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Turismo cultural como oportunidad de desarrollo local para el municipio de Izalco.
Carolina Elizabeth Cerna-Aguiñada / Antonio Martínez-Puche, pp. 5-11, Revista entorno, enero – junio 2020,
número 69, impreso ISSN 2071-8748 • electrónico ISSN 2218-3345
estética natural y cotidiana, de lo que en el seno del grupo
social se preserva.
De donde derivamos que la dimensión cultural, como la
base para que los indicadores y parámetros de desarrollo,
se tome en cuenta para planes y proyectos de gobiernos y
de entidades con acción en el municipio de Izalco. Pero es
la sociedad la que debe dar las pautas para ese desarrollo,
pautas que también son culturales.
Como algo curioso, ocurre que, en el municipio Izalco, hoy
por hoy, y pese a la violencia generalizada del país, eso
también es cultural, es parte del desarrollo y la prueba
fehaciente de la acción que gesta la cultura en los demás
ámbitos de la vida cotidiana de las personas.
Se había hablado también de que el concepto cultura,
nos lleva al de identidad, pues este se relaciona con las
características propias del individuo y de los grupos, y
estas características son elementos sustanciales de su vida
individual y grupal; los hacen que se sientan con pertenencia
a esos grupos.
“Un pueblo tiene identidad cuando sus individuos comparten
representaciones en torno a las tradiciones, historia, raíces
comunes, formas de vida, motivaciones, creencias, valores,
costumbres, actitudes y rasgos. Junto a ello deben tener
conciencia de ser un pueblo con características diferentes a
las de otros pueblos, y la consideración de los componentes
afectivos y de actitudes, lo que quiere decir sentimientos
de pertenencia, compromiso y participación en las prácticas
sociales y culturales propias” [p. 11] (Cabrera Pérez, Llanes
Grande, & Moreno, María, 2015).
Lo planteado por Carolina de la Torre se considera válido,
pues la identidad cultural de un pueblo viene definida
históricamente a través de los variados aspectos en los que
se plasma su cultura; está ligada a la historia; no existe sin la
capacidad de reconocer el pasado, sin elementos simbólicos
o referentes que le son propios y ayudan a construir el futuro
(Cabrera Pérez, Llanes Grande, & Moreno, María, 2015).
La relación entre identidad y desarrollo local, que destaca
Arocena, es explicable porque la identidad, como los valores
y la cultura, son la garantía para lograr la participación activa
y consciente de los actores locales en la identificación de sus
problemas y necesidades, así como para la formulación de
estrategias para afrontarlos, implementar planes y evaluar
los resultados. Un fuerte sentido de identidad vinculado con
la tierra, las particularidades de la localidad y su historia es
una de las claves para alcanzar el éxito. En Cuba, de acuerdo
con lo planteado por diferentes investigadores, el desarrollo
local se enfoca más como el proceso mediante el cual, en
esa escala, se implementan las necesarias transformaciones
en las dimensiones ambientales, económicas productivas
y político-sociales, a partir de una proyección estratégica
elaborada y un plan que cambiará y evolucionará con la
práctica de los propios gestores [Guzón, 2006] (Jiménez
Guethón, 2006).
Desarrolló local y la cultura
El desarrollo local ha generado una extensa literatura;
y la propuesta de Buarque dice que es “un proceso
endógeno, registrado en pequeñas unidades territoriales y
asentamientos humanos, capaz de promover el dinamismo
económico y la mejoría en la calidad de vida en la población.
A pesar de constituir un movimiento de fuerte contenido
interno, el desarrollo local está inserto en una realidad más
amplia y compleja, con la cual interactúa y de la cual recibe
influencias y presiones positivas y negativas. […]” [Buarque,
S.; 1999] (Noguera Tur, 2016); lo relaciona con la esfera global.
El desarrollo es ante todo un proceso. El individuo comprueba
el desarrollo en su esfera personal o local. El desarrollo
se apoya en las fuerzas endógenas. Son iniciativas que
impulsan una identidad propia, un reconocimiento dentro
del sistema.
Melville (1988) también explica que son tres los factores
que deben estar presente: dotaciones de infraestructura,
capacidad de innovación y recursos humanos. Sin la
presencia de estos tres, se alejan las posibilidades de
desarrollo (Juárez Alonso, 2013)
Metodología
En esta fase de la investigación, hay que destacar que,
para realizar la sobre cultura indígena en Izalco, se ha
utilizado una metodología mixta en la que se han llevado
a cabo aproximaciones objetivas y subjetivas. Así, para
la delimitación de cada una de las unidades culturales-
turísticas, se han valorado los rasgos que intervienen en
cada una de ellas.
Como instrumentos para recabar la información que reflejara
los diferentes aspectos que esta problemática ocasiona en