artículo
Cada artículo debe contener:
Título (en español e inglés)
• Nombre del autor con su liación institucional y correo electrónico
• Resumen del contenido (máximo 120 palabras, en español e inglés)
• Palabras clave (mínimo tres palabras y máximo cinco, en español e inglés)
• Desarrollo (máximo tres acápites)
• Método (cuando es un artículo de investigación)
• Resultados (cuando es un artículo de investigación)
• Conclusiones o discusión.
• Referencias (solo las citadas en el texto y ordenas con formato APA, sangrado francés)
Para tener presente:
Los artículos que se envíen a la revista entorno deben ser redactados según normas estandarizadas (APA), sexta edición.
Recomendaciones especiales para el autor
1. El artículo debe tener claridad, solidez y sustento bibliográco suciente.
2. Enviar adjunto o al nal del artículo, un resumen de vida académica o cientíca del autor o autores (no más de un
párrafo de 12 líneas como máximo).
3. En el caso de utilizar imágenes (grácos, fotografías e ilustraciones) estas deberán ser originales, para obtener
calidad al imprimir. Las tablas deberán construirse con el formato APA. Si son tomados de algún texto o sitio web,
debe colocarse una nota de su procedencia en todos los casos y enviar el archivo por separado. Si son palabras en
otro idioma o latín, deberán estar en letra cursiva.
108
4. Ni la Utec, ni el Comité Editorial se comprometen con los juicios emitidos por los autores de los artículos. Cada
escritor asume la responsabilidad frente a sus puntos de vista y opiniones.
5. El Comité Editorial se reserva el derecho de revisar cada artículo, y remitirlo a árbitros, para garantizar su calidad y si
es el caso, sugerir modicaciones. Igualmente puede rechazar aquellos que no se ajusten a las condiciones exigidas.
6. El texto deberá contener las referencias o citas conforme a las normas APA. Las referencias se incluirán al nal del
trabajo, ordenándola alfabéticamente por autor y si fuere documento ocial por el nombre de la institución o ley.
Idioma
La revista publica material fundamentalmente en español con los respectivos resúmenes y palabras clave en español e
inglés.
Derechos de reproducción
Cada artículo se acompañará de una carta del autor principal especicando que los materiales son inéditos y que no se
presentarán a ningún otro medio antes de conocer la decisión de la revista. Adjuntar una declaración rmada indicando qué
tipo de derechos de autor presenta su artículo, recordando que la universidad sugiere utilizar el tipo libre acceso; sin olvidar
mencionar la fuente. Los derechos de reproducción son propiedad exclusiva de la revista entorno.
Extensión y presentación
El artículo completo no excederá de 4,500 caracteres, escritos a espacio y medio, con sangría de cinco espacios, sin
espacios adicionales entre párrafos y entre títulos, en letra tipo “Times New Roman” y de tamaño diez; con márgenes
derecho, izquierdo, superior e inferior de tres centímetros.
Título y autores
Se recomienda pensar en títulos que tengan plena relación con el tema, limitándose máximo a 15 palabras. El contenido
debe describirse en forma especíca, clara y concisa, evitar los títulos demasiado generales. Debajo del título se anotará
el nombre y apellido de cada autor. En nota al pie de página se indicará la institución de procedencia, títulos académicos
y cargo actual.
Resumen y palabras clave
Cada artículo se acompañará del resumen en el idioma en que esté escrito, además del resumen en español y uno
en inglés, no superior a 120 palabras; para el caso de artículos derivados de investigación, el resumen debe indicar
claramente: 1. Objetivos de estudio. 2. Lugar y fecha de realización. 3. Método. 4. Resultados principales con interpretación
estadística y 5. Discusión o conclusiones. Para artículos diferentes a investigación, el resumen debe contener información
relacionada con los objetivos, la metodología en la cual se apoya, síntesis de la tesis principal, la interpretación académica,
los resultados y las conclusiones. No incluirá ninguna información o conclusión que no aparezca en el texto. El resumen
deberá permitir a los lectores conocer el contenido del artículo y decidir si les interesa leer el texto completo. De hecho,
es la única parte del artículo que se incluye, además del título, en los sistemas de difusión de información bibliográca.
Cuerpo del artículo
Los trabajos que exponen investigaciones o estudios por lo general, se dividen en los siguientes apartados, correspondientes
al llamado formato IMRYD: introducción, materiales y métodos, resultados y discusión. Los trabajos de actualización,
reexión y revisión bibliográca suelen requerir otros títulos y subtítulos acordes con el contenido.
Referencias
Deberá reejar la fuente completa (autores, año, título, edición, editorial, país, etc.) Se recomienda utilizar fuentes con ISSN e
ISBN. Se sugiere consultar las normas APA 6.ª edición, para la cita de monografías, revistas, documentos, entre otros.
Personalidad y conducta agresiva en jóvenes salvadoreños
Percepción de la relación entre educación superior y trabajo en graduados de la Universidad Tecnológica
de El Salvador
Incidencia de las condiciones de bienestar social y de seguridad en la actitud hacia la conservación de la
identidad cultural: caso Planes de Renderos
El afrontamiento y la capacidad de resiliencia de las personas ante los riesgos por desastres naturales
Entre lienzos humanos, tabúes y expresiones plásticas
Impacto de la educación no formal en el desarrollo de competencias para la educación superior
Una evaluación de las oportunidades humanas en El Salvador
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REVISTA CUATRIMESTRAL — NÚMERO 62 — OCTUBRE 2016 — ISSN 2071-8748
9 772071 874002
ISSN 2071-8748
Universidad Tecnológica de El Salvador
Vicerrectoría de Investigación y Proyección Social
Calle Arce y 19.
a
Av. Sur, edificio Dr. José Adolfo Araujo Romagoza, 2.
o
nivel,
San Salvador, El Salvador, C. A.
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Edición Ciencias Sociales