134
Revista entorno, Universidad Tecnológica de El Salvador, www.utec.edu.sv, diciembre 2019, número 68: 134-141, ISSN: 2218-3345
Entre espinas, ores y palmas: corta
de la or de Corozo y Coyol en Izalco
Carlos Felipe Osegueda
carlos.osegueda@utec.edu.sv
Docente titular
Miguel Angel Hernández
miguelangeles79@gmail.com
Instructor
Miguel Ángel Najo-Latin
3
mtd.hjni@gmail.com
Estudiante Utec
Francisco Enrique Santos-Alvarenga
4
mtd.hjni@gmail.com
Estudiante Utec
Recibido: 2 de abril 2019
Aprobado: 4 de julio 2019
Resumen
Uno de los objetivos de la investigación, es poder registrar
y analizar diversas prácticas que giran en torno a la
hermandad de Jesús Nazareno, y una acción de lo más
importantes es la corta de la flor de corozo y coyol, que a
pesar de ser una práctica con gran arraigo identitario es
poco conocida, ello forma parte de un gran entretejido
de símbolos que otorga a la población un sentido de
pertenencia y por medio de ello los significados varían
según la percepción individual de los devotos a Jesús
Nazareno, generando así en la otredad una amalgama
de emociones y comportamiento socioculturales en el
municipio de Izalco.
Palabras clave
Ritos de semana santa - Izalco, El Salvador. Ritos y
ceremonias - Izalco, El Salvador. Festividades religiosas
- Izalco, El Salvador. Etnología - El Salvador
Abstract
One of the objectives of this research is to be able to
record and analyze a diversity of practices around the
Hermandad de Jesús de Nazareno (the brotherhood of
Jesus of Nazareth). One of the most relevant activities
is the harvest of the corozo flower and the coyol, which
in spite of being a practice with strong identity roots,
is not very well known; it is part of an interweaving of
symbols which gives the population a sense of belonging,
and through this, the meanings vary depending on the
individual perception of the devouts to Jesús Nazareno,
thus generating in others a fusion of emotions and
sociocultural behaviors in the municipality of Izalco.
Keywords
Holy Week Rites/Traditions – Izalco, El Salvador.
Rituals and ceremonies– Izalco, El Salvador. Religious
Festivities – Izalco, El Salvador. Ethnology - El Salvador.
DOI: https://doi.org/10.5377/entorno.v0i68.8454
URI: http://hdl.handle.net/11298/1134
Among thorns, owers and palms: the harvest of the corozo
1
ower
and coyol
2
in Izalco
1 Corozo: vegetable ivory.
2 Coyol: coyol palm.
3 Estudiante investigador de la Licenciatura en Antropología
4 Estudiante investigador de la Licenciatura en Antropología
ORCID: 0000-0002-7003-1043
135
Entre espinas, flores y palmas: corta de la flor de Corozo y Coyol en Izalco. Carlos Felipe Osegueda,
pp. 134-141, Revista entorno, diciembre 2019, número 68, ISSN: 2218-3345
Introducción
Uno de los elementos míticos que dotan de aroma en la
cuaresma y Semana Santa, es la flor de coyol y el corozo,
que son un elemento infaltable dentro de los actos de
piedad popular, ya que su presencia armoniza la celebración
o ritualidad, tanto en las velas de Jesús como en el adorno
de los cristos, dando así sentido y significado a un todo.
El coyol (nahuatlismo de coyolli, ‘palmera’ o ‘cascabel’) es
una palmera cargada de espinas, que puede llegar a medir
de 10-15 metros de altura y usualmente está rodeado de
palos de ishcanal (escanal, ishcanal), arbustos de güistomate
y epasina, los cuales junto a las palmeras forman una gran
cantidad de espinas, creando en medio de los barrancos una
alfombra de espinas, que demandan una gran agilidad para
poder alcanzar la flor del coyol, así como los cojollos, que
sirven para hacer las cruces de los cristos, siendo la corta
de la flor y su entrega un acto ritual en el que el cortador
pasa por un proceso de sacrificio dando paso a la fe y ser
percibida por el olor de dicha flor.
Entretejido simbólico
Las expresiones culturales dependen de la figuración
o construcción de algo material que permita ser el hilo
conductor de la devoción y de la cultura en general. Por
tanto, la devoción a Jesús Nazareno es lo que es debido a la
existencia de la imagen ya mencionada; sin este, físicamente,
no tendría ningún sentido todo el bagaje cultural que gira en
torno a este. El símbolo es el elemento que acoge y figura
al significado.
Según Geertz (2003),
la cultura es pública porque la significación lo es, uno
puede hacer una guiñada (o fingir burlescamente una
guiñada) sin conocer lo que ella significa o sin saber
cómo contraer físicamente el parpado… La cultura
consiste en estructuras de significación socialmente
establecidas en virtud de las cuales la gente hace
cosas tales como señales de conspiración y se adhiere
a estas (p.26).
La cultura es, en general, un bagaje compartido de símbolos
y significaciones, que se puede ver que suele estar cargado
de complejidad cuando se adentra en la comunidad, en su
espacio divino, en lo familiar y lo cotidiano. Al respecto, el
padre de la Antropología semiótica Clifford James Geertz
(2003) dice lo siguiente:
Los estados de ánimo que provocan los símbolos
sagrados, en diferentes épocas y en diferentes lugares,
van desde el entusiasmo a la melancolía, desde la
confianza en uno mismo al autoconocimiento, desde
una corregida y alegre ligereza a una blanca indiferencia,
para no hablar del poder erógeno de muchos mitos y
ritos del mundo (p.94).
Jesús Nazareno es la imagen que evoca miles de
manifestaciones de fe mezcladas con lo natural, que permite
descubrir dentro de los izalqueños una parte cognitiva
heredada por medio de la tradición oral sobre dicha imagen;
y que esto es custodiado por la Hermandad, según Diego
Durán (2015). Comenta:
Paralelamente los aromas de ciertas plantas y flores
que servían como adorno o fungían como ofrenda
contribuían al entorno oloroso de cada fiesta: las
especies variaban para reflejar las preferencias de las
divinidades, por ciertos perfumes y para subrayar el
contraste entre la temporada de lluvias y las secas…
El fraile Diego Durán describe un ritual de sahumerio
en la sociedad náhuatl cuyo objetivo era invocar a
las nubes. Cualquiera que haya sido el fin perseguido
por los dones odoríferos, venerar, pedir, agradecer, no
cabe duda de que la intención era complacer a las
divinidades con aromas que resultaban provechosos,
pero también deleitosos.
La flor de corozo y de coyol cumplen una función
aromatizante en los ritos de Semana Santa, en el
municipio de Izalco, adquiriendo esta una gran relevancia
dentro de Hermandad y sobre todo a la imagen de Jesús
Nazareno, pues según la población es el aroma de Jesús;
si no hay flor no hay velación, por tanto, el carácter de
la flor como signo se agrega al plano divino, en el que
es la flor misma donde Jesús descansó y anduvo entre
las espinas escondido, por lo que su agregación a los
actos devocionales permite no solo a los cortadores de
la flor, sino también a la población en general sentir las
fragancias de la fe; además del aroma que se ofrece a
Jesús, también la flor adquiere un valor de canje.
136
Entre espinas, flores y palmas: corta de la flor de Corozo y Coyol en Izalco. Carlos Felipe Osegueda,
pp. 134-141, Revista entorno, diciembre 2019, número 68, ISSN: 2218-3345
Método
La metodología implementada en esta investigación
es la endo-etnográfica, debido a las cualidades de
los investigadores; La hermandad de Jesús Nazareno
es la institución socioreligiosa en la que se centra la
investigación, debido a que en ella convergen historias de
vida, costumbres, creencias, cosmovisiones y, sobre todo,
un punto de partida para la comprensión de la devoción y
apropiación de la imagen, la cual forma parte no solo de una
tradición, sino que también del entretejido del seno familiar
izalqueño; y que a partir de ello es heredada la devoción de
generación en generación.
Las técnicas que se utilizaron fueron la entrevista
semiestructurada y las historias de la vida, las cuales
permitieron la mayor cantidad de recolección de
información. Cabe destacar que los entrevistados tienen
un nivel de confianza con los entrevistadores debido a que
se hicieron visitas previas y por el acompañamiento de las
distintas actividades, tanto de la hermandad como de las
cofradías. Cabe destacar que uno de los investigadores,
Miguel Najo, ha participado dentro de la Hermandad de Jesús
Nazareno desde su nacimiento hasta la actualidad, y que su
participación es heredada de generación en generación por
su familia, que también participa dentro de la Hermandad.
En el caso de Francisco Santos, ha participado dentro del
marco de cofradías durante más de 4 años, y 3 dentro de
la Hermandad, permitiendo así la apertura y confianza con
los informantes clave, debido a su permanencia dentro de la
comunidad. Sin embargo, hubo algunos informantes que se
abstuvieron de participar.
Resultados de la investigación
La leyenda
La flor de corozo y la de coyol adquieren un carácter
simbólico en los ritos de Semana Santa, aunque su historia
se ha perdido en el tiempo y debido a ello surgen inquietudes
sobre su participación dentro de los ritos procesionales y
de velación dentro de la Hermandad de Jesús Nazareno
de Izalco.
Una de las personas que han expuesto ideas sobre el posible
origen de esta mítica planta es Edgar Avelar (2018) en su
sitio www.izalcopiadoso.net, donde hace referencia a esta
planta y la relaciona con los tzutujiles, zotoniles o tz’utujiles,
uno de los pueblos ubicados hacia el sur del lago Atitlán.
También menciona una leyenda de este grupo étnico sobre
el MaNawal JesuKrista, estaba huyendo de unos enemigos
después de haber caminado toda la noche; se encontraba en
medio del bosque desesperado y cansado; se detuvo en un
“punto sagrado”, donde había un árbol de palma de corozo.
Figura 1. Ismael sostiene una flor de coyol, la cual será
utilizada para la vela de Jesús el Lunes Santo.
Fotografía cortesía: Miguel Najo
Avelar comenta:
Le habló al árbol diciéndole: “Árbol de corozo, flores
de corozo: estoy perdido, estoy cansado; he venido
a descansar a tus ramas, a tus brazos; el enemigo
está tras de mí, pronto me alcanzarán, pronto me
capturarán y me matarán, ya me llegará mi tiempo.
Corozo, flores, háganme un favor... proporciónenme un
lugar para descansar entre sus ramas, abrásenme un
tiempo entre sus brazos, dulce agua, quita la sed de mi
boca, quita el polvo de mi cara y de mis pies”.
137
Entre espinas, flores y palmas: corta de la flor de Corozo y Coyol en Izalco. Carlos Felipe Osegueda,
pp. 134-141, Revista entorno, diciembre 2019, número 68, ISSN: 2218-3345
Entonces, el árbol de corozo le habló a MaNawal
JesuKrista diciéndole: “¿Quién te matará mientras yo
sea tu trono? Descansa en mis ramas, descansa en
mis brazos, deja que el enemigo no te vea mientras yo
pueda darte una sagrada protección”. Ante esto, narra
la historia que MaNawal JesuKrista’ le respondió: “De
ahora en adelante, tú vas a ser ‘la flor más sagrada de
las costumbres de mi gente’. Tu blanqueza, será una
señal de pureza, tu dulce olor será un recuerdo de mi
paso por acá”. Entonces MaNawal JesuKrista’ se subió
al árbol de palma de corozo, se sentó entre sus ramas
y descansó. Pero otros historiadores, apuntan que
MaNawal fue sacrificado en dicha palmera, ya que sus
perseguidores lo capturaron, matándolo en el lugar.
Como se lee en dicho texto, Avelar plantea que la utilización
de la planta del árbol bien podría ser de origen mítico y que
provendría del MaNawal JesusKrista. Nuevamente el mismo
autor menciona:
Debido a este último dato, es que se ha llegado a teorizar
que efectivamente esa es la correcta interpretación
que los izalqueños debemos dar a la Centenaria
Procesión de los Cristos, donde la comunidad indígena,
representando a sus cofradías respectivas, nos
muestran las imágenes (¿de Cristo?) sacrificadas en
cruces foliares, adornadas nada más y nada menos que
con flores de coyol y de corozo. Teorización digna de
tomarse a consideración.
La teoría que plantea Avelar consiste precisamente en
que las flores de coyol y de corozo son utilizadas debido
a la leyenda de los tzutujiles; y posiblemente a partir de
esa leyenda el corozo y el coyol se utilicen también para
representar ese pasaje en las procesiones de los cristos. Otro
autor que escribe sobre este tema es Carlos Leiva (2007). En
el libro El Rostro del Sincretismo este investigador planeta
la misma idea que Avelar, basándose este último en las
investigaciones que Leiva había expuesto con anterioridad.
Leiva comenta:
La flor de corozo debió simbolizar, para los viejos
nahuas, lo que significa todavía para los tz’utujiles: “La
más femenina en todas las vírgenes munil”, es decir,
“esclava” de carácter tributario. ¿Será que la entrega
que hace Cristo de sí mismo, o su sacrificio, fue
considerado una cuestión puramente pasiva dentro del
pensamiento sincrético de las etnias mesoamericanas?
En ese sentido, el corozo y el coyol, palmeras de la costa
entre Tehuantepec y Mizata en El Salvador, solo refrendan la
idea del sacrificio martirial de Cristo. Pues, mientras que en
la tradición t’zutuhil de los atitecos es capturado “mientras
se esconde en su árbol de corozo o, como dicen algunos,
“una flor de corozo”, entre los izalcos de Ataco es capturado
tras ser delatado por los gritos de un perico (¿alguna relación
con la guacamaya, “falso sol” de los mayas?), que denuncian
su escondite en una de las palmeras más altas del corozal,
suponiendo que fue crucificado después, sobre cualquiera
de las que allí había.
Nuevamente aparece este elemento de relacionar la parte
mitológica de los t’zutuhiles con el corozo en este caso.
Resulta interesante dicha relación, ya que en parte se
intercambian ciertos elementos en Izalco. Sin embargo, se
debe de indagar más sobre dicho tema.
El arte de cortar la flor
Cristina Vázquez (2018) comenta: “Esa flor tiene su misterio,
porque es donde anduvo él en su infancia; se anduvo
escondiendo en medio de esos espineros, por los judíos, vá.
Pero, como le repito, él no es que no se pudiera defender,
pero como él tenía que enseñarnos a sufrir”.
En cuanto a la flor, existen dos variedades el corozo y el
coyol. La palma del coyol es una palmera cargada de espinas
desde el tronco hasta las palmas, incluso la flor misma
está cargada de espinas muy finas que, según algunos
informantes, son difíciles de sacar si una llega a meterse
en la mano; y se cree que las espinas caminan dentro del
cuerpo y llegan al corazón. A diferencia del corozo, que la
palmera no tiene espinas y por eso es más accesible la corta
de esta, además de que su pacaya es de mayor tamaño que
la del coyol. Cabe decir que se emplea la misma técnica en
cuanto a la corta de la flor de ambas palmeras.
La documentación de la corta de la flor de coyol y de corozo
surge gracias a la invitación del presidente de la Hermandad
de Jesús Nazareno; y es así como se conoce ese arduo
proceso de la corta de esas flores. A las seis de la mañana
del Jueves de Dolores, del presente año, se reúnen alrededor
del templo algunos miembros de la Hermandad y otros
hombres que no lo son, pero que llegan a apoyar durante
dicha actividad. Ellos serán los encargados de realizar la
corta de las palmas y flores, que se realiza en el municipio
de Santa Isabel Ishuatán. En un viaje de aproximadamente
una hora se llega a una zona a la orilla de la carretera, y en
138
Entre espinas, flores y palmas: corta de la flor de Corozo y Coyol en Izalco. Carlos Felipe Osegueda,
pp. 134-141, Revista entorno, diciembre 2019, número 68, ISSN: 2218-3345
un terreno laderoso se encuentran las flores de corozo. Se
ingresa a través de veredas empedradas y muy boscosas,
además hay mucho arbusto de ishcanal, que abunda en
la zona.
Figura 2. Cofrade sostiene una flor de corozo,
obtenida en Santa Isabel Ishuatán.
Fotografía cortesía: Miguel Najo.
Al llegar, en lo más alto de las laderas se encuentran
abundantes las palmeras de coyol. Los cortadores se dividen
en grupos: los que cortarán la flor y los que los sostendrán.
Para obtener la flor, se tiene que subir en la palmera de
coyol, que está toda cubierta de espinas de gran tamaño;
pueden medir hasta 15 centímetros o más. Para realizar tal
actividad es necesario usar calzado adecuado.
El proceso de la corta parece sencillo, pero en realidad es
complejo y arriesgado. Al inicio la persona que realiza la
corta de la flor lanza el plomo: un lazo delgado que en la
punta lleva un pequeño cubo de plomo; y lleva amarrado
el lazo que usará el cortador, este se lanza de forma que
caiga al otro lado de la palmera, pero debe de caer justo
a la mitad de esta. Después de eso, el cortador procede a
amarrarse un lazo en la cintura y es jalado hacia arriba por
tres hombres. Luego, poco a poco el cortador va subiendo
mientras los otros tres lo van jalando hasta que el cortador
llegue a la punta de la palma.
Don Manuel Purito Latin comenta:
Cuando nosotros ya estábamos aquí, íbamos a cortar
la flor por Caluco. Antes había bastantes (…) Lito
Calzadilla, el papá tenía una carreta; él la llevaba y otro
señor llevaba un caballo. Ahí poníamos las pacayas y
los cojollos de las palmas y las flores. Yo no me subía.
Como eran bajitos los palos, con una vara jalábamos y
caían; como solo con un cuchillo o con el corvo cortaba
cian. No andaban trepando; como los palos bajitos. No
es como hoy. Les cuesta... Bien bajos los palos.
La flor de coyol suele ser formada por granitos que revientan
en diminutas flores, en cambio el corozo es una flor a manera
de pétalos y que es la que más olor produce, además es que
más crece dentro de la pacaya que la envuelve.
Figura 3. Espina de la palma de coyol, que llega a
medir hasta 15 centímetros de largo.
Fotografía cortesia: Miguel Najo.
Cuando los cortadores se encuentran arriba de las palmeras,
cortan las pacayas de las flores, que están cubiertas de
espinas; y uno de los acompañantes se encarga de rasparlas
con un machete para eliminar las espinas.
Después de haber realizado las cortas de las pacayas en el
transcurso de la mañana, se procede a llevarlas al camión
donde también se llevan palmas que serán utilizadas para
139
Entre espinas, flores y palmas: corta de la flor de Corozo y Coyol en Izalco. Carlos Felipe Osegueda,
pp. 134-141, Revista entorno, diciembre 2019, número 68, ISSN: 2218-3345
elaborar las cruces que adornarán los cristos el Jueves
Santo. El segundo lugar donde se llega es un terreno en
la altura del municipio donde se encuentran las palmeras
de corozo; estas son más fáciles en cuanto al corte y a la
bajada de las pacayas, pues no tienen espinas.
Para finalizar la faena, se reúnen los cortadores; y un reducido
comité que se ha organizado, por parte de la Hermandad, se
les reparte a todos unos almuerzos, que puede ser sopa de
res. Luego de ser cortada la flor y transportada hábilmente
hacia el camión, se procederá a entregarla en el templo
de Jesús Nazareno, todo el material obtenido, entre flores
y palmas. Las flores tendrán la función como elemento de
canje. Durante la vela de Jesús Nazareno el Lunes Santo y
en las demás velaciones, a las personas, al dar su ofrenda,
se les entrega, por medio del encargado de cuidar a Jesús,
una flor, ya sea de coyol o de corozo, como constancia de
su aporte a la Hermandad. Por último, algunas pacayas y
palmas se reparten a varios representantes de las distintas
cofradías, para que sean utilizadas para adornar a los cristos
en la procesión de Jueves Santo.
Dicha flor es portada a la vista pública, esto hace merecedor,
a quien la porta, de una porción de chilate y dulce, además de
tener la satisfacción de haber contribuido para la realización
de la fiesta de Jesús. Luego esa flor no debe votarse, ya que
está bendecida por Jesús Nazareno. Como se muestra,
la flor cumple una función muy importante dentro de los
rituales de Semana Santa.
Las crucitas
Las crucitas son elaboradas de palmas de coyol o de
corozo; se entrelazan formando una cruz, que es utilizada
principalmente como un ‘contra’ o defensor de vientos
malos encargados de destruir tanto la casa como la siembra.
La crucita de palma suele ser bendecida el Domingo de
Ramos, o pueden ser de las que portan los cristos.
El Domingo de Ramos es el día en que se da apertura al inicio
de la Semana Santa, siendo uno de los días más esperados
por la comunidad en general por la obtención de las palmas
bendecidas, pues en torno a ellas gira un enorme significado
ritual adquirido no solo socialmente, sino por la condición
de elemento o signo bendecido por la divinidad.
El Domingo de Ramos, las parroquias de Dolores y de
Asunción de Izalco se reúnen en puntos estratégicos o
significativos para la comunidad. En el caso de la primera, la
procesión parte del templo de Jesús Nazareno y Asunción,
de la ermita de la Virgen de los Remedios. Antes de salir,
el párroco lee un texto bíblico, narrando el pasaje de la
entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, para luego bendecir
con agua bendita los ramos de palma de coyol; algunos son
comercializados por vendedoras, demostrando su ingenio
tejido de la palma. En otros casos es la misma parroquia la
que suministra los ramos; o particularmente las cofradías
son las que proporcionan cruces de palma previamente
bendecidas por la imagen titular y con el agua bendita.
Figura 4. Damián Torres y Jairo Domínguez, Niños
Celadores de Jesús a los pies del Cristo de San
Sebastián, nietos de la mayordoma. Destáquese el
Cristo adornado con flor y cruces de palma.
Fotografía cortesía: Miguel Najo.
Emma Torres (2018) dice lo siguiente:
El domingo es la bendición de las palmas. Cuando
estaba mi papá (don Carlos Díaz, mayordomo de San
Sebastián), íbamos a bendecir las palmas; hacía el
140
Entre espinas, flores y palmas: corta de la flor de Corozo y Coyol en Izalco. Carlos Felipe Osegueda,
pp. 134-141, Revista entorno, diciembre 2019, número 68, ISSN: 2218-3345
manojo de crucitas, las íbamos a bendecir y le dábamos
a la gente (de parte de la cofradía de San Sebastián).
Después de la misa se regalaban; ni nos alcanzaban.
Dicha actividad, en la que las cofradías obsequiaban cruces
de palmas de coyol, ya no es tan común. Sin embargo, hay
algunas que aún mantienen la costumbre de obsequiarlas,
ya que las utilizan para la protección de los huracanes
Juana Mora (2018) comenta:
Pues uno que cree en las cosas de Jesús y en las palmitas
que dicen que cuando vienen las tormentas, se ponen.
Nosotros siempre ponemos en la puerta, porque cuando
dicen que vienen las tormentas bien fuertes hay que
tener sus crucitas de las palmitas bendecidas de Jesús.
Carlos (QDDG), también cuando él lo hacía ... iba a poner
en las milpas, como el hacía milpa, cuando venían las
grandes tormentas no le votaban los elotes de la milpa.
Estas cruces son elaboradas con antelación,
aproximadamente cuatro días antes del Jueves Santo, en el
caso de la procesión de los Cristos, y cuatro días antes para
compartir el Domingo de Ramos. Es común que durante
la procesión de los cristos los cofrades lleven manojos de
cruces para obsequiar a quien los pida. En otros casos, los
fieles toman directamente del Cristo una de las cruces,
debido a la fe en que se dice que al tener contacto con la
divinidad lo material toma parte de esa divinidad, por tanto
son las cruces más preciadas.
La velas de Jesús
Las velas son una acción que tiende a variar de significados,
según la situación en la que se esté utilizando el concepto,
pues las velas de Jesús son una variante de las velas de
difunto; las velas de Jesús se rigen en velar a Jesús Nazareno,
que se encuentra en una casa representando un pasaje
bíblico, donde a la vez se reparte chilate y dulce. Las velas de
difunto son otro aspecto, pues se está velando a una persona
difunta por medio de la familia doliente. En este caso nos
referimos propiamente a las velas de Jesús Nazareno.
Delfina Latin (2018) comenta:
Yo pienso que las velas son los lugares donde Jesús
anduvo, ¿verdad? Yo así lo pienso que eso representa;
los lugares que el anduvo predicando. Mire cuántos
milagros hizo él. Vaya y acuérdese cuando le dijo a
Zaqueo, el que era recaudador de impuestos... Entonces
el Señor le dice: “Hoy cenare en tu casa”. Por eso dice
él: “El que habrá la puerta, entraré. Yo cenaré con él y
él conmigo.
Delfina Latin propone que las velas en sí son un momento
en el que Jesús entra a la casa de los que le abren la puerta,
los cuales son los oferentes que solicitaron su llegada; y que
estos gozarán de la visita de la imagen, que estará con la
familia en un momento íntimo en el que la casa del oferente
se vuelve el lugar donde se encuentra el altar un Sancto
Sanctorum, donde se posará la divinidad misma.
A partir de las cinco de la mañana, se abren las puertas del
templo y las personas empiezan a llegar desde tempranas
horas. Durante la mañana, tarde y noche, las personas
llegan a visitar la imagen del Nazareno. En su mayoría
se acercan a apreciar el altar y dan su ofrenda. Después
de este acto, dos miembros de la Hermandad proceden
a hacerle entrega de una flor de coyol o de corozo en
señal de agradecimiento de la ofrenda que ha realizado.
Posteriormente pasan a degustar el tradicional chilate con
el dulce (este puede ser de papaya, mango, jocote, plátano
o chilacayote).
Figura 5. Altar de velación de Jesús Nazareno,
acompañado de la imagen de la cofradía de la Virgen
de Belén. Oferente: Juana Mora. Tema: “Dejad que los
niños vengan a mí”, cuarto domingo de cuaresma.
Fotografía cortesía: Miguel Najo.
141
Entre espinas, flores y palmas: corta de la flor de Corozo y Coyol en Izalco. Carlos Felipe Osegueda,
pp. 134-141, Revista entorno, diciembre 2019, número 68, ISSN: 2218-3345
Conclusión
La flor de corozo y de coyol son símbolos cargados de
significado a partir de su utilidad dentro de las actividades
mágico religiosas que permiten así expresar y contribuir a
la humanidad de Jesús Nazareno, que siente y expresa su
agrado por medio de sus facciones. El entretejido simbólico
que rodea la flor y su palma da así un conglomerado de
símbolos y significados que se derivan a través de estos
símbolos primarios, como es el caso de la palma de corozo,
que se utiliza para los ramos del Domingo de Ramos y
para las cruces de los cristos; la flor sirve también como
aromatizante en la tradición y como elemento de canje en
la cocina de la Hermandad.
El arte de la obtención de la flor es un ritual en el que
el mismo cortador se integra; en el que el sacrificio,
las heridas y la habilidad permiten al cortador llegar al
elemento simbólico de conexión entre el pasado y el
presente; y que además es un elemento infaltable, pues
es la misma divinidad y las leyes de la costumbre las que
exigen su presencia.
Referencias
Aguirre Baztán, A. (1995). Etnografía. En A. A. Baztán,
Etnografía. Metodología cualitativa en la investigación
sociocultural. (pp. 3). Barcelona, España: Marcombo.
Avelar, E. (2018). Izalco Piadoso. Recuperado de http://www.
izalcopiadoso.net/index.html
Dupey Garcia, É. (2015). Olores y sensibilidad olfativa en
Mesoamérica. Arqueología Mexicana, (135), 24-29.
Recuperado de https://arqueologiamexicana.mx/
mexico-antiguo/olores-y-sensibilidad-olfativa-en-
mesoamerica
Geertz, C. (2003). Interpretación de las culturas. Barcelona,
España: Gedisa.
Leiva Cea, C. (2007). Rostros del sincretismo: guía al plano
místico de los antiguos Izalcos. San Salvador, El
Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos