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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE EL SALVADOR - NÚMERO 42 - ABRIL 2009
5
Editorial
6
Perspectivas de la educación
superior
16
Desafíos para la pedagogía
en los tiempos actuales
21
El nuevo analfabetismo y la calidad
en la educación
29
Toque educativo relacional
34
Educación: pasaporte para la vida
en democracia
40
Los órganos del Estado, capacidades y
deficiencias
ANUNCIO
S
i partimos del supuesto de que toda sociedad, cualquiera que fuese el país, aspira
siempre a un desarrollo sustentable o sostenible como medio de alcanzar en
definitivita una mejor . Este objetivo, visto en forma gráfica y como centro de un
triángulo, puede presentar como base la preservación de un (que incluya principios éticos,
valores culturales y religiosos) y sus vértices un que a su vez derive en un d, sin menoscabar
la . En ese contexto, tenemos necesariamente que contemplar la educación no sólo como
condición indispensable del desarrollo social, sino también como parte necesaria de una
dinámica de ese triangulo.
La lógica es que existe una significativa correlación entre altos niveles promedio de
educación y grado de desarrollo, lo cual es fácil constatarlo en la larga lista de los países
que integran el globo terrestre en un orden que considere el ingreso per cápita y la calidad
de vida, vis a vis la inversión realizada en educación. Apostarle a la educación con una
asignación presupuestaria privilegiada es una de las opciones más efectivas para alcanzar
mejores niveles de desarrollo. Es sin duda, una hipótesis que presenta altas probabilidades
de validarse en la realidad.
Es por ello que la revista Entorno le ha dedicado espacios importantes al tema de la educación
no sólo por el hecho de ser una publicación que proviene de un centro de formación superior
de enseñanza, sino por el hecho de estar plenamente convencidos de que una de las formas
más expeditas para que El Salvador pueda salir del subdesarrollo es invirtiendo en capital
humano o capacitando su factor productivo relativamente abundante, que lo potencie
para generar invención y creatividad propia, en un proceso gradual de sustitución de esa
tecnología importada adherida al consumo masivo de bienes foráneos, intermedios y de
capital, por ser estos generados con la aplicación del conocimiento de otros, lo que origina
una mayor dependencia económica de países con más inventiva y desarrollo.
Los diversos enfoques sobre el tema de la educación enfatizan la importancia de la cobertura
en el reclutamiento o, por el contrario, le confieren una importancia mayor a la calidad, lo
que en la práctica vuelve excluyente a este sistema. Lo que no se puede negar es que la
calidad se hace necesaria en todo sistema de educación formal; y es que las exigencias
son mayores a nivel país, porque se ha enfatizado que para encontrar un mejor camino
al desarrollo, la educación es una ventaja comparativa, pues el conocimiento sirve para
insertarse en los procesos de productividad (Hubbard).
En la presente edición de Entorno (No.42), se le asigna especial énfasis al tema de la
educación al incluir artículos como “Perspectivas de la educación superior”, “El nuevo
analfabetismo y la calidad en la educación”, “El toque educativo relacional”, “Educación
perspectivas para la vida en democracia”, “Desafíos de la pedagogía en tiempos actuales”
y “Educación política y gobierno”.
También se incluye un artículo que se aparta de la temática señalada, pero que en vista
de su calidad y por haber sido expuesto a la comunidad universitaria forma parte de este
número. Se trata de “Los órganos del Estado: capacidades y deficiencias”.
EDITORIAL
6
Carlos Reynaldo López Nuila
A
lo largo de la historia
humana, el conocimiento fue
el elemento diferenciador
entre el ayer y el mañana, entre
pobreza y riqueza, entre el atraso y
el desarrollo de los pueblos. Con
la aparición del cristianismo se
aceptó el valor de la fe, pero esta se
confirmó con el apoyo de la razón y
se difundió mediante la educación.
Aprender y enseñar son procesos
que revisten especial importancia
para evaluar hacia dónde va la
educación en la actualidad, puesto
que estos presupuestos básicos
continúan dominando el proceso
formativo del ser humano.
Las universidades nacieron en el
seno de la sociedad civil europea,
“Los Burgos”, en donde maestros y
aprendices ejercitaban la razón para
buscar la verdad, aunque siempre
bajo restricción religiosa y con el
mecenazgo de reyes y príncipes.
Mientras la Universidad de Bolonia
nació a instancias de los estudiantes
que querían aprender, la Universidad
de París nació por iniciativa de los
maestros que querían enseñar.
Durante la época colonial de
América Latina, se fundaron las
primeras universidades bajo la
dirección religiosa de: dominicos,
franciscanos, agustinos y jesuitas.
La causa por la cual estas surgieron
fue la necesidad de proveer de
instrucción a los novicios de las
diferentes órdenes, así como la
de impartir educación similar a los
hijos de los conquistadores y a los
criollos. Las primeras instituciones de
educación superior se establecieron
para promover la evangelización,
la lengua y la cultura dominante.
En esa época encontramos las
universidades de Santo Domingo en
La Española (República Dominicana
1538), México (1540), Perú (1551),
Argentina (1613), Colombia (1622),
y San Carlos (Guatemala 1676).
Con la expulsión de la orden de
la Compañía de Jesús en 1767, se
inició la etapa de la secularización de
la educación superior, con una clara
definición a favor de lo público y con
una manifiesta reducción de la fuerte
impregnación religiosa del pasado.
Como consecuencia de este cambio,
algunas universidades perdieron
su dirección religiosa y pasaron a
depender directamente del gobierno
colonial; este fue el caso de la
Universidad de Córdoba (Argentina),
la Universidad de Ecuador y la
Universidad de Venezuela. A partir
de este período, se instauró el
llamado Modelo Universitario Repu-
blicano, originándose la aparición
de las universidades públicas, las
cuales serían laicas, gratuitas y con
base nacional, diferenciándose de
las universidades religiosas, cuya
naturaleza fue de carácter privado,
subvencionadas por los estudiantes,
y las cuales tenían por su patronazgo
un enfoque internacional.
Con la reforma de la Universidad de
Córdoba en 1918, se estableció en la
región la autonomía como principio
del cogobierno universitario, con
Perspectivas
de la educación superior
Edición Nº. 42
7
lo que se logró, además, ampliar la
cobertura y democratizar el acceso de
la burguesía a la educación superior.
Esta especial orientación favoreció la
nueva estructura de la universidad
pública, la cual se replicaría en toda
la América hispana.
En la década de los 70 se planteó,
a escala hispanoamericana, una
segunda reforma, que se originó
fundamentalmente por la falta de
recursos gubernamentales para
sostener las universidades públicas,
las que fueron desbordadas por un
aumento considerable en la demanda
de los estudios superiores. Un factor
adicional a la crisis de aquel momento
fue la fuerte corporativización de
las universidades públicas, con la
consiguiente burocratización, lo que
debilitó los procesos de dirección y
de gestión en la toma de decisiones,
lo que, a su vez, llevó a una sensible
paralización de la mejora continua del
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por la misma fecha se inició la apa-
rición de universidades privadas,
cuya oferta educativa se estructuró
de conformidad con las leyes
del mercado, aunque en muchos
casos hicieron falta las debidas
regulaciones para asegurar la buena
administración y los estándares
mínimos, requeridos para una
enseñanza de nivel satisfactorio. En
El Salvador, tal cambio se anticipó
con la aprobación de la Ley de
Universidades Privadas en 1965, que
inicialmente permitió la apertura de
la Universidad Centroamericana José
Simeón Cañas (UCA).
La tercera reforma de la educación
superior se originó en los años 80 – 90,
con los nuevos avances tecnológicos
y el fuerte impulso de la globalización
comercial, en donde el incremento
de la productividad se asocia al
capital humano capacitado y a los
exitosos programas de investigación
científica y tecnológica. En efecto,
para integrarse en términos positivos
a esta nueva economía mundial, sólo
se puede hacer con el mejoramiento
sustancial de la competitividad, la
cual se traduce en conocimiento,
tecnología, manejo de información,
habilidades y destrezas. Esto requiere,
a su vez, una organización sistémica
y encadenada, en donde las políticas
La educación
superior en El Salvador
forma parte de
la dinámica del
cuerpo social,
en cuanto al propósito
de superación
individual y colectiva,
el cual pretende
mayores niveles de
prosperidad a partir
de la búsqueda
permanente de
más y mejor
conocimiento.
8
públicas de desarrollo científico y
tecnológico impulsan los sistemas
educativos. Estos favorecen los
aparatos productivos, cuya eficiencia
y eficacia logran el efecto de mejorar
las condiciones socioeconómicas de
la organización y del entorno.
Una de las áreas más sensibles
de la educación universitaria en la
actualidad es aquella que se refiere
a la calidad de la educación que se
imparte y se recibe. Este factor,
determinante en el proceso y en
el resultado final de la enseñanza-
aprendizaje, depende de muchas
variables que inciden directa o
indirectamente en la educación
que se entrega a los educandos.
Necesidades infinitas y recursos
finitos llevan necesariamente a la
ecuación educativa de cobertura,
calidad y costos.
Estas variables, a su vez, resultan
influenciadas por las pedagogías
y las tecnologías educativas, el
nivel de aprovechamiento de los
estudiantes que ingresan, la clase
de docentes responsables del PEA
(proceso de enseñanza-aprendizaje),
las disciplinas profesionales por im-
partirse y otros aspectos vinculantes.
Ante la multiplicidad y diversidad de
las instituciones educativas y de los
requerimientos de la calidad planteados
por la globalización, los Estados han
ejercitado la potestad reguladora y
han puesto en marcha un conjunto de
políticas públicas para el ordenamiento
institucional de la educación superior.
Como consecuencia de lo anterior, se
han adoptado algunas de las siguientes
acciones:
Dictar una ley de educación
superior.
Creación de una unidad responsable
del control en el ámbito ministerial.
Integración de un organismo mix-
to de seguimiento compuesto
por el gobierno, universidades
públicas y privadas, gremios y
empresa privada.
Aprobación de instrumentos
de calificación estadística y
evaluación (subsistemas).
Integración de una comisión de
acreditación.
Políticas de ingreso a la educación
superior.
Fondos de promoción para la
investigación.
Programas de becas para docen-
tes y estudiantes.
Aprobación de subsidios e
incenti-vos de orden legal y
financieros para promocionar la
calidad educativa.
D eb e pr ec is ar s e qu e, e n la e t ap a ac t u al ,
se manifiestan características que, sin
duda, afectarán la organización y el
servicio educativo, tales como:
La educación superior ha dejado
de ser considerada un bien público
y se le califica como un servicio
comercial, sujeto a las propiedades
de la mercancía (se compra y vende),
según la OMC, (Organización
Mundial del Comercio)
Se presenta una gran oferta de títulos
y grados (se estiman en la actualidad
50.000 disciplinas profesionales,
especializaciones, certificaciones y
subespecializaciones).
Existe una oferta de estudios y
tulos vía virtual.
Se manifiesta cierta desconfianza en
los nuevos proveedores de servicios
educativos, sin antecedentes de
control de calidad académica.
Se materializa la prestación de
servicios educativos localmente
por parte de instituciones extranje-
ras, sin los requerimientos bá-
sicos exigidos legalmente a las
instituciones locales.
Pérdida del monopolio del saber de
las universidades por la aparición
de nuevos centros de producción,
renovación y transferencia del
conocimiento.
LOS RETOS VIGENTES
Tratar de definir la orientación de una
actividad es una acción sumamente com-
pleja, por cuanto señalar el rumbo que
sigue dicha actividad depende de diversos
factores que inciden en su determinación
y alcance. La educación superior en El
Salvador forma parte de la dinámica del
cuerpo social, en cuanto al propósito de
superación individual y colectiva, el cual
pretende mayores niveles de prosperidad
a partir de la búsqueda permanente
de más y mejor conocimiento.
En la actualidad,
la educación se
mueve en un contexto
determinado por las
leyes, las demandas
socioeconómicas
de la sociedad del
conocimiento y de la
globalización y los
recursos requeridos
para el desarrollo
satisfactorio del proceso
formativo.
Edición Nº. 42
9
Este esfuerzo educativo, que es propio de
toda sociedad, es parte consustancial del
crecimiento buscado por cada persona
y, por ende, su presencia y continua
manifestación aseguran el desarrollo de
cada ser humano.
Señalábamos que la educación supe-
rior depende de varios factores, que
deben evaluarse antes de determinar
la dinámica y dirección que impulsan la
evolución e importancia de este sector
de la educación. Estos factores son: el
estudiante, la institución educativa, el
gobierno, así como el contexto social y
económico del país.
El estudiante que ha logrado finalizar
sus estudios para obtener su bachillerato,
tiene en su haber un título que acredita
un determinado conocimiento, cuyo
nivel formativo depende, en todo
caso, de diversos elementos que en
conjunción permitirán concretar el activo
intelectual del joven bachiller. El esfuerzo
de aplicación personal en la formación
del estudiante, de conformidad con el
compromiso del crecimiento individual
de cada uno, determinará la aprehensión
en mayor o menor grado de los
conocimientos, actitudes, habilidades y
destrezas básicas lo que, en todo caso,
estará directamente condicionado por:
1. el compromiso del centro edu-
cativo de procedencia;
2. la pertinencia de los programas
de los estudios cursados;
3. la categoría de los docentes;
4. el entorno pedagógico requerido
por el aprendizaje en la disciplina
elegida;
5. los conocimientos y habilidades
complementarios recibidos,
6. y por la responsabilidad misma
del estudiante.
En la actualidad, la educación se
mueve en un contexto determinado
por las leyes, las demandas socio-
económicas de la sociedad del
conocimiento y de la globalización
y los recursos requeridos para el
desarrollo satisfactorio del proceso
formativo. Con mucha frecuencia,
los sectores políticos le señalan
fines a la educación más allá de
las posibilidades concretas de su
realización, con lo cual, de entrada,
el esfuerzo educativo del Estado
se sitúa en ámbitos irrealizables,
ya que, cuando el presupuesto
del Estado asigna los recursos a
los diversos niveles académicos,
estos recursos siempre estarán por
debajo de aquellos objetivos utó-
picos que, con cierto idealismo,
señala la Constitución; y que con
frecuencia se complementan con las
declaraciones y promesas políticas
de cada época. Ante esta evidente
realidad, sobre todo cuando se
trata del presupuesto nacional, la
solución se orienta invariablemente
a procesos de reajuste, en los
que se apoya prioritariamente la
demanda de los amplios sectores
de la educación primaria y media,
y se destinan recursos marginales
al funcionamiento de la educación
superior.
Un factor que influye, sin duda, en
la oferta educativa nacional es la falta,
desde hace 12 años, de un programa
de planificación del desarrollo del
sector productivo y social del
país en el largo plazo, en el que se
declare la visión de país, señalando
la clase de nación que queremos, se
especifiquen las líneas estratégicas
de cambios para concretar la clase
de sociedad productiva que desea-
mos y se vislumbre la clase de
prosperidad individual y colectiva a
la cual aspiramos.
Ante la falta de una dirección
clara y definida del rumbo del
país, ya sea como país de fuerte
producción agrícola en determinados
sectores, o como nación industrial
de determinado nivel, o bien como
10
centro de servicios en determinadas
especialidades, o como sociedad de
alta tecnología en alguna o en varias
áreas de tal actividad, las instituciones
de educación superior siguen
ofreciendo carreras y graduando
profesionales al igual que hace 30
años, por cuanto todavía no se logra
precisar, de manera categórica, la
definición del profesional requerido
para las necesarias especialidades
productivas y de servicios de ese
futuro país, aún no definido, que
queremos.
Hasta este momento, la información
disponible para orientar la capacidad
académica de nuestros centros
de estudio, son las propuestas
de la Comisión Presidencial para
el Desarrollo de la Sociedad del
Conocimiento que, en lo concerniente
a la educación superior, señala:
1) Formación profesional y técnica
para el mercado laboral.
2) Fortalecimiento de la investigación,
la ciencia y la tecnología en la
educación superior, para el servicio
a la sociedad y al desarrollo.
La propuesta se queda en decla-
ración, puesto que lo que hace es
enumerar estrategias deseables para
una buena educación sustentable;
pero ello no es suficiente, se queda
corta al no identificar el mercado
laboral meta, al no precisar la clase
de investigación que se requiere, ni
enunciar cuál es el tipo de ciencia
que más interesa, ni mucho menos
definir cuál sería el área tecnológica
que, junto a la ciencia e investigación,
constituirían la plataforma del saber
profesional y del hacer tecnológico,
para proyectar el desarrollo nacional
que deseamos pero no definimos.
Esta posición, de suyo importante,
resulta trascendente para asumir el
compromiso de lo que vamos a hacer,
así como de los recursos que vamos
a emplear para adecuar la educación
superior a las premisas de formación
que requiere el futuro del país.
Una proposición más elaborada
es el Plan Nacional de Educación
2021, cuyo propósito es trazar
nuevos compromisos en un marco
de largo alcance para forjar ese país
que queremos: que sea productivo,
competitivo, seguro, democrático,
sostenible, equitativo y justo.
Entre sus objetivos está lograr una
formación técnica y tecnológica del
más alto nivel, según los intereses
de los jóvenes y las exigencias
del desarrollo económico de la
sociedad. Para ello se deberá
promover la circulación y el uso
eficaz del conocimiento, así como
la articulación entre la educación,
la tecnología y la productividad del
país. Aquí se encuentra respuesta
al qué hacer y cómo hacerlo, pero
no al para qué, puesto que no hay
referencia a la clase de estructura
productiva y desarrollo económico,
al cual se aspira y con el cual se
compromete la nación.
En los últimos años el país ha
seguido el modelo neoliberal de
mercado, que otorga a este toda la
iniciativa para orientar e impulsar el
proceso productivo nacional que,
supuestamente, permitirá el desarrollo
económico y social. Esta premisa, de
orden teórico, no ha funcionado en
nuestra realidad y, a lo sumo, lo que
tenemos son simples iniciativas del
sector empresarial como cuando se
enuncia en el Encuentro Nacional de
la Empresa Privada 2008 (Enade),
que el país necesita descubrir nuevas
fuerzas impulsoras del crecimiento
económico y hacer mayores esfuerzos
para que los beneficios del progreso
lleguen a todos los salvadoreños.
A continuación, identifica los
sectores estratégicos para el desarrollo
económico: turismo, industria, agro-
industria para la exportación, logística
y servicios internacionales. Estas áreas
estratégicas de crecimiento y desarrollo
necesitan las correspondientes y
necesarias respuestas del gobierno,
en cuanto al cuerpo de leyes, al
capital humano, a la apropiada in-
fraestructura, y todas ellas con el res-
pectivo apoyo financiero. Nada es
casual y espontáneo; toda propuesta
sólo se concreta con planificación y
políticas públicas que le den vida y
dirección.
Aquí tenemos el horizonte del
para qué, y, aunque no hay corres-
Un factor
que in uye, sin duda,
en la oferta educativa
nacional es la falta,
desde hace 12 años,
de un programa
de plani cación del
desarrollo del sector
productivo y social
del país en el largo plazo,
en el que se declare
la visión de país,
señalando la clase
de nación que
queremos.
Edición Nº. 42
11
pondencia plena entre el Plan 2021 y
el Enade 2008, alguna coincidencia se
podría lograr, siempre que para ello
se contara con el apoyo y la voluntad
política del gobierno.
Un factor coadyuvante al buen fun-
cionamiento del sistema educativo
terciario es el referido al financia-
miento de las universidades públicas
del mundo, las cuales dependen
exclusivamente del presupuesto
del Estado, cuya disminución de
ingresos, acompañada de la creciente
masificación en la matrícula casi
irrestricta de los nuevos estudiantes,
ha planteado, desde los años 80, la
necesidad de superar dicha situación
mediante las siguientes decisiones:
Mantener los ingresos corrientes
del Estado.
Obtener préstamos con cargo a los
fondos del Estado.
Fijación de cuotas complementa-
rias a los estudiantes.
Creación de mecanismos de selección
para el ingreso y permanencia,
incluso, estableciendo cuotas para las
minorías.
Mayor racionalización en el gasto,
para lograr la eficiencia en el
proceso académico y la eficacia en
el resultado de los graduados.
Constitución de un gobierno
universitario menos burocrático y
más ágil en la toma de decisiones.
Rendición de cuentas en cuanto a
la transparencia de las inversiones,
contrataciones y resultados acadé-
micos obtenidos.
Participación en la convocatoria de
fondos competitivos asociados al
desempeño institucional.
Orientación de la investigación en favor
del desarrollo productivo del país.
En relación con las universidades
privadas, la presión del financiamiento
se direcciona a lo siguiente:
Matrícula y cuotas de estudio
ajustadas al nivel social y a la clase
de disciplina elegida.
Venta de servicios académicos y
profesionales.
Desarrollo de proyectos de investi-
gación y otros con financiamiento
externo.
Las instituciones de
educación superior
siguen ofreciendo
carreras y graduando
profesionales al igual
que hace 30 años,
por cuanto todavía
no se logra precisar,
de manera categórica, la
de nición del profesional
requerido para las
necesarias especialidades
productivas y de
servicios de ese futuro
país, aún no de nido.
12
Organización de empresas
colaterales productivas.
Préstamos con intereses comer-
ciales de la banca privada.
LOS DESAFÍOS DEL FUTURO
La educación superior, al igual que
toda actividad humana, está sujeta
al cambio que genera la misma
evolución del conocimiento, lo que
se traduce en nuevos objetivos que,
a su vez, requieren respuestas para
nuevas tareas a fin de concretar el
propósito esperado y para continuar
el proceso de profundizar en el saber
para obtener más conocimiento. En
el presente, tenemos el siguiente
contexto:
Impacto cultural de la globa-
lización.
Necesidad de innovación educa-
tiva mediante el aprovechamiento
de las tecnologías de la información
y del conocimiento (TIC).
Identificación de nuevas ocupaciones
y necesidad de nuevas disciplinas
profesionales, con la incorporación de
específicas competencias laborales
para formar el capital humano
requerido.
Medio ambiente en proceso de
deterioro.
Exigencia para el control de la
calidad de los graduados.
Desigualdad en el desarrollo humano,
económico y tecnológico.
Exigencia de redes de colabo-
ración académica inter e intra uni-
versitaria.
Educación continua y bilingüe, para
la actualización y ampliación del
conocimiento profesional (aprender
a aprender).
En el orden académico, las exigencias
regulatorias actuales de los diversos
sistemas educativos nacionales
se orientan fundamentalmente a
fomentar espacios de crecimiento y
desarrollo académicos, que aseguren
la calidad educativa de conformidad
con los siguientes parámetros:
Pertinencia en cuanto a la utilidad
productiva del conocimiento y en
cuanto a la proyección social de su
aplicación, para contribuir a la paz
y al desarrollo humano sustentable.
(Pertinencia moral, social, técnica y
cognitiva).
Relevancia en cuanto a las com-
petencias profesionales del capital
humano y de sus vínculos con el
mundo del trabajo.
Incorporar la evaluación al proceso
educativo en estudiantes, docentes,
programas, metodologías de ense-
ñanza y entorno pedagógico y en
su manifestación final, en donde
se evalúa el nivel del profesional
graduado.
Administración y financiamiento
adecuado, suficiente y transparente.
Internacionalización para ofrecer las
respuestas necesarias y apropiadas a
los requerimientos de la globalización,
mediante una educación bilingüe y más
abierta al intercambio de información,
asistencia técnica y movilidad acadé-
mica.
Oferta de nuevas disciplinas profe-
sionales, derivadas del avance
de la ciencia y de la tecnología
contemporáneas.
Aplicación de las nuevas TIC como
soporte de aprendizaje y meca-nismo
de ampliación de la oferta
educativa en forma presencial,
semipresencial y virtual.
Hasta ahora
se ha logrado el
ordenamiento básico
del sistema de educación
superior y, aún
cuando quedan vacíos y
de ciencias por superar,
la plataforma educativa
del nivel terciario
se encuentra parcialmente
lista para asumir los
nuevos retos y desafíos
que vienen de los avances
de la ciencia y de la
tecnología.
Edición Nº. 42
13
En El Salvador, la educación
superior todavía no logra adquirir
la importancia necesaria para
asumir el papel protagónico en
el desarrollo nacional. Hasta esta
fecha, los aspectos de cambio que
hemos observado en la educación
superior del país son, en resumen,
los siguientes:
Nueva Ley de Educación Superior
(1995 y Reforma en 2004).
Integración del Consejo de Educa-
ción Superior. (Desde 1996).
Creación de la Dirección Nacional
de Educación Superior (1996).
Creación del subsistema de informa-
ción estadística y evaluación (1996).
Integración de la Comisión de
Acreditación (2000).
Nuevas exigencias de evaluación
en cuanto a docentes, programas,
infraestructura y fortalecimiento de
bibliotecas y centros de práctica.
Programas de becas Fantel.
Regulación de la carrera docente.
Como puede deducirse de la
información del cuadro anterior, hasta
ahora se ha logrado el ordenamiento
básico del sistema de educación
superior y, aún cuando quedan
vacíos y deficiencias por superar,
la plataforma educativa del nivel
terciario se encuentra parcialmente
lista para asumir los nuevos retos y
desafíos que vienen de los avances
de la ciencia y de la tecnología, de
las competencias que demanda la
globalización del comercio y del
conocimiento y de los objetivos
establecidos para el desarrollo
nacional.
A este respecto, se proponen
algunas acciones que podrían
marcar la diferencia con el pasado y
también permitir el salto cualitativo,
que incluso se podría considerar
como una nueva reforma en nuestro
sistema educativo. Las propuestas
son:
Lograr definir el Plan de Nación, la
estructura productiva y las áreas
especializadas requeridas para el
desarrollo del país que queremos.
Elevar el nivel académico de
los jóvenes bachilleres, actual-
mente en proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Crear un sistema de subsidio
educativo a la demanda de estu-
dios, a fin de favorecer a los
mejores bachilleres, quienes
podrían elegir las universidades de
su preferencia para iniciar estudios
en cualquiera de las disciplinas
profesionales expresamente califi-
cadas de interés para el desarrollo
nacional.
Apoyo financiero a universidades
calificadas para la creación de
nuevas carreras, específicamente
declaradas de interés para el de-
sarrollo de la ciencia y tecnología.
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Promover la creación de nuevas
instituciones de educación su-
perior, que ofrezcan carreras
enfocadas al desarrollo científico-
tecnológico como robótica, mi-
croelectrónica, biotecnología e
investigación científica.
Convocatoria para optar a recursos
financieros para programas de
investigación en innovación y
desarrollo (I+D), de determinadas
áreas científicas y tecnológicas.
Programa de becas para capaci-
tación de docentes en el ex-
tranjero en áreas críticas del
conocimiento, en el empleo de
las TIC y en aquellas profesiones
declaradas de interés para el
progreso nacional.
Programa de becas para cursos de
maestrías, doctorados y especia-
lizaciones ofrecidas localmente,
para aquellos profesionales sobre-
salientes que desean capacitarse
en especialidades de interés
nacional.
Crear un programa de incentivos
con mutuos beneficios para la
vinculación universidad-empresa.
Establecer centros de investigación
(del gobierno, empresa privada,
IES) así como de redes nacionales y
promover la incorporación a redes
internacionales de investigación
académica para el desarrollo cien-
tífico y tecnológico.
Mejorar sustantivamente los proce-
sos de enseñanza-aprendizaje,
mediante el dominio del inglés y la
incorporación de las TIC.
Facilitar y apoyar los proyectos
académicos de internaciona-lización,
preferentemente, para la movilidad
de estudiantes y docentes y para
la organización de centros de
prácticas y laboratorios.
Organizar la educación profe-sional
a partir de un currículo significativo
(que interesa al estudiante, a la
sociedad y al sector productivo)
que se actualiza, amplía y se
diversifica permanentemente para
favorecer la educación continua.
Identificar las competencias
fundamentales de cada disciplina
profesional, para desarrollarlas en el
currículo y certificarlas al intermedio
y al final de la capacitación.
Sin duda, la humanidad se encuentra
ante una evolución sin precedentes
de la ciencia y tecnología. Es como
si de verdad se hubiere abierto la
caja de Pandora de la que salen ya
no cada día, sino cada hora, nuevas
sorpresas de inventos y productos
que, ciertamente, van cambiando
nuestro entorno, nuestro desempeño
y aun nuestro proyecto de vida.
Ante este inevitable proceso
de cambios, que devienen de
las exigencias competitivas de la
globalización y de los revolucionarios
inventos tecnológicos de cada día, las
universidades tendrán que asegurarse
los espacios de permanencia y
desarrollo frente a la educación formal
(centros de educación no conocidos,
Edición Nº. 42
15
como universidades y otros),
centros de formación no formal
(diplomados) y programas
virtuales de capacitaciones y
aquellos otros de educación
informal, como videos, televisión,
canales temáticos, (THC, NAT
GEO, Discovery Chanel).
Frente a esta estrategia de desarrollo
económico, científico y tecnológico,
la dirección gubernamental deberá
comprometer el apoyo necesario
(legal y financiero) para que las
universidades puedan tomar la
decisión en cuanto a la forma de
integrar la oferta educativa institucional,
considerando la diversidad de las
antiguas y nuevas disciplinas; en el
caso de las ciencias, cuáles de ellas; si
fueren tecnologías, cuáles son las que
interesan.
Deberán tomar decisión en
cuanto a las metodologías de
enseñanza, ya sea continuar
ofreciendo educación prese-
ncial, o bien hacerlo en forma
mixta con semipresencial, o
bien sólo de forma virtual.
Finalmente, deberán decidir si
se integrarán a redes nacionales
y/o internacionales.
En resumen, se trata de que
las universidades sean menos
rutinarias y más creativas; y no
se debe olvidar que la misión
social de la universidad es la de
ser elemento transformador de la
realidad nacional e internacional
y que, invariablemente, las
pautas a la educación superior
las dictan las demandas
sociales, las decisiones de
gobierno, las circunstancias de
la globalización (TLC, OMC), así
como el progreso de la ciencia
y los avances de la tecnología.
* El presente trabajo se ha
fundamentado en la consulta
a diversos informes y artículos
sobre educación superior,
principalmente en cifras y
argumentos del libro La tercera
reforma de la educación
superior en América Latina,
cuyo autor es el Dr. Claudio
Rama, asesor académico de la
Universidad Tecnológica de El
Salvador.
ASIMETRÍAS: Hombre-Mujer,
distribución de la riqueza, Desarrollo
científico-tecnológico (robótica,
microelectrónica, biotecnología,
informática, investigación científica).
Sistema de Educación
Superior: - IES
- Organizaciones que crean,
financiera y administrativa
- Legislación que la rige.
MISIÓN EDUCACIÓN
SUPERIOR:
Producir Conocimiento
(Investigación)
• Transmisión conocimiento.
• Enseñanza básica y
permanente.
• Cooperación y servicio a
la sociedad.
- La Universidad es un eslabón
entre la educación y el
desarrollo, entre el individuo y
la sociedad.
- Pertinencia moral, social,
cognitiva y técnica.
- Contraste universidad Vs
universidad educativa.
16
Francisco Sorto Rivas
C
omo consecuencia natural
del modo de producción
capitalista, las condiciones
económicas han requerido, gradu-
almente, que ambos padres de familia
se incorporen al mercado laboral o
deban desplazarse, inclusive, fuera
del país (emigrar), con lo cual se ha
sacrificado parte de las funciones
formativas de sus hijos, las cuales
han quedado a cargo de personas
ajenas a la familia, de quienes reciben
esta inducción en edades tempranas,
por decirlo de alguna manera, por
lo que, la labor de socialización
adicional o complementaria que
debería desempeñar la escuela se
vuelve crítica, porque muchas veces
viene a suplir, completamente, esta
tarea formativa del joven destinada a
garantizar su adaptación a la sociedad
y su aceptación de las instituciones
que la rigen.
Contenido
A lo largo de la historia de la
pedagogía se han discutido, con
diferentes matices, tres problemas
fundamentales que tienen que ver
con el ámbito de la educación, los
métodos de enseñanza y el propósito
mismo de la educación en la sociedad.
En ese sentido, los paradigmas
que han guiado el análisis de estos
problemas han dado forma a esta
ciencia en el tiempo, sirviéndose
de ella incluso para obstaculizar,
promover o consolidar proyectos
de ingeniería social, pudiendo
destacarse algunos hitos como el
uso de la pedagogía para instaurar
regímenes como los denominados
“democrático-liberales” que, llevados
a una situación límite como modelo
sociológico, pueden derivar en
regímenes políticos autoritarios como
sucedió con el nacional-socialismo
1
/ Este artículo está inspirado en el libro del Hno. Eugenio Magdaleno, titulado La Educación, llave del Tercer Milenio, de la colección respuestas educativas, editorial Magisterio del Río de
la Plata, Argentina 1999.
Desafíos
1
para la pedagogía en
los
tiempos actuales
Síntesis
Este artículo versa sobre los desafíos que representa para la “escuela”, como institución moderna fundamental para la
socialización del individuo y la preparación para su integración al sistema de producción imperante, como resultado
de la descomposición del núcleo familiar —base de la sociedad—, la cual está impactando negativamente sobre la
formación e inducción del individuo, en el hogar.
Palabras claves:
Aprendizaje, Educación, Escuela, Individuo, Socialización.
Introducción
Edición Nº. 42
17
2
/ El enfoque conductivista de la teoría curricular tiene como paradigma la práctica instrumental de la educación, en función de la necesidades históricas de la sociedad, relegando a un
segundo plano la realización del educando como persona; mientras que el constructivismo considera, además, el contexto social en que se desenvuelve y las necesidad no materiales de
la persona.
que se apoyó en la pedagogía, desde
su vertiente conductivista, para pro-
mover y justificar la existencia de
una sociedad intolerante frente a
otras culturas. Además, tenemos la
experiencia reciente de la pedagogía
soviética, que marcó cierta transición
entre el conductivismo y el cons-
tructivismo —al menos desde el
punto de vista formal— y que estuvo
precedida por una preocupación más
“emancipadora”.
2
No obstante que los tres
aspectos arriba señalados apuntan
a problemas vigentes todavía
para la ciencia de la educación, el
contexto histórico actual introduce
nuevos elementos para el análisis,
particularmente porque la pedagogía
juega un papel irremplazable en
el proceso de socialización del
individuo, especialmente por la
etapa temprana en que se incorpora
a la escuela, entendida esta como
aquella institución moderna, fruto
del ingenio humano, a través de la
cual se implanta la práctica educativa
correspondiente.
Dado que el proceso de enseñanza
trasciende el interés de la sociedad por
el desarrollo de habilidades cognitivas
e instrumentales del ser humano
y busca cultivar en él actitudes
integrativas para la convivencia y el
progreso social, las condiciones del
entorno actual en que se mueven
los individuos exigen una reflexión
fresca sobre otros problemas que
demandan respuestas pedagógicas,
aprovechando las experiencias
acumuladas, hasta la fecha, sobre
cómo aprende el ser humano.
La escuela como
institución moderna
debe gestionar así
esta nueva realidad
cambiante, revisar
su oferta educativa,
sus proyectos
extracurriculares y
los medios didácticos
disponibles para los
docentes, a n de atender
de manera integral
las necesidades de los
estudiantes en las aulas
y fuera de ellas.
18
3
/ Se dice que la primera modernidad corresponde al período de creación de Estados modernos y soberanos; y segunda modernidad, al Estado actual de pérdida de poder por parte de este
en diversos campos, debido al nivel de integración de las economías a escala global.
4
/ Si la escuela se ha convertido prácticamente en un sustituto circunstancial de la formación doméstica de nuestros hijos, sería necesario ampliar sus capacidades para llenar mejor las
carencias afectivas que enfrentan muchos de ellos y despertar actitudes colaborativas hacia sus compañeros y maestros.
Ese sentido de urgencia proviene
del hecho que la concepción
convencional de la escuela se
encuentra en el centro de un debate
permanente, dado que, para una parte
significativa del colectivo imaginario,
esta ha dejado de representar
un complemento del proceso de
aprendizaje iniciado en el hogar, para
convertirse, prácticamente, en un
sustituto total de la labor formativa
realizada por los padres en la casa,
ya que la ausencia prolongada de
estos tiende a profundizarse debido
a las exigencias laborales del mundo
moderno. Esta situación se observa
claramente en nuestro ambiente
local, donde tanto la madre como el
padre trabajan jornadas extendidas,
delegando inconscientemente con
ello las funciones formativas, afectivas
y de socialización de los hijos en
personas ajenas al núcleo familiar.
No obstante lo anterior, la principal
fuente de problematización que
demanda replantear el rumbo de
la pedagogía y de la escuela como
institución moderna proviene de
la desintegración familiar por las
corrientes migratorias de grupos
importantes de nuestra población,
por factores económicos y por la
transculturación provocada, también,
por la separación de familias enteras,
que, en conjunto, explican la falta
de modelos de autoridad paterna
y materna en algunos hogares, tan
fundamentales para el desarrollo
integral del niño y de la juventud en
general. Estos vacíos conductuales
están siendo llenados por otras
formas de organización alternativas,
como son las “maras”, a manera
de caso extremo y connotación
negativa.
Estas condiciones de fragmentación
y desintegración de las familias están
generando altos niveles de violencia
o agresividad, al menos, en muchos
centros de estudio, donde la agresión
no se limita a los compañeros de
clases o de estudio, sino que se
extiende al mismo cuerpo docente,
que son una forma de expresión
visible de las estructuras de autoridad
y poder objetivado de la sociedad
ante los estudiantes, las cuales no son
toleradas —siquiera— por muchos
de ellos que se ven agobiados por la
desorientación, la desesperanza acerca
de su futuro, y experimentan, además,
diversos grados de privación social.
Este ambiente de trabajo ha
contribuido al deterioro en la calidad
educativa, porque los docentes
se sienten amenazados por sus
propios alumnos, quienes retan
constantemente la autoridad del
maestro en las aulas; igualmente
sucede con los estudiantes que
desearían estudiar en un ambiente
más aséptico y prefieren dejar de
asistir a clases por temor a ser
victimizados por sus compañeros.
Esta problemática exige de la
pedagogía un mayor esfuerzo
de análisis para responder a este
fenómeno que atenta contra todas
las instituciones surgidas de la
primera modernidad en general,
3
incluyendo obviamente la institución
denominada escuela.
Es importante señalar aquí, que
esta realidad no debería representar
algún desaliento para la pedagogía
como ciencia, sino que un acicate
para tratar de comprenderla en su
dimensión correcta, y adaptarse
mejor a las nuevas exigencias, ya
que, regresando a los problemas
históricos de la pedagogía, como
son los contenidos, los métodos de
estudio y los fines de la educación,
esta parece carecer de sentido para
muchos estudiantes en la actualidad.
Eso lo podemos observar en el
sistema educativo nacional, que
debería servirnos de laboratorio para
examinar qué está pasando con la
organización social posmoderna,
donde los niveles de violencia son
crecientes; el desinterés por aprender,
notorio, y la desorientación respecto
a la vocación por profesionalizarse,
palpable. Además, muchas veces la
visión reduccionista que se tiene a la
hora de formular políticas públicas
impide aprovechar todo su potencial
en esta época de crisis de valores y
descomposición de la familia nuclear.
4
La escuela como institución
moderna debe gestionar así esta
No hay que olvidar
que la pedagogía es
la ciencia que estudia
cómo aprendemos los
humanos en un medio
social; los esquemas
convencionales de
enseñanza resultan
ine caces hoy.
Edición Nº. 42
19
5
/ Cuando Durkheim analizaba el funcionamiento de las sociedades complejas, (o modernas) señalaba que estas experimentan anomias, entendiendo por estas la carencia de solidaridad
social, debido a que las relaciones con los órganos no están reglamentadas debido al desajuste originado por la permanente modernización.
6
/ ¿Qué es un hecho social? Es un fenómeno que tiene algún lugar en la sociedad. Y por ello es general y de interés social. Según Durkheim, un hecho social es toda forma de ejercer una
coacción exterior sobre el individuo; o bien, general para una sociedad dada y con existencia propia, independientemente de sus manifestaciones individuales.
nueva realidad cambiante, revisar
su oferta educativa, sus proyectos
extracurriculares y los medios
didácticos disponibles para los
docentes, a fin de atender de
manera integral las necesidades de
los estudiantes en las aulas y fuera
de ellas. No hay que olvidar que la
pedagogía es la ciencia que estudia
cómo aprendemos los humanos
en un medio social; los esquemas
convencionales de enseñanza re-
sultan ineficaces hoy, porque el
entorno social de los educandos ha
cambiado y, por ende, la forma en
que aprenden.
De hecho, se han venido ampliando
con el tiempo los espacios dejados
por los padres —aunque sea por
abandono fáctico, cuando los padres
han tenido que emigrar, dejando
atrás a sus hijos— en lo relativo a la
educación inicial del niño en materia
de socialización, de inducción para
el sometimiento a las reglas de
convivencia establecidas por la
sociedad y para la subordinación a las
instituciones creadas por el Estado
para garantizar su funcionamiento,
según lo señaló Émile Durkheim en
su momento. A estos hechos sociales
se refería este insigne pensador, bajo
el título de anomias o desadaptación
social; este fenómeno ha venido
en crecimiento a lo largo de las
últimas dos décadas, al menos, en El
Salvador.
5
La razón de recordar los aportes
de Durkheim aquí obedece a que
dicho fenómeno de descomposición
corresponde a un hecho social
6
y
tiene que ver con la manera de actuar,
pensar y sentir de una sociedad;
en otras palabras, comprende tipos
de conductas o pensamientos que
están dotados de poder imperativo
y coercitivo, en virtud de lo cual se
imponen colectivamente a la gente.
A partir de lo anterior y dado que los
hechos sociales no se crean, sino que se
interiorizan por medio de la educación
o socialización de la cual son objeto los
individuos, las anomias observadas
en las aulas, de violencia, desidia
y desadaptación escolar, pueden
resolverse desde el ámbito educativo,
pero para ello se requiere de conciencia
de parte de todos los responsables del
sistema educativo, a fin de dotar a las
escuelas de los medios necesarios para
incidir positivamente sobre la actitud y
la conducta de los jóvenes.
Esta labor de educación del indi-
viduo corre a cargo de diversas insti-
tuciones del Estado, par-ticularmente
de la “escuela”, especialmente ahora
cuando unos de los protagonistas más
importantes, como son los padres,
20
7
/ Max Weber tenía una visión más instrumental de las instituciones y las analizaba a partir de su sentido teleológico, es decir, de la nalidad que justi caba su existencia.
han ido perdiendo incidencia con el
tiempo, por lo que esta debe llenar,
de alguna manera, dicho vacío para
evitar que la descomposición social
y el abierto desafío de los jóvenes
hacia las “instituciones modernas”
continúe profundizándose.
La escuela está llamada, entonces,
a convertirse en ese espacio de
creación de valores y de respecto por
las instituciones como la propiedad
privada de los medios de producción,
la religión y el Estado de derecho, a
manera de ejemplos. Si los espacios de
socialización a cargo del hogar han ido
retrocediendo, no es extraño observar
conductas antisociales en algunos
de nuestros jóvenes, que ante la falta
de orientación oportuna y consejos
sinceros de parte de los padres, actúan
impulsivamente y con algún grado de
resentimiento hacia las instituciones
que sustentan la organización social.
Estas pocas líneas deberían llamar nuestra
atención sobre los hechos sociales que
inciden sobre las actitudes y conductas de
nuestra juventud (condiciones ambientales
en que se están criando muchos de nuestros
hijos) y el papel que debe jugar la educación
en contravía a este entorno enrarecido
y, más concretamente, la escuela como
objetivación de dicha institución, como lo
señalara claramente Max Weber al construir
las bases de la sociología positivista;
7
dicho
papel debe descansar principalmente en
los objetivos actitudinales de la didáctica
(socializadores), más que en los conceptuales
o procedimentales que son inculcados
en el educando (individuo). Además, se
pretende dejar sentada la inquietud que
esta realidad debería permear las reformas
educativas impulsadas en nuestra región.
Es imperativo trascender la discusión de los
contenidos, objetivos didácticos y métodos
de enseñanza, hacia los desafíos impuestos
por las nuevas condiciones ambientales en
que se mueven los jóvenes.
La pedagogía debe examinar, con
base en las condiciones imperantes,
la mejor forma de suplir las carencias
de los educandos, cómo adecuar
los objetivos, contenidos, medios y
materiales educativos a estas nuevas
exigencias, las cuales deberán
contemplar, indiscutiblemente, más
trabajo extracurricular para llenar
positivamente la falta que hace la
función educadora de los padres, por
un lado; mientras que por el otro, para
absorber esa disponibilidad de tiempo
libre con que cuentan los muchachos.
Se necesitan estrategias para convertir
a la “escuela” en un espacio apropiado
para suplir, aunque sea parcialmente,
la ausencia de los padres dentro del
proceso integral de socialización de los
individuos; estando esta convocada para
desempeñar un papel basal para transitar
hacia otras formas de organización
posmodernas, con relaciones sociales
de producción distintas, aunque por
ahora estas resulten todavía opacas para
nuestra vista.
Bibliografía:
ESCOBAR BAÑOS, Juan Carlos;
Currículo: más allá de la teoría de
la enseñanza, Editorial Abril Uno,
El Salvador 2007.
• MAGDALENO, Eugenio; La
educación, llave del tercer milenio;
Editorial Magisterio del Río de la Plata;
Argentina 1999.
• NASSIF, Ricardo; Pedagogía general;
Editorial Kapelusz, Argentina 1958.
Edición Nº. 42
21
E
n El Salvador, existen muchos
problemas que superar en
materia de educación, aún
cuando se han realizado esfuerzos
para mejorar el sistema educativo,
este sigue lanzando indicadores que
visualizan problemas de fondo en
materia de calidad, esto lo demuestra
el que en la Prueba de Aptitudes
y Aprendizajes de Educación
Media (PAES) no se han alcanzado
calificaciones que reflejan esa calidad
1
en la mayoría de estudiantes, según
fuentes del Ministerio de Educación
(Mined). Se puede observar en el
comportamiento de rendimiento
de los bachilleres en la prueba
PAES, que no ha sido significativo
el adelanto.
2
En el 2008 se obtuvo
como nota global 6.17, según datos
del Mined.
Lo anterior sin duda repercute
directamente en el perfil de entrada
con el que ingresan los estudiantes
a la educación superior, sea esta
pública o privada. Un perfil que en
la mayoría no pasa de 7.00 puntos
(70%) de rendimiento; el restante
30% no alcanzado refleja, entre
otros, problemas de lecto-escritura,
dificultades para entender ideas,
problemas para redactar y expre-
sarse. A ello se le suma la falta de
conocimiento y/o dominio de una
segunda lengua; por el momento es
el inglés. Se agregan las deficiencias
en unos y uso inadecuado en otros en
el manejo de paquetes informáticos
básicos.
Los análisis que se pueden hacer
al respecto son variados, que van
desde posiciones radicales que
atribuyen la baja calidad de la
educación a un modelo excluyente
(Freire,1970), hasta los que plantean
aumentar la cobertura en educación,
sin detenerse en la calidad. Lo que
no se puede negar es que la calidad
se hace necesaria en todo sistema
de educación formal; y es que las
exigencias son mayores a escala de
país, porque se ha enfatizado que
para encontrar un mejor camino al
desarrollo, la educación es una ventaja
comparativa, pues el conocimiento
sirve para insertarse en los procesos
de productividad, (Hubbard,1997).
1
La OCDE (1995) define la educación de calidad como aquella que “asegura a todos los jóvenes la adquisición de los conocimientos, capacidades destrezas y actitudes necesarias para
equipararles para la vida adulta”.
2
No significativo, pues no alcanza el promedio por lo menos 7.00 puntos. Obsérvese el comportamiento de las notas globales: 2005: 5.04; 2006: 5.53; 2007: 5.92; 2008: 6.17. Según datos
del Ministerio de Educación.
Blanca Ruth Orantes
El nuevo
analfabetismo
y la calidad en la
educación
En nuestro país
el analfabetismo presenta
numerosos rostros.
Analfabeto no sólo
es quien no sabe leer
ni escribir; es decir,
incapaz de descifrar
combinaciones de
signos alfabéticos para
transmitir a otros su
sentido.
22
3
Vinculada en el sentido que “la escuela de calidad es la que promueve el progreso de sus estudiantes en una amplia gama de logros intelectuales, sociales, morales y emocionales, teniendo en cuenta
su nivel socioeconómico, su medio familiar y su aprendizaje previo. Un sistema escolar eficaz es el que maximiza la capacidad de las escuelas para alcanzar esos resultados”, J. Mortimore (1998)
Independientemente de las políti-
cas públicas, la calidad
3
está vinculada
a muchos componentes educativos y
culturales; sin embargo, existen dos
aspectos que desde mi entender son
básicos y necesarios: la formación
docente y del alumnado. Antes se
mencionó acerca de la formación
con deficiencias de los estudiantes
de bachillerato, pero también existe
el otro problema la calidad docente;
la cual también incide directamente
en los alumnos. Siendo que el
educador estimula al educando para
que alcance su propio desarrollo, se
está ante un problema trascendental
que debe considerarse en cualquier
solución o medida posible.
La calidad docente sin duda se puede
fortalecer por medio de capacitacio-
nes, no obstante, el problema de
fondo es que existen deficiencias
en la formación e inserción inicial
de muchos profesores relacionadas
con el nuevo analfabetismo, que no
permiten mejorar significativamente
sus competencias docentes y satis-
facer las necesidades del proceso
enseñanza aprendizaje (Clares, 2000).
La calidad de la educación implica un
proceso sistemático y continuo de
mejora sobre todos y cada uno de
sus elementos, principalmente en
docentes; existiendo deficiencias de
origen, sin duda el reto es mayor,
pero lo más grave es que reproducen
estas deficiencias en los estudiantes
que forman. Estaríamos entonces
ante un círculo vicioso que nos aleja
de la calidad.
Estas deficiencias tienen mucho
que ver con el fenómeno del “nuevo
analfabetismo” no en el sentido
tradicional de analfabetismo, de
no saber leer ni escribir, sino del
analfabetismo que implica problemas
de lecto-escritura que no es exclusivo
de nuestros estudiantes (Canfux,
2003), el analfabetismo que implica
la no interpretación adecuada de
signos, ignorar o no observar el
sistema normativo de convivencia
pacífica, entre otros (Lourié,1990).
Una simple descripción compara-
tiva con la realidad observada ubica
el nuevo analfabetismo como un
problema de grandes repercusiones
en la educación y las áreas
vinculadas. Por ejemplo, se supone
que la educación de los individuos
contribuye a una sociedad armoniosa,
en la que las personas se respetan a sí
mismas, a su entorno, las normas de
convivencia pacífica, comprendiendo
signos, y comprometidos con el futuro
de la sociedad y del país entero; hasta
el aspecto ideológico político puede
ser superado bajo esta perspectiva,
por medio del desarrollo propio en
el cual tal como se ha reiterado en
Edición Nº. 42
23
muchas ocasiones, la educación es un
pilar fundamental que abre las puertas
a la productividad y al desarrollo sin
depender de otros países (Freire,
1985).
Se dice que el surgimiento de un
nuevo analfabetismo sugiere nuevos
problemas (Vallejos, 2000). Lo que
implica enfocar el problema desde la
raíz, situación que conduce a una serie
de analfabetismos interrelacionados.
Es un fenómeno complejo que se
traslada como nuevo analfabetismo
al siglo XXI. Dicho fenómeno no
es exclusivo de las personas con
baja educación, sino también de
generaciones que han alcanzado la
educación universitaria.
En nuestro país el analfabetismo
presenta numerosos rostros. Analfa-
beto no sólo es quien no sabe leer ni
escribir; es decir, incapaz de descifrar
combinaciones de signos alfabéticos
para transmitir a otros su sentido
(Sanzf y Lancho, J., 2001).
Un segundo grado de analfabetismo
es el caso de quien puede descifrar
los signos alfabéticos, aunarlos
y convertirlos en una palabra y
ligarla con palabras sucesivas. No
obstante, casi todo lo que lee tan
solo se compone de anuncios
publicitarios en las
calles, historietas,
la sección
deportiva de los periódicos, literatura
religiosa, panfletos y similares. Es
lectura obligada, o de esparcimiento,
sin disciplina ni el propósito de
ampliar horizontes del saber de forma
deliberada.
Dicho analfabeto, en inferior me-
dida, desarrolla la habilidad de ex-
presarse por escrito, de perseguir
la profundización y el ordenamiento
de su pensar a través de la escritura.
Tiene dificultades para entender
las ideas y conceptos escritos por
otros y para comunicar en forma
estructurada los suyos propios. No
usa la capacidad de leer y escribir para
adquirir y generar conocimientos,
sino tan solo pasivamente recibe
datos, información aislada y casi
siempre trivial y, por lo tanto, carente
de utilidad práctica. Los problemas
de lecto-escritura que presenta, por
ejemplo, la población salvadoreña,
incluyendo la que accede a la
educación superior universitaria, es
un problema de enorme magnitud:
puede calificarse como
analfabeta
funcional.
Un tercer nivel de analfabetismo
lo constituye la carencia de cono-
cimiento y habilidades para coor-
dinar acciones con otros en otro
idioma, fundamentalmente en
inglés. Quien no domina bien este
idioma está en serias desventajas
y prácticamente no constituye una
oferta de servicios (MEC, 1987) tanto
para el sector privado como incluso
para muchos de los segmentos que
ahora conforman el sector público.
El impacto cultural del inglés
puede medirse por lo contenido
en Internet, que alberga la mayoría
de información y conocimientos
acumulados por la humanidad; un
bajo porcentaje está en otro idioma.
En vista de ello, el español es
insuficiente para recibir y transmitir
el saber propio de la Revolución del
conocimiento, que se sustenta en el
saber y la inteligencia. Si se suma la
inhabilidad en el terreno informático
al desconocimiento del inglés y la
ausencia de una óptima compren-
sión de la propia lengua, lo resul-
Una simple
descripción comparativa
con la realidad
observada ubica el
nuevo analfabetismo
como un problema de
grandes repercusiones
en la educación y las
áreas vinculadas. Por
ejemplo, se supone que
la educación de los
individuos contribuye a
una sociedad armoniosa,
en la que las personas se
respetan a sí mismas, a
su entorno, las normas
de convivencia pací ca,
comprendiendo signos,
y comprometidos con el
futuro de la sociedad
y del país entero.
24
tante sería desde un desempleado
potencial hasta un individuo en riesgo
de verse convertido en fracasado,
parásito social y un peligro para el
tejido humano. A este se le denomina
analfabetismo multilinguístico.
Hay un cuarto grado de analfa-
betismo: el informático. Este implica
ignorar los significados de términos
como Internet, superautopista
de la información, multimedias,
interactividad, foros de discusión,
virtualidad, edición electrónica, digi-
talización de imágenes, navegación
cibernética, buscadores, actividades
asistidas o mediatizadas,
e incontables otros; y la carencia
de las habilidades para manejar
paquetes informáticos, abarcando
desde procesadores de texto hasta
navegadores de la Red, pasando por
los editores de imágenes, bases de
datos, hojas electrónicas de cálculo,
correo electrónico, y muchos otros
programas (Aguaded, 2002).
Es de hacer notar que se deben
poseer estas habilidades para utilizar
instrumentos indispensables para
el aprendizaje por cuenta propia y
no se diga para el caso de docentes
que deben dominar las nuevas
tecnologías educativas.
Como puede observarse el nuevo
analfabetismo es complejo, porque se
está diciendo que existen el analfabeta
funcional, el analfabeta multilingüístico
y el analfabeta informático. Sin
embargo, existen otros géneros de
analfabetismo, más cercanos a las
actitudes y valores que se deben
desarrollar en ellos, todos agrupados
bajo el concepto
de
analfabetismos
vinculantes
, en el sentido
que afectan a la persona
humana.
Sumado a lo anterior
se tiene el analfabe-
tismo emocional (Freire,
1986), que implica desconocer la
existencia de las emociones como
predisposiciones fundamentales para
la acción y el desempeño humanos,
y no comprender la diversidad de
reacciones emocionales en cada uno;
que los repertorios afectivos que se
poseen fueron aprendidos en algún
momento de nuestra vida y que, por
ende se pueden desaprender y, del
mismo modo aprender nuevos.
Quienes no entienden y no pueden
poner en práctica esto, no pueden
diseñar estados emocionales en
ellos mismos y en la gente con la
que viven y conviven; y desconocen
Edición Nº. 42
25
cuáles emociones son las propicias
para el trabajo en equipo, el
aprendizaje colectivo, y para
identificar y solucionar problemas.
También está el analfabetismo
conversacional. Cada vez es más
valorada la habilidad de una persona
para escuchar a otras, de forma
interpretativa, captando inquietudes
del interlocutor, lo que realmente le
interesa, le preocupa y le hace vivir.
Por ello el escuchar no es un acto
pasivo; al contrario es una habilidad,
(Hart, 1986). Por otro lado, está de
una forma apropiada; es decir, tener
la capacidad de distinguir entre
afirmaciones, opiniones y de-
claraciones: hacer peticiones,
ofertas y promesas así como
de cumplirlas; de saber
emitir juicios sustentados en
afirmaciones.
El analfabe-
tismo mente-
cuerpo. Es
incapaz de
comprender
la relación
entre sus
creencias,
emociones
y postulados,
y el estado de
salud que guarda su cuerpo. El cuerpo
es la fuente de energía física, mental y
espiritual. Trabaja con el cuerpo y para
su
cuerpo, y no a través de él. Es poco
eficaz para aumentar la efectividad
de su desempeño laboral a través del
trabajo constante sobre el cuerpo en
cuanto a su flexibilidad, resistencia,
fuerza y relajación. Este tipo de
analfabetismo provoca enfermedades
que resultan en un alto costo para el
sector público y privado, que incluye
a los individuos y la familia, afectando
su productividad y su vida (Hubbord,
1997).
Por último, se encuentra el analfa-
beta ecológico. Este es incapaz
de compren-der la relación de las
partes con el todo, no dejando
oportunidades a las generaciones
futuras. Implica no poder entender
principios de conectividad y
organización de los ecosistemas
y en una baja capacidad de crear
comunidades humanas sustentables
y en comprender que su función
es el establecer vínculos entre las
comunidades ecológicas y humanas,
y entre la ecología y la economía.
Este tipo de analfabetismo da como
resultado el abuso del ecosistema, y
afectando así el hábitat de los seres
vivos (Vallejos, 2002)
Estas son algunas formas de ver al
ser humano en un contexto evolutivo.
Los procesos de enseñanza-
aprendizaje que no tomen en cuenta
e incluyan estos aspectos en su
práctica educativa cotidiana, tienden
a ser poco efectivos e inútiles.
Poblaciones como la salvadoreña,
no podrían salir del abismo del
subdesarrollo y del atraso cultural
en que está sumida en medio de la
pobreza, el hambre y la desesperanza
si no logran saltar las grandes
barreras del analfabetismo que bajo
sus diversas formas obstaculizan su
avance.
Hay muchas víctimas del
analfabetismo bajo cualquiera de sus
manifestaciones. Las universidades
reciben docentes y jóvenes y adultos
con esta variedad de analfabetismos,
que no es solo el tecnológico, porque
de nada sirve querer enseñar inglés
y computación a los universitarios,
si no se está consciente de las otras
formas incidentes de analfabetismo
de las que son víctimas, y que en
Como puede
observarse el nuevo
analfabetismo es
complejo, porque
se está diciendo que
está el analfabeta
funcional, el analfabeta
multilingüístico y el
analfabeta informático.
Sin embargo existen otros
géneros de analfabetismo,
más cercanos a las
actitudes y valores que
se deben desarrollar en
ellos, todos agrupados
bajo el concepto de
analfabetismos
vinculantes, en el sentido
que afectan a la persona
humana.
26
alguna medida no permiten alcanzar
la calidad académica, que no solo
depende de la universidad, sino de la
educación parvularia, básica y media.
Cada procedimiento de aprendizaje
necesita un tipo de herramientas,
primero se tiene que tener claro que
la globalización del conocimiento nos
enfrenta a una frontera tecnológica
incierta, de cambios irreversibles en
la biología humana y en la ecología
del mundo. Se requiere de un
tipo de educación en tecnología
radicalmente diferente, que permita
tomar decisiones inteligentes en ese
tipo de futuro (González, 2007).
Los avances técnicos suelen traer
aparejado más de un efecto, ya
que abren un nuevo universo de
posibilidades; y ese mismo universo
traza un límite restrictivo que permite
el ingreso de unos a la vez que excluye
a otros. La revolución informática
no ha sido una excepción. Está ha
cambiado el horizonte de nuestra
cultura, proporcionando herramientas
inimaginables en el pasado, que van
desde la conquista española hasta
el alto nivel de transculturación y
alienación en la sociedad salvadoreña
ya en el siglo XXI.
Pero también con dicha revolución
y los fenómenos subyacentes se ha
creado un mundo de marginados
de esos recursos. Y es que para la
mayoría de los hogares pobres y
de baja educación en El Salvador
el acceso a la computadora y a
internet es muy lejano, y la exclusión
se hace cada vez más latente; pero
aparejado a este vienen otros tipos de
analfabetismo, que hacen aún mayor
el abismo entre países desarrollados
y subdesarrollados, marcando aún
más la dependencia en todo sentido.
Las universidades reciben jóvenes
y adultos con esta variedad de
analfabetismos, tanto en el sector
do-cente como en el estudiantado.
Debido a ello, de nada sirve querer
enseñar inglés y computación, si son
víctimas de analfabetismos vinculantes
que, en alguna medida, no permiten
alcanzar la calidad académica, que
no solo depende de la universidad,
sino también de la educación inicial
(parvularia básica, media y de formación
profesional).
Esta inquietud dio origen, en el 2008,
a iniciar un estudio sobre “El nuevo
analfabetismo y su impacto en los
estudiantes universitarios”, como parte
de la labor investigativa en la Universi-
dad Tecnológica de El Salvador, el cual
se concluirá en el año 2009, esperando
conocer datos cuantitativos y cualitati-
vos de este fenómeno en las universi-
dades del país. Partiendo de los hallaz-
gos, se hará una propuesta que busque
aplicar medidas para minimizar este
fenómeno y, paralelamente saltar este
obstáculo en el camino a la calidad
académica y como efecto de cascada, a
solucionar otros problemas vinculantes
del entorno social, laboral y del medio
ambiente.
Edición Nº. 42
27
Conclusiones
Sin haber concluido la investigación,
ya se percibe que una gran parte de la
población salvadoreña en general, y la
universitaria en particular, está afectada
por el nuevo analfabetismo, lo que
significa un llamado urgente para aunar
esfuerzos y minimizar este fenómeno.
El nivel de afectación puede asociarse
con la crisis social, en la que se incluyen
problemas graves como la salud en
donde, si bien es cierto hay que mejorar
las políticas públicas, también hay
responsabilidad de la población, que
no aplica hábitos sanos de alimentación
y otras actividades afines que están
vinculadas al analfabetismo mente-
cuerpo. Pueden citarse también los
graves problemas del medio ambiente,
como el de la basura y la contaminación,
que refleja un analfabetismo ecológico.
Los dos fenómenos citados no son
ajenos al comportamiento de la
población universitaria salvadoreña,
que debería marcar la diferencia.
En resumen, se presume que existe
un alto porcentaje de analfabetismo
funcional en la población universitaria,
por el comportamiento observado.
Si no se pone “el ojo de águila” en
este problema no se podrán erradicar
muchos problemas en la sociedad
salvadoreña y, particularmente, en el
sector universitario, que atenta contra
la calidad académica en todo sentido.
Reflexiones finales
El Salvador es parte del contexto
globalizado, que se caracteriza por
un incesante devenir de cambios
económicos, culturales y sociales; donde
el empleo de las nuevas tecnologías de
la información y la comunicación son
indispensables para alcanzar el éxito
profesional; donde las actitudes y los
valores son imprescindibles para lograr
el desarrollo personal, y donde los
sistemas de relaciones son inherentes a
la integración social de los individuos. Lo
anterior significa que hay que reconocer
las formas del nuevo analfabetismo
para mejorar paulatinamente los niveles
de calidad y cumplir, por medio de
la educación, primero en el sistema
educativo y luego a escala nacional.
Las universidades deben buscar la raíz
del problema y hacer lo suyo, sin dejar
de investigar otras causas en educación
básica y media, proporcionando un
aporte en investigación educativa con
recomendaciones y propuestas viables
para todo el sistema en todos los niveles
de educación formal. Lo anterior podría
abrirnos nuevas perspectivas a nivel
regional e internacional al mejorar los
niveles de calidad.
En este contexto, existe un compro-
miso compartido entre el Estado y
las organizaciones, la sociedad civil,
los sectores educativos, en donde las
universidades son entes importantes
en este país, que deben corregir a
fondo este fenómeno que se reproduce
como células cancerosas y que atenta
negativamente contra nuestro futuro
como país. Ese compromiso conlleva
apostarle a la educación integral básica
conforme a las necesidades en cada
nivel de escolaridad y sector destinatario
del producto educativo que se forma
(laboral, urbano y rural). No obstante, esa
educación integral debe desarrollarse
en un sistema educativo de calidad,
incluyente, pero que a la vez forme a
las nuevas generaciones (docentes y
estudiantes) con capacidades para poder
competir en este mundo globalizado y, a
la vez, transformen el comportamiento
de subdesarrollo que ha caracterizado a
países como el nuestro.
BIBLIOGRAFÍA
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VALLEJOS, AMPARO. “Luces en el laberinto audiovisual”. Congreso Ibero-
americano de Comunicación y Educación. 2005.
28
Edición Nº. 42
29
S
e trata de aproximarse
conceptualmente a un esfuerzo
de convertir la escuela
tradicional en una escuela que fortaleza
la democracia, que se fundamente en
la libertad y en el afecto, en aras de
formar ciudadanos que busquen el
bien común.
El mapa conceptual mostrado
en el anexo 1, puede constituir una
aproximación de la realidad en algunos
centros educativos que operan con
moldes y modelos tradicionales, en
los que claramente se puede percibir
la preeminencia del autoritarismo
excedido, el cual se caracteriza por los
componentes siguientes:
TEMOR O MIEDO
Se reprimen iniciativas democrá-
ticas, no existen evidencias visibles de
prácticas que favorezcan la democracia,
no se cuenta con alumnos con voz ni
voto, ni con originalidades, deseos e
intereses de los mismos.
La organización es vertical,
unilateral, de arriba hacia abajo, con
un alto poder concentrado en cúpulas
sean estas de dirección escolar o de
asociaciones de padres de familia.
Un poder concentrado y excesivo
trastoca la vida en democracia, se
toman decisiones inconsultas en las
áreas administrativas, se desvían
fondos hacia intereses no educativos,
se adquieren bienes o productos
que no contribuyen a la mejora de la
calidad educativa y, en lo sustantivo,
el poder centralizado en lo académico
hace que se valoren aspectos de forma
tales como el uniforme, los zapatos,
la trasmisión de información, lo
intelectual, lo individual, la comparación
entre diferentes, la sumisión, el aspecto
físico en general, la burla por creencias
culturales, el irrespeto, etc., etc
NO NATURAL
Hay algunos casos en los cuales
se obliga a los alumnos a obedecer
patrones antinaturales tales como
modos, comidas, aulas no adecuadas,
el tener que estudiar contenidos
academicistas alejados de nuestra
realidad y sin utilidad, sin libertad
de opinar, sin poder ejercitar la
responsabilidad, ni la posibilidad de
amar la vida (biofilia) y apreciar el bien
común, la dignidad y el libre desarrollo.
Todo es negro o gris. Se hace énfasis
en la tormenta y no se valora, ni se ve,
el arcoiris.
Toque educativo
relacional
En términos
epistemológicos, también
es posible que la escuela,
en su afán de trasmitir
conocimientos entre un
maestro y su alumno,
haya olvidado que existe
una relación entre los
mismos de lo cual puede
resultar un fracaso o
un éxito y que, por lo
tanto, esta relación
resulta muy importante
para el mantenimiento
de aprendizajes
signi cativos y,
de largo plazo.
Palabras claves:
Epistemología relacional, toque relacional de Simmerhills, prácticas democráticas, educación deliberativa
Adolfo Araujo Romagoza
30
MACHISMO
“Los hombres no lloran”. Lo
afectivo no cuenta, se considera
debilidad dejar salir las emociones;
estas deben ocultarse, reprimirse
y eliminarse. En efecto, la escuela
no debe ser un lugar en el que la
felicidad predomine, debe ser seria,
rigorista (´la letra con sangre entra´),
inflexible (´yo tengo la razón, tú eres
ignorante´), la alegría no ayuda, es
mejor el silencio sepulcral, el orden,
la disciplina estricta, el trabajo
académico por obligación (´te
castigo dejándote una investigación
para mañana´) y no por convicción.
La comparación entre alumnos
(´Pedrito es mejor que Toñito´),
que hace desaparecer las relaciones
amigables en aras de valorar la
competitividad individualista e
insana. Se trata, consciente o
inconscientemente, de desdibujar
la identidad, la dignidad y la perso-
nalidad para dejar paso a lo estándar,
lo uniforme, el mismo paso, el mismo
ritmo y lo idéntico.
MECÁNICA
La educación tradicional prioriza
lo intelectual, la no discusión de las
ideas; es sin crítica y, en su afán de
trasmitir contenidos, olvida valores;
es constrictiva, reduccionista,
asistemática, confusa, irrelevante,
repetitiva, cansada, aburrida y,
sobre todo, mecánica. Para esta
escuela sólo cuenta el problema
bien estructurado, hay una sola res-
puesta y un solo modo de llegar a
ella. La respuesta es incuestionable
y no se verifica ni se valida, y se le
da por cierta e irrebatible. Ante esta
situación, se presenta en seguida
una nueva visión posible y concreta:
Quién eres es más importante que lo
que sabes o tienes.
LA TEORÍA
RELACIONAL
Es posible que la escuela tradicional
esté basada en la ciencia tradicional, la
cual siempre funcionó con el sentido
del orden, la verdad incuestionable,
la certidumbre matemática, la
racionalidad y, por tanto, la escuela
programada; el mundo lineal,
estable, sin ruido ni indefiniciones.
Colom (2002) dice: “La innovación, el
movimiento y la complejidad son los
grandes enemigos científicos de las
ciencias humano-sociales”.
En términos epistemológicos,
también es posible que la escuela, en
su afán de trasmitir conocimientos
entre un maestro y su alumno, haya
olvidado que existe una relación
entre los mismos, de lo cual puede
Un buen proyecto,
según el actor
citado, se indica (es
visible) porque lo
público es político,
la deliberación es
cotidiana, se aprende
para la argumentación
y también para poder
aceptar explicaciones.
Es informada y respeta
los derechos humanos,
valora la reciprocidad
y se deja con tiempo
su ciente para que las
deliberaciones uyan
libremente.
Edición Nº. 42
31
resultar un fracaso o un éxito, y que,
por lo tanto, esta relación resulta muy
importante para el mantenimiento de
aprendizajes significativos y de largo
plazo.
La identidad relacional es una
imagen que la persona establece
de sí misma, en relación con otras
personas que la rodean. Una
convivencia adecuada da confianza
a la persona, puesto que esta es
reconocida en su entorno social
y, por tanto, puede desarrollar un
sentido de pertenencia que potencia
las acciones por emprender. Una
relación en la enseñanza adecuada
traducida en apoyo a los intereses, el
estímulo oportuno, la comprensión
de la identidad personal y el respeto,
crean una mejor autoestima, lo que,
a su vez, se traduce en un mejor
rendimiento en el aprendizaje.
El toque relacional educativo
pretendería hacer que los alumnos
puedan expresar libremente sus ideas,
pensamientos, anhelos, emociones,
sentimientos, alegrías, identidades,
etc. Una relación empática entre el
profesor y el alumno puede ayudar a
que se crezca con una personalidad
proactiva en un ambiente en el que no
prevalezca la discriminación, donde
exista la afectividad, la autoestima,
el autoconocimiento, la democracia
y los valores en contraposición
a la competencia desmedida,
que favorece el valor por el éxito
financiero.
El caso de Summerhill School es
fuente inagotable de ideas sobre
lo que una escuela democrática,
libre y progresista puede aportar
al desarrollo de la democracia.
Summerhill fue fundada en 1921
por Alexander Sutherland Neill en
Leisten, (Gran Bretaña). Actualmente
es dirigida por su hija, Zoë Neill.
En el mapa conceptual (anexo
2) se resumen los principios de
la pedagogía de Summerhill, los
cuales se basan en la libertad, la
responsabilidad, la solidaridad y el
respeto para los demás.
La escuela democrática y libertaria
(caso de Summerhill) promueve
la democracia mediante prácticas
democráticas visibles, es igualitaria;
en ella se promueve que todos (los
alumnos, profesores y directores)
tengan voz y voto en un autogobierno
que funciona en consenso y en
el que el poder se reparte en lo
administrativo, en un tribunal
escolar; y en un poder legislativo,
que crea normas y acuerdos que
todos cumplen porque los mismos
nacen de la participación de todos
los involucrados.
La escuela se basa en la libertad
para que los alumnos puedan amar
la vida, puedan decidir por ellos
mismos qué hacer en la escuela,
distinguiendo la diferencia que existe
entre libertad y libertinaje, en donde
se ejercita la responsabilidad y se
practica el respeto a la dignidad y
el libre desarrollo, en donde el aula
es opcional. Summerhill es una
escuela en donde el toque relacional
se fortalece por medio del afecto,
de la felicidad, la alegría; en donde
la emoción es primaria, gobierna el
corazón y hay relaciones amigables
entre todos; se practica el desarrollo
de la identidad personal, la dignidad
humana y la persona.
La experiencia incluye una educa-
ción basada en el constructivismo,
32
ESCUELA TRADICIONAL AUTORITARIA
REPRESIVA
SE FUNDA EN
EL MIEDO
SIN FACULTAD
PARA:
AMAR
LA VIDA
NO ASISTIR
A LAS AULAS
EL AULA ES
OBLIGATORIA
PRACTICA LA
DIGNIDAD Y EL
LIBRE DESARROLLO
GOBIERNA LA
SUPUESTA RAZÓN
Y ES SUMAMENTE
CONSTRICTIVA
LA EMOCIÓN
NO CUENTA
LA FELICIDAD
NO AYUDA
NO CUENTA
LO AFECTIVO
SE TRABAJA
POR OBLIGACIÓN
...QUE SOLO
TRANSMITE
INFORMACIÓN
BASADA EN UNA
EDUCACIÓN...
NO HAY RELACIÓN
AMIGABLE
NO SE DESAROLLA
LA IDENTIDAD, LADIGNIDAD
Y LA PERSONALIDAD
SÓLO
INTELECTUAL
E INDIVIDUALISTA
SIN DISCUSIÓN
SIN CRÍTICA
SIN VALORES
PARA DECIDIR
QUÉ HACER
EN LA ESCUELA
HACER LO
QUE SE DESEA
DISTINGUIR
QUÉ ES LA LIBERTAD
EJERCITAR LA
AUTORESPONSABILIDAD
SIN PRÁCTICAS
DEMOCRÁTICAS
ALUMNO SIN
VOZ NI VOTO
GOBIERNO
UNILATERAL
EL PODER SE
CONCENTRA
ADMÓN.
ACADEMIA
la incorporación de valores; se
promueve la crítica, la discusión,
la cual no sólo es intelectual, sino
afectiva. El informe de inspección
de Ofsted de noviembre del 2007,
dice: “Summerhill provee una
satisfactoria calidad de educación
para sus alumnos. Los alumnos
aprenden apropiadamente y hacen
progresos satisfactorios en sus
cursos acreditados…”.
ESTRATEGIA DE CAMBIO
Pasar de una situación tradicional a
una de vida democrática y de libertad
implica una serie de proyectos
articulados y que sean sinérgicos
entre sí. Se pueden mencionar
algunos. En primer lugar, hay que
clarificar y consensuar qué tipo de
democracia se quiere: participativa,
representativa, pluralista, deliberativa,
congregativa… En segundo lugar,
hay que fortalecer en forma visible
el ejercicio de la democracia, y si
esta es deliberativa, en la cual se
parte de ciudadanos libres e iguales,
(Magendzo, 2007).
Hay que tener procesos en los
cuales se promueva la argumen-
tación, la reflexión para llegar a
puntos de encuentro y acuerdos.
Crear espacios relacionales para
vivenciar los valores democráticos
en un desarrollo cotidiano, no actos
aislados para elegir en un gobierno
cada cierto tiempo. La discusión y
el diálogo tienen beneficios para
las decisiones políticas: contar
con información, enriquecer la
racionalidad, tomar decisiones más
participativas, cívicas, solidarias, etc.
Un buen proyecto, según el actor
citado, se indica (es visible) porque
lo público es político, la deliberación
es cotidiana; se aprende para la
argumentación y también para poder
aceptar explicaciones.
Es informada y respeta los derechos
humanos, valora la reciprocidad y se
deja con tiempo suficiente para que las
deliberaciones fluyan libremente. Hay
canales para participar y se privilegia
la participación deliberativa por sobre
el poder corporativo o impositivo. En
cuanto a lo curricular (Earls y Carlson,
1995) ordenan las capacidades
para la deliberación: capacidad
para comunicarse, convencer, argu-
Edición Nº. 42
33
ESCUELA DEMOCRÁTICA
LIBERTARIA
BASADA EN UNA
EDUCACIÓN
...CONSTRUCTIVISTA
CON
VALORES
SE TRABAJA
CON ALEGRÍA
AFECTIVA
LIBRE PARA
AMAR LA VIDA
DEMOCRÁTICA
VISIBLES
PRÁCTICAS
DEMOCRÁTICAS
IGUALITARIA
(todos con voz
y voto)
AUTOGOBIERNO
EN CONSENSO
EL PODER
SE REPARTE
ADMÓN.
TRIBUNAL
LEGISLATIVO
ASISTIR A LAS
AULAS
PARA DECIDIR
QUE HACER EN
LA ESCUELA
EL AULA
ES OPCIONAL
PRÁCTICA DE
LA DIGNIDAD
Y EL LIBRE
DESARROLLO
´POR FAVOR, HAZ
LO QUE QUIERAS´
LIBERTAD
Y LIBERTINAJE
SE DISTINGUE
SE EJERCITA LA
RESPONSABILIDAD
Bibliografía: 1) American Educational Research
Journal, Number 1, march 2008. 2) Ofsed
Summerhill School, Inspection Report 2007.
LA FELICIDAD
AYUDA
LA EMOCIÓN
ES PRIMARIA
GOBIERNA
EL CORAZÓN
HAY RELACIÓN
AMIGABLE
DESARROLLA
LA IDENTIDAD,
LA DIGNIDAD
Y LA PERSONA
SE PROMUEVE
LA CRÍTICA...
...Y LA DISCUSIÓN
ES INTELECTUAL
Y AFECTIVA
mentar; capacidad para
analizar hechos, normas,
sentimientos, para convenir,
dudar, tomar decisiones,
y, por último, la capacidad
emocional para inspirar
confianza, respeto, actuar y
autorregularse.
La democracia debe
fortalecerse aun y cuando
sus resultados no sean
satisfactorios. El proceso
democrático tiene valores
más allá de lo tangible; la
búsqueda de la solidaridad
y el bien común lo merecen.
La escuela debe cambiar
para formar ciudadanos
libres y democráticos.
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estándares para educación que se reporta
directamente al parlamento Inglés.
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- *** Imagine a school…
Where kids have freedom to be
themselves… Where success is not
defined by academic achievement but by
the child`s own definition of success…
A. S. Neill’s Summerhill :
http://www.summerhillschool.co.uk
34
Educación:
pasaporte para la vida
en democracia
1
Edith Vaquerano de Portillo
A
lcanzar acuerdos resulta
ser un ejercicio azaroso en
un mundo marcado por la
diversidad cultural e ideológica, al
que se suman diferencias económicas
y sociales, de tal suerte que el logro
de una propuesta multicultural
que sienta las bases de un modelo
planetario de educación para el siglo
XXI suscita —o debería suscitar—
tanto el análisis como la reflexión.
Ese es precisamente el logro
del informe que la Comisión Inter-
nacional sobre la Educación para el
Siglo XXI presentara en 1996, con
el título “La educación encierra un
tesoro, a la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (Unesco, por
sus siglas en inglés).
El trabajo es tan amplio como
complejo, por cuanto parte de las carac-
terísticas de la sociedad de finales del
siglo XX, que actúa e interactúa en
el marco de la mundialización, para
luego irse refiriendo a la educación
como medio para la promoción de la
democracia, del desarrollo humano,
del aprender a vivir, que es a su vez un
imperativo para toda la vida, pero que
demanda nuevos modelos educativos,
en los que se replantee el papel de
la comunidad, del docente, de los
políticos, e incluso, de la cooperación
internacional.
E s t e a r t í c u l o p r e t e n d e r e v i s a r a l g u n a s
de esas propuestas, especialmente
las relacionadas con la democracia,
el desarrollo humano y la educación
para la vida, para trasladarlas al
ámbito salvadoreño, como deudas
pendientes de un modelo político y
económico que tiene anclado al país
en una transición democrática que
ya dura más de quince años y que
no termina de dar el paso hacia una
sociedad en paz, con libertad y justicia
social, en la que el componente ético
sea un actor privilegiado.
1
Trabajo presentado por la autora al Lic. Edgard Ernesto Ábrego Cruz, en la asignatura Filosofía Educativa Institucional, de la Maestría en Docencia Universitaria de la Universidad Tecnológica
de El Salvador, marzo de 2008.
Resumen
En este trabajo se presenta una reflexión general y la relación con el contexto salvadoreño acerca de la educación como
vía para enfrentar los retos de las sociedades actuales y propiciar la convivencia democrática, que pasa por superar la
ausencia de equidad en el sistema educativo, educar en valores y en derechos humanos, construir capital social y un
nuevo modelo educativo en el que se redefinan los papeles de sus actores. En este caso particular, las universidades,
en un marco de redescubrimiento de la ética y una apuesta por el rescate del ejercicio de la ciudadanía.
Palabras claves:
Educación, democracia, iniquidad, capital social, ética, ciudadanía.
Introducción
Edición Nº. 42
35
Educación para la
democracia
Hablar de educación para la
democracia lleva de inmediato
a relacionar dos términos tanto
comunes como complejos, en
la medida que, siendo de uso
generalizado, suelen ser objeto
de diversas interpretaciones. La
educación se vincula con un sistema
de formación de los individuos en el
que el Estado tiene menor o mayor
injerencia, mientras que el concepto
democracia suele limitarse a su visión
como el poder en manos del pueblo.
Ajena a la cotidianidad del
ciudadano común, y aun del
círculo de quienes inciden en el
quehacer educativo, se encuentra
alguna discusión mínima sobre la
trascendencia de una y otra, sobre
la característica que comparten de
no ser naturales y espontáneas, sino
creadas por el ser humano, por lo
tanto,V aprendidas, y susceptibles
de ser modificadas.
Si se concibe la democracia como
una forma de ver e interpretar el
mundo —lo que incluye la sociedad en
la que se vive— la educación para la
democracia supone propiciar formas
democráticas de pensar, sentir y actuar,
basadas en principios democráticos
tales como que el orden social es
construido y, por lo tanto, modificable;
que las normas que la rigen son las
mismas que las personas se imponen;
que a cada sociedad le toca construir
su propio modelo democrático; que
todo orden democrático tiene como
base la vigencia de los derechos
humanos y, finalmente, que el
conflicto, la diversidad y las diferencias
son elementos sustanciales de la
democracia (Toro, 2007).
Los conflictos, la diversidad y las
diferencias son, innegablemente,
parte sustancial de las sociedades
del siglo XXI —y la salvadoreña es
un claro ejemplo—, lo que plantea
grandes retos para la educación,
para la escuela que, como bien se ha
señalado internacionalmente, tiene
como retos no constituirse en un
factor de exclusión, sino contribuir
a desarrollar la voluntad de vivir
juntos, propiciar una participación
ciudadana consciente y activa, todo
ello adaptado a las exigencias de la
sociedad de la comunicación y la
información.
Surgen acá al menos dos primeras
inquietudes. ¿Es posible educar
para la democracia en El Salvador
si el mismo sistema educativo es
marcado por la ausencia de equidad?
¿Qué valores debería priorizar la
educación salvadoreña?
Ausencia de equidad
en el sistema educativo
Es imposible conciliar la demo-
cracia con la ausencia de equidad
en el sistema educativo; fenómeno
recurrente, aunque con diferentes
intensidades aun en el llamado
primer mundo.
Pero Latinoamérica —y dentro
de ella El Salvador— arrastran al
respecto una deuda significativa,
en la medida que el acceso a la
educación, sin entrar a valorar
la calidad, sigue siendo una
oportunidad que se niega a niños y
jóvenes de sectores desfavorecidos,
a pesar de que la Ley General
de Educación señala al Estado la
responsabilidad de fomentar el
pleno acceso de la población apta
al sistema educativo como una
estrategia de democratización de la
sociedad.
Si se utiliza aquí el término ausencia
de equidad, no es obviando el hecho
de que hay quienes recurren al
mucho más fuerte de iniquidad, que
ya implica el carácter de injusticia
grande o maldad, que se agrava
en el contexto de la globalización,
dadas las desiguales posibilidades
Este artículo
pretende revisar
algunas de
esas propuestas,
especialmente
las relacionadas con
la democracia,
el desarrollo humano y
la educación para la vida,
para trasladarlas al
ámbito salvadoreño,
como deudas pendientes
de un modelo político
y ecomico que
tiene anclado al país
en una transición
democrática que ya dura
más de quince años y
que no termina de dar el
paso hacia una sociedad
en paz.
36
que tanto instituciones como personas
tienen para acceder a la información y a
los diversos modos del conocimiento, lo
que genera a su vez nuevas estructuras
sociales que tienen a la base brechas
educativas que profundizan la dicotomía
incluidos-excluidos (Rama, 2006).
Si bien es cierto el alisis de Rama se
centra en la educación universitaria, las
dimensiones de la iniquidad que señala
pueden trasladarse a los demás niveles
de la educación. Se encuentran aquí las
iniquidades geográficas, que postergan
al área rural frente a la urbana; y las de
género, que, a pesar de los avances en
términos de acceso, siguen marcadas
por las orientaciones estereotipadas y
menores porcentajes de culminación en
relación con los hombres.
Se suman a las expresiones de
iniquidad anteriores las étnicas y raciales,
que en El Salvador no tienen mayor
relevancia no porque no existan, sino
por la casi desaparición de los grupos
indígenas. Finalmente, es inevitable
llegar a las iniquidades socioeconómicas,
en las que se indica que los factores
que inciden en el ingreso, la calidad, la
deserción y la repetición tienen como
rasgo determinante la pobreza, con lo
que se genera un círculo por demás
vicioso y pernicioso.
Sin necesidad de entrar en el detalle
de cifras, y con sólo recordar que El
Salvador descendió dos posiciones
en el ranking mundial de desarrollo
humano, viene a cuenta la reflexión
acerca de que lograr mayores niveles
educativos debería suponer una
mejora en la calidad de vida y romper
con el círculo de la pobreza, lo que
requiere cambios sustanciales en el
modelo económico vigente, partiendo
de la tesis de que al incrementar el
conocimiento y generar mayores
capacidades se puede aspirar a mejorar
el ingreso (Rivas Villatoro, 2003).
El punto es si las instancias de
poder dentro del modelo actual
tienen realmente voluntad política
para apostarle a la educación como
una de las vías para alcanzar un
verdadero desarrollo humano para
la mayoría, o se está frente a una
demagogia que se manifiesta en
programas de incentivos económicos
(Red Solidaria) y subsidios (Alianza
por la Familia) que, sin enfrentar
el problema estructural, terminan
siendo medidas paliativas.
Educación en valores
Si se señaló antes que el conflicto,
la diversidad y las diferencias
son elementos sustanciales de la
democracia, no se puede soslayar la
necesidad de impulsar una cultura
de valores que rijan la convivencia,
que, independientemente de que
su práctica sea propiciada o no en
el hogar, no libra a las instituciones
educativas de la responsabilidad de
trabajar en su promoción. Pero, ¿qué
tipo de valores requiere una sociedad
como la salvadoreña, que ha llegado a
niveles críticos de descomposición?
A guisa de
ejemplo, se cita el caso
de la Universidad
Tecnológica de El
Salvador, que ha
institucionalizado
la promoción y
evaluación, dentro del
proceso de enseñanza-
aprendizaje, de cinco
valores: la integridad,
el liderazgo, el respeto,
la responsabilidad y la
solidaridad.
Edición Nº. 42
37
Antes de realizar tal ejercicio, es válido
recordar que la educación en valores
debiera ir más allá de su inclusión como
contenidos en los programas de estudio
y manejarse como un eje transversal,
lo que supone asumir actitudes y la
práctica de hábitos esencialmente
correctos”, ya que trabajar en una
cultura de valores implica interiorizarlos
y propiciar su práctica. De ahí que
se deba ir más allá de enunciarlos,
memorizarlos y repetirlos.
A guisa de ejemplo, se cita el caso
de la Universidad Tecnológica de El
Salvador, que ha institucionalizado la
promoción y evaluación, dentro del
proceso de enseñanza-aprendizaje,
de cinco valores: la integridad, el
liderazgo, el respeto, la responsabi-
lidad y la solidaridad, cuyo cacter
amplio e inclusivo permite superar
algún señalamiento de omisión y,
sin duda, contribuir a un esfuerzo de
educación para la democracia.
Véase, en primera instancia, el valor
de la integridad para el desarrollo
de una sociedad, si se concibe esta
como la capacidad de autoevaluarse,
hacer lo que se predica y actuar de
acuerdo con lo que se cree, piensa
o siente. O cómo discutir el valor del
liderazgo, en la medida que se refleja
en la capacidad de tomar decisiones,
de persuadir a los des, en un
contexto de acciones positivas.
En cuanto al respeto, es innegable
la falta que hace a la sociedad
salvadoreña la consideración hacia
los demás y hacia sí mismos, así
como la responsabilidad, entendida
como la capacidad de aceptar
los propios actos y cumplir con el
deber. Y qué decir de la solidaridad,
esa cada día más escasa capacidad
de identificarse con los demás,
apoyar y compartir. No hay duda
que ciudadanos y profesionales
íntegros, líderes positivos, respe-
tuosos, responsables y solidarios
necesita el país.
Educación en derechos humanos
Al eje de los valores debería sumarse
otro que no puede —ni debe
desvincularse y que, de hecho, está
íntimamente ligado con él por vasos
comunicantes que hacen de ambos un
solo sistema: la educación en derechos
humanos, dado que la pctica de
valores da pie a la vigencia de los
derechos humanos, o viceversa.
De la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, se proponen
algunos de sus principios como temas
para el desarrollo de este eje: derecho
a la vida, a la libertad y a la seguridad;
igualdad ante l a ley; de recho a la liber tad
de pensamiento, de conciencia y
religión; derecho a la libertad de opinión
y de expresión; derecho a la seguridad
social, al trabajo y a la educación.
El desarrollo de los temas
propuestos en este eje demandan
un conocimiento que trascienda el
simple discurso que se queda en
el enunciado. Es necesario orientar
sobre las instancias y mecanismos
que permitan que estos derechos
tengan vida y no se queden en letra
muerta. Doce años de guerra civil
y más de 75 mil muertos deberían
abrir la puerta a esta posibilidad,
sin que eso cause resquemores o
acusaciones de “agitación social.
Educación y capital social
Educar para la vida y a lo largo de la
vida, para aprender a convivir con los
demás, implica un reto de largo aliento
que trasciende el quehacer educativo
tradicional centrado en enseñar a
conocer y a hacer. Es un estadio
superior que concibe a la sociedad
misma como una instancia educativa
en la que todo puede ser ocasión para
aprender y desarrollar las capacidades
del individuo, de tal suerte que se
aprovechen todas las posibilidades
que ofrece la sociedad y se construya
así tanto capital humano como social.
El término capital humano resulta
mucho más cotidiano y fácil de
asociar con los grados de nutrición,
salud y educación de una población.
Sin embargo, hablar de capital social
implica referirse a un concepto todavía
en construcción (Kliksberg, 2006),
que fundamentalmente se refiere al
grado de confianza existente entre
los actores sociales de una sociedad,
a las normas de comportamiento
vico practicadas y al nivel de
asociatividad que la caracteriza.
El término capital
humano resulta mucho
más cotidiano y fácil de
asociar con los grados de
nutrición, salud
y educación de
una población.
Sin embargo,
hablar de capital social
implica referirse a
un concepto todavía
en construcción.
38
Kliksberg sostiene, en este
contexto, que capital social y
cultura pueden ser palancas
formidables de desarrollo si se
crean las condiciones adecuadas,
afirmando a la vez que, por utópico
que parezca, es factible lograrlo,
destacando las posibilidades
que abre la democratización de
la cultura, por cuanto la creación
de espacios culturales asequibles
a los sectores desfavorecidos
potencia la creación de canales
de integración, en una especie
de parasistema educativo que
ofrezca opciones de capacitación
informal, que complemente y
refuerce la escuela, en una acción
que resultaría especialmente rele-
vante para la población adulta que
abandonó los estudios formales en
su juventud.
Desde el ámbito de la educación
formal, la formación de los individuos
se orienta al logro de competencias
que respondan en general a las
exigencias del modelo de desarrollo
vigente, y particularmente, a las
demandas del mercado laboral, en
una dinámica de competitividad
que abre o cierra las puertas al éxito
social.
Si la educación formal se queda
hasta ahí, más temprano que tarde
se contradice el espíritu de la Cons-
titución de la República, cuando se-
ñala entre otros fines de la educación
nacional, lograr el desarrollo integral
de la personalidad en su dimensión
espiritual, moral y social, así como
contribuir a la construcción de una
sociedad democrática más próspera,
justa y humana.
Surge nuevamente el interrogante
acerca de si existe la voluntad
política en la clase dirigente de
hacer cumplir la ley; si existe la
disposición a propiciar que el
progreso económico se traduzca
en desarrollo humano, que están
vinculados pero no necesariamente
el primero lleva al segundo. Si la
respuesta es negativa, corresponde
entonces a los ciudadanos superar la
apatía y tomar las oportunidades que
abren los discursos de participación
y descentralización, para impulsar
un cambio que, gestado desde las
aulas, abra espacio a su vez a las
instancias ciudadanas constructoras
de capital social, que hagan realidad
el sueño de convertir a la educación
en un pasaporte para la vida, con
visa incluida para todos.
El papel de las universidades
La corriente de responsabilidad
social empresarial que viaja por el
mundo no es ajena a El Salvador, y,
como tantos otros vocablos, es sujeto
de deformaciones e interpretaciones
convenientes. No obstante, baste
con decir que no es sinónimo de
filantropía y que trasciende aquello
que la empresa u organización debe
hacer por obligación legal. De ahí que
cumplir la ley no hace a una empresa
ser socialmente responsable. Las
universidades, dado su papel
determinante en la construcción de
las sociedades y formación de sus
dirigentes, no pueden eludir la parte
que les corresponde.
El tema es abordado por Bernardo
Kliksberg (2006), por iniciativa de la
Red L atinoamericana de Cooperación
Universitaria (RLCU), insertándolo
en el contexto de lo que él llama la
idea de la recuperación de la ética,
para afirmar que, en su opinión,
la universidad como institución
tiene que asumir el liderazgo en el
planteamiento de la agenda ética
al Continente. Y ese liderazgo
significa no sólo que la universidad
acompañe, sino que debe ser el faro,
la luz, la estrella que oriente.
En ese rumbo señala al menos tres
líneas de acción: la formación ética de
los egresados en todas las disciplinas;
ayudar a mejorar la calidad de la
discusión ética de la sociedad, plan-
teando en la sociedad temas éticos
muy importantes y contribuyendo a
mejorar el debate ético; y, finalmente,
desarrollar una activa tarea de trabajo
con la comunidad.
Pero una vez más, la ética debe
dejar de ser teoría y convertirse
en praxis. ¿De qué sirve tener una
Ley de Ética Gubernamental, por
ejemplo, que manda que su estudio
sea obligatorio en todos los niveles
del sistema educativo, cuando
sus mismos creadores exhiben
conductas públicas que contradicen
el espíritu de esta y otras leyes?
¿De qué sirve conocer el articulado
Edición Nº. 42
39
si el conocimiento del mismo no
necesariamente significa respeto y
cumplimiento, sino, por el contrario,
encontrar la vía para violarlo?
Si las instituciones universitarias
están llamadas a ser ese faro, esa luz o
esa estrella que oriente, ¿quién asumirá
ese papel en su interior? porque, tal luz
debe provenir del interior y desde ahí
reflejarse hacia fuera. Por otro lado, ¿qué
papel juega aquí la contraposición entre
los intereses éticos y los económicos
de supervivencia?. Porque, sin ser
excluyentes, son fuente de conflicto.
Se impone la necesidad de un ejercicio
de repensar las universidades, cuya
reflexión involucre y abarque a todas
sus instancias en la búsqueda de esa
coherencia vital entre el ideario y el
quehacer del día a día.
Conclusiones
Tal como se señaló al inicio de
este trabajo, su propósito no es
proponer soluciones o respuestas,
sino reflexionar sobre los grandes
retos y compromisos que tienen la
educación y quienes en ella acan,
para que la humanidad se acerque
a ese ideal de democracia, justicia,
paz y libertad en este siglo XXI,
cuyo inicio ha estado marcado por
conflictos cada vez más destructivos
y desafiantes.
En ese sentido, más que conclusiones,
se presenta aquí una suerte de reflexión
final, en la línea de subrayar algunos de
los aspectos ya abordados.
Rescatar el concepto de ciudadanía
es la apuesta, con todos los derechos,
deberes y responsabilidades que
trae consigo. Una ciudadanía que,
con plena conciencia ética, asuma
el compromiso de hacer política
responsable, entendida esta como la
intervención en los asuntos públicos
y no necesariamente vinculada a los
intereses de la partidocracia.
Una ciudadanía que desde
su acción política se apropie del
concepto de educación para la
democracia y exija una potica
de Estado que doblegue esa falta
de voluntad política para superar
la ausencia de equidad y justicia.
Una ciudadanía que modele los
valores y principios esenciales
en una sociedad más justa, en
contraposición a los antivalores que
transmiten personajes enquistados
en las estructuras del poder.
Pero esa ciudadanía, hoy por hoy,
no existe; y es necesario crearla. Y
eso es posible desde las instancias
educativas, desde los docentes,
tanto con su discurso como con
su ejemplo. Porque, recuérdese
que tanto la educación como la
democracia son creaciones humanas,
susceptibles de ser cambiadas por
el ser humano mismo.
Referencias
Delors, J. y otros. (1996). La edu-
cación encierra un tesoro. Quito:
Unesco.
Kliksberg, B. (2006). Más ética, más
desarrollo. Buenos Aires: Grupo Editorial
SRL.
Kliksberg, B. y otros. (2006). Proyecto
de responsabilidad social de las
universidades. Buenos Aires: Red
Latinoamericana de Cooperación
Universitaria.
Ley General de Educación, El Salvador,
1996.
Rama, C. (2006). La Tercera Reforma
de la Educación Superior en América
Latina. Buenos Aires: Fondo de Cultura
Económica.
Rivas, F. (2003). Balance educativo,
El Salvador, educación para todos:
un sueño posible. San Salvador:
Asociación Intersectorial para el
Desarrollo Económico y el Progreso
Social.
Toro, J. B. (2007). Educacn para la
democracia. Recuperado el día 1 de
marzo de 2008 de http://www.oei.es/
noticias/spip.php?article563
40
Los Órganos
del Estado,
capacidades y deficiencias
ALGUNAS ACLARACIONES
PREVIAS
E
sta presentacn no
pretende incursionar en
el intrincado campo de la
ciencia política o la teoría
del Estado; aunque deseable, debo
reconocer que ese no es un campo
de mi dominio. L a teoría, las nociones
sustantivas y hasta los conceptos más
elementales involucrados, sin duda
son fundamentales para entender
la esencia del funcionamiento del
Estado. Sin embargo, creo que lo
importante en esta oportunidad es
tratar de discernir un poco cómo
su accionar incide en la realidad
nacional, nuestra cotidianidad, la vida
de cada uno de los salvadoreños.
Pero esto tampoco nos exime de
la tarea de hacer por lo menos un
intento de aproximación conceptual
al tema. Y para abordarlo de una vez,
siempre con el riesgo de incurrir en
una ligereza, creo que todo se reduce
a tratar de poner en perspectiva
el accionar del Estado y lo que la
sociedad espera del mismo, lo cual
se sintetiza en una palabra que
utilizamos con mucha frecuencia:
eficacia.
Juan Héctor Vidal
Edición Nº. 42
41
Una democracia funcional tiene
a la base un Estado eficaz, que se
expresa en resultados a partir de la
forma en que se desempeñan sus
principales órganos de acuerdo con
la Constitución y el funcionamiento
de las instancias y organizaciones
de base que conforman toda la
administración pública, partiendo
de la legislación secundaria, dispo-
siciones reglamentarias y pcticas
administrativas.
Sin embargo, enjuiciar el compor-
tamiento de las instituciones del
Estado también supone introducir
en el análisis el contexto histórico
en que se desenvuelven, lo que
las convierte en actores pasivos
o activos de los cambios que
experimentan las sociedades a lo
largo del tiempo.
MARCO DE REFERENCIA
Partiendo de lo antes dicho, abor-
dar con alguna propiedad el tema que
nos ocupa implica, cuando menos,
hacer referencia a lo que estable-
ce la Constitución en cuanto a la
esencia del Estado, su razón de ser y
su forma de organización; así como
al significado de los Acuerdos de Paz
en la situación que estamos viviendo.
Comencemos por esto último.
Creo que hay una coincidencia
casi generalizada en el sentido que
con el cese del conflicto armado por
la vía negociada, El Salvador dio un
gran paso en la tarea de su propia
transformación no solo en lo polí-
tico, sino también en lo económico,
en lo social y en lo cultural.
Debemos reconocer así que la
terminación del conflicto y más allá
del contenido de los compromisos
firmados, los salvadoreños acepta-
mos una especie de pacto no escrito,
bajo el cual nuestra conducta
individual y colectiva estaría regida
por un Estado democrático de
derecho y por una actitud genuina
de todos y cada uno de nosotros de
respetar los derechos de los demás,
incluyendo el de disentir, pero
sobre todo el derecho a la vida, a la
propiedad privada, a la salud, a la
educación, a la seguridad personal.
Esto suponía, a la vez, una ins-
titucionalidad sólida, creíble, trans-
parente que se iría construyendo
con el esfuerzo constante, tesonero
y visionario de todos, no solo de
nuestros gobernantes. Y en esto, no
solo debemos fijar nuestra mirada al
surgimiento de entidades producto
de los Acuerdos mismos, como la
Policía Nacional Civil, la Procuraduría
para la Defensa de los Derechos
Humanos, el nuevo papel que se le
asignó a la Fuerza Armada o la forma
diferente de elegir en segundo
grado a funcionarios importantes
como la Corte Suprema de Justicia,
el fiscal general de la República, el
procurador general y las autoridades
de la Corte de Cuentas.
Debemos también insistir en
aquello que se esperaba de la inde-
pendencia de los tres órganos del
Estado, de la institucionalidad res-
ponsable de la aplicación de la
pronta y cumplida justicia, del papel
del organismo encargado de velar
por el buen uso de los recursos
públicos, del remozamiento del
sistema electoral, etc. Y en lo que
concierne al funcionamiento del
sistema económico, aspirábamos
a la creación de entidades que
Los salvadoreños
aceptamos una especie
de pacto no escrito,
bajo el cual nuestra
conducta individual
y colectiva estaría
regida por un Estado
democrático de
derecho y por una
actitud genuina de todos
y cada uno de nosotros
de respetar los derechos
de los des.
42
velaran por que el modelo que
había comenzado a instaurarse con
anticipación a los Acuerdos de Paz
tuviera como sustento instituciones
sólidas que garantizaran la libre
competencia y tutelaran los derechos
de los consumidores.
El Foro para la Concertación Eco-
nómica y Social lo visualizábamos
así como una instancia permanente
de diálogo, donde los patronos y
los trabajadores pudieran hacer una
labor muy importante, trasladándole
a la clase política insumos críticos
para construir una base de coope-
ración para el fortalecimiento de
la cohesión social y el sistema
productivo nacional.
En lo que concierne al orden consti-
tucional, todavía resulta más claro
y exigente el rol de los órganos del
Estado en una sociedad democrática
como la que estamos tratando de
construir. Y para esto, no necesitamos
una interpretación jurídica, filofica
o ética de sus responsabilidades.
Baste referirlas a las funciones y a
las responsabilidades que la misma
Carta Magna les asigna a todos y cada
uno de ellos, aunque siempre resulta
importante recordar cl es su ran
de ser en un Estado democrático de
derecho.
EFICACIA: UNA
APROXIMACION AL TEMA
La forma en que el Estado cumple
su papel tiene su expresión más
concreta en la eficacia con que
cumple sus funciones, dentro de
la normativa contenida en la Carta
Magna. Pero, dada la complejidad
de las funciones a él encomen-
dadas, surge como producto de su
accionar una heterogénea y variada
generación de bienes y servicios
que le demanda la comunidad,
que pueden ir desde una carretera,
los servicios de educación y salud,
pasando por la prevención y el
combate a la delincuencia, hasta lo
s apreciado de una sociedad libre:
su contribución a la construcción de
la democracia. Pero el accionar del
Estado, en la visión del ciudadano
común puede tener como expre-
siones aquellas situaciones que
le agobian a diario, más allá del
significado que otros pueden darle,
por ejemplo, a la educación y la
salud como elementos que mejoran
la calidad de vida y su influencia
decisiva en el mismo.
Edición Nº. 42
43
Comencemos por hablar entonces
de dos temas concretos que preo-
cupan a la ciudadanía, porque son
parte de su entorno y afectan su
diario vivir. Al menos esto es lo que
sugieren las encuestas de opinión,
cuyos hallazgos adquieren más
relevancia en tiempos electorales
como los que estamos viviendo. Nos
referimos al tema de la delincuencia
y al de la economía. Comencemos
por este último.
¿Cómo se mide la capacidad
del Estado (no del gobierno)
para proporcionar bienestar
económico a la población?
• ¿Por el dinamismo con que crece
el Producto Interno Bruto?
¿Por la creación de empleos de
calidad?
• ¿Por el grado de inserción en la
economía global?
• ¿Por la distribución equitativa del
ingreso nacional?
¿Y en el caso de la delin-
cuencia?
¿Por la cantidad de indiciados
que captura la PNC?
¿Por el número de delincuentes
que esn en las cárceles?
• ¿Por la cantidad de los que han
sido condenados?
¿Por la creación de condiciones
para que las personas se sientan
menos inclinadas a delinquir?
Sobre estos dos temas, pod-
amos debatir in extenso y, sin
duda, después de un largo ejercicio
lleguemos a un acuerdo sobre las
diferentes preguntas planteadas,
pero no se necesita hacer un
ejercicio demasiado profundo para
concluir que, en todos los casos, hay
responsabilidad de los tres órganos
del Estado. La Asamblea aprobando
leyes; el Ejecutivo, aplicándolas; y
el Judicial, velando por que todo se
haga apegado a derecho. Es decir, en
todos estos casos, vemos al Estado
en acción.
De lo anterior podemos extraer
una primera noción. El Estado no es
un ente abstracto ni tiene lugar en el
vacío; existe para algo superior.
En la base de su existencia está
un mandato que emana de la misma
población, que se expresa en la
Carta Magna, donde se definen
sus fines. Al efecto, el Título I,
Catulo Único, se refiere a “la
persona humana y los fines del
Estado”.
Art. 1. “El Salvador reconoce a
la persona humana como el fin de
la actividad del Estado, que es
organizado para la consecución de
la justicia, de la seguridad jurídica y
del bien común.
“En consecuencia, es obligación del
Estado asegurar a los habitantes de
la República, el goce de la libertad,
la salud, la cultura, el bienestar
económico y la justicia social.
En términos simples, este artículo
puede interpretarse como la expre-
sión más acabada de la razón de
ser del Estado. Del mismo se deriva
que el Estado no existe per se, sino
para cumplir con las funciones que
la misma sociedad le ha delegado.
Simplificando en extremo podría-
mos decir que el papel del Estado
adquiere expresión concreta en el
lugar que ocupa la administración
pública dentro del enfoque de
la Teoría General de Sistemas.
Gráficamente ese papel se puede
expresar de la manera siguiente:
EL SISTEMA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Fuente: Campero, Gildardo – Juan Héctor Vidal; Teoría General de Sistemas y Administración Pública, Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA); San
José, Costa Rica, 1977.
LOS INSUMOS DEL MEDIO
AMBIENTE INCLUYEN:
a) demandas, b) recursos,
y c) apoyo u oposición
de los ciudadanos y
funcionarios de otras
rmas del gobierno.
bienes y servicios para
el público y funcionarios
de otras dependencias
del gobierno
a) estructuras, b) procedi-
mientos, y c) predisposi-
ciones y experiencias
personales de los
administradores.
representa la in uencia que
los productos tienen sobre
el medio ambiente, de
modo que da forma a los
insumos subsiguientes.
incluye: a) usuarios o clientes, b) costo de los bienes y servicios, y c)
miembros del público y otros funcionarios del gobierno que respalden o se
oponen a las dependencias, los administradores o los programas.
LOS INSUMOS INTERNOS
INCLUYEN:
EL MEDIO AMBIENTE:
LOS PRODUCTOS PARA EL
MEDIO AMBIENTE INCLUYEN:
PROCESO DE CONVERSIÓN
RETROALIMENTACIÓN:
44
Lo anterior constituye un buen punto
de partida para dar un paso más a fin
de dar cabida a la institucionalidad
y el marco normativo que sirven de
sustento a la existencia y razón de
ser del Estado.
Estamos hablando, por supuesto,
del Estado como lo define la Consti-
tución de la República, que en su
Artículo 86 dice:
“El poder público emana del pue-
blo. Los órganos del Gobierno lo
ejercerán independientemente
de las respectivas atribuciones
y competencias que establece
esta Constitución y las leyes. Las
atribuciones de los órganos del
Gobierno son indelegables, pero
estos colaborarán entre sí en el
ejercicio de sus funciones públicas”.
Para darle contenido real a este
artículo, el Estado se organiza en
compartimentos superiores (órga-
nos) que en nuestro ordenamiento
constitucional —inspirado en las
ideas de Montesquieu— definen
la separación de poderes, pero
que bajo el enfoque sistémico
funcionan dentro del “sistema
administración pública”. La gráfica
siguiente sintetiza esa organización
e identifica las funciones básicas de
los tres órganos.
EN TORNO A LA
FUNCIONALIDAD DE LOS
ÓRGANOS DEL ESTADO
En este campo, tenemos como
antecedente un estudio pionero, por
lo menos en la historia reciente, que
realizó Fusades con la colaboración
de la Universidad de Salamanca, bajo
el sugestivo título “Las instituciones
democráticas en El Salvador, valo-
ración de rendimientos y Plan de
fortalecimiento”. Este estudio se
publicó a mediados de 2005, y por
Fuente: Campero, Gildardo – Juan Héctor Vidal; Teoría General de de Sistemas y Administración Pública; Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA); San José, Costa Rica, 1977.
otorga
otorga
otorga
para
dictar
para
emitir
BC
D
F
H
G
E
B” C”
para
dictar
La
Constitución
Política
Facultades al
órgano
Judicial
Resoluciones
Facultades
al órgano
Ejecutivo
Facultades
al órgano
Legislativo
La ley de
secretarías y
otras leyes
El reglamento
interior
de cada
dependencia
entre los
cuales se
encuentra
Actos
Jurídico-
Administrativos
Recursos
Administrativos
Atribuciones
y obliga-
ciones de las
diferentes
unidades
que debe
contener
que pueden
modificar dichos
que modifican los efectos del acto
específico, motivo de la inconformidad
cualquier persona que
considere lesionados
sus intereses puede
ejercer sus derechos
acuediendo a
cumplidos los requisitos legales
del recurso administrativo puede
solicitarse el amparo y protección
de la Corte Suprema de Justicia
con base en las
Derechos y
obligaciones
de personas
naturales
y jurídicas
que afectan a los
del cual derivan estas
su autoridad legítima
para ejecutar
que atribuyen a las dependencias
facultades generales que a su vez
se desarrollan en
Acuerdos,
Decretos,
Reglamentos
y Órdenes
A
ESQUEMA DEL SISTEMA NORMATIVO
o
g
ga
o
a
a
rga
g
o
g
g
Edición Nº. 42
45
el momento está en preparación un
segundo que profundiza y desarrolla el
contenido del primero.
La coincidencia del tema de esta
presentación con esos estudios no
puede ser más feliz; consecuente-
mente, partiremos de los hallazgos de
ese trabajo para abordar algunos de los
temas que consideramos pueden ser de
mayor interés.
Ya en el Capítulo 1 (Consideraciones
Generales y Marco Teórico Meto-
dológico), que recoge la síntesis de
todo el trabajo, se señala lo siguiente:
“Las instituciones y mecanismos de
representación son los puntos de
partida del informe para la evaluación de
la calidad de la democracia en su doble
dimensión: el rendimiento efectivo de
las instituciones, y las percepciones
y actitudes de los actores políticos
fundamentales sobre estos mismos
aspectos”.
Nótese cómo encaja esta acotación en
el tema de la institucionalidad que tanto
preocupa a los salvadoreños, pero que
no siempre la relacionamos con lo que
establece nuestra Carta Magna, donde
está formalizado el pacto social y político
que rige la vida de todos nosotros, y los
presupuestos básicos que llevaron a los
Acuerdos de Paz, que son, en muchos
sentidos, el referente más importante
en los esfuerzos que realizamos los
salvadoreños para construir una
democracia real.
Consecuente con lo anterior, el punto
de partida son las “elecciones y el
sistema electoral”, donde, desde nuestro
punto de vista, pueden encontrarse las
raíces de la involución que algunos ven
en nuestra incipiente institucionalidad
democrática.
Al respecto, se señala que “a pesar
del avance en el proceso democtico
en El Salvador, luego de los Acuerdos
de Paz, se percibe que los electores
no se sienten representados por sus
gobernantes, lo que le resta legitimidad
al sistema electoral, imposibilitando
el mejoramiento de la calidad de la
democracia”.
Este tema ha sido objeto de mucha
discusión en los últimos años y encon-
tró un punto de convergencia en
los planteamientos del Movimiento
Independiente pro Reforma Electoral
(MIRE), porque en la base del mismo está
el comportamiento poco ético que se
observa en los partidos representados
en la Asamblea Legislativa, donde
los intereses particulares tienen pre-
eminencia sobre los generales en
detrimento de toda la institucionalidad.
Algunos problemas recientes de mayor
relevancia son:
1. División de las elecciones.
2. Censo y distribución
de diputados y concejos
municipales.
3. Papeletas sin firma.
4. Registro electoral dudoso
Pero, indudablemente, hay problemas
más de fondo detrás de esos hechos,
que solo se pueden entender a la luz de
la partidización del Tribunal Supremo
Electoral.
Para el caso solo baste citar una
encuesta reciente de la UCA, que revela
que el 54% de la población muestra
Luego de los
Acuerdos de Paz,
se percibe que los
electores no se sienten
representados por sus
gobernantes, lo que
le resta legitimidad al
sistema electoral...
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poca o ninguna confianza en el proceso
electoral; el 55% piensa que habrá
fraude y el 63% desconfía del sistema
electoral.
Un segundo aspecto por destacar
es el delos partidos y el sistema de
partidos”. Sobre este particular, se
señala que “el sistema de partidos es
multipartidista, que se describe como
pluralismo polarizado con dos partidos
dominantes.
A partir de esto se concluye que El
Salvador es, en estos momentos, el país
s polarizado de Arica Latina, lo que
dificulta las relaciones de cooperación
interpartidos y las de confrontación se
vuelven más probables, encontndose
las principales deficiencias de este
sistema en el equilibrio de poderes y en
las relaciones con los electores.
Las actitudes en torno a temas
cruciales como la aprobación del pre-
supuesto general, la contratación de
préstamos, las elecciones de segundo
grado, y otros problemas más, no son
sino la expresión concreta de un mal que
tiene sus raíces en la forma en que se
eligen los “representantes del pueblo”, y
que ha llegado al punto de desprestigiar
todo el sistema electoral.
La desconfianza en los partidos
políticos contamina al mismo Tribunal
Supremo Electoral, cuya composición
es igualmente parte del reparto
partidario. Las consecuencias se
vivieron de cara a las elecciones del
quince de marzo de 2009, año en gran
parte de la población se mantuvo a la
espectativa de la transparencia del
proceso.
En consideración a los desafíos de la
democracia, los hallazgos no pueden
ser más reveladores, y esto lo confirman
nuevamente las encuestas que ubican
a los partidos entre las entidades más
desprestigiadas, constante que ha sido
determinada para América Latina por
Latino barómetro. Se tienen dudas
sobre la forma en que se financian
y hasta se sospecha que han sido
infiltrados por el crimen organizado.
Infelizmente, los partidos políticos
son, de acuerdo con la Constitución
(Art. 85), el único instrumento para
el ejercicio de la representación del
pueblo dentro del gobierno.
En materia Judicial, se considera que el
progreso alcanzado desde los Acuerdos
de Paz ha sido positivo, pero se advierte
que todavía falta camino por recorrer. Al
respecto, se señala la existencia de una
percepción de que continúan problemas
muy graves, tales como la falta de
confianza de los ciudadanos en el sector
judicial, problemas de acceso a la justicia,
falta de independencia del Órgano Judicial,
lentitud en los procedimientos y carencia
de recursos económicos y humanos, lo que
redunda en una deficiente administración
de justicia.
El Departamento de Estado de los
Estados Unidos en sus evaluaciones
periódicas, invariablemente ha hecho se-
ñalamientos muy serios del desempeño
del Órgano Judicial.
La descon anza
en los partidos
políticos contamina
al mismo Tribunal
Supremo Electoral,
cuya composición es
igualmente parte del
reparto partidario.
Edición Nº. 42
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En un contexto más amplio, se
han detectado problemas graves en
el cumplimiento de fallos de la Corte
Suprema de Justicia (CSJ) como el
relacionado con la dolarización (la
aceptó en el supuesto que el sistema
sería bimonetario) la degradación de la
Sección de Probidad ante presiones de
ex funcionarios para no rendir cuentas,
retardación de fallos por juicios incoados
por la Superintendencia de Competencia
(casos de petroleras) hasta las disputas
entre la CSJ y la Fiscalía General de la
República por la actuación de jueces.
Otro tema de extrema importancia
en el funcionamiento del Estado es el
manejo y control de los fondos públicos,
que es un presupuesto fundamental de
la legitimidad democrática y la eficiencia
económica de los entes públicos.
En El Salvador se advierte la falta de
independencia de la Corte de Cuentas
de la República, su politización y su
excesiva discrecionalidad para intervenir
en determinados casos.
El problema fundamental en este caso
deriva del hecho que el ente contralor se ha
convertido virtualmente en un verdadero
coto de caza de un partido, con todo lo
que ello significa para la transparencia y
la rendición de cuentas. Una expresión
concreta del grado de politización y de
las presunciones del poder que dimana
del mismo problema, es la negativa de
la Asamblea Legislativa de autorizar su
auditoría, en abierta violación de la ley.
Gran parte de los problemas que se
le atribuyen a la forma en que funciona la
Corte de Cuentas, se originan en hecho
de para la elección de las autoridades,
no se necesita de mayoría calificada y
que el ente desempeña al mismo tiempo
funciones de auditoría y jurisdiccionales.
Los intentos de convertir a la Corte de
Cuentas en verdadero ente contralor,
han sido aparentemente bloqueados
por el mismo partido gobernante.
En cuanto a cultura política y la inse-
guridad ciudadana, “se aprecia un bajo
nivel de capital social, lo que repercute
en la estabilidad política y en la falta de
institucionalidad, proyectando indi-
viduos altamente desconfiados de las
instituciones democráticas, generando
insatisfacción de la sociedad, lo que
redunda en aspectos tales como: delin-
cuencia, descomposición familiar,
fra-caso escolar y la corrupción,
los cuales pueden solventarse por
medio de medidas de prevención
y de la generación de capital social
(promoción de valores y principios).
Como manifestaciones extremas de
esta situación, se pueden señalar los
siguientes problemas:
se aprecia un
bajo nivel de capital
social, lo que repercute
en la estabilidad
política y en la falta
de institucionalidad
proyectando individuos
altamente descon ados
de las instituciones
democráticas.
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1) El Salvador exhibe uno de los índices
de de delincuencia en América Latina,
con un costo que asciende a casi el
12% del producto interno bruto (PIB); 2)
se presume que el crimen organizado
a infiltrado instituciones del Estado y
3) se magnifica el número de hogares
desintegrados, lo cual acentúa la pobreza
y fomenta la delincuencia.
Deliberadamente hemos dejado para
el final al Órgano Ejecutivo, para rela-
cionarlo directamente con la influencia
que ejerce en el orden económico
de acuerdo con el Art. 101 de la
Constitución que reza:
“El orden económico debe responder
esencialmente a principios de justicia
social, que tiendan a asegurar a todos
los habitantes del ps una existencia
digna de ser humano.
“El Estado promoverá el desarrollo
económico y social mediante el incre-
mento de la producción, la produc-
tividad y la racional utilización de
los recursos. Con igual finalidad,
fomentará los diversos sectores de la
producción y defenderá el interés de
los consumidores”.
Partiendo del papel que juega el
Estado en una economía de mercado
(Ver gráfica) podemos decir: el Órgano
Ejecutivo ha perdido gran parte de su
responsabilidad en la conducción de la
política económica al haber renunciado
a muchas de sus responsabilidades,
y muy especialmente a partir de la
dolarización. Para fines prácticos solo
le queda como campo de actuación la
política fiscal, pero esta a su vez se ha
debilitado a medida que el gobierno
se ha ido endeudando más y el ps se
enfrenta con problemas para acudir al
crédito y dotar al sistema económico
de la liquidez que demanda la
economía, como consecuencia de la
crisis financiera internacional.
Hay honrosas excepciones,
como el papel que están jugando la
Superin-tendencia de Competencia
y la Defen-soría del Consumidor, que
se han convertido en verdaderos
pilares para el funcionamiento más
eficaz del modelo de economía de
mercado. Además a la presente
administración, al menos hay que
Fuente: Elaboración propia con base en diversas fuentes.
Fuente:
Elaboración propia con base en diversas fuentes
Funciones clásicas del Estado
en una economía de mercado
• Redistribución del ingreso
- Sistema tributario
- Política de gasto
• Estabilidad
macroeconómica
- Política monetaria
- Política scal
• Ingresos
• Gasto
• Endeudamiento
• Dé cit
• Asignación e ciente
de los recursos
- Incentivos
• Ahorro
• Inversión
- Marco regulatorio
- Políticas públicas
Edición Nº. 42
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darle crédito por el énfasis que ha
puesto en las áreas sociales a pesar
de las restricciones fiscales.
En una visión de conjunto y en
cuanto al Órgano Ejecutivo, se le
puede atribuir su poca disposición en
crear espacios para la concertación
en temas de interés nacional, la
supuesta violación de disposiciones
constitucionales para orillar los
votos de la oposición y, en general,
un éxito solo relativo en la gestión
económica.
En descargo de esas decisiones que
ha tomado el gobierno para optar
por las figuras financieras como los
fideicomisos, hay que decir que la
oposición más radical en la Asamblea
Legislativa ha tenido en estos temas
una enorme responsabilidad.
PALABRAS FINALES
Problemas como la corrupción,
la falta de rendición de cuentas y el
uso patrimonialista del Estado, así
como el irrespeto a la independencia
de los órganos del Estado y la poli-
tización de las grandes decisiones de
política pública, crean la sensación
de un debilitamiento institucional
que se retroalimenta con la forma
en que funciona el sistema electoral,
la manera en que se eligen a los
diputados, se deciden las elecciones
de segundo grado y funcionan los
partidos políticos.
De manera todavía más preocu-
pante, se han observado actuaciones
cuestionables de los organismos
encargados de perseguir el delito y
aplicar la justicia, subordinación de
la política exterior a las presiones de
otros Estados y en el caso extremo
violaciones al ordenamiento consti-
tucional, como en el caso de los
fideicomisos.
Aún con esta miríada de problemas,
El Salvador también ofrece avances
significativos en el campo social, una
mayor cultura potica y un sistema
económico más idóneo para enfrentar
las grandes tareas del desarrollo en su
concepción más amplia. Sin embargo,
las instituciones que constituyen
el fundamento de la democracia
deben seguirse perfeccionando,
aceptando los desafíos como el
ingrediente necesario para su propia
consolidación.
Los desafíos para el país son ahora
todavía más formidables en el contexto
de la crisis económica y financiera
mundial, donde las exigencias del
espíritu nacional se vuelven un tema
insoslayable. De ahí la importancia de
fortalecer todo nuestro marco insti-
tucional y jurídico, y rescatar la esencia
de los Acuerdos de Paz, que siguen
constituyendo un referente obligado
para la construcción de una sociedad
cualitativamente distinta. Todo para
beneficio de las futuras generaciones.
(Extracto de la conferencia dictada el 17 de
octubre de 2008).
El Estado
promoverá el desarrollo
económico y social
mediante el incremento
de la producción, la
productividad y la
racional utilización
de los recursos.