137
Entre espinas, flores y palmas: corta de la flor de Corozo y Coyol en Izalco. Carlos Felipe Osegueda,
pp. 134-141, Revista entorno, diciembre 2019, número 68, ISSN: 2218-3345
Entonces, el árbol de corozo le habló a MaNawal
JesuKrista diciéndole: “¿Quién te matará mientras yo
sea tu trono? Descansa en mis ramas, descansa en
mis brazos, deja que el enemigo no te vea mientras yo
pueda darte una sagrada protección”. Ante esto, narra
la historia que MaNawal JesuKrista’ le respondió: “De
ahora en adelante, tú vas a ser ‘la flor más sagrada de
las costumbres de mi gente’. Tu blanqueza, será una
señal de pureza, tu dulce olor será un recuerdo de mi
paso por acá”. Entonces MaNawal JesuKrista’ se subió
al árbol de palma de corozo, se sentó entre sus ramas
y descansó. Pero otros historiadores, apuntan que
MaNawal fue sacrificado en dicha palmera, ya que sus
perseguidores lo capturaron, matándolo en el lugar.
Como se lee en dicho texto, Avelar plantea que la utilización
de la planta del árbol bien podría ser de origen mítico y que
provendría del MaNawal JesusKrista. Nuevamente el mismo
autor menciona:
Debido a este último dato, es que se ha llegado a teorizar
que efectivamente esa es la correcta interpretación
que los izalqueños debemos dar a la Centenaria
Procesión de los Cristos, donde la comunidad indígena,
representando a sus cofradías respectivas, nos
muestran las imágenes (¿de Cristo?) sacrificadas en
cruces foliares, adornadas nada más y nada menos que
con flores de coyol y de corozo. Teorización digna de
tomarse a consideración.
La teoría que plantea Avelar consiste precisamente en
que las flores de coyol y de corozo son utilizadas debido
a la leyenda de los tzutujiles; y posiblemente a partir de
esa leyenda el corozo y el coyol se utilicen también para
representar ese pasaje en las procesiones de los cristos. Otro
autor que escribe sobre este tema es Carlos Leiva (2007). En
el libro El Rostro del Sincretismo este investigador planeta
la misma idea que Avelar, basándose este último en las
investigaciones que Leiva había expuesto con anterioridad.
Leiva comenta:
La flor de corozo debió simbolizar, para los viejos
nahuas, lo que significa todavía para los tz’utujiles: “La
más femenina en todas las vírgenes munil”, es decir,
“esclava” de carácter tributario. ¿Será que la entrega
que hace Cristo de sí mismo, o su sacrificio, fue
considerado una cuestión puramente pasiva dentro del
pensamiento sincrético de las etnias mesoamericanas?
En ese sentido, el corozo y el coyol, palmeras de la costa
entre Tehuantepec y Mizata en El Salvador, solo refrendan la
idea del sacrificio martirial de Cristo. Pues, mientras que en
la tradición t’zutuhil de los atitecos es capturado “mientras
se esconde en su árbol de corozo o, como dicen algunos,
“una flor de corozo”, entre los izalcos de Ataco es capturado
tras ser delatado por los gritos de un perico (¿alguna relación
con la guacamaya, “falso sol” de los mayas?), que denuncian
su escondite en una de las palmeras más altas del corozal,
suponiendo que fue crucificado después, sobre cualquiera
de las que allí había.
Nuevamente aparece este elemento de relacionar la parte
mitológica de los t’zutuhiles con el corozo en este caso.
Resulta interesante dicha relación, ya que en parte se
intercambian ciertos elementos en Izalco. Sin embargo, se
debe de indagar más sobre dicho tema.
El arte de cortar la flor
Cristina Vázquez (2018) comenta: “Esa flor tiene su misterio,
porque es donde anduvo él en su infancia; se anduvo
escondiendo en medio de esos espineros, por los judíos, vá.
Pero, como le repito, él no es que no se pudiera defender,
pero como él tenía que enseñarnos a sufrir”.
En cuanto a la flor, existen dos variedades el corozo y el
coyol. La palma del coyol es una palmera cargada de espinas
desde el tronco hasta las palmas, incluso la flor misma
está cargada de espinas muy finas que, según algunos
informantes, son difíciles de sacar si una llega a meterse
en la mano; y se cree que las espinas caminan dentro del
cuerpo y llegan al corazón. A diferencia del corozo, que la
palmera no tiene espinas y por eso es más accesible la corta
de esta, además de que su pacaya es de mayor tamaño que
la del coyol. Cabe decir que se emplea la misma técnica en
cuanto a la corta de la flor de ambas palmeras.
La documentación de la corta de la flor de coyol y de corozo
surge gracias a la invitación del presidente de la Hermandad
de Jesús Nazareno; y es así como se conoce ese arduo
proceso de la corta de esas flores. A las seis de la mañana
del Jueves de Dolores, del presente año, se reúnen alrededor
del templo algunos miembros de la Hermandad y otros
hombres que no lo son, pero que llegan a apoyar durante
dicha actividad. Ellos serán los encargados de realizar la
corta de las palmas y flores, que se realiza en el municipio
de Santa Isabel Ishuatán. En un viaje de aproximadamente
una hora se llega a una zona a la orilla de la carretera, y en